La familia decente de Cielo Riveros adicta a maduros

La familia Riveros vivía feliz en su hogar, eran una familia ejemplar, estaba compuesta por el jefe de hogar, el Ingeniero Eduardo Riveros de 38 años, su esposa Miriam Caballero de Riveros de 35 y su hija Cielo Riveros de tiernos 18 añitos recién cumplidos. (Se casaron siendo muy jóvenes)

Eran una familia de sólidos principios religiosos, morales y éticos, ya que participaban fervientemente en una congregación dedicada a la ayuda comunitaria y obras de beneficencia, todos sus miembros, al igual que la familia de Eduardo Riveros debían demostrar una conducta ejemplar ante la sociedad, por esta situación casi todos ellos eran por si decirlo conservadores y alejados a todo tipo de actividades que pudieran dar que hablar al resto de la sociedad.

De Miriam Caballero se podría decir que era una mujer ejemplar: seria y respetable, siempre vestía con decoro y de forma sobria, una debido a sus sólidos conceptos morales y otra por la exigencia de Eduardo, su marido, ya que él pensaba que toda mujer seria, decente y respetable no debía de vestir en forma indecorosa. (Sobre todo si se trataba de su mujer)

Lo mismo para Cielo Riveros, su preciosa hija, que a pesar de sus 18 años debía de vestir igual que su madre Miriam Caballero, siempre con sobriedad y regirse a las estrictas normas establecidas por su casi beato padre, y de la comunidad conservadora de la cual ellos eran parte.

Por lo ya descrito anteriormente, podríamos decir que igual esta singular familia se encasillaban dentro de lo que podemos llamar normal, eran felices y además de respetados en su circulo social.

Eduardo y Miriam Caballero se casaron muy jóvenes y enamorados uno del otro. Eduardo completo sus estudios y con mucho esfuerzo logro incorporarse a una solida empresa del Área de telefonía, ayudado por un tío de Miriam Caballero, que ocupaba un importante cargo gerencial en esta.

Pero sigamos con Miriam Caballero, a sus 35 años Miriam Caballero se conservaba en excelentes condiciones físicas, era dueña de un cuerpo espectacular que a pesar de sus serias y conservadoras vestimentas, se notaba a lo lejos, que debajo de ellas se encontraba el cuerpo de una verdadera hembra.

Rubia natural, unos preciosos ojos verdes, en su cara finas y exquisitas facciones, 1.70 de estatura y un par de piernas de ensueño. Se gastaba un pedazo de culo espectacular, soberbio, duro, paradito y carnoso, con un par de tetas majestuosas, grandes y redondas pero que se adecuaban perfectamente a su cuerpo, sin caer en la exuberancia ni lo grotesco.

Todo en Miriam Caballero, su cuerpo infartante, su culo, su rica hendidura, su rayita, su panocha, sus tetas…estaban hechas a la perfección, para el beneplácito de cualquier macho que tuviera la suerte de poder admirarlas.

Ella siempre al salir de su casa a realizar algún tramite o cuando asistía a las distintas obligaciones que se requería, al ser miembro de la conservadora congregación a la cual pertenecía su familia, debía soportar todo tipo de miradas obscenas, murmuraciones subidas de tono, pero Miriam Caballero no prestaba atención a esto, se conformaba en mantener su actitud de mujer de estrictos valores morales y éticos, siempre recatada, seria y decente que era. (Por ahora)

De la niña Cielo Riveros podemos decir que heredo las mismas cualidades físicas que su madre. Un cuerpo perfecto, un culo exquisito hecho para estar manoseándolo por todo el día y la noche, con la diferencia que la niña Cielo Riveros, nació con su pelo oscuro y heredo los ojos azules, como su padre.

Imagínense a esta niña de 18 añitos recién cumplidos, de tez blanca, carita inocente y angelical, de ojos azules, labios sensuales de muy buenos sentimientos y educada en uno de los mejores colegios religiosos, ajena a todo lo referente a cosas mundanas, como lo llamaba su padre, nunca le permitieron tener novio, tampoco salir con amigas.

Aun así algo sabia del sexo opuesto ya que por su impresionante belleza, nunca faltaron los pretendientes, pero estos siempre fueron espantados por su sobreprotector padre.

De sexualidad lo único que dominaba la niña Cielo Riveros, era lo aprendido en el colegio, el sexo para ella estaba hecho para tener hijos una vez que se casara.

Cuando escuchaba de sus compañeras o de su amiga Lidia, niñas que al tener otro tipo de educación, siempre le comentaban cosas o situaciones en referencia al sexo, conversaciones que a veces espantaban a la niña que debido a su formación, no se convencía que tales cosas fuesen normales, pero en el fondo de su ser sentía curiosidad por saber mas de este tema, para luego recriminarse ya que ese tipo de cosas no era para niñas decentes como lo era ella.

Eduardo su padre, no era consiente del pedazo de hembras que tenia por familia, ya que su tiempo libre lo dedicaba a actividades de la congregación de beneficencia y de caridad, era tanto su afán de estar siempre participando que llegaba a caer en el fanatismo. Todas sus decisiones personales las consultaba con orientadores de la dicha congregación.

Eduardo desconocía que esta situación podría desencadenar consecuencias nefastas para su familia y que esas consecuencias las terminarían pagando Miriam Caballero, su bella seria, recatada y decente esposa, y Cielo Riveros que por su inocencia, candor y belleza, sería el primer blanco para los sucesos que se avecinaban.

El sexo entre Miriam Caballero y Eduardo podemos decir que era casi normal, lo de siempre y un poco escaso a lo mejor.

Dos o tres veces al mes era suficiente para Eduardo, ya que consideraba que el sexo no era importante para la relación conyugal, el sexo para él era algo obsceno y sucio, e intentar hacer algo novedoso era como faltarle el respeto a su mujer.

Miriam Caballero estaba acostumbrada a esta situación, siempre estaba dispuesta para su marido, y cuando el la buscaba para estos menesteres, era lo típico, posición del misionero, de 05 a 10 minutos y una vez terminado el encuentro, a dormir.

En una ocasión, Miriam Caballero en un arranque de pasión y fogosidad intento practicar otro tipo de posición, algo normal dentro de la relación de cualquier pareja, lo que le costó una seria reprimenda por parte de su esposo, eso no era para personas decentes como ellos, y la mando a unas clases de orientación familiar que duraron 02 meses, con eso Miriam Caballero ya no quiso innovar en la vida intima, pero a pesar de todo igual se sentía feliz con su apuesto esposo, lo amaba.

Que desperdicio, tener una hembra con cuerpo de Diosa, con curvas endemoniadas, de belleza absoluta, tenerla tendida en una cama, con la luz apagada, con un grueso camisón de dormir que le llegaba mas debajo de las rodillas y que para tener sexo se lo tenia que subir hasta la cintura, en silencio, nada de palabras salidas de tono, sin besos, sin caricias.

Y para vestirse, cada uno por separado en la soledad del baño que tenían para ambos, porque verse desnudos era algo sucio, inmoral y un montón de pelotudeces que pensaba Eduardo, pero para Miriam Caballero eso estaba bien…lo veía normal…porque lo amaba.-

Así vivía la feliz familia, sin preocupaciones.

Su casa estaba ubicada en las afueras de la ciudad, era una casa no tan grande pero si muy cómoda, era de dos pisos, un patio grande con piscina incluida, y al fondo del patio existía una cabaña, para uso del servicio domestico, en esta vivía don Pricilo, el jardinero, un viejo de 62 años, que al haber enviudado y que además había sido por un tiempo miembro de la congregación benéfica, Eduardo le ofreció trabajo en su casa para labores del jardín y otras tareas similares.

La idea de Eduardo era ayudarlo, ya que el pobre viejo había perdido un negocio y debido a esto y a las malas decisiones, prácticamente lo perdió todo y su pobre mujer enfermo y falleció debido a la misma situación. Eduardo era un hombre solidario y debido a esa solidaridad cometió el error más grande de su vida.

El viejo Pricilo, de solidario no tenia nada, solo a veces participaba en esta congregación, porque su mujer prácticamente lo obligaba.

El viejo se malgastaba los ingresos del negocio que había heredado su mujer en irse de parranda y con putas, era además asiduo a casas clandestinas de apuestas, en donde contraía enormes deudas económicas, pero los amigos mafiosos le tenían paciencia, el viejo era conocido y respetado y siempre había pagado, pero en el ultimo tiempo, una vez cerrado su negocio, se estaba demorando mucho en pagar.

Claro esta que Eduardo Riveros, hombre respetable y decente, desconocía esta oscura parte de la vida de don Pricilo, por lo mismo en una oportunidad que lo vio en la congregación intentando conseguir un préstamo de dinero para saldar parte de sus deudas con los prestamistas y casas de azar, no lo dudo en ofrecerle trabajo.

Para don Pricilo, la ultima preocupación que tenia en su vida era la de buscar trabajo, no le interesaba, pero cuando vio a Eduardo a la salida de la congregación, parado frente a él con ese par de hembras hechas a la perfección, madre e hija, casi le da un infarto, al ver a las dos féminas.

Lo primero que pensó el detestable viejo fue…pero que buen par de putas…y sintió como se le empezaba a parar la verga, solo con el hecho de estar mirándolas…

Ellas, madre e hija, desconocían los desquiciados pensamientos que tenia el viejo Pricilo, lo miraron como un pobre viejito que se había quedado solo, y que ellos como una buena familia que eran, debían ayudarlo, no fuera que por su triste soledad, al viejito le pasara algo.

Así estaba embelesado el viejo Pricilo, mirando estas inocentes criaturas, desnudándolas con la mirada, sonriente y casi babeando…ni siquiera escuchaba lo que decía Eduardo, solo asentía y balbuceaba, de pronto cayo en cuenta que en la propuesta laboral, él se debía ir a vivir a la casa de ellos, en una casita que tenían al fondo del patio.

El viejo acepto encantado el acuerdo, y una vez hecho el trato, a los 03 días se mudo a la cabañita de madera, en la casa de la familia de Eduardo Zabala.

Don Pricilo ansiaba llegar a instalarse en esa casa, para darse el banquete de su vida, aunque sea solo mirando a las mujeres de la familia, aprovechando que a veces Eduardo por motivos de trabajo tenia que salir de la ciudad ausentándose los fines de semana, tiempo que él tendría para estar solo con ese par de Diosas, ellas por ser tan buenas de corazón, no se imaginaban los planes que tenia el viejo, aunque por ahora solo fueran fantasías.

Pero todo tiene su límite, fue una tarde en que el viejo terminaba sus tareas diarias, en que se puso a observar detrás de su ventana, como madre e hija, conversaban en la terraza…no podía escuchar la conversación, pero tenia vista privilegiada desde su casita, para admirar a estas beldades.

Miriam Caballero vestía con ropa de casa, que a pesar de su sobriedad, el vestido que llevaba marcaba perfectamente la esbeltez de su figura.

Lo siento que Cielo Riveros lucia un vestido de verano un mas poco ahorcado…se parecía delicadamente fascinante.

En esto estaba el viejo cuando ambas mujeres conversando en forma despreocupada se acercaron a su cabaña…el viejo ya estaba a full…sentía las tremendas ganas de masturbarse…al examinarlas se decía…pero que buenas hembras que se gasta este Eduardito…ellas reían inocentemente, no se daban cuenta que solo a tres metros de ellas, se encontraba el viejo Pricilo, escondido detrás de la ventana pajeandose la verga como poseído.

El viejo no se explicaba porque lo calentaban tanto ese par de mujeres, si solo conversaban, aun con ropa lo calentaban hasta la locura…

El viejo pensaba y pensaba, como seria si las viera desnudas, el solo imaginárselas encueradas casi eyacula, pero se contuvo, tenia que seguir disfrutando, ya que tenia semejantes ejemplares femeninos delante de él, y lo que mas lo calentaba, era el saber que tales ejemplares, eran madre e hija.

Fue ese el momento que lo pensó y lo decidió…las tendría que poseer, cueste lo que cueste…a las dos…juntas o por separado, pera se las iba a culiar si o si. Si era necesario violarlas lo haría, aunque fuera a dar a la cárcel, bien valdría la pena pensaba el viejo.

Era patética la escena que se vivía en la casa de la familia de Eduardo Riveros, ver un viejo sesentón, desnudo masturbándose detrás de una ventana, mirando a dos hembras encamables, divinas, ricas inocentemente conversando, no imaginándose que el viejito, a quien ellas y el jefe de hogar, inocentemente lo llevaron a vivir con ellos, para ayudarlo, en ese mismo momento se masturbaba, y a la vez planeaba y decidía el momento en que las culiaria…y a cual primero? Si a la madre, Miriam Caballero o a la hija, Cielo Riveros.

El viejo Pricilo estaba afanado masajeando su tranca, cuando Cielo Riveros inocentemente se estiro de perfil, hacia donde él estaba…el viejo pudo dimensionar su perfecta silueta, su curvilínea figura…al viejo se le juntaba espuma en la boca a tan impactante visión…era la niña de la casa, Cielo Riveroscita…

…pero que par de tetas se decía el viejo…que cuerpo mas rico…oh que culo que se gasta esta niña…lo veía grande y paradito…perfecto como a él le gustaban…ahhhh…..ahhhh…gemía el viejo y concentrándose en la parte mas sagrada de aquella niña-mujer…en su conchita, en su rayita, en su panochita, en su tajito…en su pequeña hendidura…Como la tendrá?…pensó el viejo…peludita o sin pelos?…apretadita…olorosita…ahhh…ahhh…gemía en silencio.

Con estos pensamientos el viejo ya no daba mas… y empezó a balbucear para sus adentros…ay mi niña…ay mi niña…meee voy a coorreeeeerrrr…ahhh tomaaaaaa….tomaaa Kaarennnccitaaaaaaaaaahhhhhhhhh…toma puta de mierdaaaaaaaaaaaaaaaaaa………..hasta que le salió la ultima gota de semen, el viejo no paro de masajearse la tranca…

Pero que buena que esta la putita!.. , pensaba don Pricilo, sentado y ya mas calmado, y así descansando de la chorreante acabada que se acababa de mandar, fue como si el destino estuviera a su favor, en el momento de agudizar el sentido del oído, escucho parte de la conversación entre madre e hija…

–         No mamá, no te preocupes, si yo estaré bien…y así aprovechare de estudiar para el examen de ingreso que me exigen en la Uni…

–         Pero Cielo Riveros, hija, tu sabes que a tu padre no le gusta que te dejemos sola en casa…acuérdate que estaremos fuera por seis días…

El viejo Pricilo no lo podía creer, la niña Cielo Riveros se quedaría por casi toda una semana solita en la casa, o sea con el,…jejejjejeje…reía el aborrecible viejo… y mientras tanto continuaba la conversación…

–         Si mamá, en la mañana yo hable con el y me dio permiso para quedarme, pero con la condición que estuviera en todo momento con mi celu, para que así el me llame y estemos en contacto…además dijo que hablaría con don Pricilo, para que estuviera atento por si yo necesitara algo…

Queeeeeeeeeee? …dijo el viejo, y todavía piensan el dejármela a cargo….jajajjajajajjajaja, reía el viejo por tener tan buena suerte…y a la vez sentía como se le volvía a parar la verga nuevamente…..

–         Mmmmm…bueno, pero no me gusta que abusemos de don Pricilo, él es tan atento con nosotras…y tan preocupado y trabajador…así que hablaré con tu padre, para que le cancele un dinero extra por hacer que tenga más responsabilidades de las que ya tiene el pobrecito…

–         Si mamá, asi yo me sentiré mas segura de pedirle algo, si es que lo necesito…

–         No te preocupes hija, hoy le diré a Eduardo que hable con don Pricilo ya que solo faltan 3 días para el viaje…nos iremos el sábado en la mañana temprano y llegaremos el próximo jueves en la noche…

–         Y cuantas familias irán a la junta anual de la congregación…fue lo último que escucho don Pricilo, cuando vio alejarse a las dos encamables mujeres.

Madre e hija caminaron hacia la casa grande en donde el viejo pudo ver que entraban y las perdía de su visión.

Fue el destino quien lo decidió, meditaba don Pricilo…esa niña-hembra va a ser mia…la convertiré en mi mujer….en mi putaaa…pensaba el viejo eufórico ante tales pensamientos y desde ese momento ya comenzaba a urdir el plan para poder culiarsela…

Lo que mas le calentaba al viejo, era la carita de inocencia que tenia la tierna niña de 18 años, además sabia que seria fácil engatusarla, debido a la inexperiencia de la nena en temas relacionados con el sexo…menos de deseos carnales…como decían los puritanos hombres y mujeres que pertenecían a la congregación conservadora…pero él se encargaría de despertarlos, tenia que tener paciencia, aun le quedaban tres días para planear todo…

Meditando en esto, el viejo se fue a tirar a su viejo y sucio catre, que tenia por camastro, en el interior de su habitación, se tiro a descansar y decidió que no se masturbaría pensando en sus mujeres, término que el viejo ya empezaba a utilizar para referirse hacia Miriam Caballero y Cielo Riveros, juntaría todos sus mocos…su leche…su semen para verterlo en el interior de la hermosa jovencita….

Fueron los tres días más largos vividos por el viejo Pricilo, ansiaba que llegara el día sábado, momento en que por fin quedaría a solas con Cielo Riveros, ya que los padres de la niña se ausentarían por seis días.

Claro está que el viejo sabia que no podía entrar a la casa grande, el viejo era inteligente, no debía mostrar abuso de confianza, tenia que seguir fingiendo ser el sacrificado trabajador que vivía en su ranchito de atrás de la casa grande, agradecido de su patroncito que lo había ayudado en los momentos difíciles.

Total, pensaba el viejo ya habría mas adelante tiempo para aquello, por ahora su interés apuntaba a Cielo Riveros, y planeaba como se llevaría a la niña de 18 años, hasta su cochino catre, en el interior de la cabañita de madera, es ahí donde pretendía el desalmado viejo convertirla en su mujer.

El jueves en la tarde, don Pricilo se encontraba limpiando la piscina, pensando en las culiadas que se pegaría en esa semana, estaba medio caliente pensando en esto, cuando vio salir a Miriam Caballero, la otra ninfa en que también estaba interesado el vejete.

El viejo fingió no darse cuenta de la presencia de Miriam Caballero, seguía trabajando con naturalidad, la mujer al verlo no lo pensó para acercarse a él y entablar una amistosa conversación.

Don Pricilo no lo podía creer, llevaba 02 meses trabajando en aquella casa y siempre mantuvo la distancia con Miriam Caballero y Cielo Riveros, con el que hablaba de trabajo y hacia los tratos era con Eduardo, el marido de Miriam Caballero, su jefe.

No era que ellas lo esquivaran, simplemente no se habían dado las ocasiones y el viejo era cauteloso, se había sabido ganar la confianza de ellos, era ya el momento de actuar, pensaba el viejo para esos entonces.

–         Hola don Pricilo,… como esta,…tan trabajador como siempre,…le dijo Miriam Caballero…dedicándole una de sus más hermosas sonrisas…

El viejo empezó a sudar, ver esa despampanante mujer rubia, de mirada verdosa, dueña de un cuerpo hecho a mano, de tetazas exquisitas y dueña de un culo perfecto y elegante, y el saber que se dirigía a él, que estaba acostumbrado solo a tratar con putas de baja calaña, con todo esto el viejo casi se cae a la piscina dé la impresión.

Y más, al llegar Miriam Caballero se le acerco y lo saluda con un besito en la cara, justo en la parte que tenia llena con verrugas. Don Pricilo se sintió el mas dichoso de los machos…oler su fragancia…situar su asquerosa mano en la fina cintura de la elegante y decente mujer. En el momento de recibir el amistoso e inocente beso, vasto para que al caliente viejo se le pusiera como fierro su verga, para que se le parara el pico…su tranca…

–         Hooola Sra. Miriam Caballero, saludo el viejo Pricilo, estoy terminando de limpiar la piscina, por si la niña se quiere bañar con alguna amiga el fin de semana…

–         No se preocupe don Pricilo, le dijo Miriam Caballero, Cielo Riveros no tiene amigas que vivan cerca, además nosotros no usamos la piscina, Ud. sabe lo que pensamos en nuestra congregación…

–         Si, contesto el viejo, pero Ud. Sabe señora Andreita, como son estas jóvenes de hoy…

–         Hablo mi marido con Ud.? , por lo del viaje…

–         Si pues, y no se preocupe, porque yo estaré aquí atento a lo que pueda necesitar la Srta. Cielo Riveros…jejjejejje…reía el viejo detestable…

–         Ay que buenito es Ud. Don Pricilo, lo dijo Miriam Caballero, dándole un afectuoso abrazo de agradecimiento, por tener tanta consideración con ellas…

El viejo ya no aguanto más y se arrimó al abrazo de esa diosa hecha mujer y le refregó su tranca en su vientre, tratando de acercárselo a su exquisita hendidura, a su rayita…pensaba el viejo…

El inocente abrazo no duró mas de 05 segundos, pero para el viejo fue una eternidad, que rica estaba la rubia, con esos ojos verdes intensos, con esas tetas perfectas, grandes y duras que acababa de sentir aplastarse contra su pecho.

Al separarse Miriam Caballero sonreía, era una sonrisa afectuosa, encontraba simpático al tierno viejito. La rubia era tan inocente, que no sintió o no le dio importancia, a la dureza que sintió en su bajo vientre, al momento de abrazarlo, ni tampoco se fijo de como tenia parada la verga, y que en ese momento hacia leves pulsaciones sobre el asqueroso pantalón.

Don Pricilo, todavía sorprendido por el abrazo que acababa de recibir de Miriam Caballero, de su futura mujer, pensaba el odioso viejo, solo la observaba, la imaginaba desnuda… ¿Cómo se vera sin nada de ropa, cavilaba el viejo…con sus bellas piernas abiertas invitándolo a subirse en ella…miraba las finas facciones de su cara…su blanca sonrisa y dentadura perfecta…

En un momento, el viejo pensó en agarrarla a la fuerza y culiarsela ahí mismo, forzarla y violarla y descargar en si interior todo el semen acumulado en esos días, pero se contuvo.

No, dijo el viejo, la dueña del semen que cargaba en sus hediondas bolas en ese momento era Cielo Riveros, la niña de la casa, de 18 años recién cumplidos. Así lo había decidido y así seria, ya habría tiempo de gozar con la rubia y decente mujer.

Intercambiaron un par de palabras, y la rubia se tuvo que retirar, porque al interior de la casa sonaba el aparato telefónico.

Ahí estaba el viejo Pricilo, todo caliente mirando la retirada de la rubia recatada, seria y decente mujer, que era Miriam Caballero.

El viejo le miraba el culazo, como movía las nalgas en forma cadenciosa, que perfecto lo tenia, y que parecido tenia Miriam Caballero con Cielo Riveros, su hija, solamente que Miriam Caballero tenia el pelo rubio y liso natural, mientras que la niña Cielo Riveros lo tenia oscuro y liso, la madre tenia sus ojos verdes, Cielo Riveros la hija, los tenia azules.

Con estos atributos, el viejo pensaba…pero que gusto que me voy a dar con este par de putas cuando me las culie…cuando les reviente la panocha con mi verga…jajajaja reía el viejo…si en vez de madre e hija parecen hermanas, termino filosofando el viejo Pricilo.

En esos momentos Cielo Riveros se encontraba en su habitación, tendida en su cama, al frente de esta, estaba su escritorio con una silla que la niña usaba para estudiar, la pieza era sobria, nada de posters, nada de fotografías de cantantes o actores, a la niña no le llamaban su atención.

Sus intereses se centraban a los estudios y a actividades de la congregación benéfica en la que participaba activamente junto a sus padres.

Pero algo raro estaba pasando en ella, en su cuerpo, ¿Qué será?, pensaba Cielo Riveros. Lo de la menstruación, su madre ya se lo había explicado muy superficialmente, ya que esos temas no se trataban tan abiertamente en el seno familiar, y algo también sabia por lo aprendido en el colegio.

Pero esto era distinto y no se atrevía a hablarlo con su decente y seria madre, ya que sabia que no era algo bueno, algo había escuchado en una de las charlas de su congregación, de los vicios y placeres de la carne….será eso lo que siento?, se preguntaba la niña. La situación era que lo venia sintiendo desde hace un par de semanas.

Recordaba, la niña, cuando una noche se despertó toda sudada, y como unas leves pulsaciones recorrían su vagina, se asusto, no sabia lo que le pasaba, se daba cuenta que inconscientemente le daban ganas de abrirse de piernas, pero NO, pesaba la nena, eso no era bueno, no era de niñas decentes, pero porque sentía esas exquisitas ganas, pensaba Cielo Riveros…

Recordó también que esa noche no pudo dormir, los desesperantes deseos de abrirse de piernas amenazaban con superarla, pero para su suerte, su fuerza interior, debido a su estricta educación le ganaron la batalla a esas infames pero ricas sensaciones.

Cielo Riveros estaba en estas ensoñaciones, cuando sintió un suave hormigueo en su fina y delicada hendidura, en su vagina,…Oh, otra vez no, pensaba la hembrita, y por mas que intentaba pensar en otras cosas, mas se acrecentaba el rico hormigueo atacando en su sagrado tajito…en su rayita…en su panocha…en su zorrita.

–         Ohhhh Dios mio pero que es lo que estoy sintiendo…se, se siente tan ricoooo….

–         Ahhh ahhh ahhhhhhh, balbuceaba la niña, cuando el rico hormigueo se fue transformando en deliciosas pulsaciones, que se centraban al interior de su fina panochita.

Se paro de su cama como desesperada, no sabia que hacer, se miro al espejo, examino su bello rostro, con su alisado cabello negro peinado hacia a un lado de su carita, se contemplaba asi misma, su rostro se enmarcaba exquisito a través del espejo, sus hermosos ojos azules tenían un brillo raro, su tez blanca contrastaba con el rojo purpuraceo de sus labios, se sentía extraña.

Volvio a su cama e intento calmarse, pero no podía, su cuerpo ya era un mar de sensaciones nuevas para ella, le vinieron nuevamente las desesperantes ganas de abrirse de piernas, pero no podía! No debía hacerlo!, pensaba Cielo Riveros.

Su vestido de una pieza ya se le pegaba a su exquisito cuerpo debido al exceso de calor que la había invadido, ¿y si me quito el vestido?, pensó.

Opto por quitárselo, a lo mejor así se le pasaba esa extraña desesperación, que ya recorría todo su cuerpecito, y que el punto neurálgico que atacaban se centraban en su conchita, en su panochita, en su zorrita.

Lentamente se lo quito, sentada en su cama, una vez en ropa interior se recostó nuevamente y se dio a contemplar su esplendido cuerpo lleno de curvas, pero ella era ajena a esto. Nunca se había interesado en mirarse a ella misma, pero ahora era distinto, ahora tenía interés de contemplarse.

Cielo Riveros no era consciente del exuberante cuerpo que se gastaba, heredado de Miriam Caballero, su madre. Tampoco se daba cuenta de las obscenas miradas que los del sexo opuesto le daban a su anatomía, era deseada por profesores, amigos, conocidos, viejos y jóvenes y por mas de alguna fémina que contrariando las leyes naturales no se resistía de admirar en forma lujuriosa, ese cuerpo de diosa con carita angelical.

Cielo Riveros no se daba cuenta de esto, debido a su estricta educación.

En las oportunidades que asistía, junto a su madre, a la conservadora congregación donde ellas eran miembros junto a su padre, ambas eran objeto de las lascivas miradas, no se percataban que siempre eran los hombres los que se acercaban para saludarlas, siempre muy afectuosamente, incluso hasta en la presencia de su mojigato padre, quien inmerso en sus obligaciones para la congregación, no se daba cuenta, de las calientes miradas, y no tan inocentes abrazos y roces que eran objeto su mujer y su hija.

Pero nadie se atrevía a dar un paso más allá, porque todos conocían a la familia de Eduardo Riveros y era una familia respetable.

Lo que nadie se imaginaba era que en la misma casa de esta decente familia, estaba el hombre que si se atrevería a ir mas allá de lo permitido, y que ya se preparaba para degustar tan exquisitos manjares, este hombre ya lo conocemos es don Pricilo, un asqueroso viejo de 63 años, que estaba dispuesto a jugársela hasta el final, para hacerse para el solo a estas dos hermosas mujeres, madre e hija.

Eduardo estaba preocupado de andar haciendo el bien por el mundo.

Volviendo a la habitación de Cielo Riveros, ya se encontraba semi desnuda recostada en su cama, luchando contra las placenteras sensaciones ya descritas.

Inconscientemente la niña comenzó a tocarse su piel a la altura de su vientre, al primer contacto con este sintió como se le erizaban todos los bellitos de su cuerpo incluso los de su fina y delicada panocha, y un rico escalofrió la invadió por unos instantes.

Se dio cuenta que mientras mas bajaba si fina manita, por su vientre hacia su rica hendidura, mas se le aceleraban los latidos de su corazón, fue en esa situación que sintió el primer golpe de corriente en el interior de su rajita…de su tajito.. de su conchita… de su panocha….Ahhhhhhhhhh………….Ohhhhhhhhhhh, pero que fue eso, pensó la chiquilla, ya con su respiración totalmente agitada……Fuueeee rriiiiiccccoooooo…pensaba, ya presa de oleadas de placer que se venían amenazantes.

Inmersa y concentrada en las ricas pulsaciones que atacaban su fina y suave hendidura, se fue abriendo de piernas suavemente, no las abrió totalmente, se vio a si misma y se dijo, para Cielo Riveros, esto no se hace, mientras los ricos cosquilleos, punzadas y pulsaciones, continuaban atacando placenteramente su rajita, su panochita.

–         Pero que rico que estoy sintiendo, decía la niña,

ahhhhhhhhhhh….Mmmmmmmmmmmmm.

–         que riiiiiicccoooo…….

– Quueee riiiiiiccoooo….

– ahhhh… .peeroooo. .noooo.. .deeeebbooo.. .haaacerrrrrrrrlooo.

– ahhhhhhh..mmmmmmmmmm……

Sus hermosos ojos azules miraban fijamente hacia el techo, todo era nuevo para ella, volvió su mirada hacia su rayita y se dio cuenta que su pequeña pantaleta de color celeste, estaba humedecida por un extraño liquido…aun así no se asusto.

Luego en un acto de autentico instinto, fue deslizando su mano, desde su ombligo hacia la zona prohibida para ella, temblaba de nervios por acercarse y sentir lo desconocido. Bajo su mano hasta la altura de su pequeño calzoncito, ya todos mojados por la cantidad de jugos que destilaba su inexplorada zorrita, su hendidura, su panocha.

Estaba expectante, no sabia que hacer, no sabia que parte venia ahora, en un segundo decidió que lo mejor seria quitarse la pequeña pieza de ropa que cubría su pequeño triangulo, así a lo mejor no seria tan malo, pensó la dulce criatura.

Lo hizo antes que se arrepintiera, tomo su fina prenda por ambos lados, subió un poco sus caderas y los deslizo hacia sus bellas piernas, sacándoselo y arrojándolos a un costado de la cama, luego se sentó en su cama y destrabo el fino sujetador y arrojándolo a cualquier parte de la habitación, estos fueron a dar encima de su escritorio, liberando ese par de tatas que estaban para comérselas, grandes, duras, ricas y paraditas.

Se recostó nuevamente. Y ahora que? pensó la niña.

Que espectáculo mas maravilloso era contemplar aquella Niña-mujer, a Cielo Riveros, recostada en su cama, totalmente desnuda en la soledad de su habitación, un cuerpo perfecto, juvenil, acompañado de la inocente belleza de su dueña con un buen par de tetas que aunque ella se moviera estas se mecían suavemente, quedando casi en el mismo lugar, unas tetas esplendidas, con pezones rosaditos que ya estaban erectos, por la inconsciente calentura que sentía su dueña, y todo esto heredado de Miriam Caballero su hermosa madre.

Desde su estomago hacia abajo, el panorama era enloquecedor, la niña ya estaba con sus blancas y bellas piernas semi abiertas, desde su ombligo hacia abajo se veía ese espectacular monte de venus, sombreado por unos escasos y finos pelitos negros, que al contrastar con la blancura de su cuerpo, podían volver loco a cualquiera que viese semejante espectáculo.

–         Pero que estoy haciendo? Se preguntaba Cielo Riveros

–         Es que se siente tan riiiiiicoooooo……………mmmmmmmmmmm…………….

Ese pensamiento fue el inicio para lo que se vino después:

Inocentemente la niña llevo una de sus manos a su fina hendidura, y paso lo que tenia que pasar…EXPLOTO… Al primer contacto de su mano con su vagina, instintivamente se abrió completamente de piernas, y de igual forma su otra mano subió para agarrarse una teta y empezar a masajearla suavemente, sintiendo así por primera vez oleadas de placer nuevo para ella.

A los pocos minutos de estar disfrutando de tan gratas sensaciones la niña empezó levemente a menear sus caderas en formas ondulatorias, mezclándolas con movimientos pélvicos de sube y baja….mmmmmmmmmmm……….aaaahhhhhhhhh…gemía Cielo Riveros.

Llevaba unos 25 minutos de rico disfrute, cuando sintió que su cuerpo le exigía aun mas, instintivamente se empezó a menear más fuerte, la cama de la nena ya había comenzado a crujir con ese erótico sonido que hacen los resortes ante los severos movimientos que hacia la nena.

No era normal la forma bestial en que se masturbaba la niña, su mano derecha hacia desquiciantes círculos en su panocha, mientras su mano izquierda amasaba sus tetas y las apretaba salvajemente.

Cielo Riveros no era consciente de la gran pajeada casi bestial, que se estaba dando, no sabia que aquello se llamaba masturbación, lo que si sabia era que le encantaba. Sus movimientos y meneadas eran de autentico instinto animal, sus hermosos ojos azules estaban totalmente abiertos, parecían estar concentrados en algún punto del techo de la habitación, y de sus finos y delicados labios salían salvajemente una expresión vocal de sshhhhhhaaahhhh…….sssssshhhhhhaaaa…….ssssshhhhhhaaaaaaahhhh…sssssssaaaahhhhh.

Sus bellas piernas las tenia totalmente abiertas, dejando ver en plenitud su rica hendidura, su panocha, su zorrita, se notaba apretadita, rica exquisita, sus dedos no se los metía hacia dentro de esta, ya que con el solo tacto sobre sus olorosos labios vaginales era suficiente para sacudirse en placenteras oleadas de disfrute sexual.

Que hermosa escena se vivía en esa habitación, una hermosa hembra de 18 añitos masturbándose como la mas vil de las putas, sus rodillas las tenia tan flexionadas que hasta casi tocaban sus hombros, para ella era lo mas rico que había sentido en su vida.

De pronto la niña noto que al acelerar los movimientos circulares con sus dedos, sobre su panocha, algo que la hacia estremecer aun mas se acercaba, por lo que aplico mas velocidad al movimiento de sus dedos, siempre haciendo rápidos círculos, y gemía cada ves mas fuerte con los monosílabos de….

Shhhhhhhhhhhh……..

shhhhhaaahhhh…

ahhhh. .ssshhhhhhhhhhhhhhhh….

Se acercaba……

ssshhhhhaaahhhh…

sssshhhhhaaaaaa…

Estaba al borde….

sssshhhhhhhhhhhhh.

sshhhaaahhhhh.

ahhhhhh. ahhhh..AAAAAAAAAAAhhhhhhhhhhhhh…………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………

Y exploto en el mas fenomenal y desquiciante orgasmo, su cintura se meneaba automáticamente, haciendo una serie de movimientos circulares, sus caderas se elevaron casi 50 cms. sobre el nivel de la cama, siempre meneándose circularmente y haciendo movimientos como de arremetidas contra algo…algo que no estaba allí…su tajito, su hendidura, su panocha se contraía, como si quisiera cazar algo con esta, mientras que de la misma arrojaba una abundante cantidad de flujos, jugos y líquidos vaginales, era tal la cantidad que la nena pensaba que se estaba meando.

Sabia en el fondo de su ser que su zorrita, su panochita, tenia que cazar algo y atraparlo, pero no sabia lo que era. Hasta que cayó desplomada en la encharcada cama, con sus hermosos ojos azules semi cerrados, su carita retomo sus facciones angelicales e inocentes, con una leve tonalidad rosácea en sus mejillas.

Con una manita puesta en su fina pero mojada hendidura, y la otra agarrándose una teta, se durmió feliz, sin darse cuenta de lo mojada que estaba su cama.

Cielo Riveros dormía profundamente en su cama, desnuda, toda desarbolada ante tal bestial masturbación que se había mandado esa tarde, casi una hora y media estuvo dándose ella sola.

Ahora, en la pasividad del cuarto, era ver a un ángel dormido.

Su cuerpo perfecto, sus tetas ricas y precisas en tamaño para su cuerpo, sus bellas piernas aun las mantenía abiertas, su fina hendidura, su tajito, su zorrita, su panocha la mostraba en toda su crudeza, rosadita y sombreada por esa escasa y fina capa de pelitos sedosos bien oscuritos, que como ya se dijo que Cielo Riveros era blanquita, sus suaves pendejitos negritos contrastaban con la tonalidad de su piel.

Se despertó en esas condiciones y recordó lo acontecido, se extraño de lo que hizo, sabia que sintió rico, exquisito, no sabia que eso que le gusto tanto se llamaba masturbación, nunca nadie le hablo de ello. No se arrepintió y decidió que lo volvería a hacer en alguna otra oportunidad y sin preocupación alguna se fue a dar una refrescante ducha.

Y así paso la semana, sin alteraciones para la decente familia, incluyendo al viejo Pricilo, que se dedico a pensar cual seria la mejor forma para encamarse con Cielo Riveros, la hermosa criatura de 18 años, hija del matrimonio Riveros Rojas.

Cielo Riveros dormía serenamente en su camita, ataviada por su largo camisón con el cual acostumbraba a dormir. El sueño de la dulce adolescente era sencillamente apacible.

Era día sábado cerca de las 09.00 de la mañana, sus padres se habían ido a su retiro de familias decentes de la congregación por seis días, por lo que la niña gozaría de la tranquilidad de su hogar por casi toda esa semana…

Cielo Riveros pensaba estudiar todo el día, ya que el próximomiércoles debía rendir un examen para poder ingresar a estudiar a la Universidad, ese era el motivo principal por el cual no acompaño a sus padres.

En el patio de la casa, justo al lado de la piscina se encontraba don Pricilo, el jardinero, un viejo de 63 años, a quien los padres de la niña inocentemente la dejaron a su cuidado, ya que el viejo era conocido en la congregación a la cual ellos asistían

Lo que no sabían, eran las siniestras intenciones que tenía este viejo asqueroso, y que él pensaba concretarlas ese mismo día a sabiendas que tenia todo el tiempo del mundo para llevarlas a cabo.

El sonido fue ensordecedor, la maquina generadora de corriente estaba en perfectas condiciones, pero el viejo simulaba practicarle mantención, su intención real era que Cielo Riveros se despertara y saliera al patio para el poder abordarla, y poner en ejecución su plan de poder arrastrarla hacia su inmunda cama, al interior de la cabaña del fondo del patio.

En efecto, por el ruido del generador, la niña se despertó, se sentía tan bien ese día que se levanto en el acto, miro por la ventana de su habitación y frente a esta vio al viejito que trabajaba en su casa…

–         Mmm… pensó la niña…este pobre de don Pricilo, siempre tan trabajador el pobrecito, nunca descansa… y de pronto se le ilumino su carita…Lo invitare a desayunar…pensó la nena, contenta de saberse de tan buenas intenciones.

Y eso era cierto, Cielo Riveros a sus 18 añitos recién cumplidos, tenía un alma pura, su vida no sabia de malas intenciones, fue criada con los más solidos conceptos morales y éticos. Siempre dedicada a sus estudios y participar en obras benéficas.

A pesar de su extrema belleza, Cielo Riveros nunca había tenido novio, a lo más unos simples acercamientos amistosos por parte de otros jóvenes decentes de su congregación, eso pensaba ella, pero la realidad era que detrás de esos inocentes acercamientos, hasta los más puritanos de su conservadora congregación, sentían deseos libidinosos…

…imaginaban que la tomaban, que la poseían, que se la culiaban bien culiaaaa…ni su madre se salvaba de las perversiones imaginadas por sus pares, ya que Cielo Riveros había heredado la extrema belleza de su progenitora, siendo ambas las protagonistas de los mas oscuros deseos de la comunidad masculina en que se desenvolvían estas dos hermosas mujeres, madre e hija.

La niña se dio una refrescante ducha, seco y peino su cabello, se perfumo, su lindo rostro lo maquillo delicadamente, como lo hacían todas las féminas de su congregación. Cielo Riveros nunca lo necesitó. Desayunaría con don Pricilo y luego a estudiar, pensaba Cielo Riveros…

El viejo se paseaba como perro enjaulado, alrededor de la piscina, la ansiedad por ver a esa hermosa criatura, lo tenia desesperado…

Hasta que por fin sucedió lo que con tantas ansias esperaba, vio salir de su casa, a esa niña-hembra, que lo tenía vuelto loco… Cielo Riveros se acercó en forma espontanea, a donde él estaba y lo saludo…

–         Hola don Pricilo… le dijo la nena…

–         Hola Cielo Riveroscita, hasta que despertó…jejeje…reía cínicamente el viejo…

Cielo Riveros nunca había estado a solas con don Pricilo, pero como ya llevaba 02 meses trabajando en su casa, ya lo veía en confianza.

El vejete la contemplaba, le miraba sus hermosas piernas blancas, la niña llevaba un vestido que le llegaba hasta un poco mas arriba de las rodillas dejando ver una buena porción de esos perfectos y potentes muslos…

Cielo Riveros hablaba con don Pricilo de cosas sin importancia…Además le conto que el próximo día miércoles debía rendir un importante examen para la Uni… y bla…bla…bla…

Don Pricilo le asentía en todo, su mente estaba concentrada en ese perfecto cuerpo de mujer, esas curvas que se adivinaban bajo el vestido, como este a su vez se estiraba al llegar a la altura de sus tetas. Al viejo ya se le estaba parando la tranca, cuando la niña sorpresivamente lo invita a pasar a la terraza para desayunar…

El viejo Pricilo se sentía en la gloria, esa hermosa niña le invitaba a desayunar y todo preparado por ella, con sus finas y delicadas manos…el viejo intencionalmente, ya la estaba mirando como su mujer…su hembra…como su puta…

Se sentaron en la cómoda terraza, para degustar el exquisito desayuno…claro que Cielo Riveros solo comería frutas y bebería un vaso de leche, la niña era muy preocupada de su estado físico…

Cielo Riveros lo miraba inocentemente, pero debido a su edad y a las reacciones hormonales de su cuerpo, que ya se manifestaban, no pudo evitar examinarlo de la forma en que una hembra mira a un macho, aunque esto fuera muy remotamente, pero sucedió…

…pobrecito de don Pricilo, pensaba la nena, cuando se fijo que el viejo al dedicarse a comer como un verdadero cerdo, le costaba masticar los alimentos, además de comer con la boca abierta, mostrando todo lo que tenia adentro, de lo que tenia por boca, salpicando con asquerosas babas todo a su alrededor…

…claro que al viejo le costaba comer, la niña también se pudo dar cuenta que don Pricilo tenia todos los dientes cariados de color café oscuro, dando el aspecto de que en vez de tener dentadura, lo que tenia el viejo era una masa ennegrecida, putrefacta y pestilente al interior de su boca… Si describiésemos al viejo Pricilo, podríamos decir que su aspecto físico contrastaba al máximo con de la bella jovencita…

…de hecho el viejo era extremadamente FEO, era de tez morena, su cara era redonda y mofletuda, con una serie de verrugas que se desparramaban por todo el lado izquierdo de esta, en su cabeza tenia una maraña de pelos canosos y sebientos, al igual que su piel sebosa y grasienta…y una gordura que ya casi caía en la obesidad mórbida…ósea el viejo Prisilo era horripilante…

Mientras Cielo Riveros, terminaba de hacer estas apreciaciones, el viejo eructo una flatulencia que impregno todo el sector de la elegante terraza, con un asqueroso olor a mierda, pero a la niña le parecían cómicas todas estas salidas de tan horrendo personaje…

–         Y que hará hoy día jovencita, para no aburrirse…jejeje…reía y preguntaba el vejete horripilante…

–         Don Pricilo, hoy me dedicare a estudiar, acuérdese que ya le comente que el miércoles debo rendir un importante examen…

–         Tan importante es, mi niña? …pregunto el viejo…queriendo demostrar interés…

–         Si…si… le contesto la beldad…podría decidir mi futuro…por eso debo prepararme…

–         Pues yo pensé que quizás quería ocupar la piscina Cielo Riveroscita…jejeje…incluso le he limpiado solo para ti, mi pequeña…(el viejo de a poco iba tomando confianza con la nena)

–         Mmmm…no lo se…para ocupar la piscina, tendría que usar traje de baño…y mis padres no lo aprobarían…Ud. Sabe que yo pertenezco a una familia decente…-le respondió Cielo Riveros, con su carita de inocencia.

–         Mira nenita… le dijo don Pricilo…todas las jóvenes de tu edad lo hacen, no hay nada de malo en ello, además tus padres no están y no tienen que porque enterarse…

–         Oh…don Pricilo, pero Ud. se los diría, y ahí si que yo tendría problemas…

–         Pero para eso estamos los amigos, pues nenita, le dijo el viejo, quien ya al imaginársela semidesnuda, ya se le había parado la verga nuevamente.

La niña lo miro con esos hermosos ojos azules, y con una sonrisa picara y encantadora le respondió,

– Este bien pensará, pero tiendo a ser un secreto entre nosotros …

El viejo casi se orina, ante la respuesta de la dulce criatura,

–         Claro que si mi niña, claro que si,…le contesto don Pricilo casi babeando, por el espectáculo que tal vez se podría dar ese día, con esa linda adolescente, que se encontraba al frente de el…

Terminaron el desayuno, y cada cual se dedico a sus quehaceres… claro que el viejo no dejaba de estar pendiente de lo que hacia o dejaba de hacer la nena…

A las 02.00 de la tarde de ese día sábado, habiendo ya almorzado cada uno por su lado, Cielo Riveros meditaba en la conversación que sostuvo con don Pricilo, ese día en la mañana…

Pensaba que tal vez no era tan malo usar la piscina, además casi todas sus compañeras del colegio la hacían…

Pero ella no hacia ese tipo de cosas, eso era exhibirse, le habían enseñado sus padres…

…¿Pero quien la vería?…, se preguntaba la niña…si estaba sola…solo la vería don Pricilo…ese viejito tan trabajador que vivía atrás de su casa, en la cabañita de madera…si hasta ya lo miraba como su abuelito, pensaba la bella joven…no había nada de malo en ello…

En tanto, en el patio de su casa, el viejo Pricilo se acomodaba, en una confortable silla de descanso, se había ataviado con camisa y bermudas, ambos con sendas y chillonas flores tropicales de todos colores, intentando dar un toque estival a esa tarde, para ver si la niña se animaba a ocupar la piscina, para el poder el gusto de contemplar ese hermoso cuerpo de Diosa…

…y esperar el momento clave, para poner en acción su plan de poseerla, y saciar sus mas bajos y asquerosos instintos, en el cuerpo de su bella e inocente victima…una hermosa adolescente de 18 añitos recién cumplidos…

En ese mismo momento, en la habitación de Cielo Riveros, se vivía otro episodio clave para los oscuros acontecimientos que cambiarían el curso de la vida de tan hermosa criatura…

Cielo Riveros había decidido no ocupar la piscina, pero si quería tomar el sol, igual que sus compañeras del colegio…no había nada de malo en ello, además nadie lo sabría…Abrió su armario y desde el fondo de este saco una pequeña cajita color negro.

Al abrir la pequeña caja saco de su interior un diminuto conjunto de 02 piezas color azul oscuro, era un bikini, tanguita y sujetador, que le había regalado Lidia, su amiga de la infancia, hacia por lo menos un año atrás.

Ella al ver que no tendría oportunidad de usarlo debido a su estricta y conservadora educación lo guardo en el armario, quedando este en el olvido…

…pero ahora debido a los acontecimientos que se sucedían en el interior de la casa de tan decente familia, Cielo Riveros había decidido, que esta era la mejor oportunidad para usarlo, con la intención de tomar un poco de sol…

A continuación la niña procedió a desnudarse completamente, una vez desnuda, tomo el pequeño conjunto y se lo puso…

El conjunto era de por si pequeñísimo, la parte de abajo solamente alcanzaba a cubrir su triangulo de escasos pelitos púbicos, y por detrás, este se perdía y estiraba separando ese grandioso par de nalgas que se gastaba la nena, que pedazo de culo era el que tenia Cielo Riveros.

Luego se puso el sujetador, este le tapaba un poco mas de esas exquisitas aureolas que tenia en ese par de tetas exclusivas, hechas para ser manoseadas solo por algunos, solo para los mas afortunados, por ahora vírgenes, inmaculadas.

Una vez puesto ese exquisito y diminuto traje de baño, Cielo Riveros se miro al espejo, se estudiaba, por primera vez en su vida quería verse perfecta…que pedazo de mujer…su cuerpo estaba hecho a la perfección, no había nada que faltara o sobrara de su perfecta y delineada anatomía…un cuerpo hecho para poseerlo, para saciarse en el, para descargar a través de su pequeña hendidura, abundantes cantidades de semen de macho…

Pero por ahora este cuerpo no tenía dueño, era virgen, aunque le quedaba poco tiempo a su dueña, para conservarlo en esa condición…

Cielo Riveros se admiraba al frente del espejo, estudiaba su figura, para ella era normal, desconocía que su curvilíneo cuerpo, sumado a las finas y exquisitas facciones angelicales e inocentes de su hermosa cara, provocaba lascivia con los del sexo opuesto, y por qué no decirlo, con las de su misma condición de hembras, también.

Si, habían mujeres dentro de su congregación y dentro de su colegio que siendo finas y decentes mujeres de sociedad, como también dedicadas estudiantes, que incluso alcanzaban las mas altas calificaciones, con el solo hecho de contemplarla por algunos segundos, a la hermosa adolescente, sufrían un desorden hormonal y esas miradas que en un principio eran de envidia, rápidamente se transformaban en miradas de deseo carnal, de lujuria…

Cielo Riveros continuaba admirándose en el espejo, solamente con su traje de baño azul, poso su mirada en el pequeño triangulo, que cubría su parte mas sagrada, se daba cuenta que este le tapaba solo lo necesario para que no se le viera el inicio de sus perfumados pelitos de su panocha, de su zorra…No le importo este importante detalle, ya que su población de vellos púbicos era escasa este le cubría prácticamente solo su rayita…su fina y delicada hendidura. INSISTO a ella, no le importo.

En ese estado, la suculenta Hembra-Niña-Mujer, tomo una toalla y se dirigió al patio de su casa, en dirección hacia la piscina, que a un par de metros de esta, se encontraba la cabaña de madera, donde vivía don Pricilo, el jardinero de su casa…

En ese mismo instante, el viejo Pricilo, estaba sentado el su silla de descanso, que había instalado, a la sombra de uno de los arboles que adornaban el hermoso jardín de la casa, esperando, como un perro rabioso espera a su presa.

Y de pronto sucedió el milagro, para el detestable viejo fue como si se abrieran la puerta de los cielos, cuando observo que por unos de los grandes ventanales de corredera de la casa principal, hacía su aparición, la criatura mas hermosa que había visto en su fea existencia.

Fue como si lo dimensionara en cámara lenta…la niña Cielo Riveros se aproximaba hacia el…casi desnuda!…

Pero que puta mas rica!…pensaba el viejo Pricilo, con la cara desencajada a tan impactante visión…miraba ese rico triangulo azul, justo al medio de las caderas y piernas de la joven, el viejo ya casi podía adivinar, como se vería esa delicada hendidura, si estuviera al descubierto…

Cielo Riveros ya llegaba a su lado, don Pricilo tuvo que tomar aire para recomponerse…

–         He decidido tomar un poquito de sol, don Pricilo…le dijo la rica de Cielo Riveros, que en ese momento intentaba cubrir algo de su cuerpo, con la toalla que traía, ya que nunca en su vida había estado en semejantes condiciones (casi desnuda), delante de otra persona…

En su interior la niña se cuestionaba, el estar semi-desnuda al lado de un viejito, que bien podría ser su abuelito, pero a pesar de los nervios que la invadían, su conciencia le decía: que no había nada de malo en ello!…no había ninguna mala intención de por medio!…en estar en tales condiciones, casi en pelotas, delante de ese viejito que tan bien se ha portado con su familia…

Por su lado el viejo caliente de don Pricilo, ya pensaba en abalanzarse, ante tal potente hembra…sentado en su silla, la miraba con la boca abierta, dejando ver esa pestilente y putrefacta masa café que tenia por dentadura…

–         Lo que si le pido don Pricilito, es que esto sea un secreto entre nosotros, Ud. no sabe como reaccionaria mi padre si se entera que le he contra decido…le solicito la nena con es carita de niña mimada…

–         Pero por supuesto que si mi reina, por supuesto que si, será nuestro gran secreto…jejeje, reía el horripilante viejo…sintiendo que ganaba terreno al tener ese tipo de secretos en común con la niña Cielo Riveros…la dulce Cielo Riveros…

Esa situación le favorecía, ante las calientes y perversas intenciones, que tenia para con la niña, ya que los podría manejar a su favor, para utilizar a su antojo a Cielo Riveros, la niña de la casa…

Una vez terminado el acuerdo, Cielo Riveros se sintió más segura, sus padres no se enterarían de nada…que bueno era don Pricilo con ella, pensaba la inocente criatura…

Pensando en esto, se dispuso a estirar la toalla sobre el suave pasto, todos sus movimientos eran extremadamente delicados, una ves estirada la toalla la niña se agacho y al intentar estirarla aun mas se puso en cuatro patas…elevando ese hermoso culo hacia donde estaba don Pricilo, que ya estaba apunto de lanzarse y encularla ahí tal como estaba, pero el viejo se contenía, debía ir paso a paso…

Luego de esto la nena, en forma inconsciente, en la misma posición rodeo la toalla, se deslizaba como una verdadera perra, hasta que al terminar su recorrido se estiro de espaldas para ahora si tomar el sol como tanto lo deseaba.

Don Pricilo atento a toda esta situación, estudiaba embelesado, todas esas curvas casi diabólicas que se gastaba tan angelical criatura. Su verga ya estaba parada al máximo, la tenia como fierro…

La niña ya disfrutaba de tan agradable baño de sol, estaba relajada, sin preocupaciones…el viejo Pricilo, solo la observaba desde su silla, por ahora le daría el gusto al placer de la visión pensó para si mismo…

El vejete, nunca en su vida había tenido tan de cerca a un ejemplar femenino, con tan ricas características físicas como las de Cielo Riveros, disimuladamente el viejo se sobaba la verga…se masajeaba el pico…la tranca, mirando de tan cerca a esa amazona con cara de niña…

Por la situación que se vivía en esa alejada casa, del resto de la urbanización, el viejo Pricilo se sentía seguro, los padres de la niña llegarían el próximo jueves…tenia 5 días para disfrutar de esa hermosa adolescente de 18 años…y si algo salía mal, solo desaparecería y asunto terminado, pensaba para si el siniestro viejo…

En esto estaba el viejo caliente de don Pricilo, cuando para disfrutar al máximo esos momentos previos a sus diabólicas intenciones que eran culiarse a la nena a como de lugar, forzarla, violarla, usarla como un objeto para satisfacer a cabalidad sus asquerosos instintos sexuales, fue cuando decidió encender un cigarrillo y abrir una lata de cerveza…para disfrutar, se decía don Pricilo…

Cielo Riveros, al sentir el sonido de la lata, se levanto, quedando recostada y pudo observar, como el viejo bebía cerveza y fumaba, también noto un extraño brillo en su mirada.

–         Don Pricilo que hace?,…le pregunto la nena, en nuestra casa no acostumbramos a beber y fumar, mis padres no lo aprobarían, le dijo Cielo Riveros, con su carita de preocupación…

–         Mira ricura…contesto el viejo, quien ya se sentía con mas derechos en la persona de Cielo Riveros…Tus padres no están, yo te guardo un secretito y tu me guardas uno a mi, jejeje, estamos de acuerdo preciosura, jejeje…le sonreía el miserable viejo, mirándola con los ojos enrojecidos por la calentura…

Cielo Riveros lo escuchaba, no entendía porque don Pricilo la trataba con ese tipo de apelativos, ella no le había dado motivos, y fue ese el momento en que noto que el viejo le miraba fijamente el promontorio de carnes que tenia por tetas…

–         ESTAMOS DE ACUERDO… O NO…!…volvió a preguntar don Pricilo, ahora con mas autoridad…

–         Si…si…don Pricilo, contesto la dulce Cielo Riveros, no muy convencida, pero sabia que el viejo tenia razón…

Ella estaba abusando de la confianza que le habían tenido sus padres, al permitirle quedarse sola en casa para ESTUDIAR… Ahora recién tomo conciencia que se encontraba semi desnuda, al lado de un hombre que no era nada de ella…

–         Tranquila mi niña, es solo una cerveza y un cigarrillo…le hablo don Pricilo, para tranquilizar ala niña.

El viejo quería seguir jugando un rato mas con ella, con esa dulce criatura hecha mujer, que con tan solo 18 años, ya estaba en condiciones de recibir verga por cualquier orificio de su hermoso cuerpo, había dictaminado el viejo…

Y surtió efecto la estrategia de don Pricilo, Cielo Riveros un poco mas tranquila, se tomo el cabello, con un fino pañuelo de seda, que hacia juego con sus hermosos ojos azules, y también con su diminuto traje de baño, se veía espectacular.

Nuevamente la niña se recostó sobre su suave toalla, el haber notado ese extraño brillo en los ojos del viejo, sumado al nerviosismo y susto que sintió, cuando don Pricilo le hablo de forma tan prepotente y a su vez la llamo…ricura…preciosura…

…con todas estas sensaciones y pensamientos descritos, bastaron para que estos mismos se trasladaran a la parte más sensible del hermoso cuerpo de la niña, a su panocha, a su fina, delicada y virgen ranura intima…a su zorrita…

La niña comenzó a sentir, ese rico y suave hormigueo en su conchita, su mente se escandalizo, no se podía dar el lujo de sentir tan ricas sensaciones, al lado de tan horripilante viejo, Cielo Riveros ya había dimensionado que don Pricilo era un viejo feo y asqueroso… pero la había llamado ricura…preciosura…

Con estas ideas, el rico hormigueo, rápidamente se fueron transformando en placenteras punzadas que atacaban su parte mas preciada, su rajita, sentía unos ricos y leves latidos en el interior de su vagina, como si esta tuviera corazón propio…

Así estaba la nena, con esas ricas y placenteras sensaciones que ahora si atacaban sin misericordia su exquisita anatomía, llena de curvas demoniacas, y nuevamente estos ataques se centraban en su zorrita, en su panocha…

Con su hermosa mirada entrecerrada, se dio a mirar muy discretamente a don Pricilo, pudo notar que el viejo muy nerviosamente se llevaba el cigarro a la boca y a la vez que este pegaba una bocanada de humo, al aspirar, con su otra mano se masajeaba una enorme protuberancia que se le había formado entre sus asquerosas piernas.

La nena, no sabía que era esa cosa, que don Pricilo escondía bajo sus pantalones…Pero que es lo que será?, se preguntaba la niña, sintiendo cada vez más exquisitas las ricas punzadas que ya se habían apoderado de su jugosa panocha.

Tubo el impulso de parase y ella misma ir a inspeccionar que es lo que don Pricilo escondía con tanto celo, se sentía curiosa…o estaba caliente?…

Para intentar calmarse, la nena intento cambiar de posición, o moverse, haber si así se le terminaba ese enloquecedor hormigueo que sentía en su cosita.

Lentamente fue subiendo una de sus exquisitas piernas, hasta deslizar su delicado pie y posarlo al lado de su otra rodilla.

En esta posición, con una pierna estirada y la otra levantada, tendida en la suavidad de la hierba, combinando la imagen con ese precioso cuerpo de Diosa, y ese diminuto calzoncito color azul, que solamente le cubría el nacimiento de su tajito, sencillamente se veía espectacular.

Don Pricilo, que no perdía un solo detalle de esa hermosa posición, que adopto la niña, estaba al borde del ataque cardiaco.

Que imagen más rica, pensaba el viejo esta perra esta para meterle verga por toda una noche, y pensó que ya era tiempo de actuar. Termino su cerveza y apago el tabaco, y se dispuso a poner en práctica la primera parte de su plan.

Cielo Riveros lo miro extrañada, se dio cuenta que se dirigía en dirección a ella, lo que mas la ponía nerviosa, era que en esos momentos, continuaba con las ricas punzadas en su panocha…en su rajita.

–         Mira preciosa… le dijo el horrible viejo…Yo iré al pueblo por unas cervezas, te dejare sola un rato, una hora quizás, asi que relajate y disfruta de la tarde…jejeje…

–         Bueno don Pricilo, respondió Cielo Riveros, vaya tranquilo que aquí yo lo espero…

La nena no sabia porque se sentía tan nerviosa al tener al viejo tan cerca de ella y fijarse que ahora don Pricilo no despegaba si viciosa mirada de su pequeño triangulo casi desnudo.

Además, se fijo que la gran protuberancia que el viejo escondía, ahora estaba muy cerca de su cara, y que también hacia leves pulsaciones sobre el pantalón del viejo, como amenazando salir se su escondite.

El viejo se encamino hacia la salida principal de la casa, la nena miraba como esa fofa y mórbida figura, con varices en ambas de sus asquerosas piernas desaparecía de su vista, y una vez que escucho el motor de la destartalada y cacharrienta camioneta de don Pricilo, la nenita se sintió mas tranquila…la sintió alejarse.

En realidad el viejo no se dirigía la pueblo, como le dijo a Cielo Riveros, la idea del viejo era que la nena creyera que la dejaba sola, estaciono el vehículo y lo escondió detrás de unos arboles, para luego ponerse en marcha en forma sigilosa en dirección a la casa, de la decente familia de Eduardo Riveros.

Cielo Riveros, al sentir la tranquilidad de estar sola, se dispuso a disfrutar del momento, las ricas punzadas que sentía en su panocha, no la dejaban tranquila. Sintió la imperiosa necesidad de tocarse, no sabia si debía hacerlo, pero recordó que don Pricilo no llegaría hasta dentro de una hora.

Y al recordar las exquisitas convulsiones que su cuerpo había experimentado, hace solo un par de días, la niña se armó de valor y dirigió su blanca y delicada manita, hacia su parte prohibida, hacia su estrecha rajita, su suave hendidura…y suavemente empezó a gemir

– Weiiiiiiiiiiiiii.

– Weiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii……………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………

– Weiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii.

gemía la niña…………Mmmmmmmmmmmm…ahhhhhhhhhhh

Su mano bajaba lentamente, a cada roce de sus delicados dedos con la suavidad de su piel, la nena era atacada por unos ricos corrientazos de escalofríos, que nacían de cada una de sus extremidades, desde su cerebro y desde sus pies, para luego recorrer la totalidad de su cuerpo lleno de curvas infartantes, y todos con un mismo destino, todos se iban a depositar en su tajo…en su zorra, en su panocha.

–         Pero que rico se sienteeeeeeeeeee…….

Ohhhhhhhhhhhhhhhhhhh……….mmmmmmmmmmmmmm.

La calentura de a poco se iba apoderando de Cielo Riveros, de esta hermosa adolescente, que ya en este momento se disponía a deslizar su manita por debajo del diminuto calzoncito que cubría muy precariamente su panocha…-

-Ahhhhhhhhhhh…quueeeee…….ricoooooooooo, gemia presa de la calentura…………..

Una vez que traspaso esa barrera de tela, Cielo Riveros instintivamente, empezó a recorrer su apretada rajita, con la yema de los dedos, la sentía húmeda, en su mente se preguntaba porque se le mojaba su cosita, era esto normal?…para luego olvidarse, ya que las ricas punzadas que sentía, eran mejores que estar haciéndose ese tipo de preguntas, meditaba la nena…

MMMMMMMMmmmmmmmm…………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………..

Su azulada mirada, se perdía en el infinito del cielo, cuando llevaba solo unos minutos de suave pero rica masturbación, en alguna parte de su conciencia, recordaba que don Pricilo había salido, y dijo que no llegaba hasta en una hora, todavía le quedaba tiempo pensaba la decente niña de 18 años…

-Oooooohhhhhhhhhhhhh…………..ohhhhhhhhhhhhhhhhhhh…..balbuceaba la pequeña…

Cielo Riveros pensó que tal vez tendría unos 30 minutos para disfrutar de esos ricos escalofríos, que ya le tenían toda su piel erizada, incluyendo los suaves y escasos pendejos de la zorra…de su panochita…

Nuevamente la decente niña se abandonaba, a los nuevos placeres que amenazaban con enloquecerla…

– Siiiiiiiiiii. Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………..Shhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh

– . Shhhhhhhhhhhhhhhhhhhhaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa….

Lentamente su hermoso rostro, que por lo general siempre reflejaba candidez y pureza, ahora a consecuencia de la calentura que sentía la tierna adolescente, de apoco se iba transformando, en un rostro lujurioso, de una verdadera puta,…

-Riiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiccoooooooooooooooooo…..ricooooooooooooooo…gemia la criatura…

…nadie se imaginaria que esa mujer tendida en el suelo y que se masturbaba con sus piernas semi abiertas y que ya para este momento tenia la cara de una autentica perra en celo, en realidad era una dulce criatura, una niña bien, que a consecuencia del exuberante cuerpo de Diosa que había desarrollado, estaba en su pleno despertar sexual.

– Oh Diooooooooooossssssssssssssssssssssss……Ahhhhhhhhhhh……………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………..Mmmmmmmmmmmmm

Que bien se sentía Cielo Riveros, al estar semidesnuda tendida en el suelo, tocando su cuerpo, refregando sus dedos en la parte mas sagrada de su sabrosa figura, su cuerpo delineado con las mas exquisitas curvas, la estaban transportando a un mundo desconocido para ella, la nena sentía que nadaba en un mar de placeres…

Rico. .rico.rico…………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………….

– – Mmmmmmmmmmmmmmmm………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………..

Ya casi había olvidado al viejo Pricilo, sin pensarlo llevo sus manos al costado de sus caderas, levantando levemente sus caderas y ancas ampulosas, procedió a deslizar el exquisito calzoncito azul, y lo hizo correr por la suavidad de sus bellas piernas, hasta bajárselos completamente, quedando estos a la altura de sus delicados pies.

pppppeeeerrroooooooo….

–         por…que

–         sie…..n…to

ess. .toooooooooooo..

– ahhhhhhhhhhh

Muy suavemente y temblorosa, con su mirada perdida en el infinito, Cielo Riveros se fue abriendo de piernas, lentamente, hasta quedarse totalmente abierta de patas, esperando algo, algo desconocido y que no llegaba.

– Weiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii

-Looooooooooooo………..quieeeeeeeeeeeeeeerooooooooooooooooooooo…..(pero que es lo que quería?)

– Weiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………..

La nena dejo caer sus brazos a ambos costado de su cuerpo, expectante, se quedo en esta posición, totalmente abierta de piernas, sus pequeñitos pies unidos por su tanguita la cual estaba completamente enrollada.

– Mmmmmmmmmmmmmmm………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………….Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhh

Se decidió a llevar su mano a su delicada y virgen hendidura, posándola en el inicio de su inexplorado monte de venus, apenas poblado por una escasa cantidad de sedosos pelitos oscuros, que como ya hemos descrito, contrastaba con la blancura de su perfumada piel…

– Ayyyyyyyyyyyyyyyyyyy………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………..

Este era el momento que ella tanto deseaba, el momento en que la ninfa se entrega a las placenteras sensaciones eróticas, con las cuales se había congraciado, se abrió de piernas lo que mas pudo, esta vez las elevo del pasto, quedando la diminuta tanguita color azul, colgando de uno de sus delicados pies.

– Weiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………..

.iiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii. …..

– mmmmmmmmmmmmmmmmmmmm.

– Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh

Y ahora si empezó a masturbarse como la puta que llevaba dentro, vasto con un solo par de movimientos de sus dedos, contra su rajita para que la nena automáticamente empezara a menearse…

– Assssssssssiiiiiiiiiiiiiii…..asiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii….deccia la rica Cielo Riveros….

…primero muy suavemente, su monte de venus hacia círculos muy lentamente, con su blanca manita solo rosándolo por ahora con esto era suficiente

– Ahhhhhhhhhhhhhhhhiiiiiiiiiiiiiii.

weiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii.

quuuuuuuuuueeeeeeeeee.. .riiiiiicooooooooooooooooooooo.

Sintió la humedad de su ranura y sin dejar de menear sus caderas en forma circular, con mucha decisión, llevo su mano que destilaba abundante néctar proporcionado por la madre naturaleza, y que ella había cosechado de su hendidura, los llevo hasta la altura de su linda carita, quería oler.

Error, al sentir el embriagador aroma de su propia naturaleza, como una poseída comenzó a lamer sus dedos y no contenta con esto volvió a dirigir sus manitas para recoger mas de ese juguito que iba soltando su panocha… y volver a llevarlos a su boca, que rico era sentir su propio sabor pensaba la niña…

srrrrrrrrrrpppppppppppp.

srrrrrrrrrrrrrrrrrrpppppppppppppppp.

–         (era lo que se oía cuando la niña sorbía sus propios jugos recién salidos de su zorra)

Mientras Cielo Riveros, se encontraba, en una especie de trance erótico, dedicada a devorarse y lamerse sus ricos y propios fluidos que le eran proporcionados por su chorreante vagina, la niña no era consiente que desde la cabaña de madera alguien la observaba, y ese alguien era el viejo caliente de don Pricilo…

(Minutos antes)

Don Pricilo se dirigió a la parte posterior de la casa, donde el mismo había confeccionado una puerta alternativa, para que sus patrones no se percataran de sus salidas nocturnas, cuando se iba de farras con los delincuentes que tenia por amigos…

El viejo ingreso sigilosamente al interior de su cabaña, por la puerta trasera, una vez adentro se dirigió a su dormitorio y en forma automática, quito toda la inmunda y hedionda ropa de cama, dejando solo el catre y el colchón.

Luego desde un baúl que tenía saco una cámara de video y la encendió, y se dijo para si mismo, ahora si Cielo Riveroscita te voy a inmortalizar, para tener tu imagen de la última vez que fuiste virgen…jajajaj…reía el viejo aborrecible.

Con su risa de viejo caliente, se dio a dirigir su vista hacia donde estaba Cielo Riveros…

Ohhhh…por Diosssss…Madre Santa…jesus…maría y jose…exclamo el viejo para sus adentros quedando casi paralizado…

Para el viejo, fue como si le dieran un electro choque en los testículos, fue tal la impresión de este al ver a esta tan inocente niña, totalmente abierta de patas, con ese exquisito calzoncito colgando de uno de sus pies, y para colmo con una de sus manos sobándose la panocha, refregándose la zorra, masturbándose, y comiéndose sus juguitos. El viejo casi se desmaya.

Una vez repuesto el viejo pensó rápidamente, es ahora o nunca, se dijo…

Ubico estratégicamente la cámara de video, ubicando el ángulo que abarcara la totalidad del sucio camastro del viejo…una vez escondida e instalada la cámara…el viejo se dijo…allá voy mi amor…ejejejeje…

Se acercó muy lentamente, hacia donde estaba Cielo Riveros en plena faena masturbatoria, la niña estaba tan concentrada en su tarea, que no se dio cuenta cuando el viejo Pricilo llegó su lado.

Al viejo se le caían las babas, ante tan genial espectáculo que se estaba dando. Su verga ya estaba que estallaba a causa de todo el semen acumulado en esa semana.

Tomando fuerza y sacando todas sus aptitudes actorales, fue cuando el viejo vocifero:

–         QUE CREES QUE ESTAS HACIENDO…PUTA DE MIERDA…grito el viejo…

La niña en forma automática salió del erótico trance en que se encontraba, y al ver al aborrecible viejo le miro espantada, tratando de cubrir con sus manitas esas enormes tetas que se gastaba…y poniendo una rodilla sobre la otra, intentaba esconder su encharcada almeja…

–         No… no…don Pricilo, no es lo que Ud. se imagina…yo…yooo…estaba…intentaba explicar la niña …

–         DIME PENDEJA…QUE SE SUPONÍA QUE ESTABAS HACIENDO…gritaba eufórico el viejo…

–         DIIIIIIIIIIIIIMEEEEEEEEEE…volvió a gritar…para asustar más ala espantada chiquilla…

–         No lo se don Pricilo, no lo se…sollozaba la nena…Snif…snif,..snif…

–         NO LO SABES?…YO TE LO EXPLICARE…TE ESTABAS PAJEANDO SOLA…………ESTABAS PIDIENDO VERGAAAAA…..COMO LO HACEN LAS PUTAS……

–         No don Pricilo…snif…snif…yo yo no no pedía eessso que Uddd. Diceee.snif…snif…

–         SIIIIIIIIIII…PUTILLA…ESO ES LO QUE PEDIAS…YO LO ESCUCHE …MIRATE EN EL ESTADO QUE TE ENCUENTRO…ESTABAS COMO UNA PERRAAAAAAAAAAA….le vociferaba el vejete

– Yo no soy …yo no soy …una peeeerraaaa …sniff …sniff …

–         SIIIII…SI LO ERES Y APARTE DE ESO ERES LA MAS GRANDES DE LAS PUUUUUUUTASSSSSSSSSSS….Lo siento nena, tendré que contárselo a tus padres, amenazo el viejo.

La niña perdiendo todo sentido de pudor se arrojó a los pies de don Pricilo, quien miraba encantado como esa hermosa nena se humillaba ante el…

–         Nooo…por favor…noooo…don Pricilo…no se los diga…snif…sniff, volvía a llorar la nenita…

–         Lo siento putilla, no tengo otra alternativa… y en su mejor actuación el viejo saco su teléfono celular, simulaba teclear los números…

–         Por favor don Pricilito…por favor no se los diga…snif…snifff…lloraba sin consuelo y toda desnuda la pobre Cielo Riveros…

–         Tu crees que yo soy estúpido…le grito el viejo…si no digo nada, arriesgo a que me corran del trabajo…y con eso no gano nada…(el viejo ya iba entrando en tierra derecha….)

–         Por favor don Pricilo se lo suplico…hare lo que Ud. me pida, pero no se los diga…

–         Mmmmmmmm, no lo se…no me convences…

–         Hare lo que Ud. quiera, pero no les diga eso…

–         Que no les diga que cosa pendeja, inquirió el viejo…

–         Que eee yoooo…mee estabaaaa tocaaandoooo…

–         No niña, lo que tu hacías era pedir que te metieran vergaaaaaaa…DILOOOOO…………

Cielo Riveros ya totalmente destruida…y por el miedo que el viejo llamara a sus padres se humillo y totalmente desencajada, repitió:

–         Por favor don Pricilo no le diga a mis padres que yo pediaaaa…qeeeeee …meeee…meetierannnnnvergaaaaaaaaaaaa….sniff snifff…era la primera vez, que de su dulce voz, salieran tan vil expresión calenturienta…el viejo solo reía, y ya se sobaba las manos por lanzarse a recoger ese fruto prohibido para muchos …pero ahora seria solo de el…

– Mmm…aun no me convences…los llama…..

La niña intentando calmarse…le volvió a repetir…-don Pricilo por favor no lo haga…yoo yo soola pediaaa queee mee metieraaan veergaaa… le repitió la nena, para ver si el viejo cambiaba de opinión…

–         Por favor…continuo Cielo Riveros…no los llame hare lo que Ud. Me pida…

–         Esta segura de lo que dices, putita…

–         Si…si…don Pricilo hare lo que Ud. quiera…

Al viejo se le dibujo una siniestra sonrisa al notar que tenia en sus manos a tan inocente criatura…y era verdad…Cielo Riveros ni siquiera entendía las palabras que el viejo le había hecho repetir…

–         Bien te daré una oportunidad…le dijo el viejo miserable…sígueme…el viejo se dirigió hacia su cabaña de madera…

En estas condiciones la dulce Cielo Riveros se encamino, así, tal como estaba, totalmente desnuda… hacia la cabañita de madera…la niña no sabia a lo que iba…solo quería que sus padres no se enteraran de lo que había sido sorprendida haciendo tan desvergonzadamente.

Una vez adentro el viejo le pidió que se sentara en su cochino catre…la niña aun no entendía para que don Pricilo la llevaba hasta su cama…esperame le dijo, ya vuelvo.

En la mente de Cielo Riveros lentamente se iban formando las ideas…cama, verga, placer, su panocha, desnuda, las atrocidades que alguna vez escucho hablar a sus compañeras…pero aun no tenia la idea formada, su mente trabajaba mil,…hasta que vio entrar a ese amorfo vejete asqueroso, totalmente desnudo y con una herramienta de carne que se le levantaba por su tremenda panza…fue como un ejercicio matemático o una ecuación, en donde todos los productos calzaban y daban el resultado exacto…por fin lo entendió…se lo iban a meteeer?…

Miro al viejo con cara de espanto y automáticamente cerro sus piernas, apenas pudo balbucear, muy bajito, casi inaudible, con sus ojitos azules llenos de lagrimas…le dijo…nooo…don Pricilo, por favor eso…noooo….y el viejo con la mas aborrecible de sus sonrisas, y con una cara de un autentico degenerado, le dijo…SI PENDEJA CALIENTE…SIIIII…

En la mente de Cielo Riveros lentamente se iban formando las ideas…cama, verga, placer, su panocha, desnuda, las atrocidades que alguna vez escucho hablar a sus compañeras…pero aun no tenia la idea formada, su mente trabajaba mil,…hasta que vio entrar a ese amorfo vejete asqueroso, totalmente desnudo y con una herramienta de carne que se le levantaba por su tremenda panza…fue como un ejercicio matemático o una ecuación, en donde todos los productos calzaban y daban el resultado exacto…por fin lo entendió…se lo iban a meteeer?…

Miro al viejo con cara de espanto y automáticamente cerro sus piernas, apenas pudo balbucear, muy bajito, casi inaudible, con sus ojitos azules llenos de lagrimas…le dijo…nooo…don Pricilo, por favor eso…noooo….y el viejo con la mas aborrecible de sus sonrisas, y con una cara de un autentico degenerado, le dijo…SI PENDEJA CALIENTE…SIIIII…

UNA FAMILIA DECENTE… 2

Cielo Riveros estaba horrorizada, su bello cuerpo que hace pocos minutos había sido presa de las mas exquisitas sensaciones ahora temblaba de pánico, nunca lo había sentido tan de cerca, lo que pretendía hacer con ella ese viejo asqueroso de don Pricilo, era simplemente repugnante, una aberración…— pensaba la nena…

El solo hecho de imaginar ese terrible aparato de carne, que se gastaba don Pricilo, intentando perforar su estrecha y delicada hendidura era algo horroroso, innombrable…anti-natural…se decía la rica de Cielo Riveros, debido a su estricta, conservadora y mojigata educación instaurada principalmente por Eduardo, su conservador padre, quien siempre evito cualquier tipo de conversación que tuviera alguna connotación sexual.

Ahí estaba la niña, tal cual como Dios la envió a este mundo, completamente desnuda sentada en un inmundo catre y al frente de ella un viejo caliente y degenerado, que ni siquiera se inmuto para dejar ver su horrible anatomía ante los hermosos ojos azules de Cielo Riveros.

Para el viejo Pricilo este era el mejor día de su miserable existencia, tener frente a el a Cielo Riveros llorando por el miedo y totalmente desnuda, lo hacían sentirse poderoso…el viejo sabia que ya no había nada que se interpusiera a sus calientes intenciones, tenia su verga parada, completamente erecta…dura como el acero…

…pero el viejo quería avanzar de a poco, además tenia todo el tiempo del mundo, consulto su reloj, este marcaba las 06.00 hrs. de la tarde…- Sera una larga noche… jejeje, pensaba para sus adentros el vejete. Y como sería de otra forma, si una vez que se quito su ropa, sin pensarlo ingirió dos pastillas azules, que en su envoltorio indicaba: Sidelnafil, 100 mg…

El viejo ya decidido a tomar tan suculenta hembra, avanzo hacia ella y agitando su grueso instrumento de casi 20 cts., a unos escasos milímetros da la angelical carita de la nena, le dijo…

–         Vamos puta de mierda…haz tu trabajo…

Cielo Riveros solo lloraba más, al escuchar el soez vocabulario que ocupaba don Pricilo para dirigirse a ella…

–         Mira putita…—volvió a repetir el viejo…—tu tienes una deuda conmigo y además tu solita dijiste que harías cualquier cosa que yo te pidiera…—ahora te lo pido, le aclaro…— quiero que me agarres la verga y me la chupes…

–         Nooo… don Pricilo… yo no quiero hacer eso…— sollozaba la jovencita…

–         Pero si tú me lo prometiste-…— le grito don Pricilo.

–         Siii… pero yo no sabia lo que Ud. queríaaahh… Sinff… sniff…—lloraba la nena.

Don Pricilo, perdiendo la paciencia, se agarró su verga de la misma base de esta, y con su otra mano tomo a Cielo Riveros en forma violenta de su cabello… y le dijo…

–         Mira zorra…esto que esta aquí…— refiriéndose a su instrumento…— es la verga… el pico…mi tranca…te la presento…jejeje…—y sin miramientos de ningún tipo se la comenzó a refregar en el fino y delicado rostro de la niña…

Cielo Riveros movía su carita en todas las direcciones posibles, con tal de separarse de esa asquerosa y hedionda cosa que le había mostrado don Pricilo. Sentía un olor nauseabundo, esa cosa era pegajosa y la sentía caliente. El viejo entretenido con esta situación, al ver que la nena oponía resistencia, solo reía, dejando ver su podrida dentadura…

El viejo continuaba refregando su verga en el rostro de Cielo Riveros, la recorría en su totalidad por sus finos labios, su nariz, frente, sus ojos y hasta por sus orejas… ninguna parte de su carita se salvo de la refregada de verga que le daba don Pricilo…el viejo reía fascinado.

Una vez que el viejo la soltó por un rato con el fin de tomar aire, la niña en un arranque de valentía, al notar que el viejo se separaba un poco de ella, se levanto rápidamente del inmundo catre y corrió hacia la puerta de la cabaña. Hubiera podido salir de esta, si no fuera porque la cerradura era muy pequeña, y por los nervios que sentía la hermosa y asustada criatura, le jugaron una mala pasada y se de demoro mucho en destrabarla…

Estaba en esto la desesperada nena, cuando sintió que don Pricilo la tomaba firmemente por su esbelta cintura, y le dijo…

–         Para donde ibas preciosura…acuérdate que tenemos asuntos pendientes…jejeje…

–         Don Pricilooo… por favooor…ya déjeme…yo no quiero hacer eso…por favor…—suplicaba la niña Cielo Riveros…

–         Siii putita, lo harás…— y replegándose un poco más a ese exquisito cuerpo, poso su tremendo y duro pedazo de carne, entre las suaves y ricas nalgas de la niña…

La nena sintió esa barra caliente, perfectamente alojada entre sus dos promontorios de carne… a la vez que sintió como el viejo subía una de sus asquerosas manos por su suave vientre, para apoderarse de una de sus majestuosas tetas… como también sintió que con su otra mano, el viejo tomo posesión de su casi depilado monte de venus…

Cielo Riveros se sentía asqueada al sentir el fétido aliento de tan repugnante sujeto, además que este se encontraba profanando sus mas delicados y preciados tesoros que desde niña le habían enseñado a cubrir y esconder de cualquiera que osara a mirar demasiado sus codiciadas partes, de su tan exquisita anatomía…

El viejo Pricilo al sentir la suavidad y dureza de las carnes de esa hembra con cuerpo espectacular y carita de niña, casi eyacula… pero el viejo se contenía, no era nuevo en estas lides y ahora no estaba dispuesto a correrse en cualquier parte… lo haría ¡adentro!…pensaba el viejo… Si adentro de esa estrecha y apretada ranura que tenia la niña.

Cielo Riveros estaba casi paralizada, se daba cuenta que don Pricilo manualmente ya había tomado posesión de sus encantos, y mas fue su espanto cuando sintió la apestosa lengua del viejo recorrer su exquisito y fragante cuello, como al mismo tiempo sintió que los mugrosos y regordetes dedos de ese vejestorio se empezaron a deslizar por su suave vagina…

La niña se sentía desfallecer, quería gritar, salir corriendo de esa estúpida cabaña de madera, pero apenas se podía mover, el viejo la tenia inmovilizada, a cada intento que hacia la nena por salir de esa caliente situación, se daba cuenta que era casi imposible, don Pricilo la tenia bien agarrada, por lo que opto por dejarse hacer, estaba casi perdida, su carita ya no era de susto, ahora era de odio total… odiaba a ese viejo caliente y aprovechado.

El hediondo aliento de la voz del viejo la saco de sus pensamientos…

–         Pero que rica estas putita…– a la vez que le daba sendos y salivosos lametones que recorrían el cuello y cara de Cielo Riveros…

–         Déjeme viejo caliente…–le decía la nena con su cara llena de odio…

–         Noo… jejeje…, no te voy a dejar…Te voy a culiar… puta buena para la verga…jejeje…Siii te voy a culiarrr… y te voy a follarrr, … al principio te dolerá y gritaras…pero después cuando le encuentres el gusto, vas a llegar a relinchar como yegua saltando arriba de mi tranca…jejeje…

–         Nooo…yo no hare eso…eso solo lo hacen las prostitutas…–se quejaba Cielo Riveros…

–         JAJAJAJAJA…prostitutas…JAJAJAJA…PUTAS es la palabra correcta…PUUUTAS…de esas mismas en la que te convertirás tú, después que pruebes mi verga. El viejo decía todo esto a la vez que movía su apéndice en calientes movimientos, como si ya la estuviera culiando…

Cielo Riveros sentía toda su canaleta del culo mojada por las secreciones y líquidos pre seminales que salían desde la verga de don Pricilo, por su parte el viejo estaba encantado con la pasividad que había adoptado la rica adolescente.

Don Pricilo queriendo disfrutar aun más de ese voluptuoso cuerpo, que tenía a su entera disposición, fue girando lentamente a la niña…- El viejo que no era manco y al estar en total estado de calentura, le faltaban manos para recorrer tan exquisita anatomía.

La tomo de su estrecha cintura, era la primera vez que el viejo estaba tan cerca de la niña, don Pricilo a sabiendas que ya casi podría hacer todo lo que el quisiera con ese delineado cuerpo, se dio a la tarea de intentar que de alguna forma, la niña mostrara algo de cooperación… o sea que se calentara…

Tarea muy difícil para el viejo, ya que para poder excitar a tan rica hembra, iba a necesitar utilizar distintos medios o herramientas, ya que la fealdad de don Pricilo, sumado a su escaso cuidado de higiene personal, le jugaban en su contra…

Cielo Riveros era hija de un decente matrimonio, educada con los mas solidos principios morales y éticos, guiada y orientada siempre por excelentes normas de conducta, en donde cada acto de su persona comprometía sus mas nobles sentimientos, pero al estar en tales condiciones, completamente desnuda y al lado de un hombre que no era nada de ella, la tenían en un verdadero estado de Shock…

El viejo hacia pequeños círculos con sus callosas manos en la curvilínea cintura de la niña, sentía la suavidad de esa delicada piel… su tersura. El viejo queriendo sentir aun mas, comenzó a agrandar mas los círculos, abarcando una mayor extensidad de esa suave piel…Ahora ya no solo tocaba, ahora era un fuerte masajeo combinado con fuertes apretones y sonoras nalgadas sobre ese fantástico pedazo de culo que se gastaba Cielo Riveros…

Don Pricilo por cada sobajeo que le practicaba a cada nalga de la niña, era acompañado con una fuerte nalgada, situación que hizo que Cielo Riveros saliera del estado de semi inconciencia forzada en la cual se encontraba…Horrorizada noto de tan cerca que se encontraba de ese horripilante sujeto, sentía la verga de este que se aplastaba en su bajo vientre, solo a unos escasos centímetros mas arriba de su panochita…de su zorrita…,pero a pesar de lo incomoda que se sentía al estar en esa situación, las fuertes palmadas que ese viejo asqueroso le estaba asestando en el culo le agradaban, ella misma intentaba darse una explicación la cual no encontraba…

Al no estar la dulce criatura acostumbrada a vivir momentos de calentura, la niña pensaba que a don Pricilo le dolía algo o se sentía enfermo, le veía su fea cara totalmente descompuesta, como si le doliera algo…(no sabia que ese rostro, era el del viejo cuando estaba caliente)

Las fuertes nalgadas iban en aumento, ahora era a la nena a quien si le dolía…subió suavemente sus delicadas manitas sobre el peludo y canoso pecho del viejo, ejerciendo presión sobre este, intentando separarse de el…

Don Pricilo al sentir las suaves manos de Cielo Riveros posarse sobre su fofo pecho, lo tomo como si la niña ya estuviera mostrando interés de estar con el, y en un arranque de pasión subió sus peladas manos por la suavidad de la espalda de la nena y con fuerza la arrimo mas hacia él, sintiendo la dureza de esas grandiosas tetas aplastarse contra su pecho…que rica estaba la pendeja, pensaba el viejo…

Sus miradas se cruzaron, la expresión de la hermosa cara de la niña de ojos azules, eran una mescla de miedo, estupefacción y rechazo ante tan degenerada situación en que se encontraba…

La mirada del viejo solo destellaba calentura y depravación, un deseo rabioso y mal sano, de tomar y flagelar de cualquier forma posible esas exquisitas formas de carne juvenil que tenia en sus manos…

En esta situación se encontraba la pareja conformada por Cielo Riveros, la dulce niña de la casa, una niña de bien…hija del decente matrimonio Riveros Rojas…y por el otro lado tenemos a don Pricilo, un viejo aprovechado que al haber enviudado y el haber pertenecido en otros tiempos a la decente y conservadora congregación en que participaban los padres de la nena, le habían llevado e instalado en su casa, con la única finalidad de ayudarlo…

Ahí estaban ellos, Cielo Riveros y don Pricilo… la niña y el viejo…La Bella y la Bestia…ambos totalmente desnudos y arrimados uno contra el otro, como si estuviesen abrazados…esta era la situación que se vivía al interior de la cabañita de madera, que se ubicaba justo al fondo del patio, de la casa del decente matrimonio conformado por Eduardo Riveros y por su seria y muy decente, pero muy rica mujer, Miriam Caballero de Riveros… (Disculpe el amigo lector por rebundar en lo de la decencia de este matrimonio, pero esa era la realidad, esta Familia era muy…pero muy seria y Decente).

Don Pricilo ya no aguantaba mas en esta situación, quería probar esa deliciosa boca que estaba a escasos centímetros de su rostro, y sin mayor preámbulo le asestó un chorreante y salivoso beso, que la niña recibió sorprendida, ya que no esperaba tal reacción del vejete.

Cielo Riveros al sentir la hediondez y la proximidad de la asquerosa y pestilente boca del viejo, cerró fuertemente sus labios, no quería que esa mórbida lengua caliente, que en estos momentos recorría sus labios y parte de su cara, ingresara al interior de su rica y fresca boquita…

La niña movía en forma desesperada su rostro hacia ambos lados de su cuerpo, el viejo para su interior disfrutaba que la nena se resistiera y luchara, pero esta situación ya no le estaba gustando, quería más participación de la niña.

El viejo tomo firmemente a Cielo Riveros, poso su callosa y descascarada mano izquierda por sobre esas suaves y suculentas nalgas, para que con la otra mano empezara a acariciar suavemente el bajo vientre de la niña, el destino de esta ultima era obviamente uno solo, fue bajando su mano por la suave piel hasta encontrarse con los sedosos pero escasos pelitos de la exquisita zorra de Cielo Riveros…de su panocha…

…Don Pricilo al notar que la nena no habría su boca, lentamente comenzó a ir en busca de sus tetas, siempre lamiendo y lengüeteando la sabrosa piel de la niña, como a su vez con suaves pero decididos sobajeos en la delicada rendija de Cielo Riveros…

La niña estaba sorprendida, su estado emocional estaba totalmente alterado, se preguntaba como llego a estar en tal situación con el jardinero de su casa, si bien él la había sorprendido en una situación indecorosa, muy alejada de los solidos principios que le habían inculcado sus padres, aun así, eso no le daba derecho para tratarla de la forma en que lo estaba haciendo…y menos tocándola y sobándola en sus partes intimas, a la vez pensaba que si lo detenía estaría perdida, el viejo se lo diría a su padre y ahí los problemas serian mayores…que hago!…se preguntaba la dulce criatura…

…y lo que mas espantaba a Cielo Riveros era que debido a la situación vivida ese día y sumado a las ricas sensaciones que había descubierto, su mente por fuerza mayor tubo que dejar de lado toda la mojigatería, normas de conducta, tapujos… y a todo eso que siempre se le hacia el quite dentro del seno familiar y Cielo Riveros lo tubo que comprender,… lo sabia y ya lo asimilaba…Se la iban a culiar…se lo meterían…la follarian…y lo peor … quien era el hombre que se la culiaria pensaba la rica de Cielo Riveros…Don Pricilo, el jardinero de su casa…

En estos pensamientos estaba la niña, cuando don Pricilo, haciendo abandono de ese gran culo y de su panocha, poso sus dos mugrientas manos en los pechos de Cielo Riveros…en sus tetas…el viejo las amasaba y las miraba encantado, sus pequeñísimos pezones los sentía paraditos y no aguantando mas, volvió repegar su verga contra el suave vientre de la niña y al mismo tiempo, como un salvaje se lanzo a chuparle las tetas a la nena…

Las chupaba, las lamia, las lengüeteaba y las ensalivaba, eran el mejor par de tetas que se había comido en toda su vida, las sentía duras y suaves, y hasta resbalosas de tan mojadas que estaban producto de las lamidas…

El cuerpo de Cielo Riveros, a pesar que su mente se debatía en un verdadero caos, no pudo evitar de sentir un leve pero rico escalofrió, erizándole todos los pelitos de su cuerpo, incluso los de su panocha…los de su zorra.

Las lamidas del viejo recorrían todas sus magnificas tetas, don Pricilo al sentir que los pequeños y rosados pezones de Cielo Riveros se endurecían aun mas por cada chupetón que el aplicaba, volvió a posar su mano derecha en esa virgen y delicada hendidura, Sabia que la niña ya se masturbaba por lo cual ya conocía la comezón de la carne pensaba el viejo, lo cual esto le favorecía, tenia que sobajear un poco mas esa zona y daba por hecho que la rica adolescente se calentaría.

Ambos cuerpos, el de la nena y el de don Pricilo ya estaban empezando a sudar por tanto sobajeo, lamidas, roces y apretujones. Ella tratando de salir y escapar de la caliente situación y el, sujetando, sobajeando e intentando hacer eróticos movimientos, para que su hermosa victima se excitara y cediera a sus calientes intenciones. La mente de Cielo Riveros se negaba, hasta este momento se oponía, luchaba…su hermoso cuerpo libraba una fiera resistencia a tanto magreo al cual estaba siendo sometida…

Pero una vez mas la Madre Naturaleza, hacia su parte poniendo a la rica adolescente en desventaja y se mostraba a favor del detestable vejete…Una vez que el cuerpo de la niña ya sentía el tercer y rico escalofrío, producto de las calientes caricias proporcionadas por don Pricilo, su fina y delicada vagina, muy lentamente comenzó a sentir ese rico hormigueo que rápidamente se fue transformando en excitantes pulsaciones y punzadas…

Cielo Riveros sentía como su exquisito cuerpo, lleno de curvas era atacado por esas ricas sensaciones que en dos oportunidades ya había experimentado y disfrutado, y se preguntaba que como era posible sentirse en ese estado tan rico y agradable, al estar frente a frente de tan horrible sujeto…Por su parte don Pricilo al estar tan ocupado chupándole las tetas y sobajeando esa rica, apretada y casi depilada panocha que se gastaba la niña, no se dio cuenta cual fue el momento en que Cielo Riveros ya le había soltado sus primeras gotas de ese tan preciado néctar proporcionado por el exquisito cuerpo de la hermosa adolescente…

…pero al notarlo se sintió el macho mas afortunado del mundo, por lo que decidió soltar por unos momentos ese par de tetas y concentrarse mas en los sobajeos que le practicaba a la niña en su zorrita…en su panochita…

Don Pricilo levanto la mirada para admirar ese lindo rostro que estaba frente a él, siempre sobajeándole la panocha, con su otra mano la tenia firmemente tomada por su estrecha cintura.

El viejo la contemplaba, veía esos hermosos ojos azules semi cerrados, su negro y alisado cabello caía desmadejado hacia un lado de su lindo rostro, sus labios ya habían tomado esa tonalidad purpuracea, haciéndola ver aún mas apetecible…Cielo Riveros mantenía sus finas y delicadas manitas, sobre el peludo y canoso pecho del vejete, había adoptado una pasividad involuntaria, a raíz de lo rico que estaba sintiendo en su suave rendija, producto de la masturbada que le practicaba don Pricilo…

El vejete dándose cuenta de esta situación, se concentro mas en su labor y como si fuera el mas experto y estricto fiscalizador en control de calidad, se dio a la tarea de certificar el mismo la virginidad de la niña…La tomo mas firmemente, y muy decidido metió su dedo medio al interior de la virgen panocha de Cielo Riveros, quien al sentir la irrupción de tan invasor dedo en el interior de su tajito, lejos de espantarse, sintió el mas placentero e intenso escalofrío de los que ya había sido presa en el transcurso de esa tarde de día sábado, proporcionándole a modo de agradecimiento involuntario, una abundante chorreada de jugos vaginales al despreciable vejete…

La niña se sintió desfallecer ante tan ricas sensaciones que le producía el sentir ese dedo intruso al interior de su ranura, creía perder las fuerzas, por lo que subió sus manitas y se aferro a los fuertes hombros de don Pricilo…

El viejo muy atento a la situación, la masturbaba muy lentamente, ya sabía que así se calentaba la dulce nenita, sentía en su propia mano y dedo la suavidad de las carnes interiores de la tierna jovencita, hasta que su dedo hizo contacto con esa delicada y frágil pared interior de la zorra de Cielo Riveros…de su panocha…

El corazón de don Pricilo latía a mil por hora, aunque el sabia de la pureza de la niña, el tenerla completamente desnuda frente a él y con uno de sus dedos al interior de ella y mas encima palpando esa fina membrana que certificaba la virginidad y pureza de la bella adolescente de 18 años recién cumplidos, simplemente lo tenían al borde de la locura…

Cielo Riveros quien como ya se dijo se sentía desfallecer ante la ricas sensaciones producidas por la suave fricción que don Pricilo le aplicaba con su dedo al interior de su rica rendija, que se ubicaba en su entrepierna, cerro sus hermosos ojos y abrió sus purpuraceos labios, regalándole al horripilante viejo, el primer gemido de autentico placer, de muchos mas que vendrían.

Don Pricilo que ya no se perdía detalle del estado en que comenzaba a estar Cielo Riveros, estaba al borde de la eyaculación, desde su verga, de su gran pico de casi 20 cms caía una abundante cantidad de líquidos pre seminales, los cuales algunos ya se desparramaban por el suave vientre de la niña, y otra cantidad sencillamente caía al suelo, donde ya se formaba un pequeño charco de aquel venenoso liquido, el cual emanaba desde el fondo de sus hediondas bolas.

El viejo ya sentía empapada su mano, la niña Cielo Riveros tenia toda su panocha encharcada ante la rica masturbación a la cual estaba siendo sometida, el viejo movía libremente su dedo en el interior de la zorra de la nena, fue ese el momento que el viejo quiso degustar de aquel precioso elixir que emanaba desde el interior del cuerpo de Cielo Riveros, por lo que retiro su dedo del interior de la rica rendija y se dio a catar y probar el mismo los ricos jugos vaginales proporcionados por la joven…

Don Pricilo al momento de retirar su mano desde el tajo de la niña se pudo dar cuenta que Cielo Riveros hizo un ligero movimiento pélvico, como si su panocha quisiera ir en persecución de aquel dedo invasor que ahora la abandonaba.

La niña continuaba con sus ojos cerrados y su boquita semi abierta, Cielo Riveros ya se encontraba en esa especie de trance erótico en el cual ya había sucumbido en dos ocasiones anteriores, la diferencia era que ahora había sido inducida por el aborrecible viejo de don Pricilo. Su cuerpo, su mente inconscientemente ya se preparaban para ingresar a la ante sala de un mundo oscuro y desconocido para ella, pero si lleno de sensaciones, gemidos y placeres aún mayores…faltaba poco…

El viejo comprendiendo el estado en que se encontraba Cielo Riveros, lamio sus dedos (los de él) degustando los exquisitos jugos y secreciones vaginales que le fueron proporcionados por esta dulce criatura y aprovechando el momento de pasividad de la nena, quien se encontraba con su sensual boca semi abierta, la tomo nuevamente por su esbelta cintura, la arrimo hacia su cuerpo y por fin la pudo besar…

Cielo Riveros se vio sorprendida al ser tomada firmemente por don Pricilo, sintió la hediondez de su boca cuándo el viejo ya metía su resbalosa lengua y que a su vez ya recorría todos sus rincones bucales. La nena no se explicaba por qué esta vez no quería oponer resistencia, y sintió también en la lengua del viejo muy levemente ese exquisito sabor que ella ya también había degustado y que eran los sabores de su propia zorrita…de su panochita…

…fueron estos exquisitos sabores los que le ordenaron a la mente de Cielo Riveros, para que ella también empezara a mover su exquisita y fresca lengua que no tardo en juntarla con la de don Pricilo. Suavementela niña acariciaba con su lengua a la del vejete y ella la dulce Cielo Riveros, queriendo ir más allá, lentamente fue haciendo ingreso a la pestilente y hedionda boca del horripilante viejo.

Ahora se besaban abiertamente, juntaban sus lenguas enredándolas una contra la otra, el viejo Pricilo intencionalmente traspasaba sus babas y saliva a la dulce boquita de Cielo Riveros, quien ya las recibía gustosa y se las tragaba todas, debido a su inexperiencia, pensaba que ese era su deber como mujer. Para la decente niña, este fue su primer beso…

El viejo había sabido mantener la calma, Cielo Riveros la hermosa adolescente, se estaba dejando llevar por esas excitantes y ricas punzadas que estaba sintiendo al interior de su panocha…de su zorra…, las cuales el viejo sabiamente había logrado despertar.

Así se encontraba la pareja de supuestos amantes, con una hermosa joven de 18 años totalmente desnuda y abrazada de un detestable vejestorio de 63 años, también desnudo, con su verga completamente aplastada en el bajo vientre de ella y ambos besándose con la pasión de unos enamorados.

El beso era largo, intenso, ahora era Cielo Riveros quien exploraba con su exquisita lengua la apestosa y casi podrida cavidad oral del vejete, la niña estaba como poseída, quería llegar hasta lo mas profundo de la boca del viejo, recorría el paladar y las putrefactas encías de este, no le importaba la hediondez que emanaba desde el interior de esta, sus nuevos instintos de hembra en estado de celo le ordenaban a su mente que debía complacer a ese vejestorio que en este momento le sobajeaba las nalgas…el culo…

…no le importaba que don Pricilo fuera viejo y feo, por no decir asqueroso, claramente su conciencia le indicaba que ese detestable ser se convertiría en su hombre…en su macho…y ella debía corresponderle como solo él se lo merecía. Todo esto era nuevo para ella, para nuestra muy inocente y recatada niña…la dulce Cielo Riveros…

Lentamente el viejo Pricilo comenzó a girar con la niña, siempre abrazados…comenzaba la cuenta regresiva…, la insto a que lo secundara en ese corto trayecto que los separaba del lugar en donde se libraría el combate…, el inmundo catre de don Pricilo…

El recorrido era lento, el viejo se tomaba las cosas con calma, Cielo Riveros por su parte estaba muy nerviosa por lo que le iba a suceder, su mente se lo decía…, se lo iban a meter…se la culiarían…la follarían y la reeculiarían…Pero a pesar del miedo que sentía, las excitantes punzadas en su zorra la atacaban con mas fiereza…, -por sus blancos y perfectos muslos bajaban unas abundantes líneas de jugos vaginales. Su panocha…su zorra… como si tuviese vida propia, automáticamente se estaba preparando para la inminente batalla que se avecinaba.

El avance de la inusual pareja continuaba lento pero seguro, quien los hubiera visto, no creerían que esa hermosa joven de tez clara, ojos azules y de cabellera negra, que avanzaba desnuda y abrazada a un asqueroso viejo, también desnudo, se acostaría por voluntad propia con el sexagenario en ese inmundo catre, que parecía también estar ansioso por sentir el rico cuerpo de la nena…

Pero la realidad era que Cielo Riveros No quería que eso sucediera, tenia sentimientos encontrados, por un lado quería huir, apartarse del horripilante vejete, pero por otro lado en alguna parte de su sub consciente le decía que siguiera, que descubriera, que aprendiera y que comprobara… Y si sumáramos todo esto a las ricas punzadas y pulsaciones que se habían instalado el el interior de su panocha…de su zorra, tendríamos la respuesta a tanta pasividad que demostraba la nena en tan caliente situación en la que se encontraba.

En uno de los pocos momentos de lucidez que lograba tener la niña, quiso poner termino a la caliente situación a la cual estaba siendo arrastrada, separándose como pudo del acalorado beso que se estaba dando con el vejete y dándose valor ella misma le dijo casi en susurros…

–         Por favooorrr…don Pricilooohhh…nooo… meee…lleveee…a…laaa…camaaahhh…

El viejo no le hacia caso, es mas casi no la escuchaba, solo se concentraba en la poca distancia que los separaba de su caliente catre…–Cielo Riveros al estar consciente de lo poco que faltaba por llegar, quiso oponer resistencia, ella no quería acostarse con ese desalmado viejo, por lo que se detuvo comenzando así un breve forcejeo entre ambos…–el viejo que no quería que esa palomita se le volara…, la tomo firmemente por su cintura y con su otra mano le tomo con rudeza de su fino y delicado rostro, haciendo presión en las quijadas de la niña…, y con las mas intimidantes de sus miradas la amenazo…

–         Mira pendeja…mi verga esta que se revienta por entrar en tu cuerpo…y tu dejaras que yo te la metaaa…. Y si tú no quieres hacerlo por las buenas me da exactamente lo mismo…, el asunto es que ahora vamos a llegar a mi cama… y tú me pasaras tu zorraaa!!…si yo te digo que culiesss!!…tu culeasss!!…si yo te digo que me chupes la vergaaa!!…tu me la chupasss!!…ME ESCUCHASTEEEEE…PERRA CALIENTEEE…—diciendo esto ultimo el viejo levanto su mano con la verdadera e insana intención de golpear a la nena, quien en forma automática le contesto…

–         Siii…si don Pricilo…le…le…pasareee mi zooorraaa…y culiareee con usted, pero por favooor no me pegueee…—el viejo estaba realmente enojado por la reacción que tubo la nena en el mejor momento que él había estado esperando, pero al ver como la nena se comprometía en forma forzada a cumplir con sus requerimientos se pudo calmar un poco…

–         MAS TE VALEEE PUTAAA…por que si no te dejas de hacerme problemas te jurooo que te vas a arrepentir…—y con esto le asesto otro chorreante beso en la boca, que la nena tubo que recibir obligadamente…, ahora si estaba realmente asustada la preciosa criatura…por lo que no tendría mas opción que dejar que el viejo hiciera lo que quisiera con su exquisito y delineado cuerpo…

Llegaron a la cama… al catre de don Pricilo, estaban de pie al lado de este, el viejo ya recorría con sus manos todo el cuerpo de Cielo Riveros, tomando posesión de este tal cual lo hacen los colonizadores en tierras vírgenes, pero a él… a don Pricilo, le faltaba lo mas importante, que era poner su bandera en aquellas tierras vírgenes las cuales estaba descubriendo y declararlas de el…solamente de el…

El viejo seguía atacando el cuerpo de la hermosa jovencita con los mas lascivos besos y sobajeándola por todas sus exquisitas curvas, pero donde mas ponía aplicación el vejete era en su panocha, ya que este al ver sido testigo de la magistral masturbación que se había estado pegando la niña, sabia que era ahí donde a ella mas le gustaba y si tenia suerte lograría despertar el lado calenturiento de la delicada joven…

Cielo Riveros por su parte, a pesar del susto que había sentido por las viles intenciones que tenia ese hombre para con su cuerpo, se dejaba hacer, no quería que el viejo la fuese a golpear el solo pensar en ello la aterrorizaba, pero aun así por tanto magreo y esos salivosos besos que estaba recibiendo, su precioso cuerpo la hacia sentir las mas agradables y placenteras sensaciones, e involuntariamente dejaba salir de sus exquisitos labios unos suaves quejidos de placer, a la vez que se entregaba dócilmente a los gruesos brazos de don Pricilo…, la niña Cielo Riveros comenzó nuevamente a secundar con su fresca lengua los rudos lengüetazos que el viejo le propinaba a su boca…

El viejo, ya consciente de que la niña estaba casi entregadaa las circunstancias, quiso poner a prueba a Cielo Riveros, fue el quien se separo de la dulce boca de ella, la niña no se soltaba de él, por lo que el viejo poniendo sus callosas manos en los suaves hombros de ella, hizo una leve presión hacia abajo, para que Cielo Riveros se sentara en ese inmundo colchón, que aparte de estar sucio tenia unas grandes manchas que parecían ser de orina, vómitos y otro tipos de líquidos viscosos…

Cielo Riveros entendió en el acto, dócilmente se fue sentando con la mirada fija en los oscuros y enrojecidos ojos del viejo, y como si ella se encontrara en una de las mas elegantes reuniones de su conservadora y decente congregación, se cruzo de piernas, con toda delicadeza subió una pierna sobre la otra… (éstos delicados y femeninos movimientos eran naturales en ella)…el viejo se quería morir…

A continuación don Pricilo que estaba con la boca abierta dejando ver la putrefacción que tenia al interior de esta, solo con la mirada y su aborrecida sonrisa insto a Cielo Riveros para que posara su azulada mirada en su gruesa y larga herramienta carnal…

Cielo Riveros sumisamente bajo la mirada pasando por el velludo y canoso pecho, luego por su prominente y fofa barriga, hasta que su visión se poso en el gran pedazo de verga que se gastaba don Pricilo…

Lejos de asustarse la niña quedo sorprendida, nunca en su vida había tenido un pene real cerca de ella, y menos que este estuviera parado, solo los había visto en el colegio en fotografías y dibujos de caracteres pedagógicos. Pero de lo que si se acordaba y muy bien, eran de las calientes conversaciones que entablaban sus libertinas compañeras en el baño del colegio, se acordaba muy claramente cuando estas comentaban las atrocidades que ellas cometían al quedarse a solas con sus novios y de lo mucho que les gustaba juguetear con estos carnales instrumento que ellos poseían…

Cielo Riveros recordó también que siempre tubo que evitar cualquier tipo de conversación…, con sus amigas del colegio…, que tuviera relación con todo lo que implica el sexo, no era que a ella no le llamara la atención hablar del tema, al contrario siempre trataba de escuchar cuando estas se enfrascaban en calientes conversaciones en donde explicaban con lujos de detalles lo que hacían con sus novios, pero ella solo escuchaba,… nunca opino…porque ella era una niña decente.

A raíz de estos recuerdos y ahora ser ella la protagonista de tal situación calenturienta, se fijaba en ese grueso instrumento que le mostraba don Pricilo, lo miraba embelesada, se fijo en la cabeza de este y como destilaba unos extraños líquidos desde la punta de este…se fijaba también en el grueso tronco del terrible aparato y como serpenteaban por su longitud una gran cantidad de llamativas venas…no podía determinar el color de estas, eran una mescla de rojo, verde y azul…

…pero lo que mas cautivaba a la hermosa adolescente, era el color de la cabeza de ese exquisito instrumento, pensaba la niña…a pesar de lo oscuro de ese musculoso tronco, veía ese glande de color morado, casi azulado y semi tapado por un suave forro de piel…la niña lo recorría con su mirada, desde la morada cabeza, el nudoso tronco, hasta llegar a una gran maraña de abundantes pelos gruesos y negros… y donde mas abajo colgaban los hediondos testículos del vejete…

Cielo Riveros quedo seducida por ese varonil pedazo de carne, la niña calculaba que esa herramienta debía medir por lo menos unos 20 cmt, y algo más a lo mejor, meditaba la dulce criatura. Lo que no dimensionaba es que ese grueso instrumento de carne, se lo iban a meter a ella, por su fina y delicada hendidura…

Cielo Riveros llevo su vista hacia la de don Pricilo, quien estaba encantado con lo que pasaba a la altura de su verga, se cruzaron las miradas, ambos estaban en una especie de trance telepático, ya que don Pricilo casi adivinando las intenciones de la niña, le asintió con su risa aborrecible…

La nena al notar la mirada de aprobación de don Pricilo, y sabiendo que estaba autorizada por el viejo, muy decididamente agarro ese mástil de carne y con sus dos blancas manitas…lo apretaba…lo sentía, pero que duro pensaba la hermosa joven.

Ya casi hipnotizada por ese fabuloso instrumento se dedico a palparlo, lo recorría por toda su extensión, con una mano lo tenia asido por el tronco, y con la otra le sobajeaba los testículos rebosantes de semen. También se percato que su delicada manita que en este momento se agarraba al descomunal instrumento, esta no le alcanzaba para para rodear su espesor. Su grosor, su tamaño y su dureza la tenían fascinada, se sentía en otro mundo, en donde solo existía ella y el gran pedazo de verga que se gastaba don Pricilo.

El viejo tenia su mirada vidriosa, por uno de sus enrojecidos ojos, hasta le caía una lagrima, ya que al sentir las suaves manos de la niña que le sobajeaban el pico…su verga, lo tenían al borde del orgasmo…tres veces ya había tenido que sacar fuerzas de flaqueza para contenerse y no derramar sus mocos fuera de ese delineado y esbelto cuerpo…

Cielo Riveros continuaba con su exploración, se percato que al hacer fricción sobre la suave piel que cubría la morada cabeza de aquella herramienta, la podría dejar totalmente afuera…y sin pensarlo dos veces jalo esa suave piel hacia atrás para dejar el glande totalmente despejado…, -este se mostraba en todo su esplendor…la niña estaba como poseída, lentamente comenzó a mover su cuerpo para adoptar una mejor posición y así poder admirar mas cómoda ese majestuoso pedazo de carne…se fue separando de apoco del cochino catre, hasta quedar arrodillada a los pies de don Pricilo, siempre agarrada de su falo, como si lo estuviera venerando…

A continuación la niña puso mas atención en la cabeza de esa gran verga, la encontraba naturalmente hermosa, también le llamo la atención que en la parte donde termina la cabeza de esta y se da paso al tronco, había una gran cantidad de una extraña sustancia blanquecina, que rodeaba en su totalidad el grueso diámetro de ese tan precioso instrumento… (Eso pensaba Cielo Riveros)…

A la joven realmente le llamaba la atención esa extraña sustancia blancuzca, por lo que decidió mirar más de cerca, parecían ser residuos de queso fresco, pensaba la ya insana criatura. Una vez que estuvo mas cerca de la verga del viejo, pudo notar el nauseabundo olor que emanaba de esa zona del pico, y a pesar que ese fuerte olor era realmente repugnante, había algo en el que la seducía…que la llamaba…

El viejo la saco de esas ricas ensoñaciones y la hizo volver a la realidad, cuando este se fijo que la niña le miraba su tranca como si esta quisiera comérsela le dijo…

–         Vamos chupalaaa…putitaaa…le solicito el vejete…

Cielo Riveros reacciono al instante una cosa era que se la estuviera tocando y admirando pero otra muy distinta era poner esa hedionda cosa en su boca, además no le cabria…pensaba la nena…—su mente se debatía en un verdadero caos por un lado no quería chuparle la verga a don Pricilo…, pero sabia también que si no lo hacia, este le pegaría…, y aun así no se soltaba de ese mástil de carne, lo tenia asido con sus dos blancas manitas…

…también se debatía en los recuerdos de las conversaciones de sus amigas que recordaba claramente que ellas también ya lo habían chupado mas de alguna vez…seria tan malo pegarle una probadita pensaba la joven…además el aromático olor que salía de este…—su mente de apoco se iba desequilibrando—…y esa sustancia blancaaa que tanto le llamaba la atención…pensaba la niña…

En esto estaba Cielo Riveros cuando sintió que el viejo la tomaba bruscamente de su cabello y haciendo que la niña lo mirase le vocifero…

–         VAMOS… CHUPALAAA… PUTAAAA…DE …MIERDAAAA….cuantas veces quieres que te lo repita…—a la vez que tomaba su verga desde la base de esta e iniciaba una serie de violentos vergazos contra la angelical carita de Cielo Riveros…,que ya nuevamente estaba al borde del llanto…

Ahora Cielo Riveros si estaba realmente asustada, porque una vez que el viejo le asesto el ultimo y mas violentos de los vergazos en su rostro, vio que este iba a tomar un grueso cinturón de cuero que tenia colgado en una de las paredes de la habitación…, por lo que sin pensarlo y como si ella fuera una autómata se abalanzo rápidamente hacia la tranca del vejete y con la sola intención que este no fuera a zurrarla por desobediente…, abrió su exquisita boca lo mas grande que pudo y de un solo bocado se comió la mitad de la verga del viejo ya que su boquita no pudo abarcar mas en su interior…se quedo quieta, su respiración era agitada y a pesar de las arcadas que sentía por la hediondez que emanaba de esa tranca que tenia en su boca, ella no se retiraba…

Una vez que Cielo Riveros pudo acostumbrarse a tener esa apestosa verga en la boca se empezó a imaginar a ella misma…, como se vería?…, pensaba la criatura, veía su propia imagen arrodillada y con una verga en la boca, igual como muchas veces escucho a sus amigas que ellas también lo hacían, estos pensamientos hicieron que sus hormonas femeninas se revolucionaran y muy rápidamente su panocha empezó a mojarse como nunca lo había hecho…,—la estoy chupando se decía…, se la estoy chupando a un hombre pensaba la nena toda emocionada por su hazaña…,

…su mente recordó cuando la estuvo inspeccionando (esa verga que ahora tenia en su boca) solo hace algunos minutos, le recordaba el color azulado de su cabeza, las grandes cantidades de venas que la recorrían…, esa gran mata de gruesos pelos negros con sus dos bolas colgando y por supuesto recordó también… esa extraña y muy aromática sustancia blanquecina…, por lo que muy decidida y delicadamente comenzó a rodear con su fresca lengua a esa gran verga que ahora tenia ensartada en su boca, su intención era una sola, quería retirar ella misma, esa extraña sustancia blanca que rodeaba parte de la cabeza y tronco de la verga de don Pricilo. Lo pudo haber hecho con la mano o con cualquier trozo de genero o similares, pero algo en su interior le dictamino que su misión era retirar esa hedionda sustancia solo con su boca y lengua…

El viejo se sentía dichoso, miraba hacia abajo y veía a esa dulce criatura arrodillada a sus pies y mamándole la verga… ¡le estaba chupando el picooo!…y ella solita se la había empezado a mamar…sin necesidad de tener que habérselo pedido nuevamente…, porque ahora si estaba decidido a golpearla si se volvía a poner desobediente…, —pero que buen rumbo estaban tomado los acontecimientos para él…pensaba el detestable viejo…

Mientras tanto la dulce Cielo Riveros estaba concentrada en su labor, con su exquisita lengua ya había casi retirado todos los sedimentos de esa blanca sustancia, y para asegurarse que esta quedara bien limpia, volvió a realizar una serie de ondulaciones lingüísticas para dejar totalmente aseado ese exquisito instrumento carnoso, que ella sola se había ensartado en su fina boca…era un verdadero lavado de cabeza que la niña le estaba propinando a la verga de don Pricilo…y le gustaba… Lentamente se fue retirando y sacándosela de su cavidad oral, hasta que la retiro por completo…su boca ahora se encontraba llena de la sustancia en cuestión, y llena también de saliva que se le había juntado y que se mesclaba con los líquidos pre seminalesque a don Pricilo le habían salido en gran cantidad desde su verga…

La niña al comprobar que se la dejo totalmente limpia, miro al viejo, este la miraba con ojos de lujuria…Cielo Riveros simplemente se lo trago todo, pero asegurándose que don Pricilo la viera…que supiera que era ella quien lo había limpiado y una vez que trago todo, mirándolo fijamente con esos hermosos ojos azules le dijo…Exquisito…a la vez que comenzaba a darle unas tiernas lamidas a esa verga que ahora la tenían hechizada…

Las tiernas lamidas de la nena, poco a poco se fueron transformando en lengüetazos, los lengüetazos se transformaron en golosas chupadas…ahora Cielo Riveros si se la estaba chupando como corresponde, intentaba meterse toda esa extensión de verga en la boca, pero no le cabía entera… por lo que don Pricilo tubo que acudir en su ayuda y tomándola firmemente con sus manos…, una por la cabeza de Cielo Riveros y la otra rodeando la barbilla de la nena, se dio a la tarea de adentrar mas su verga en la deliciosa y fresca boca de la niña…

Cielo Riveros pensaba que se iba a ahogar con esa verga de grandes dimensiones al interior de su boca, la niña hacia arcadas, babeaba y hasta lagrimas le caían de sus hermosos ojos azules que rodaban por sus mejillas… ahora el viejo violentamente le movía su cabeza de atrás hacia adelante, a la vez que el también agarraba vuelo para meterle su verga lo mas profundamente al interior de su boca… parecía que simplemente le estaba culiando la boquita a la niña…, Cielo Riveros se tubo que aferrar a las piernas del viejo, aunque sentía que se le iba la respiración, no quería que por nada del mundo don Pricilo le sacara ese exquisito instrumento que en estos mismos momentos le follaba la boca…

El viejo se había dado cuenta que la nena ya se tragaba mas de la mitad de su verga, sentía que la cavidad oral de la niña ya no podría soportar mas, pero él se la quería meter toda, así que se detuvo para tomar aire y para que la boca de Cielo Riveros se siguiera acostumbrando a su verga que aun la mantenía en su interior.

Una vez repuesto volvió a tomar firmemente la cabeza de la nena y presiono con fuerza y decisión, siguió presionando hasta que noto que la parte de su verga que faltaba por ingresar empezaba a deslizarse hacia el interior de la boquita de la niña, llevo su mirada hacia abajo y solo pudo ver la negra cabellera de Cielo Riveros y parte de sus exquisitos labios rodeando su falo y proyectados hacia adelante, estos rozaban con su gran mata de pendejos…, Cielo Riveros se la había tragado toda…!!

Le mantuvo la boca ensartada en su totalidad por casi un minuto y medio…le tomaba la cabeza con fuerzas para que la niña no se le escapara de su verga…

Cielo Riveros estaba casi ahogada, pero ella misma se daba fuerzas para aguantar…lo que le estaban haciendo era lo mejor que le había ocurrido en su vida, pensaba la caliente y rica criatura…la niña estaba en estas cavilaciones, totalmente ensartada por la vía oral, cuando abrió sus hermosos ojos azules, se encontró con la gran maraña de los antihigiénicos pendejos de don Pricilo, aunque casi no podía respirar, pudo ver perfectamente unos negros puntitos que se movían entre medio de los pelos…que serán esas cositas que se mueven tan rápido?…, pensaba la niña…y fue ese el momento en que el viejo la libero de esa fenomenal ensartada de verga…

¡PLUUUP!… fue el ruido que se sintió cuando el viejo le soltó la cabeza a la nena, por la presión ejercida… el sonido fue como si hubieran abierto una botella de champagne… Cielo Riveros fue a dar al suelo con la respiración totalmente agitada y con toda su cara llena de salivas y babas las cuales se desparramaban por todas sus tetas y otras partes de su delineada figura…don Pricilo estaba feliz…

Cielo Riveros fiera como una leona se puso en cuatro patas y como una salvaje felina fue en busca del pedazo de carne que le habían arrebatado. Que rica se veía la tierna chiquilla en el estado en que se encontraba. (Acuérdense los amigos lectores que en realidad es Cielo Riveros…nuestra dulce Cielo Riveros…hija del decente matrimonio Riveros) Cielo Riveros gateaba completamente desnuda, su dirección no era hacia donde don Pricilo, lo que ella buscaba era la verga…el pico…este preciado instrumento de carne que la atraía…y que la llamaba…

Llego hasta donde estaba el viejo, le tomo la verga con su blanca manita y con su otra mano se arregló un poco su cabello, y una vez terminado este femenino acto pretencioso, se dedico a chupar verga como una verdadera endemoniada…gruesos goterones de saliva caían por ambas comisuras de su boca, los cuales resbalaban por sus preciosas tetas y recorrían su perfecta anatomía, deslizándose por su suave vientre y se iban a depositar a su rajita mezclándose con los abundantes jugos vaginales que su exquisita panocha…su exquisita zorra ya había comenzado a expulsar en grandes cantidades…

La chupada de verga que Cielo Riveros le daba a don Pricilo, era la de una verdadera profesional, ella sola se la metía hasta más allá de su garganta…, para a posterior sacársela y dar tiernos besos a la cabeza de este terrible aparato, lamia en su totalidad el tronco de este, se extasiaba mirando y lamiendo esa gran cantidad de venas verdosas y azuladas, para luego volver a comérselo en su totalidad…

Don Pricilo se percataba de la aplicación de la niña para chupar el pico, la veía concentrada en su labor, Cielo Riveros tenia sus ojos fuertemente cerrados, con el ceño fruncido que daban la impresión de como si estuviera enojada chupándole la verga, con su cabeza hacia rápidos movimientos que parecía que con su boca le estuviera atornillando una tuerca a su grandiosa tranca, ni las hediondas bolas se salvaron de las lamidas y chupeteos de Cielo Riveros…

Así estuvieron unos 20 minutos, con el viejo de pie y ambas manos posadas en la cabeza de la niña, y ella arrodillada chupándole la tranca como una enajenada…Cielo Riveros estaba feliz con esa verga en la boca, no se aburría… hasta que don Pricilo determino que por ahora era suficiente…

El viejo retiro cuidadosamente su verga de la boca de la niña y tomándola de sus delicadas manos la invito a pararse, una vez de pie, se fundieron en el mas apasionado de los besos, Cielo Riveros lo abrazo y se apegó a él, la niña ya no sentía la hediondez de su boca, esos fuertes olores que provenían del cuerpo de don Pricilo, la tenían seducida y cautivada…

Don Pricilo aprovechándose del estado en que se encontraba la nena, tomo su verga y con mucha meticulosidad la empezó a restregar en la delicada panocha virginal de la niña…el viejo sintió la suavidad de la rica rendija que tenia la nena, por lo que la empezó a recorrer con su verga desde sus suaves y escasos pelitos, pasando por su tierno tajito virginal, hasta casi llegar al orificio anal de la rica adolescente…

Cielo Riveros estaba fuera de si por la calentura que la envolvía, sintió que don Pricilo…su hombre…su macho, le palpaba su panocha con la verga, ella no se asusto, al contrario la suave cabeza de esa verga que ya tanto le gustaba, le produjo el mayor de los placeres, ya no eran unos simples escalofríos, esto era mejor pensaba la caliente niña.

El viejo seguía magreándola con su verga en su suave rendija, siempre besándose, con sus lenguas entrelazadas e intercambiando salivas, aun así el viejo pudo notar que de la boca de la niña empezaban a salir los primeros auténticos y genuinos gemidos de placer…

Suavemente el cuerpo de Cielo Riveros empezó a menearse con movimientos pélvicos, movía solamente su estrecha cintura, por cada sobajeo de verga que le daba el viejo en su cosita, ella la meneaba hacia adelante, como saliendo a darle la bienvenida a esa tranca que la tenia descontrolada…, -ambos de pie, se movían con calientes y eróticos movimientos, hasta que alcanzaron una perfecta sincronización que daba la impresión de como si ya estuviesen culiando…, en ese estado estuvieron un buen rato gozándose uno al otro, hasta que don Pricilo determino que ya era hora de que ambos se acostaran en el inmundo catre que tenían a su entera disposición…

La niña se dejo llevar, estaba caliente, suavemente se fue recostando en ese sucio colchón, hasta quedar acostada y con el viejo encima de ella. Cielo Riveros sentía su peso, estaba casi ahogada pero el viejo seguía sobándole su panocha con su buen pedazo de verga, las sensaciones que sentía Cielo Riveros eran deliciosas e indescriptibles para ella, pero al ser la primera vez que se encontraba en tan erótica situación, los nervios hacían que mantuviera sus piernas cerradas… (Todavía le quedaba algo de pudor a la tierna niña.)

La pareja se concentraba en un apasionado y salivoso beso, el viejo por su parte ya estaba listo para penetrarla, pero notaba que la pendeja tenía fuertemente cerradas sus piernas, por lo que se propuso a que fuese ella quien se abriera de patas en forma voluntaria…

Don Pricilo comenzó a besar el fragante cuello de la nena, sentía esa fragancia a jabón fino, a limpieza de la alta sociedad…por fin iba a entrar a las ligas mayores pensaba el viejo, al follarse…al culiarse a esa tan rica, delicada, hermosa y decente jovencita…

Nunca en su vida el viejo pensó que se iba a encamar con una mujer tan preciosa como lo era Cielo Riveros. Su difunta mujer no fue tan agraciada, solo se caso con ella por en interés de su negocio, y con la putas que él se metía ninguna le llegaba ni a los talones a nuestra dulce Cielo Riveros. Es mas, algunas meretrices hasta se arrepentían del trato comercial que habían adquirido con él, al notar su hediondez y fealdad, y este muchas veces tenia que hasta golpearlas para que se dejaran follar por él…, -e incluso a mas de alguna puta barata le pago para él darse el solo gusto y placer de pegarles.

Esta era realmente la atrofiada y desequilibrada mente de este despreciable y aborrecido viejo de don Pricilo. Cielo Riveros ajena a todo esto, estaba acostada y totalmente desnuda besándose con él, en los momentos previos al acto sexual.

Volviendo al inmundo catre de don Pricilo…el viejo ya estaba chupándole las tetas a la niña, las sentía grandes, suaves y duras, se las lamia, se las mordía, las langueteaba y las ensalivaba, la nena solo sentía placer…el viejo continuaba su recorrido en dirección hacia la vagina de la niña, quien ya en estos momentos tenia un charco de jugos vaginales debido a la calentura que sentía su perfecto y delineado cuerpo…

Don Pricilo ya iba llegando, paso por su suave y plano bajo vientre, y se encontró con la vanguardia de esos preciosos pero escasos bellitos de color negro y sedosos, los miraba extasiado, quiso oler aquellos ricos y coquetos pendejos de la zorra de Cielo Riveros, al olerlos el viejo quedo como embrujado, el olor que emanaba de esa apretada abertura que tenia la niña, era verdaderamente embriagador, un aroma que superaba con creces a las mas altas fragancias de Paris…—Por su parte Cielo Riveros miraba ansiosa y atenta de lo que hacia el viejo en su delicada panocha…en su zorrita…

Don Pricilo seguía oliendo, miraba esos apretados y tiernos labios vaginales, eran un verdadero tesoro que él había encontrado y que serian solo para él… (Por ahora)…

No aguantando mas, el viejo abrió todo lo que pudo su asquerosa boca y se sumió en esa exquisita panocha que tenia al frente de su cara, Cielo Riveros al sentir los gruesos labios del viejo abarcarle toda la extensión de su pequeño tajito y sintiendo como esa mórbida e intrépida lengua hurgaba por adentrarse al interior de su rendija, fue abriendo lentamente sus piernas, hasta quedar totalmente abierta de patas.

Los gemidos de la nena no tardaron en llegar por lo rico que estaba sintiendo, don Pricilo prácticamente le estaba comiendo la zorra, adentraba su lengua lo que mas podía…, bebía y saboreaba todo el exquisito néctar que la panocha de Cielo Riveros le iba expulsando. La niña nuevamente se había empezado a menear con movimientos pélvicos y casi diabólicos…hacía una serie de ondulaciones y arremetidas contra la lengua y boca del viejo…ahora era ella quien estaba inclinada hacia adelante, con sus dos manitas le tenia agarrada la cabeza al vejete haciendo presión hacia su cuerpo, como queriendo enterrársela en su panocha…en su zorra…en su tajo…

La niña seguía con esos siniestros movimientos y meneadas con sus caderas…, su zorra arremetía contra la lengua de don Pricilo, no quería que esa maravillosa y caliente lengua la abandonara…Si la chupada de verga que le había practicado a don Pricilo le había gustado hasta la locura, esto que le hacia ahora el vejete a ella lo encontraba fantástico… fenomenal, o sea le gustaba todo lo que hacia con este viejo aborrecible, pensaba Cielo Riveros…

Por su parte el viejo sabia que Cielo Riveros estaba gozando, pero no quería que se corriera…— si la muy puta quiere correrse será con mi tranca enterrada en su panocha…metida hasta el fondo de su zorraaaa!…pensaba el viejo…

Don Pricilo bruscamente se separo de esa deliciosa almeja que había estado degustando…, Cielo Riveros lo miro sorprendida, realmente le gustaba lo que lo que el viejo le estaba haciendo en su zona ya no tan sagrada…

–         Don Pricilooo…por favor sigaaah…sigahhh…–le decía la niña al ver que el viejo se separaba de ella y de su cosita…

–         Porque putilla… acaso ya te empezó a gustar lo que estábamos haciendo…?…jejeje…–reía el vejestorio…

Cielo Riveros se demoro en contestar, pero de su dulce boquita salió un autentico…

–         Siiiiiii…me… gustooo…–contestó la rica de Cielo Riveros…

–         Bien como se nota que te ha gustado mucho, y a mi también, ha llegado el momento para que meta mi verga en tu panocha….jaja…para que te culie…jejeje…

–         Me va a doleeerr…–pregunto la nena casi emocionada por lo que le iba a suceder…

–         Como te dije antes…jejeje…al principio te dolerá un poquito…pero después vas a bufar y gemir como perra en celo…jaja…como las putas…de tanto placer que vas a sentir…

Con estas palabras y aprovechando que la niña mantenía sus piernas bien abiertas, el viejo empezó a masajear la delicada vagina de Cielo Riveros, con su oscura y tiesa verga…solo la acariciaba por fuera, sabia que eso le gustaba a la nena…

Don Pricilo había sabido seducir a esta decente niña bien…–A Cielo Riveros lo que mas le encantaba del viejo era la tranca de este…su verga…el pico…y todo esto debido a las placenteras sensaciones descubiertas por ella en esa semana y en especial esa tarde de día sábado…

Ya casi oscurecía en la decente casa de la familia Riveros, y en la cabaña que estaba al interior de esta, justo al fondo del patio, se encontraba Cielo Riveros la hija de este decente matrimonio…—totalmente desnuda y abierta de patas…a unos cuantos minutos de ser desvirgada por don Pricilo…el jardinero de la casa…

La nena ya había empezado a sentir las placenteras sensaciones, ante la rica masajeada que le aplicaba don Pricilo con su verga sobre su panocha…sobre su zorra…sobre su aun fina, delicada y virgen hendidura…

La niña comenzó a secundar los sobajeos vergales con unas suaves pero ricas ondulaciones de caderas y cintura…

–         Te gusta… putilla…–le pregunto el viejo…

–         Siii…me enncannnntaaa…–contesto la joven…que en su voz ya predominaba la calentura…

Don Pricilo se volvió a recostar sobre el cuerpo de la nena y estirando su mano hacia un costado del inmundo catre encendió la lámpara que estaba sobre el velador. Como ya estaba casi oscureciendo, el viejo no quería perderse las reacciones de la niña, una vez que le metiera el pico…su verga…

A continuación el viejo se acomodó entre medio de esas exquisitas piernas…Cielo Riveros a pesar del nerviosismo que sentía, se las mantenía bien abiertas, dejando totalmente expuesta su apretada, rendija…su cosita…su panocha…

Ya no había nada que esperar, estaba todo listo y dispuesto. Cielo Riveros con su respiración fuertemente agitada y sus blancos muslos flexionados y abiertos, con el viejo encima de ella, quien ya acomodaba su verga en la entrada de su panocha…de su zorra…

–         Una ultima pregunta putita…jejeje…realmente quieres que te culié…?—le pregunto el desgraciado…

Cielo Riveros envalentonada, a raíz de los calores que sentía su exquisita anomía, le contesto…

–         Siiiiii…don Pricilo…lo aguantareee todooo…pero por favooor…culieeeme…–la pobre niña no sabia lo que le esperaba…

–         Bien si así lo quieres…, así será…jajaja…, fue la risa del vejete…

Don Pricilo afianzo su tranca en el jugoso tajo de Cielo Riveros, la niña estaba ansiosa, quería que ese tronco de carne se deslizara hacia su interior…–Cielo Riveros estaba entregada a la erótica situación a la que había sido inducida…–El viejo ya queriendo sentir su tranca al interior de ese precioso cuerpo hecho a la perfección…, presiono con su verga para adentrarse al interior del cuerpo de la niña…

La zorrita de Cielo Riveros…su panocha…resistió el empellón, producto de lo apretada que estaba la niña, la verga de don Pricilo resbalo y salió expulsada de esa zona virginal…, Cielo Riveros aguardaba expectante por lo que pasaba allá abajo de su cuerpo…en su zorrita…, el viejo al estar montado encima de ella no la dejaba ver, pero aún así ella lo secundaba en los intentos que este hacia para meterle la verga…ella quería que se la clavaran…

La respiración de la nena se volvió mas agitada, sentía que se le tapaban las fosas nasales, esto debido al brusco cambio de presión sanguínea, a raíz de las alteradas emociones que la atacaban, pero la niña continuaba quieta con sus piernas bien abiertas y ofreciéndole a don Pricilo su mas sagrado tesoro…

El viejo volvió a la carga, nuevamente poso su cabezón ariete en el pequeño y apretado conducto de amor de la niña…, paso sus brazos por debajo de los hombros de ella para afianzarse mejor por la brusca arremetida que pensaba darle a la dulce criatura…y de un solo empujón logro meter la punta de su tranca en el interior de la pequeña vagina de Cielo Riveros…

A pesar que entro solo la cabeza de esa descomunal verga la cual quedo atrapada justo en la pared que certificaba la virginidad de la niña, Cielo Riveros sintió que el viejo la había rajado por dentro… (Y eso que solo entro la punta)…

La reacción de la niña fue automática, en un solo segundo desaparecieron todas las ricas sensaciones y punzadas que ella había estado sintiendo, e incluso fue como si la verga del viejo hubiera absorbido todos los jugos vaginales que hace un rato la bañaban y la lubricaban…, la niña ahora sentía solamente dolor en su maltratada zorrita…en su panochita…

–         Nooooo…, por favor don Pricilo… sáquela… no me la meta…por favooor…don Pricilito…no lo haga…ay…ay…ay…

–         Siiii…te la voy a meteeer…, así que quietecita porque todavía falta…jajajaja

–         Nooo… por favooor…yo no quiero que me la metaaa…Sniff…snifff…empezaba a llorar la niña…

–         Pero si recién me lo pedias putilla…ahora tienes que aguantar…me has estado calentando toda la tarde…putaaa buena para el pico…y ahora te quieres irrr?…, ni lo pienses…de aquí no sales hasta mañana…jejejeje…y convertida en toda una puta…y si tengo suerte capaz que hasta te deje preñadaaa…jajajaja…ya veras que te va a gustarrrr…

–         Nooooo…Snifff…sniff…yo no quiero ser puuutaaaa…snifff…snifff….y no quiero…sniff… quedar embarazada de Ud.…snifff…snifff…

El viejo volvió a presionar…

–         Nooooooo…no lo hagaaa…me dueeeleee…ahhhh…me dueleeee…–gritaba de pavor la desesperada muchacha…

Cielo Riveros se empezó a contorsionar con todas sus fuerzas, quería cerrar sus piernas pero no podía, el viejo estaba encima de ella y con parte de su verga incrustada en su panocha…la niña se movía como desesperada, quería escapar de las garras del asqueroso vejete…, el viejo astuto de don Pricilo, previendo que esto podía suceder y temiendo que su verga se saliera por los bruscos movimientos de retirada que hacia la nena, bajo su mano por a un lado del catre por donde saco un afilado cuchillo y lo puso en el hermoso rostro de la niña…

–         Mira puta de mierda….en estos momentos estoy a punto de culiarte…y una vez que te meta mi verga…tu harás lo mismo…te dedicaras a moverte y culiaaar…y si no me haces caso…, te juro que te rebano las tetas…ESCUCHASTE!…le grito el enfurecido viejo…

La nena al ver y sentir el afilado cuchillo en su rostro quedo casi paralizada por el miedo…apenas pudo articular las palabras, sentía que se había quedado sin aire…

–         Siii…si…don Pricilo…le juro que dejare que me culieee…, pero por favooor…no me mateee…sniff…sniff…

–         Te portaras bien…?…PUTAAA…!

–         Siii…siii…me portare bieeennn…pero no me mateee…por favooorrr…sniff…sniff…

Con esto el viejo Pricilo nuevamente comenzó a ejercer presión contra el cuerpo de la niña…su verga no podía entrar…la niña Cielo Riveros estaba realmente apretada…, a su vez sentía como la cabeza de su verga rozaba la exquisita y delicada membrana de castidad de la nena…el viejo sudaba como caballo…

Por cada empujón que le propinaba don Pricilo…, Cielo Riveros sentía como si este quisiera partirla en dos, el dolor que sentía la niña era realmente terrible…

Pero el viejo no se daba por vencido, se volvió a acomodar sobre los tibios muslos de la niña…se afianzo con sus brazos sobre sus hombros y puso su fea cara al lado del rostro de ella…su intención era que a Cielo Riveros, nunca mas en su vida se le olvidara que fue él quien la desvirgo…que fue él su primer hombre…su primer machooo…

…y con estos pensamientos empujo con todas sus fuerzas hacia el interior del delineado cuerpo de la joven…TECCC…, fue el sonido que se sintió al interior del bajo vientre de la niña…la verga de don Pricilo hizo ingreso con toda majestad hacia el interior de ese cuerpo inexplorado hasta ese momento, rompiendo el fino y casto himen de Cielo Riveros y despojándola para siempre de su virginidad…

La expresión de la nena por unos segundos fue de espanto, lentamente sus finas y exquisitas facciones se fueron descomponiendo, hasta que su expresión era solamente de horror y suplicio…desde el fondo de su ser y de su alma fue subiendo el pavor…hasta que de su garganta y a través de sus cuerdas vocales expulso un ronco y espantoso grito…

-Nooooooooooooooooo…Noooooooo…Noooo…poor favor noooooo…

Por su parte el Viejo estaba eufórico, se quedo quieto con las tres cuartas partes de su verga ensartada en ese exquisito cuerpo que el destino le había ofrecido…el cuerpo de Cielo Riveros…el cuerpo de una hermosa adolescente de 18 años recién cumplidos…, era la niña de la casa…, y ahora sus padres no estaban…, y no llegarían hasta 5 días mas…

Don Pricilo solo se dedicaba a sentir la tibieza de las carnes de la rica jovencita, ni siquiera le preocupaban los sollozos de ella…solo le importaba su propio placer…, el rostro de Cielo Riveros era un mar de lagrimas, el viejo le había ensartado la verga con solo dos empujones, pero aun faltaba que entrara un poco mas, para que el acto sexual fuese completo…, el viejo no quiso esperar mas y con un tercero y recio empujón, se la clavo en su totalidad a la mancillada joven…

La cara de don Pricilo era la de un depravado sexual, miraba con autentico degeneramiento el exquisito rostro de Cielo Riveros, que en este momento era solo de dolor y tristeza, por lo que le estaba sucediendo.

El viejo no se movía, se la tenia bien clavada hasta el fondo de sus entrañas, en su mente (la del Viejo) solo pensaba: estoy ADENTRO…adentro…ADENTRO…sentía como esas tibias carnes interiores le apretaban deliciosamente su verga…, retiro sus brazos de los hombros de la nena, sabia que Cielo Riveros ya estaba ensartada y perdida, ella ya ni siquiera se movía, estaba destrozada física y mentalmente…

A la niña le dolía su panochita, pensaba que el viejo se la había rajado por dentro, la sensación que tubo Cielo Riveros, cuando el viejo le dio el segundo empujón, que fue el que la desvirgo, fue como si con fuerza le hubiesen metido un palo por su vagina, así lo sentía la niña…, y no estaba muy lejos de ello, ya que el viejo prácticamente la tenia empalada con su verga de casi 20 cmt …, y además que por toda la calentura que sentía el viejo por la bella jovencita, por lo menos le debió haber crecido unos tres centímetros mas en el transcurso de esa caliente tarde de día sábado…

–         Ahhh…que rica esta tu panocha…tu zooorraaa…putita…jajajaja…ahora eres mia perrita…solo miaaaa…–le gritaba mirándola a sus azules ojos…, a la adolorida nena…

Cielo Riveros solo lo miraba con sus ojos llenos de odio…, don Pricilo aprovechaba de recorrer con sus manos todo el cuerpo de la pasiva muchacha, le sobaba las nalgas, sus piernas, metía sus manos por debajo de sus caderas para afianzarla mas a su ensartada verga, que rica estaba la pendeja…pensaba el degenerado viejo…

Por su parte Cielo Riveros solo se dejaba hacer, su cuerpo era como el de una muñeca de trapo, que podían hacer con ella lo que quisieran…

El viejo estimo que ya le había dado tiempo suficiente a Cielo Riveros para que su vagina se acostumbrara a su verga, por lo que empezó a arremeter con movimientos de mete y saca, primero despacio, quería que la nena se volviera a calentar como la había visto hace un rato cuando le chupo el pico como una endemoniada…

Pero Cielo Riveros estaba totalmente cerrada a esa posibilidad, ya ni siquiera se acordaba que solo hace un rato había disfrutado de darle una mamada casi bestial a la verga de don Pricilo y que hasta le había lamido las bolas a ese viejo que ahora le tenia ensartada su verga hasta lo mas profundo de su ser…

A pesar que el viejo se movía suavemente, el dolor que sentía la niña era tremendo, por cada arremetida que le asestaba el viejo, Cielo Riveros sentía que mas la destrozaba por dentro…le daba la impresión que esa barra de hierro caliente que en estos momentos la perforaba, por cada avance que esta hacia, le rompía todo en su interior…

Cerro sus hermosos ojos azules, no quería ver la cara de degenerado que ponía don Pricilo por cada estocada que este le propinaba a su panocha…, el viejo poco a poco empezaba a acelerar sus movimientos coitales…La niña al notar que el viejo aceleraba sus movimientos, entre abrió sus exquisitos labios para dar un quejido de dolor…

Don Pricilo tenia el ego subido hasta las nubes, se estaba follando a un bella jovencita…y es mas hasta la desvirgo…el quien nunca tubo la posibilidad de estar con mujeres a la altura de Cielo Riveros…e incluso cuando quería estar con putas mas agraciadas, siempre lo rechazaban por su fealdad…siempre se tubo que conformar con las putas mas feas y baratas…

Pero ahora tenia a Cielo Riveros solo para el…, a la dulce Cielo Riveros y con estos pensamientos el viejo busco la boca de la niña para besarla como lo habían hecho con anterioridad, pero esta vez se encontró con una férrea resistencia por parte de la hermosa criatura, Cielo Riveros cerro firmemente su boca…no quería que el viejo Pricilo la besara…y con un brusco movimiento bucal, la niña lo mordió en su grueso labio inferior…

–         Deeejemee viejo asqueroso…le grito Cielo Riveros, con su cara llena de odio…

Don Pricilo al escuchar estas palabras, se le vinieron a su mente todos los momentos de rechazos vividos, hechos por otras mujeres a lo largo de su miserable existencia…

–         QUEEE ME DIJISTEEE…?…REPITELOOO…!–bufo don Pricilo con una de sus mas siniestras expresiones, mientras que por su labio inferior caía una fina gota de sangre…

–         No…no…don Pricilo yo no quise decir es…

PLAFF…PLAFF…PLAFF…, fueron las tres sonoras bofetadas que le dio el viejo al delicado y hermoso rostro de Cielo Riveros, claro que el viejo midió sus fuerzas no le convenía dejarle marcas, pero si fueron suficientes para aterrar a la bella jovencita…

–         Aquí…la única perra asquerosa ereees tuuu…, puta de mierda…,–ahora si el viejo estaba realmente enojado…, — y ahora te vas a dejar de estupideces…, o si no te juro que te rajo las tetaaasss…, y te corto el pelo a machetazos y te dejo peladaaaa…ESCUCHATE BIEEENNN…–a la vez que le propino tres certeros escupitajos en el fino rostro de la niña, e incluso uno de estos le llego con precisión dentro de uno de sus ojitos azules…

–         Nooo…no…por favor don Pricilo no me deje pelada…no me deje pelada…le juro que me portare biennn…pero no me deje pelada…sniff…sniff…—volvía a llorar la niña…

–         Y ahora en castigo…—prosiguió el vejete…—te voy a destrozar la zorra a vergazos…para que aprendas a no ser insolente con tus mayores…—termino diciendo el viejo, dándose aires de como un profesor reprende a una alumna…

Una vez de haber terminado el sermón, don Pricilo empezó a aserruchar con mas fuerzas, le clavaba la verga y se la ensartaba sin piedad, los gemidos del dolor que sentía Cielo Riveros rápidamente se transformaron en gritos…, la nena gritaba como si la estuvieran matando…, y la verdad era que si…–que la estaban matando…pero la estaban matando a vergazos…, se la estaban culiando firme…los ruidos que hacia el caliente catre ante las furiosas embestidas que asestaba don Pricilo, amenazaban que este en cualquier momento se desarmaría…

Cielo Riveros sentía esa gruesa barra de carne como la recorría por dentro, se la imaginaba y la sentía que esta ya se deslizaba libremente por su entrada vaginal y por su interior…

Lentamente empezaron a aflorar en ella sus bajos instintos femeninos, los cuales al estar siendo atacados por esa considerable tranca humana, estos rápidamente se fueron transformando en instintos de hembra, los mismos que Cielo Riveros ya conocía muy bien…la niña ya no sentía dolor, al estar preocupada de imaginarse los ingresos que hacia esa verga hacia el interior de su cuerpo, no se dio ni cuenta que los dolores poco a poco fueron despareciendo…

Cielo Riveros se concentraba en la fricción que hacia la verga de don Pricilo al deslizarse por su estrecha ranura, se preguntaba como era posible que ese largo y grueso instrumento estuviera moviéndose en su totalidad al interior de su cuerpo, pensaba en lo cabezón que era este y no daba crédito a que este estuviera metiéndosele por su estrecho tajito. Ahora recordó que momentos antes lo había sentido en sus manos y hasta había chupado y lamido esa verga…, y como le gusto el haberse tragado esa exquisita sustancia blanca que ella misma había retirado con su lengua… (Pensaba la mente de la desquiciada y caliente criatura…Cielo Riveros…)

Con estos pensamientos el curvilíneo cuerpo de la nena, le dio la bienvenida a las primeras oleadas de placer, ya no eran cosquilleos ni punzadas, ahora era placer puro…, que por cada estocada que le daba don Pricilo en el interior de su panocha…este se ramificaba hacia todas sus articulaciones, recorriendo todos los rincones de su exquisita y delineada figura…

Cielo Riveros suavemente fue subiendo sus muslos flexionados, para abrirse mas, ya que por la traumática experiencia que sufrió al ser desvirgada tan salvajemente por el aparato de don Pricilo, las había dejado abiertas pero inmóviles, estáticas…, pero ahora la niña quería participación en lo que le estaban haciendo…, quería moverse…quería menearse…!!

Una vez que volvió a abrir en su totalidad sus potentes y bellas piernas, espero y estudio los movimientos de don Pricilo y cuando este venia en una impecable arremetida hacia su interior, ella con su panocha salió al encuentro de ese exquisito y calvo palo que la estaba taladreando…

–         AHHHHHH…- fue el exquisito gemido de placer de la niña al saberse protagonista de la caliente situación…

–         Ahhhhhhhh….Ohhhh….ahhh…,–continuaba gimiendo la nena por cada una de las clavadas que le asestaba el viejo…

Con estos eróticos movimientos copulatorios, Cielo Riveros se entrego por completo a los nuevos y exquisitos placeres que su cuerpo lleno de curvas estaba sintiendo, los sentimientos de odio y rechazo hacia don Pricilo fugazmente desaparecieron, ahora no quería que ese viejo se saliera de ella, y aumento mas su placer cuando recordó que el viejo le había aclarado que ella no se iría de esa inmunda habitación hasta que amaneciera…y mas encima… convertidaaa… en PUUUTA?…

Los pensamientos de Cielo Riveros antes descritos fueron su perdición, la niña se abrazó al fofo cuerpo de don Pricilo y ahora se dedico a disfrutar de la caliente culiada que le estaban propinando, con sus piernas flexionadas abrazo y rodeo el culo del viejo, haciendo fuerza ella misma para que el vejete se adentrara mas en ella, ahora si quería que la partiera en dos…y ella misma también arremetía contra esa verga dura y caliente que la perforaba…y no aguantando mas empezó a alentar al viejo para que se la culiara sin contemplaciones…:

-Ahhhh…ahhh…PRICILOOOOOO…PRICILOOOOOO—gritaba la caliente mujer a la cual estaban follando…-METEMELAAA…METEMEEEELA…,LA PUEDOOO AGUANTARRRR TODAAAAA, PERO METEMEEELA….,MAS…….….FUERTEEE….AHHHH…LA QUIERO MAS FUERTEEEEEE…,DESTROZAME LA CONCHAAA SI QUIERES PERO METEMEEELA MAS PARA DENTROOOOO…POOORRR FAVOOORRRR…LA QUIERO MAAAAS PARA ADENTROOO…—eran los desaforados gritos de Cielo Riveros…de nuestra dulce Cielo Riverosnn…

El viejo como queriendo recompensar a la niña, acelero aun mas sus embestidas, para ver también el aguante de esa dulce criatura, que en estos momentos bramaba como una verdadera puta…

–         TE GUSTA PUTILLA…–le pregunto el viejo que quería que la nena siguiera diciendo leperadas y ordinarieces, esto le estaba empezando a gustar mas todavía…jajaja…reía el viejo para sus adentros, sin desconcentrarse de la follada que se estaba pegando…

–         SIIIIIIII…PRICILOOO…ME EENCANTAAAA…RICOOOO…RICOOOO…EXQUISITOOO…ASIIII…ASIII…AHHH…AHHH…AHHH…

Don Pricilo la contemplaba, Cielo Riveros estaba con sus ojos semicerrados y por su delicada boca, por donde en estos momentos salían los gritos de placer y desesperación por esa verga que la perforaba, caían abundantes cantidades de saliva…la niña no se daba ni cuenta de las lamentables condiciones en que se encontraba…

El vejete ahora si seguro de si mismo y el darse cuenta que la niña lo tenia firmemente abrazado, fue al encuentro de esa exquisita y fresca boca que hace un rato lo había rechazado…, juntaron sus labios ahora si el beso era nuevamente apasionado…, y mejor pensaba la caliente Cielo Riveros ya que le gustaba que la tranca de don Pricilo la estuviera traspasando y este a su vez le estuviera devorando su boquita con chapoteantes y salivosos besos…

–         TE GUSTA PENDEJAAA…, exclamo el viejo…

–         SIIII…DON PRICILOOOO…ME GUSTA MUUUCHOOOO…..AHHHH…OHHHHH…AHHH…

–         ENTONCES MUÉVETE MAS FUERTE,…, QUIERO QUE ASÍ ME DEMUESTRES LO MUCHO QUE TE GUSTAAA…PUTILLAAAAA…JAJAJA…

Cielo Riveros entendiendo claramente lo que quería don Pricilo, se empezó a mover y menear como una enajenada, siempre moviendo su zorra hacia adelante yendo en busca de la verga del viejo… Don Pricilo por su parte que no quería que esa pendeja le diera clases de culeo avanzado, la secundo con todas sus fuerzas por cada una de las arremetidas que Cielo Riveros le propinaba a él con su panocha…

Ya no habían gritos en la habitación de la cabañita de madera, la pareja de amantes se estaba dando duro…no se daban tregua, solo se oían ahogados gemidos de placer desesperado por ambas partes y esto sumado al ruido que hacían ambos cuerpos cuando se frotaban uno contra otro…, el viejo catre de don Pricilo como queriendo ser cómplice de la caliente copulación de la pareja, aportaba con los mas morbosos y degenerados crujidos de sus resortes tuercas y tornillos…

A raíz de los salvajes movimientos de ambos contendores sexuales, todo en esa habitación crujía, el piso de madera se cimbraba, las paredes rechinaban y amenazaban con desclavarse, ya varios objetos se habían caído de los escasos muebles de la cabañita, daba la impresión que había un temblor en su interior y que su epicentro se encontraba justo en la ubicación del inmundo y caliente catre de don Pricilo…

El Viejo arremetía, embestía, asaltaba y se lanzaba con las fuerzas de un toro sobre el delineado y curvilíneo cuerpo de Cielo Riveros, quien lo recibía dichosa ya que en este momento hasta baboseaba de tanto placer que le estaba dando esa tranca casi celestial para ella…se comían sus bocas el acalorados besos, ahora a la niña le encantaba meter su lengua en esa parte ennegrecida de las encías de don Pricilo, ella quería demostrarle y que el supiera, que lo deseaba y lo aceptaba tal como era el…

Cielo Riveros había perdido los sentidos con tanto placer que le daba esa verga, cuando el viejo se separaba de los chapoteantes besos que ambos se propinaban, la niña no dudaba para lamerle la cara al vejete, la recorría con su exquisita y fresca lengua, le chupaba todas sus asquerosas verrugas, le lamia el fofo pecho…, ese hombre era de ella declaraba Cielo Riveros, dentro de su estado calenturiento en el cual se encontraba…

–         Pero que rico que culeeeaasss…tetonaaa…–le decía don Pricilo…

-Siii…siii…siiiiiiiiiiii….que….riiiccoooo…sígame…culiaaando…don…Priciloooo…sígame culiandooo…–rogaba Cielo Riveros fuera de si por las exquisitas clavadas que le daba el viejo…

–         Siii…te seguiré culiando…ahoraa eres miaaaa…miaaa…miaaaa…–le decía el vejete por cada arremetida que le pegaba…-ESCUCHASTE…LO TIENES CLARO…MIAAAAA…

–         Siii…don Priciloooooo…soooy suya…soyyyyy…suuuuyaaaa…ahhhh…ahhh…

–         Escuchame bien…PUTILLA…te voy a follar por toda la nocheee…TE VOY A EMPUTECEEEEEER… Y TE VOY A ENYEGUECEEERRRRR…lo tienes claro…LO TIENES CLAROOO……SERÁS MI YEGUAAAAA…ESCUCHASTE BIEN….MI YEGUAAAAAAAAAAAA….

La mente de Cielo Riveros a pesar de todo lo rico que estaba sintiendo, igual le llamaron la atención estas extrañas aclaraciones que le hacia el viejo, pero su mente se fusionaba con toda la calentura del momento e imaginándose a un potro montando una potranca grito desde el fondo de su serrr:

–         SIIIIII…SIIIIIII…QUIERO….SER SU YEGUAAAAAAAAAAA…..SU YEGUAAAAAAAAAAAAAA….AH… AHAH

El viejo que ya estaba por correrse aminoro las embestidas que le daba a la niña…, Cielo Riveros a su vez también bajo las revoluciones, ella ya tenia claro que su macho era el que mandaba, y ella quería ser su hembra obediente y sumisa…

–         Mira culona…–le dijo el vejete…— me saldré un rato porque necesito descansar, o si no harás que me corraaa…, me entiendes ricura…

–         Siii don Pricilito, descanse, yo…yo lo esperooo…—contesto la sumisa criatura…

Don Pricilo lentamente se salió del cuerpo de Cielo Riveros, la niña puso atención en el color rojo oscuro que tenia la verga del viejo, la tenia totalmente parada…, el viejo abrió la ventana de la cabaña para que ambos pudieran tomar un poco de aire fresco…

Cielo Riveros se quedo recostada en el catre, ella también necesitaba descansar, pero estaba hipnotizada por ese barra de carne que tenia don Pricilo con la cual la habían perforado…, en eso se acordó de su panocha y llevo su mirada a ella para poder ver como estaba después de lo sucedido…

–         DOON PRICILOOOO…!—fue el grito de la asustada niña cuando vio el estado en que quedo su panocha…-SNIFF…SNIFF…–empezó a llorar Cielo Riveros cuando vio su ensangrentada panocha…y además de un gran charco de la misma sangre en el colchón…—MIREEE…–le dijo apuntando a su ya no virgen, pero aun rica hendidura…, la tenia llena de sangre…

Don Pricilo manteniendo la calma le dijo…

–         No llores putita…esto es normal…, te cabo de desvirgar…jejeje…le decía el aborrecible viejo con orgullo por haber sido el quien le rompió la zorrita…—Ya veras que no pasa nada…jejeje…—Mira…–continuo el viejo…— yo arreglare esta situación…jejeje…ábrete de piernas…

La niña que ya no sentía pudor de mostrar sus encantos al vejete, por haber tenido esa bestial follada con él, y además que a pesar de la traumática visión que tubo al ver su cosita toda maltratada, aun así se mantenía en estado de éxtasis…y además sabia que todavía faltaba aun mas…por lo que accedió y se abrió de piernas lo que mas pudo…, y don Pricilo dándose aires doctorales, se sumió cual vampiro a lamer esa exquisita y ensangrentada panocha…

La lamio, la ensalivo y la volvió a lamer, limpiándola, aseándola, todo con su apestosa lengua, Cielo Riveros miraba fascinada como el viejo le lamia su zorra…, que bueno era don Pricilo con ella, pensaba la ya no tan decente niña…, una vez que el vejete la dejo totalmente limpia, le dijo…—ves aquí no ha pasado nada…jejeje…

Cielo Riveros volvió a inspeccionar su estrecha rendija y comprobó que esta no presentaba daños mayores, aunque todavía sentía como lo descocía su zorrita en su interior…, pero los placeres fueron mayores, pensaba la rica de Cielo Riveros…

–         Parate putilla…—le ordeno don Pricilo…

La niña se puso de pie, y el viejo procedió a dar vuelta el inmundo colchón, para que la parte ensangrentada quedara hacia abajo, y para que la niña no se escandalizara al tener ante sus hermosos ojos azules esa espeluznante visión…

–         Ahora si mi putita…recuestate y descansa, jejeje…, mira que luego continuamos…jejeje…—le decía el viejo, como riéndose de la situación…

Cielo Riveros se recostó y se puso de lado para poder ver la tranca de don Pricilo, que extrañamente aun seguía erecta, la niña no se imaginaba que el viejo se había tomado dos pastillas azules antes de culiarla…,— daba lo mismo, ella ni sabia que estas existían…,— vio al viejo que desapareció por la puerta que daba a una habitación contigua de la que ellos estaban y escucho que este buscaba algo en un mueble, el viejo volvió al instante, y vio que este traía en sus manos, 02 copas y una botella de vino…

–         Mira putita esto es para que repongamos fuerzas…jejeje…

–         Pero don Pricilo…yo no bebo alcohol…Ud. sabe que en nuestra congreg…

–         CAAALLATE CULONAAA…–le vocifero el viejo…-AQUÍ SE HACE LO QUE YO DIGOOO…, de ahora en adelante, tendrás permiso solo para salir con tus padres…, y cualquier otra actividad que se te ocurra hacer me deberás pedir permiso…LO TIENES CLAROOOO…—le volvió a gritar el vejete…

–         Siiii…siii…–contesto la asustada Cielo Riveros, que no quería que el viejo se enojara y le volviera a pegar…

–         Y por lo demás…, —continuó el viejo…— te aviso que no estas autorizada para ir a rendir ese estúpido examen del día miércoles…TE QUEDAAA CLAROOO…—de los ojos del viejo solo destellaban ira…

–         Siiii…don Pricilo me queda clarooo…—la niña estaba realmente asustada por los bruscos cambios de humor que tenia el viejo…estaba mas preocupada de eso y de su verga que de la prohibición que este le acababa de hacer…aunque lo pensó, todavía no lo dimensionaba bien…

Don Pricilo sirvió las 02 copas con abundante vino, y la paso una a Cielo Riveros para que bebiera, ella solo lo recibió no muy convencida, pero sabía que lo tenía que beber…, ahora don Pricilo mandaba…, pensaba la niña…

Así estaba Cielo Riveros, totalmente desnuda, recostada de lado en la cama del viejo y con una copa de vino en una de sus blancas manitas, quien hubiera visto aquella escena se preguntaría…, que hace esa esa bella joven, con un viejo tan feo?…. El cuerpo de Cielo Riveros brillaba con la luz de la lámpara, a raíz de que este todavía se mantenía perlado por el sudor acumulado ante la feroz culiada que se había pegado con el viejo…

Ver su delineada figura recostada de frente. Su piel blanca y brillosa daba la impresión que la nena estuviera untada con el mas fragante de los aceites, su negra cabellera caía desordenada pero seductora, sus ojos azules intensos, sus finos y purpuraceos labios…, y todo esto coronado con los coquetos pero escasos pelitos negros y sedosos de su pequeño triangulo de amor…, a la niña le faltaba solo una corona de laureles dorados para ser la rencarnación de alguna diosa griega…como Atenea o Afrodita….¡ Que buena suerte había tenido este viejo desgraciado de don Pricilo…!

–         Salud…—le dijo el viejo…

–         Salud…—dijo Cielo Riveros…

Y ambos bebieron su primera copa de vino juntos….El viejo volvió a llenar las copas, pero esta vez no presionó a Cielo Riveros para que la bebiera rápido…, don Pricilo desnudo como andaba, encendió un cigarrillo y se lo ofreció a Cielo Riveros…, la niña pensó en protestar, pero acordándose de quien era ahora el que mandaba, tomo el cigarrillo y no sabia si debía hacerlo, miro al viejo quien encendía uno para él…, y al fijarse en su verga totalmente parada, sin pensarlo se llevo el cigarrillo a la boca, probando por primara vez en su vida la sensación del tabaco en su cuerpo…

–         COFF…COFF…COFFF…, tosía Cielo Riveros, sus limpios pulmones por primera vez sentían las sustancias nicotínicas…

Las intenciones del viejo eran solo de envilecerla, y además que todo esto era material que estaba grabando, le serviría para el futuro…—Cielo Riveros fumaba en forma inexperta, pero fumo el cigarrillo completo, ese asqueroso olor a tabaco en su baca la estaba matando, por lo que ella misma tomo la botella y se sirvió una abundante porción de vino…, con 03 copas no se iba a emborrachar completamente, pero si la dejo aun mas desinhibida y mas alegre…, don Pricilo estaba encantado con su obra de arte…

El viejo ya estaba listo y dispuesto para el segundo acople, se dirigía decididamente al catre donde estaba Cielo Riveros, y al llegar a él se empezó a masajear la tranca, no sabia por donde empezar…, todas las curvas de esa mujer prometían placeres incalculables…

Cielo Riveros quería que el viejo la tomara de cualquier forma posible, pero que lo hiciera rápido, y luego al notar lo parada que tenia la verga y que además el viejo ya le estaba mirando su zorrita, se abrió de patas en forma casi automática, como si lo estuviera invitando a que la montara…, el viejo que no era de fierro, capto al instante la placentera invitación que le ofrecía la hermosa jovencita…, ya se estaba acomodando en esos tibios muslos de la niña, cuando una lejana música de teléfono celular los saco del trance erótico…

–         Mi teléfono…–exclamo Cielo Riveros…–puede ser mi padre…—dijo toda alterada, la niña…

–         Y que esperas putita!!…anda y ve a contestarle a papi…jejeje…y apurate que todavía tenemos que seguir culiando…jajaja…, —le decía el aborrecible…

Cielo Riveros se paro rápidamente del inmundo catre, y salió toda desnuda al patio de su casa, en la oscuridad casi no podía ver…, pero de pronto dio con la luminosidad de este, se encontraba tirado en el pasto, justo al lado dela toalla, lo recogió y vio que tenia 8 llamadas perdidas, y el visor le indicaba que tenia mensajes…

–         Que hago… que hago…—pensaba la desesperada Cielo Riveros que hasta ese momento ni se había acordado que tenia padres…–como me pude descuidar del teléfono…—se recriminaba la criatura…

Decididamente tecleo el teléfono para escuchar el mensaje…

–         Hola…Cielo Riveros…hija soy tu madre, te he estado llamando y no contestas, pero no te preocupes, sabemos que te estas matando en los estudios para el examen del día miércoles, tu padre te volverá a llamar a las 11 de la noche par ver como estas…Ahhh y dale nuestro saludos a don Pricilo…Adiós hija… te queremos mucho…

Cielo Riveros respiro aliviada, vio la hora en el celu, eran las 10.20 pm., todavía faltaba para que la llamara su padre…

La niña se sintió mal por lo que estaba haciendo, podría irse a su casa y encerrarse para salir de esa situación y luego ver como lo arreglaba…, estuvo punto de hacerlo, pero recordó las palabras de don Pricilo…”aquí se hace lo que yo digo”…,recordó también como la abofeteo tres veces en su cara por reclamona…, y aunque le haya dolido…, en el fondo de su ser la niña reconocía que le había gustado que le pegara…, SI le había gustado que la abofetearan y que la escupieran, que la humillaran…—Ahora Cielo Riveros se sentía dominada por ese viejo asqueroso…la niña ya tenia la respuesta…, tomo dirección hacia la cabañita de madera, justo al fondo del patio…

Cielo Riveros ingreso a la habitación de don Pricilo, este se había recostado en el inmundo catre, la niña traía su teléfono en la mano y nuevamente su mirada tropezó con esa verga soberbia para ella, dejo su celu en el velador y miro a don Pricilo, para ver que es lo que venia ahora…

–         Quiero que me la chupes…jejejje…le sugirió don Pricilo…

–         Bueno…—dijo la criatura…. —pero alas 11.00 pm., deberemos para un rato ya que mi padre me llamara por teléfono y debo contestarle…—le dijo Cielo Riveros como pidiéndole permiso al viejo, para hablar con su propio padre…

–         Por mi parte no hay problema putilla…jejeje…tienes mi permiso…, pero apurate que ya te tengo ganas…

Cielo Riveros observa cual seria la mejor forma para realizar la felación que deseaba don Pricilo…, miro la posición del viejo y la parte depravada de su subconsciente le indico cual seria la mejor posición para darle en el gusto al vejete…

Se hinco en el catre, el viejo la miraba encantado y mayor fue su sorpresa cuando Cielo Riveros se puso en forma invertida y cruzo una de sus bellas piernas por sobre la cabeza del viejo, quedando con ambas piernas, una a cada lado de la cabeza del viejo, y con su panocha… justo al frente de la boca y narices del viejo…, formando así un perfecto 69…, con ella montada arriba del viejo…

–         Ohhh…Cielo Riveros…eres una verdadera abominaciónnnn…—dijo el viejo con sus ojitos llenos de lágrimas, a la vez que se zambullía con su rostro a lamer y chupar la zorra de la niña…

Cielo Riveros le chupaba el pico con dedicación, le encantaba esta nueva posición que ella solita había descubierto…, pensaba en lo mucho que le gusto cuando la llamo por su nombre…, debía recompensarlo por lo que se aplicó aun mas en las chupadas de verga que le daba a don Pricilo, intentando ella misma ensartársela hasta la garganta…, —el viejo no tenia para que hacer presión con su verga, la niña se lo comía solita, sintió también como le lamia los testículos…

Cielo Riveros le agradecía a don Pricilo restregándole su panocha en la boca de él, como si esa lengua mórbida fuera la que la estaba culiando…, el catre ya había empezado a crujir con sus calientes sonidos, como si este les estuviera haciendo barra a los rudos contendores que tenia sobre sus resortes, que se combinaban con los chapoteos de lenguas y líquidos que expulsaban ambos amantes…, así pasaban los minutos…

La niña se sintió extrañada cuando el viejo se retiraba de esa deliciosa posición para ella…, y lo miro que este se paraba al lado del catre…

–         Ven perrita…, ahora quiero que me la chupes aquí…, ponte de rodillas…jejejeje…

A Cielo Riveros le daba lo mismo la forma en que se la estuviera que chupar, lo importante para ella era tenerla en su boca, ensartársela hasta la misma garganta, por lo que rápidamente se puso como quería don Pricilo y ambos… a disfrutarrrr…

Los minutos se le hacían eternos a don Pricilo, la niña había aprendido rápidamente a chupar verga, y si seguía así iba a lograr que él se corriera dentro de su boca…, pero el viejo se contenía y alargaba el momento de la eyaculación…. Hasta que por fin paso lo que quería el viejo Pricilo…, el teléfono de Cielo Riveros empezó a sonar, era la llamada de su padre, la niña hizo el intento de pararse e ir a contestar afuera de la inmunda habitación, pero el viejo la sujeto para que se quedara de rodillas junto a su verga…

–         Quedate arrodillada putita…, y escuchame bien…, ahora le vas a contestar a tu papito y a cada vez que él te hable, tu me chuparas la verga….jejeje…me chuparas el pico…jejeje…TE QUEDA CLARO…PUTILLA…—ahora el viejo continuo hablando…—y si te pregunta porque hablas raro, o si te pregunta que cosa tienes en tu boquita, tu le dirás que estas chupando un helado…jejeje…

Mientras tanto el teléfono móvil, seguía con su incesante música que indicaba llamada entrante…, Cielo Riveros no quería aceptar lo que sus oídos escuchaban, este viejo se quería reír de su padre…y lo peor!!… pensaba la nena…, usándola a ella!!…

–         TE QUEDA CLARO PERRA CALIENTEEEEE!…—le grito el viejo…

–         Si…si…don Pricilo…me queda claro…–contesto la asustada nena…

–         Muy bien…, contestale…, —le dijo el viejo que ya estaba al borde de la locura…

Cielo Riveros apretó el botón de contestar la llamada, e intentando aclarar su vocecita se dispuso a a hablar con su muy decente padre…

–         Hola…–dijo Cielo Riveros a la vez que empezaba a chupar el pico de don Pricilo…

–         Hola Cielo Riveros…–contesto la seria voz de Eduardo, su serio padre…,- te hemos estado llamando toda la tarde y no contestas…, pero tu madre ya me explico que estabas concentrada en tus estudios y…bla bla bla…

Por cada conversación que entablaba su padre, Cielo Riveros se lanzaba a chupar la verga de don Pricilo…, aunque al principio la idea fue chocante para ella, ahora la tenia caliente, le excitaba estar hablando con su papá y a la vez estar chupándole la tranca a don Pricilo…, su panocha estaba totalmente encharcada de jugos vaginales…, hasta que llego la pregunta que ambos degenerados amantes esperaban…

–         Que te pasa Cielo Riveros…porque se siente un ruido extraño cuando me hablas…–consulto el extrañado hombre…

–         Es que estoy chupando un helado papá…—le dijo la niña a la vez que le mandaba un tremendo chupetón al pico de don Pricilo…la idea de la degenerada criatura era que su padre escuchara mas claramente el sonido que hacia su boca con la verga del viejo…

–         Cielo Riveros…ya estas grande muchacha…, para andar chupando helados por ahí …–le contesto su padre un poco divertido al imaginar a su hija chupando un helado…–mientras Cielo Riveros al otro lado del teléfono hacia mas ruidos chupeteros con la verga de don Pricilo en su boca…

–         Siii…es que esta tan rico papá…srrrppp….srrppp…srppp…

Al viejo Pricilo nuevamente se le caían las babas, por lo que estaba haciendo la nena…

–         Bueno Cielo Riveros te dejo y disfruta de tu helado…ya que sabemos que estuviste estudiando como condenada toda la tarde…

–         Siii papá…srrrppp…srrrppp…srrrppp…, lo disf…srrrppp…rtare…srrrppp…

–         Ahhh…tu madre me dice que te comas un buen pedazo de helado por parte de ella…

-Srrrppp…srrrppp…si…srrrppp…papá…srrrppp…dile a mamá…srrrppp…srrrppp…que me comeré…srrrppp…srrrppp…un buen pedazo…srrrppp…en nombre de ella…srrrppp…srrrppp…Adiós…srrrppp… papá…srrrppp…srrrppp…

Se corto la comunicación, Cielo Riveros con sus ojos cerrados apago el teléfono y lo tiro para cualquier parte de esa horrenda habitación, y se dedico en cuerpo y alma a chupar esa verga que la tenia como poseída…..Don Pricilo estaba satisfecho por tan buena alumna que se había encontrado, lo tenia claro, esa niña de ojos azules iba a ser solo para el, ya se había percatado lo vulnerable y lo fácil de manipular que era nuestra Cielo Riveros…nuestra dulce Cielo Riveros de tan solo 18 años de edad recién cumplidos…

Cielo Riveros se saco el trozo de carne de su boca, y con este firmemente tomado con su blanca manita, le pregunto a don Pricilo:

–         Lo hice bieeen…don Pricilo…, —le pregunto con la mas dulce de sus voces…

–         Siii, lo hiciste bien…, pero debes seguir esforzándote…, esta es tu primera prueba para que puedas lograr tu emputecimiento y enyeguecimiento…JAJAJAJJAJAJJAJAJ…–reía el miserable…

–         Siii…, don Pricilo…me esforzare al máximo…—a la vez que le prodigaba un exquisito y tierno beso en la punta de su tranca…

El viejo se recostó en el catre, con la verga apuntando hacia los cielos…

–         Ven…—el viejo llamo a Cielo Riveros…—quiero que te montes sobre mi verga, porque ahora te voy a enseñar a cabalgarme…jejeje…

La niña con los mas delicados y femeninos movimientos que ella hacia en forma natural, se subió al inmundo catre y se puso en posición de montar sobre el fofo cuerpo de don Pricilo…

–         Metétela tu sola…, quiero verte…—ordeno el viejo…

Cielo Riveros, que la comezón que sentía en su zorra ya casi la consumía, tomó ese mástil de carne y muy decidida lo alojo en la entrada de su panocha…, para luego y con mucho cuidado y delicadeza se lo fue metiendo de a poco…. El dolor no tardo en aparecer, si bien el viejo ya se la había metido con anterioridad, su fina y delicada hendidura no estaba acostumbrada a recibir tan robustos visitantes…-pero la niña era brava y ella misma se daba fuerzas para aguantar los fuertes dolores que sentía su cosita…– Ya lo tenía ensartado hasta la mitad, don Pricilo la dejaba hacer, quería ver hasta donde llegaba la calentura de la tierna adolescente…

Pero realmente se vio sorprendido, cuando Cielo Riveros, por si sola se dejo caer sobre ese palo de carne que ahora si lo tenía ensartado en su totalidad…, Cielo Riveros se quedo paralizada sintiendo esa robusta verga metida hasta el fondo de sus entrañas, se sujetaba de los fierros de la marquesa del catre, quedando levemente inclinada hacia adelante, dejándole todas sus tetas expuestas a don Pricilo que ya en estos momentos se las estaba chupando como desesperado, la nena no se movía, disfrutaba del empalamiento de esa monstruosa verga, la niña la sentía y la imaginaba que por lo menos le debía llegar hasta la altura de su ombligo…

El viejo por su parte miraba como si todo lo que estaba ocurriendo fuera un sueño, veía a esa hermosa hembra de 18 años y ojos azules clavadaa su verga en su totalidad…, se fijaba como los sedosos y suaves pero escasos pelitos de su zorra, se enredaban con los gruesos y antihigiénicos pendejos de él…, fue en ese momento que la niña muy suavemente empezó a mover sus caderas y cintura en forma circular y haciendo presión sobre su verga como si se la estuviera exprimiendo…

A continuación la niña que seguía haciendo una serie de ondulaciones casi diabólicas, empezó a combinar estas mismas, con otros movimientos pélvicos, hacia atrás y hacia adelante…, Cielo Riveros ahora se movía por instinto, era su primera vez, nadie le había enseñado como hacerlo, pero la niña seguía buscando la mejor forma de aumentar su placer, fue que comprendió que haciendo y combinando los movimientos antes señalados, la llevarían al mismo estado en que la había tenido don Pricilo, cuando este la había estado montando a ella…

Cielo Riveros ya se movía fuerte sobre la verga de don Pricilo, meneaba sus caderas en forma ondulatoriamente exquisita, no se sacaba ni un centímetro ese pedazo de verga que ella misma se estaba culiando y que la llenaba por completa…, la sentía caliente, deliciosa, sentía como sus finos bellitos púbicos se frotaban con los gruesos pelos de don Pricilo, como si estos también estuvieran teniendo relaciones entre ellos, los de ella con los de él, pensaba la caliente joven…estos pensamientos le encantaban por lo que decidió refregarse con mas decisión sobre la base de la verga del vejete…

Don Pricilo ya no daba mas de la calentura, sabia que le quedaba poco tiempo para derramar su simiente al interior del cuerpo de la jovencita…, pero el viejo caliente aun continuaba conteniéndose, se daba cuenta del nivel de fogosidad que había alcanzado la nena y no debía defraudarla…

Cielo Riveros al sentir las ásperas manos de don Pricilo, que en estos momentos le acariciaban sus suaves y tersas caderas y parte de su culo, se recostó sobre este, aplastándole sus magnificas y duras tetas contra el fofo pecho del viejo…, ahora sentía como esas peladas y asquerosas manos recorrían casi en su totalidad las pronunciadas curvas de su delineada figura…

La niña miraba al viejo, que en este momento se le caían hasta las babas por tan exquisitos movimientos de caderas y pélvicos que le asestaba la hermosa adolescente a su verga, sentía que se la apretaba con su panocha, como si esa zorra estuviera succionándole la verga para arrancársela desde su misma raíz…, que rico culiaba Cielo Riveros pensaba el vejete…

En estas ensoñaciones estaba el viejo, cuando sintió la fresca boca de la niña posarse con la pestilente boca de el…, ambos amantes se fundieron en el mas apasionado y caliente beso de ese día sábado que ya terminaba y daba paso ala madrugada del día domingo…, Cielo Riveros lo besaba y lo culiaba al mismo tiempo, ella a él… Cielo Riveros que ya era presa de las mas placenteras sensaciones fue aumentando el ritmo de sus meneos, ahora se sacaba la verga de don Pricilo casi hasta un poco mas de la mitad, para luego dejarse caer con fuerza, su cintura y culo se movían en forma frenética…

–         Ohhh…putitaaa que rico que culeaaas…—le dijo el viejo caliente…

–         Le gustaaa…—le pregunto Cielo Riveros, siempre jadeando…

–         Siii…putillaaaaa, meneate mas fuerteee…ohhh…mas fuerteee…perra calienteeee…—gritaba y se quejaba don Pricilo…

Cielo Riveros se dejo caer completamente, absorbiendo toda la longitud de esa gruesa verga caliente, solo quedaron afuera de su panocha las 02 grandes bolas de don Pricilo…, y una vez que sintió toda su extensión en el interior de ella, comenzó un frenético movimiento pélvico de atrás hacia adelante, movía el culo endemoniadamente rápido, el catre de don Pricilo crujía como nunca lo había hecho antes, ante tan caliente acoplamiento que se sucedía sobre sus viejos resortes, eran tan fuertes los sonidos del inmundo catre que parecía como si este fuese a estallar y desaparecer para siempre de la faz de la tierra…

El hermoso y esbelto cuerpo de Cielo Riveros ya no daba mas, toda la calentura y excitación acumulada por las sabrosas situaciones vividas ese día estaban a punto de derramarse sobre su rico cuerpo…pero el combate continuaba…La fea cara de don Pricilo, en estos momentos era la de autentico depravado, no tenia nada que decir ni pedir a la puta que en estos momentos lo cabalgaba…, la niña se estaba prácticamente culiando ella sola…—pensaba el viejo…

–         Culeaaa…culeaaa…putita…—la animaba el viejo…

–         Siiii…ahhh…que ricooo…ricooo…Pricilooo…Pricilooo…Ahhh…mmmm…–gemía la nena…

–         Ohhh…puuutiiitaaa…—lograba balbucear el vejete…–te la siento tan apretaditaaaahh…ahhh…y aun así…ahhh… me das la sensación que me estuvieras sorbiendo la veeergaaa…ahhh…con tu zooorraaa….

-Siii…Pricilooohhh…meee…laa…cooomooo…tooodaaahhh…ahhh…ahhh…—gemía la insana muchachita…

El viejo intentando aclarar su mente…tomo la carita de la nena con sus dos manos y le dijo:

–         MIRAME PERRAAA…tu eres miaaaa…quiero que lo tengas claro…miaaaaa—a la vez que el viejo comenzaba a mover su apéndice para incrustar mas su gruesa herramienta en el cuerpo de la niña…

Cielo Riveros totalmente fuera de si y animada por la calentura que ella misma sentía… le contesto…

–         Siii…Priciloo…Pricilooo…PRICILOOOO SOY TUYAAA…SOY TUYAAA…SOY TU PERRAAA CALIENTEEEEE…SOY TU YEEEGUUAAA….TUUUUU YEEEEGUAAAAAA….,–gritaba desaforadamente una mujer, que no se parecía en nada a la niña Cielo Riveros…

Don Pricilo lentamente se comenzó a levantar, le costaba debido a su prominente barriga de caballo percherón, pero lo logro, en esta posición ambos se abrazaron, para juntar nuevamente sus bocas y besarse apasionadamente…, pero mas que besarse, lo que hacían era devorarse uno al otro, de ambas bocas salían grandes cantidades de saliva, producto de los rudos movimientos de lenguas y esto sumado a la bestial forma en que movían sus cuerpos por la forma casi animal en que estaban follando…

Don Pricilo sabía que su aguante ya no daba para más…, con sus manos y en forma ruda empujo a Cielo Riveros para que ella quedara recostada…, la niña cayo sobre el catre en forma violenta…, le gustaba que don Pricilo fuese rudo con ella…

–         Ahora si pendeja…, ahora te voy a culiar yo a ti…jajaja…y trata de disfrutarlo porque no creo que dure mucho…jejeje…—el viejo estaba todo transpirado, al igual que Cielo Riveros, que tenia parte de su cabello pegado en su carita…como si viniera saliendo de darse una ducha…

Don Pricilo tomo su verga con determinación, esta ya estaba que reventaba por todo el semen acumulado…Cielo Riveros atenta a esta situación y al ver que esa verga palpitaba rítmicamente producto de la calentura de su dueño, se abrió de piernas lo que mas pudo, todo lo que su cuerpo le permitía…, quería esa verga dentro de ella…, pensaba su ya atrofiada mente poseída por la excitación del momento, quería que se la metieran y que ojala el viejo empujara con tantas fuerzas hasta que le saliera por la boca, pensaba la caliente niña, que en algún momento fue pura y dulce…

–         Quieres que tela meta…PUTAAA…

–         Siii…don Priciloooh…meeetameelaaa…—respondió Cielo Riveros con su respiración totalmente agitada…

–         Pídemelo por favooor…—el viejo reía aborreciblemente al ver a la niña pidiendo verga, como las más condenadas de las putas…

–         Por favooorrr…don Pricilooohh…métameee el picooo…métameee su vergaaahh…—decía la criatura mirando embelesada la tranca del viejo…su panocha ya no daba mas…, necesitaba ese grueso instrumento en su interior…

Don Pricilo se acomodó nuevamente en los suaves y tibios muslos de Cielo Riveros, ahora sin ningún miramiento, poso su verga en la entrada de la niña y de una sola y certera estocada, se la clavo en toda su extensión al interior del cuerpo de la hermosa joven, quedando ambos cuerpos ensamblados en la típica posición del misionero…

Y empezó el mete y saca, la verga de don Pricilo ya fácilmente se amoldaba al suave y tibio conducto vaginal de la niña…, ella por su parte lo recibía complacida, con sus ojos cerrados y fuertemente abrazada al fofo cuerpo de él…, la nena se dedicaba solamente a disfrutar ese placer exquisito que le concedía esa terrible herramienta carnal que en este momento le perforaba su delicada abertura vaginal…

Cielo Riveros que ya sabia muy bien cual era su papel de hembra en el acto copulatorio en el cual se encontraba, secundaba al viejo con sus calientes movimientos pélvicos. Los amantes ya se sincronizaban a la perfección en el caliente acto de apareamiento que ambos se daban…. Eran hombre y mejer…, macho y hembra…, Don Pricilo se movía rítmicamente sobre el cuerpo de su joven amante…, Cielo Riveros lo contemplaba con las más tierna y dulce de sus miradas…

El viejo empezó a acelerar sus embestidas, le clavaba con furia su descomunal pedazo de verga a la niña…, ella por su parte ya no daba mas, se concentraba solamente en atrapar con su panocha ese fabuloso instrumento de carne que la perforaba…, que la llenaba…, quería que esa verga se fundiera en el fondo de su zorra, y que esta no la abandonara jamás de los jamases!!…—don Pricilo ya la quería llenar…—Cielo Riveros se lo quería atrapar, sentía que que ella misma se lo succionaba con su panocha desde la propia raíz…

Cielo Riveros sintió en su cuerpo lo que nunca en su vida había sentido, fue como un golpe de placentera corriente que se centro en su vientre para ir trasladándose muy suavemente hasta el mismo centro de su zorrita, y una vez instalado allí…, esta masa de fuerza interior exploto en forma aparatosa… recorriendo y desparramándose por todos los rincones de su esbelta anatomía… la niña sentía que se desintegraba…, que se evaporaba y que todos los pedacitos de su cuerpo, o el mismo vapor de este, volaban en mil direcciones perdiéndose para siempre en el espacio infinito…

En ese mismo momento el viejo vio que los hermosos ojos azules de la niña se estaban dando vuelta, Cielo Riveros tenía los ojos blancos, su boca adquirió un rictus de rabia insana, desde su pecho y garganta dejo salir el más fuerte y ronco bramido de placer puro, sentido en ese largo día sábado…

-AAAAAAHHHHHHHHHHHHHHH…….AHHHHaaahhhhhhhhhhhhhhh…PRICILOOOOOHHH que ricooooooohhh….que ricoooooo….ohhhh…pricilooohhh…Priciloooooooohhh…

Esto para el viejo fue suficiente, para que todas sus ganas y deseos contenidos en esa tarde también explotaran, y sin más que hacer, con las más salvajes de sus estocadas se derramo en el más intenso caliente orgasmo que había tenido en toda su miserable existencia…

–         AHORAAA…—grito el viejo con todas sus fuerzas, parecía ser el rugido de un animal…–TOMAAAAAAA…TOMAAAAAAAAAAA…RECIBEEE MIS MOCOSSSSSS PENDEJAAAAA QUE ESO ES LO QUE QUERIASSSSSSSSSSS….PUTAAAAAAAAA….

Fueron seis fuertes expulsiones de abundantes cantidades de semen caliente que el viejo derramo en el interior del cuerpo de Cielo Riveros, seguidas por varias de menor intensidad, pero igual de chorreantes y calientes, hasta que le salió la ultima gota de semen el viejo se dejo caer con su fofa anatomía, sobre el esbelto y delineado cuerpo de la hermosa joven…quedando con su apestosa verga dentro de la apretada vagina de la niña…como si hubiesen quedado pegados…, como perros…, —se besaron…

Esto fue lo que paso al interior de la cabañita de madera, que estaba justo al fondo del patio de la casa que pertenecía a la decente familia Riveros…

Don Pricilo ya conforme por haber logrado su cometido, apago la luz de la cabaña, y se abrazó al hermoso cuerpo desnudo de su ahora amante…, Cielo Riveros quien estaba totalmente agotada lo recibió y se abrazó a el… a su hombre…a su macho…, y con su cara de hembra satisfecha, se recostó en el asqueroso pecho del viejo Pricilo y se durmió profundamente…Ambos dormían abrazados…totalmente desnudos, como si ellos ya fueran un consolidado matrimonio…

Y así pasaron las pocas horas que faltaban para el amanecer…ya estaba clareando el cielo, cuando en el patio de la casa de una decente familia, una hermosa joven completamente desnuda, recogía una toalla y dos piezas del traje de baño azul, que el día anterior había dejado abandonados para adentrarse a un mundo desconocido para ella…

(5 minutos antes)

Cielo Riveros yacía desnuda durmiendo abrazada al cuerpo del jardinero…, abrió sus hermosos ojos azules, no sabía donde estaba, al instante lo primero que vio fue la cara del horripilante viejo Pricilo, que estaba profundamente dormido, y a su mente vinieron todas las imágenes de lo ocurrido en esa noche que ya casi terminaba…A la niña se le llenaron sus ojos de lagrimas, quería llorar, quería gritar…, se odiaba a ella misma al recordar todo lo que hizo con ese asqueroso viejo…

Se preguntaba porque lo había hecho?…había tenido relaciones sexuales con un viejo que bien podría ser su abuelo!…, porque…porque?…se preguntaba la ahora nuevamente dulce criatura…-Pensó que tenia que salir rápidamente de esa inmunda habitación, por lo que muy cuidadosamente se separo de ese apestoso y hediondo cuerpo…y se dispuso a ponerse de pie…

Por cada movimiento de huida que hacia la niña, el sucio y hablador catre de don Pricilo rechinaba, como si este estuviese confabulado con el viejo y quisiera acusarla de su escapatoria…Para la suerte de la niña, el viejo no se despertó, rápidamente recogió su teléfono celular y salió de esa lujuriosa cabaña en donde nuestra dulce Cielo Riveros…perdió su virginidad…

Cielo Riveros salió al patio y con lo primero que se encontró fue con la toalla y su traje de baño azul tirados en el pasto, los recogió y se encamino hacia su casa…, cruzo el patio totalmente desnuda, su mente estaba en blanco, no quería recordar nada que tuviera que ver con lo sucedido el día anterior…La verdad era que el estado emocional y psicológico de la hermosa adolescente, estaban en condiciones deplorables, por lo sucedido entre ella y el viejo…

Al ingresar a su casa, sintió que esta la recibía con los brazos abiertos, sintió la seguridad que esta le brindaba, y ya con su mente un poco mas despejada, cerro con llave la puerta que daba a la terraza y puso seguro en todas las ventanas de la casa, en especial a esas que daban hacia la horrenda cabañita de madera…-Se dirigió rápidamente a la cocina, tomo una bolsa plástica y metió en esta la toalla y ese diminuto traje de baño azul, que en parte fue el causante de su desgracia, y lo arrojo al bote de la basura…

Cuando se dirigía a su habitación noto una suave picazón en su cosita…en su vagina…por lo que se propuso a mirar esa zona de su entrepierna…, poso sus dedos en esta intentando palpar y ver que todo estuviera bien…, al tocar se dio cuenta que esta estaba bañada con una extraña sustancia gelatinosa color blanca…, obviamente eran restos del semen del viejo que ya estaban casi secos…, la niña retiro un poco de esta sustancia para verla, como ella ya había vuelto a su normal estado de decencia, su mente se negaba a reconocer lo que era…, pero una parte de su subconsciente se lo decía claramente: ERA SEMEENNN!…

Cielo Riveros lo miraba incrédula y recordó las abundantes inyecciones de este, que le había asestado don Pricilo en su interior…, con estos pensamientos Cielo Riveros en forma instintiva se llevo la mano a su boca y lo probo, lo paladeo y de lo trago, le recordó un poco el sabor a esa extraña sustancia blanquecina que también había probado y automáticamente su vagina se contrajo y le regalo 03 placenteras punzadas, por lo que Cielo Riveros ya había llevado nuevamente su mano a su tajito, para seguir probando…y reacciono…

–         Nooo, no puedo estar haciendo esto…, ese viejo me violo…(realmente la habían violado?)…

Rápidamente se dirigió al baño y se metió en la ducha…, el agua se sentía correr, además de unos quejumbrosos…sniff…snifff…snifff…, Cielo Riveros lloraba por lo que le había sucedido…y también lloraba por que su mente se lo decía y se lo aclaraba…le había gustado… La niña se preguntaba como era capaz de probar el semen de ese viejo, después de haberla tratado de puta…perra…yegua…y otros tipos de apelativo de igual connotación…y mas encima el haberla obligado a hablar con su padre, mientras le chupaba la vergaaaa…pensaba la escandalizada criatura…

Al recordar esto último, su vagina se le volvió a mojar por completo y ahora si volvieron las eróticas pulsaciones al interior de su nuevamente suave y delicada hendidura…de su zorra…de su panochitaaaa…-Cielo Riveros escandalizada grito: NOOOOOOOOOOooooooooo, esto no me pude estar sucediendo…, yo soy una niña decente…DECENTE, pensaba la nena, como autoimponiéndoselo….

Salió de la ducha, seco su pelo y su exquisito cuerpo…, se puso el mas largo y santurrón de sus camisones para dormir y se metió en la cama, vio la hora…, ya eran casi las 08.00 de la mañana…Rápidamente Cielo Riveros se sumió en un profundo sueño…–La niña se despertó cerca de las 02.00 de la tarde, ya estaba mas tranquila, estuvo por unos 20 minutos pensando en lo acontecido el día anterior…Pensaba que estaría haciendo el viejo degenerado de don Pricilo, por ahora no la molestaría ya que ella se había asegurado de cerrar todo con seguro y con llave…

Pero buscaría el momento para hablar con el y decirle que lo que ella había hecho con el, era una real equivocación por parte de ella, y si quería acusarla con sus padres que lo hiciera, total pensaba la nena, ella ya había decidido contárselos a sus padres, y si se merecía un castigo lo afrontaría…-Pero su familia no se merecía que ella, siendo una niña seria y decente , anduviera revolcándose con cualquier viejo que se le cruzara por su camino…y muchas cosas mas pensaba decirle la nena…

Sintiéndose bien con ella misma y mucho mas segura de su persona, se fue a dar una refrescante ducha…Se vistió con un jeans, aun que no era muy ajustado, este igual hacia resaltar su figura desde la cintura para abajo…, arriba se puso una polera que también marcaba su delineada figura…sin ser ropas sugerentes igual se apreciaba la belleza de ese hermoso cuerpo debajo de estas… Era día domingo…, ahora si que lo iba a dedicar a sus estudios…pensaba la rica de Cielo Riveros…

Fue a la cocina y se preparo comida para almorzar…, miraba de reojo hacia la ventana…, no había indicios del viejo…, el patio estaba vacío…

Mientras se cocinaba su almuerzo, la niña se dirigió a su habitación a buscar un libro para echarle una ojeada y así aprovechar mejor su tiempo, desde su ventana se veía directamente hacia la piscina y la puerta de entrada de la cabaña de madera…y fue cuando sintió el motor de la camioneta del viejo,… este venia llagando, ya que se había dirigido al pueblo a realizar unas cuantas compras, al no encontrar a Cielo Riveros a su lado cuando se despertó en la mañana este supuso que la niña se había ido a dormir a su camita para estar mas cómoda, y no estaba tan equivocado, lo que no sabia el vejete es que ahora ella no quería saber nada mas del asunto y menos de él y de su inmundo y caliente catre…

Cielo Riveros poniendo cara de odio al ver pasar al viejo con unas bolsas en sus manos, cerró fuertemente las cortinas de su habitación…, no quería ver nunca mas a ese viejo desgraciado que se había aprovechado de ella, pensaba la niña…

Una vez mas tranquila se dirigió con su libro a living de su casa y se puso a estudiar para así esperar que estuviera cocinado el rico almuerzo que se había preparado…-Cielo Riveros estaba concentrada en la lectura de su libro, cuando sintió ruidos extraños en la puerta que daba a la terraza, miro y a través del vidrio pudo ver ese cuerpo amorfo, con el cual la noche anterior ella se había estado revolcando…

La niña armada de valor y muy segura de si misma, se dirigió hacia donde estaba la puerta que el viejo golpeaba ahora mas fuerte…, Cielo Riveros abrió solamente una ventana y muy secamente le dijo…

–         Que desea…?…—su cara era de un odio total y malsano…

–         Hooolaaa…putilla…jejeje…yo pensé que nos íbamos a quedar acostados por todo el día… mi amorrr…jejeje…—reía el odioso viejo…

–         Don Pricilo…–dijo la niña…—primero que nada le voy a decir que yo soy una niña seria y decente…, lo que ocurrió ayer entre Ud. Y yo, fue un autentico error de mi parte…, y le voy a pedir muy educadamente que por favor no se acerque mas a mi casa, hasta que lleguen mis padres…GRACIAS…le dijo la nena…

Don Pricilo por un momento se sintió impresionado por la seguridad con la que hablaba Cielo Riveros…, no se parecía en nada a la perra caliente que él se había culiado la noche anterior…pensaba el vejete…por algunos segundos hasta se quedo sin habla…su mente trabajaba a cien por hora, no sabia que contestar…—hasta que se acordó del motivo principal de su viaje al pueblo…

–         Mira preciosa…dejame entrar para que hablemos de ello…a lo mejor podemos llegar a un acuerdo…jejeje…acuérdate que yo se los podría contar a tus papis…jejeje…

–         Ni se le ocurra poner un pie dentro de mi casa…–decía la sulfurada Cielo Riveros…—además yo no le voy a abrir la puerta…, y lo mejor seria es que Ud. agarre todas sus cosas y se largara de esta casa…, porque yo misma les voy a poner al tanto de la situación…—le gritaba la descolocada Cielo Riveros al vejestorio…—ASÍ QUE POR FAVOR VAYASEEEE Y NO ME MOLESTE MASSSSSS….

Con esto ultimo la nena cerro bruscamente la ventana y se fue hacia el interior de su casa…, dejando a don Pricilo plantado en la puerta de la terraza…Cielo Riveros se sentía victoriosa, había puesto en su lugar al viejo cochino de don Pricilo…, espero unos minutos y muy lentamente se acercó a la ventana…vio que no había nadie…

Que alegría era la que sentía la nena, ahora todo estaba en orden, ya vería la forma en que abordaría el tema con su serio y decente padre, cosa que con toda seguridad haría, y esta experiencia le serviría para poner más atención, para una próxima ocasión que algún viejo verde se quisiera propasar con ella…. Fue a la cocina feliz, se acordó que tenía su almuerzo el cual ya estaba listo y que pensaba devorar ya que sentía mucho apetito… (Y como no lo iba a tener, con el tremendo desgaste de su cuerpo, debido a las culiadas que se había pegado en el día y la noche anterior)…

Se sirvió el único plato, ya que había cocinado solo para ella…, recordó la mañana anterior cuando le había preparado desayuno a ese viejo repugnante…, que estúpida había sido, se recriminaba la jovencita…

Tomo el plato con su comida y se dirigió al comedor…, su espanto fue tremendo, cuando vio parado al lado de la mesa a don Pricilo…

–         Pero que hace Ud. aquiiii, dijo la nena casi horrorizada…–le temblaban las manos y todo su cuerpo…

–         Tu papaíto me dio llaves de la casa…jejejeje…por si te pasaba algo y yo pudiera entrar…jejeje…

–         Don Pricilo…le voy a volver a decir que yo soy una niña dec…

–         CALLATE PUTILLAAA…, AQUÍ SOY YOOO EL QUE MANDOOO… —le grito el viejo…

–         Don Pricilo…–dijo la nena nuevamente…—Si Ud., quiere hablar con mis padres sobre lo sucedido…, hágalo…, porque yo ya decidí, que yo misma…—el viejo la volvió a interrumpir…

–         Mira preciosa, hagámosla corta…, te traje un regalo…, miralo y después hablamos…jejeje…

Cielo Riveros sintió curiosidad…y que clase de regalo le traía ese viejo, pensaba…, y vio que el viejo saco de su bolsillo de su camisa un CD, y se lo paso… (El viejo vestía los mismos bermudas y camisa floreados que el día anterior…)

–         Miralo preciosa y después hablamos…jejeje…yo me quedare aquí y no te molestare…jejeje…

La niña dejo el plato con su comida en la mesa y se dirigió al reproductor de CD, lo puso, sentía curiosidad…, al ver que este tardaba en reproducir, ya que su edición era casera, lo adelanto un poco y le dio Play…,sus ojos y oídos no daban crédito a lo que veía y escuchaba…

–         Siii…siii…que ricooo…, sígame culiandooo…don Pricilooo…

–         Siii te seguire culiandooo…ahora eres miaaa…escuchasteee…miaaa…

–         Siii…don Pricilooo…soyyy suyaaa…soy suyaaaaaa…

La nena veía espantada ese video, mientras don Pricilo, ya estaba sentado en la mesa devorando la comida que Cielo Riveros había preparado para ella…

–         Te gusta como salimos en la tele…Putita…?…jejeje…

Cielo Riveros estaba de espaldas al viejo, en respuesta a su vil pregunta lo único que escucho don Pricilo fue:

–         Sniff…sniff…sniff…sniff…

El viejo termino de comerse el almuerzo de Cielo Riveros, se paro de la mesa eructando una flatulencia que retumbo por toda la casa…, y se dirigió, hacia donde estaba la niña llorando amargamente…

–         Que te parece putilla…ahora nos podemos entender mejor?…–le dijo el aborrecible vejete, mostrándole todos sus cariados dientes…–y continuo…—Mmmm…veo que ya no quieres hablar como lo hacías hace un rato, pero yo te lo explicare…, tengo varias copias de ese CD.., y el primero que enviare va a hacer a la congregación de Familias Decentes donde participas tu y tus papis…jejejeje…a ver que opinan ellos ahora de Uds.…jajajaja…, otro se lo enviare a tu tío, ósea al jefe de tu papi…jajaja…continuo?…—le pregunto el viejo a la niña…

Cielo Riveros dándose cuenta de cual era su situación dijo:

–         Nooo, por favor don Pricilooo, no lo haga…

–         A ver …—dijo el vejete….—y si yo no lo hiciera…que gano yo con eso…preciosura…jejeje…

-Haaareeehhh…todoooo…looo…queee….Uddd….quieraaaa…–dijo la destrozada niña…

–         Muy bieeen, ahora si nos entendemos…QUIERO QUE TE QUITES TODA LA ROPAAAA…AHORAAA…!

Cielo Riveros limpio sus lagrimas de la cara con sus finas y blancas manitas…, miro al viejo con sus preciosos ojos azules…y muy lentamente desabrocho el botón de sus jeans…para luego mas suavemente comenzar a bajar el cierre de este…

Cielo Riveros limpio sus lagrimas de la cara con sus finas y blancas manitas…, miro al viejo con sus preciosos ojos azules…y muy lentamente desabrocho el botón de sus jeans…para luego mas suavemente comenzar a bajar el cierre de este…

A continuación don Pricilo tomo asiento en el mas cómodo de los sillones que había en aquella confortable sala de estar, que se notaba que era el que usaba el dueño de casa, se proponía a disfrutar del espectáculo que le brindaba aquella jovencita que en estos momentos ya se había quitado sus pantalones y que ahora se proponía a desnudarse de la cintura hacia arriba. Una vez que Cielo Riveros ya estaba semidesnuda y se preparaba para quitarse sus pequeños calzoncitos de color rosa, el viejo la interrumpió…

–No te lo quites todavía, te viene bien el color rosado, jejeje, modela para mi, putita!!, recalco el vejete para que a la niña no se le olvidara su nueva condición para con el.

Cielo Riveros aun tenia sus ojos llorosos, sentía rabia e impotencia por todo lo que le estaba ocurriendo, la niña pensaba el por qué este viejo miserable había tenido que aparecer en su vida y arruinársela tal como lo estaba haciendo, para luego recordar los bruscos cambios de temperamento que sufría don Pricilo y antes de que eso sucediera y que este se volviese a enojar, comenzó a caminar por la sala.

La niña solo caminaba y daba vueltas entre el comedor y la sala de estar, pensaba en sus padres quienes no llegarían hasta el próximo día jueves, sacaba cuentas que le quedaban 4 días en los cuales tendría que aguantar a don Pricilo y obedecerle en todo lo que el requiriera, ya que estaba muy consiente de cual era ahora su situación, a la vez que tenia muy claro también de cuales serian esos tipos de requerimientos que este le solicitaría. El solo pensar en que tendría que volver a revolcarse con ese viejo asqueroso le provocaban nauseas.

Por su parte don Pricilo disfrutaba de la visión que tenia ante sus ojos, veía a esa hermosa niña-mujer semidesnuda y modelando solo para el, pensaba en la tarde y la noche del día anterior y en las culiadas que ambos se habían pegado. No entendía por que había cambiado tanto de actitud, si lo ultimo que recordaba fue cuando juntos se durmieron desnudos y abrazados.

—Al diablo!!, se decía para el mismo, lo que importaba era que ahora la tenia en sus manos y le quedaban 4 días para disfrutarla, ya vería como se las arreglaría para seguir poseyéndola una vez que llegaran sus padres. Y lo mas importante!!, pensaba el vejete, llegaría también Miriam Caballero, la señora de la casa, quien era parte indiscutida en los calientes propósitos que se traía entre manos. En solo pensar que si todo le resultaba como él quería, podría por fin compartir cama con ambas mujeres a la vez, con la madre y con la hija, pero tenia que ser cuidadoso, tendría que ir paso a paso.

La imagen de la niña lo saco de sus ardientes cavilaciones, la veía y la contemplaba, era ella se decía, la misma mujer que la noche anterior le ofreció su cuerpo y junto con ello su mas sagrada intimidad, claro que el tubo que usar algunas tácticas poco ortodoxas para que eso sucediera, pero lo importante fue que la bella joven se le entrego y lo disfruto.

Cielo Riveros seguía con su recorrido dándole en el gusto a don Pricilo, su forma de caminar y de menear sus caderas solo denotaban delicadeza y femineidad. No era que ella quisiera llamarle la atención al viejo, era solo que esto lo llevaba por dentro, en su esencia de mujer, en su esencia de hembra.

La niña miraba la asquerosa humanidad de don Pricilo posada en el cómodo sillón Luis XVI, que era de uso exclusivo de su padre, cuando este reposaba o leía el periódico en sus días libres. Esta imagen hizo que Cielo Riveros sacara nuevamente algo de la escasa fuerza interior que aun le quedaba, e intentando hacer que el viejo depusiera sus intenciones le dijo:

–Por favor don Pricilo, no siga con esto, se lo ruego, por favor váyase, con lo de anoche ya fue suficiente…

–Callate puta!!, le grito el viejo–y sigue modelando para mi!!, acuérdate que de ahora en adelante eres miaaa!!, ¿o quieres que te de unos buenos correazos en el culo para que aprendas a obedecer a tu hombre?

Cielo Riveros al escuchar el tipo de aclaraciones que le hacia don Pricilo, solo atino a balbucear algo que no se le entendió y muy acongojada siguió con su forzada sesión de modelaje.

Al viejo que ya la calentura empezaba a subir las revoluciones de su mente lasciva, procedió a despejar la pequeña mesita de centro que adornaba la elegante sala de estar y una vez que esta estuvo desocupada llamo a Cielo Riveros para que se acercara:

–Ven putilla, ahora quiero que te pongas en cuatro patas aquí sobre esta mesita, jejeje.

La niña ya entregada a su triste realidad, obedeció sin reclamar nada, muy suavemente fue poniéndose en esa extraña posición que le solicitaba su ahora hombre, según lo que le habían aclarado con anterioridad.

Don Pricilo observaba embelesado esas exquisitas formas que tenia al alcance de sus asquerosas manos, miraba y se soslayaba en las curvas casi diabólicas que se gastaba esa mujer con cara de quinceañera, y lo que ahora mas le calentaba y enardecía al horripilante vejestorio, era el pensar que ese cuerpo le pertenecía, que aun no habían transcurrido mas de 24 horas desde que el y su verga habían tomado posesión de esa figura esculturalmente hermosa y perfecta.

Cielo Riveros seguía puesta en 4 patas sobre la pequeña mesa de centro que adornaba la elegante sala de estar de su casa, se sentía un objeto, y era eso lo que el viejo realmente quería lograr, deseaba que ella supiera y se viera que de ahora en adelante su rol para con él, seria ser solo un objeto, su juguete sexual, con el cual él podría satisfacer sus mas degeneradas y sucias pasiones.

Ahora don Pricilo ya se había levantado de “su cómodo sillón”, y caminaba rodeando la elegante mesita de estilo victoriano, pero con su mirada puesta en la preciosa hembra que a esta la adornaba, se daba cuenta de lo apetecible que se veía Cielo Riveros en aquella exquisita postura, quien en estos momentos lo miraba con ojos suplicantes.

El viejo no aguantando mas la tentación que tenia al frente de él, se arrodillo a un costado de ese magnifico cuerpo femenino y poso sus peladas manos en las tersas carnes de la niña, sintiendo la extrema suavidad de su piel y comenzando un caliente sobajeo, que recorría en su totalidad las perfectas y delineadas curvas de la nuevamente asustada muchachita, quien se encontraba en cuatro patas y a disposición de un caliente degenerado.

Pasados unos minutos de ardientes masajeos, don Pricilo le pidió a Cielo Riveros que no se moviera de esa posición, para el dirigirse hacia la habitación de la niña, al llegar a esta busco en los cajones del escritorio, a su paso botaba y desordenaba todo lo que encontraba, hasta que dio con lo que buscaba.

Cielo Riveros quien permanecía puesta como las perras tal cual como le habían ordenado quedarse, lo vio venir y se quedo horrorizada, cuando se dio cuenta que el viejo traía en sus manos unas tijeras, la niña pensaba que ahora si le cortarían las tetas y la dejarían pelada, tal como la habían amenazado la noche anterior, por lo que nuevamente comenzó con los quejumbrosos y suplicantes sollozos.

–Sniff…sniff…, nooo por favor don Priciloooh, sniff…sniff, no me corteee las tetaaas…sniff…sniff…, culiareee toda la nocheee con Ud. si quiereee, pero no me haga nadaaa…sniff…sniff, lloraba desconsoladamente la pobre Cielo Riveros.

El viejo que por ahora no tenía ni la más mínima intención de hacerle daño a la nena, se aprovechó de la inocencia de ella y saco ventaja de la situación que se le presentaba. Le hablo muy cerca del oído:

–Que bueno putita que quieras culiar conmigo por toda la noche, jejeje, lo tendré presente, pero si te vuelves a poner difícil como lo hiciste hace un rato, ya sabes lo que te sucederá, jejeje,– diciendo esto le pasaba la punta de la afilada tijera por las suaves y tiernas carnes de la niña, con la intención de que ella sintiera en su propio cuerpo, lo que le podría pasar si no le obedecía, o por si se le ocurría poner algún tipo de resistencia a sus depravadas intenciones.

Una vez dicho esto último don Pricilo le asesto un chorreante beso con lengua a la fina y delicada boquita de Cielo Riveros, quien por miedo y al sentir el frio de las tijeras recorriendo su cuerpo, le correspondió y junto su fresca lengua con la de él, comenzando así otro ardiente y apasionado beso de esta extraña pareja.

Ambos se besaban, el viejo por deleite y la nena por miedo a que le hicieran daño, a pesar de esta situación la imagen de ver a la niña puesta en cuatro patas sobre una mesita y besándose con un horrendo viejo, quien se encontraba arrodillado y recorriendo el cuerpo de ella con unas tijeras, de a poco iban subiendo la temperatura de aquella elegante y decente sala de estar.

Don Pricilo se separo del caliente beso y a continuación procedió a cortar con mucho cuidado el rosado sujetador de la niña con la sola idea de liberar ese gran par de tetas que estaban contenidas por este, la niña temblaba ya que pensaba que en cualquier momento el viejo le podría hacer daño, una vez que cumplió su cometido retiro los retazos de tela de lo que fue del pequeño sujetador, a continuación se dirigió a la zona donde se encontraba el gran pedazo de culo que tenia la mocosa, corto por los elásticos que se agarraban por ambos lados de las caderas y con mucho cuidado lo fue retirando, Cielo Riveros sentía como estaba siendo despojada de la ultima protección que le quedaba, se sentía avergonzada y humillada, nuevamente la tenían totalmente desnuda.

El viejo tenia los pequeños calzoncitos de color rosado en sus manos y dejando la tijera a un lado se dio a ubicar la parte de este pequeño trozo de tela que en algún momento habría protegido el tajito de la rica adolescente, y una vez que lo ubico sin pensarlo se lo llevo a sus narices para oler profundamente e impregnarse con el aroma y con la esencia de su mujer.

Luego de esto don Pricilo ya había tomado ubicación en la parte trasera de la fabulosa anatomía de la dulce niña, su intención era una sola, iba a tomar posesión del pequeño orificio posterior de la perra que en estos momentos tenia para su propia voluntad, simplemente se la quería meter por el culo, pero antes del ya casi seguro enculamiento que se llevaría a efecto, al vejete se le había antojado paladear el sabor que tendría aquel pequeño conducto, por lo que procedió a tomar con ambas manos cada una de ese glorioso par de nalgotas que tenia para el solo y las abrió lo que mas pudo.

El viejo miraba estupefacto hacia el magnifico culo que tenia ante sus ojos, su verga ya totalmente erecta se contorsionaba furiosa entre las ropas de este, luchando por salir y escurrirse por las apetitosas carnes que en este momento miraba y tocaba su dueño.

Don Pricilo seguía sorprendido ya que una vez que separo las nalgas de la niña, se pudo fijar en el pequeño circulo rosadito que tenia la sabrosa chiquilla, y justo al medio de este rosáceo anillo también había un diminuto puntito, que incluso hasta era dificultoso verlo a simple vista, el viejo si hubiese tenido una lupa con gusto la habría ocupado para inspeccionar bien ese coqueto puntito negro, que él ya había decidido que lo tendría que perforar en esa misma tarde dominical.

Cielo Riveros se sentía desconcertada por el hecho de estar en tan vergonzosa posición, y lo peor se decía la niña, era estar con don Pricilo justo detrás de ella, observando todo lo que su cuerpo le exhibía, y esto sumado a que la nena sentía que el viejo le tenia bien abiertas sus nalgas con ambas manos.

Por su parte el viejo no aguantando mas fue acercando su boca y lengua a tan preciado anillito rosado, comenzando así un rápido lengüeteo anal, don Pricilo hacia grandes esfuerzos por adentrar la punta de su lengua en el diminuto puntito negro que en estos momentos se comía, pero la tarea era casi imposible, ese orificio estaba tan apretado que por ahí no entraría ni siquiera una aguja aunque a esta la metieran a martillazos, meditaba el vejete, pero aun así no separaba su boca ni un milímetro del exquisito culo el cual degustaba.

Cielo Riveros no tenia idea de las intenciones de don Pricilo, solo se daba cuenta que este ahora le estaba besando su culito, no entendía por que el degenerado viejo le chupaba en su orificio anal y a la vez sentía esa resbalosa lengua hacer una serie de rápidos círculos en el mismo centro de este, ella sabia muy bien que esa parte del cuerpo era para hacer otro tipo de cosas, muy distintas a las que ahora le practicaba este cochino viejo.

En estos pensamientos estaba la avergonzada Cielo Riveros cuando sintió el primer corrientazo escalofrioso de la tarde, el cual le causo esa rica y conocida erización, de todos los pelitos de su cuerpo incluyendo los de su panocha. Don Pricilo al notar en sus propias manos que la piel de la nena se erizaba y a su vez que esta misma se comenzaba a retorcer por las supuestas sensaciones que él le estaba provocando con su lengua, se dio a poner más aplicación en los rápidos y circulares movimientos lingüísticos que le estaba aplicando a la niña.

–Ohhhhh…ahhh!!—fue todo lo que pudo expresar la joven de 18 años recién cumplidos, quien muy suavemente y por estar siendo ya superada por los exquisitos escalofríos, empezó a menear su culo sobre la boca del viejo, con la insana intención de acrecentar en su cuerpo aun mas, esas agradables sensaciones que poco a poco se iban a apoderar de su propia voluntad y persona.

Mientras a Cielo Riveros la lengüeteaban en el culo en la sala de estar de su propia casa, a muchos kilómetros de distancia, la situación era totalmente distinta.

Eduardo y Miriam Caballero, los padres de Cielo Riveros, ya se encontraban instalados en una de las mas confortables habitaciones del elegante Resort, que la conservadora y decente congregación había escogido para su junta anual de familias bien consolidadas, la cual se realizaba con la finalidad de dar cuenta de todas las actividades realizadas en los últimos 12 meses, como así mismo proyectar el año siguiente, además se aprovechaba para compartir y hacer camaradería, ya que a esta reunión solo participaban las 12 familias mas distinguidas y sobresalientes dentro de la misma entidad.

Para ese día domingo tendrían la primera actividad oficial dentro de lo programado por la congregación, que era la participación en la recepción de bienvenida, en donde se reunirían las doce decentes familias para compartir y luego pasar a disfrutar de una apetitosa y abundante cena, digna para gentes de tal grado de conservadurismo y decencia como lo eran todos ellos.

El matrimonio se encontraba en la habitación preparándose para la recepción, Eduardo vestía de sport, pero con sobriedad, esperaba a su esposa que aun se encontraba encerrada en el servicio, terminando de arreglarse. Una vez que Miriam Caballero salió de la sala de baño, la imagen de ella hubiera dejado boquiabierto a cualquier pobre mortal que hubiese presenciado la imagen de tan encantadora hembra.

Miriam Caballero se había preocupado de alisar su rubio cabello, se maquillo solo lo necesario, ya que este tipo de hembras al igual que su hija, y que no se encuentran en cualquier lado, no lo necesitan. Había escogido un vestido negro el cual se ceñía y ajustaba a la perfección en su delineado cuerpo, resaltando en demasía las marcadas curvas que se pronunciaban desde su esbelta cintura hacia la amplitud de sus caderas, el cual le llegaba solo hasta la mitad de sus torneados y tonificados muslos, claro que este no dejaba ver mucho las carnes de esas majestuosas tetas que en estos momentos contenía, pero al igual que en la parte de sus caderas, también se delineaban las formas exquisitas de esas montañas de carne, que como ya se dijo una vez no caían en la exuberancia ni lo grotesco…(por algo era la madre de Cielo Riveros…)

Eduardo al ver salir a su mujer tuvo la intención de escandalizarse, pero se contuvo, en realidad debía reconocer que su mujer era perfecta, por lo que fue a su encuentro y la tomo de su cintura depositando un tierno y amoroso beso en la frente de ella, se abrazaron. Por su parte Miriam Caballero se sentía feliz, le encantaba que su marido le demostrara el amor que por ella sentía, con estos tiernos gestos de cariño (ya que en el sexo el hombre no demostraba mucho, debido a sus estrictos y solidos principios de mojigatería y conservadurismo), permanecieron abrazados por un momento.

–Te ves encantadora cariño, le dijo el hombre a su mujer, mientras la afianzaba más hacia su cuerpo.

–Gracias amor, tu también estas muy apuesto, le contesto Miriam Caballero dedicándole una de sus encantadoras sonrisas.

–¿Qué estará haciendo nuestra pequeña?, decía Eduardo a su esposa, a la cual mantenía en un cálido abrazo,–Realmente la he extrañado mucho, creo que deberíamos haberla traído, le decía un poco triste, ya que era la primera vez que salían sin ella.

–No te preocupes mi vida, tú sabes que ella quiso quedarse para estudiar, le consolaba su tierna mujer,–Además ella ya es una mujercita muy responsable de sus acciones y cuenta con toda nuestra confianza, por lo mismo tú le diste permiso para quedarse en casa.

–Si tienes razón, es mas que seguro que a esta hora esta de cabeza en sus libros, al igual que ayer cuando la llamamos por teléfono…

(El decente matrimonio no se imaginaria nunca que en estos mismos momentos, a su hija la tenían en la sala de estar de su casa totalmente desnuda, en 4 patas, langueteandole el culo y todo esto al frente del sillón Luis XVI de Eduardo…)

–¿A que hora nos vamos al salón?, pregunto Miriam Caballero a su marido.

–Luego, y no te preocupes que don Urias se comprometió de pasarnos a buscar, contesto el marido.

Don Urias era un hombre que representaba unos 58 años de edad aprox., era el director de la conservadora congregación, y aparte de ello también era orientador y consejero oficial de estas doce distinguidas familias, a parte de ser uno de los más influyentes asesores de Eduardo en cuestiones de decencia y conservadurismo. Era de aspecto enfermizo, calvo, extremadamente alto y delgado, pálido y de facciones cadavéricas, debía medir por lo menos 1.85 de estatura y debido a su excesiva delgadez daba el aspecto de ser un esqueleto vestido con ropa.

Don Urias llevaba toda una vida siendo miembro de esa particular congregación, conoció a Eduardo cuando este era un tímido joven recién egresado de la facultad de Ingeniería, y cuando noto que este mostraba un entusiasta interés por asuntos de Conservaduría y de querer ser un ejemplo ante los demás, don Urias no dudo para intentar reclutarlo y hacer de el uno de los pilares fundamentales de esta misma.

A parte de esto el flaco Urias, como le decían algunos de los miembros de la congregación a sus espaldas, era el encargado de orientar a todos los jóvenes de estas familias y de hacerlos participes de obras benéficas en distintas instituciones dedicadas a ayudar al prójimo. Pero la realidad era que esto lo hacia solo para la pantalla, ya que lo que a él realmente le interesaba era que los padres de estos jóvenes hicieran puntualmente los depósitos mensuales de dinero, en las distintas cuentas bancarias que poseía la congregación en uno de los principales bancos del país, claro que él era el titular de aquellas generosas cuentas.

Desde un principio la relación de amistad entre Eduardo y don Urias fue verdadera, pero todo cambio cuando Eduardo paso a ser miembro oficial de la institución, incluida su joven esposa Miriam Caballero que para esos tiempos era una encantadora veinteañera, que a pesar de ya haber sido madre, se gastaba un cuerpo endiabladamente rico y sensual, sumado a su candorosa y natural personalidad y de trato espontaneo.

Don Urias al conocer a Miriam Caballero quedo impactado, fue amor a primera vista lo que sintió ese flacuchento, y olvidándose de la amistad entablada con Eduardo intentó por todos los medios posibles seducir a la mujer de su prójimo. Gasto dinerales en costosas joyas, perfumes y un sinnúmero de diversos artilugios para llamar la atención de ese ángel venido desde los cielos, pero todos fueron rechazados por Miriam Caballero e incluso cuando Eduardo debía viajar por asuntos laborales, el viejo flaco no dudaba en acosar a la mujer haciéndole invitaciones a cenar o simplemente la hacia ir bajo cualquier pretexto a las instalaciones de la decente congregación, con la sola finalidad de poder estar cerca de ella aunque sea por un instante.

Miriam Caballero que era mas despierta en estos asuntos que su mojigato marido se daba cuenta de las intenciones y sentimientos del pobre viejo de don Urias, pero ella siempre supo saber manejar la situación, para no alterar la amistad de ambos y para también no hacer sentir mal al pobre hombre.

Hasta que don Urias al haber ya agotado todos los recursos necesarios para intentar engatusar a esa beldad de cabellos dorados, esposa de unos de sus mejores discípulos, se convenció de que tenia cero posibilidad de llegar a tener algún tipo de relación extramarital con ella y menos que llegara a dejar a Eduardo por irse con él. Por lo que desistió y se odio a el mismo por no tener la edad y el aspecto necesario para conseguir alguna hembra con tales atributos como los de Miriam Caballero, ya que don Urias a pesar de su edad y aspecto, el hombre era de gustos exquisitos y refinados.

Desde aquel tiempo, el flaco director de la congregación benéfica, destinaba gran parte de los recursos que le daban los mismos integrantes de esta, para tener encuentros ocasionales con las mejores putas de lujo que habían en el mercado e incluso cuando llego el internet las escogía por catalogo, siempre poniendo atención de que la mujer que pasaría una noche con el, debía tener características físicas muy parecidas a las de su Miriam Caballero y en los últimos tres años, también escogía de ves en cuando alguna que tuviera algún tipo de similitud con Cielo Riveros.

Desde que la niña Cielo Riveros se fue transformando en mujercita, el viejo Urias puso sus hundidos ojos de cadáver en ella, no era que al viejo le gustaran las niñas pequeñas, pero cuando comenzó a notar los primeros cambios de la tierna niñita de ojos azules, tubo la certeza de lo que estaba al frente de su mirada, era un verdadero cheque a fecha, por lo que se encargo el mismo de guiar por el bien camino, a la dulce jovencita.

Muchas veces don Urias quiso poner a prueba a la niña, en las ocasiones en que ambos se encerraban en su oficina, con el fin de orientar o aconsejar a la hermosa y virginal adolescente, el viejo entraba en charlas que tuvieran relación con el sexo o con las vinculaciones de amistad que tenia la niña con otros jóvenes de su misma edad, pero Cielo Riveros siempre demostró ser una joven integra y de nobles sentimientos, situación que enorgullecían a don Urias, ya que veía reflejada en estas conversaciones todas las enseñanzas y conocimientos de decencia que el mismo había entregado a los padres de estos jóvenes, y sobre todo si se trataba de la hija de Miriam Caballero, de su Miriam Caballero, del gran y único amor de su vida. El viejo quedaba consternado al darse cuenta del casi idéntico parecido que tenían, si no fuese por el color de pelo y ojos, ambas parecerían hermanas gemelas, determinaba don Urias, lo cual coincidiría con las impresiones que haría don Pricilo algún tiempo después.

A estas alturas don Urias ya no podía ver a la niña Cielo Riveros como tal, ahora la veía como toda una mujer, pero asumía que si no tubo oportunidad con la madre de ella, menos la tendría con la hija, pero aun así la niña lo excitaba y lo que mas le calentaba al viejo flaco era que esta dulce niña era hija del gran amor de su vida, era hija de Miriam Caballero.

En consecuencia de lo antes señalado, don Urias poco a poco se fue distanciando de la sana amistad que en algún momento tubo con Eduardo Riveros, en primera instancia fue por haber quedado herido de amor por esa hembra que no le dio la mas mínima y remota esperanza de abandonar a su marido por él, luego fue por la creciente envidia que sentía por la familia de Eduardo, envidia que con los años se fue transformando en odio total hacia ese hombre que en algún momento llego a estimarlo como a un verdadero amigo. Claro está que Eduardo nunca se dio cuenta de lo que le pasaba a don Urias con su bella esposa y menos que este le halla hecho algo al flacuchento viejo, para ganarse el odio que este sentía por el.

Pero ya habían pasado los años y don Urias mantenía intacto el odio que sentía por Eduardo, pero lo disimulaba ya que no le convenía que este se fuera de la congregación por tres motivos:

1.- Eduardo Riveros era miembro reconocido y respetado por la mayoría de los más generosos contribuyentes de la Congregación.

2.- Eduardo era uno de los más entusiastas a la hora de realizar dichas contribuciones. Y

3.- Si Eduardo se retiraba, don Urias no veríamás a su adorada Miriam Caballero, y por supuesto tampoco vería más a su Bonus Track…Cielo Riveros.

El matrimonio se encontraba charlando en su habitación, cuando sintieron que tocaban a la puerta de esta…

–Debe ser don Urias, hablo Eduardo.

–Yo le recibiré, contesto Miriam Caballero quien ya se dirigía a la puerta para recibir al visitante.

–Buenas tardes don Urias, le saludo la rica de Miriam Caballero una vez que le abrió la puerta.

–Buenas tardes, saludo secamente y con voz grave, el hombre que en estos momentos hacia ingreso a la elegante habitación.

Don Urias no podía evitar mirar esas curvas infernales que se gastaba la mujer de su enemigo (así veía don Urias a Eduardo), la recorría con sus hundidos ojos, admirando las notorias curvas que se pronunciaban entre la cintura y caderas que poseía la hembra de sus sueños.

–¡Eduardo! amigo mío, lo saludo cínicamente don Urias estrechándole la mano,– vamos que nos están esperando en el salón.

–Buenas don Urias, saludo Eduardo y tomando a su esposa por la cintura, procedieron a dirigirse al salón donde los esperaban las otras familias.

El viejo esquelético se quedo un poco retrasado con la sola intención de poder admirar tranquilo la exquisita figura de su Miriam Caballero, mientras mas le miraba el culo y sus ancas de hembra reproductora, mas odiaba a Eduardo y sobre todo por lo que estaba a punto de acontecer en el elegante salón al cual en estos momentos se dirigían.

Al hacer ingreso a tan distinguida dependencia fueron recibidos por las otras familias que allí se encontraban, el matrimonio Riveros saludo a cada una de ellas y se desasían en explicaciones cuando les preguntaban por su adorada hija.

A continuación de los saludos de rigor, don Urias tomo lugar al centro de la sala para dar un pequeño discurso de bienvenida a todos ellos y darle el vamos a tan elegante reunión.

Eduardo y Miriam Caballero charlaban animadamente sobre asuntos que tenían que ver directamente con ellos y su participación en las distintas actividades que se habían realizado en el último año, como también de otros temas, de la feliz vida que llevaban etc., cuando fueron interrumpidos por don Urias.

–Eduardo, necesito que me acompañes, el señor Almarza tiene un importante asunto que tratar con tu persona, Miriam Caballero te quitare por unos minutos a tu marido, le decía don Urias a la rubia y exquisita mujer, con su mirada puesta en cualquier parte, ya que al viejo flaco le costaba mirarla a los ojos, después de haberse sentido rechazado por ella, aunque esto había pasado hace mucho tiempo la herida de amor aun seguía intacta.

–Cariño vuelvo enseguida, dijo Eduardo a su esposa,–Iré a ver de que se trata ese importante asunto, diciendo esto ultimo se encaminaron hasta el otro extremo del salón donde los esperaba don José Almarza y su hijo Ignacio de 23 años.

Los hombres se saludaron y hablaron de cosas sin importancia, todos en el salón estaban pendientes de esa pequeña agrupación de varones, ya que sabían que cuando se juntaba un grupo de solo hombres era porque algo importante estaban tratando y mas aun, si en este grupo se encontraba don Urias, quien hacia de Ministro de Fe, de lo que ahí se trataba

Fue Eduardo quien quiso ir al grano y pregunto:

–Don José, quisiera saber cual es el asunto en cuestión, ya que don Urias me comento que era muy importante, dijo Eduardo cruzando un brazo por el pecho y con su otra mano puesta en la barbilla.

–Si Eduardo, don José permaneció pensativo por unos segundos para luego continuar,–no se si ya conoces a mi hijo Ignacio.

–Si creo que lo ubico, contesto Eduardo quien recordaba muy bien a ese mocoso que hace un par de años antes tubo que espantar por andar rondando a su hija.

–Bien, el asunto es el siguiente, dijo don José tosiendo un poco para aclarar la voz,–mi hijo viene llegando del extranjero, donde termino sus estudios de economía, y desde este mes se integrara al grupo de empresas Almarza S.A, donde ocupara el cargo de Sub Gerente del área de inversiones…

Eduardo pensaba en lo que hablaba don José, no entendía que tenía que ver él, con el brillante futuro de su hijo.

–Es por ello que yo en su representación, continuaba hablando don José, y poniendo un tono grave y solemne en su voz,–solicito oficialmente la mano de tu hija para que se case con Ignacio.

Eduardo sintió que se estaba cagando en los pantalones, a tan inoportuna solicitud, como se les podía ocurrir a esos bellacos que su niña, su dulce hija se podría casar! ¡Si es solo una bebita!, pensaba el desesperado padre de familia. Lo único que quería en esos momentos era salir de esa situación y huir para cualquier parte. ¡Estaban locos…! se decía, su inocente hija aun no estaba preparada para mantener una relación conyugal y menos con obligaciones carnales, el solo hecho de pensar e imaginar a su hija besándose con el tal Ignacio, le daban arcadas.

Mientras esto le pasaba al pobre de Eduardo, en la elegante sala de estar de su casa, don Pricilo ya se estaba desnudando para cogerse a la perra que en estos momentos le meneaba el culo en su boca, al viejo le costaba quitarse la ropa ya que este no se separaba ni un centímetro de ese grandioso pedazo de culo, con ese diminuto puntito negro que este tenia en su parte de al medio y que ya parecía que su dueña se lo estaba ofreciendo en bandeja, por la forma en que se lo movía. Bastaron solo unos minutos de langueteos, para que Cielo Riveros se transportara a ese maravilloso mundo de sensaciones exquisitas para su cuerpo.

Don Pricilo ya había desenfundado su armamento, pero se tubo que separar muy a su pesar de ese perfecto y redondo culo que se estaba comiendo, para así poder quitarse la camisa. El viejo a pesar de su prominente barriga se puso de pie en forma atlética y una vez que estuvo en pelotas noto que la ansiedad por taladrarle el orto a la niña estaban por superarlo.

Cielo Riveros al notar que esos exquisitos lengüeteos se acabaron llevo su azulada mirada hacia atrás y lo primero que vio fue ese gran pedazo de verga con la cual la habían perforado la noche anterior, los jugos de su zorra no tardaron en empezar a fluir, nuevamente se cruzaron sus miradas.

Don Pricilo camino en dirección a esa boquita con labios purpuraceos, y una vez que tomo ubicación al frente de ellos, apunto su erecto instrumento hacia estos. La niña quien ya adivinaba las intenciones del viejo y olvidándose de sus amenazas quiso protestar diciendo…

–Don Pricilo, por favor yo no quiero chup…slrprrr…frrspp…frrspp…sfrrspp…sfrrspp

El vejete cuando vio que la niña abrió su boquita para reclamar, se la envaino hasta el fondo de su garganta, y para luego afianzarse la tomo de su negra cabellera haciéndole una coleta y con su otra mano la tomo de la barbilla, comenzando así nuevamente a culiarsela por la boca.

Cielo Riveros sentía el grueso tronco deslizarse por su vía oral, sentía que se ahogaba cuando notaba que este traspasaba sus amígdalas y se encorvaba para abajo penetrando hacia el interior de su cuerpo por el conducto de su garganta.

En la sala solo se escuchaban los ahogados gemidos de placer de don Pricilo, secundados por los eróticos sonidos de fruición que hacia la boca de Cielo Riveros al estar recibiendo verga de esa forma,–srrpp…srrppp…srrrpp…srrrppp…srrrppp…srrrppp, acompañados de una que otra arcada que hacia la nena cuando quedaba sin aire en sus pulmones.

El viejo Pricilo arremetía con fuerzas, le encantaba ver como la niña se la comía toda, en un momento disminuyo la velocidad de sus movimientos para descansar, el cual fue aprovechado por Cielo Riveros, quien ya había asumido su papel de chupadora de verga y comenzó a mamar ella solita esa sabrosa barra de carne que la empalaba oralmente. Sin quitársela de la boca la rodeaba con su lengua, ahora era ella quien arremetía contra el pico de don Pricilo, sentía en su paladar como se juntaban los líquidos pre seminales de su macho para ella ir tragándoselos todos, en su mente pensaba que le encantaba comerse los mocos de ese hombre.

El viejo estaba fascinado con la labor chupadora de la niña, pero al acordarse de que esta tubo el intento de protestar, decidió que merecíaun pequeño castigo por insolente, sin sacarle la verga de su boca, estiro una de sus manos hacia la suavidad de una sus redondas nalgas, para comenzar a sobarla en forma casi paternal, para luego alzar su mano lo mas alto posible y dejársela caer con todas sus fuerzas:

Plashh!!, retumbo por toda la casa la fuerte y sonora nalgada que recibió el blanco culo de la nena, quedando en este la marca enrojecida de la mano del vejete.

Plashh!!, Plashh!!, Plashh!!, Plashh!!, fueron la otra serie de fuertes nalgadas que sufrió el pobre culo de la niña, los cuales fueron repetidos en una secuencia de tres veces más. En total fueron 17 nalgadas que don Pricilo le propino a la adolorida chiquilla, que en ningún momento dejo de mamar esa verga que ya la volvía a tener como hipnotizada.

Cielo Riveros a pesar del dolor que le causaba el hecho de que este viejo la golpeara, a su ves la calentaba, por cada nalgada que recibió en el culo, su cuerpo le brindaba un rico corrientazo de placer que se iba a depositar a su ya encharcada panocha, haciendo que la nena esperara con ansiedad la próxima flagelación a su asustado culote.

La niña continuaba chupando verga como poseída, con todo su trasero enrojecido por las feroces nalgadas que tubo que recibir, don Pricilo se sentía conforme con la sumisa actitud de su puta.

Mientras tanto lejos de la decente casa, Eduardo se encontraba impactado por la atrevida propuesta por parte de la familia Almarza, fue en ese momento que don Urias cumplió con su parte como mediador.

–Eduardo es normal que te sientas preocupado, pero piensa, le decía el flacuchento con cara de calavera,–La niña ya es mayor y esta en edad de casarse y formar familia, y que mejor opción que esta, la familia de don José, es una de las mas decentes de nuestra congregación, y el joven Ignacio le podría brindar un brillante porvenir a Cielo Riveros…

–Un momento, dijo Eduardo,–necesito pensar…

El acongojado hombre no tenia idea de que hacer que hacer, le estaban pidiendo oficialmente la mano de su virginal hija, necesitaba que alguien lo aconsejara, miro hacia donde estaba Miriam Caballero quien conversaba animadamente con dos jóvenes que se le habían acercado cuando notaron que su marido la había dejado sola. Eduardo tubo la intención de buscarla y hablarlo con ella, pero sabia que si lo hacia seria motivo de burlas de parte de la comunidad masculina de la congregación, ya que por tradición esas decisiones las tomaban los jefes de hogar. También pensó que don Urias ya había dado su opinión, y quien mejor que lo ayudara a decidir, pensaba el apesumbrado hombre, por lo que se decidió y habló…

–Si en el hipotético caso que yo cediera la mano de mi hija para que se case con su hijo, Eduardo intentaba buscar lo mejor para el futuro de Cielo Riveros,–ella tendría que terminar sus estudios, antes o después de casada, su gran sueño es ser profesional, aunque ella no lo necesita, pero yo no quiero interferir en ellos, fue lo que dijo Eduardo, muy seguro de si mismo.

Don Urias atento a lo que ya casi se tomaba en acuerdo entre dos de sus principales miembros, chasqueo los dedos a un mozo, quien rápidamente se acercó a ellos con una bandeja, cuatro copas y una botella de champagne.

Por su parte don José Almarza, escucho el petitorio de su ya casi seguro consuegro, y él como hombre de palabra que era, estiro su mano hacia donde estaba Eduardo y con mucha solemnidad dijo:

–Hecho!

Los hombres se estrecharon la mano y decidieron ellos por el futuro de sus hijos, a continuación a Eduardo le tocaba dar la mano a su futuro yerno, y al estrechársela, el joven Ignacio muy emocionado se lanzo a los brazos de su suegro, diciéndole muy eufóricamente:

–Papá!!…

A Eduardo le vinieron unas ganas tremendas de sentarlo de un solo puñetazo en el rostro, pero no le quedo másopción que devolver el abrazo a su futuro hijo político.

Por su parte don José estaba conforme, se sentía orgulloso de mesclar la sangre de su familia con la de las hembras Riveros, e incluso se sentía honrado que un macho de su descendencia se fusionara con tan suculenta mujer. De reojo miraba a su futura consuegra, si bien el hombre no era mal intencionado no dejaba de sentirse excitado por la buena suerte que tubo su primogénito, tenia la sensación de que iba ser el quien disfrutaría de la virgen a la cual le acababan de conceder.

A continuación se llenaron las copas y brindaron por el futuro y felicidad de los novios.

Don Pricilo ya hacía abandono de la boca de la niña y se aprontaba para que su verga tomara posesión del apretado orificio posterior de Cielo Riveros, quien para estos momentos estaba de novia. El viejo sabia muy bien que antes de ensartarle su falo debía dilatar un poco, no para que a ella no le doliera, si por el fuese deseaba que la niña se llagara a recagar del dolor, pero debía dilatarlo para que a él le fuese mas fácil perforar ese culo de ensueño, por lo que se dedico a ensalivarlo un poco mas y fue cuando de improviso metió su dedo índice en el apretado ojete anal de la nena.

Cielo Riveros sintió el mismo dolor invasivo que cuando le perforaron la panocha, pero este era un dolor mas animal, un dolor desnaturalizado!!, le daba la sensación que don Pricilo le reventaría el culo si es que se le ocurría meterle su garrote de carne por su apretado conducto anal, que por lo que ella sabia era para otro tipo de cosas.

–Nooo!!, fue el grito de Cielo Riveros.—Nooo por favorrr don Pricilitoooh, duele!!, duele!!, ahhh!!

–Jajaja!!, callate perra caliente!!, hoy no te salvas de tu enculamiento, jejeje, reía el depravado viejo,–así que preparate porque ahora te va a doler el doble de lo que ya te dolió ayer, jejeje…

–Nooohh!!…por…fa…vorrr, don Pri…ci…looohhh!!…Ahhhh!!…no …me…en..cuuu…leeee…Ahhh!!…Ayyy…due…leee!!

La niña intentaba por todos los medios posibles escapar de su agresor culistico, pero el viejo la tenia abrazada por alrededor de sus piernas dejándola prácticamente inmovilizada, ahora ya había metido un segundo dedo en el pequeño puntito negro, que el mismo estaba agrandando.

El dolor que sentía Cielo Riveros era desesperante, prefería mil veces que le volvieran a destrozar la zorra, a tener que prestar el culo para que se lo reventasen con la introducción de ese pedazo de fierro caliente que tenia don Pricilo. La niña ya iba a empezar a llorar cuando ambos escucharon:…DING—DONG…., era el timbre de la reja que daba a la calle, en ese mismo instante se miraron con cara de preocupación.

–A quien le dijiste que viniera!!, le grito el viejo intentando moderar el tono de voz para que quien fuese no le escuchara.

–A nadie don Pricilo, yo no he llamado a nadie, volvía a decir la asustada joven.

–No me mientas puta!!, porque ahora si que te rajooo!!, le vociferaba junto a su oído.

–Don Pricilo de verdad, yo no he llamado a nadie, se lo jurooo!!, le decía la desesperada nena.

–Ve a mirar por la ventana y me dices quien es, le mando el viejo,–Y cuidado con hacer alguna pendejada, por que ya sabes lo que te espera!, termino diciendo el viejo mirándola con su aborrecible mirada.

Cielo Riveros se puso de pie muy delicadamente le costaba un poco moverse por todo el tiempo que estuvo en 4 patas sobre esa mesita, una vez que estuvo de pie muy sigilosamente se fue acercando a la ventana, don Pricilo la miraba extasiado, pero que soberbia se veía la chiquilla sin nada de ropa, también el viejo notaba que la niña a estas altura poco hacia por cubrir sus desnudeces, poco a poco estaba logrando que la nena perdiera su pudor al exhibirse desnuda ante su mirada.

La niña ya estaba junto a la ventana que daba al ante jardín de la casa, pensaba que era realmente extraño que alguien viniese ya que esta se encontraba retirada de calles concurridas y menos con transeúntes, muy despacio corrió la cortina para poder mirar y ver quien tocaba el timbre a estas horas de la tarde, desde los ventanales de la casa existían unos 6 metros para llegar hasta la reja que daba hacia el desolado camino, la niña miraba incrédula a los extraños visitantes que en estos momentos volvían a hacer sonar el timbre.

–Don Pricilo, le hablo la joven,–son dos jóvenes, pero yo no les conosco, no se quienes son, volvía a repetir la muchachita.

El viejo se acercó a la ventana para confirmar que lo que le decía la nena era cierto, al mirar don Pricilo se dio cuenta que la niña no le mentía, vio a los dos jóvenes parados justo en la reja de entrada a la casa y uno de ellos volvía a tocar el timbre.

Ambos jóvenes eran rubios, se notaban que eran extranjeros, venían impecablemente vestidos con traje y corbata, en una mano un libro de color azul y en la otra un maletín, además en la parte izquierda de su traje portaban una especie de identificación. Cielo Riveros fue la primera en reconocerlos.

–Son jóvenes decentes don Pricilo!!, pero de otra congregación, le dijo la tierna chiquilla.

–Y que se creen estos diablillos, jejeje, dijo el viejo medio divertido por darse cuenta de quienes eran, —les tendré que dar una lección para que aprendan a no andar interrumpiendo a la gente cuando esta ocupada, jejeje.

Don Pricilo se fue corriendo a la sala de baño, Cielo Riveros sentía curiosidad por lo que pretendía hacer el viejo, lo vio venir con una toalla en la mano, la niña no podía evitar de no posar su azulada mirada en esa gruesa verga que se bamboleaba para todas direcciones cada vez que su dueño hacia algún movimiento. El timbre volvía a sonar.

Una vez que don Pricilo llego a su lado, le pidió a la niña que levantara sus brazos y el mismo procedió a envolver su cuerpo con la toalla, tal como si ella viniese saliendo de una ducha. La toalla le tapaba solo lo necesario ya que dejaba una buena porción de sus tetas asomadas al aire, y en su otra zona le tapaba solo unos centímetros más debajo de su panocha.

–Ahora vas a salir y los atenderás, jejeje, y mostraras interés por las mamadas que ellos te quieran explicar, luego de un rato yo te llamare y les dirás que ya no puedes atenderlos porque tu marido te necesita en la cama!, jejeje, reía el vejete. Cielo Riveros lo miraba estupefacta, no lo podía creer, ella no seria capaz de hacer algo así, por lo que el viejo continuo,– pero permanecerás un rato mas con ellos y por cada vez que yo te llame les dirás lo mismo que te acabo de explicar, y no te vengas hasta que yo te salga a buscar, jejeje, termino riendo el viejo.

–Nooo!!, don Pricilo yo no hare eso, yo, yoo soy una niña decente, y no estoy dispuesta…

–Callate perra caliente!!, tu aquí estas dispuesta para hacer todo lo que yo te diga!!, le grito don Pricilo,–aquí mando yo!! Y si no me haces caso, te agarro en este mismo momento, te llevo hacia afuera y te culeo delante de ellos, ¿eso quieres? ¿Quieres eso putita?

–Nooo, don Pricilo, no lo haga, no lo haga, yo, yo hareeh…lo que Ud. me dice.

–entonces ahora ve y haslo!!

Los jóvenes ya estaban por retirarse cuando se percataron que la puerta principal de esa elegante casa se abrió y pudieron ver como de esta hacia aparición de una hermosa joven, la cual traía puesta solamente una toalla, ambos coincidieron que ella venia de darse una ducha. En un principio la miraban sonrientes, pero a medida que la joven se acercaba, se dieron cuenta de dos cosas, la primera era que la niña era una preciosidad, y la segunda era que esta venia prácticamente desnuda, solo con su toalla la cual le cubría muy precariamente, ambos se miraron y empezaron a temblar.

Cielo Riveros muy avergonzada se desplazaba en dirección a ellos, caminaba muy despacio, sabia que cualquier movimiento brusco la toalla se le podía correr y les dejaría ver todos los pendejos de su zorra a esos pobres y decentes muchachos, una vez que llego a la reja de entrada la abrió y les pregunto muy avergonzada y con su voz muy bajita:

–¿Qué desean?, su mirada era cabizbaja.

–Nosotros, es que… nosotrosss, ehh, ehh, ehh, los muchachos estaban choqueados, no podían articular palabras.

–Necesito saber que es lo que desean, volvía a decir la niña con sus ojitos llenos de lágrimas.

Los jóvenes solo balbuceaban incoherencias, ambos nunca habían estado en semejante situación calenturienta con alguna mujer, pero por mucho estado de shock que tuvieran no podían evitar mirar las exquisitas formas de la suculenta hembra que tenían al frente de ellos, e incluso uno de estos inclinaba su cabeza intentando mirar un poquito mas debajo de lo que cubría esa niña a la altura de sus caderas.

Cielo Riveros se quería morir.

–Por favor díganme que es lo que desean, volvía a preguntar la nena.

Nosotrooos, bueeeno, nooosotrooos, ehhhh…

Los jóvenes intentaban tomar aire para poder decir lo que ellos querían, pero escucharon un fuerte grito que venia desde el interior de la casa.

–Cielo Riveros!!, apurate mamasota que te necesitooo!!

Lo único que pensó la niña fue que por lo menos no la trato de puta.

–Lo siento me tengo que retirar, mi marido me necesitaaa en la camaaah, dijo la niña toda compungida.

Nuevamente los jóvenes se miraron, ahora si que no entendían nada de lo que pasaba, y se acentuaron aun más sus temblores de piernas que ambos sentían.

–Les repito, dijo la nena,–me tengo que retirar, mi marido me necesitaaa en la camaaa!

Los muchachos no se querían ir, para ellos todo esto era nuevo y ya les estaba empezando a gustar la situación.

–Kareeeen!! Vamos putita, apurateee, que te necesitooo!!, volvía a gritar don Pricilo.

Los jóvenes miraban a esa niña semidesnuda entre nerviosos y entretenidos.

–Por favooor, ya váyanse, les dije que mi marido me necesita en la camaaa!!

–¿Cómo the llamas?, alcanzo a preguntar uno de ellos, con un español mas o menos bien pronunciado.

–Pero que mierda pasa aquí!!, salió gritando don Pricilo desde el interior de la casa, quien se había vestido solo con sus bermudas.

Ambos muchachos se extrañaron de ver a ese viejo gordo que venia gritando y en dirección a ellos.

–Que se traen ustedes dos por aquí, les pregunto don Pricilo a la vez que abrasaba a Cielo Riveros y la arrimaba con fuerzas hacia su cuerpo, con la intención de que los jóvenes entendieran que ella era su mujer.

–Mmmm, continuo el vejete, veo que solo quieren molestar a mi esposa, jejeje, les gusta?

Los muchachos se extrañaron ante la pregunta que les hacían, algo entendían de español y ya sabían a que se refería ese señor.

–Miren jovencitos, el asunto es este, dijo don Pricilo quien mantenía a Cielo Riveros bien abrasada a él,–Por ahora no tenemos tiempo para atenderlos, ya que mi mujer y yo estamos en planes de tener un crio, jejeje, o sea nos tenemos que ir a culiar, termino diciendo el descarado vejete.

Cielo Riveros se mordía fuertemente su labio inferior, se sentía totalmente avergonzada por lo que le estaba sucediendo. El viejo al notar que los jóvenes no se marchaban, decidió continuar un rato más con sus leperadas.

–Pero miren que calientes me salieron los niños, jejeje, yo ya se lo pretenden ustedes dos, y mirándolos a ambos con su mas irónica sonrisa les dijo,–Lo que ustedes quieren es follarse a mi mujer, y como yo soy buenito se las prestare un ratito, jejeje. Y diciendo esto ultimo, de un solo zarpazo le quito la toalla a Cielo Riveros, dejándola completamente desnuda, delante de esos dos decentes muchachos.

Cielo Riveros se quedo paralizada, nunca se imagino que ese viejo caliente fuera capaz de empelotarla delate de otros hombres, los jóvenes la miraban extasiados y la recorrieron en toda su plenitud, nunca en su vida habían visto a una mujer desnuda y sumándole a que ella estaba a menos de un metro de ellos. Ambos muchachos quedaron con sus miradas clavadas en ese pequeño triangulito sombreado por escasos pelitos negros y sedosos. Fue don Pricilo quien los saco de aquel estado de embrujamiento en el cual ambos habían caído.

–Vamos par de maricones!!, les grito,–Entren a la casa y culeensela!!, a la ves que le daba un leve empujón al cuerpo desnudo de la niña para que ella quedara mas cerca de los jóvenes.

Ambos muchachos ya estaban superados por la extraña y ardiente situación que se sucedía, y como si ellos estuviesen programados, los dos y al mismo tiempo dieron media vuelta para salir corriendo horrorizados y espantados, con la convicción de nunca mas volver a aparecerse por aquella lujuriosa casa, debido a la calentona experiencia vivida. Lo único que alcanzaron a escuchar Cielo Riveros y don Pricilo, fueron los desesperados gritos de: Ohhhh my Gooodd!!!.

Don Pricilo al ver que los jóvenes entrometidos desaparecían de su vista, cerro la reja de entrada, para luego tomar fuertemente del brazo a la niña y la llevo hacia el interior de la casa.

Cielo Riveros estaba destrozada emocionalmente, se sentía vejada y humillada por lo que acababa de acontecer, pensaba que ya era suficiente el tener que posar y modelar en pelotas para ese maldito viejo y para rematar este la exhibía desnuda delante de unos desconocidos, esto no podía estar sucediéndole se decía para ella misma. Por esta razón cuando el vejete la soltó y cerró la puerta de entrada, la niña con todo el odio acumulado le asesto una débil cachetada en el rostro.

Don Pricilo al sentir el golpe en su cara y ver tal actitud de osadía por parte de Cielo Riveros, no lo pensó para devolverle con fuerza, un fuerte bofetazo que fue a impactar en la dulce y angelical carita de la niña, quien al recibirlo cayo y rodo por el piso hasta quedar tirada y casi aturdida. La nena se vio en el suelo, estaba reaccionando al fuerte cachuchazo del cual había sido victima, cuando vio que el viejo nuevamente se le venia encima, solo atino a encogerse y con sus dos manitos se tapaba la cara.

Y comenzaron los gritos.

–Nooo!!, pooor favooor!!, don Priciloooh!!, no me pegueee!!, yo no quise hacerlooo!!, perdonemeee!!, por favooor!!, sniff, sniff, comenzaba nuevamente a llorar la pobre Cielo Riveros.

El viejo aun estaba sorprendido por la insolencia de la mocosa, y por un momento sintió una pequeña debilidad de compasión al ver a esa hermosa niña tirada en el piso desnuda y llorando, la veía temblar y sollozar, se soslayaba mirando su bien formado cuerpo, pero se dijo a si mismo que no podía permitirse dejar que esa potranca hiciera lo que ella quisiera, tenia que seguir domándola, le estaba saliendo mas chúcara de lo que el había pensado.

–Y que es lo que te has imaginado inmunda perra asquerosa!!, le grito don Pricilo,–yo te voy a enseñar a comportarte con tus mayores, por lo que la tomo fuertemente de sus cabellos y la fue arrastrando hacia la habitación de la niña, quien en el trayecto pataleaba y se contorsionaba en forma desesperada, no por el fuerte dolor que sentía, si no por miedo a lo que le pudiese ocurrir.

–Nooo!!, sueltemeee!!, por favooor!!, ahhh!!, ahhh!!, gritaba la desesperada hembra.

–Tu lo pediste maldita zorraaa!!, le contestaba el vejete.

–Perdonemeee!! Por favooor!! No lo volveré a hacerrr!! Lo jurooo!!

Una vez que llegaron al dormitorio de Cielo Riveros, don Pricilo la tomo con mas fuerzas de sus cabellos y la levanto empujándola y dejándola contra el muro.

–Escuchame bien puta mugrienta, si te vuelves a poner insolente conmigo, tomare el Cd que ya te mostre, y lo subiré a internet, para que todos se enteren de lo caliente y perra que eres a la hora de follar, le decía el vejete bien cerca de su oreja y para luego continuar,– A parte de ir yo mismo y mostrárselo a todos los mojigatos de tu congregación, o ya se te olvido de la forma indecente en que me pedias a gritos que te metiera mi verga!! Quieres eso puta!!

–Nooo!! Por fvooor!! No nooo lo hagaaa!!, le juro que me portare biennn!! Snifff.

–Claro que te portaras bien putilla, por que si no lo haces, lo del Cd será lo mas suavecito de le que te ocurrirá, jejeje.

Junto con esto y al tener a la niña de pie contra el muro, el viejo introdujo dos de sus cochinos dedos al interior de la fragante vagina de Cielo Riveros, comenzando a meterlos y sacarlos rápidamente en forma salvaje y casi sádica. En la habitación solo se escuchaban los quejidos que hacia la nena a tan brutal masturbación que le estaban administrando y esto sumado a los chapoteantes crjs crsjs crsjs, que emitia su encharcada vagina la cual disfrutaba de todo lo que le hacían a su dueña.

Cielo Riveros en su mente todavía tenia la imagen de los 2 jóvenes que minutos antes la habían mirado desnuda y en todo su esplendor, a pesar de la humillación que sintió, el lado calenturiento de su sub consciente ya empezaba a trabajar. La niña ya asumía la situación de que la hayan exhibido en pelotas la calentaban al máximo, y lo peor para ella era reconocer que su excitación se multiplicaba con el solo hecho de que don Pricilo la tratase tan brutalmente. En este momento desde el fondo de su ser deseaba que le volvieran a asestar otra bofetada. Cielo Riveros realmente estaba que se meaba de la pura calentura que le provocaba ese despreciable ser que era el viejo de don Pricilo.

–Ahhh!! Don Priciloooh, nececitoooh ir al bañoooh.

–Para que putillaaa!! Jejeje, pregunto el vejete sin dejar de masturbarla.

–Estoooy quee mee hagooo pipiii!!

Don Pricilo aprovechando la oportunidad que se le estaba dando, volvió a tomar de las mechas a la niña y casi la fue arrastrando hasta llegar al patio posterior de la casa, y aun con más fuerzas siempre tomada de sus cabellos, la lanzo al pasto. Cielo Riveros no sabia por que el viejo ahora hacia esto, de lo que si estaba segura, era que ya casi se estaba meando de tanta excitación, al sentir que el viejo la trataba tan inhumanamente.

–Vamos zorra calienteee!! Ábrete de patas meateee!! Le ordeno don Pricilo.

La nena no comprendía lo que el viejo le estaba pidiendo, ella no quería hacer eso, lo que le solicitaba el degenerado vejete era algo sucio e inmoral, muy contradictorio a los conceptos de decencia que ella entendía. Más alejado aun, pensaba la niña, de sus solidos y estrictos valores éticos, que a estas alturas ya ni sabía adonde se les habían quedado, pero los gritos de don Pricilo la sacaron de sus reflexiones.

–Y que se supone que estas esperando putilla!! No querías mearrr!! Hazlooo!! Meeateee!!, le gritaba el degenerado.

Cielo Riveros no se dio cuenta en que momento don Pricilo se había quitado los bermudas, lo veía completamente desnudo masajeándose su gruesa verga totalmente erecta a tan solo un metro de donde estaba tirada ella en el pasto. Vasto con esta visión para que a la nena se le borrara todo de su mente y se quedara con la sola imagen de lo que tenia al frente se sus hermosos ojos azules, y como si fuese un robot mecanizado se apoyó con sus dos manos sobre el pasto, una cada una justo al lado de sus ampulosas caderas, muy lentamente fue elevando su esbelta cintura con ancas y culo incluidos, a la vez que iba abriendo sus perfectos y hermosos muslos, una vez que tubo sus piernas lo mas abiertas posibles y sus caderas elevadas a unos 30 centímetros del suelo, y sin quitar su azulada mirada de la tranca del viejo, concedió lo que este le había solicitado:

Shhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh, se escuchaba cuando el dorado liquido de Cielo Riveros salía expulsado de su vagina, Shhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh, continuaba saliendo sin ningún tipo de impedimento desde su cuerpo y desde esa pequeña abertura que tenia justo al medio de sus piernas totalmente abiertas, el chorro del áureo y brillante líquido era abundante y potente, la sensación que tubo la niña al dejar salir de su cuerpo este precioso licor de Dioses, y el saberse observada por un hombre, la llevaron a sentirse que estaba en los cielos, esto era un verdadero sueño, pensaba la desquiciada criatura.

–Ricooo!!, fue lo que instintivamente pronuncio la chiquilla, una vez que ya iba en la mitad de la expulsión de su naturaleza.

A don Pricilo se le caían las babas ante la indecente función que le estaba brindando esa diosa venida desde el mismísimo infierno, pero que preciosidad, belleza absoluta, digna de ser la verdadera Maddona italiana, era lo que estaba presenciando el horripilante vejestorio.

Cuando la brillante naturaleza de la niña ya empezaba a aminorar, el viejo se lanzo como enfermo mental a lamer esa deleitable válvula de líquidos femeninos, alcanzando a degustar unas buenas y considerables porciones de las ya últimas expulsiones de esa dorada esencia natural, de ese exquisito almíbar que le había obsequiado esa deidad hecha mujer.

Don Pricilo no se cansaba de lamer y chupar la panocha de Cielo Riveros, por su parte la niña mantenía la misma posición, se dedicaba solo a sentir la suavidad de esa lengua que en estos momentos la recorría y la limpiaba de todos los restos que quedaron de su propia esencia natural. Poco a poco el viejo fue subiendo por el cuerpo de la nena, siempre lengüeteando y lamiendo, no hubo curva alguna que el vejete no probara, hasta que llego a la boca de ella e hiso que la niña se recostara en la suavidad de la hierba.

La niña estaba caliente pero al sentir el palo de carne de don Pricilo rozarle su panocha,recordó lo de su enculamiento y como adivinando lo que nuevamente le iban a hacer, entre temerosa y extasiada le pidió a don Pricilo:

–Por favooor don Priciloooh, nooo meee looo hagaaa, nooo meee vayaaa a encularrr! A pesar que la niña pedía que no se lo metieran, aun así mantenía sus piernas bien abiertas.

–No te preocupes putitaaa! lo de tu enculamientoooh quedara para despuesss!, le dijo el vejete, para después lanzarse en busca de esa fresca boca para comenzar a besarla.

La nena al escuchar lo que decía el hombre se sintió un poco mas segura y fue cuando pensó que tal vez no seria tan malo que se la culiaran nuevamente.(error)

Cielo Riveros lo recibió como la hembra que recibe a su macho, se besaron y se acomodaron para el inminente acto de apareamiento que se avecinaba, el cual ambos ya deseaban, el tieso miembro del macho ya se acomodaba en las tiernas carnes vaginales de esa hembra en estado de celo que mantenía sus bien formadas piernas abiertas lo que mas le permitía su cuerpo, fue necesario un solo y certero empujón por parte de él, para que nuevamente quedaran pegados en unaperfecta ceremonia de acoplamiento.

Ya no hubo dolor, la gruesa verga de don Pricilo había perforado y entrado con total libertad hacia el interior del cuerpo de la niña, se lo enterró hasta el fondo, ambos amantes se fusionaron y fundieron para pasar a ser solo uno. Los movimientos y meneos copulatorios comenzaron muy lentamente por parte de ellos, lo hacían en forma perfecta y sincronizada, no habían palabras salidas ni gritos obscenos, como ya se dijo antes eran solo macho y hembra en plena faena reproductora.

El coito era largo e intenso, los gemidos placenteros de Cielo Riveros, se perdían en la boca de don Pricilo, la lengua de la nena recorría en su totalidad las putrefactas encías de su hombre, ya que en ningún momento dejaban de besarse.

El viejo muy lentamente comenzó a cambiar de posición, se retiro del cuerpo ardiente de la niña guiándola el mismo para que ella nuevamente adoptara la posición de en 4 patas, Cielo Riveros obediente y ahora sumisa debido al tal grado de excitación en cual se encontraba se fue dando vuelta para quedar puesta en esa extraña posición que ya le estaba empezando a gustar en que la tuvieran, por su mente nuevamente paso la idea de su enculamiento, pero en la posibilidad que esto ocurriese a la niña no lo importaba, ese hombre era su macho y podría hacer con ella lo que quisiese, pensaba la enajenada criatura.

Don Pricilo al observar el perfecto cuerpo de la nena quien ya se encontraba como él quería, y con Cielo Riveros mirándolo expectante por lo que a él se le pudiese ocurrir hacer con ella, acomodo la punta de su verga en la suave y tibia entrada vaginal de la niña y nuevamente de un solo y fuerte empujón, se lo mando a guardar hasta lo más adentro que pudo del excitado cuerpo de la jovencita. El vejete miraba desde su perspectiva el gran culo que se gastaba la niña, con sus dos manos tomo el portentoso par de nalgas y las separo lo que más pudo, a pesar de esto el pequeño puntito negro de la nena se negaba a abrirse ni siquiera un milímetro.

Don Pricilo la follaba con fuerzas descomunales, sentía como la panocha de Cielo Riveros le apretaba la verga cuando este se la tenía enterrada lo más adentro posible, dándole la sensación de como si esa vagina se la estuviese succionando. Se deleitaba con la tibieza interior de ese cuerpo infernalmente perfecto, por lo que aumento la velocidad de sus embates y en combinación con fuertes y sonoras nalgadas, con la intención de que la niña se calentara aun más de lo que ya estaba, y de que comenzara ella misma a pedir que no le guardaran misericordia, tal como lo había hecho el día anterior.

Cielo Riveros por su parte estaba solamente dedicada a sentir de como la perforaban con esa gruesa verga, le encantaba el hecho de que se la estuvieran culiando en esa excitante posición en la cual la tenían y palmoteándola como si ella fuese una yegua, era lo que se imaginaba la dulce criatura.

Al estar puesta en cuatro patas y recibiendo pico de la forma tan brutal en que se la metía don Pricilo, a la niña la hacían sentirse en como si ella estuviese en un estado meramente animal, y por dios como le gustaba, pensaba la nenita, sobre todo cuando don Pricilo le asestaba feroces nalgadas como si la estuviese animando a que ella le siguiera meneando el culo.Pero a pesar de toda la calentura y de lo bien que se lo estaba pasando, Cielo Riveros no quería demostrárselo al vejete. Ella solo lo estaba haciendo con él porque este la había chantajeado, y no estaba dispuesta a hacer nada que le diera a entender a ese viejo maldito que a ella le gustaba todo lo que él le hacía, pensaba esto sin dejar de mover el culo.

Ahora el vejete quería que la niña lo montara y lo cabalgara, Cielo Riveros entendió en el acto lo que su hombre deseaba y con sus siempre femeninos y delicados movimientos lo fue secundando, una vez que noto que le habían retirado esa gruesa barra de carne caliente, la niña se puso de rodillas al frente del horrendo vejestorio, y una vez frente a frente se abrazaron y cayeron en otro apasionado beso con lengua, ahora fue Cielo Riveros quien muy lentamente se fue abalanzando hacia la mórbida humanidad de don Pricilo, hasta lograr quedarse empalada y encima de ese garrote que ella misma se lo fue metiendo hasta sentir que sus escasos y finos bellitos púbicos se enredaban con lo gruesos y antihigiénicos pendejos del vejete. Una ves de sentirse bien ensartada, la niña empezó a menear su cintura haciendo una serie de circulares ondulaciones, tal cual como lo había aprendido el día anterior, solo que esta ves las sensaciones eran de puro y delicioso placer al sentir esa gruesa estaca de carne que la habría y la llenaba, ella ya no recordaba la traumática experiencia de su desfloramiento, de su primera vez.

Cielo Riveros empezó a aumentar el frenesí de sus jadeos, nuevamente le vinieron esas ganas locas de arrancarle la verga a don Pricilo con su panocha, se la movía y se la refregaba con desesperación, el viejo se tubo que separar del placentero beso que se estaban dando, ya que pensó que a la nena le estaba viniendo un ataque de algo, y realmente era eso lo que Cielo Riveros experimentaba, en estos momentos sufría un verdadero ataque!! Pero un ataque de calentura era lo que sentía esta niña, su respiración se encontraba totalmente agitada, algo muy similar a lo que es una crisis asmática.

El viejo se anduvo asustando, por las severas convulsiones respiratorias que estaba sufriendo la nena e hiso el intento de retirarle su herramienta pero fue contenido por la misma muchachita que al ver las pretensiones de su macho, le asesto un húmedo beso con lengua, como a su vez enterrándose ella misma todo lo que podía a esa verga que la transportaba al paraíso y que Cielo Riveros ya la estaba empezando a querer para ella sola.

Don Pricilo comprendió que la niña solo estaba pasando por un fuerte lapsus de calentura y que no había peligro, pero él quería mas comodidad, por lo que se empezó a inclinar hacia adelante para quedar con Cielo Riveros bien ensamblada a su verga, el viejo hiso que ambas piernas de su joven amante quedaran rodeando sus espaldas, a la ves que poso su callosas manos sobre la extrema suavidad del gran culo que se gastaba su mujer, para que esta quedara bien afianzada y concentrándose en todas sus fuerzas comenzó a ponerse de pie con Cielo Riveros bien ensartada a su grueso tranco de carne.

La niña sintió que se elevaba por los aires, no sabia de donde sacaba tantas fuerzas este viejo, ¡Era todo un hombre!!, declaraba la caliente jovencita. Don Pricilo una ves que estuvo de pie y con Cielo Riveros clavada y moviéndose como enajenada sobre su cipote, comenzó a caminar a duras penas hacia el interior de la casa principal, el vejete pensó que ya iba siendo hora de inaugurar la pulcra habitación de la nena, y fue cuando Cielo Riveros se atrevió a hacerle una petición.

–Donnn Priciloooh, porrr favorrr hagameloooh enn suuu catreeeeh!

La Niña se auto cuestionaba, de porque le hacia ese tipo de solicitudes a su violador chantajista, pero a la vez pensaba que si el viejo se la iba a seguir culiando, una vez más para llenarla con su simiente, ella deseaba que esto sucediera en ese catre caliente y chillón, en el que ya había estado el día anterior, para luego volver a recriminarse y decirse para sí misma –Ohhh pero por Dios!! porque se lo estoy pidiendo, se contradecía, pero nuevamente al sentir su vagina totalmente abierta y ensartada por esa gruesa verga, su mente se fue nublando para concentrarse solamente en las desquiciantes sensaciones que le producía el saberse ella misma ensartada por tan horripilante sujeto.

El Viejo midió la distancia que lo separaba de la cabañita de madera que estaba justo al fondo del patio, tendría que cruzar rodeando la piscina para poder llagar hasta su inmundo y caliente catre, a pesar del cansancio y de que ya se encontraba todo sudado, quiso demostrarle a su hembra que él era todo un macho y le cumpliría su solicitud, por lo que emprendió la dificultosa odisea que le habían demandado.

El trayecto no fue tan largo como lo había pensado don Pricilo, además llevar a Cielo Riveros ensartada en su verga era el mejor salario que le podrían haber pagado. La niña para hacerle menos complicada la tarea, se meneaba sobre la verga de este suavemente de atrás hacia adelante, prodigándole tiernos besos en la frente y combinándolos con suaves y frescas lamidas en las verrugas de su cara.

Una ves que llegaron a la cabaña, el viejo abrió la puerta de esta de una sola patada e ingreso con su trofeo de guerra que traía ensamblado en su garrote como si viniesen llegando ambos de una ardua batalla. Apenas se acercó a su caliente e inmundo catre se lanzo sobre este con todo el peso de sus cuerpos, por su parte el catre no lo dudo para empezar con sus cochinos e indecentes crujidos, como si este estuviese aplaudiendo y vitoreando la hazaña que acababa de cumplir su horripilante dueño.

Ahora nuevamente todo crujía y temblaba al interior de la cabañita de madera, don Pricilo estaba sobre el cuerpo de la niña y le arremetía con todas sus fuerzas intentando despedazarla a vergazos, los movimientos y jadeos de los amantes eran brutales, ambos se daban con todo, sin miramientos ni pudores de ningún tipo, los gemidos de Cielo Riveros no tardaron en convertirse en verdaderos bramidos de autentico placer.

–Siiii, siiii don Pricilo métame la verga!! Métame el picoooh!! Lo quiero bien adentroooh!! Por favor bien adentroooh!! Gritaba la niña quien nuevamente ya había perdido el control de su persona.

–Sigue culiandooo putillaaah!! Que ya me falta poco ahhh!! Bufaba también el viejo, quien se sentía como el ganador de la lotería, al haber logrado que Cielo Riveros alcanzara el grado de excitación en el cual se encontraba en estos momentos.

–Don Priciloooh, quierooo corrermeeeh juntoooh con usteddd!! Ahhh!!, gritaba la puta que estaba dentro del cuerpo de la dulce criatura.

–Correteeeh todooo lo que quierasss putaaah!!, que yo te tengo un regalooo para despuessss!!, volvía a bufar el vejete.

Cielo Riveros no aguantando mas libero todas sus fuerzas y ansias contenidas que fue acumulando en el transcurso de esa caliente y bestial tarde de día domingo que tubo con don Pricilo y concentrándose en una solida y vibrante estocada que le encañono su hombre, dejo fluir todos sus líquidos en un chorreante y fabuloso orgasmo que le brido su viejo y asquerosos amante.

–Ahhhh!! Ahhhh!! Ahhhh!! Que rico Priciloooooh!! Priciloooh!! Ricooooh!! Ricooo! Ricoo! Rico. Hasta que su cuerpo lentamente fue dejando de arremeter contra esa verga que la seguía apuntalando, para luego quedar con su cuerpo inmóvil pero con sus piernas bien abiertas para que su macho también alcanzara el grado máximo, pensaba la distorsionada mente de la todavía caliente muchachita.

El viejo que todavía la seguía ensartando sin piedad, se sintió conforme con la corrida que se acababa de mandar su joven manceba, por lo que él también fue aminorando sus embates y de un solo movimiento retiro su verga desde el interior de ese exquisito cuerpo que nuevamente le habian entregado.

Cielo Riveros se asusto cuando don Pricilo la tomo ferozmente de sus cabellos jalándola y arrastrándola con fuerzas para que saliera expulsada del caliente catre.

–Arrodillate putaaa!!, ordeno el viejo.

La niña a pesar de todo aun se mantenía en grado de calentura, obedeció en el acto a lo que su hombre requería y como adivinando lo que ahora le tocaba hacer, comenzó con ambas manitos a despejar su carita de los enmarañados y desordenados cabellos que tenia pegados a esta, debido a la transpiración del cuerpo del viejo y de ella misma y también a los distintos jaloneos de pelo a la cual había sido sometida, su aspecto dejaba mucho que desear, ya nada quedaba de su alisado cabello, si no fuese por sus facciones casi angelicales y sus exquisitos labios purpuraceos, parecería una verdadera mujer recién salida de las cavernas del tiempo paleolítico.

–Escuchame zorraaa!!, como hoy no quisiste almorzar, ahora yo te daré tu nutriente recargado en proteínas jajaja!! O sea te voy a dar tu lechitaaa!! Y no quiero que desperdicies ni una sola gota! Escuchasteee!!, le gritaba el viejo mientras le impartía sus órdenes.

La niña lo escuchaba, como el grado de excitación aun no la abandonaba del todo, solo le asentía al vejete aceptando sin reclamar nada de lo que viniese. Cielo Riveros miraba como el vejete se pelaba la verga al frente de su carita, se veía soberbia en la posición que se encontraba, desnuda y arrodillada con sus piernas levemente abiertas y con cada una de sus manitas apoyadas en sus muslos esperando complaciente a lo que don Pricilo ahora le iba a hacer…

El hombre miraba a la niña como ella lo esperaba, y la visión de verla arrodillada esperándolo y mirándolo con sus hermosos ojos azules lo llevaron a un desesperante y lujurioso orgasmo, soltando un feroz gruñido a la ves que posaba su verga en labio inferior de la dulce boquita abierta de Cielo Riveros, vocifero:

–Ahoraaa putaaa!! Grito el viejo,–abreee biennn laa bocaaa!!, Cielo Riveros la abrió lo que mas pudo y fue cuando recibió la primara descarga de un copioso y abundante chorro de leche caliente que se fue a estrellar al fondo de su garganta, cinco fuertes expulsiones mas de grueso semen recibió la niña dentro de su cavidad oral, seguidas por otras de menor intensidad. La sentía en abundancia, espesa y caliente. Notaba que su boca estaba casi rebalsada de esta extraña sustancia nueva para ella, por un momento pensó en escupirla, pero fue el viejo quien le ordeno:

–Vamos perra!! qué esperas, trágala todaaa!!

La niña que no quería hacer que ese hombre se volviese a enojar con ella y le pegaran, cerro sus hermosos ojitos azules y se lo trago todo. (No sintió asco…)

El vejete al notar que la niña Cielo Riveros se lo había comido todo, se sintió el mas afortunados de los machos que pisan esta tierra, por lo que se derrumbo y desplomo sobre su catre, se sentía feliz. Miraba a la niña que todavía estaba arrodillada junto a su camastro mirándolo sin saber que hacer, le veía su carita hermosa y sus labios purpuraceos estaban adornados por pequeñas gotas de su propio semen, por lo que le hablo:

–Vete a descansar a tu casa niña, le dijo don Pricilo a Cielo Riveros,– Que aun nos falta lo mejor, jejeje, y prepara tu Habitación… que esta noche nos acostaremos juntos e intentaremos hacer a Pricilito , jejeje…

El vejete al notar que la niña Cielo Riveros se lo había comido todo, se sintió el mas afortunados de los machos que pisan esta tierra, por lo que se derrumbo y desplomo sobre su catre, se sentía feliz. Miraba a la niña quien todavía estaba arrodillada junto a su camastro mirándolo sin saber que hacer, le veía su carita hermosa y sus labios purpuraceos estaban adornados por pequeñas gotas de su propio semen, por lo que le hablo:

–Vete a descansar a tu casa niña, le dijo don Pricilo a Cielo Riveros,– Que aun nos falta lo mejor, jejeje, y prepara tu Habitación… que esta noche nos acostaremos juntos e intentaremos hacer a Pricilito, jejeje…

UNA FAMILIA DECENTE 4

En el interior de la habitación del elegante Resort, el decente matrimonio libraba una acalorada discusión por la situación que había acontecido solo hace unas cuantas horas.

–Eduardo! lo que has hecho es una total indiscreción!, Gritabala rubia y hermosa mujer, que aun con todas sus facciones contraídas por la ira, no dejaba de verse apetecible.

–Lo siento Miriam Caballero, contesto el marido, –La decisión ya esta tomada y Cielo Riveros se deberá casar con el joven Ignacio, le guste o no.

–Pero Eduardo! le volvía a gritar la airada hembra, –No es justo que ni siquiera se lo hubiésemos preguntado. Una pareja cuando se casa deben estar enamorados! , continuaba alegando Miriam Caballero, intentando hacer recapacitar a su marido del error que estaba cometiendo, –Además creo que Cielo Riveros apenas conoce a ese muchacho…

–Eso es solo un detalle, tienen tres meses para conocerse y luego se casaran, es lo que acordamos con don José y la decisión ya esta tomada.

–Tres meses! Tres meses!, se repetía Miriam Caballero para si misma, no daba crédito a lo que escuchaba, Cielo Riveros nunca había tenido novio, le preocupaba de sobre manera lo que podría pensar su hija con respecto a lo de casarla sin habérselo consultado por lo menos y mas encima con un hombre que apenas conocía.

–Miriam Caballero! Te preocupas demasiado, ya veras que Cielo Riveros lo aceptara, continuo hablando Eduardo, –La familia Almarza es una de las mas decentes de nuestra congregación, además don Urias dijo…

–Don Urias!!, Don Urias!!, le interrumpió Miriam Caballero, –Y que debe importarnos a nosotros lo que pueda decir ese viejo raquítico!!, le contestaba a gritos la todavía apetecible y joven madre, quien se encontraba totalmente salida de sus cavales.

–Miriam Caballero!!, grito el marido de la mujer, –Te prohíbo que te expreses de esa manera hacia la honorable persona de don Urias, y esta conversación se termina aquí y ahora!!, –Además aprovecho de recordarte que tu y ninguna mujer de nuestra congregación esta autorizada a opinar ni contradecir las decisiones que tomamos nosotros los hombres que somos los jefes de hogar, le aclaraba su marido, –Así que por favor te pido que asumas y te ubiques en tú triste condición de mujer, termino diciendo Eduardo con su mirada perdida en el horizonte de los verdes paisajes de la región, que daban desde los grandes ventanales de la elegante habitación.

Miriam Caballero se quedo muda con las fuertes aclaraciones de su esposo, pensaba que ella desde que se casaron siempre lo había apoyado en todas sus decisiones, lo mismo cuando ambos accedieron a participar en la decente y conservadora congregación. Pero ella lo hacia porque lo amaba y desde que lo conoció y se enamoro, le había prometido estar junto a él en los buenos y malos momentos, pero en ningún caso por que existiera alguna diferencia de géneros entre el y ella. –Pero por Dios!, pensaba la atribulada mujer, en que se estaba convirtiendo su marido?, nunca le había hablado de esa forma, si bien ella aceptaba las normas establecidas en la congregación, eso no significaba que el hombre estuviera en una posición mas elevada que el de la mujer, para sus adentros se decía que a lo mejor Eduardo lo había dicho sin pensarlo producto de la inusual situación en que ambos estaban viviendo. La voz de su marido la saco de sus pensamientos.

–Espero no tener que volver a repetirlo, le hablo Eduardo y para luego continuar, –Te quedó claro Miriam Caballero?, termino diciendo con el tono de su voz un poco mas elevado en la ultima frase.

Miriam Caballero entendió que su marido no lo había dicho por encontrarse acongojado por lo que sucedía. Ella lo amaba con todas las fuerzas de su ser, pero él la había herido con estas descolocadas aclaraciones que le había hecho, así que contesto:

–Si Eduardo, me queda claro cual es mi condición al lado de tu correcta persona, termino diciendo la rica de Miriam Caballero, quien a pesar del gran amor que sentía por ese hombre, algo en su corazón acababa de cambiar. Este fue el principio del fin, poco a poco se vendrían las mas extrañas situaciones que cambiarían drásticamente el destino y futuro de esta bella, recatada y elegante mujer de 35 años, madre de Cielo Riveros.

–No iré a la cena, estoy cansado y tomare una pastilla para dormir, hablaba Eduardo a su mujer, — Te solicito que vayas tu y me excuses con don Urias, necesito descansar, si quieres duerme en la habitación contigua, en la que solicite por si Cielo Riveros se arrepentía y decidía venir con nosotros, así puedes descansar hasta tarde mañana, creo que lo necesitas.

Miriam Caballero no le contesto nada y ya se aprontaba a salir de esa habitación, cuando una delgada y alta figura masculina se alejaba rápidamente de la puerta de la habitación en donde se había generado la discusión matrimonial, don Urias había tomado cabal conocimiento del alegato entre Eduardo y Miriam Caballero, una diabólica sonrisa se dibujaba en su esquelética y lúgubre cara de huesudos pómulos sobresalientes.

La rubia necesitaba tomar un poco de aire antes de ir a cenar con las demás familias, estaba dolida, se sentía con su ego traicionado y por los suelos, que a ella su propio marido la menospreciara como mujer, era un mal agradecido pensaba, fue ella quien hablo con su tío favorito para que Eduardo entrara en la poderosa Corporación que el dirigía, nunca había pensado en esto y en un minuto se pregunto el porque lo hacia ahora y no lo había hecho antes.

Se ubico en la terraza que tenia vista al gran lago, veía a casi todos los matrimonios de la congregación como disfrutaban de las atenciones del personal del lujoso hotel, como algunos paseaban por los hermosos senderos de verde vegetación, pensó que si ella no hubiese discutido con su marido lo mas probable es que también estaría acostada y ni siquiera con el, estaría sola en la pieza contigua. Poco a poco Miriam Caballero ya comenzaba a ver las diferencias entre su marido y los demás hombres que participaban con ellos en la conservadora congregación, en estos momentos era Eduardo el único que no estaba…

–Buenas noches Miriam Caballero, fue la grave voz que la saludaba, y que la sacaba de sus tristes cavilaciones.

–Don Urias, buenas noches le saludo.

–Donde se encuentra Eduardo? Le he estado buscando por todas partes.

–Esta en la habitación se sentía cansado y me pidió que lo excusara, no vendrá a la cena, dijo la exquisita mujer que en su rostro se notaba lo apenada que se encontraba.

–Mmm, en ese caso dejame acompañarte en la cena, así no te sentirás sola.

–No creo que pueda asistir a la cena , solo vine para avisar, me retirare a mi habitación por que…

–Miriam Caballero, creo que debemos conversar, Eduardo se ha estado comportando un poco extraño últimamente y no quiero que esa situación les pueda afectar a Uds. como pareja, dijo don Urias para ver como reaccionaba la beldad.

Miriam Caballero pensó al instante que don Urias tenia razón, Eduardo se había comportado en forma extraña con ella, había sido déspota y egoísta con su propia familia, y sin don Urias también lo notaba era porque algo le sucedía a su marido. Miro al viejo flaco con sus hermosos ojos verdes, quería conversar con él, que la aconsejara, o que hablara con Eduardo, pero al momento de querer articular las palabras su hermosa voz se quebró y solo pudo emitir unos dolorosos sollozos de hembra herida, por lo que don Urias acudió atento a prestarle su mas DESINTERESADO consuelo a la hermosa mujer. Miriam Caballero se hecho a llorar a los delgados brazos de don Urias y este por su parte en forma paternal, por ahora, la abrazo poniendo su huesuda mano en la esbelta cintura y con la otra le acariciaba el rubio cabello que nacía desde sus sienes, al viejo le temblequeaban las hilachas de piernas que poseía, por la sencilla razón de sentir el poderoso cuerpo de esa Diosa a la cual amaba, y que en estos momentos y por primera vez podía sentirlo y rozarlo con el suyo.

(Unas horas antes en la casa Zabala)

Cielo Riveros se mantenía de rodillas junto al catre de don Pricilo, aun sentía en su boca el amargo y dulzón sabor del semen que acababan de darle a probar y que ella golosamente se lo había tragado todo, hasta la última gota, tal cual le habían ordenado.

–vamos puta! Largo de aquí!, le ordeno el viejo, quien se daba cuenta que aun estaba en la misma posición en la que él la había dejado, –Ya se, continuo hablando el vejete, –lo que tu quieres es que te den otra ración de tu lechita, pero por ahora no hay, jejeje, así que te quedaras con las ganas, tendrás que esperar a la noche y a lo mejor te doy mas, y anda preparándome el ojete del culo, por que esta misma noche te lo reviento, jejeje, reía el miserable dejándole ver toda la pudrición que este tenia al interior de su boca.

Cielo Riveros se puso de pie dispuesta a irse de esa sucia habitación en donde su cuerpo nuevamente había sido mancillado por un asqueroso y caliente viejo, que se estaba dando el gusto de su vida con las apetecidas formas y curvas de la inocente y dulce criatura que el destino le había puesto a su disposición. La nena ya estaba por abrir la puerta con la intención de retirarse, cuando el viejo le volvió a hablar.

— Como es que no te despides de tu marido perra caliente, le dijo don Pricilo, a la nuevamente avergonzada chiquilla.

Cielo Riveros dio media vuelta y miro al viejo quien se encontraba tirado desnudo en su catre con ambas manos puestas detrás de su cabeza, no entendía muy bien lo que ahora quería este despreciable vejete.

–Y que estas esperando putilla mal educada?, ven a despedirte de tu hombre, del que te culea, como te vas a ir así no mas después de la gran cogida que nos acabamos de mandar, jejeje.

Cielo Riveros quien ya estaba semi entregada a las calientes ocurrencias de ese viejo que la tenia en sus manos por las degeneradas evidencias que el tenia en su poder y en que ella era la protagonista principal, no le quedo más opción que ir a despedirse como él quería.

Una vez que llego a su lado inclino todas sus curvas sobre el obeso cuerpo de don Pricilo para despedirse con un fresco beso con lengua, el viejo la tomo de su cabeza, no con la rudeza de las ocasiones anteriores, pero la nena se daba cuenta que este no la soltaba.

Don Pricilo poso su otra descascarada mano en el suave culo de la niña quien lo tenia bien inclinado hacia arriba, ya que ella se encontraba de pie. El beso ya estaba siendo largo, Cielo Riveros ya comenzaba a enredar su lengua con la de su viejo amante y ya sentía las tremendas ganas de acostarse junto a él, cuando este se separo de su boca y le dijo:

–Mira pendeja, la verdad es que culeas muy rico, jejeje, y quiero que sepas que en realidad no me gusta pegarte, pero tu me obligas a ello con tus estupideces, le decía don Pricilo buscando de alguna forma ser tal ves un poco mas tierno con ella, –debes entender que desde que teenterré mi verga en tu cuerpo, tu pasaste a ser mi mujer, jejeje, o sea soy tu marido, jejeje, así que de ahora en adelante culiaremos cuando yo te lo ordene, y te despedirás y me saludaras con un besito en la boca, jejeje, e incluso cuando lleguen tus papis, continuaba diciendo don Pricilo sus pervertidas ocurrencias, — y en los momentos que estemos solos los aprovecharemos para ponernos al día, ya sea en tu camita o en mi catre, jejeje, te quedo claro putita?, termino su perorata el despreciable sujeto quien a la ves que le sobaba tiernamente el suave culo que se gastaba la nena de sus amores.

Cielo Riveros totalmente confundida escucho todo lo que le había dicho don Pricilo, pensaba que si ella había tenido relaciones sexuales con el, lo había hecho solo porque él la estaba chantajeando. Como se le podía ocurrir que ella lo viera como su marido?, se preguntaba la espantada criatura al imaginarse a ella viviendo bajo un mismo techo y atendiéndolo como si este fuese su esposo.

Plaff!!, retumbo la sonora y fuerte nalgada que le asestaron a su redondo y hermoso culo, haciéndola volver a su realidad.

— Me escuchaste bien pendeja caliente!!, le grito el vejete a quien ya le estaba cambiando la expresión de su cara.

— Si! Si! don Pricilo!…Ud. es mi maridoooh!!…, le contesto la asustada muchachita.

— Bien, ahora quiero que te vayas a descansar, le dijo mirándola a sus azulados ojos, –Aun es temprano así que luego que estés repuesta, prepara la comida que hoy cenaremos juntos, y te quiero bien arregladita, ya que como te dije antes hoy nos acostaremos juntos en tu habitación, jejeje, y a parte de romperte el orto veremos la posibilidad para que quedes preñada, jajaja, — Ahora desaparece de mi vista puta!, que tengo que descansar, termino diciendo el supuesto marido a su mujer.

Nuevamente Cielo Riveros se veía cruzando el patio de su casa desnuda y con abundantes restos de semen seco de don Pricilo, esparcido por distintas partes de su curvilíneo cuerpo, sobre todo en donde mas lo sentía era alrededor de sus purpuraceos labios, no pudo evitar la tentación de sacar su lengua y retirar una buena cantidad de esta esencia y tragarla. Pero lo que mas le preocupaba por ahora a la nena era lo ultimo que le había dicho el horripilante vejestorio, seria tan vil y tendría realmente la intención de preñarla?, se preguntaba la contrariada jovencita.

Descanso en su habitación por un lapso de una hora aprox., y a pesar de la refrescante ducha que en estos momentos se estaba dando, Cielo Riveros no podía dejar de pensar en lo de tener un hijo con don Pricilo, ese viejo estaba loco!!, se decía, aun que también se recriminaba al recordar que una ves que el vejete le metía su verga ella solita se movía y se meneaba acrecentando las posibilidades para que esto sucediera, estaba totalmente confundida. Pero luego se calmaba intentando auto convencerse de que ella solo se movía y meneaba sobre la verga de don Pricilo, por que este la chantajeaba y no por querer tener un hijo con el, pero si a pesar de todo esto igual sucedía? Se volvía a preguntar y caía nuevamente en ese extraño estado de angustia que le producía al solo imaginarse a ella con su cuerpo inflado y al interior de este gestándose el hijo de ambos…Ohhh por Dios!!, se quejaba la rica criatura.

Una vez en su cuarto y un poco más tranquila Cielo Riveros pensaba en la cena que tendría con don Pricilo en un par de horas. También recordaba que el hombre le había ordenado que tendría que esperarlo bien arregladita, a que se refería con ello se preguntaba. Seco su cuerpo y cabello, no se vistió, se dio a ordenar la casa, recogió los retazos de su rosada ropa interior que estaban desperdigados por la sala de estar al igual que su ropa que en algún momento llevo puesta, luego se dirigió a su habitación en donde inconscientemente cambio toda la ropa de cama, quería que el vejete se llevara una buena impresión de ella y su intimidad, pero por que hacia todo esto?, se preguntaba en los momentos de lucidez, pero aun así seguía ordenando y cambiando cosas de aquí para allá, tendría que ser todo perfecto pensaba dejándose llevar por sus extrañas emociones.

Cielo Riveros continuaba realizando los que haceres completamente desnuda, se daba cuenta de lo bien que se sentía en andar por su casa sin nada de ropa, pensaba que nadie la vería, solo la podría ver don Pricilo si es que a este se le ocurría llegar y entrar sin aviso, pero que importaba se decía, si aquel hombre ya conocía casi todos los rincones de su delineada figura. No se daba cuenta que lentamente iba perdiendo el pudor de mostrar sus desnudeces ante la depravada mirada de ese viejo caliente que ya la había poseído en dos ocasiones anteriores y hasta había tenido que comerse su semen.

Poso su figura al frente del espejo de su habitación y se dio a contemplar su cuerpo por unos minutos, se miraba y se estudiaba, poniendo especial atención a esa exquisita curva con finos, sedosos y escasos pelitos negros que se formaba a la altura de su pelvis y que se perdía hacia el interior de sus piernas. La nena estaba apunto de llevar una de sus manos a su apetecible vagina, cuando sintió a lo lejos la apestosa voz del vejete, por lo que corrió a su ventana y se dispuso a mirar con quien hablaba este.

Lo vio parado en la puerta de su cabaña hablando por teléfono móvil, vio que don Pricilo reía y hablaba eufóricamente con alguien, este ya se había vestido, y fue cuando cayo en cuenta que ella seguía desnuda, por lo que se dirigió a su armario para ver que ropa se pondría, algo que le gustara al viejo pensaba.

Eligio un conjunto de ropa interior blanco, albo como la nieve, el calzoncito era de por si pequeño, no tanto como la tanguita azul culpable de sus desgracias, pero esta nueva y blanca prenda la hacia ver igual de apetecible para los ojos de quien se diera el gusto de admirarla. Se vistió con un vestido de color blanco, si bien este no era escandaloso, lo que se pusiera esta niña de 18 años recién cumplidos, la hacían ver deliciosa.

Cielo Riveros ya se encontraba cocinando, faltaba poco para la cena que tendría con don Pricilo, se sentía extraña al estar cocinando para un hombre y mas se extrañaba al notar de como se concentraba y esmeraba ella misma para que esta le quedara exquisita, para que quien la degustara se deleitara hasta la saciedad, y ese alguien era nada mas ni nada menos que don Pricilo, el viejo que esta misma noche se acostaría con ella en su propia cama y con la insana intención de preñarla, la nena ya ni se acordaba lo de su enculamiento, este había pasado a segundo plano.

En el comedor de la elegante casa ya estaba todo preparado, tal cual como había ordenado don Pricilo, la cena lista para servir, la mesa preparada con la vajilla apropiada para la situación, Cielo Riveros había puesto una botella del mejor vino, propiedad de la reserva especial de Eduardo, para las ocasiones en que recibía alguna visita importante ya que el no bebía.

La nena estaba nerviosa, había perfumado su cuerpo, aliso su largo cabello peinándolo aun lado de su hermoso rostro, los minutos pasaban y don Pricilo no se presentaba, ya habían transcurrido mas de tres horas desde que se habían separado, tiempo suficiente para que el descansara se decía la confundida jovenzuela que no entendía por que el viejo se demoraba tanto, ella tenia mucho apetito, ya que ese día no había almorzado, salvo su buena ración de semen recargado en proteínas, como le habían dicho.

Cielo Riveros consulto la hora, eran casi las 10 de la noche, cuando sintió unos bocinazos afuera de su casa, miro por la ventana y vio un furgón destartalado, no podía ver a las gentes que lo abordaban, pero supuso que este estaba lleno de hombres y mujeres por que oía perfectamente las risotadas que estos emitían. En eso apareció don Pricilo por la puerta de la terraza, en su mano traía la bolsa con el pequeño traje de baño azul de Cielo Riveros, y le dijo:

–Porque lo tiraste putilla?, le pregunto, –Si te quedaba muy bien, y quiero que te lo vuelvas a poner en otra ocasión, jejeje, así que guardalo y yo te diré cuando lo usaras, jejeje, a la vez que saco una cajetilla de cigarros y encendió uno. Se sentó en uno de los sillones.

Cielo Riveros se daba cuenta que don Pricilo estaba un poco nervioso y que le quería decir algo, el viejo fumaba y jugaba con el paquete de cigarrillos, lo vio como iba vestido, aunque su ropa era totalmente ordinaria y de mal gusto pudo notar que el vejete iba saliendo, se fijo en como le resaltaban unos brillosos zapatos de charol color blanco, era esta su tenida de salida?, se preguntaba la niña.

–Mira putilla, jejeje, le dijo don Pricilo poniéndose de pie,–Tendrás que cenar solita por que me acaban de llamar unos amigos y nos vamos a un funeral, jejeje, pero no te preocupes por mi reinita, le decía, –mira que me llevan y me traen, jejjeje, así que acuéstate sin nada de ropita, ya que apenas llegue me acuesto contigo y te culeo todo lo que quieras, jejeje, reía el miserable, –Así que tranquilita mi putita, y asestándole un chorreante y baboso beso con harta lengua se despidió y cerro la puerta de la casa por fuera.

Cielo Riveros se lanzo como flecha hacia la ventana para poder ver quienes eran los amigos de don Pricilo que tan voluntariosamente se ofrecían para llevarlo al funeral del amigo muerto. Vio que cuando se abrió la puerta central del furgón, se bajo una señora gorda que iba bien pintarrajeada y con minifalda. Cielo Riveros se daba cuenta que el atuendo de esta vieja chica, gorda y fea, no era para nada apropiado para concurrir a un funeral, también se pudo fijar que una ves que don Pricilo se subió al vehículo y se ubico en el asiento, lo secundo la vieja de la minifalda y se sentó en las piernas del vejete, ya que este iba lleno de otras personas. Sus hermosos ojos azules vieron como el vejete posaba sus manos en el gordo y amorfo culo de aquella mujerzuela, y fue cuando la puerta del furgón se cerró y se puso en marcha perdiéndose en la oscuridad de la noche.

Ahí quedo Cielo Riveros con todo listo para la romántica cena que don Pricilo la había “obligado” a preparar para ambos, pensaba el por que se había tenido que ir, si se suponía que cenarían y luego se acostarían juntos para culiar como condenados por toda la noche y para que la dejaran preñada…Pero por Dios!! En que estoy pensando se dijo la escandalizada Cielo Riveros por las ideas que acababan de pasar por su cabeza. Al mismo tiempo asumía que el viejo la había dejado plantada, por su mente pasaba la imagen de aquella mujer con pinta de prostituta y como esta se sentaba en el regazo de su homb…, de don Pricilo( corrigió su mente). Sintió que su corazón se apretaba, un fuerte nudo se formo en su estomago, le temblaban sus bellas y bien formadas piernas, sus inocentes ojos azules se llenaron de lagrimas, corrió a su habitación y cerro de golpe la puerta de esta. Quien hubiese estado afuera escuchando habría escuchado perfectamente loa quejumbrosos: Sniff, Sniff, Sniff, Sniff. (¿La niña estaba… celosa?)

Lloraba por dos razones, se decía de como pudo haber sido tan estúpida para caer en las garras de ese viejo caliente y que mas encima era un autentico degenerado. Cielo Riveros se sabia inteligente, siempre se destaco en todo lo académico, en la enseñanza media siempre obtuvo las mejores calificaciones, de todas sus compañeras de estudio era una de las pocas que mostraba un real interés por llegar a ser una exitosa profesional, se maldecía por haber sido tan ingenua, y la otra razón por la cual lloraba prefería ni siquiera pensar en ello.

Una ves mas tranquila salió de su habitación, meditaba que si en algún momento pensó en llegar y acostarse con don Pricilo solo por darle en el gusto a que el la preñara, ahora seria distinto, si el viejo pretendía seguir violándola, tendría que tomarla por la fuerza.

Cielo Riveros busco en internet toda la información que pudo sobre posibles embarazos, ella estaba consiente de que el viejo había eyaculado en el interior de su cuerpo solo hace un día atrás, por lo tanto habían posibilidades de quedar embarazada , pero también había información de que las probabilidades eran bajas salvo que las parejas que mantenían relaciones sexuales siguieran haciéndolo sin ningún método anticonceptivo, por lo que determino que apenas pudiera compraría pastillas anticonceptivas para evitar lo que el vejete quería conseguir con ella y su cuerpo, y que se olvide de que ella lo andaría atendiendo como si el fuese su marido, que se cree, pensaba la enardecida jovencita, quien a su ves se dio a tirar a la basura toda la cena que había preparado para el, si quiere comer algo que la vieja gorda le prepare, y se volvía a maldecir por haber sido la reina de las estúpidas.

Termino de lavar y ordenar todo, lo único que le quedaba por hacer era irse a dormir, pero las imágenes de don Pricilo sentado en el funeral junto a la gorda no la dejaban en paz, poco a poco se hiso la idea de que ellos no habían ido a ningún funeral ni nada por el estilo, –este se fue de parranda!!, se dijo la tierna adolescente y sintió que su ira interior mas se incrementaba con el solo hecho de imaginar a su don Pricilo bailando con esa asquerosa mujer.

Decidió que lo iba esperar para ver a que hora llegaba y en que condiciones se presentaría ese mequetrefe. La nena no era consiente de la forma en que estaba pensando y actuando, se sentía ansiosa y decidió beber una copa de vino, fue a buscar la botella la abrió y se sirvió, en la mesa de centro encontró los cigarros del vejete que los había dejado olvidados, no lo pensó para encender uno y ponerse a fumar como condenada, ya sus limpios pulmones resistían las sucias sustancias nicotínicas, y pudo sentir lo agradable que era el placer del cigarrillo.

Las horas pasaban y cada vez que Cielo Riveros sentía el motor de un vehículo, con cigarrillo en mano se asomaba sigilosamente por la ventana, para ver si era don Pricilo quien venia llegando, pero nada el hombre no aparecía y mientras mas pasaba el tiempo, la niña mas fumaba y bebía totalmente enojada con el. Ahora ya no eran imágenes de don Pricilo sentado o bailando junto a la vieja horripilante, ahora se imaginaba que ambos quizás que tipo de asquerosidades podrían estar haciendo.

Cielo Riveros se despertó cerca de las 11 de la mañana, se vio tirada en el cómodo sofá de la sala de estar de su casa. En la mesita de centro, la misma en la que el día anterior la habían tenido desnuda y puesta en cuatro patas, aun estaba la botella de vino pero ahora estaba vaciá, con una copa a medias y al lado un platillo lleno de colillas de los cigarros que ella se había fumado en la larga y tortuosa espera de don Pricilo. A pesar de esto, la nena apenas sentía un ligero dolor de cabeza, se estiro perezosa y se dispuso a ordenar su desorden y a ventilar la casa, sus padres no debían encontrar ni los más mínimos vestigios de los nuevos gustos que ahora ella estaba aprendiendo a disfrutar.

Pensaba en don Pricilo, a que hora abra llegado? Este viejo vivo, quizás había entrado en silencio para que ella no se despertara y no le pudieran decir nada. La nena no pensaba que tal ves a don Pricilo le importaba una berenjena lo que pudiese pensar ella con respecto a sus salida, y que era lo mas seguro.

Se ordeno el cabello y estiro su vestido y camino lentamente hacia su habitación para ver si el vejete se había acostado en su cama, tal como lo había dicho el día anterior. Abrió lentamente la puerta y pudo ver que su cama estaba perfectamente ordenada. Cielo Riveros ya no estaba enojada como lo había estado antes de caer rendida por el sueño y por los efectos del alcohol que había bebido, pero sentía curiosidad, a lo mejor don Pricilo paso directamente hacia la cabañita de madera, se decía.

Entro a su habitación y se quito toda su ropita, ya no le preocupaba si el viejo entraba o no entraba, le daba lo mismo, de lo que si estaba segura era de que ahora no lo iba a secundar en sus ocurrencias, si la quería usar, que la usara pero solo su cuerpo, ella ya no pensaba en entregarse a esas exquisitas y ricas sensaciones que el vejete la había enseñado a sentir, pensando en esto se fue a duchar, ahora la nena se sentía mas tranquila y segura de si misma.

Se vistió con un buzo deportivo y zapatillas, se acordó del examen del día miércoles, recién era lunes, tenía casi dos días para estudiar los contenidos. Así que una ves que se sirvió su almuerzo el cual ahora si pudo paladear y devorar, se dio a estudiar, aun que sabia que don Pricilo en cualquier momento aparecería para ordenarle quitarse la ropa para el poder meterle su verga. Ella lo haría pero solo para que el no hiciera públicos los videos y grabaciones que le había hecho a su cuerpo.

Cielo Riveros estaba concentrada en sus estudios y la tarde pasó sin novedad, ya casi estaba anocheciendo, había hasta hablado con su padre quien la había llamado para saber como estaba. Decidió salir al patio trasero de su casa para tomarse un pequeño descanso, pero ahora llevo un cigarrillo para disfrutar un poquito se dijo, lo encendió y lo consumió, ahora en realidad ya le estaba encontrando el gustillo a lo nicotínico. Muy disimuladamente se fue acercando a la puerta de la cabaña, la ausencia de don Pricilo la inquietaba, ya le daba lo mismo lo que don Pricilo pudiese haber hecho la noche anterior, pero ella quería saber si realmente habría llegado o no.

Cuando estuvo junto a la puerta la empujo solo un poco con la intención de mirar hacia su interior y una ves que pudo hacerlo se dio cuenta que el catre estaba vacío con todas las sabanas y frazadas asquerosamente sucias y desordenadas. Cielo Riveros no podía dejar de mirar el caliente camastro en donde la habían convertido en mujer, y con el solo hecho de pensar en esto un rico cosquilleo le recorrió por varios segundos toda la extensión de su pequeño tajito sintiendo además una rica serie de aceleradas pulsaciones al interior de su zorrita, por lo que tubo que cruzar una pierna sobre la otra, antes de que se le empezara a afiebrar su panocha, pensó la rica adolescente.

La niña recorrió las tres habitaciones de la cabaña, ni luces de don Pricilo, descubrió la puerta falsa que había confeccionado el vejete para poder salir a escondidas, situación que extrañamente le causo un poco de gracia por la astucia de aquel viejo caliente y aprovechador y que ahora se encontraba desaparecido en acción. Intento buscar las copias delos Cd, pero no encontró nada, en realidad se estaba empezando a preocupar. Ese día lunes ya casi terminaba y el viejo no llegaba. Y si le había sucedido algo!!, se alarmo la jovencita. Ay pobrecito de don Pricilo se decía, quizás tuvo un accidente. Claro!!, eso podía haberle sucedido: el venia llegando con toda la intención de acostarse con ella y preñarla y justo lo atropellaron y el mismo conductor lo llevo a un hospital y ahora estaba gravemente herido y solo, sin que nadie vaya a saber de él, pobrecito!, pobrecito!! Se repetía la preocupada Cielo Riveros, –Y yo pensando mal de él, que es tan buenito!.

Para luego pensar que a lo mejor esas gentes del furgón escandaloso lo odiaban y que todo lo del funeral fue un pretexto para llevárselo y matarlo, y quizás en que río estaría botado y muerto como un pajarito el pobrecito… Y tan bonito que se veía con sus zapatitos blancos, Sniff, Sniff, Sniff, comenzaba a llorar nuevamente la bella joven.

Cielo Riveros llamo por teléfono a todos los hospitales de la capital, llamo también a la morgue, a las comisarias, cuerpos de Policía etc. Y nadie sabia de un hombre gordo y corpulento, de casi 60 años de edad, con una serie de verrugas en su cara y con problemas en su dentadura, esa fue la descripción que había entregado la nena a los distintos agentes que solicitaron las características físicas del desaparecido. Aunque preocupada y apenada por la suerte del vejete, se sintió cansada por lo que decidió que se iría a dormir, para mañana continuar con la búsqueda de don Pricilo y si podía estudiaría en el transcurso de la tarde.

Cielo Riveros se encontraba vestida solo con su pequeña ropa intima y cuando se proponía a ponerse uno de sus gruesos y largos camisones de dormir recordó muy apenada lo ultimo que le dijo don Pricilo antes de su desaparición: “ acuéstate sin nada de ropita, ya que apenas llegue me acuesto contigo y te culeo todo lo que quieras, jejeje”, a raíz de estos recuerdos guardo su santurrón camisón y se quito su pequeña ropa interior para acostarse totalmente desnuda, tal como se lo había ordenado aquel viejito desaparecido hace casi ya dos días, intentando con esto una especie de cavala, por si en una de esas este llegaba y se pegaban la gran culiada de bienvenida, que la niña ya pensaba que ambos se merecían.

Se acostó en un estado de preocupación y calentura, le costaba conciliar el sueño, se sentía confundida, por una parte deseaba que el vejete no llegara nunca mas y que desapareciera de su vida, pero por otra también le hubiera gustado que ese día domingo, don Pricilo se hubiese quedado a cenar con ella, para luego acostarse juntos y que pase lo que pase, –pero si esto hubiese sucedido, en estos momentos tal ves ella estaría preñada y con todo el orto destrozado, pensaba, pero por muy contradictorias que fuesen sus cavilaciones, no dejaba de sentirse caliente y deseosa de probar una buena verga, y en el fondo de su ser reconocía que la tranca que ella tanto necesitaba era la de don Pricilo, una verga por ahora desaparecida.

Cielo Riveros continuaba en su estado de excitación, recordaba con nostalgia las dos ricas folladas que se había mandado con el viejo, sentía las tremendas ganas de masturbarse y poco a poco fue abriendo sus hermosas piernas de ensueño, las abrió lo que mas pudo, esto ya le encantaba a ella. Llevo sus dedos al nacimiento de su exquisito y perfumado monte de venus, y se dio a masturbar por unos buenos minutos, y a pesar de lo rico que sentía, se daba cuenta que no le bajaban esas tremendas ganas de menear su cintura, como lo había hecho al comienzo de esta gran travesía en la cual se encontraba. Intento con sobarse las tetas en forma alternada, pero aun así no se transportaba a ese estado exquisito que ya había experimentado en anteriores situaciones.

Ella lo sabia, necesitaba algo mas grande, mas duro y mas firme para que la penetrara, sus dedos por mas que se esforzaban en hacerla sentir, no lo lograban, por lo que tubo que entender que después de haber probado esa gruesa y dura verga de don Pricilo, difícilmente podría lograr algo con sus finos y delicados dedos. Cansada de masturbarse y sin lograr su objetivo se durmió con su rostro marcado por el semblante de sentirse hembra frustrada e insatisfecha.

Llego el día martes el cual transcurrió igual que el día anterior. Cielo Riveros realizo algunas llamadas para ver si se enteraba de algo, vio y escucho todos los noticieros, para saber si salía alguna noticia de algún hombre muerto, pero nada, parecía que al vejete se lo había tragado la tierra. Pensó que a lo mejor don Pricilo se aburrió de ella y sus alaraqueos y prefirió irse con la vieja gorda del furgón. Anocheció y dejo todo preparado para el tan esperado día miércoles, una de las exigencias que hacia la tan honorable facultad era que debía ir a rendir su examen con ropa formal,una ves terminados estos preparativos se fue a la cocina a prepararse algo rápido para cenar, solo andaba vestida con un ligero vestido tipo solera muy cómodo para ella.

Abrió el refrigerador para ver que es lo que se podría preparar y fue cuando su azulada mirada se cruzo con tres gruesos, fuertesy verdosos pepinos, Cielo Riveros sintió que se le derretían las piernas al notar el extraordinario parecido que estos tenían con su verga desaparecida. Sin pensarlo llevo su blanca manita a uno de ellos, pero antes miro en todas direcciones, como si hubiese alguien que pudiera observar la pequeña travesura que ya se estaba apoderando de su mente. Muy segura de saberse no observada, los tanteo uno por uno. Por cada manoseada que les pegaba a cada uno de estos magníficos frutos vergales su panocha le otorgaba una serie de tres a cuatro exquisitas punzadas al interior de esta.

Se concentro en el mas grande y grueso, cerro sus ojos y se lo imagino como si este fuese una verga, llevo instintivamente su otra manita al sector de su vagina y comenzó a sobarse por encima de sus ropas, era tan rico lo que estaba empezando a sentir que se decidió a ir un poco mas allá y se las arreglo para subir su vestido y deslizar su mano por entre medio de sus pequeñas pantaletas color blanca haciendo contacto con la suavidad de su piel hasta llegar a sus sedosos pelitos íntimos, momento en el cual los corrientazos de placer llegaron en forma casi automática, sintió que su cuerpo quería guerra.

Abrió sus ojos y se dio a contemplar ese magnánimo y nudoso pepino que ya la tenia en extremo estado de excitación, pensó que lo quería para ella sola, por lo que no se dio cuenta cuando ya iba rápidamente caminando y con pepino en mano en dirección hacia su cama. Cuando ya estuvo en su habitación se quito el vestido con verdadera desesperación, al igual que el resto de sus prendas intimas y una ves que estuvo totalmente encuerada se arrojó de espaldas en su cama para abrirse de patas lo que mas pudo, la idea ya la tenia formada en su cabeza, la nerviosa sensación que se había apoderado de su persona era como si ella se estuviera aprontando para tener relaciones sexuales con un hombre desconocido.

Primero se dio a tocarlo y palparlo, reconocía las dimensiones y longitud, calculaba que el fruto por lo menos debería medir unos 30 centímetros y que su grosor era muy parecido al de la única verga que hasta estos momentos había probado en su vida. Le temblaba todo su curvilíneo cuerpo por la ansiedad que le causaba el pensar en probar lo más rápido posible ese tieso y duro fruto de la naturaleza al que ella estaba dispuesta a entregarse. Si! estaba dispuesta a tragarse por su panocha ese grueso y largo pepino lo que mas le permitiera su cuerpo, lo necesitaba se decía para sí misma, la nuevamente caliente muchachita.

Lo ubico en la entrada de su vagina y fue presionando hacia su interior, el pepino entraba lento pero con la seguridad de Cielo Riveros de que este la recorrería por completo en su intimidad vaginal. Las placenteras sensaciones no tardaron en atacar el ardiente temperamento de la niña. Su verga natural todavía no entraba hasta le mitad cuando ya se encontraba meneando su cintura con calientes movimientos de caderas, como si alguien se la estuviera culiando en forma real.

La nena se daba cuenta que este no le alcanzaba a entrar ni siquiera hasta la mitad de su longitud, pero ella quería mas, las sensaciones que ese simpático pepino le estaba otorgando a su cuerpo eran indescriptiblemente placenteras y ella notaba que estas iban en aumento, por lo que se dio a sentir y gozar metiendo y sacando rápidamente de su cuerpo aquel bendito fruto de forma avergada que la naturaleza le había concedido para uso exclusivo de su propio placer. Cielo Riveros se sacudía y contorsionaba en rápidos movimientos coitales, era asombroso ver como se meneaba con sus bellas piernas abiertas y con un enorme pepino incrustado hasta la mitad en su pequeña rendija íntima, lo único importante para ella en estos calientes momentos era disfrutar al máximo de todo el placer que su cuerpo leestaba otorgando.

Debido al extremo estado de calentura en el cual se encontraba la nena, por su mente muy lejanamente paso su propia imagen de ella estando en cuatro patas, tal cual como la habían tenido en la sala de estar de su casa, solo hace tres días atrás, imágenes que la llevaron rápidamente a cambiar de posición, por lo que giro su cuerpo en forma desesperada para quedar en la caliente postura que su acalorado temperamento le había ordenado adoptar.

Estando ya en cuatro patas con el culo bien levantado y con su cara entre medio de sus almohadas, cruzo una de sus manos por debajo de su plano vientre y continuo con su intima ceremonia masturbatoria,metiéndose el pepino ahora hasta mas de la mitad al interior de su bien formado cuerpo. Cielo Riveros gozaba como endemoniada, pero por cada minuto que pasaba las curvas de su cuerpo le exigían aun mas, sabia que estaba disfrutando como una enajenada mental, pero se daba cuenta que faltaba algo y ella sabia muy bien lo que era, mantuvo su mano con la cual movía su verga frutal, tenia sus magnificas tetas aplastadas contra la cama producto de su propio peso y por la animal posición a la que ella solita había decidido en ponerse, llevo su otra mano hacia atrás para comenzar a sobarse una nalga, tomando un poco de aire y muy concentrada en la suave fricción del pepino sobre sus pliegues vaginales, levanto su mano sobadora y la dejo caer, dándose ella misma una sonora nalgada, que a pesar de no ser tan fuerte y ruda como las que ya le habían asestado en otras ocasiones, aun así pudo aumentar el placer que su cuerpo le demandaba.

–Ohhh!! Por Dios!!, pero que ricooo!!, exclamaba la perturbada criatura en la soledad de su habitación y perdida en las rojas nebulosas de la lujuria.

Cielo Riveros se nalgueaba y se masturbaba.

Plash! Plash! Plash! Plash!, retumbaban los sonoros golpes que la niña le asestaba a su propio cuerpo. En un momento la enajenada mujer se metió el pepino lo que mas pudo al interior de su panocha, y tal cual como si ella fuese una perra, bajo de su cama avanzando siempre en cuatro patas y con su natural consolador ensartado en su zorra, su destino era llagar al espejo de cuerpo entero que se encontraba en uno de los muro de la habitación, su deseo ahora era ver y contemplar los momentos en que ella misma se pensaba culear al pepino, quería deleitarse con la visión de ver con sus propios ojos la irrupción de este, y de como le flagelaba y violaba su estrecha entrada intima.

Cielo Riveros se puso de pie con la mirada fija en su pequeño triangulo de escasos bellitos negros y sedosos, llevo su verga verdosa hasta la entrada de su delicada hendidura haciendo un leve contacto con los pliegues de esta, separo sus blancos y potentes muslos flexionándolos al mismo tiempo que comenzaba a metérsela, la niña no perdía detalle de como ese grueso instrumento se iba perdiendo en el interior de sus tiernas carnes, le temblaban sus hermosas piernas semiflexionadas y amenazaban con acalambrarse en cualquier momento, por lo que nuestra dulce jovencita tubo que buscar una forma mas cómoda para continuar con su exquisita sesión masturbatoria.

Ya estaba cansada su cuerpo sudaba, pero ella lo estaba disfrutando a mil, además aun le faltaba llegar al orgasmo, esa exquisita sensación en la cual ella sentía que su cuerpo explotaba y se desintegraba, o algo así se decía para si misma, por lo que su desequilibrado carácter la llevo a ponerse en cuclillas y abierta de patas, puso el tieso fruto en el piso y apuntando hacia el techo, se aferro a la base de este con sus dos blancas manitas, ubico su cuerpo y la entrada de su zorra sobre la punta de este y siempre mirando su propia imagen reflejada en el espejo, se lo ensarto de un solo golpe de caderas, sintió toda su tiesa extensión al interior de ella, se dio cuenta que lo único que quedaba a la vista era la parte de que ella lo tenia tomado y que era mínima, esto fue su perdición, la nena comenzó a cabalgar el pepino como si este fuese una verdadera verga de macho…

–Ahhhh!! Siiiiiiiiiiii!! Ahhhhhhhh!! Que ricooooo!!

–Ahhh!! Ahhh!! Ahhh!!

–Ricoooooo!! Ricooooooo!!, eran los desesperados gritos de calentura que salían de los purpuraceos labios de Cielo Riveros.

La cabalgada y la serie de jadeos iban en aumento, la niña se concentraba solamente en el placentero goce sexual que estaba sintiendo aunque este fuese solo con un pobre e inocente pepino, su cuerpo brillaba por la transpiración, las facciones de su angelical carita estaban contraídas dándole el aspecto como si ella fuese una de la mas experimentadas putas de la ciudad.

Sus caderas se meneaban rítmicamente sobre el garrote que ella misma se clavaba, lo galopaba en forma exquisitamente deliciosa combinando con movimientos de exprimicion, tal como si este fuese una verga humana lista para derramarse en el interior de su cuerpo, y la verdad de todo era que ella deseaba que ese grueso pepino en estos momentos se transformara en una verga real, pero de quien!!, se preguntaba la caliente muchachita que aunque pensara en esto continuaba moviendo el culo rápidamente tragándose casi por completo el rico consolador que inocentemente se había encontrado.

Cielo Riveros no quería reconocerlo, ella sabia muy bien que deseaba y rogaba al altísimo que esta verga artificial se transformara en la de don Pricilo, y no aguantando mas se dejo llevar por sus acaloradas emociones.

–Ahhhh, don Priciloooh, siiiiii!! Métamela bien adentroooo!!

–Ahhhh!! Masssss!! Massss adentrooooo!! Massss Adentrooooo!!

La nena estaba como poseída, ahora si reconocía que lo que realmente necesitaba era la verga de ese viejo aborrecible que la había tomado como su mujer bajo amenazas y chantajes, y lo más raro de todo era que el solo hecho de ser chantajeada más la calentaba!!. Esta niña estaba al borde de la locura…

–Siiii!! Don Pricilooooh!! Sigameee culiandoooo!! Ahhhh!! Ricooo!!

–Y porrrr favooorrrr nooo meee acuseeee!! Ahhhhh!!, bufaba Cielo Riveros quien había aumentado la velocidad en que subía y bajaba sus caderas, deslizando su jugosa panocha por aquel casi varonil mástil que tan rico se estaba ensartando.

–Yoooo culiareeee connn ustedddd paraaa siempreeeee!!! Peroooo porrrr favorrrr noooo meee acuseeeee!!!, seguía gritando la desaforada e insana mujer que en estos momentos estaba perdida en un mar de ideas lascivamente fantasmales, producto de la agresiva calentura que le producía el saberse tomada y violada por tan despreciable y asqueroso hombre.

Cielo Riveros mantenía sus acelerados movimientos de sube y baja, haciendo que sus caderas y panocha se tragaran casi en su totalidad ese grandioso palo artificial que tan gratificantemente la estaba haciendo sentir.

–Asiii!! Asiiii!! Pricilooohh!!, toma mi cuerpooo!! Tomaaaa miii Cuerpooo!!! Que ess solooo paraaa ustedddd!!!

–Ricoooohhh!! Tomameee mi vidaaaaa!! Ohhh!! Tomameeee y culeameeee miii amoooorrrr!! Siiii!!!

–Siiiiiii!! Soy suyaaaaaa ,soloooo paraaaa tiiii Mi amooooooorrrrrrrrr!!! Ahhhhhhhhhh!!, gritaba Cielo Riveros estas extrañas aclaraciones que le nacían desde lo mas profundo de su ser, a la vez que su cuerpo se congraciaba con un placentero y esplendido orgasmo.

Se dejo caer al piso con el pepino ensartado casi en su totalidad en el interior de su zorra, su cuerpo continuaba siendo atacado por oleadas de gozadoras convulsiones que la hacían retorcer y contorsionar la totalidad de los músculos de su curvilíneo cuerpo, intentaba juntar sus apetecibles muslos pero le costaba, sus articulaciones y extremidades estaban siendo dominadas por las extrañas fuerzas del placer, pero una ves que pudo juntar sus hermosas piernas deseaba con plena convicción que ese duro palo que tenia ensartado en su interior no se le saliera para nunca jamás.

Por las continuadas series de violentos y placenteros espasmos que estaba siendo atacado el delineado cuerpo de la joven, daban la impresión de que ella fuera un pez recién sacado del agua.

Lentamente se fue tranquilizando hasta que todo termino, Cielo Riveros quedo toda despaturrada y tirada en el piso de su habitación, su cuerpo se encontraba muy adolorido por todos los azotes que se dio contra el duro suelo en el momento en que ella vivió el momento de la gloria. No sentía ganas de moverse, estaba agotada pensaba en lo que había hecho, se acababa de entregar a un pepino, había sido su mujer!!, pero lo disfruto!! Se dijo a si misma, como pudo se fue arrastrando hacia su cama, pero sus fuerzas no la acompañaron poco a poco fue deteniendo sus movimientos, hasta que se entrego a los brazos de Morfeo, desnuda, en el piso de su habitación, y con el fruto aun ensartado en su panocha –Priciloooh, fue lo ultimo que dejaron salir sus labios antes de caer en un profundo sueño.

Cielo Riveros se despertó cerca de las 02.00 de la madrugada, su cuerpo sentía frio, y cayo en cuenta que todavía estaba tirada en el piso, sintió también una fuerte molestia en su bajo vientre, llevo una de sus manos hasta esa zona y se percato que aun estaba ensartada por el natural consolador, pero en ves de espantarse o recriminarse como seguramente lo hubiera hecho solo hace una semana atrás, solo se sonrió, lo tomo por su grosor y lo retiro de su todavía encharcada vagina para lanzarlo en cualquier dirección de su habitación.

Al sentirse desnuda y maltratada se subió a su camita y se tapo con sus rosadas cobijas de “frutillita”, ahora si se sentía plena y feliz, pensaba en lo que había hecho y no sentía remordimientos de ningún tipo, pero se preguntaba el por qué había expresado lo ultimo, eso de tratar de” mi amor” a don Pricilo. Esta situación la confundía, eso lo dicen solo las personas que estaban enamoradas, buscaba una explicación lógica para ello, a lo mejor ella lo estaba empezando a am…

Cielo Riveros se sintió aterrada con estas ultimas reflexiones y prefirió no seguir pensando en ello, recordó que el viejo estaba perdido quizás donde, y las dos veces que en que se acostaron, ella lo había hecho solo por haber sido chantajeada, además don Pricilo era asquerosamente feo y por ultimo ella se prometió no entregarse mas a él y a sus calientes caprichos,–pero se la habían culiado tan ricooo…–Pero por Dios!!, por que pienso en eso y en él?, se preguntaba, además todo indicaba que el vejete se había largado y que por fin la dejaría tranquila. En esto estaba nuestra dulce Cielo Riveros cuando sintió ruidos extraños en la parte delantera de la casa. En un principio se asusto, pero al sentir un conjunto de risotadas, se dio cuenta que no había nada que temer, el perdido acababa de aparecer.

Se levanto y envolvió sus curvas en una bata de descanso, corrió a pie descalzo a los ventanales que daban al antejardín y protegida por la oscuridad pudo ver perfectamente como dos hombres que estaban acompañados por la gorda cochina, intentaban bajar un gran bulto desde el destartalado furgón.

Cielo Riveros agudizo el sentido de la visión hasta que pudo ver claramente que el gran bulto que intentaban bajar era el cuerpo de don Pricilo quien venia en total estado de borrachera, y en el momento en que lo pudieron bajar del vehículo este se desplomo como un saco de papas, para quedar tirado en el suelo dando la impresión que estaba muerto y sin vida, la niña se volvió a preocupar.

Ahora escuchaba claramente lo que hablaban esos dos tipejos y la gorda.

–Este Pricilo toma vino como si el mundo se fuera a acabar,–Jajajajjajjaa, eran las risotadas de los acompañantes de don Prici, mientras lo miraban como este estaba tirado en el piso.

–Y hasta medio mentiroso se esta poniendo ahora que esta mas viejo, dijo uno de ellos, –Eso que conto que se estaba follando a una pendeja de 18 años, hija de su jefe. — Cielo Riveros escuchaba atenta, —Jjajajajja, solo en sus sueños se la podría follar este viejo macuquero!, opinaba el otro, –Jajajjajaj, continuaban las risotadas.

–Si muchachos, dijo la vieja gorda, chica y fea, –pero recuerden que el pidió que lo dejásemos por la puerta principal y no por la de atrás, además hay algo que no me cuadra, dijo la mujerzuela.

–Pero cuenta Chabela, que fue lo que nos perdimos, pregunto uno de ellos.

Chabela que así se llamaba la viejuja, continuo con sus apreciaciones.

–Lo que no me cuadra es que este viejo califa, en otras ocasiones no perdía la oportunidad para follarme a mi, o a la Maryori, o a cualquiera de las otras muchachas, pero ahora andaba esquivo y solamente hablaba lo de su nueva y joven mujer y de lo perra y buena que era a la hora de culiar.

Cielo Riveros se debatía en contrariados sentimientos por lo que sus oídos escuchaban, por una parte sintió alegría, ya que al parecer el vejestorio no había mantenido relaciones sexuales con la Chabela (ahora ya sabia como se llamaba la vieja gorda), pero también sintió rabia cuando se dio cuenta que la perra buena para culiar… era ella!!

–Además, continuo hablando la Chabela, –el Prici me conto que ella estaba tan enamorada de él que hasta ya habían convenido en tener tres hijos…

La nena no lo podía creer, la ira se iba apoderando de su persona a la misma medida que ella escuchaba los pormenores que había andado hablando por ahí este viejo mentiroso, indiscreto y mal educado.

–Pero la Maryori, conto que paso la noche con el, que sabes tu de eso, le consulto a la gorda uno de los hombres.

–Si es verdad, confirma la Chabela, –Yo los vi, además escuche todos las asquerosidades que estuvieron haciendo, si en ves de follarla parecía que la estaban matando a la pobrecita… –Jajjajajajaja, seguían riendo a coro este extraño trio de personajes. –Y el muy cínico, después andaba haciéndose el sentido y hablando que le había sido infiel a su perrita, termino diciendo la gorda mujer…

Cielo Riveros estaba al borde del llanto por lo que acababa de escuchar, don Pricilo le había sido infiel!!… –No, no ,no, esto no es así corrigió Cielo Riveros al instante después de haber pensado en lo anterior, ella había sido violada!, violada!, se lo repetía, lo que hiciera don Pricilo con otras mujeres o con quien se acostara era asunto solo de él, a ella no debía importarle. Ella solo se había entregado a él, porque la estaban chantajeando!, se volvía a repetir para si misma la dolida jovencita.

–Y ahora que hacemos con el?, pregunto uno de los hombres.

–Busquemos la llave de la reja que la debe tener el, y llevémoslo a su rancha, no podemos dejarle aquí tirado, y así aprovechamos de echar una miradita a la casa, para ver si nos podemos llevar algo para vender y nos pegamos otra fiestecita, dijo la Chabela.

–O si tenemos suerte nos encontramos a la hembrita del Prici , y si esta tan buena como dijo él, nos la llevamos por unos días, jajaja, le pegamos una probadita y la hacemos saber lo que es bueno a la putita, termino diciendo uno de los tipejos.

Cielo Riveros ya no quiso seguir escuchando las atrocidades que hablaban los amigos de don Pricilo, y asustándose por las desequilibradas ideas que ellos estaban urdiendo, corrió hasta donde estaba el interruptor automático de las luces del sistema de emergencia que contaba la casa, y lo acciono, quedando todo el frontis del jardín y de la calle iluminados por potentes focos alógenos de alto alcance.

–Pero que mierdaaa!!, grito la Chabela, quien quedo encandilada, al igual que sus dos compañeros de juerga.

–Nos pillaron!!, grito uno de ellos…

–Viene la policía!!, grito el otro…

–Arranquemos chiquillos!!, volvió a gritar la gorda mujerzuela, por lo cual como si estos hubiesen visto al mismísimo demonio en persona, abordaron el destartalado furgón para desaparecer en las oscuridades de la noche.

Cielo Riveros al comprobar que los tres malvividos habían desaparecido, dejo pasar unos minutos y apago las luces de emergencia que la habían salvado de quizás que cosa. No sabia si salir y ella misma entrar a don Pricilo o dejarlo ahí tirado para que aprendiera a ser mas cuidadoso a la hora de elegir a sus amistades, pensaba la rica muchachita. Vio la hora, ya eran casi las tres de la madrugada, no podía dejarlo tirado en la calle, si bien el viejo era aprovechador y chantajista, tampoco era un animal. La nena estuvo a punto de ir a vestirse para salir a buscarlo, cuando vio que este se movía pesadamente, Cielo Riveros lo miraba atenta para ver si este lograba ponerse de pie.

Don Pricilo al recuperar el conocimiento no sabia donde estaba, le costaron varios minutos para dimensionar que estaba tirado en la calle y al frente de la casa de los Zabala, no tenia idea de como había llegado hasta allí, lo ultimo que recordaba era que estaba tomando ponche y bailando reggaetón con la Maryori, y fue cuando todo se le apago.

Como pudo saco las llaves de la casa y a hasta que logro abrir y entrar, le dolía la cabeza como si le hubieran puesto unos tres fierrazos en la nuca, claro si estuvo bebiendo casi por tres días. Tubo la intención de dirigirse a ver como estaba esa putita a la cual tanto había extrañado, sentía las tremendas ganas de golpearla por un rato para después meterla su vega, pero la resaca lo tenia superado, una ves que dejo la reja bien cerrada con llave se fue rodeando la casa con destino único hacia la cabañita de madera que estaba justo al fondo del patio…

Cielo Riveros observaba atenta todos los movimientos del vejete, la tranquilidad y alivio que sintió al darse cuenta que don Pricilo estaba vivo fue aplacando la rabia que había sentido al enterarse que este se había estado revolcando con una tal Maryori, que se la imaginaba tan fea y vulgar como lo era la tal Chabela. Siguió toda la trayectoria del vejete, parapetada y escondida tras las cortinas de las ventanas de la casa, se extrañaba de ver como este se tambaleaba y de como se apoyaba en todo lo que se encontraba en su recorrido y puso especial atención cuando don Pricilo desvió su trayecto para ir a apoyarse a uno de los hermosos arboles que adornaban el elegante jardín trasero, y una ves apoyado en este, vio cuando este detestable ser, alzo ambos brazos hacia los cielos y escucho algo parecido a un bramido, pero mucho mas grave y diabólico:

–Guajjjjjjj!

–Guajjjjjjjjjjjjrrrr!!

–Guajjjjjjjjjjjjjjjjjjrrrrrrrr!!!

A Cielo Riveros le dio la impresión que el viejo era un grifo humano anta la magistral vomitada que se estaba pegando, vio también cuando don Pricilo una ves que ya estuvo mas repuesto de esa situación, a duras penas retomo el camino hacia su catre, y en su dificultoso caminar se le enredaron las piernas por lo que volvió a caer al piso, al vejete todo le daba vueltas en su cabeza, así que no tubo mas opción que continuar su trayecto gateando.

La nena miraba la escena que se vivía en el patio de su casa media asqueada, pero aun así no pudo evitar dejar salir de su boca una sonora carcajada cuando vio que el viejo no podía pararse y tubo que ingresar a su cabaña gateando: –En cuatro patas!… como las perras!! Jijiji, reía la niña, –Eso le pasa por tontito, pensó ahora ya mas tranquila, por lo que se propuso a descansar, faltaban pocas horas para el amanecer y ella debía levantarse temprano para ir a rendir su tan esperado examen de ingreso a la Universidad.

Eran las 7.30 am, Cielo Riveros ya estaba saliendo de la ducha, para luego ubicarse a secar su cabello al frente del espejo, mientras hacia esto miraba su cuerpo desnudo y se preguntaba el por qué ahora le gustaba tanto mirar sus exquisitas formas y curvas, antes nunca le había sucedido, en realidad estaría tan buena como le había contado don Pricilo a sus amigos?.

Prefirió pensar en otro asunto, ya que recordó que esas cosas a ella no debían importarle, por lo que se dispuso a vestirse. Se calzo unas pequeñas pantaletas de encaje color negro al igual que el sujetador, siguieron las medias de una tonalidad un poco mas oscura al color natural de sus bien formadas piernas, las cuales aumentaron la hermosura de estas. Quien hubiese estado en esa habitación no hubiera dudado en arrojarse a lamerlas y besarlas.

Siguieron la blusa color crema y un elegante y fino conjunto de chaqueta y falda negras, esta ultima le quedaba precisa, se ajustaba perfectamente en la esbeltez de su cuerpo remarcándole exquisitamente las bien pronunciadas curvas que nacían desde su estrecha cintura hacia la amplitud de sus caderas, no dejaba ver mucho de esos bien contorneados y potentes muslos, pero si permitía dejar mucho para la imaginación, y para terminar saco de su escritorio unos pequeños lentes ópticos de finos y delgados cristales, que en ves de afearla le daban un pequeño toque de prestancia y seducción. (No era que Cielo Riveros tuviera problemas a la vista, solo eran lentes de descanso, especiales para leer o en este caso rendir una prueba).

Con este atuendo se apreciaba sencillamente fascinante, dando la impresión que ella tuviera quizás unos tres o cuatro años más de edad. Mas que una principiante niña de estudios, parecía ser una elegante y experimentada mujer de negocios o una ejecutiva, la cosa era que se veía toda una hembra, ese traje supuestamente formal la transformaban en una mujer hecha y derecha, en otras palabras Cielo Riveros se veía seductora e infernalmente exquisita.

Ya eran las 08.15 am y aunque la hora estimada para el examen era a las 11.00 am, Cielo Riveros decidió irse mas temprano, no fuera que se despertara ese viejo caliente y le empezara a dar problemas, por lo que tomo su porta documentos y se dispuso a salir para poder tomar un Taxi en el camino principal, el único problema que se le presento fue que no encontraba por ningún lado su juego de llaves. Busco en los cajones, en su dormitorio, recorrió toda la casa incluyendo el dormitorio de sus padres hasta que se convenció que estas no estaban. Cielo Riveros ya sospechaba quien era el responsable de esto: don Pricilo!!

La nena se empezó a desesperar, ya eran casi las 9.00 am, si contaba una hora de viaje, le quedaba solamente una hora para seguir buscando por la casa o de ir derechamente a convencer a don Pricilo para que se las devolviera, pero recordó que este asqueroso hombre le había prohibido ir a rendir su tan esperada prueba. Tomo su teléfono celular y llamo a la central de taxis, para solicitar que la pasaran a buscar a las 10.00 am, si este llegaba puntual y si llegaba a lograr convencer a don Pricilo para que la dejase ir o de hacerse nuevamente con sus llaves, alcanzaría a llegar a la hora estimada.

Los minutos pasaban, no le quedaba mas opción tendría que ir a convencer a don Pricilo para que la dejara salir de la casa. Cielo Riveros se dirigió nerviosa hasta la cabaña del vejete, no sabia como abordarlo ni que decirle, pero tenía que convencerlo, sus padres se extrañarían de que ella no se presentara en la Universidad, sabían que sus sueños eran los estudios superiores ya que en el último año todas sus conversaciones eran referente al mismo tema.

Una ves que llego a la puerta de la lujuriosa cabañita, la misma en donde a ella la habían convertido en mujer, se detuvo para intentar escuchar si habían señales de que don Pricilo ya se hubiera despertado, pero lo único que pudo escuchar fueron los fuerte y graves ronquidos de este.

Ingreso muy despacito intentando no hacer ruido, pensó que a lo mejor el viejo había dejado las llaves al alcance y ella podría tomarlas, pero el fuerte y nauseabundo olor a alcohol rancio mesclado con los fuertes hedores a vómitos y otros gases que emanaban desde el mismo cuerpo de don Pricilo, casi la hacen desmayarse del puro asco que sintió. Ahora era ella la que estaba a punto de vomitar, se le había revuelto el estomago y cuando sintió una fuerte y compulsiva arcada y llevo sus dos manos en forma rápida hacia su dulce boquita paso a golpear la puerta la cual se cerro de golpe haciendo retumbar las secas maderas de esta.

Don Pricilo al sentir el fuerte golpe se despertó alterado, abrió sus enrojecidos ojos con hinchados parpados, que la daban un aspecto de ser alguna clase de reptil en mayor escala, quería saber quien osaba a molestarlo cuando el dormía tan apaciblemente y a pesar del enojo que sintió, el viejo quedo boquiabierto con la celestial imagen de aquella apetecible hembra que se presentaba ante su asquerosa mirada.

–Y tu quien eres mamitaaa?, jejeje, pregunto, que a pesar de la gran resaca que sentía, igual intentaba hacerse el simpático.

La imagen de aquella exquisita mujer de lentes seductores lo hicieron recuperar la conciencia casi al instante, le miraba sus ampulosas caderas, esas portentosas piernas de ensueño que se dibujaban a través de la ajustada falda, su esbelta y estrecha cintura, para luego subir por ese vientre de diosa que aunque ajustado por aquel elegante traje, se notaba que en él no había nada que sobrara, hasta llegar a la altura donde se pronunciaban apetitosamente un exquisito par de tetas, dignas para ser liberadas y sobadas por el suertudo que tuviera la oportunidad de hacerlo. Era tal el grado de exaltación en el cual se encontraba don Pricilo, que no caía en cuenta dequien era esa extraña mujer de tan sugerentes y seductoras características físicas. –Pero que pedazo de hembrotaaaa!! Se decía para sus adentros.

–Don Pricilo, hablo por fin la nena, –Necesito que por favor me devuelva mis llaves, necesito ir a rendir mi examen.

Al escuchar la dulce vos de Cielo Riveros, el vejete por fin pudo ver y darse cuenta de quien era en realidad aquel pedazo de mujer que se encontraba parada ante su repugnante mirada reptilesca.

–No mameess!! Putilla!! Eres tuu!! Eres mi Cielo Riverosn!! Exclamaba el viejo aun incrédulo e impresionado al máximo.

–Necesito que me devuelva las llaves de la casa, en 45 minutos me pasara a buscar un taxi para llevarme a la ciudad, le decía con voz suplicante y para luego continuar, –por favor don Pricilo, en realidad quiero ir a dar ese examen, necesito que Ud. me de su permiso, termino diciendo Cielo Riveros con sus ojos llenos de lagrimas.

–En realidad que me sorprendes mamasota, pero lamentablemente, yo ya te dije que esas cosas a mi no me gustan, jejeje, además que te ves muy buenota así como andas vestidita, y ya me están bajando las ganas de pegarte una buena follada, jejeje.

–Don Pricilo… por favor, continuaba rogando la rica de Cielo Riveros, — si no me presento a rendir el examen, lo mas seguro es que tendré problemas con mis padres, y eso también a lo mejor podría repercutir en usted, decía la nenita intentando buscar una estrategia para convencerlo.

–Mmm, no lo se. Tal ves tengas razón, pero a mi poco me importa eso, jejeje.

La verdad era que al viejo si le importaba y mucho. Reconocía que Cielo Riveros tenia razón, si algo resultaba mal: adiós Cielo Riveros y adiós Miriam Caballero, pero la niña se veía tan buena!, tan hembra!, tan rica!, tan Putaaa!!, que ya quería arrancarle todas sus ropas y montarse sobre su cuerpo lo mas rápido posible.

–Mira te propongo un trato, le dijo el vejete quien su mente ya había tramado algo para no quedarse con las ganas.

A Cielo Riveros se le ilumino todo su lindo rostro que con esos lentes de intelectual la hacían ver aun más apetecible para los ojos de cualquiera.

–Si por favor don Pricilito, dígame no mas cual es el trato!, inquirió la rica jovencita de ojos azules y lentes seductores.

–El trato es este, jejeje, yo te autorizo para que te vayas a rendir tu estúpido examen, pero primero me chupas la verga hasta que me corra en tu boquita!, jejeje, siempre mirándome a los ojos y sin quitarte tus lentes, jejeje, que además están muy bonitos, jejeje.

–Pero don Pricilo, solo me quedan como 40 minutos, por fav…

–O me chupas el pico con las condiciones que te dije o no hay trato!!, grito el viejo eufórico, –además que si yo quiero te puedo agarrar ahora mismo y abrirte de patas para mandártelo a guardar hasta el fondo de tu zorraaaa!!, eligeee!!, fue todo lo que el vejete le dio a escoger a la nena.

–Esta bien dijo Cielo Riveros, con su voz muy bajita y quien ya nuevamente le habían venido las ganas de llorar, por lo que estaba a punto de sucederle

El viejo se levanto de su asqueroso catre y avanzo hacia donde estaba la hembra, Cielo Riveros lo vio venir, ahora que ella se encontraba al frente de él y calzada con zapatos con tacos, ambos quedaban a la misma altura, el vejete media casi el metro 75 y Cielo Riveros promediaba el metro 70, don Pricilo al verla casi de su misma estatura no aguanto para lanzarse a darle un chorreante beso con lengua metiendo esta ultima hasta casi las mismas amígdalas de la nena quien lo recibía con profundo asco y rechazo. Una ves que el viejo la soltó de su pestilente ósculo le ordeno:

–Vamos putilla has tú trabajo, sacame la verga y chupala, y apurate que los minutos corren, jejeje, y recuerda que si no haces que me corra en tu boquita no hay trato, jejeje, además te lo debes tragarte todito, jejeje.

Cielo Riveros dándose cuenta que ya no tenia mas opción que comerse el semen de don Pricilo, asumió su tarea, tomo una de las sucias sabanas y la ubico a los pies del vejete, y una ves hincada y con sus hermosas rodillas posadas en el piso , llevo sus blancas mamitas a la altura del gran paquete que se encontraba al frente de su preciosa mirada y procedió a desabrochar el pantalón para luego bajar el cierre de este. Cielo Riveros no queriendo perder más tiempo, tomo con ambas manitas pantalón y calzoncillo y los bajo de un solo movimiento.

El fuerte olor que desprendía de ese asqueroso colgajo de fláccidas carnes, era totalmente fétido, olía a pescado podrido, lo que la llevo a recordar que este horripilante sujeto había tenido relaciones sexuales con otra mujer y quizás tan horripilante y fea como el, por lo que ya se estaba arrepintiendo del trato que había hecho.

–Don Pricilo por que no lo dejamos para otra ocasión, mire que ya me tengo que ir, le decía intento ver si de alguna forma podría hacer que el viejo por lo menos se lavara.

–Mira putonaaa, le contesto, a la ves que la tomaba rudamente del cabello, –ya me estas cansando con tus estúpidas bobadas, yo soy bueno contigo y te doy una opción para que vayas a dar tu ridículo examen y tu solo me das problemas, le decía todo esto muy cerca de su rostro, Cielo Riveros podía sentir todas las hediondeces que salían del interior de su asquerosa boca, –o me la chupas al instante o te rompo toda tu elegante ropa hasta dejarte encuerada para luego pelarte el culo a correazos… quieres eso puta?, seguía diciendo a la ves que le jalaba aun mas fuerte sus cabellos causándole un poco de daño, –Así que comienza ahora mismo a chupar, haces que me corra, te tragas mi leche y te largas de aquí maldita zorraaa!!

–Si si don Pricilo…yooo…yo se la chupareee, contesto la asustada joven quien ya estaba horrorizada con el solo hecho de ver la siniestra forma en que se le trasformaba la cara a ese hombre cuando estaba enojado, además se daba cuenta que la opción del examen estaba en pie, por lo menos era de palabra se decía para ella misma.

Tímidamente llevo una de sus manos a ese gran trozo de carne blanda que caía pesadamente al frente de su rostro, lo levanto para apuntar el fláccido instrumento carnoso en dirección hacia su boca y a pesar de la hediondez de este se lo comió hasta la mitad de un puro tarascón, levantando su mirada para que el horrendo hombre pudiera ver como ella le practicaba la asquerosa felación solicitada.

Cielo Riveros empezó a chupar verga no muy convencida, se sentía tremendamente vejada por tener en el interior de su boca una tranca de carne que ya había sido ocupada por otra mujer(y que clase de mujer pensaba), pero todo valía con tal de concurrir a rendir su examen, por lo que la niña se aplica aun mas en la chupada, para que el viejo descargara lo antes posible el inmundo liquido blanco que ella tendría que tragar y ella poder retirarse lo antes posible.

Don Pricilo la miraba con sus ojos inyectados en sangre, sentía que su verga ya se comenzaba a endurecer producto de la tibia lengua que en estos momentos envolvía y rodeaba la mitad de su tranca en una serie de movimientos circulares como si se la estuvieran limpiando, sensaciones que lo llevaron a tomar con ambas manos la cabeza de Cielo Riveros y empezó a moverla en rítmica forma, haciendo que la nena se la comiera toda, en este momento sus hediondas bolas ya chocaban con la barbilla de la nena.

Cielo Riveros sintió que ese tronco de carne ya había entrado en forma, se impresiono al notar como le resaltaban hinchadas una gran cantidad de gruesas venas de indeterminados colores, sentía además como se iba acumulando en el interior de su boca una gran cantidad de saliva mesclada con las impurezas que ella había tenido que asear con su boca y lengua, no quería tragar, pero si no lo hacia y las dejaba caer por las comisuras de sus labios, ensuciaría su impecable vestimenta y ya casi no tenia tiempo para cambiarse, así que se decidió por lo primero, trago todo lo que pudo de esa asquerosa conjunción de jugos blasfemos, y se extraño que a esta altura ya no sentía asco, al contrario quería que esa verga que deliciosamente le taladraba la boca, la proveyera de mas líquidos pre seminales para ella poder saborear.

La bella joven sabia que tenia que apurarse en hacer que el vejete se corriera, pero también se daba cuenta que aun le quedaban como 20 minutos para disfrutar de lo que estaba haciendo. Ella ya no se acordaba de la promesa que se había hecho de no disfrutar, ahora ya deseaba sentir la caliente esencia masculina en el interior de su boca y que esta recorriera todo el conducto de su garganta en dirección hacia el interior de su cuerpo y para sentir como esta se iba a ir a depositar en algún lugar de su exquisito vientre.

Cielo Riveros nuevamente chupaba verga como endemoniada, la mamaba y la ensalivaba, le encantaba observar como ese tronco lleno de nervios brillaba orgulloso y erecto, solido, duro, sentía su grosor en su manita, como este palpitaba como si en cualquier momento fuese a estallar como la dinamita, le olía y le lamia los testículos, le encantaban se los quería comer uno por uno, como si estos fuesen dos frutos en almíbar, para luego volver a encajarse oralmente ese terrible aparato que ya la tenia seducida, no supo cual fue el momento en que gruesos goterones de saliva mesclada con líquidos pre seminales habían escurrido de su boca para deslizarse por su barbilla y caer en su ropa, tenia gran parte de su vestimenta mojada y manchada con ellos, pero no le importo, pensó que bastaría con limpiarla con papel desechable y asunto arreglado, aun le quedaban como 10 o 15 minutos para que la pasaran a buscar.

–Ahhh que rico chupas el pico putita miaaa ahhh!, eres la mejor de las perraaas!! Te daré todos mis mocos que son solo para ti mi reinaaa!!, la animaba don Pricilo quien ya tenia los ojos blancos con todo el placer que le otorgaba la nena con su boca, a la ves que ya le estaba sobando una teta por debajo de la blusa, ella por su parte solo se dedicaba a mamar.

–Srrrrpp, Srrrrpp, Srrrrpp!!, hacia sonar Cielo Riveros sus eróticos chupetones vergales en forma de agradecimiento por el tierno cumplido que le hacia el vejete., a la ves que con una de sus manitas sujetaba sus pequeños lentes que en algunos momentos amenazaban con caerse debido a los rápidos movimientos de chupeteo que hacia la joven.

Don Pricilo hiso que Cielo Riveros se pusiera de pie, quería besarla antes de que ella se fuera, sentía la imperiosa necesidad de palpar sus curvas y formas, aun que estuviera con ropa, el escultural cuerpo de la mocosa lo volvían loco.

–Ven culoncita rica!, dame unos besitos, jejeje, le dijo a la ves que la atraía hacia su obesa anatomía.

–Ahh, pero don Prici, todavía me falta tragarme todos sus mocos! para que me deje ir a dar mi examennn!

–Te esperare mi tetoncitaaah!, y culiaremos de lo mas rico cuando ya estés de vuelta, por ahora dame unos besitosss!!

Cielo Riveros se abrazó al cuerpo de don Pricilo y se entrego al fogoso beso con lengua que ambos ya se propinaban, con sus finas y delicadas manos recorría las gruesas y corpulentas formas del vejete, que a pesar de verse fofo y obeso la nena sentía en sus propias manos ciertas durezas musculares en las anchas espaldas de este, situación que la enardecieron aun mas.

Don Pricilo la recorría con desesperación, ambos intercambiaban salivas y babas, para tragarse uno las del otro, Cielo Riveros sabía que le quedaban como 5 minutos y tendría que separarse de él, pero por ahora se entregaba en cuerpo y alma a ese caliente atracón que se estaba mandando con su macho.

El viejo sentía en sus propias manos las suavidades y durezas de las tiernas carnes de la chiquilla, a la ves que le sobaba ese sabroso trasero subiendo y bajando, desde su esbelta cintura, sus marcadas caderas, sus ancas, hasta las redondeces del culo. Sabía que en cualquier momento ella se retiraba pero igual se aventuro a subir su ajustada falda hasta la altura de su plano vientre posando sus mugrientas manos en las tersas nalgas de ella, para sentir la delgada tela de las medias separándolo de la tibieza de su piel.

–Ahhh, don Pricilooo, no me arrugue la faldaaa, le pedía Cielo Riveros, ya que sabia que el tiempo apremiaba y no alcanzaría a cambiarse.

–Es que eres tan buenotaaa!, tan putaaa!, tan yeguaaa!, que no me aguanto le decía el viejo, –pero no te preocupes es solo para sentir un poquito masss. Seguían besándose en forma desaforada.

Cielo Riveros quien era guiada por su instinto de hembra en estado de celo, tomo la verga de don Pricilo y comenzó a masturbarlo con desesperación, a la ves que este envalentonado por lo que le hacían tomo las medias dela niña por ambos lados de sus caderas y comenzó a bajárselas lentamente incluidas sus pequeñas pantaletas de encaje negro, deslizándolas hasta la mitadde los hermosos y blancos muslos, quedando los pelitos de su panocha al aire y desprotegidos.

Cielo Riveros se dio cuenta de esta situación pero ya estaba caliente y no sentía ganas de resistirse, lo seguía masturbando más rápidamente, haber si lograba que el viejo se corriera y ella se pudiera largar lo más pronto posible, aun así le hablo:

–Don priciloooh nooo por favorrr, me tengo que irrr!

–Ahhh putillaaa, solo quiero tocar tu zorritaaa, solo un ratitoooo, después te puedes largarrr!

–Mmmm, buenooo pero solooo un ratitoooo masss y me voyyy, ahhhh, le autorizo la acalorada Cielo Riveros.

El viejo puso unas de sus manos en toda la pequeña extensión de la vagina y al mismo tiempo metió todo el dedo medio al interior de esta. Cielo Riveros quien nuevamente ya era victima de su caliente cuerpo solo atino a empezar a menear ondulatoriamente su cintura, al mismo ritmo que el vejete metía y sacaba su dedo desde el apretado interior de su intimidad. Después de un rato de calientes movimientos por parte de ambos, don Pricilo sintió su mano bañada en los jugos vaginales de Cielo Riveros quien seguía contoneándose en forma deliciosamente exquisita, por lo que decidió retirar su dedo de ese apretado tajito y lo acerco a los purpuraceos labios de la caliente jovencita, con la intención de que ella degustara de su propia esencia natural ya que el sabia que a ella le encantaba probarlos, así  lo había visto el mismo en una ocasión.

Cielo Riveros abrió su boquita y se dio a probar lo que don Pricilo le ofrecía, a la ves que ella misma poso la cabeza de ese mástil de carne en la entrada de su delicada intimidad, sentía unas tremendas ganas de que se la metieran, que se la clavaran hasta el fondo, pero sabia que ya no había tiempo para ello, por lo que opto en comenzar a refregársela solo por fuera de su panocha, don Pricilo se dejaba querer encantado por lo que le hacían, se mantenía quieto y levemente inclinado hacia adelante, ya que era Cielo Riveros quien hacia los desquiciantes movimientos coitales pero solo por fuera.

Así estaba nuestra dulce Cielo Riveros, al interior de la cabañita de madera a solo escasos minutos de tener que retirarse para ir a rendir su tan esperado examen. Con su elegante falda negra subida mas arriba de su cintura, sus medias y pantaletas bajadas hasta la mitad de sus torneados muslos; firmemente agarrada con sus dos manos a la gruesa tranca de un viejo de mas de 60 años ; moviéndose en infernales arremetidas de atrás hacia adelante y como si ella se lo estuviera culiando a él. Pensaba que esa verga que tan rico la apuntalaba era lo mejor que le había ocurrido en su vida, como la había extrañado esos días en que estuvo desaparecida, la necesitaba…

Estaba Cielo Riveros en esos pensamientos cuando sintió los bocinazos del Taxi, el cual la venia a recoger para llevarla a la ciudad y ella pudiera rendir su examen.

Don Pricilo al sentir los insistentes bocinazos pensó: –Hasta aquí no mas me llego la función, jejeje, y esperaba que Cielo Riveros lo soltara y se subiera sus medias y pantaletas, pero eso no ocurría, la niña seguía meneándose y recorriendo con su pequeño tajito toda la extensión de su gruesa y y tiesa verga.

–Que pasa putonaaa!, te tienes que ir!, ya llego tu auto!, o estas sorda?, le avisaba el viejo.

Cielo Riveros quien tenía sus ojos cerrados y que únicamente se concentraba en seguir moviendo sus caderas contra el grueso miembro de don Pricilo, solo consiguió decir:

–Que see vayaaa, tomaree unn taxiii en la calleee!, a la ves que se mordía el labio inferior de pura calentura que sentía por tal osadía que estaba cometiendo, pensaba que podía estar unos 10 minutos mas sintiendo eso tan rico que experimentaba su cuerpo y si tenia suerte logrando tomar un taxi apenas saliera de su casa, lograría llegar a la facultad a tiempo y daría su examen sin ningún tipo de problemas. Continuaban los bocinazos de aviso.

En la habitación solo se sentía el chapoteante y acuoso sonido que hacia la encharcada zorra de Cielo Riveros contra el portentoso palo de don Pricilo, ya no se escuchaban los insistentes bocinazos. El viejo por su parte ya se sentía mas seguro, desabrocho todos los botones de la blusa de Cielo Riveros, le subió el negro sujetador y se dispuso a chuparle las tetas ya liberadas en forma irritada y exasperada, las chupaba y succionaba como si con esto le fuera a sacar leche a la pobre niña, que por su parte sentía puro placer y mientras se restregaba la verga del vejete en su panocha, con su otra mano atraía y presionaba con fuerzas la cabeza de don Pricilo ofreciéndole sus tetas para que él se las comiera a su regalado antojo, como si este fuera un verdadero crío y ella lo estuviera amamantando.

Mientras don Pricilo seguía chupando y mordiendo las tetas de Cielo Riveros sintió que esta había soltado su verga, y que comenzaba a hacer unos movimientos un poco extraños, por lo que se separo para ver que es lo que sucedía, y grande fue su sorpresa cuando se dio cuenta que Cielo Riveros se estaba bajando aun mas sus pantaletas con la insana y caliente intención de quitárselas de una buena ves, pero por lo pequeñas que eran y lo enrollada que se encontraban en sus blancos muslos, le hacían dificultosa la tarea a la pobre niña.

–Pero que haces putilla, jejeje, no me vas a decir que te quieres sacar tus calzoncitos…

–Ahh don Pricilooo, suspiraba Cielo Riveros, — Es que con ellos puestos no me puedo menearrr biennn!

–Pero ya casi te tienes que ir ricura, si te los quitas te tendrás que ir con tu zorra al aire, jejeje, reía el aborrecible sujeto, –o sea me los vas a tener que dejar en prenda y te iras a dar tu examen a zorra pelada, jejeje…

Cielo Riveros pensaba en la ocurrencia de don Pricilo, ”iras a dar tu examen a zorra pelada”, esta sola idea en ves de espantarla la prendieron aun mas.

–Siii don Priciloooo! Lo que Usted diga, me presentare a dar mi examen a zorraaa peladaaa!!

Una ves que Cielo Riveros termino de pronunciar en las condiciones en que pensaba presentarse en la facultad, el asqueroso vejete flexiono uno de sus pies y lo poso a la altura de las hermosas rodillas de la joven y lo fue bajando a la ves que arrastraba con el las medias y pantaletas de Cielo Riveros, quien ya descalza termino de quitárselas, primero de una pierna y luego de la otra, haciéndolas a un lado con uno de sus pequeños piececitos.

Ahora si la tierna niña pudo separar sus muslos todo lo que quería, y tomando nuevamente el tronco venoso de don Pricilo, semi flexiono sus hermosas piernas y se dio a sentir en plenitud la exquisita y suave fricción de esa gran estaca nerviuda, moviéndose y meneándose ya mas libremente y como ella tanto lo había estado deseando.

Don Pricilo al darse cuenta de este nuevo paso que dio la jovencita por si sola, deslizo la fina blusa hacia atrás de sus hombros despojándola de su cuerpo y para luego con la misma cooperación de ella, destrabar y continuar con el sujetador, dejando completamente libres las grandes, voluptuosas y duras tetas de ese demonio con cara de niña y curvas infernales.

Cielo Riveros no sabia si tendría tiempo para vestirse, de lo que si estaba segura es que estaba en total estado de calentura, aun pensaba en su examen, pero si se retiraba dejaría de sentir esa rica comezón que le prodigaba ese exquisito instrumento de carne que tenia don Pricilo y que estaba a punto de enloquecerla, aunque ella quería parar, su curvilíneo cuerpo no se lo permitía, estaba sintiendo muy rico, esto era sensacional.

Los minutos pasaron y pasaron, Cielo Riveros estaba casi desnuda, solo le quedaba puesta su falda negra la cual estaba toda enrollada a la altura de su cintura, ella seguía agarrada a la tranca del viejo y se la refregaba como desesperada por su panocha, su respiración era agitada, el vejete por su parte la sobaba y la chupaba lo que mas podía por distintos sectores de su cuerpo, ambos se besaban en forma apasionada.

Cielo Riveros soltó la verga y se separo del caliente beso, dio tres pasos hacia atrás alejándose del corpulento y rollizo cuerpo del hombre y recompuso su falda, comenzando a estirarla como si quisiera quitarles las arrugas con las que había quedado después de haber estado tantos minutos enrollada, para luego mirar fijamente a don Pricilo, con su azulada y seductora mirada que se reflejaban tras los finos cristales de los pequeños lentes que aun tenia puestos, el vejete por un momento se sintió intimidado por la extraña mirada de aquella hembra con lentes, hasta que por fin le pudo decir:

–Don Pricilo, lo siento pero me tengo que ir, dijo como sintiendo en el alma el hecho de retirarse a rendir su examen y no poder quedarse con ese viejo horripilante y seguir haciendo las asquerosidades que su mente ya le había empezado a ordenar a su cuerpo.

Don Pricilo la recorría de pies a cabeza sobándose la verga, el viejo sentía que en cualquier momento el corazón le estallaría de tan rápido que le palpitaba y con verga incluida ya que ambos latían al mismo ritmo, y fue cuando este se decidió y le importo un rábano lo que pudiera pasar a futuro, la culiaria y lo haría ahora.

–Lo siento pendeja, jejeje, pero acabo de cambiar de opinión, y tú tienes la culpa, jejeje, desde que ser fueron tus papis te has empeñado a andar calentándome, jejejje, mírate tu misma, estas casi en pelotas y ahora me sales con la mamada que te tienes que ir…

–Don Pricilo por favooor… déjeme ir le prometo que a mi regreso hare lo que Ud. quiera!, pero déjeme irrr!, solicito la dulce criatura con sus ojos que destellaban mezcla de decepción y calentura.

–Nooo!!, no iras!, ya lo he decidido, ahora quiero que te quites la falda, y me enseñes todo lo que tienes, y luego nos vamos a tu habitación a acostarnos, jejeje.

–Don Pricilo en realidad mi sueño es ingresar a esa Univers…

–Mira inmunda perra asquerosa!!, le grito el vejete, –Aquí el que manda soy yooo!! y si te digo que te quiero encuerada tu vas y te empelotaaaasss!! Si te digo que culies! tu vas y culeassss!! Además a mi me interesan una verga tú y tus estúpidos sueños, tu eres mi putaaaa!! y con eso te tiene que bastar, ya que desde ahora en adelante será para lo único que servirás!!. Diciendo esto último se abalanzo sobre el cuerpo de la ya asustada Cielo Riveros para tomarle con sus dos manos desde la falda y rajársela por la mitad, despojándola de su ultima prenda de ropa que hasta ese momento le quedaba puesta, para luego asestarle una fuerte bofetada en el lindo rostro, a la vez que la tomaba fuertemente por el cuello quitándole un poco la respiración para hablarle muy cerca de su oído –Ahora quiero escuchar que tú misma digas que quieres que te la meta!!, vamos dilo perraaa!!. Cielo Riveros quien ya de calentura no le quedaba nada y con el miedo de que don Pricilo en cualquier momento le volviera a pegar, no le quedo más que aceptar su desventurada situación, y muy triste tubo que nuevamente darle en el gusto ese maldito viejo que la estaba utilizando a su antojo.

–Lo único que deseo en este momento… es que usted me la metaaaa!, dijo Cielo Riveros quien ya estaba entregada a ese vejestorio abusador y con verga descomunal.

–Y tu examennn putillaaa!!, le decía el insistente viejo, como ordenándole que ella misma le diera una solución a sus bajos y viles requerimientos, Cielo Riveros de lo asustada que estaba, capto de inmediato para donde iba aquel odioso hombre.

–No iree… solo quiero quedarme para que usted me lo haga…

–Así me gusta, jejeje, pero que te haga queee?, si se podría saber perraaa!!

–Quiero que Usted me la metaaa… que me haga su mujerrr, le dijo la niña cruzando una pierna sobre la otra, mientras ahora le sobaban ferozmente una de sus tetas y con la otra mano le estiraban los pelitos de su zorra, y quien a pesar de estar siendo forzada a repetir las leperadas que se le ocurrían a don Pricilo, ya se estaba empezando a calentar nuevamente con el solo hecho de sentirse un objeto de disfrute para aquel sátiro.

Don Pricilo por algunos momentos quedo como en estado de catalepsia, esto no se lo esperaba, se preguntaba hasta donde podría llegar el estado de calentura y sumisión de aquella perra, él pensaba en seguir poseyéndola, violándola, forzándola, chantajeándola, pero esto le estaba resultando muy fácil, incluso ya estaba casi por abofetearla nuevamente, para obligarla a pedir verga por sí sola, por lo que se dio a agradecer a todos los dioses habidos y por haber por concederle para el solo este endemoniado pedazo de mujeron que recién contaba con tan solo dieciocho añitos de edad, jejeje, reía el vil y horrendo hombre.

Hasta que pudo reaccionar y regreso del fugas estado de ensoñación que le producían las desnudeces de aquella suculenta niña-hembra de ojos azules que se le estaba ofreciendo, claro que bajo sus intimidantes aclaraciones, y que él jamás había ni siquiera soñado en tener la posibilidad de poseer y que esto mas encima sucediera casi por las buenas.

–Mira pendeja, me tienes mas que caliente, jejeje, y con gusto te montare en este mismo momento y también te destrozare la panocha a vergazos, pero te vas a quedar como si esto fuese tu decisión, le advirtió don Pricilo, –Yo no quiero problemas con tus padres y además que pienso en seguir culiandote cuando ellos ya estén en casa, jejeje, además abran noches en que te deberás venir a acostar aquí a mi cabaña o bien pasaremos la noche acostados en tu habitación, jejejje, y tu vas a tener que cooperar, te quedo claro pendeja calienteeee!!

–Siii…me queda clarooo… contesto Cielo Riveros con su vocecita muy quedita, estaba tan apenada por la situación en la cual se encontraba, y además adiós examen, adiós Universidad, y todo por culpa de su caliente cuerpo que no la dejaba tranquila cuando tenia cerca esa verga sucia y hedionda que tan rico la seducía, pensaba la criatura.

Al viejo se le dibujo una diabólica sonrisa en su feas facciones de la cara, que fácil fue domar a esta potranca pensaba, ahora solo le quedaba convertirla en su verdadera yegua, en su puta personal y sabia que estaba a solo un paso para que esto sucediera.

–Y tendrás que darle una explicación a tus padres, jejeje, para que yo no tenga problemas, le dijo el vejete, así que anda pensando en algo rápido mira que te recuerdo que ellos llegan mañana, jejeje, le decía esto mientras él se quitaba sus mugrientas ropas

Cielo Riveros pensó por unos momentos y respondió:

–Les mentiré, les inventare algo para que usted y yo no tengamos problemas, decía ahora muy arrepentida de haberse dejado llevar por la calentura que le hiso sentir su cuerpo solo hace algunos minutos atrás, pero aun en estado medio de excitación del solo pensar en lo que ya le estaba a punto de suceder.

Don Pricilo sabia que tendría un día totalmente agitado, aun que su verga estaba que reventaba y sin que Cielo Riveros se diera cuenta volvió a ingerir dos pastillas azules, ahora si que le reventaría el culo a la bella jovencita pensaba el degenerado.

–Ok pendeja ahora estoy listo, el vejete estaba completamente en pelotas, –Siempre supe lo puta y perra que eras y hoy me lo has confirmado, jejeje, así que he decidido en premiarte con tu enculamiento, jejeje, a la ves que la tomaba por la esbeltez de su cintura y la arrimaba con fuerzas hacia su peludo y canoso pecho, para comenzar a darle un chorreante beso con lengua al cual Cielo Riveros correspondió encantada, pero a la ves se sentía contrariada por lo de su enculamiento.

–Don Prici…yo no quiero que me enculeee, le solicito Cielo Riveros, hare todo lo que Usted me pida pero eso nooo por favooor, le solicitaba Cielo Riveros quien por cada minuto que pasaba se iba arrepintiendo mas de haber accedido a las extrañas ocurrencias de don Pricilo.

–Eso lo conversaremos en tu habitación preciosa, jejeje, creo que tengo una interesante propuesta que hacerte, la cual nos conviene a los dos, jejeje, aceptas?, termino diciendo, mientras introducía unas cuantas latas de cerveza, cigarrillos y otros artilugios en un bolsito, como si fuese a salir a un día de pesca.

Cielo Riveros quien ya no tenía mucho de donde escoger y pensando en lo que él dijo y que hacia referencia en que les convendría a ambos no le quedo más que responder:

–Acepto…, dijo un poco mas tranquila, –entonces me lo hará en mi habitación?, consulto ya media ansiosa de que le ensartaran lo mas pronto posible esa majestuosa verga maloliente.

–Si culona, te montare en nuestra habitación, hoy es la gran inauguración, jejeje, vamos?

La niña solo asintió moviendo su cabeza afirmativamente, don Pricilo con bolso en mano y como si ambos fueran novios, la abrazo por las suaves carnes de sus caderas y se encaminaron en dirección a la habitación de Cielo Riveros. Esta era la tercera vez que la dulce criatura de 18 años cruzaba el patio de su casa completamente desnuda, pero con la diferencia que ahora lo hacia acompañada de un hombre de 63 años y con la seguridad de que nuevamente tendría que revolcarse con aquel horrendo hombre que ya casi era su dueño, y lo más extraño de todo era que ella misma se daba cuenta que su panocha ya estaba mas que humeda por el solo hecho de ver al vejete con su descomunal miembro al aire y en total estado de erección.

Ingresaron a la casa como si fuesen una pareja de recién casados, besándose contra las paredes a la medida que iban avanzando hacia la habitación que haría el papel de suite nupcial o bien como una sucia alcoba de motel parejero, el asunto era que Cielo Riveros ya había asumido a las demandas del vejete, el sentirse usada, el que le ordenaran, que la humillaran y de que la maltrataran no hacían mas que prenderla y calentarla, ambos cuerpos ya se deseaban, urgían por acoplarse y complementarse de cualquier manera sexualmente posible.

El obeso cuerpo de don Pricilo punteaba al esbelto cuerpo de Cielo Riveros, y ella correspondía a los punteos en cadenciosas meneadas de caderas, la nena deseaba llegar a la cama y que de una buena ves se la metieran y le pegaran la culiada de su vida, mientras más avanzaban hacia la cama , ella mas se calentaba.

Entraron en la habitación en la cual se vivirían las mas depravadas sesiones de fornicación y apareamiento en las cuales participarían las hembras Riveros, pero ahora era Cielo Riveros la protagonista principal quien le daría el vamos a tan eróticas galas de sexo puro y lujurioso.

Los amantes se besaban en forma abusivamente caliente, más que besarse se estaban comiendo sus bocas, avanzaban hacia la cama en firmes apuntalamientos de verga y vagina, hasta que al llegar a destino fue Cielo Riveros quien se arrojó de espaldas en la cama y una ves acomodada abrió en su totalidad sus dos poderosas piernas para mostrarle a don Pricilo el tesoro que poseía justo al medio de ellas y dándole a entender de que ella se lo ofrecía, que él era el único con derecho a probarlo, y para hacérselo aun mas apetecible para el vejete no encontró nada mejor que llevar hasta su codiciada ranura una de sus delicadas manitas y con dos de sus dedos abrió los apretados pliegues para exhibirle a su macho la rosada flor que ella le tenia reservada para uso exclusivo de él y su portentosa verga de burro.

Don Pricilo capto en forma casi automática la apetitosa invitación que le hacia aquella ninfa, este sin ningún tipo de preámbulo se monto sobre el frágil y curvilíneo cuerpo de ella y una ves que la cabeza de su ariete se poso en los perfumados labios vaginales se lo fue ensartando en forma gradual, no brutal pero tampoco suave, solamente se lo estaba metiendo, y ella por ahora debía disfrutarlo ya que desde hoy pasaba a ser su mujer, su amante, su puta, su perra y su yegua, ahora si estaba convencido la fácil que era dominar a la putita, solo había que asustarla o darle una zamarreada para que ella se entregara a cualquier situación que se le solicitara y sabia también que bastaba con sobajearla un poco en cualquier parte de su caliente cuerpo y la linda niña empezaba a actuar como la más vil de las rameras, mientras no le diera problemas él se la podría follar todas las veces que ella quisiera.

–Hummmmmmm, fue el gemido de placer de la rica Cielo Riveros, al sentir la solida irrupción de ese grueso palo que le estaban metiendo hasta el fondo de su estomago.

–Ahhh, mamitaaa, estar dentro de tu panochaaa, es como estar en el cielo putitaaa!!, bufaba el vejete quien se mantenía incrustado dentro de su hermoso cuerpo juntando y enredando sus gruesos y tiesos pendejos con los escasos pero sedosos pelitos íntimos de la bella jovencita que no supo en que momento ni donde se le habían caído sus seductores lentes de intelectual.

Don Pricilo se sentía en el paraíso, que bella amante se había encontrado, y ahora se dejaba ensartar casi por voluntad propia de ella, estaba montado sobre su curvilíneo cuerpo, la tenia completamente abierta de patas y empalada en la forma del misionero, por lo que se propuso a disfrutar de tan exquisito y fino manjar que el destino le había puesto a su disposición.

Las primeras aserruchadas del macho fueron lentas, sacaba y metía su verga muy despacio, quería sentir en plenitud el placentero calor que le brindaba el interior del vientre de Cielo Riveros, quien lo recibía gustosa y caliente, totalmente entregada y abierta solo para el.

El vejete sentía en su verga la forma exquisita en que la niña movía su vagina ondulatoriamente cada ves que él se la tenía enterrada en su totalidad. Se daba cuenta además de que ella era participativa a la hora de culiar, por lo tanto eso lo hacia suponer que a lo mejor la situación no seria tan terrible para ella en el momento que él le estuviera partiendo el culo, por lo tanto ya sentía ganas de comprobar por el mismo, si su teoría estaba en lo correcto.

Ambos cuerpos se movían y frotaban en forma acompasada y lenta, solo se concentraban en el placentero disfrute que se auto proporcionaban, casi sin darse cuenta la pareja iba acelerando el rítmico y cadencioso ritual copulatorio. La cama ya había comenzado a rechinar en forma placenteramente exquisita, situación que pudo notar Cielo Riveros, quien recordó los cochinos crujidos del catre del vejete, pero ahora era su propia camita la que se cimbraba y chirriaba en forma tan indecente y provocadora, producto de los ardientes movimientos que hacia ella con el afán de un certero acoplamiento con el viejo cuerpo del jardinero de su casa, y por dios!, como la calentaba estar en esta situación.

En la blanca habitación solo se escuchaban los gemidos de placer de ambos amantes, los cuales se combinaban en forma deliciosa con los desquiciantes sonidos que emitían sus cuerpos al chocar uno contra el otro, o cuando estos intencionalmente se friccionaban con el propósito de mantenerse por unos buenos segundos en un perfecto estado ensamblamiento mutuo para el cual ellos habían nacido.

Gradualmente fueron cambiando de posición, para que Cielo Riveros quedara montada sobre el grueso y voluminoso cuerpo de don Pricilo, quien en ningún momento saco su terrible herramienta sexual del interior de la delineada figura de la bella jovencita que en este momento ya lo empezaba a cabalgar guiada solo por sus calientes instintos femeninos. Subía y bajaba con sus ancas y caderas en forma compulsivamente rápida, como si estuviera corriendo su última carrera para adjudicarse el gran Copón de Oro.

Cielo Riveros mantenía su cabeza enterrada entre el hombro y el cuello del viejo, su culo se deslizaba a una velocidad impresionante subiendo y bajando por la gruesa estaca que la empalaba, él por su parte solo disfrutaba con los perturbadores jadeos de la niña, deseaba que esto no se terminara nunca, nunca!!

–Para un poco pendajaaa!! Que tengo que hablar contigo!! Acaso me quieres mataaar!! Bufo el vejete, Cielo Riveros obedeció en el acto la orden de su hombre, por lo que aminoro los movimientos de caderas y levanto su cuerpo para ver que sucedía, aunque le faltaba un poco para llegar al orgasmo se lo estaba pasando muy bien metiéndose esa tranca hasta la misma altura de su ombligo. La nena enderezo su cuerpo quedándose totalmente ensartada y moviéndose suavemente en forma ondulatoria, no se separaba ni siquiera un milímetro de la pelvis de aquel horroroso hombre que en estos momentos solo sus grandes bolas eran las que estaban afuera del cuerpo de la linda muchachita.

–Digameee don Pricilooo…acaso quiereee descansarrr un ratitoooo? Pregunto la acalorada chiquilla.

–Escuchame bien putillaaa, realmente culeas exquisito, le dijo don Pricilo quien hacia grandes esfuerzos por no derramarse, estaba todo sudado al igual que la niña, y sentía que en cualquier momento descargaba todo su semen en el interior de ella, –Pero tenemos que hacer un trato, jejeje, considerando que aun nos queda casi todo el día y la noche para seguir follando, lo mas probable es que después de este día te dejare bien preñada, jejeje, pero tengo una interesante idea que ofrecerte para que eso no ocurra, jejeje, salvo que tu lo desees mi amor, jejeje…

Cielo Riveros quedo estupefacta, don Pricilo seguía con la insana idea de preñarla y por muy contradictoria que fuera la situación, ella no quería que eso sucediera, el viejo era extremadamente feo para ella y no estaba dispuesta a darle un hijo, pensaba en esto moviéndose seductoramente exquisito sobre el grueso órgano reproductor sexual masculino, la muy sin vergüenza y descarada. Para luego caer en la realidad, eso era exactamente lo que ella estaba haciendo con él!! Ella se estaba reproduciendo sexualmente!! Estaba apareándose con don Pricilo!!, y pensó que por cada movimiento, meneada y arremetida que ella hacia era como estar pidiendo a gritos que eso sucediera, que la preñaran!! Y aun que esta idea le resultaba tremendamente horrorosa, su cuerpo no podía dejar de menearse, es mas la pregunta y proposición la estaban calentando hasta más no poder!! Me van a dejar preñadaaaa!!, era la idea que por ahora pasaba por su mente, y antes de que su cuerpo se dejara llevar por la insania que ya estaba a punto de instalarse en su mente pregunto:

–Ahhh don Pricilo y cual seria la otra opciónnn!! Pregunto mientras sus hermosas y blancas tetas subían y bajaban al ritmo de su acelerada respiración…

–Jejeje, que te dejes encular por las buenas putita, jejeje, o sea yo te rompo el orto y te lo abro y tu te dejas encular por las buenas, cooperando y sin reclamar nada, jajjaja, claro que puedes llorar todo lo que quieras, pero veras que al final te va a terminar por gustar tanto que después tu solita me andarás pidiendo que te parta el culo, jejeje.

Cielo Riveros ya casi no se movía sobre la gran verga que la mantenía empalada, las ideas eran difusas, el solo imaginar la cabeza de esa tranca intentando perforarle su diminuto orificio posterior, y el daño y dolor que este le causarían casi la hacen escoger en que la preñaran, pero al pensar en lo que esto podría repercutir en su vida la hicieron desistir ante tal enajenada idea, ya bastaba con tener que inventar algo para justificar el no haber ido a rendir el examen, pero también pensaba que no quería que le partieran el culo…

–Elige perraaa!!, le grito el vejete que ya no le estaba gustando que la niña se tomara tanto tiempo en decidir algo que era tan sencillo, –Enculamiento por las buenas o ahora mismo te preño para que me críes a Pricilito!! Escoge!!

–Ehhh don Priciloooh…yoooo..noooo..seeeehhheeenculamientooooo!!, eligió por fin la candorosa muchachita , con sus ojos azules al borde del llanto, por que ya sabia lo que le iba a suceder.

–Jejeje, será un honor mi reina…en cuatro patassss!! Ahoraaa!! Le ordeno el viejo miserable a quien se le habían hinchado las venas de sus sienes con el solo hecho de pensar en el disfrute que le otorgaría el pequeño puntito que poseía Cielo Riveros justo al medio de sus preciosas y suaves nalgotas.

Cielo Riveros se desensarto ella sola del gran mástil de carne que tan rico la habia estado apuntalando, y con su cuerpo temblando de pavor, tomo ubicación al centro de la cama adoptando la degenerada y animal posición la cual le habían ordenado. Don Pricilo sentía como le pulsaba rápidamente la verga, ante la fuerte ansiedad de partirle el culo a esa perra con cara de ángel y que en este momento ya estaba lista para ser enculada.

–Bien Perrita, ahora quietecita que Pricilo te abrirá el culo, jejeje, y no quiero problemas, escuchaste bien!!

–Sin si don Pricilo, no le daré problemas, pero hágalo despacito, sniff, sniff, volvía a llorar Cielo Riveros por su desventurada situación.

–Nooo!! Te la meterá de una, para que de ahora en adelante tengas bien claro que soy yo el único con derecho a culiarte y usarte cuando a mi se me ocurra, jajaja, te queda claro Zorraaa!!. Don Pricilo al notar que la nena no contestaba y el al estar ya ubicado con su verga al medio de las nalgas de su victima, estiro una de sus manos y jalándola violentamente de su alisado cabello, la haciéndola levantar su cabeza.

–No te escuche puta mal nacida, quiero que me digas tu misma quien es tu dueño y quien será el único con derecho a usarte y montar tu cuerpo! Dilooo!!

–Usteddd don Pricilo!! Sniff Sniff…Usted es mi dueño, Sniff Sniff, y el único que podrá montar mi cuerpo con todo derecho…, Sniff Sniff…

–Jejeje, así me gusta putilla, que tengas bien claro quien es tu machooo!

Plaff, Plaff, Plaff, Plaff, Plaff, Plaff, fueron las 6 sonoras nalgadas que don Pricilo le asesto al asustado culo de Cielo Riveros

–Jejeje, eso fue para que te relajes pendeja… Cielo Riveros solo sollozaba, no tenia ganas de hablar nada, esperaba aterrada la irrupción de don Pricilo por su virgen conducto anal.

Don Pricilo tomo su tiesa verga desde la misma base y apoyo la cabeza de esta en aquel diminuto puntito anal, sabia que seria un trabajo titánico el hacer que su aparato se introdujera al interior de este, pero tenia que aprovechar ya que no sabia muy bien como le irían las cosas una vez que el decente matrimonio llagara de su viaje y para esto solo faltaba un solo día.

Cielo Riveros sintió la cabeza que se apoyaba a la entrada del agujerito, la sentía como un pomo de puerta o una bola de billar, al primer contacto de esta sobre su trasera piel, sintió esa rica erización de todos los pelos de su cuerpo, sus carnes se pusieron como piel de gallina, pero aun así no dejaba de sentirse aterrada.

Don Pricilo quien estaba bien ubicado detrás del cuerpo de Cielo Riveros y con la cabeza de su miembro haciendo contacto el la entrada del ano, empezó a presionar hacia el interior del cuerpo de la nena, el bravo puntito resistía, se negaba a recibir a tan cabezón visitante. Cielo Riveros al estar sintiendo las viriles y fuertes arremetidas por parte de su contrincante sexual, solo atinaba a morderse los labios , con sus ojos bien cerrados y empuñando las sabanas, contrayendo todos los músculos de su cuerpo, especialmente los de sus hermosas nalgas.

Pasaban los minutos y la tarea se presentaba dificultosa, pero el vejete no estaba dispuesto a dejar pasar esta celestial oportunidad, tenia que encularla si o si, sabia que el ya no estaba en edad para volver a encontrarse con tan buen ejemplar femenino, además que ya tenia casi la mitad de su sueño cumplido, ahora solo le faltaba ingeniárselas para hacer caer a la madre, y ya se estaba imaginando el día en que las culiaria a ambas mujeres en la misma cama y de que ellas lo hicieran por voluntad propia, y si no le resultaba, pensaba en violar a Miriam Caballero y darse a la fuga, eso si que se llevaría a Cielo Riveros pensaba este abusador y miserable vejestorio.

Estaba en estos pensamientos cuando la cabeza de su grueso instrumento avanzo y se alojó solo en la entrada de aquella erótica y apretada guarida anal.

–Ahhh!! Nooo!! Don Priciloooo!! Saquelooooo!!, fueron los asustados gritos de Cielo Riveros, cuando sintió el ingreso de aquella enorme pelota que le estaba abriendo el culete y se alojaba en la misma entrada de este.

–Quieta putaaa!!…quietecita!!, ordenaba don Pricilo a la ves que que con una mano le separaba una nalga y con la otra la tomaba y abrazaba fuertemente por debajo de su vientre, ya que sintió que la primera reacción de la nena fue la de arrancar. Ambos respiraban agitadamente, una por el dolor, Cielo Riveros tenia la mitad de sus hermosos ojos azules salidos hacia afuera de su orbita, y el otro por la adrenalina concentrada en su pecho, mente y verga. Cuando Cielo Riveros sintió que el viejo volvía a presionar hacia adentro, ella intentaba cerrar sus nalgas, pero él se las arreglaba para volverlas a separar una de la otra.

–Don Pricilo no lo haga por favor!!, si quiere pégueme todo lo que Ud. quiera pero no me la meta por el culoooo!!, era la que ofrecía la nenita en su afán de evitar el enculamiento, ala ves que volteaba su lindo rostro para ver si el viejo cambiaba de opinión, pero lo único que recibió como respuesta por parte de él fue un chorreante escupo en la cara que impacto certeramente chorreando sus ojos, narices y boca.

–Ahora vas a ver perra caliente!! Te dije que no quería problemas, Plaff, Plaff, Plaff…, fue una indeterminada secuencia de feroces nalgadas al que fue sometido el adolorido culo de Cielo Riveros, y una ves terminados, el viejo comenzó a presionar con todas sus fuerzas en contra del bello cuerpo de la muchacha, pero la verga no avanzaba ni siquiera un milímetro, que cerrada estaba la pendeja, pensaba don Pricilo.

Cielo Riveros no no importándole las consecuencias a posterior , comenzó una débil retirada, ante las dolorosas punteadas que recibía en el mismo centro de su apetecible trasero, el vejete la seguía él tampoco estaba dispuesto retirarse, además sentía como el esfínter de la niña le apretaba la cabeza de su verga como no queriendo dejársela salir.

La nena llego gateando hasta el borde de su camita, le daba la impresión que hasta ahí llegaba su existencia, si el viejo se la llegaba a meter entera la podría hasta matar, por lo que decidió lanzarse al precipicio, como pudo bajo sus brazos al piso de su habitación, don Pricilo al sentite como el cuerpo de la nena iba en franca huida, se agarró como pudo a las caderas de su yegua, ambos cayeron al suelo quedando con sus cuerpos de costado y con verga y culo en las mismas condiciones que antes.

–Entregate perraaa!! Le decía el asqueroso hombre al lado de su perfumada oreja, a la ves que le despejaba su lindo rostro de sus desordenados cabellos, –Aunque lleguemos a la mitad de la calle no te salvaras de que te reviente el ortooo, y no me vuelvas a pedir que te golpee, por que o si no te arrepentirás, jejeje, el viejo seguía presionando con demenciales acometidas, pero el apretado conducto anal de Cielo Riveros continuaba rechazándolo.

–Noooo…don Priciloooooh!! Por favoooooo!! Noooooooo!!, ahora Cielo Riveros lloraba desconsoladamente.

El vejete como pudo la volvió a poner en cuatro patas, ahora en el piso de la habitación, se acomodó y se concentro, para luego de un momento decirle

–Ahí te voy putilla, recuerda bien este diaaa!, y haciendo fuerzas descomunales empujo, presiono, perforo y se lo metió en su totalidad, hasta las mismas bolas, toda la extensión de su gruesa verga en el apretado conducto anal de la pobre niña. Cielo Riveros había sido enculada, sintió que la partían en dos, el grueso palo que estaba haciendo ingreso por su culo la dañaba, a la ves que le iba rasgando todas sus carnes interiores, quiso arrancar pero su agresor la tenia bien sujetada de sus caderas y cintura con ambas manos, sentía que esa portentosa vara carnal se adentraba al interior de sus entrañas como si esta no tuviera un final, produciéndole un innombrable dolor animalesco y fue cuando todo se oscureció y por fin pudo dejar de sentir el suplicio al cual estaba siendo sometida. Cielo Riveros se había desmayado.

De la barbilla de don Pricilo caían en abundancia gruesas gotas sudor mesclada con babas que salían de su boca, producto de sentirse totalmente ensartado en esa hermoso blanco y endemoniado cuerpo, le agradecía a todos los dioses por semejante culiada que le estaba pegando a la mas hermosas de sus ángeles enviado a la tierra., este no se daba cuenta que la nena había perdido el conocimiento ante la bestial arremetida con cual la había empalado, y pensando que ella se estaba dejando sumisamente comenzó a meter y sacar su verga que por lo erecta y parada que se encontraba le hacia mas fácil la tarea de flagelar aquel curvilíneo y suave cuerpo el cual estaba violando.

La culiada que le estaban pegando al hermoso cuerpo de Cielo Riveros era brutal, el vejete se echaba hacia atrás casi sacándola por completo, para luego incrustársela con todo lo que le permitían sus fuerzas. El enculamiento de Cielo Riveros se desarrollaba en forma exitosa, el grueso instrumento de don Pricilo perforaba y taladreaba sin compasión aquel delicado conducto anal que tanto había resistido. Plaf, plaf, plaf, plaf, sonaban los cuerpos al chocar uno contra el otro, claro que era don Pricilo quien estaba haciendo todo el trabajo, que a parte de mantener apuntalada a la mocosa, también la tenia que mantener bien asida ya que notaba la pesadez de su cuerpo, y como no iba a ser así, si la pobre aun se mantenía inconsciente.

Cielo Riveros poco a poco recobro el conocimiento y de la misma forma comenzó a sentir el mismo dolor animal que había sentido cuando la encularon en su totalidad. Tubo que resistir el salvaje ataque al cual estaba siendo sometida, nunca en su vida había sentido algo tan horroroso y espeluznante, ella ya no lloraba, asumía sumisamente su brutal padecimiento, la estaban torturando por el culo, y lo único que deseaba la nena era que ese viejo caliente y torturador de don Pricilo, se derramara lo mas pronto posible para así terminar con el suplicio.

El viejo por su parte se deleita mirando el espectacular cuerpo el cual esta gozando, a la ves que escucha muy levemente los gemidos salían de aquellos purpuraceos labios de ensueño, este piensa en forma errónea que estos son de placer y que ella ya estaba gozando, por lo que decide en recompensarla aumentando la velocidad y fuerzas de sus brutales embestidas.

Cielo Riveros sentía que la estaban descuartizando, fue tanto su padecimiento, que toda la zona de su hermoso culo perdió total sensibilidad, como si le hubiesen puesto una anestesia local en ese rico sector de su cuerpo.

Pasados unos minutos de esta extraña situación para su rica anatomía, lentamente comenzó a sentir una rica agüita que le corría por el culo haciéndole cosquillas en este, y que esta rica agüita la recorría por todo su conducto adentrándose y devolviéndose, luego ya no era un agüita, ahora esta se había ido transformando y pasando de un estado liquido a solido, ahora sentía que lo que la recorría era una cosquillosa masa que le producía unos ricos escalofríos que nacían desde la mas profundo de su culo, para luego esta rica masita pasar a un estado de dureza absoluto que por cada avance le prodigaba los mas grandiosos escalofríos que había sentido jamás en su cuerpo, por lo que decidió solo en concentrarse en estas nuevas y bestialmente placenteras sensaciones de satisfacción para su endemoniado cuerpo.

Prefería esto que a ese inmenso dolor que sintió al principio, pensaba su debilucha mente en cuestiones de índole sexual, a la ves que sentía que por cada movimiento que ella hacia las ricas sensaciones que le estaba regalando su propio trasero y esa dura estaca que la seguía perforando sin compasión, se multiplicaban y se ramificaban en todas direcciones por dentro y por fuera de su cuerpo. Como ya había pasado lo peor, lo mejor ahora era moverse pensaba la angelical criatura, quien ya estaba lista y dispuesta a entregarse a esas salvajes y nuevas emociones placenteras de las cuales ella ya quería ser participe.

Cielo Riveros ya estaba entregada, ahora era ella quien movía deliciosamente su cintura y culo, en eróticos desplazamientos de retroceso y avance con la intransigente decisión de comerse `por el orto toda la longitud y grosor de la gran verga de su nuevamente macho cabrío. Ahora gemía de placer autentico, esto era nuevo para ella, nunca se imagino que hacerlo por el culo le resultaría tan gratificantemente placentero para su cuerpo y mente.

Don Pricilo que estaba en total estado de excitación y calentura con esa perra que ahora aullaba de puro placer, le pregunto:

–Te gusta putaaa!!

–Siiii, dijo Cielo Riveros muy segura de su respuesta.

–Te duele algooo!!

–Nooo don Pricilooo… esto es ricooooo!!

–Jajaja, reía el vejete, –Sabia que eras puta y perra a la hora de follar jajaja, pero nunca me imagine que tantooo!!, realmente me sorprendes pendajaaa!!

Cielo Riveros no lo escuchaba, lo único que le importaba por ahora era que ese viejo con verga descomunal no dejara de perforarla, que se la metiera por el culo sin compasión ni miramientos de ningún tipo, esto era genial!!. Pensaba en el excelente trato había hecho con el, la hacían gozar como animal y sin riego de que la preñasen, que mejor se decía para si misma.

El enculamiento iba para largo, ambos cuerpos se buscaban para fusionarse uno con el otro, verga y culo eran uno solo, se separaban solo por pocos centímetros, para luego juntarse y unirse, hacían pequeños intervalos para mantenerse pegados, donde don Pricilo aprovechaba para besarla en la boca, y la hembra ya lo recibía gustosa, feliz y complaciente. Como le gustaba a Cielo Riveros que la tuvieran en cuatro patas, se sentía puramente animal, una perra caliente, una yegua en estado de celo y complaciente para su potro, y le agradaba que usaran su cuerpo de cualquier forma sexualmente posible, que se la cogieran, que se la culiaran y que la encularannn!!

Esos eran los pensamientos de Cielo Riveros cuando sintió cuando sintió una fuerte corriente eléctrica al interior del culo y que rápidamente aumento para apoderarse de todo su cuerpo y total integridad que la hiso explotar en el más genial y místico orgasmo, muy distinto a los que ya había sentido en circunstancias anteriores.

(Un minuto antes) El viejo al ver que los movimientos y meneos que hacia Cielo Riveros iban en aumento le ordena:

–Vamos Putaaa!! Demuéstrame lo yegua que eressss!!, palabras que se unificaron con los últimos pensamientos de la niña y que fueron loa quela hicieron alcanzar la gloria.

–Siiii, siiiiiiii, siiiiiiiiiiiiiiiii, don Priciloooooh, soy una yeguaaaaaaaaa!!!,… Soy una gran yeguaaaaa!!… Soy Suuuuu Yeguaaaaaaa!!, fue lo ultimo que pudo gritar Cielo Riveros antes de dejarse caer al piso con severas convulsiones de placer, con todo el agujero del culo totalmente abierto y dejando ver a quien quisiera hacia sus eróticos interiores, don Pricilo miraba encantado el perfecto circulo rosado que se le veía a la niña al tener su esfínter completamente dilatado y con las gruesas medidas diametrales del gran tronco que solo hace algunos segundos había tenido ensartado.

Don Pricilo estaba complacido, la había enculado y gozado a la perfección, se extraño que la nena no sangrara por el culo, le hubiera encantado que esto hubiese ocurrido, como la ves en que le partió la zorra, pero en fin pensó, no todo tiene que ser como uno quiere se dijo para el mismo.

Cielo Riveros ya mas tranquila y aun con cara de perra en leva, se quedo tirada en el piso, le ardía su culito el cual ya estaba completamente cerradito y apretado, pero lo que sintió al ultimo fue tan rico que aquellos escozores que ahora sentía era la nada misma, pensaba y además se daba cuenta en que el vejete aun no se había corrido y ella estaba dispuesta a dejarse encular nuevamente para que él también lo disfrutara, era lo decidía la tierna jovencita.

Don Pricilo estaba en el piso junto a su hembra, saco una botella de cerveza y se la ofreció a la nena quien por lo acalorada que estaba la acepto sin ningún tipo de reclamos, ambos bebían cada uno de su propia botella y fue Cielo Riveros quien estiro su delineado brazo hasta el bolso del vejete para sacar de este una cajetilla de cigarros y proceder a encender uno para el y luego uno para ella, la niña fumaba en silencio disfrutaba del placer de la nicotina ensuciando sus pulmones y cuerpo.

Una ves que terminaron su cigarrillo y de que vaciaran ambos sus propias botellas de cerveza, fue el viejo quien volvió a dar ordenes a la joven manceba.

–Súbete a la cama putilla, jejeje, te quiero de espaldas y abierta de patas, jejeje que voy a terminar con lo que hoy comenzamos, jejeje…

Cielo Riveros pensó en lo que ahora le solicitaban, que bravo era don Pricilo para culiar, ahora se la iba acoger exquisitamente por el culo y con ella tirada de espaldas , con estos pensamientos y a la ves impulsada por la calentura de la ramera que llevaba por dentro, gateo felinamente y en cuatro patas en dirección hacia su cama, lo hacia en forma cadenciosa y sugerentemente provocadora, la idea era que su macho mirara bien la exquisitas curvas y formas que ella nuevamente le ofrecería para el uso absoluto de él y solo para el. Cielo Riveros cuando estaba caliente realmente no era ella.

Una ves de espaldas y ya acomodada en su camita da blancas sabanas y cobijas , abrió sus piernas y vio como ese majestuoso instrumento vergal se acercaba con la segura intención de tomar posesión nuevamente de su curvilíneo y frágil cuerpo.

Don Pricilo tomo ubicación sobre el esbelto cuerpo que nuevamente en forma dócil y congraciada le estaban ofreciendo, Cielo Riveros por su parte ya estaba lista y dispuesta para que le volvieran a reventar su sabroso culote, pero grande fue su sorpresa cuando sintió que se le volvían a ensartar en su totalidad pero esta ves por su panocha, esta situación confundió a Cielo Riveros, este no era el tarto, ahora ella ya dimensionaba que si el vejete volvía a verter y depositar su semilla al interior de su vagina y cuerpo, las probabilidades de que la preñasen eran muy altas, pero ellos tenían un acuerdo, a lo mejor después de un rato de disfrute por ese sector se la sacarían y la encularian como era lo estipulado, estos pensamientos la dejaron un poco mas tranquila, por lo que se dedico a culiar y corresponder a las aserruchadas con exquisitos meneos ondulatorios.

Pasaban los minutos y a pesar que Cielo Riveros lo estaba pasando extraordinariamente delicioso, con aquella verga la cual que por cada estocada que le pegaban, sentía que esta le llegaba hasta mas arriba de su cintura, aun así esperaba el momento en que don Pricilo cambiara de con ducto, y fue cuando sintió que gruesas gotas de saliva caían sobre su cara, el viejo acelero sus embistes y ella ya sabia lo que estaba a punto de ocurrir, estaba por derramarse en su interior, la podría preñar!!, se escandalizaba, y aun así no podía dejar de mover su cuerpo, como si este estuviese rogando para que lo embaracen! Por fin pudo articular algo:

–Noooo donnn Pricilooooo, acuerdeseeeee del tratooooooo…, intentaba suplicar la jovencita

El viejo no contestaba, solo se dedicaba a besar y lengüetear las perfumadas carnes dela niña a la altura de su cuello y cara, y a ensartarla con furiosas estocadas con el insano afán de fertilizarla en estos mismos momentos. En un momento dado don Pricilo se la clavo hasta las mismas bolas y solo se dedico a restregar lentamente su falo en el interior del femenino cuerpo, el vejete ya casi estaba listo para descargar.

–Noooo don Priciloooo, me puede dejarembarazadaaaaa!!, decía la nena refregándose ella misma con el pene que tenia ensartado hasta la altura del mismo hígado.

–Ahhhh, gruño el vejete quien acelero aun mas sus bestiales arremetidas en aquel hermoso y joven cuerpo, para un momento detenerse y mantenerse totalmente ensartado al interior de este y bramar, –Tomaaa pendejaaaa del demonioooo, ahí tienes mis mocoooossss!! Eressss mia putaaaaaa!!, gritaba mientras seguía descargando abundantes cantidades de semen en las profundidades del cuerpo de Cielo Riveros.

Ella en algún momento pensó en las posibles consecuencias de lo que estaba sucediéndole, la podría embarazar ,no, no, no, dictaminaba su mente, pero era tan rico como se la estaban culiando que su cuerpo no le respondía a lo que ella realmente quería, ella no quería que don Pricilo la preñara, pero esas inyecciones de liquido caliente que le estaban administrando en su interior ya la superaban y fue cuando empezó a menear como poseída sus caderas como aceptando cualquier cosa que pudiera venir después del coito.

–NoooooooooooaaaaaaahhhhhhhhhhssssSSSSSSiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii….Ricooooooh…!! Fue lo ultimo que pudo gritar Cielo Riveros, a la ves que se entregaba a las placenteras sensaciones de aquel exquisito orgasmo no deseado, moviéndose y restregándose en forma copulatoria y de apareamiento, su subconsciente le ordenaba que ninguna gota de ese espeso liquido blanco debía perderse afuera de su delineado cuerpo, para así aumentar las posibilidades fecundadoras, correr ese riesgo a ella la prendían y la calentaban.

A partir de este momento solo la madre naturaleza, la creación, el universo y sus distintos elementos se encargarían de darnos la respuesta, si que de la unión de ese macho y esa hembra, fue o no perfecta llegando a la consumación de procrear una nueva vida en este podrido mundo en el que vivimos.

Cielo Riveros se sentía en deplorables condiciones psíquicas , lo que acababa de consumar era una aberración, ella no quería darle un hijo a don Pricilo, que seria de su vida si esto ocurría, el placer ya se había esfumado, ahora solo eran sentimientos contradictorios y de incertidumbre los que atacaban la mente de nuestra hermosa y dulce Cielo Riveros, por que no se fue se preguntaba, si el viejo le había dado chance, ahora se lo tenia que explicar a sus padres, les tendría que mentir y luego a esperar para ver si este asqueroso hombre la había dejado embarazada, mantenía sus ojitos cerrados no quería ver a ese miserable, sintió que don Pricilo se paraba y que buscaba algo en su bolso, a lo mejor quiere seguir bebiendo cerveza pensó y fue cuando escucho la grave voz del vejete…

–En cuatro patassss!! Putaaa!!! Le ordenaba nuevamente don Pricilo.

Cielo Riveros lo miro extrañada, por lo que había ocurrido hace pocos minutos ella ya no estaba dispuesta para seguir copulando con el, y su espanto fue mayor cuando miro que el vejete continuaba con su verga totalmente parada y apuntando hacia el techo, y que en su mano tenia el grueso y ancho cinturón de cuero, con el cual ya una ves había amenazado con golpearla.

–Jejeje, te dije que el enculamiento tenia que ser por las buenas putita, jejeje, pero tu siempre con tus estupideces y haciéndome problemas, jejeje, ahora tendré que aplicarte un castigo ejemplerizador, para que esto no vuelva a ocurrir, jejeje, además que vas a mentirles a tus padres para tapar lo zorra que eres, jejeje, y como yo ahora soy tu marido hare que no te queden ganas ni de pensar en mentirme alguna ves , jejejeje, ya veras que después de tu correctivo aprenderás a comportarte como una verdadera yegua que se debe solamente a su dueñooo!!, –Ultima ves que lo repito en cuatro patas perraaaa!! Le grito con su cara desfigurada dándole un aspecto demoniaco.

La niña totalmente horrorizada y con su cuerpo temblando por el miedo, se puso nuevamente en la degenerada posición la cual le ordenaban y entregada al desventurado destino que tendría al lado de don Pricilo, lo miro con esos hermosos ojos azules y lo ultimo que se escucho en aquella habitación fue: Sniff, sniff, sniff…

Miriam Caballero de Riveros, era la única sobrina de un acaudalado empresario del área comunicaciones. Su madre había muerto al darla a luz y su padre falleció en un trágico accidente automovilístico cuando Miriam Caballero aun era solo una bebita de 2 años de edad, quedando huérfana y desamparada. Fue su tío paterno Eulogio, hermano del difunto quien se hiso cargo de la nena e hiso de padre y madre a la vez, asumió su formación y fue quien la vio crecer además de ser el quien fue el primero en vislumbrar las marcadas curvas que poco a poco se empezaban a formar en el tierno cuerpo de su adorada hija-sobrina.Tenía apenas poco más de catorce años cuando se ganó la admiración de la sociedad en la cual se desenvolvía la joven y también de su escasa parentela, debido a su exuberante y deleitosa belleza más el exquisito encanto de su manera de ser.

La formación académica de Miriam Caballero había sido más de excelencia y profunda de lo habitual en una joven, era extremadamente estudiosa, desde sus primeros años tubo clases particulares en su mismo hogar, en donde le enseñaron a dominar distintos idiomas como el alemán, francés e inglés, le habían dado las herramientas para expresarse fluidamente, y ya en plena adolescencia era un incuestionable ejemplo femenino de prestancia y distinción.

El tío Eulogio desde que la tomo como su tutor la convirtió en la niña de sus ojos, y el hecho de carecer de descendientes, veía en Miriam Caballero a su única heredera y sabia que el día en que el ya no estuviera seria ella quien se haría cargo de todas sus posesiones las cuales incluían una treintena de propiedades, un sinnúmero de acciones en distintas Corporaciones comerciales y además de suculentas y millonarias cuentas bancarias en los más distinguidos bancos internacionales. (Esta información la manejaba muy bien el calaverico de don Urias)

Debido a lo anterior es evidente llegar a la conclusión de que, en semejante sociedad en la cual vivimos a cualquier joven muchacha que viva sola con un hombre y que debido a su innata distinción, sumada a su exótica y extraordinaria belleza, no tardaron en atraer sobre ella las más bajas y humillantes murmuraciones llenas de envidia y desprestigio hacia su persona, ya que todas ellas hacían referencia a la extraña cercanía y convivencia entre tío y sobrina, murmuraciones odiosas que nunca llegaron a oídos de ambos, ya que el tío Eulogio por su lado, la mayor parte de su tiempo estaba inmerso en sus obligaciones que le demandaban sus negocios y trabajo.

El caso de Miriam Caballero era similar ya que ella solo vivía para congraciarse con su tío- padre, se sabía que era una joven privilegiada por las grandilocuentes comodidades que la rodeaban y en el medio en el cual se desenvolvía, hasta que todo este mundo casi de fantasía se acabó para ella cuando las fuerzas del amor tocaron las puertas de su corazón a sus tiernos y candorosos 16 años. En esa época de su vida fue cuando conoció al joven Eduardo Zabala un tímido estudiante de Ingeniería hijo de un humilde pero trabajador matrimonio, su padre obrero y su madre dedicada a las labores del hogar y de extrañas inclinaciones religiosas las cuales fueron heredadas en una forma extremadamente fundamentalista por el joven e inexperto Eduardo.

Los sucesos se dieron en forma rápida porque debido a lainexperiencia de ambos jóvenes, sumado a los sinceros sentimientos de amor que ambos se profesaban, no tardaron a consumar lo que cualquier pareja de enamorados llega a hacer cuando sus jóvenes cuerpos dan rienda suelta a todos esos extraños pero exquisitos impulsos que los llevan a querer conocer y disfrutar de aquellas nuevas y extrañas sensaciones de placer y felicidad.

Una vez que la joven pareja de enamorados consumaron el acto sexual Miriam Caballero se sintió la mujer más enamorada del mundo, ya que en forma innata se dio cuenta de la nueva vida que se comenzaba a formar en sus entrañas y así se lo hiso saber a su novio, pero el joven Eduardo una vez repuesto de ese arranque de arrebato pecaminoso que no pudo controlar, se sintió el mas blasfemo y vil de los hombres que pisan esta tierra, y en vez de pensar en su amada, lo que más le preocupaba a él era lo que pensarían sus padres de esta situación, serian burla por parte de la comunidad religiosa en la cual participaban, por lo que se auto desterró de su medio social y familiar y se dedico a sus estudios y a buscar una forma de expiar su pecado.

Con esto la joven e inexperta Miriam Caballero quedo encinta, ella con mas preparación que Eduardo, no se desespero y fue ella misma quien le comunico la noticia al tío Eulogio, quien a pesar de la profunda pena que sintió en un principio por ver alterado el bienestar y futuro de su bella sobrina, no tardo en aceptar la situación y fue el mismo quien al ver los verdaderos esfuerzos que hacia su futuro sobrino-yerno por surgir, y también por habérselo solicitado su sobrina le ofreció un puesto en una de las solidas empresas de las cuales el dirigía, con la condición de que terminase sus estudios profesionales.

La joven pareja se caso en una ceremonia austera y sencilla, eltío Eulogio se contentaba con ver feliz a Miriam Caballero pero aun así veía algo raro en es joven, además de sentir por primera vez en su vida celos!! y reconocía que estos no eran muy filiales que digamos ya que hacía solo un par de años se había percatado de las endemoniadas formas y curvas que había adquirido el joven cuerpo de su rubia sobrina, pero a pesar de ello nunca tuvo la mala intención de sobrepasarse con ella, se conformaba con admirarla,hubieron muchas noches en que fantaseaba en ardientes y largas masturbaciones en donde él y su sobrina solo eran macho y hembra, por lo que la situación del embarazo fue un golpe bajo para él, pero era un hombre sensato sabía que su sobrina era hija de su hermano y por lo mismo nunca podría tener algún otro tipo de trato con ella.

Dos años más tarde Eduardo conoció a don Urias y con esto se sucedió el inminente ingreso a la Decente Congregación la cual este ultimo dirigía, no sin antes por parte del mismo Urias verificar los estados financieros del hombre y la mujer, en donde se percato que Eduardo a pesar de su solido puesto en una de las más prestigiosas empresas del país, no se comparaba y no le llegaba ni a los talones a lo que heredaría su mujer y que prácticamente ya era dueña ya que se preocupo también de investigar la descendencia familiar de Eulogio Rojas, y esto sumado a la esplendorosa imagen de aquella extraña y joven mujer rubia, de la cual quedo prendado desde el primer día en que la conoció.

“Miriam Caballero pensó al instante que don Urias tenía razón, Eduardo se había comportado en forma extraña con ella, había sido déspota y egoísta con su propia familia, y si don Urias también lo notaba era porque algo le sucedía a su marido. Miro al viejo flaco con sus hermosos ojos verdes, quería conversar con él, que la aconsejara, o que hablara con Eduardo, pero al momento de querer articular las palabras su hermosa voz se quebró y solo pudo emitir unos dolorosos sollozos de hembra herida, por lo que don Urias acudió atento a prestarle su más DESINTERESADO consuelo a la hermosa mujer. Miriam Caballero se echó a llorar a los delgados brazos de don Urias y este por su parte en forma paternal, por ahora, la abrazo poniendo su huesuda mano en la esbelta cintura y con la otra le acariciaba el rubio cabello que nacía desde sus sienes, al viejo le temblequeaban las hilachas de piernas que poseía, por la sencilla razón de sentir el poderoso cuerpo de esa Diosa a la cual amaba, ya que en estos momentos y por primera vez podía sentirlo y rozarlo con el suyo.”

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UNA FAMILIA DECENTE 5

Miriam Caballero lloraba desconsoladamente en el regazo de don Urias, pensaba en todos los años que llevaba viviendo con Eduardo, en cómo se conocieron, de como ella había renunciado a una vida llena de comodidades por estar junto a él, su personalidad no era mezquina y tampoco egoísta, pero Eduardo con esto estaba sobrepasando los limites, sus pensamientos estaban sumidos en la paternal figura de su tío Eulogio en como él se había opuesto a que ella se incorporara a una congregación de fanáticos religiosos ya que para el esto solo era una tapadera de hombres y mujeres para encubrir sus retorcidas personalidades, y en realidad no estaba muy lejos de ello, pero ella lo había hecho por Eduardo, además que a pesar del gran cariño que sentía por su tío también se percataba de las extrañas miradas que este le daba a su cuerpo desde el tiempo que comenzó su noviazgo.

Miriam Caballero sabía muy bien de lo que ella causaba en los hombres, sabía que gozaba de una espontánea y pletórica belleza, su sensual naturaleza era de por si propia, ni siquiera necesitaba de ir al gimnasio o similares para mantenerse en un excelente estado físico, lo sabía por el simple motivo de que a donde fuese o estuviese se percataba de las profundas miradas que la recorrían de pies a cabeza, sumado a todas las leperadas que le hacían distintos tipos de hombres cuando se dirigía al centro de la ciudad, y se preguntaba que por qué Eduardo era tan frio con ella, hacía poco más de tres horas que se habían abrazado afectuosamente e incluso hasta la había besado en la frente, esto significaba que tendría que esperar por lo menos unas dos semanas para que a él le naciera otro tipo de reacción más o menos parecida, y para que hablar de tener sexo, con lo de la discusión podía pasar tal vez uno o dos meses, pero ese tema era tabú para ellos, el solo hecho de estar pensando en ello, su marido quizás que tipo acciones tomaría por tales aberrantes pensamientos.

Los delgados dedos de don Urias que en estos momentos le acariciaban sus dorados cabellos la sacaron de sus tristes pero reales cavilaciones, pensó en el hecho de estar abrazada a un hombre que no era su marido, si alguien la viera que podrían pensar de ella, pero se encontraba en un estado emocional quebrantado en donde cualquier mínimo gesto de cariño la hacían sentirse un poco más reconfortada, lentamente fue separándose de don Urias y para luego decir

–Perdóneme don Urias, no sé qué fue lo que me paso…

–Shhh, no tienes necesidad de explicarme nada Miriam Caballero, dijo el presidente de la congregación,–pero si tienes ganas de hablar lo podremos hacer después de la cena, le propuso.

–Lo siento don Urias mi marido me espera en la habitación ya es tarde y Ud. comprenderá que nosotros no nos podem…

–Miriam Caballero!, le interrumpió el viejo flaco,–Mira hacia tu alrededor!, quien dijo que las personas normales nos tenemos que privar de lo que el mundo nos ofrece, la rubia solo lo escuchaba atenta a las aclaraciones que en estos momentos le hacía don Urias y que luego continuaba, –Mira hacia los comedores, ahí están la gran mayoría de nuestros congregados, Miriam Caballero miraba y escuchaba con sus 5 sentidos, don Urias tenía razón,– Mira ahora hacia la barra del Bar!, no es el mismo don José, tu futuro familiar quien está bebiendo un trago de wiski…

–Si, contesto Miriam Caballero, — Lo he visto pero es que mi marido piensa…

–Esas son cosas de Eduardo!! Le volvió a interrumpir don Urias que con este ejemplo ponía en marcha su macabro plan de hacerse con el cuerpo de la rubia, por los días que estuvieran en aquellas instalaciones.—De eso mismo quería conversar contigo ya que Eduardo ha estado muy raro este último tiempo.

— Pero don Urias yo soy una mujer casada, y esas cosas Ud. debiera hablarlas con el…

–Y quien dijo que estos asuntos no se deben tratar con las mujeres?, preguntaba haciéndose que esas cosas eran de Eduardo, y que él no compartía semejantes planteamientos, siendo que el mismo le había metido en la cabeza esas ideas a Eduardo.

–Don Urias!, lo siento me encantaría seguir hablando con Ud. pero de verdad me tengo que retirar!, termino diciendo Miriam Caballero y con un tono que demostraba por terminada la conversación.

–Te comprendo pequeña permíteme acompañarte a tu habitación, dijo en forma triste don Urias, mitad para que Miriam Caballero creyera de sus buenas intenciones y mitad por ver fracasado su proyecto, ante la firme personalidad de la encamable mujer, que nuevamente se le escapaba de sus garras ante los innumerable intentos pasados por hacerle cambiar su postura sobre la correcta persona de su esposo.

Se dirigieron hacia el sector de las habitaciones, los ojos hundidos de don Urias no se despegaban de las exquisitas formas de la beldad que caminaba a su lado, por su parte Miriam Caballero pensaba en lo que había dicho don Urias, seria verdad que estas cosas eran solo de Eduardo? Se preguntaba. Pero la verdad era una sola, era cierto que don Urias profesaba todas esas estupideces del lugar del hombre y de la mujer ante la sociedad, pero en la congregación eran muy pocas las familias que hacían caso de ello. En el trayecto mientras cruzaban por el sector de los comedores, Miriam Caballero se pudo fijar en todas las familias ahí reunidas, solo faltarían ellos vio la mesa de la numerosa familia de don José Almarza su futuro familiar político y como este reía a la vez que descorchaba otra botella de champagne para seguir celebrando el noviazgo de su vástago con una de las mejores hembras de la cofradía, a la cual ellos pertenecían.

Miriam Caballero se sentía confundida de todos los años de matrimonio junto a Eduardo nunca se le ocurrió ponerse a pensar de como llevaban las demás familias su manera de vivir en cuanto a las reglas establecidas, y se dio cuenta que todos actuaban distinto a lo estipulado o a lo mejor no eran tan devotos como lo eran ellos, o lo otro seria también que quizás Eduardo era el…

–Miriam Caballero!, la voz de su esposo la saco de sus pensamientos .

La rubia levanto su mirada y vio a Eduardo que se acercaba sonriente hacia ella y don Urias. Miriam Caballero pensó que tal vez su esposo había cambiado de opinión, por el hecho de haber discutido con ella y por haberla tratado como lo había hecho, por un momento se sintió dichosa, por la idea de que se quedarían a cenar igual que todos los demás y quizás luego de la cena podrían dar un romántico paseo por los hermosos senderos de verde vegetación, pero todas estas ilusiones se le derrumbaron cuando Eduardo llego junto a ellos:

–Cariño te traigo la llave de la habitación contigua, la que había solicitado para Cielo Riveros, hablaba el hombre disimulando y para dar a demostrar a don Urias que todo estaba perfecto entre ellos.

–Eduardo, justo en este momento me dirigía hacia nuestra habitación, decía Miriam Caballero, — le estaba explicando a don Urias…, fue interrumpida por el fuerte vozarrón de don José, quien desde su mesa les hacía señas.

–Eduardo!!, les llamaba don José moviendo su mano en señal para que se acercaran. Una vez que lo tres llegaron a la mesa de don José y su familia, este les invito, –Eduardo, ven esos dos puestos reservados? Son para Uds, será un honor para nosotros que nos acompañen a cenar, jaja, ya que prácticamente somos familia, termino diciendo el buen don José.

–Don José, le estoy profundamente agradecido, pero el largo viaje de ayer y los ajetreos de hoy me tienen agotado además que acabo de tomar un somnífero y aunque quisiera no duraría ni 10 minutos en poder acompañarlos, pero mi mujer si estará encantada de acompañarlos no es verdad cariño, dijo Eduardo mirando con una sonrisa fingida hacia el hermoso rostro de la mujer.

Miriam Caballero pensaba por primera vez desde que estaba casada con Eduardo, que por que este tomaba decisiones por ella, si en algún momento pensó en perdonarlo por lo que había ocurrido en la habitación solo hace una hora y por el hecho de nuevamente haberse equivocado en las intenciones de su marido, lo contradijo para que él se diera cuenta que era ella quien tomaba sus propias decisiones.

–La verdad Eduardo es que también estoy cansada y no creo estar en condiciones para acompañarlos, creo que me iré a descansar. Cuando termino de decir esto último lo acompaño con una de sus más encantadoras sonrisas dejando ver su blanca y reluciente dentadura, don José e Ignacio ya estaban comenzando a babear ante la imponente imagen de esa Diosa que en estos momentos se excusaba de no poder acompañarlos. Don Urias se daba total cuenta de la real contienda de emociones que estaba teniendo el matrimonio, la cosa se estaba poniendo buena así que espero para ver la reacción de Eduardo.

En la cara de Eduardo el espanto mesclado con vergüenzaera total, Miriam Caballero su mujer lo estaba contradiciendo delante de otra familia esto no era así , qué pensarían de él se preguntaba, pensarían que él no era capaz de controlar los insolentes impulsos de su esposa, esto no lo podía permitir, así que delante de don Urias y de toda la familia Almarza y de otras gentes que estaban en las mesas cercanas, tomo fuertemente del brazo a su mujer y casi la arrastro hacia donde estaba las sillas reservadas para ambos diciéndole, –Mira mujer!!, la palabra mujer la recalco, –Yo ya dije que estoy cansado y que tú te vas a quedar en mi representación, además mañana podrás descansar todo el día si quieres ya que yo estaré ocupado en distintas actividades con los jóvenes de escasos recursos de esta región…, en esto lo interrumpió muy caballerosamente don José…

–Eduardo, pensándolo bien no es necesario que se queden lo podemos dej…

–Ella se quedara!! Dijo Eduardo no gritando, pero dando a entender con el tono de su voz que ahí era el quien mandaba, –Lo que pasa es que para ella han sido muchas emociones en un solo día, no es así Miriam Caballero!!, le pregunto cómo obligándola a decir la respuesta que él quería escuchar.

–Si, dijo una casi inaudible vos de Miriam Caballero que por la vergüenza y dolor que la situación le causaban, sentía las profundas ganas de llorar, pero no lo haría.

–Bien! en vista que mi esposa ha entendido cuáles son sus obligaciones, yo me retiro. Miriam Caballero permíteme, solo será un minuto, pidió permiso Eduardo a los congregados para hablar a solas con su mujer, se alejaron un par de metros de donde estaban

–Miriam Caballero escuchame bien, lo que has hecho no tiene nombre!! Me has hecho hacer el ridículo!! Le decía un Eduardo eufórico y en voz baja temiendo que lo pudieran escuchar de como recriminaba a su mujer, aunque ya a estas alturas casi todos los reunidos se daban cuenta que la pareja estaba pasando por un mal momento. Miriam Caballero quien ya estaba repuesta del aquel amargo momento le dijo con mirada imponente, –No te preocupes Eduardo solo ve y descansa yo te representare en la cena de compromiso de nuestra hija, que ni siquiera está al tanto que su padre acaba de comprometerla…

–Eso ya está hablado y no lo discutiré nuevamente contigo y menos aquí, que ya todos nos están mirando, ahora iras y cenaras con ellos y te quedaras hasta que la última mujer se retire, creo que en el lago abran juegos de artificio, te puedes quedar a verlos si quieres pero debes dar una buena imagen ante don José y su familia y para que no estés sola le pediré a don Urias que te acompañe, me has escuchado…

–Si Eduardo y no te preocupes que así será, como tú dices, agregó…, El marido notaba el tono sarcástico que por primera vez notaba en su esposa, esta situación lo descolocaba como le pudo haber afectado tanto el compromiso de Cielo Riveros, se preguntaba a la vez que la miraba de pies a cabeza.

–Y para mañana no quiero verte vestida así como andas, este antro está lleno de hombres viejos y lujuriosos que solo te miran las partes pudorosas de tu cuerpo, o acaso no te has dado cuenta? Lo último que me faltaría es que los andes provocando…mira que pareces una … se tardó unos segundos en mencionar la palabra, pero hasta que su voz que no estaba acostumbrada a expresar este tipo de apelativos lo pronuncio, — Una verdadera prostitutaaa!, lo dijo sin acordarse de que solo hace unas horas cuando la vio salir del servicio la había encontrado perfecta.

Fue el golpe más grande y más vil a la vez, que pudo haber recibido Miriam Caballero, estaba segura que ella no merecía aquel trato, sus hermosos ojos verdes ya estaban bañados en lágrimas que insistían en dejarse salir y rodar por sus mejillas, saco todas sus fuerzas de coraje y no lo hiso, no lloro, aunque ahora si estaba destrozada, en un solo día Eduardo la había hecho ver todas las imperfecciones como hombre y como esposo que este tenia, fue el instante en que la mujer se dio cuenta que ella solo conocía dos mundos, la feliz infancia en la casa de su tío Eulogio y luego el mundo fantasioso que la había hecho vivir su marido privándola de sus amistades antiguas, visitas a familiares y solo dedicándose a participar en esa extraña congregación que hasta el momento era parte de su vida, pero a pesar de todo esto ella igual lo perdonaría, había sido el único hombre en su vida y no iba a permitir que aquellos extraños sucesos vividos le afectaran en la sana convivencia matrimonial, haría todo lo que su marido le había solicitado pero cuando ya estuvieran en casa buscaría el momento apropiado para hablar con él.

La cena se desarrollaba normal, toda la familia Almarza celebraban la presencia de Miriam Caballero su futura familiar política, hablaban de cosas triviales y se esforzaban por contar anécdotas cómicas con la intención de subirle los ánimos a la invitada ya que todos se dieron cuenta de la situación vivida por aquella distinguida mujer rubia que solo atinaba a sonreír tímidamente ante cada situación narrada por cualquier integrante del clan Almarza.

Don Urias se sentía privilegiado, ahora que veía a la dolorida y destrozada mujer sentada a su lado en un estado emocionalmente vulnerable renacían sus insanas intenciones de usar esa situación a su favor, su corazón latía aceleradamente con el solo hecho de pensar en que tal vez Miriam Caballero entraría a su habitación o a cualquiera de aquel elegante hotel cinco estrellas, con la firme intención de acostarse con él, pero el viejo no sabía cómo abordar a una mujer, de estrategias de conquista o de palabras para congraciarse con alguna fémina estaba en cero, nunca había tenido pareja, solo se acostaba con putas de lujo, en donde gracias a don dinero podía dar rienda suelta a su verdadero antojo sus mas bajas y calientes depravaciones, ya que no tenia que porque tener algún tipo de consideración con aquellas mujeres, que aunque muchas de ellas siendo de gran atractivo, no dejaban de ser lo que eran, unas simples prostitutas que se dejaban hacer de todo en sus cuerpos, pero con una tarifa establecida, ocupando para esto los ingresos que le dejaban en sus cuentas los mismos integrantes de la congregación.

Después de la cena se dedicaron a la sobremesa, el tema principal eran los hermosos paisajes de la región, los brindis iban y venían, Miriam Caballero ya estaba más relajada pero no podía dejar de pensar en lo último que le dijo su marido “mira que pareces una verdadera prostituta!!”. Vio como la Sra. Inés su futura consuegra bebía de lo más normal uno exóticos tragos que había solicitado su esposo, por lo que no dudo en aceptar cuando el joven garzón le sirvió uno de estos a ella, al principio le pareció un poco fuerte, pero al ir probándolo se dio cuenta que era de muy agradable sabor, por lo que no se preocupó más del asunto y decidió en pasarla bien aunque sea por un rato, sola y sin su marido, además de saber que estaba acompañada con gentes de excelente nivel de decencia y buenas costumbres.

Don Urias al notar que el alcohol ya estaba empezando a distender el ambiente y que la rubia mujer ya estaba más relajada y sin las preocupaciones que la acongojaban desde al principio de aquella velada, se dio a pedir que trajeran mas tragos a la mesa, hasta se pidió una botella de Wiski, según el para seguir celebrando el compromiso nupcial de ambas familias, además que faltaban casi una hora para que comenzaran los juegos pirotécnicos.

La conversación y las risas ya se habían apoderado de casi todas las personas reunidas en aquella mesa, por lo que Miriam Caballero no supo en que momento ya había comenzado a beber Wiski, el asunto era que se lo estaba pasando muy bien con esas gentes tan simpáticas, y con don Urias, que por los años que lo conocía no había sabido nunca de aquella nueva faceta de bebedor ocasional y de tan entretenido contertulio, ya casi ni se acordaba de la discusión que había tenido con Eduardo, y cuando las soeces y ofensivas palabras dichas por su marido regresaban a su mente para atormentarla, bebía y acercaba su vaso hacia don Urias quien muy solícitamente se encargaba de volverlo a llenar.

El viejo flaco por su parte ya estaba que no daba más, le dolía hasta el estómago por las sensaciones adrenalinicas que sentía con el solo hecho de pensar en emborrachar hasta el tuétano a aquella fabulosa mujer, siempre recatada y madre de familia, con la finalidad de que una vez terminada la velada se la llevaría a su habitación para seguir con la parranda pero ahora ellos solos.

Habían momentos de la tertulia en que este calculador y horrendo hombre se acercaba a los aromáticos oídos de Miriam Caballero solo para decir y hacerle ver de lo mal que había actuado su esposo con ella, y de como ella misma no se merecía tan viles tratos y cosas por el estilo, con esta fórmula el viejo flaco sabía muy bien hasta donde era capaz de llegar una hembra al sentirse despechada y con ánimos de venganza, y si todo le resultaba como él quería no habría mucho problema en hacerla caer en su calentona trampa de poder arrastrar y llevársela hasta la fría cama de cualquiera de aquellas habitaciones que habían por doquier, y disfrutar al fin!! de aquel cuerpo de diosa que llevaba esperando ya por más de una década.

De reojo miraba hacia debajo de la mesa soslayándose en las marcadas líneas que perfilaban las perfectas curvas del cuerpo de la mujer,y de como estas al terminar de dibujar su espalda, daban paso a delinear sus caderas y formar aquel perfecto y majestuoso pedazo de culo que se gastaba la mujer , que al estar sentada se veía como estas se perdían por debajo de la mesa la cual no dejaba ver aquellas portentosas y bien formadas piernas que ya se adivinaban, por lo que sintió las tremendas ganas de aventurarse y ver si podía tocárselas, aunque sea solo un poquito decidió.

Entre brindis y brindis Miriam Caballero sintió unos leves roces de las huesudas manos de don Urias en una de sus piernas, pero creyó y estaba segura que esto había sido solo una mera casualidad, por lo que no le dio mucha importancia a la situación, la conversación estaba de muy buen ánimo en la mesa, ella solo escuchaba atenta y se daba solo a sonreír y de vez en cuando aportaba y comentaba algunas de las situaciones que tan alegremente se exponían.

Por su parte el viejo Urias estaba totalmente ajeno a las estupideces que hablaban los reunidos en la mesa, solo estaba concentrado en continuar el leve magreo que le estaba dando a los poderosos muslos de Miriam Caballero, pero no se contentó con solo tocar por sobre el vestido, en una oportunidad que vio a la mujer conversando animadamente con una de las hijas de don José, y ya con claros efectos del alcohol bebido en la persona y mente de Miriam Caballero, acerco unos de sus dedos a la parte donde terminaba la tela del vestido de la mujer y muy lentamente comenzó a subirlo para dejar al aire, parte de esas bellísimas piernas de ensueño que ya casi lo tenían sin aire en los pulmones, lo subió casi hasta la mitad de los muslos, ahora solo le quedaba lanzarse a palpar las prometedoras suavidades de estos, su respiración ya era agitada y dificultosa, le temblaba todo el cuerpo se preguntaba cómo era que la rubia no lo hubiera sentido o que le hubiera retirado la mano, esto no se hubiera notado ya que todo ocurría por debajo, además de estar todos pendientes de los chistes y de seguir disfrutando de tan encantadora velada.

Miriam Caballero reía alegremente, ya iba como en su tercer wiski cuando sintió que muy lentamente su vestido iba subiendo y despejando una buena parte de sus piernas, al darse cuenta de esto giro como resorte su cabeza ya que se dio cuenta muy bien de lo que ahora si estaba pasando ahí mismo debajo de la mesa, pensó en hacer un escándalo pero vio que el viejo que en estos mismos momentos se encargaba de despejar sus muslos era don Urias, a quien su esposo le había pedido que la acompañara, después de haberla tratado como a una vulgar puta, y tras pensarlo en milésimas de segundos decidió no muy segura y más por sentirse envalentonada por los efectos que ya le producía el alcohol en su mente y sumado a que ella no estaba acostumbrada a estar en estado etílico, pensó en vengarse y de que este extraño castigo hacia su marido podría ser de lo más normal dentro de un matrimonio que se encontraba pasando por un mal momento, así que este sería el desquite ejemplar para Eduardo, dictamino.

No alcanzo a pasar ni medio minuto cuando sintió una helada mano de don Urias tomar posesión de sus sabrosos muslos, el viejo flaco estaba que se desmayaba de tanta emoción por fin la estaba acariciando, por fin ella se estaba dejando a que el la tocara, la mujer por su parte se sentía nerviosa, la sensación era de estar haciendo una pequeña travesura, pero de momentos aterrizaba en que esto estaba mal! Ella no podía estar dejándose tocar por un viejo de apariencia esquelética, mentor de su santurrón esposo y que en este momento no sentía ningún tipo de respeto por la amistad que ambos tenían y la envalentonaba y decidía a la principiante de infiel y adultera esposa, era de que ella creía que lo que se estaba dejando hacer, era culpa de Eduardo y no de ella.

Las sensaciones para Miriam Caballero eran difusas, en parte pensaba que su marido se merecía este extraño castigo, otra parte de su mente le decía que estaba mal, pero lo más raro de todo era que al estar debatiéndose entre lo correcto y lo inmoral, y dejándose tocar por un hombre mucho más viejo que ella por debajo de una mesa llena de personas le causaba un extraño estado emocional que le ordenaba que siguiera experimentando, su cuerpo comenzó a sentir unas extrañas cosquillas que nunca en su vida había sentido y estas iban bajando desde su estómago , pasando por su bajo vientre y se instalaron en la entrada de su tajito, su cuerpo empezó a temblar, estas sensaciones eran nuevas para ella, ni siquiera en su tiempo de noviazgo había experimentado algo parecido, entre nerviosa y temblorosa intentaba mostrarse lo más normal posible, mientras el viejo Urias ya la recorría casi en su totalidad por las suaves tibiezas de ambos muslos.

Miriam Caballero seguía bebiendo trago, pensando que con esto podría aminorar las eróticas emociones que estaba sintiendo su cuerpo, siendo que la realidad el hecho de seguir bebiendo licor más la estimulaba e iba prendiendo su libido que poco a poco se iba apoderando de su cuerpo, solo que ella no lo sabía, no tenía ni la más mínima idea que lo que su cuerpo estaba empezando a sentir era nada más que calentura pura y neta.

Con todo el magreo que estaban recibiendo las piernas de Miriam Caballero su vestido ya estaba casi subido totalmente, sabía que había parte de su cuerpo que estaba siendo asaltado, pero a estas alturas y por culpa de su marido a ella no le importaba era lo que pensaba la confundida mujer. Al viejo Urias le temblequeaban las manos, hace mucho rato que ya había perdido el hilo de la conversación, solo atinaba a reírse y asentir todo lo que se hablaba, él estaba concentrado en las piernas de su Diosa, pensaba que ya el encamamiento con la rubia era casi inminente, y para comprobarlo quiso ir mas allá de todo limite, fue metiendo su mano por entre medio de ambos muslos sobando y acariciando como a su ves instando a la mujer para que los fuera abriendo.

Mientras ella conversaba y reía con la Sra. Inés, grande fue la sorpresa para el pobre viejo flaco cuando se dio cuenta que ella sin el menor tipo de resistencia por su parte fue abriendo sus bien formadas piernas para él, y cuando estaba a punto de posar dos de sus dedos en la mística ranura ubicada al medio de los muslos semi abiertos de Miriam Caballero, una explosión ensordecedora hiso que la mujer cerrara en forma rápida sus piernas lo mismo hiso con su vestido que en una reacción casi automática lo bajo con una de sus manos devolviéndolo a su estado inicial y protegiendo sus extremidades que habían sido avasalladas por un hombre que no era su marido.

Todos los integrantes de la familia Almarza se pararon efusivamente de la mesa, incluidos don Urias y Miriam Caballero, para dirigirse y bajar hacia el gran lago donde se estaba dando el gran espectáculo de juegos artificiales, don Urias aprovechando la aglomeración de la gente se las arregló para muy rápidamente agarrar la botella de wiski con una mano y con la otra tomar por la cintura a la aun confundida hembra e ir quedándose un poco más atrás del resto de personas con quienes habían estado compartiendo la sobre mesa.

Miriam Caballero aun dominada por los efectos de la bebida alcohólica se dejaba llevar por las pretensiones de don Urias, el viejo con cara de muerto no le gustaba para nada, pero nunca se había imaginado que este flacuchento hombre tuviera la osadía de haberle corrido mano delante de otras personas y a pesar de lo bastante feo que era, este jueguito la tenía entretenida, quería seguir jugando un ratito más para ver que le haría ahora, ya que ella recordaba muy bien las antiguas pretensiones de aquel pobre hombre tenía para con ella.

Bajaron hacia el lago donde el cielo estaba totalmente iluminado por los juegos pirotécnicos, era un gran espectáculo que el lujoso hotel había preparado para todos sus invitados, mientras Miriam Caballero caminaba abrazada por don Urias pensaba en que como le hubiera gustado que el hombre quien la llevara asida a su cuerpo en estos momentos hubiese sido su Eduardo, pero él no estaba, había preferido insultarla para luego irse a dormir, y el hombre que la llevaba en estos momentos a su lado era aquel viejo pretendiente que la llevaba cortejando desde sus primeros años de matrimonio, de pronto se percató que si bien se dirigían hacia el lago, la dirección en que la llevaba don Urias era ya apartada del grupo de gentes, él estaba plenamente seguro de que Miriam Caballero ya estaba borracha por lo tanto vulnerable para sus calientes intenciones.

Llegaron hasta la oscuridad de un sendero que los guio hacia un apartado espacio, en este habían un bloque de cemento de forma rectangular que hacía las veces de asiento, donde fácilmente cabrían unas cuatro personas sentadas cómodamente, tomaron ubicación al lado de este y debajo de un gran árbol que con sus largas y frondosas ramas los protegerían de cualquier mirada, aunque esta precaución no era necesaria ya que estaban bastante apartados del resto de la multitud.

–Un trago?, ofreció don Urias a la atontada mujer, Miriam Caballero solo tomo la botella y se la empino dando unos grandes sorbos, su compañero solo se sobaba las manos por ver que ya casi estaba por cumplir su sueño, todo indicaba que la mujer ya estaba por entregarse a la infidelidad.

Miriam Caballero se sentó en aquel bloque que servía de asiento, miraba con ojos de niña aquel gran espectáculo que se les estaba ofreciendo, sintió cuando el atrevido hombre se acomodó al lado de ella abrazándola y posando una de sus flacuchentas manos en una de sus poderosas caderas, situación que casi al instante la hicieron recordar aquellas extrañas sensaciones que sintió cuando ambos estaban sentados en la mesa, pensaba en cómo pudo dejarse tocar y que el hombre casi haya llegado a su parte más íntima y con pleno consentimiento de ella quien para rematarla le había abierto sus piernas para que el tomara lo que quisiera con toda potestad aquello que estaba supuestamente reservado solamente para su esposo, para aquel hombre con el cual estaba casada y habían tenido una hermosa hija, pero que lamentablemente poca atención le prestaba a eso que ahora ella estaba sintiendo y más encima con el viejo feo y flaco de don Urias.

Ahora sentía los delgados dedos del flacuchento como hacían pequeños circulitos en su cadera y como estos comenzaban a jugar con el delgado elástico de su pequeña ropa interior, no sabía por qué motivo lo estaba dejando, ella era una mujer casada con obligaciones maritales solo para su marido, pero como ya se dijo este no estaba, se preguntaba por qué el destino la ponía en esa situación, fue en esto que sintió que la otra mano de don Urias bajaba hacia sus piernas y que ahora ya venía subiendo arrastrando su vestido para luego con mucho cuidado dejárselo a la altura de su cintura, a pesar de ella estar casi consiente de la situación solo se dedicaba a seguir mirando el espectáculo y seguir dándole pequeños sorbos a la botella de wiski.

Don Urias ya no daba más, poso su mano en toda una nalga de Miriam Caballero por debajo de sus ropas, la suavidad y tibieza de esta casi lo hacen enloquecer, sentía la imperiosa necesidad de violarla y tomarla a la fuerza, tal como lo hacía en sus sesiones de sexo con las rameras que contrataba, pero el viejo se contenía y no lo iba a hacer, Miriam Caballero no era una puta, ella era la única mujer que por su finura lo había hechizado, además que si hacia una estupidez que explicación daría, a la vez que perdería todo lo construido en todos estos años. No, no lo haría si es que ella no quería, para eso tenía a las putas.

La hembra se estaba dejando hacer sin ningún tipo de reclamos, por lo que el hombre se dio a empezar a sobar suavemente aquel majestoso pedazo de culo que por tantos años había estado soñando y ahora lo tenía solo para él, fueron como cinco minutos de suave sobajeo, claro que le costaba abarcar toda la extensión de este por el hecho de que la hembra estaba sentada. El viejo miro el hermoso rostro de Miriam Caballero que ya no miraba el espectáculo, tenía sus ojos cerrados dando la nítida impresión de estar sintiendo y gozando de la gran sobada de trasero que le estaban dando, y claro si todo esto era nuevo para ella, con su marido ni en los tiempos de juventud habían experimentado algo parecido.

El hecho de haber sido manoseada en un comedor repleto de gentes y ahora que la tuvieran con el culo al aire la tenían más que caliente a la casi perdida mujer casada, lo único que la detenían era que todo esto lo estaba haciendo solo por haberse sentido menospreciada por su marido, además que la apariencia del viejo no ayudaba mucho a que la hembra se perdiera en el ardiente mar de nuevos deseos que su cuerpo ya estaba empezando a exigirle a su espectacular dueña.

Don Urias que algo suponía de las impredecibles reacciones de las mujeres cuando ya se encontraban en estado de calentura (esto lo había aprendido leyendo relatos eróticos) aprovecho el momento de debilidad de la ninfa, por lo que en un rápido y brusco movimiento la giro hacia su delgado cuerpo y sin pedir permiso por parte de ella, poso su mano en aquella deliciosa curva que tenía Miriam Caballero y que le nacía desde su pelvis y se perdía hacia el interior de sus piernas.

Miriam Caballero sintió los largos dedos de don Urias posarse en su intimidad, al sentirse violada por aquel horrendo hombre con cara de sepulturero tubo la instintiva reacción de protegerse intentando preservar su más preciada posesión que solo le pertenecía a ella y a Eduardo, pero la suave fricción que le estaban practicando los dedos invasores en su zorrita la hicieron ver las estrellas casi al instante por lo que no tubo las fuerzas de negarse ante tan vil dedada que tan exquisitamente la estaban masturbando.

Esto sumado a su estado de embriaguez y el hecho de que se lo estuvieran haciendo en un lugar público la llevaron a casi perder la razón, no tuvo las fuerzas necesarias para negarse, por lo que soltó la botella que ya casi estaba vaciá y se abrazó a aquel delgado cuerpo que ya le demostraba la imperiosa necesidad de entrar en ella, sentía los pronunciados y huesudos pómulos del hombre rozar las suavidades de sus mejillas, este por ser casi 15 cts. más alto que ella tenía que esforzarse por alcanzar la altura de su cara casi arqueando los huesos de su espinazo, Miriam Caballero quien ya se encontraba perdida en el gran universo del ya casi seguro adulterio y animada por tan gratificantes cosquillas que estaba sintiendo en el punto neurálgico de su zorra, fue ella quien busco la boca de don Urias para entregarse al más apasionado, infiel y adultero beso con lengua que la llevaron a posarse en las mismas puertas del oscuro futuro que el destino le tenia reservado.

Se besaban como lo hacen una pareja de recién enamorados, don Urias ya seguro de que la hembra estaba entregada, junto con besarla le sobaba ese gran culo que poseía la distinguida dama, sobajeos que él iba alternando con sus dos manos entre nalgas y panocha. La caliente y magnánima situación por la cual estaba atravesando ya le urgía por ver aquel cuerpo desnudo, quería probarla a plenitud, esa mujer iba a ser de él y lo seria esta misma noche.

La ansiedad por probar los sabores que la beldad escondía entre medio de sus piernas lo llevaron a que le tomara su fina prenda interior por un lado de sus ampulosas caderas y de un rápido y fuerte tirón se los arranco y los tiro hacia atrás de donde ellos estaban, los cuales fueron a dar a una de las ramas del gran árbol quedando enganchados y colgados en forma muy coqueta,dejando a Miriam Caballero desprotegida e indefensa para los propósitos que el tenia, la quería empelotar ahí mismo y clavarla de una buena vez por todas.

Ella al sentirse despojada y desvalida no opuso ningún tipo de resistencia, de pronto cayo en cuenta que se encontraban en un lugar en donde lo mas probable seria que en el día normal hasta jugarían niños con sus padres, por lo que se avergonzó de ella misma, pero reconocía que esto en lugar de cohibirla, la calentaban aun mas, ella tenía ganas de seguir… que tal ves hasta que se lo hicieran!!, y no por que le gustara aquel horrendo hombre, sus deseos eran el verdadero llamado propio de la naturaleza, la pobre hembra ya llevaba 4 semanas de abstinencia forzada, solo por el hecho de llevarle las de abajo a ese hombre que tenía por esposo y que según él, el sexo era solamente para procrear, que pedazo de maricon mal nacido era este Eduardo!! tener tal pedazo de mujeron, en aquel estado de calentura y sin satisfacerla como a ella le correspondía.

Miriam Caballero se separó del infiel ósculo y mirándolo con cara de calentura abstenida, procedió a ir bajando su cuerpo siempre abrazada al cuerpo flaco de aquel hombre hasta quedar plenamente acostada en aquel frio bloque de cemento y con don Urias montado arriba de ella, el viejo ya exaltado por todo lo que estaba viviendo en esos tan esperados momentos nuevamente la tomó por asalto besándola con más calentura que antes, ahora su herramienta ya estaba en condiciones, Miriam Caballero la sentía perfectamente clavarse a la altura de su estómago y en un movimiento puramente instintivo llevo su delicada mano y la poso sobre el pantalón del suertudo de don Urias que ya le daba gracias a los escoceses por haber inventado aquel infalible trago que hace perder la razón hasta la más santas sores de la caridad.

La rubia sentía esa barra escondida entre las ropas de su casi primer amante, la apretaba y la recorría, dentro de su borrachera se sorprendía que a pesar de lo delgado que se suponía que era don Urias se la sentía grande y gruesa, esta era casi el doble de más larga que la de su marido, que aunque en pocas ocasiones la había palpado en los casi 18 años que llevaban viviendo, algo ya se la conocía, una vez comprobado su descubrimiento, subió sus delicadas manos hacia el sector del pecho del hombre y ahora sí que estaba confundida, no sabía si era el efecto del trago o de su calentura misma, pero sentía el duro cuerpo del hombre como si este fuera el de un joven atleta, su temperamento la llevo a recorrerlo y confirmaba sus apreciaciones , este viejo debía tener un cuerpo muy bien trabajado pensaba perdida en su calentura, pero al terminar de recorrer esos fuertes brazos de macho y al llegar a los esqueléticos dedos de sus manos, pensó y volvió a la realidad, estaba con don Urias, el viejo esquelético que era blanco de todo tipo de mofas y burlas. Pero aun así se sentía caliente.

El viejo comenzó a subir el vestido para ahora dejárselo por encima de ese gran par de tetas que ya solamente estaban cubiertas por el fino sujetador que llevaba puesto la mujer, pensó que ya estaba todo listo y la situación se acondicionaba para llevar a cabo el acto sexual o sea, se la quería culiar ahí mismo!! Solo faltaba que el desenfundara su armamento e hiciera la que tenía que hacer, por lo que empezó a bajar la cremallera del pantalón, esto fue advertido por la ardorosa hembra que estaba debajo de su cuerpo.

–Ahhh, don Urias por favooor aquí nooohh!, a la infiel aun le quedaba algo de pudor en su mente pensó el viejo flaco y ya que él no era tonto entendió casi al instante que la hembra no se estaba resistiendo, por lo que se decidió a dar el único gran paso que le faltaba para lograr su cometido…

–Entonces Andreita…vamos a la camaaaa!!, le dijo con su grave y temblorosa voz… La embriagada mujer presa de unas nuevas pero excitantes sensaciones que la tenían casi poseída y queriendo ya comprobar ella misma las generosas medidas del ariete que se podría gastar el flacuchento, no midió consecuencias ni tampoco se acordó de que ella era casada y que su marido se encontraba solo a unos metros de donde ella estaba actuando como la mujer adúltera que ya empezaba a imperar en su persona.

–Buenooo …, contesto Miriam Caballero, –llevemeee a su habitaciónnn, pero prométame que esto no lo sabrá nadieeee!.

–No te preocupes mi amorrr, lo de lo nuestro nadie se enterara.

Ya estando en acuerdo la pareja de los ya casi seguros amantes se pararon y una vez acomodadas las ropas se pusieron en dirección hacia donde se encontraban las habitaciones del lujoso hotel . Miriam Caballero ni supo adonde habían ido a caer su pequeña prenda de ropa interior pero estaba totalmente consiente de que caminaba sin ella puesta y en dirección hacia la cama de don Urias para consumar lo que ya casi había estado justo a punto de hacer. Las palabras retumbaban en la cabeza de Miriam Caballero “No te preocupes mi amorrr, lo de lo nuestro nadie se enterara.”, mi amorrr!!…lo nuestro!!, a medida que más se acercaban a la habitación de don Urias, la mente de la mujer más se aclaraba, pero por Dios!! Se dijo en un momento, pero que es lo que estoy a punto de hacer!! Tengo a mi marido, tengo una familia, y más encima voy sin calzones!!! No, no, nooo!!, esto no debe pasar!! . Ya habían llegado al pasillo del hotel en donde se encontraba la habitación de don Urias, Miriam Caballero lo freno en seco…

–Don Urias, lo siento, lo que acaba de pasar no debió pasar nunca!, el viejo no quería creer lo que estaba escuchando, pero Miriam Caballero continuo diciendo, –Fue una total indiscreción de mi parte, se sinceraba la atribulada mujer. Para el viejo flaco esto fue un golpe que lo dejó noqueado.

–Pero Miriam Caballero si solo hace un momento tú me dijiste que ven…

–Siii, le interrumpió la rubia, ya con su mente despejada y con miles de remordimientos que la atacaban por aquellos momentos de debilidad que había vivido, –Si se lo que dije, y le pido disculpas, no estoy acostumbrada a beber y creo que el trago fue el que confundió mi mente, Miriam Caballero lo pensó por algunos segundos, — Espero y cuento de Ud. con su total discreción con lo que acaba de ocurrir entre nosotrooosss, termino diciendo Miriam Caballero totalmente avergonzada, porque la realidad era esa, entre ellos ahora había algo, había ocurrido algo, que difícilmente y aun que ambos quisieran ya se había formado el vínculo, había un lazo que los unía, fuera culpa del alcohol o de las salidas palabras de Eduardo, nunca se sabrá, pero la cruda verdad era esa… ellos habían tenido algo.

Miriam Caballero dejo plantado a don Urias en la misma puerta de su habitación, el pobre hombre ya había dado por hecho en que la convertiría en su amante, pero la mujer una vez más se le escapaba. Se sintió como una vil y cochina rata de alcantarilla, repudiado por la ninfa que una vez más optaba por el estúpido de su marido, que ya estaba seguro que este no la atendía ni la satisfacía en la cama, con el solo hecho de recordar con las ganas que le había agarrado su verga, como se dejó manosear casi en público y como casi la desnuda en el oscuro apartado. Se maldecía por no habérsela culiado en aquel mismo bloque de cemento cuando tuvo la oportunidad!! Si ya hasta la tenía sin sus calzones!!, pensaba en que no pudo mirarale bien su zorrita y que la tubo ahí mismo!! Solo a centímetros!!

Una vez más calmado don Urias pensó en lo bueno de la situación, había gozado de la rubia, se habían besado, y había estado a punto de mandárselo a guardar, situación que hasta solo unos momentos estaba muy lejana para él, o sea el avance había sido significativo, se preguntaba cuál sería la reacción de ella en los días que quedaban de la junta anual, a lo mejor la podría chantajear para gozar con ella todo lo que quisiese, pero no! Aun no era tiempo para aquello, además que dentro de las posibilidades él la quería poseer y que esto fuera por las buenas, tal como la había visto comportarse solo hasta hace un ratito nada más, no importa se dijo, ya vería que se le ocurriría, se sintió bien con el mismo, y sintió también que ya no odiaba tanto a Eduardo Zabala, pero aun así mantenía intactas sus intenciones de algún día poder humillarlo ante la sociedad.

Miriam Caballero paso el resto de los días encerrada en su habitación, la primera noche después de lo ocurrido con el tenebroso personaje de don Urias no pudo conciliar el sueño, lloro por la falta cometida, su marido no se merecía lo que ella había hecho, si bien él la había tratado pésimo lo que ella había cometido era aún peor, se sentía sucia y vejada y más encima con un hombre que no tenía nada de atracción física, como se dejó llevar, y que más encima debido a su propia calentura había sentido la necesidad de probarlo, de desear que se la culiaran!! Si hasta se lo había imaginado al flaco que este podría tener un cuerpo digno del prototipo de macho que cualquier hembra pudiera desear !!, se preguntaba una y otra vez como esto pudo haber ocurrido pero nunca pudo encontrar la respuesta.

Eduardo como siempre no presto atención a lo que le sucedía a su mujer, simplemente lo atribuyo a la discusión acaecida por lo del noviazgo de Cielo Riveros.

Al tercer día en una de las rápidas salidas que hacia Miriam Caballero para ir a desayunar u almorzar encontró a Eduardo de buen humor y le pidió por favor que adelantaran su viaje de regreso argumentando que la familia de don José había anunciado para ese mismo fin de semana la postura de argollas entre sus hijos y debía preparar a Cielo Riveros para los acontecimientos que cambiarían el curso de su vida, Eduardo lo pensó y encontró que su mujer tenía razón , lo hablaría con don Urias para que él se hiciera cargo de las actividades programadas para el ultimo día, y así una vez todo acordado, el decente matrimonio viajo una noche antes hacia la capital para llegar elmiércoles alrededor del mediodía a su tan extrañado hogar en donde los esperaba su hija Cielo Riveros a quien no quisieron avisarle para darle la grata sorpresa.

DÍA MIÉRCOLES EN LA CASA ZABALA (14.00 HRS. APROX.)

–Jejeje, te dije que el enculamiento tenía que ser por las buenas putita, jejeje, pero tú siempre con tus estupideces y haciéndome problemas, jejeje, ahora tendré que aplicarte un castigo ejemplarizador, para que esto no vuelva a ocurrir, jejeje, además que vas a mentirles a tus padres para tapar lo zorra que eres, jejeje, y como yo ahora soy tu marido hare que no te queden ganas ni de pensar en mentirme alguna vez , jejejeje, ya verás que después de tu correctivo aprenderás a comportarte como una verdadera yegua que se debe solamente a su dueñooo!!, –Ultima vez que lo repito en cuatro patas perraaaa!! Le grito con su cara desfigurada dándole un aspecto demoniaco.

La niña totalmente horrorizada y con su cuerpo temblando por el miedo, se puso nuevamente en la degenerada posición la cual le ordenaban, y entregada al desventurado destino que tendría al lado de don Pricilo, lo miro con esos hermosos ojos azules y lo último que se escuchó en aquella habitación fue: Sniff, sniff, sniff…

–PLAFFFFF!!!, retumbo el primer sonoro, fuerte y seco correazo que recibió el blanco culo de la niña.

–AYYYYYYYYY!!! Sniff, snifff, snifff, don Priciloooo. Le juro que yo no le mentiré a Ud.…Snifff, snifffff!!

–Callate pedazo de zorraaa malcriadaaa!!!, esto es para que conozcas a tu macho!!!, al que te culeaaa!!, y tomando más fuerzas que el azote anterior le mando el segundo guascazo de la tarde.

— Tomaaa!! PLAFFFFF!!! , volvió a sonar el segundo y más feroz correazo, el llanto de Cielo Riveros ya se había transformado en gritos por el fuerte y descarnizado dolor que sentía en el culo, fue cuando el vejete ya iba tomando impulso para el tercero, que ambos amantes escucharon los conocidos bocinazos que hacia Eduardo Zabala cuando venía llegando a su casa, Cielo Riveros y don Pricilo detuvieron en el acto su extraño ritual amatorio y se quedaron mirando como si ambos hubieran visto al mismísimo demonio en persona, y peor fue cuando sintieron que la puerta de la casa se estaba abriendo y un fuerte saludo del padre retumbo en toda la casa, era Miriam Caballero quien estaba entrando el vehículo!!

Don Pricilo pensó al instante: hasta aquí no más llegue!! Jejeje!! Por la chucha madre!!, Cielo Riveros se paró desnuda de la cama y le dijo:

–Don Pricilo!! Por la ventana!!, dijo limpiándose las lágrimas que aun caían por sus mejillas.

–Jejeje, por eso te quiero mi putilla culoncita!!! Jajaja, y escuchame bien pedazo de puta!!! Ni una palabra de esto a nadie!! Escuchaste!!

–Si si don Pricilo, pero ahora arranque que o si no, nos van a pillar!!, el vejete se subió de un salto a la ventana y de un solo zarpazo tomo a Cielo Riveros por las suavidades de sus caderas y le planto un beso con lengua y lleno de babas que dejaron a la pobre criatura casi aturdida y sin aliento. Desde su ventana Cielo Riveros lo vio correr desnudo hacia su cabañita de madera hasta que lo perdió de vista, la mocosa solo sintió una extraña nostalgia al ver que ese hombre grande y obeso que corría en pelotas por el patio de su casa, se separaba de ella y quizás ahora hasta cuando no iba a poder gozar de aquel terrible aparato con el que la habían perforado tan rico por sus dos agujeros, a lo mejor ya no la escupirían ni tampoco le pegarían por un buen tiempo…que lamentable!! pensaba la nena, hasta que unos suaves golpes tocaron a su puerta.

–Cielo Riveros, llegamooos!! , Hija estas ahí!!, le hablaba su padre.

–Si papá, no entres que justo me iba a dar una ducha, dame 10 minutos!!

–Bien con tu madre necesitamos hablar contigo!! A todo esto como te fue en el examen!!

–Espere!, ahí les cuento!!… Ahora sí que me queda la grande! , pensó casi al instante una vez que le dio la respuesta a su padre.

Una vez bañada y vestida Cielo Riveros salió de su habitación y se dirigió a la sala de estar en donde la esperaban sus padres, luego de los saludos correspondientes y de recibir unos presentes que le habían traído de su viaje empezó el tema espinudo:

–Bueno hija, cuéntanos como te fue hoy en tu examen.

–Ehhh, la verdad es que no pude ir papá, lo siento, hoy en la mañana no me sentía muy bien del estómago y aunque intente ir el dolor era tan fuerte que no fui capaz de moverme, la nena pensaba que su mentira a lo mejor no lo era tanto, ya que en verdad ella intento ir pero no pudo y el dolor que sintió tan grande lo atribuía al primer enculamiento de su vida o a la tremenda calentura que sentía cada vez que miraba la gran tranca que se gastaba el viejo aprovechador de don Pricilo, lo veía como una metáfora…

Eduardo y su mujer se miraron extrañados, como era posible que no haya ido por un dolor de estómago si de lo único que hablaba todo este último tiempo era de su examen y hasta no quiso ir a la junta anual por su afán de ingresar si o si a esa tan prestigiosa Universidad.

–Y ahora como te has sentido hija , continuo hablando Miriam Caballero intentando bajar el perfil a lo del examen, ya que desde muy pequeña ambas, madre e hija mantenían una muy estrecha amistad y complicidad en cuestiones domésticas.

–Bien!! Ahora justo antes que Ud. llegaran, como que me estaban viniendo los dolores nuevamente, pero al sentirlos llegar me mejore casi en el acto, Cielo Riveros se extrañaba de estar casi tomándoles el pelo a sus propios padres ya que el gran dolor que decía haber sentido justo antes que ellos llegaran fueron los dos fuertes correazos que recibió en el culo por un iracundo don Pricilo, quien le estaba enseñando a comportarse como una verdadera hembra!!, pensaba.

–Bueno hija lo de tu ingreso a la Universidad es un tema que se puede arreglar en cualquier momento, hay muchas instituciones de tan buen prestigio como en la que tu deseabas estudiar eso lo veremos después, ahora tenemos que darte una gran noticia, termino diciendo Eduardo su padre, quien le comento de principio a fin lo que habían convenido con la familia Almarza.

Cielo Riveros quedo estupefacta con la noticia que le acababa de dar su padre, y se percató también que más que una noticia era una orden, miraba con ojos penetrantes a su madre a ver que decía ella al respecto, pero Miriam Caballero quizás en otras circunstancias hubiera socorrido a su hijita, pero con el desliz de infidelidad que había tenido con don Urias, no le quedaban ganas de contradecir a su marido, eso era lo que menos quería en estos momentos, y solo pudo aportar:

–hija tu padre ya ha tomado la decisión!!… y debes acatarla!!, lo hacemos por tu bien y por tu futuro!!, fue lo único que se atrevió a decir la rubia. Eduardo al escuchar las palabras de su esposa saco pecho como si él fuese el mejor gallo de pelea, el pobre no sabía el costo que tuvo que pagar para que su recatada y decente mujer dejara salir se sus labios esas palabras de apoyo a su indiscreta determinación, que en otra ocasión a lo mejor muy distinta hubiese sido la historia.

Cielo Riveros quien se había ataviado con uno de sus deliciosos vestidos que le llegaban hasta la mitad de sus torneados muslos, se fue parando lentamente para mirar con esos hermosos ojos azules a sus dos progenitores, esperando una explicación del por qué, pero con lo único que se encontró fue con un rotundo silencio por parte de ambos, quiso articular alguna palabra, pero de su garganta estas no salían , se fue en silencio y perpleja en dirección a su habitación y se encerró en ella. La nena lloraba por lo que le acababan de notificar se tendría que casar en tres meses y se preguntaba qué pasaría ahora con ella, con sus estudios, con don Pricilooooh!!!, en esto último se detuvo un instante, y al volverlo a meditar un fuerte dolor atravesó su corazón ahora lloraba doloridamente, en solo pensar en el horripilante viejo y en esos días en que habían compartido cama, su corazón más se le apretaba y no paraba de llorar amargamente.

La noticia del casamiento de Cielo Riveros tomo por sorpresa al vejete, se preguntaba como lo iba a hacer ahora, solo se habían acostado en tres oportunidades, y él ya estaba añorando pasar una noche entera con la nena. No la veía desde que habían llegado sus padres, no sabía los motivos solo había desaparecido, las cortinas de su habitación permanecían todo el día cerradas, la situación ya estaba comenzando a desesperarlo. Temía que tal vez el haberle pegado en las ocasiones en que estuvieron juntos hayan espantado a la joven, pero también recordaba con nostalgia que la última vez que la vio y que a pesar de también haberla golpeado en esa oportunidad, la niña no había demostrado querer dejar de verlo.

También ya había descartado la opción de que quizás la nena lo hubiese acusado con sus padres ya que si hubiese sido así, ya lo habrían corrido desde hace un buen rato, necesitaba verla, hablar con ella, quería saber que pensaba de su casamiento además de aclarale que si ella se casaba, él se iría de jardinero adonde ella viviese para poder seguir culiandosela, y además que le haría saber que por parte de él no habría problema en que se casara pero con la condición de que el primer hijo tenía que ser de él.

La imagen de la madre de Cielo Riveros tenían vuelto loco al viejo Pricilo, pero sabía que la situación estaba rara en la casa, lo del casamiento de su putita lo había sabido por una conversación que escucho a los padres de ella , pero estaba claro que algo andaba mal por lo que prefirió en irse con cuidado con la rubia, primero tenía que recuperar a Cielo Riveros y luego vería como estaba el camino para seguir con Miriam Caballero, tal como lo había pensado desde el principio. Estos eran los pensamientos del vejete mientras arreglaba el ante jardín de la casa, ya que le habían notificado que hoy Sábado venían importantes visitas, entre ellas el famoso novio con toda su familia, y don Urias que a este ya le conocía, tendría que apurarse antes de quellegara e ir a esconderse ya que le debía importantes sumas de dinero las cuales le solicito para pagar numerosas deudas de juego y que una vez salido de sus apuros económicos nunca más se acordó en pagar. Lo que no sabía el viejo Pricilo era que don Urias estaba en cabal conocimiento de que él se encontraba trabajando en la casa de los Zabala y si no había ido en esos tres meses a buscarlo o a cobrarle fue para no causar revuelos en el hogar donde vivía su Diosa.

La casa de los Zabala se llenó de gentes, con don Pricilo fondeado en su cabaña lo que menos quería era encontrarse con don Urias, la familia de don José Almarza era numerosa, los novios eran los más callados en aquella familiar ceremonia, y casi no se hablaron, si bien la niña Cielo Riveros había aceptado casi por obligación el noviazgo con Ignacio, ella lo rehuía, la daba vergüenza mirarlo a la cara, lo conocía desde que eran niños y ella que ahora algo sabia de hombres estaba consciente de que él era muy apuesto, pero lo que la atormentaba y no la dejaban en paz era que ella sabía que Ignacio era un joven honesto y de nobles sentimientos, y también asumía muy bien qué clase de joven era ella ahora, después de haberse estado revolcando en tres ocasiones con un viejo horripilante y hediondo y que además era todo lo opuesto a su ahora novio.

Solo se hicieron algunos brindis por los recién comprometidos, con una Miriam Caballero totalmente avergonzada y cabizbaja por la sola presencia del moribundo viviente de don Urias, que oportunidad que tenia se le acercaba para solicitarle cualquier tipo de tontería, Miriam Caballero se daba cuenta de esto.

Ya casi en la media noche después del cóctel, don Urias se mandó un fenomenal discurso, en donde destacaba todos los logros obtenidos por Ignacio en el extranjero, de cómo esta joven pareja se enfrentarían hacia el futuro con las bendiciones de todos los presentes, el buen ejemplo que serían ellos para las futuras generaciones de la decente congregación y de la suerte que tenía el novio de llevarse a tan pura, casta y virgen fémina reservada por el omnipotente solo para él. El discurso continuaba, pero en la mente de Cielo Riveros solo se le quedaron grabadas las palabras de don Urias: “llevarse a tan pura, casta y virgen fémina,”, “llevarse a tan pura, casta y virgen fémina”…, por lo que de pronto pensó ¿ y si se da cuenta? ¿Y si se da cuenta que ya no soy tan pura casta y virgen? Ohhh por dios!!, pensaba la consternada muchacha y que voy a hacer ahora!! Existiría alguna forma en que un hombre no se dé cuenta si una mujer no es virgen? A quien se lo podría preguntar?

La reunión familiar ya terminaba y cuando don Urias ya se aprontaba para salir a subirse a su moderno auto, fue alcanzado por Cielo Riveros, el viejo flaco la noto sumamente nerviosa…

–Don Urias necesito hablar con Ud!., le dijo Cielo Riveros con su expresión que se dejaba ver a muestras claras que una gran preocupación la acongojaba. El viejo flaco se dio cuenta de esta situación y muy solicito le respondió…

–Claro que podemos hablar, dime en que te puedo ayudar mi pequeña, le dijo con su grave vos que daba la impresión de que el hombre sufriera de alguna clase de afección a la garganta.

–No!!, no debe ser aquí, tiene que ser a solas, cuando me puede atender en la congregación…

–Mira mañana es Domingo y debo ir por la tarde a las oficinas, tipo 06.00 pm. Hay un grupo de jóvenes que saldrán a repartir víveres, si quieres nos podemos juntar allá y podremos conversar… y de que se trata si se podría saber?, inquirió.

–Ehhh, se trata de mi casamiento, necesito consejos…

–Muy bien!! Ahí estaré, siempre será un gusto para mí el poder aconsejarte, termino diciendo el abominable sujeto quien a la vez le acaricio la suavidad de sus mejillas con una de sus heladas manos.

–Gracias don Urias!!, entonces a las 06.00 pm. Esto último fue escuchado por Eduardo a quien le pareció estupendo que su hija buscara consejo con don Urias, quien mejor que él pensó, ya que al parecer Cielo Riveros ya estaba tomando en serio su noviazgo.

El día Domingo transcurrió sin novedad, don Pricilo al ver que por ahora tenía cero posibilidad de encontrarse con Cielo Riveros, decidió salir a visitar a sus amigos, el matrimonio se dedicó a las cosas habituales, Eduardo leía y Miriam Caballero se quiso concentrar en buscar empresas que se dedicaran a realizar eventos, pensaba que estos tres meses pasarían muy rápido, así que había que preparar todo desde ahora ya, y así también podría pensar en otra cosa que no fuera lo sucedido entre ella y don Urias, ya que la situación aun la atormentaba.

Se despidió de sus padres y fue a subirse al taxi que la paso a recoger, había tomado su liso cabello con un pañuelo quedando su deliciosa cara totalmente despejada, iba vestida con un jeans azul, blusa y un chaleco con cuello, ya que el día había estado nublado y por el viento que corría daba la impresión que en cualquier momento se pondría a llover, típicos cambios climáticos que afectaban a la ciudad en donde ellos vivían.

Don Urias acababa de despachar al grupo de jóvenes que en forma voluntaria se habían ofrecido para salir a cumplir una de las tantas obras benéficas que ahí se realizaban, solo le quedaba por esperar a Cielo Riveros para ver de qué se trataba el asunto que ella quería tratar con él, con solo pensar que estaría a solas con tan encantadora jovencita y aun que esto fuera solo conversando y sumado a que ella era hija de la mujer con la que casi llega a tener un verdadero encuentro sexual, lo tenían en un estado muy parecido a la excitación, además que reconocía que Cielo Riveros tenía un cuerpo espectacular, era tan hermosa como su madre, pero él la había formado desde niña, sabía que la jovenzuela era integra en sus emociones.

La vio bajarse del taxi miro como sus portentosas piernas se delineaban a la perfección entalladas en esos ajustadísimos jeans de color azul, estos daban la impresión en que en cualquier momento reventarían, lo que no sabía el viejo calaverico ni nosotros tampoco, era que los ajustados pantalones de Cielo Riveros nunca le habían quedado ajustados, o sea, esa era su figura natural y propiamente tal !!

Ya eran las 06.10 pm, cuando Cielo Riveros se encontraba sentada en un cómodo sillón al interior de la oficina de don Urias, y este le servía un vaso de agua mineral a su joven y hermosa visitante.

–Y bien de que se trata el asunto, le pregunto el flaco una vez que se sentó al lado de Cielo Riveros

–Necesito orientación, le respondió mirándolo fijamente con sus penetrantes ojos azules, que a pesar de la seguridad con la que intentaba hablar, el viejo flacuchento igual se daba cuenta de que había algo que la hacía sentirse insegura.

Cielo Riveros buscaba la forma de hacer la pregunta sin que el viejo sospechara algo.

–Mire he estado pensando y solo por curiosidad, me gustaría saber si siempre un hombre se dará cuenta si con la mujer con la que esta… Cielo Riveros intentaba medir bien sus palabras…,–ella habrá estado con otro hombre antes que con él?… me refiero a lo sexual…o algo así, termino diciendo la ingenua de Cielo Riveros. Ya estaba se lo había preguntado y de una!! pensaba, ahora vería que le contestaba don Urias.

Don Urias se quedó sin aire ante el tipo de pregunta que le estaba haciendo Cielo Riveros, pensó en pedirle que se lo repitiera, pero con lo astuto que era pensó en darle la respuesta de la forma lo más normal posible , ya que intuyo casi en el acto que aquí algo raro estaba pasando, se paró haciéndose como si estuviera meditando en la consulta que le hacían, paseo de lado a lado en su oficina , moviendo una de sus manos en forma notoria en uno de los bolsillos de su pantalón, el silencio ya estaba poniendo aún más nerviosa a la joven.

–Si, contesto al final, –Un hombre siempre se dará cuenta cuando una mujer ha estado… o más bien dicho… se ha pro creado con otro hombre antes. Toda la frese la respondió mirando fijamente a la joven y noto también que ante su respuesta la muchachita empezaba como a desmoronarse en el sillón quedando enterrada en este y desde sus azulados ojos empezaban a asomarse gruesos goterones lagrimales. El viejo calculador de don Urias decidió que debía seguir con su explicación, ya que por la reacción de Cielo Riveros estaba casi seguro el porqué de tan extraña pregunta… –Es por ello la gran importancia de que una hermosa jovencita debe siempre cuidar su castidad, virginidad y pureza, como es tu caso mi niña, pues imaginate la reacción que tendría tu esposo en la primera noche de casados si él se diera cuenta que su recién casada ya no tiene nada para entregarle ni ofrecerle, te lo imaginas? Supondría al instante que esta se ha revolcado con otro antes que con el… e imaginate las nefastas consecuencias para la familia de ambos, sobre todo para el padre y la madre de la mujer, la innombrable vergüenza para el resto de la sociedad y la gran desilusión que ellos sentirían por el hecho de haber confiado a ojos cerrados en su hija…

–Snifff, snifff, snifff, comenzaba a llorar la pobre de Cielo Riveros al estar escuchando todo lo que se le vendría por el hecho de ella haber sido una desconsiderada que no había sabido cuidar su pureza.

La mente de don Urias trabajaba a mil ya quería escuchar de la propia boca de la joven que ella ya no era virgen y el solo hecho de ya imaginárselo poco a poco lo estaba empezando a excitar. Muy presto se fue a sentar al lado de la joven quien ahora ya lloraba desconsoladamente.

–Tranquila mi niña, le dijo abrazándola paternalmente, ya verás que todo estará bien, cuéntaselo todo a don Urias y veras que buscaremos una solución a todo esto… Con estas palabras Cielo Riveros más lloraba por la vergüenza, se daba cuenta que don Urias ya sabía la verdad y ella con su propio llanto se lo confirmaba.

–Neceeesitooo que me ayudeeee don Uriassss, sniff, sniff, confirmaba Cielo Riveros.

Con esto el libido y la morbosidad contenida de don Urias, comenzaban a revolucionar el ardiente y oscuro temperamento del hombre, quien ya maquinaba la estrategia para usar esta situación a plena conveniencia sexual para el mismo.

–Claro que te ayudare jovencita, le decía el Nosferatus a la vez que le acariciaba sus cabellos y cara, –Solo necesito que me lo cuentes todo, y con toda seguridad podre ayudarte, pero no debes omitir nada, necesito saber hasta el último detalle, así podre buscar una buena solución para el problema en el cual estas metida…vamos dime con quien te acostaste?

–Snifff, se lo contareee todooo pero por favooor ayudemeee…snifff, snifff.

–Está bien, pero te lo repito si quieres mi ayuda y pretendes salir de este embrollo, debes contármelo sin restricciones de ningún tipo, hasta el último detalle de cómo te lo hicieron, el viejo se paró y se puso a mirar por la ventana, –Te escucho, le dijo.

Cielo Riveros meditaba que palabras ocuparía para contarle a su mentor espiritual, las aberrantes y degeneradas sesiones de sexo que había mantenido ella con don Pricilo en la ausencia de sus padres, pero ya estaba casi todo dado, si quería que don Urias la ayudara se lo tenía que contar, así que ya no quedándole más opción comenzó con su relato.

–Todo ocurrió la semana pasada, Snifff, estaba yo en mi casa y cuando me quise ir a bañar snifff, a la piscina atrás en el patio de mi casa, y ahí estaba aquel hombre que trabaja en mi casa solo hace algún tiempo, snifff, entonces snifff………….

Don Urias escuchaba como un enajenado todo lo que aquella tierna jovencita le estaba contando sin ningún tipo de restricción, claro que no en una forma erótica, pero la situación lo tenía más que caliente, y aun que ella había omitido el nombre del supuesto amante o violador, él ya sabía de quien se trataba y por dentro se reía de la astucia y decisión de uno de sus antiguos amigos y pensaba, “Pricilo este viejo de mierda caliente, nunca deja de sorprenderme jajaja, ya arreglaremos cuentas”.

–Increíble!! Y ese primer día , me decías que estuvieron restregándose desde la tarde y después por toda la noche juntos?

–Siii, pero yo no quería el me obligooo, Snifff.

–Después veremos eso y la segunda vez, vamos cuéntame………–No mames!!, Te tragaste su semennn!!……, sigue sigue….., cuéntame la tercera vez!!!……Ohhhh!! Y más encima se atrevió a encularteee!!! Cielo Riveros por lo nerviosa que se encontraba al estar contándole todas sus intimidades a don Urias no se percataba de las palabras de grueso calibre que este ya estaba comenzando a ocupar en su presencia.

Cielo Riveros se lo conto todo, claro que no con soeces palabras, pero don Urias estaba eufórico con la increíble historia que había escuchado, y ya sentía que no tenía que por qué tener tantas consideraciones con la mujer que estaba en su oficina, con lo que le había narrado la hija de su Miriam Caballero cualquiera de sus putas de lujo quedaban chicas al lado de Cielo Riveros, pero si quería conseguir algo de aquella inusual oportunidad que se le estaba dando con tan deleitable hembra, por ahora debería seguir guardando las apariencias, pero ya lo tenía decidido, si no había podido acostarse con la madre, ahora lo haría con su hija, ella pagaría por los numerosos desaires sufridos por él y por culpa de Miriam Caballero y esta misma noche lo haría, solo tenía que actuar bien para que Cielo Riveros no sospechara nada.

–Estoy totalmente arrepentida don Urias!!, exclamaba Cielo Riveros, –Por favor dígame que tiene una solución para mi situación, ese hombre me obligo a hacerlo con él, mentía Cielo Riveros ya que sabia y se acordaba muy bien que en casi todas las sesiones de apareamiento que sostuvo con don Pricilo, ella se había mostrado muy complaciente a la hora de abrir sus piernas, sobre todo en la última vez que estuvo con el vejete, pero por ahora lo único que ansiaba la nena era salir del problema.

–Está bien te ayudare!, pero debes prometerme que me harás caso en todo lo que te pida desde ahora, por muy extrañas que te parezcan algunas situaciones, y ya verás que para mañana todos tus problemas se habrán terminado.

Cielo Riveros se levantó del sillón y se arrojó a los brazos de don Urias.

–Gracias por ayudarme don Urias!! Sabía que podría contar con Ud.!! Le prometo que desde hoy mismo me portare biennn!! El viejo que tenía cara de dueño de la morgue, sentía ese potente cuerpo juvenil adosarse junto con el suyo, sentía como la niña se mantenía abrazada a él, se dio a tantear solo un poquito las durezas de sus carnes, eligió la parte de las caderas y Ohhhh!!, por dios!!, que suavidad, y eso que todavía estaba vestida!!, que bien se sentía y se remarcaba la curva que nacía desde su cintura para bajar hacia sus caderas!!, le recordó la noche en que estuvo a punto de concretar con su mami, pero eso ya era historia pensaba el abominable, ahora poseería a la propia hija, la tomaría como premio de consuelo.

–Estoy seguro de ello, contesto el cadavérico Urias ya sobándose las manos y con su huesuda verga aprontándose para probar los dulces manjares que le brindarían la delicada intimidad de la hija de Miriam Caballero, su gran amor e hija también de Eduardo, su enemigo. Ahora era la oportunidad, se vengaría de él y de su brillante vida.

— Lo primero que harás será acompañarme a un lugar al cual te llevare, es a la casa de un amigo quien nos podrá ayudar y una vez que lleguemos allá te diré lo que debes hacer, entiendes?.

–Si don Urias, hare todo lo que Ud. me pida, le contestaba Cielo Riveros convertida ya en una candorosa jovencita, como lo era ella cuando estaba en estado normal y no en el de tristeza o calentura.

Salieron de las dependencias de la congregación y abordaron el modernísimo auto de don Urias, mientras este manejaba no podía dejar de mirar de reojo las torneadas piernas de la mocosa, ya se la estaba imaginando con ellas abiertas y sin nada de ropa.

–Cielo Riveros, le dijo don Urias, — Llama a tus padres y diles que te quedaras en la actividad de la congregación, y que esta durara toda lo noche, le solicito el alto y delgado viejo, si te pone algún problema dile que me llame y que yo le explico, termino diciendo.

–Pero lo que tendremos que hacer, será para como no poder llegar a mi casa a dormir?, le pregunto la extrañada muchacha que ya no entendía mucho, lo que estaba preparando don Urias para sacarla del problema.

–Si quieres nos devolvemos y lo dejamos hasta acá, pero tú me pediste ayuda, y yo te la voy a dar , pero acuérdate de lo que te dije, me tendrás que hacer caso en todo, pero si no quieres no hay problema nos devolvemos y tendremos que pensar en como decírselo a tus padres y a la familia del novio, porque no pretenderás, que yo me preste para ocultar algo de tan gruesa envergadura, esto último contradecía las intenciones de don Urias, ya que con la otra opción él también se estaba prestando para ocultarlo , pero el viejo sabia en el precario estado emocional en que se encontraba Cielo Riveros, por lo tanto se arriesgó ya que suponía que ella no lo notaria.

La joven pensó en que el viejo tenía razón, ella se había comprometido a cooperar si quería salir del embrollo, y además que al notar la pequeña presión que este estaba ejerciendo en su persona al hacerla pensar en tener que dar a la luz sus intimidades, no lo dudo mucho para decidirse, así que no le quedo más que llamar para su casa y mentir en complicidad con don Urias de que se quedaría ayudando en la famosa obra benéfica, pero muy lejanamente su mente le avisaba que algo extraño estaba ocurriendo, pero estos avisos aun no le llegaban con toda claridad , por lo que se dejó llevar por aquellas tan inusuales circunstancias.

Su padre por supuesto que no le hiso ningún tipo de problemas ni reparos, si la niña estaba con don Urias esto era sinónimo de que ella estaría bien, por lo tanto los acontecimientos seguían desarrollándose como el destino ya lo había dispuesto, favorables para uno y perjudiciales y adversos para la otra. Después de unos 20 minutos de recorrido y ya casi en las afueras de la ciudad, Cielo Riveros se pudo dar cuenta que el vehículo hacia ingreso a un elegante complejo en donde se dejaban ver una gran cantidad de casitas muy mononitas y que estas estaban separadas a una prudente distancia unas de las otras.

–Aquí me espera mi contacto que nos ayudara le dijo don Urias, para calmar a la nena si es que esta ya estaba sospechando algo, por su parte Cielo Riveros solo pensaba en que todo pasara rápido, ya quería que la noche pasara luego para ella poder sentirse librada de sus tormentos, la pobre no se imaginó nunca la larga y agotadora noche que la esperaba. La nena noto que se detenían en una especie de peaje en donde don Urias estaba pagando algo y le daban unas llaves y un tiket.

–Buenas!!, saludo la mujer que atendía y cobraba el tipo de habitación a las parejas que ingresaban al motel,– Por horas o noche completa les consulto.

–Noche completa, dijo don Urias casi en un susurro para que Cielo Riveros no terminara en despabilarse y las cosas se le complicaran.

La mujer hiso el ingreso y la boleta y contesto…

–Para noche completa solo me queda la “cama en forma de corazón”…

–Está bien!!, dijo don Urias ya casi al borde de la desesperación…

–Al fondo a la izquierda habitación 9…

–Gracias, termino diciendo don Urias quien rápidamente hiso ingreso y estaciono su auto a un costado de la habitación indicada

Ya casi estaba listo, ahora solo quedaba que Cielo Riveros ingresara a la habitación y se venía la segunda parte del malévolo plan que el flacuchento hombre había urdido en su mente en solo minutos. Ambos bajaron del vehículo, Cielo Riveros estaba expectante ya quería saber la forma en que le ayudaría el amigo de don Urias a salir de su problema.

–Bien, vamos adentro le insto don Urias, –Allí espera mi contacto…

Cielo Riveros pensó en lo extraño que era todo aquello, no le cuadraba mucho que a don Urias le pasaran las llaves de una casita en donde supuestamente le esperaba un amigo, además lo único que pudo escuchar cuando estuvieron detenidos fue algo de una “cama corazón”, a lo mejor era algún tipo de clave pensó, pero su ansiedad y desesperación no la dejaron pensar en forma sensata y esto sumado a que ella no tenía ni la menor idea que la habían metido al interior de un motel por el simple motivo de que ella nunca los había conocido. La niña ya casi estaba por cruzar el umbral que la separaba del mundo real y con lo que se iba a encontrar en solo un par de minutos, pobrecita!!

El primero en entrar fue don Urias, Cielo Riveros lo secundo y fue cuando se cerró la puerta. La nena quedo impresionada por la lujosa habitación en la cual se encontraba, le llamo mucho la atención aquellas paredes forradas y tapizadas de terciopelo color rojo colchovinos, en una mesa de cristal, había una gran cantidad de tragos para preparar y las diversas estructuras de metal que la decoraban, pero lo más insólito de todo era la inmensa y colosal cama con forma de corazón enfundada también del mismo fuerte color rojo de las paredes, la cual se encontraba apoltronada en la pared de al fondo de aquella casi poética y principesca habitación, y que más encima estaba rodeada de grandes espejos, fue cuando se preguntó por el amigo de don Urias.

–Don Urias y su conocido dónde está?, le pregunto un poco preocupada, ya que aún le creía la farsa al rancio y vetusto hombre.

El hombre tomo un poco de aire y determino que ya era hora de dejar a un lado las apariencias, actuaría como lo que él siempre había sido y como lo hacía cuando estaba con sus putas, con Miriam Caballero era distinto y un caso aparte, a ella la veía como su amor platónico del cual siempre estuvo vedado, pero esta pendeja solo lo calentaba y el ser hija de su amada le aumentaban los niveles de libido y morbosidad, reconocía que la muchacha era realmente hermosa para los ojos de cualquiera pero con las revelaciones descubiertas en ese día no se podía andar con remilgos, tenía que tomarla sin ningún tipo de miramientos hacia ella, y en el fondo sabía que la niña igual lo había defraudado, por eso ahora tenía que pagar su debilidad de la misma forma en que ella ya lo había hecho, esto le daba más seguridad. Comenzaba el chantaje…

–No hay ningún amigo! Mentí!!…

–Pero cómo?, si Ud me dijo…

–Mira pequeña zorra!!, aquí hemos venido para que te abras de patas y folles conmigo!! Tal como lo hiciste con Pricilo!!, le aclaraba la situación el abominable hombre.

Cielo Riveros quedo con la mitad de sus ojos salidos para afuera, pero como podía saber don Urias de quien se trataba si ella estaba segura de no haberlo mencionado, y de la forma que lo decía daba la impresión que lo conociera…, por lo que el mismo don Urias la saco de sus dudas.

–Claro que lo conozco a ese sinvergüenza!!, a parte de deberme dinero fuimos muy amigos, jajaja, eso te sorprende?

–Don Urias!! Ud. no puede hacerme estooo!!, le decía Cielo Riveros totalmente atontada por el drástico cambio de personalidad que había tomado aquel hombre, que para ella había sido su ejemplo prácticamente por toda su vida. Y que más encima ya veia en su hundida mirada el fulgor desesperado y furioso del deseo lujurioso y mal sano, el mismo que había visto en los porcinos ojos de don Pricilo en la primera vez que se lo metió.

–Claro que te hare todo lo que yo quiera, si para eso hemos venido putita!!, si eres exactamente como a mí me gustan jajaja!!, no sabes los deseos que te he tenido desde la primera vez que me di cuenta que ya te habían crecido las tetas!!, y ahora se me cumplen mis sueños…

–Pero Ud. es el presidente de la congregación y se supone q……

–Supones mal linda, mira te explico esto es como mi trabajo, yo vivo de toda esa gente, ellos me dan su dinero y yo los dejo estar en un lugar donde pueden hacer lo que a ellos se les ocurra y aparentando ser de solidas principios morales y religiosos, que te parece mi negocio?

–Peros mis padres…

–Ahh si, tu padre!!, le interrumpió el huesudo, –Él es un extraño caso, es el más estúpido de todos, jajaja, pero no lo culpo al principio yo también creía en todo esto de la decencia , pero me di cuenta que es una farsa, te doy un ejemplo?…mirate a ti misma, no me vas a salir con que eres una niña decente después de todo lo que me contaste, porque ni las putas se tragan el semen o se dejan encular por un hombre si no es por una fuerte suma de dinero, y tú lo haces gratis, así que no me vengas con tus estupideces y comienza a sacarte la ropa.

–Pero yo no haré nada con Ud…, le dijo Cielo Riveros totalmente asustada y que lentamente comenzó a retroceder en dirección hacia la puerta de la habitación.

–Está bien, le dijo el hombre,– Vete si quieres, pero en este mismo momento voy a citar a reunión a la familia de don José, a tus padres y al mismo Pricilo , y les enseñare tu relato que tengo aquí en mi teléfono, quiero verle la cara a Eduardito cuando escuche la parte de tu enculamiento, jajaja, como se reirán con la función que les voy a dar, y lógico que después te las tendrás que ver con tu amante, ya que él no te aguantara que lo andes haciendo hacer el ridículo, pero el que más me preocupa es Eduardo, te imaginas su reacción cuando le notifique que debe abandonar la congregación por la culpa de la Zorra de su hija?, — Vamos elige!!, …–Te vas o te quedas!!, retumbo la voz de don Urias que le salió como de Ultratumba.

Cielo Riveros lo pensó por un instantes, ahora veía todo claramente, nuevamente había caído en las garras de otro viejo asquerosamente feo y aprovechador, y entendió muy bien de la forma en que tendría que pagar el silencio por parte de don Urias, con todos los perjuicios que este le señalo, ya no le quedaba más alternativa, tendría que pagar con su cuerpo…

–Meee quedooo!, dijo con su voz casi quebrada por el llanto, en eso vio acercarse a don Urias, quien se ubicó justo al frente de ella hablándole con su grave voz muy cerca de su cara, le podía sentir muy bien su asqueroso aliento de viejo apolillado.

— Mira para que estés más tranquila, esto va a ser como un secretito entre nosotros, desde ahora tu culiaras conmigo en forma confidencial, serás mi amante y me conformare con un día a la semana, tu veras la forma en que te las arreglaras para desaparecerte por 24 horas de tu casa, puedes usar a la congregación si quieres y si me cumples de buena forma yo no diré nada de lo que tú ya me contaste, además que mi propuesta de ayudarte en el caso que surgieran problemas en tu futuro matrimonio con Ignacio, aún sigue en pie.

Cielo Riveros en solo pensar en todos los efectos que esta situación le causarían se quedó paralizada, –Y que hago ahora!, tendría que convertirse en la amante de aquel espantoso hombre, se preguntaba por qué su vida había cambiado tanto solo casi en una semana, pensaba ya presa por la desesperación.

A continuación los huesudos dedos de don Urias ya habían desabrochado sus jeans y ahora le estaba bajando el cierre de estos. Cielo Riveros no podía mirar para ningún lado, lugar adonde posaba su mirada veía reflejada su propia imagen siendo desnudada por ese antinatural hombre de don Urias, y ver esa enorme cama con forma de corazón la destrozaban ya que sabía muy bien lo que tendría que hacer con don Urias una vez que ya estuvieran acostados en ella.

El pavor se apodero de la mente y cuerpo de la joven al ver que ya no tenía escapatoria, recién estaba oscureciendo y tendría que complacer a ese oscuro hombre por toda la noche. Don Urias ya la había despojado de sus ropas la tenía solamente con su fina ropa interior de color blanca, Cielo Riveros no sabía qué hacer ni de qué manera comportarse, sus movimientos y su mirada eran erráticas como las de una enferma esquizofrénica, ya que el solo ver la imagen de don Urias con ropa daban miedo mesclado con asco, el imaginárselo desnudo… no sabía si su persona aguantaría verlo sin antes desmayarse o vomitar.

Sentía las heladas manos del muerto que la recorrían por todo su cuerpo, sintió como este le destrabo su sujetador y la despojo de este quedando sus hermosos senos a plena voluntad de aquel nuevo sátiro que abusaba de su ingenuidad, mantenía sus ojos cerrados no quería verle la cara a ese monstruoso hombre que justo en este momento abría sus huesudas mandíbulas para chuparle una de sus carnosas y duras tetas, hubiese querido luchar, huir, pero adonde!!, y las consecuencias que eso implicaría, estaba perdida!

Don Urias chupaba y lamia como ternero aquellas juveniles tetas, recordaba que en una ocasión hasta había pagado en dólares para que le trajeran una puta más joven y aun así esta que estaba chupando ahora estaba mucho mejor que cualquiera de todas las costosas meretrices con las cuales él había estado, sentía que su verga estaba por estallar, y eso que la situación lo tomo por sorpresa y no alcanzo a tomarse algún viagra, pensaba, ya que recordaba que con Miriam Caballero se había puesto tan nervioso que le había costado lograr una buena erección, pero con Cielo Riveros se sentía mas seguro de si mismo, su ansiedad por violarla era parecida a la que cuando contrataba a sus carísimas rameras, pero lo bueno es que sentía su herramienta que reaccionaba a la perfección por el solo hecho de olorosar el suave perfume natural que emanaba del cuerpo de aquella casi doncella a la cual en este momento la estaba lamiendo.

A Cielo Riveros le dolían sus tetas por las profundas succiones que ese raquítico le estaba dando a sus pequeños pezones, el hombre poco a poco fue bajando por el tierno y suave cuerpo de la nena quien solo lo dejaba hacer, ella solo mantenía sus ojos cerrados se sentía como si estuviera en el mismísimo infierno, le llegó la hora a sus pequeños calzoncitos blancos, los cuales fueron retirados y doblados por el mismo don Urias que con extrema delicadeza los dejo sobre una pequeña mesita que adornaba la lujuriosa habitación, como si estos fueran parte de un gran tesoro al cual a él le habían encomendado resguardar.

Don Urias pensó que se moriría ahí mismo, ahora que la veía ensemejante estado natural en que Dios la envió a este mundo, cayó en cuenta que estaba arrodillado a los pies de la mujer más hermosa que había visto en su vida y con ella completamente desnuda (recordemos que a Miriam Caballero no la había alcanzado a desnudar por completo y el sitio en donde estuvieron estaba oscuro), pero que clase de cuerpo y que coño se gasta esta pendeja!! Se decía para el mismo.

La miraba una y otra vez con esos hundidos ojos de muerto, y por un momento no supo qué hacer ni por dónde empezar, pero el cara de esqueletoeligió recorrerla entera, poso sus manos por cada una de sus piernas las cuales las masajeo a cabalidad, a ratos sobajeaba sus caderas y volvía a bajar por aquellas exquisitas extremidades, el pequeño tajito que poseía ese portento de mujer era de otra dimensión, lo veía casi rasurado a la vez que sabía que por ahí no había pasado navaja alguna, pero por Dios de donde habían sacado a esta vampiresa!!, así la veía por el solo hecho de contemplar la palidez de su tierna piel y de ese extraña tonalidad purpuracea que habían adquirido sus finos y bien delineados labios, era lo que pensaba el hombre en los momentos en que se perdía de la realidad y se olvidaba que estaba con Cielo Riveros, y que la niña era real y no sacada de ningún cuento, o sea una mujer hecha y derecha con cuerpo formado para saciarse en el hasta verter la última gota de semen en su interior.

Una vez terminada la desquiciante inspección a tal grácil y esbelta anatomía, el viejo Urias tomo con mucha delicadeza una de las piernas de aquella semi diosa, en ese momento Cielo Riveros abrió sus ojos para ver que se disponía a hacer aquel desmadejado hombre, y este todo un Gentleman dijo, –Con permiso, a la vez que hacía que Cielo Riveros posara uno de sus suaves muslos en uno de los hombros de él, para así comenzar a dar la mejor comida de zorra que hasta ese minuto le había propinado a alguna mujer.

Don Urias estaba con pómulos, nariz, boca y lengua enterrado en la panocha de la nena, lamiendo y chupando todo lo que podía, Cielo Riveros quien estaba siendo tomada por asalto, no quería tener nada de participación en aquella degenerada sesión de sexo no deseado, se tuvo que agarrar de la calva cabeza del hombre para no caerse y aunque ella no quisiera igual podía sentir la juguetona lengua de don Urias al interior de su ranura, sentía como esta lengüeteaba por los bordes de su tibia rendija intima, lamia sus pelitos como peinándolos hacia un lado y luego hacia el otro, para luego introducirse en esta misma hasta puntos indeterminados por ella.

Don Urias aún estaba con toda su ropa puesta, hasta con la corbata y para Cielo Riveros esto estaba bien así, no quería por nada del mundo que el viejo se desvistiera, si bien ella ya estaba entregada a la degenerada situación, prefería que ese señor se la culiara vestido que por nada del mundo se le ocurriera desvestirse, ya que temía que esa asquerosa y anti natural imagen se le quedara en su mente por el resto de su vida.

A todo esto debido a los desesperados movimientos que hacia don Urias, en el afán de querer abarcar con su boca todos los rincones de aquella rica zorrita que se estaba comiendo y sumado a los movimientos que también hacia Cielo Riveros aun de pie y para no caerse, esta ya había quedado en una posición que daba la impresión de estar ella casi sentada en la boca y hombros del hombre, con sus bellas piernas semi flectadas y siempre agarrada de la pelada cabeza de aquel horrendo personaje que parecía sacado de algún cuento de zombis.

Cielo Riveros veía su propia imagen desnuda en distintos ángulos, hacia donde mirara se chocaba con un espejo que la daba a entender y que le decían burlonamente que a ella le estaban chupando la zorra de esta forma y de esta otra también, lascivas imágenes que la destrozaban aun mas, el viejo ya llevaba unos buenos minutos comiéndosela por su pequeña rendija, cuando de pronto empezó a sentir que este venia subiendo por las carnes de su vientre, lamiendo y avasallando todo a su paso con aquella inquieta lengua que había sentido al interior de su intimidad.

La nena esperaba expectante y ya sentía nauseas de lo que se veía venir, don Urias ya venía a la altura de sus duras tetas , paso y se entretuvo por un rato lamiendo entre su cuello y oreja dejando esta última toda ensalivada, situación que le causaron los ya conocidos escalofríos al cuerpo desnudo de aquella joven que se encontraba nuevamente en contra de su voluntad dejándose hacer por otro viejo aprovechador, que lo único que quería en este momento era mandárselo a guardar.

Y los repugnantes presagios de Cielo Riveros se cumplieron ahora don Urias buscaba con su boca los labios de ella, hasta que se encontraron, la nena intentaba por todos los medios posibles correr su cara, mantenía fuertemente sus mandíbulas bien cerradas, pero a don Urias eso no le importaba se conformaba con lamérselos, ensalivárselos, y hasta le gargajeo en su rostro para después el mismo desparramar toda su propia saliva a los distintos rincones de la cara de esta.

Cielo Riveros tenía su carita brillosa de tan ensalivada que se la tenían, pero lo más repugnante para ella era el olor a viejo, ese olor a rancio que desprendía el cuerpo de don Urias como si este fuese su olor personal y característico, y así seria, la pobre y desventurada joven se tendría que empezar a acostumbrar a esos fuertes olores a viejo que por ahora la espantaban hasta mas no poder.

De un brusco empujón fue arrojada a la cama con forma de corazón, la blancura del cuerpo de Cielo Riveros resaltaba con el rojo de las cobijas, su cuerpo temblaba por lo que se veía venir, su respiración se agitaba a medida que pasaban los segundos, ya no habría vuelta, el viejo Urias en estos momentos se comenzaba a desvestir, para luego dar paso a la segura copulación entre ambos. A pesar de la indeterminada edad de aquel hombre, Cielo Riveros se percató que casi no le costó nada enlongarse para desabrochar sus zapatos, y más grande fue su sorpresa cuando este se quitó chaqueta y camisa, ya que pudo ver un cuerpo casi normal y no el que ella casi todos imaginaban guiándose por sus feas facciones calavericas. Era de anchas y casi fornidas espaldas, conpectorales mas o menos bien trabajados, cubierto por una gran cantidad de pelos canosos que lo cubrían desde la manzana de adán hasta que se perdían en la pretina de sus pantalones, formando una T peluda, todo esto contrastaba en un 100 por ciento de la deplorable imagen que todos los que lo conocían podía haberse imaginado.

Don Urias la miro con se esquelética cara diciéndole,

–Que te parece mi cuerpo dulzura, no es una maravilla, el único problema es que de niño padecí de una extraña enfermedad que no dejo que mi cara y extremidades se formaran de una manera normal, espera a ver mi verga y de seguro que te encantara aún más todavía, jajaja, te voy a hacer ver las estrellas putita, el pico que me gasto es de lo mas normal del mundo, después ansiaras que llegue el día de nuestros encuentros para venir a acostarte con el buen flaco de Urias jajaja!!, y en una de esas, lo más seguro es que hasta dejes a Pricilo y a tu futuro esposo, solo te tienes que acostumbrar a ver mi fea cara y veras que ya no va a ser tan malo, jajaja!!.

Terminando de decir esto último don Urias ya lo tenía decidido, la iba a violar.

Cielo Riveros quedo horrorizada, el cuerpo desnudo de don Urias que en este minuto ya se había quitado los pantalones y calzoncillos, parecían el de un verdadero Gladiador Romano, pensó que si este tuviera alas y por lo alto que era seria la viva imagen de una luciferesca gárgola, su mirada tropezó con la hiniesta verga palpitante que este tenía, y no pudo evitar hacer una rápida comparación con la de su buen don Pricilo. Pensó que esta nueva verga que se dejaba ver ante su azulada mirada, no era tan gruesa, pero su longitud era muy parecida y esta era mucho más nerviuda y con los mismos ríos desquiciantes de hinchadas venas de múltiples colores.

Cuando lo vio venir a subirse a la cama con la insana seguridad e intención de tomar lo que prácticamente ya era de él, Cielo Riveros comenzó una franca huida, pero el ya no tan flaco de don Urias la alcanzo a agarrar por unas de sus piernas y la jalo con fuerzas hacia el centro del corazón que la hacía de cama amatoria, se lo iba a meter. Cielo Riveros ya se debatía en una débil lucha por no dejarse violar por tan satánico hombre, que su cara y cuerpo ahora le recordaban a las espeluznantes imágenes que ella veía en las poleras de jóvenes que gustaban de música rock y metalera y que decían algo parecido a iron-maden.

Cielo Riveros había sido sorprendida e inmovilizada por un abrazo rudo y poderoso, y la pesada humanidad de don Urias aplastaba fuertemente su delicado cuerpo. Un fuerte grito de pavor salió de los atemorizados labios de ella, y en medio de sus vanos e inútiles esfuerzos por escapar, y de sus débiles intentos para impedir la consumación de los propósitos de su nuevo y viejo violador, reconoció que era casi inútil la desfallecida resistencia que ella podía ofrecer.

Don Urias, no ajeno a esto y con una caliente rapidez sumado a la terrible excitación provocada por el contacto con las suavidades de aquella juvenil y asustada hembra, tomó a la fuerza la posesión de sus más secretos e íntimos encantos y preso de su odiosa y contenida lujuria metió toda su parada y tiesa verga en el cuerpo de su nueva joven manceba, ensartándosela en su totalidad, Cielo Riveros lo recibió en toda su longitud y grosor con autenticas demostraciones de rechazo, aversión y repugnancia. En la cama con forma de corazón se libraba una feroz lucha entre dos contendientes, en la que cada uno desempeñaba un papel muy diferente uno del otro.

El violador, igualmente enardecido y aireado por las dificultades que le presentaba su victima a la realización satisfactoria de su invasión y esto sumado a las exquisitas sensaciones que estaba experimentando en el salvaje enfrentamiento cuerpo a cuerpo con una de sus mas bellas discípulas, le enterraba su tiesa herramienta de carne en la lasciva y jugosa ranura que tenia la nena entre medio de sus bellas piernas, intentaba por medio de ansiosas y brutales aserruchadas de retrasar la inminente pero copiosa y abundante descarga de semen que se aproximaba, el cual lo desparramaría al interior del cuerpo de la jovencita.

Mientras tanto el cuerpo de Cielo Riveros, debido a su nuevo temperamento adquirido después de los tres encamamientos que ya había tenido con don Pricilo antes de esta nueva lucha sexual, estaba comenzando a sentir esos gratificantes escalofríos que se apoderaban poco a poco de su ardiente estado emocional, mientras la ensartaban, la pobre se daba el tiempo de pensar en la persona la cual la estaba apuntalando, era don Urias!! Que pasaría si ahora este viejo calaverico la llegase a dejar embarazada, se preguntaba para si misma, él era su mentor espiritual, ella no podía de darse el lujo de dejarse preñar por el ni menos entregarse a disfrutar como ya lo había hecho con don Pricilo, pero aun así las potentes clavadas de verga que le asestaban en estos momentos ya estaban comenzando a provocar estragos en su delineado cuerpo, ya que en estos mismos momentos sentía la imperiosa necesidad de comenzar a contonearse.

Cielo Riveros ya se daba cuenta de lo que le estaba haciendo sentir don Urias se sentía muy rico y gratificante para su mente y cuerpo, pensó en menearse solo un poquito, para comprobar ella misma si esto era igual de placentero como lo había sido con don Pricilo, y adivinen, Error!!

No tubo la fuerza de voluntad necesaria como para aguantar las ganas de ella también comenzar a moverse y menearse de la misma forma en que la estaban poseyendo, ahora la pareja ya estaban culiando con todas las de la ley, o como Dios manda!!

Ante los violentos y lascivos ataques, que ambos amantes se propinaban, la mente de Cielo Riveros seguía luchando por no ser la mujer de don Urias, recordaba muy bien de que lo que ella hacia en estos momentos era estarse pro creando, era el acto de apareamiento sexual, si el mismo de don Urias era quien le había advertido solo hace unos años de las consecuencias que esto podría generar en su vida, si en la consumación del acto la sabia naturaleza pusiera de su parte ella quedaría esperando un hijo, pero también existiría la posibilidad de que el padre fuera don Pricilo.

Mientras mas pensaba en las nefastas consecuencias de lo que podría pasar con lo que ella estaba haciendo, mas se perdía en las confusas nebulosas de la pro creación, y estas aberraciones en ves de espantarla , mas la prendían y calentaban, el solo hecho de pesar de aventurase en correr esos riesgos, mas fuerte se movía y meneaba, por lo que decidió en esmerarse y gozar a plenitud de todas las insanas oleadas de calentura que su propia naturaleza lujuriosa iban despertando en ella, y esto acrecentado a las furiosas clavadas a las cuales estaba siendo sometida.

Cielo Riveros ahora también correspondía en un acto de natural y autentico instinto animal por parte de ella y que a pesar de la antinatural y fea imagen del hombre que en estos momentos la estaba sometiendo sexualmente y por la ardiente fricción que le causaban las palpitaciones de semejante tranca al interior de su vientre, estas igual le amenazaban con traicionarla, su azulada mirada estaba perdida y vidriosa hacia cualquier punto de esa horrenda y sucia habitación de motel, hasta que a continuación y con desmesuradas convulsiones en sus órganos y con su respiración mas que acelerada, se rindió y se sometió a tan vil violación a su exquisito cuerpo, ahora ya dejaba de ser Cielo Riveros ahora era la hembra la que comenzaba a actuar y decidir por ella, ya no le preocuparon las probables consecuencias del coito y descargo desde su misma intimidad, un derrame de su propia esencia natural sobre el hinchado palo de carne que tan deliciosamente le estaban metiendo al interior de su cuerpo y en contra de su voluntad.

Don Urias por su parte nadaba en un mar de placeres jamás imaginados que podrían existir, tenía plena conciencia de a quien se estaba culiando, era la hija de su amada Miriam Caballero y de su enemigo Eduardo Riveros, esto era un sueño del cual no quería despertar jamás, por lo que decidió aminorar la velocidad de sus acometidas, ya se había percatado del orgasmo contenido que había sufrido su bella adversaria. El lento y cadencioso mete y saca de su verga en el cuerpo de aquella juvenil diosa fue provocando el aumento gradual de la calentura y lascivia de nuestra dulce Cielo Riveros, quien ya estaba casi gozando de aquella nueva violación sufrida y provocada a causa de su ingenuidad. La necesidad por mover y menear sus caderas ya la tenían casi superada, su cuerpo se lo exigía y demandaba, ya no disimulaba nada, ahora sencillamente estaba dedicada a culiar y a que se la culiaran.

Cielo Riveros ya hacia desquiciantes movimientos ondulatorios con sus ancas y caderas, los cuales hicieron que don Urias cayera en un estado similar al ataque cardiaco, el corazón le latía a cien por hora, a la ves que comenzó a darle la cacha mas caliente y brutal que jamás en su vida le haya dado a mujer alguna, le daba estocadas, empujaba, embestía, y la apuntalaba para luego retirarse hasta dejar ver la ancha cabeza enrojecida de su erecta y parada verga junto a los rosados y delicados labios vaginales de Cielo Riveros, para luego volver a metérselo hasta las mas intimas profundidades de sus entrañas, los canosos pendejos que le nacían en el vientre ya se enredaban con la suave y escasa población de tímidos y sedosos pelitos íntimos que cubrían el nacimiento de la vagina de la fémina, hasta que muy en contra de su voluntad por parte de ella todavía, unos leves gemidos entrecortados acusaron el autentico placer que ella y su cuerpo ya estaban sintiendo desde hace un buen rato.

De nuevo se la estaban culiando a la fuerza y bajo chantajesy con ella gozando como una perra en estado de leva, el ganador nuevamente era un viejo extremadamente feo y mientras le metían un vigoroso miembro envainándoselo hasta las raíces en su delicado cuerpo, ella solo se dedicaba a ondular con su cintura y manteniendo sus poderosos muslos bien abiertos.

Ahora lo contemplaba con una perdida mirada de calentura, le miraba su feo rostro, estudiaba sus sobresalientes y huesudos pómulos, fue en esto que don Urias al estar consiente del real goce de su compañera sexual acerco su vetusta boca a los labios de la joven quien ahora lo recibió sumisa y complaciente, para dejarse besar por su nuevo y viejo amante.

Juntaron sus lenguas las cuales luchaban entre si al interior de ambas bocas, intercambiaban salivas en donde era Cielo Riveros quien se encargaba de que nada de estas se perdieran y tragaba todas las conjunciones salivales que ellos iban juntando. La nena pensaba que por lo menos este viejo no era tan gordo como don Pricilo y que además tenía toda su dentadura en buen estado y no esa masa ennegrecida que tenía en la boca su otro primer amante.

El acto de apareamiento entre Cielo Riveros y don Urias estaba en su mejor momento, con la mujer ensartada hasta las mismas viseras por lo cual ella agradecía moviendo su cuerpo a la par de como la estaban ensartando, ambos continuaban besándose con frenesí, en un momento mientras Cielo Riveros seguía moviendo su lengua con la de don Urias, noto que algo extraño sucedía al interior de la boca de este por lo que asusto y dejo de besarlo, este por su parte como quería seguir con los calentones besos que ambos se estaban propinando y al darse cuenta cual era la razón por la cual Cielo Riveros había dejado de besarlo, no se inmuto para dirigir una de sus manos hacia su boca y proceder a retirar su placa dental casi en los mismos ojos azules de la ahora nuevamente espantada muchachita, la cual la dejo a un costado de la misma cama.

Cielo Riveros quedo horrorizada con esta asquerosa situación que ahora le había tocado presenciar solo a centímetros de su angelical carita de niña, pero aun así la tranca que la apuntalaba firmemente no dejaba de hacerla sentir en los cielos, veía que ahora que el viejo Urias estaba totalmente desprovisto de dientes, se veía el doble de mas viejo que antes, mientras la seguía culiando con fuerzas descomunales, la nena pudo ver que sus cejas se inclinaron hacia su frente dándole la impresión que lo que estaba sintiendo ese hombre en ese momento era sufrimiento y no goce sexual, vio también que ambos labios, superior e inferior se habían adentrado hacia sus encías y su boca había tomado la forma de una perfecta “0”, Cielo Riveros veía perfectamente las rosadas encías desdentadas,y gracias a las impecables arremetidas que el viejo le asestaba a su caliente panocha, estas hicieron que ella se perdiera en un mar de lujuria incontenida, con sus hermosos y desnudos brazos atrajo la calva cabeza de su amante para continuar con la caliente sesión de besos con lengua que se había visto interrumpida. Ahora no le importaba que don Urias careciera de dientes, lo aceptaba y recorría con su fresca lengua las rosadas y suaves encías carentes de dentadura del vejete.

En el lujurioso acto de emparejamiento sexual y de pro creación mutua en que ambos cuerpos se esforzaban en consumar a la perfección, solo se sentían los suspiros de placer que involuntariamente dejaba salir Cielo Riveros de sus exquisitos labios, los crujidos que hacia la cama al estarse meciendo al mismo ritmo en que se movían los amantes estos sonaban como música de fondo para acompañar la magnifica copulación que ahí se llevaba a cabo, lo cual mantenía a sus protagonistas en un verdadero estado de morbosidad y éxtasis.

Ambos se estaban follando uno al otro, se restregaban en forma desesperada, cuando de pronto un placentero y sonoro gemido por parte de la joven hembra demostró nuevamente de su real estado de calentura ya que una vez más, las seguidas convulsiones de placer recorrieron todo su sistema nervioso, para luego aferrarse con todas sus fuerzas a la casi fornida contextura de su nuevo macho semental con el cual se estaba apareando, movía su cintura, ancas y caderas con total desesperación, sus ojos cerrados que daban la impresión de estar enojada, demostraban la gran concentración con la que estaba culiando, le encantaba que la ensartaran, que se la metieran y de que se la culiaran sin pudores ni miramientos, hasta que su cuerpo ya no resistió mas, para culminar y explotar en un tercero intenso y sensacional orgasmo, el cual demostró con los mas fuertes bramidos de placer emitidos por mujer alguna, a la ves que pretendió abrir sus piernas separándolas lo mas que le permitió su cuerpo, entregándose a don Urias en plenitud.

Cielo Riveros lo había hecho, pensaba ella misma con su mente casi desfallecida, ahora también era mujer de don Urias en las leyes naturales de la vida, lentamente comenzó el lento amaine de sus anteriores desesperados movimientos coitales, ahora solo podía sentir las irrupciones de la poderosa herramienta resbalosa de don Urias de como se adentraba en su cuerpo con total libertad y con pleno consentimiento por parte de ella, su cuerpo estaba totalmente sudado por su propia transpiración mesclada con el sudor de su nuevo amante.

Don Urias, ya se había dado cuento de su triunfo y conquista, nunca se había imaginado el estar yaciendo con la niña Cielo Riveros y menos pensó que esta se entregaría de una mejor forma en que lo haría una verdadera ramera, a la ves que sentía que en cualquier momento descargaba su simientosa masculinidad en el interior del joven cuerpo de su nueva putita, quien se mantenía debajo de su cuerpo en forma mansa y sumisa, por lo que se sintió poseído por unos desenfrenados deseos recientemente renacidos y todavía no deleitados con la integra posesión de tan hermosa y joven mujer, por lo que la mas perversa enajenación se fue apoderando de sus oscuros instintos.

El viejo desnaturalizado de don Urias saco su verga del tierno cuerpo avasallado de Cielo Riveros y el mismo, con bestiales movimientos dio vuelta la agotada figura de su compañera sexual ya casi semi desmayada a raíz de los desquiciantes placeres sufridos y congraciados con ella en aquella roja cama en forma de corazón.

Cielo Riveros nuevamente posaba en cuatro patas para que un degenerado y horrible viejo hiciera con ella y con su culo lo que quisieran, esta situación hicieron que la pobre niña volviera un poco a la realidad, y su realidad era solo una, el haber adoptado la degenerada posición antes señalada la llevaron a que sus ardientes emociones ya desearan un sufrido peroexquisito enculamiento.

El objetivo de don Urias era claro y evidente, y lo fue aun más cuando la misma Cielo Riveros hiso la invitación y usando sus dos manos abrió ella misma sus dos poderosas nalgas de ensueño dejando ver a don Urias su apretado conducto posterior el cual ella ya deseaba que se lo perforaran, invitación que don Urias capto en el acto y dejándose llevar por el lujurioso entusiasmo que la situación provocaba, metió su dedo índice lo más adentro que pudo de aquel místico culo que jamás había imaginado con poseer, Cielo Riveros bufaba y babeaba por las sensaciones causadas con ese dedo metido en el culo, don Urias por su parte sentía como el esfínter apretaba el dedo invasor, como no queriendo dejarlo salir de su interior.

Sus ardientes y degenerados deseos carnales nuevamente habían llegado a limites

sexualmente incontrolables para cualquier persona normal, por lo que ahora al retirar su dedo de aquel glorioso pedazo de culo el cual iba a perforar en este mismo momento, poso su verga en las suaves y perfectas nalgas de Cielo Riveros apuntando certeramente hacia el diminuto puntito que ya había probado con el dedo, se subió y acomodo sobre el cuerpo semi recostado de la mujer, quien mantenía la posición de perra lista para ser abotonada por algún macho de cualquier especie, situó su dura cabeza vergal sobre el pequeño orificio, para luego con verdadero ahínco intentar metérselo en las profundidades de su apretada abertura anal.

Don Urias presionaba con fuerzas hacia el interior del culo de la joven y luego de varios intentos y con la propia ayuda de su amante quien empinaba el culo en dirección a la tranca que intentaba encularla consiguió su perverso propósito, y Cielo Riveros quedo nuevamente totalmente clavada por el recto, lo había recibido en su pequeño orificio posterior en toda su longitud.

La angostura y constricción de su ano brindo a don Urias el mayor de los placeres jamás sentidos en su vida, y siguió metiendo y sacando lentamente de atrás hacía adelante durante una media hora por lo menos. En aquella sucia habitación de motel no habían palabras de amor, ni tampoco palabras de aliento entre aquellos dos amantes, solo se oían los apagados gemidos de dolor mesclado con placer por parte de la escultural niña-hembra y que en ocasiones eran alternados con desesperados bramidos de calentura aportados por cualquiera de los dos enamorados sexuales, que solo se concentraban en acoplarse de la forma normal u anal que era como en este momento lo llevaban a cabo.

Cielo Riveros lo aguantaba todo en forma resignada y tolerante, la cama en forma de corazón aportaba con los mas morbosos crujidos con los cuales había estado colaborando, esta se balanceaba de arriba hacia abajo y viceversa, congraciándose con los rítmicos movimientos que ya hacían ambos apasionados amantes en forma sincronizada y perfecta, la habitación entera vibraba con las temblorosas y convulsivas aserruchadas enérgicas de los lascivos empujes, ambos excitados cuerpos se agitaban y se ensamblaban, encajándose y convirtiéndose en una sola materia compacta.

Hasta que don Urias dictamino de que ya la discípula manceba estaba lista para recibir su merecido tributo por tan celebre e ilustre follada que se había mandado con el, por lo que decidió en complacerla de la forma en que ella eligiera en donde recibir las descargas de semen que dispararía su armamento, por lo que en forma agitada le consulto…

–Estas lista para recibirlooo putaaa!!, Cielo Riveros entendió en el acto que era lo que le esteban ofreciendo…

–Siiiii!!, contesto con un hilillo de voz producto de estar mas concentrada en sentir los feroces y seguidos apuntalamientos con los cuales estaban castigando a su hermoso y suave culo…

–Donde lo quieres recibirrr!!, preguntaba don Urias preso por la lujuria, Cielo Riveros aun no caía en cuenta de lo que le esteban preguntando, –Responde Zorraaaa!!

Con este segundo grito comprendió que le estaban dando a escoger, su mente se debatía en miles de dudas, las veces anteriores en que había recibido copiosas descargas de semen le habían ordenado de como recibirlo, tragarlo o simplemente se lo habían echado adentro de su cuerpo, pero esto era distinto, ahora le daban a escoger de como quería ella recibirlo, pensaba en cual seria la mejor forma, por un momento llego a la insania de pedirlo en la boca para comérselo, pero otra idea de fuerza mayor se apodero de su mente, cuerpo y epidermis, y viendo que el cara de esqueleto viviente había aminorado las apuntaladas, se desclavo ella misma de aquel terrible aparato que tan bien le había estado perforando el culo, y se acomodó nuevamente de espaldas para luego abrirse de piernas a la ves que acomodaba su desmadejado cabello por sobre sus magnificas tetas y una ves que estuvo bien abierta de patas se lo solicito…

–Don Uriasss… preñemeee!!

–Queeeeeeeee?, el viejo Urias creyó no haber escuchado la insania que le estaba pidiendo Cielo Riveros, pensaba que una cosa era que el como aprovechador que era, se lo tirara todo adentro de su cuerpo, pero otra muy distinta era que esa pequeña zorra estuviera a patas abiertas pidiendo que la preñasen…

–Quierooo queee meee preñeeennn!!, volvía a solicitar la caliente jovenzuela, mientras hacia pequeñas ondulaciones con su zorra como si ella estuviera culiando con el hombre invisible…

Don Urias que ya estaba que se desparramaba en cualquier momento pensó que él no era quien para negarse a tan extraña solicitud, por lo que se volvió a acomodar en los suaves y tibios muslos de la muchacha a la ves que volvía a ubicar su parada tranca en la femenina abertura vaginal de Cielo Riveros y fue ella misma quien lo pidió…

–Don Uriasss!! Metamelaaa!!, pidió la niña abriéndose aun mas de piernas a medida que iba sintiendo como la gruesa herramienta de don Urias iba nuevamente ingresando hacia el interior de su cuerpo…–Métamela bien adentrooo!! Y con un profundo suspiro de placer volvió a bañar a su feo violador con una abundante descarga de sus propios fluidos naturales, al mismo tiempo que meneaba su zorra para adelante para recibir una brutal clavada de su nuevo macho.

Los bellos muslos de Cielo Riveros se flexionaban convulsivamente cuando don Urias se lanzaba entre ellas, para iniciar una serie de movimientos de entrada y salida que causaban en Cielo Riveros un extraño placer ya que ella sabia que aquel hombre se estaba moviendo de aquella forma para que al momento de la eyaculación proceder a preñarla ya que ella misma se lo había solicitado, con estos pensamientos la endemoniada chiquilla se dio a secundarlo con todas sus fuerzas. Cielo Riveros sentía la verga de don Urias embutida por completo al interior de su zorra, suspiraba hondo y se estremecía bajo las firmes embestidas de su amante. Su respiración se volvió totalmente agitada, cerró sus ojos a consecuencia del inmenso y exquisito placer que estaba experimentando su cuerpo y todos sus sentidos incluidos.

Después de unos 10 minutos de una caliente follada ininterrumpida, don Urias le ponía en conocimiento de que él ya estaba listo para descargar…

–Cielo Riverosnnn, te voy a llenarrr putitaaa!!, Cielo Riveros ya se preparaba para la venida del viejo desdentado abriendo aun mas sus poderosas y blancas piernas…

Don Urias seguía moviéndose, y se babeaba en la misma carita de Cielo Riveros, quien ya nuevamente presa por la calentura del momento esperaba con verdadera ansiedad la corrida de aquel horrendo y oscuro hombre.

Don Urias de pronto se la clavo en forma casi animal en las profundidades de su delineado cuerpo, quedándose en forma rígida y totalmente ensartado al interior de su apretada zorrita, para luego soltar en el interior cuerpo de Cielo Riveros una tremenda rociada de semen caliente y espeso a la ves que intento adentrarse aun mas en el bello cuerpo de su victima con el único afán de cumplirle la tan extraña solicitud de preñarla.

–Arrrggg!!…—Tómala!! Ahí te vaaa!! Puta asquerosa!!! Toda para tiii!! Ohhh ojala te sirvan mis mocosss!! Perraaa calienteee!!

–Ahhhh lo quierooo todooo!! Fue el grito placentero de Cielo Riveros al sentir la primera abundante descarga de semen en su interior…Demelooo todooo don Uriassss!!, le solicitaba a gritos intentando juntar aun mas su panocha para fundirla con la tranca caliente del vejete…Lo quierooo todooo adentroooo de miii zorraaaaa!! Y con esto ultimo la caliente mujer volvió a rendirse en otro excelente orgasmo casi de fabula para ella.

Cielo Riveros sintió las siete abundantes chorreadas de semen caliente que la verga de don Urias derramo en su interior, una ves que todo hubo acabado vio como don Urias con mucho cuidado se salía de su cuerpo desclavándole una reluciente y nervuda verga aun en estado de combate, la vio brillar orgullosa por el excelente trabajo que acababa de realizar en las propias carnes de ella, se quedo con sus hermosas piernas abiertas tal cual como estaba cuando la fertilizaban, también pudo ver su pequeña abertura intima en que poco a poco comenzaban a escurrirse desde su interior unos gruesos goterones de semen, seguidos por otras abundantes expulsiones de este mismo formando tres pequeños globos blancuzcos entre sus pelitos y labios vaginales. Sintió las tremendas ganas de ella misma poder doblarse y lamerse su propio coño bañado en semen y dejarlo totalmente limpio de aquel venenoso y peligroso líquido.

Recién eran las 11.30 de la noche, aun les quedaban como 9 horas para retirarse de aquel sucio motel, la pareja descansaba, ambos desnudos yabrazados, pensativos. Cielo Riveros con sus mejillas sonrosadas y con su panocha aun llena de semen, solo se entretenía en imaginar que otra cosa mas le tocaría hacer ya que don Urias le había aclarado que aun faltaba mucho para el sentirse realmente satisfecho con la entera posesión de su persona. La nena ni siquiera se acordaba de don Pricilo ni para que decir que recordara que ella estaba de novia, y nunca se imaginaria que su Ignacio en estos mismos momentos en que ella yacía totalmente desnuda abrazada a don Urias, su novio se encontraba eligiendo que destino tendrían una ves casados para ir a pasar su luna de miel.

Cielo Riveros se duchaba en el baño del sucio motel, en su mente las ideas bailaban al ritmo de los acontecimientos que se sucedían, había dejado a su nuevo aprovechador amante acostado después de la gran follada que se habían pegado ambos. A la nena ya la habían abandonado las ricas sensaciones de tranquilidad post coito, ahora lloraba amargamente y en silencio bajo el agua.

Se maldecía por haberse entregado a tan horrible viejo, por haber disfrutado de las delicias del acto sexual y de cómo su calentura había aumentado una vez que el viejo se había desprovisto de su dentadura postiza a solo centímetros de sus ojos, pero ahora con el solo hecho de recordar aquella imagen sentía las tremendas ganas de vomitar.

Sabía que el viejo degenerado de don Urias la estaba utilizando, también entendía que si no se dejaba culiar por él, los acontecimientos que afectarían a su familia serian de nefastas consecuencias.

Faltaba casi toda la noche en la cual tendría que comportarse generosamente con su cuerpo y complacerlo sexualmente hasta la saciedad, según era el trato en que ella forzosamente había aceptado con tal de saldar de alguna forma  el silencio de don Urias, pero lo que asustaba de sobre manera y la mantenían aterrada, eran las grandes posibilidades de salir preñada de toda esta situación, y la más terrible de todas sus desgracias era que quien sería el padre!!, además que si esto sucedía no sabría cuál de los dos seria el verdadero progenitor de su hijo, si don Urias o don Pricilo, aunque este último era el que más posibilidades tenia, por los seguidos encuentros amatorios que había sostenido con él.

La niña de 18 años recién cumplidos ya se había terminado de duchar, ahora que ya estaba más serenada, se sentía muy avergonzada de volver a tener que acostarse desnuda con don Urias en la cama con forma de corazón, estaba envuelta en una toalla al interior del baño se miraba al espejo sin atreverse de volver al lado del calvo y desdentado hombre, quien ya la esperaba ansioso para continuar con la ardiente sesión de sexo que se estaba pegando con la hija de su Miriam Caballero y de Eduardo Zabala, su enemigo.

Ahora Cielo Riveros recordaba que solo hace minutos le había pedido y hasta casi rogado a don Urias, que la preñara, no se explicaba el porqué de su reacción, lo último que esperaría que le sucediera era de que la preñasen, y más encima los dos postulantes que ella tenía para hacer de la paternidad de su futuro hijo, eran dos viejos asquerosamente feos, y en solo pensar en la gran fealdad de ambos no sabía por qué su cuerpo empezaba a sentir gratificantes estremecimientos, los cuales provocaban en su tajito unas eróticas y ricas pulsaciones que la humedecían casi al instante, reacciones que contradecían lo que ella estaba pensando.

Muy a su pesar tuvo que volver al lado de aquel viejo largo y deforme, que aunque este mantuviera un cuerpo casi normal, la delgadez de sus ante brazos y manos, sumado a la esquelética cara, lo hacían ver como si este fuese una aberrante criatura mutante o en pleno estado de metamorfosis. Mientras caminaba en dirección a la cama pensaba que en lo ya ocurrido entre ellos, el haberse estado ambos apareando como animales y el haberse movido y meneado de la forma en que lo había hecho, esto ya la había convertido en su mujer, y lo que más la entristecía era seguir siéndolo por el resto de la noche… lo tenía asumido.

Don Urias la vio salir del baño envuelta en una diminuta toalla blanca, admiraba la angelical palidez de su cuerpo, el negro brilloso y casi azulado de su cabello, la sensual tonalidad amoratada de los labios, las perfectas formas de su figura que se adivinaban bajo el género que escasamente la protegían de su hundida mirada y que el mismo ya había comprobado.

La observo caminar y como se contoneaban sus ampulosascaderas hasta que llego a la cama, en donde muy tímidamente se despojó de lo que la cubría, quedando ante él completamente desnuda y en todo su esplendor.

El viejo con cara de muerto al verla parada junto a él y vestida en traje de Eva, se levantó del lecho en forma desesperada para abrazarla, adosándose a las suavidades de sus curvas y sintiendo la frescura de su piel recién lavada, sentía como se juntaba y apretaba aquel cuerpo de Diosa con los gruesos y canoso pelos de su pecho. Cielo Riveros le llegaba solo hasta la altura de sus pectorales, ella aun un poco confundida correspondió el abrazo sin saber qué hacer, pero su instintivo temperamento de hembra complaciente la llevo a apegarse al cuerpo de aquel deformado capricho de la naturaleza. La nena se preguntaba el por qué su mente no quería estar al lado del horrendo hombre, pero sin embargo su cuerpo reaccionaba solo, como si este tomara sus propias determinaciones sin ni siquiera preguntárselo a ella.

La niña subió su azulada mirada a los hundidos ojos del maduro hombre, no se explicaba el por qué le llamaba tanto la atención estudiar la fealdad de aquel vejestorio , si no tenía nada de atrayente, pero ella se sabía desnuda junto a él a la vez que sentía como se le aceleraban los latidos de su corazón por estar en tales circunstancias con don Urias, el amigo de su padre, el consejero familiar, su formador espiritual, y el hecho de ya asumir que luego se venía una nueva contienda amatoria entre ambos le hacía estremecer casi toda su esbelta figura, ya casi se quería entregar a las abominaciones que ese hombre le quisiera hacer a su cuerpo y persona.

Cielo Riveros le miraba sus remarcados pómulos que sobresalían de su cara, estudiaba aquella maquiavélica sonrisa carente de dientes, las rosadas encías desdentadas del hombre invitaban a su lengua a recorrerlas y probarlas; su conciencia le decía que no, pero su lengua le exigía meterse en esa hedionda boca de viejo, por ultimo pensaba, que sea el vejete quien tomara la iniciativa, pero las ordenes venían desde su bajo estomago cuyo centro de operaciones se encontraba al interior de su ranura intima, y ya no aguantando más y como si ella fuese la más disciplinada de las reclutas cumplió con las ordenes de su cuerpo, con sus dos manitas tomo al hombre de su cara e hiso que este se encorvara para ella comenzar a besarlo en forma apasionada.

A la nena ya se le habían olvidado las inmensas emociones de asco y rechazo que solo hace minutos había sentido en el baño.

Por su parte don Urias al sentir la fresca boca de su amante ya quería ensartarla nuevamente, esto del embarazo que pedía la niña lo había entusiasmado y calentado aún más y pensaba que para él seria todo un honor preñar a tan suculenta y juvenil hembra, esta era la mejor forma de vengarse de Eduardo y del desaire sufrido con Miriam Caballero, ya estaba decidido por su parte, la nena tendría que quedar preñada por él o por Pricilo, no le importaba quien fuese el que lo lograra primero, total Ignacio tendría que asumir la paternidad de su hijo, si es que la lograba fecundar y fertilizar a la hija de su amada.

La nena ya sentía en su estómago como se clavaba la herramienta carnal de don Urias, nunca se imaginó que este horrible vejestorio con cara de muerto viviente y de suaves encías, la iban a enardecer tanto como lo había estado en otras circunstancias con don Pricilo.

Estaba confundida, no sabía con cuál de los dos hombres se sentía más mujer, más hembra, más putaaa !!

Ambos la chantajeaban para usarla, cuál de los dos era más feo?, pensaba la dulce criatura, por un momento se acordó de Ignacio su novio, que hasta este momento ni siquiera se habían besado, y ella la novia de él, su prometida, se encontraba toda llena de semen en su vientre, quizás ya embarazada por don Pricilo o por don Urias, esto no lo sabía, pero el solo hecho de pensarlo más se calentaba y la ponían a full !!

Le renacían las ganas de abrirse de piernas, de exponerse ante aquel asqueroso hombre para que le metiera verga hasta preñarla si es que ya no lo estaba; y claro ella también decidía que si esto sucedía era Ignacio su novio, el hombre indicado para cargar con la paternidad del hijo que no sabría cuál de sus dos machos sería capaz de preñar a su hermoso cuerpo.

En estos pensamientos estaba la nena cuando sintió que mientras se besaban, una de sus blancas manitas era guiada por el hombre hasta llegar al endurecido palo que tenía por verga, la calentura que sentía el viejo Urias ya casi llegaba a la insania y para darle el vamos a este segundo round de la noche, se separó del ardiente ósculo y le solicito…

— ¡Quiero que la mames preciosa!, quiero que la coloques en tu dulce boca, la acomodes en tus labios y me la chupes como la más grandes de las putas que han existido en la historia…

Cielo Riveros quien ya se encontraba en sumo estado de calentura por todas las desvergonzadas depravaciones que escuchaba y de las que ella misma imaginaba al estar con un hombre tan feo, como lo era su otro amante, quiso agregarle más condimento a la morbosa situación en que se encontraba con su mentor espiritual, por lo que se atrevió a preguntar…

–Don Uriasss!! Y después me volverá a culiarrr??… plisss!!,

Don Urias al escuchar a Cielo Riveros y ver con la inocencia que le pedía tan infame solicitud, quedo en un estado como su hubiese sido tocado por el mismísimo espíritu santo, le encantaba como se empezaba a comportar tan exquisita joven, que ya se asemejaba a una vulgar ramera, y para mejor, pensaba el degenerado hombre, esta principiante de puta no cobraba absolutamente nada, sabía muy bien que una buena puta profesional le hubiese cobrado una fuerte suma de dinero para comportarse como lo estaba haciendo la nena…

–Vamos a ver si es posible lindura, primero te tendrás que comer todos mis mocos, sería injusto que a estas alturas ya te hayas comido los de Pricilo, y que aún no pruebes los míos, le notificaba don Urias y para luego continuar, –Cuando acabe deberás recibirlos bien adentro de tu boca, lo más profundo que puedas para que nada de lo que salga de mi verga se pueda perder….

Cielo Riveros media caliente y media preocupada encontró que don Urias tenía razón, por lo que se arrodillo ante él, quedando frente a la pardusca y nerviuda verga que tendría que meterse en la boca, además que ya se entretenía con el elevado tono de aquella erótica y mal sana conversación…

–¿y me los tendré que tragar todooosss?, le consultaba a su consejero y maestro en asuntos angélicos, recordando todo el placer que aquella verga que se encontraba ante su azulada mirada, le había brindado a su curvilíneo y endemoniado cuerpo solo hace un rato.

— ¡Todos putita mía, todooos!, esa será la mejor forma en que me agradecerás todos estos años formación y enseñanzas!!, le recalcaba el viejo pelado preso por la excitación, — Hasta la última gota !!, termino diciendo don Urias a quien le temblaba hasta el tuétano por la caliente sesión de sexo que ya se acercaba a pasos agigantados.

Sintiéndose obligada de tener que agradecer lo que don Urias había dicho, y también en deuda por el éxtasis y placer casi paradisíaco e infernal y por el inmenso estado de calentura al que había sido sometida solo hace casi una hora, comprendió que debía devolver el favor, con la misma moneda, ardiente pasión y lascivia con el que a ella también se lo habían hecho.

Cielo Riveros como si hubiese caído en un estado de hipnosis dirigió sus dos manitas hacia el tronco lleno de venas para sentirlo, lentamente lo comenzó a frotar, la tranca de don Urias dejaba salir un fuerte y erótico aroma que la enloquecían y la excitaban, esta verga no era tan gruesa como la de don Pricilo, pero sí muy larga e igualmente de deleitosa y mística.

Lo único que impedía que de una buena vez se lo comiera, era la terrorífica cara de muerto que tenía don Urias, que de vez en cuando la sacaban de su impaciente estado de calentura y le hacían ver las imperfecciones de aquel vetusto hombre viejo y sin dientes.

Pero su nueva y ardiente naturaleza de hembra otra vez le jugaba una mala pasada, lentamente lo acercó a su cara, y se lo apegó a su mejilla para comenzar a frotarlo en esta, pasados unos minutos los líquidos pre seminales de don Urias ya tenían encharcada sus finas facciones, la verga ya se deslizaba y resbalaba bruscamente en su carita la cual se encontraba toda engominada por los líquidos desparramados por el viejo.

Luego de varias indecisiones logró dominar el rechazo y las sensaciones repulsivas que a ratos sentía, depositó sus finos y sensuales labios sobre el extremo superior, que ella lo asemejaba a un pequeño casco de soldado y lo cubrió en su totalidad con su adorable boca, luego besó ardientemente al reluciente miembro por todos sus lados, tras comprobar que las gotas que salían del acerado pomo eran tan viscosas y pegajosas como la de don Pricilo, pero estas tenían otro sabor, tan exquisito como las de su primer amante, de las cuales ya se había tenido que tragar.

Excitado por las suaves y placenteras fricciones que le practicaba su joven y bella discípula, don Urias se adentró por su cuenta en la boca de Cielo Riveros, pero luego de unas deleitosas succiones por parte de ella, y con el pretexto de hacer otra pregunta la nena con gran delicadeza movió su cabeza hacía un lado para irse librando poco a poco de aquella invasión vergal hacia su boca, esta salía de sus labios como en cámara lenta; al hacerlo su boca y la verga hicieron un erótico sonido de: Plupp!!

–¿Don Urias, le gustaaa como se la chupoooo?…

Luego de esta erótica pregunta, Cielo Riveros poniéndole su mejor carita de perra en leva, lo quedo mirando con sus penetrantes ojos azules a los hundidos ojos del monstruoso viejo que ya no aguantaba más…

Sin mediar palabras y a forma de respuesta positiva, don Urias volvió a introducir bruscamente su largo miembro en la boca de la tierna adolescente, esta vez tan adentro que presionaba contra su fina garganta, para en seguida conseguir metérselo hasta las mismas bolas que quedaron ubicadas justo debajo de la barbilla de Cielo Riveros, quien solo atinaba a mirar a don Urias con sus ojos bañados en lágrimas, producto del atragantamiento forzado en que la mantenían.

Luego tomándola por sus cabellos, comenzó en forma violenta y acelerada, a meter y sacar toda la extensión de su verga en la ajustada cavidad oral de la niña con la intención de que ella supiera que prácticamente se la estaban culiando por la boca. El pelado Urias metía y sacaba su verga con total enajenación no importándole las seguidas secuencias de arcadas, atoramientos y ahogos con las cuales estaba humillando a su joven amante.

Cielo Riveros aguantaba con entereza los ataques vergales hacia su boca, llevaban como 15 minutos de sexo oral con ella puesta de rodillas, sus hermosos muslos abiertos y con ambas palmas de sus manos apoyadas en el piso de la habitación, un gran charco de salivas y babas mescladas con los líquidos interiores de don Urias se desparramaban por todo el sector de sus duras y grandes tetas que bajaban lentamente por su cuerpo e iban a caer al piso formando un gran charco semi transparente alrededor de sus hermosas rodillas dobladas, la calentura ya la tenían dominada, la niña inconscientemente se seguía abriendo de muslos e intentaba restregar su zorra contra el suelo no importándole que allí no hubiese nada para meterse, solo sentía la imperiosa necesidad de sentir algo con que frotarse en su tierna panocha que ya pedía a gritos que le metieran algo duro y sólido.

Don Urias atento a esta situación, le dijo:

— ¡Lo vez pequeña zorraaaa!… Así es como se chupa el picoooo!!, le decía a la vez que no la soltaba de su cabello manteniendo el agitado ritmo de meter y sacar.

Cielo Riveros ya no quería hablar, solo se dejaba que le follaran la boca y ella intentar chupar y degustar aquella nueva y exquisita barra de carne caliente que le estaban ensartando en la garganta, y ahora estaba tan ansiosa como el mismo viejo por llevar a cabo el atrevido y lujurioso final de ese acto cuyo desenlace ella ya muy bien conocía. Era hora de la cena, pensaba.

Excitada y muy caliente por la tranca que tenía asida con verdadero deleite en su boca, la joven se dedicó a chupar, succionar, frotar y exprimir con sus labios el endurecido y tieso miembro viril, por la urgente desesperación que sentía por probar lo antes posible el sabor que tendría esa nueva ración de semen espeso y caliente que ella se encargaría de tragar y comer.

No contenta con chuparlo con sus delicados labios y acariciárselo con su fresca lengua con cual lo envolvía deliciosamente, Cielo Riveros dejaba escapar suspiros de devoción y satisfacción, para que su viejo preceptor notara que ella también disfrutaba con la brutal felación.

Por su parte don Urias quien ya no aguantaba más al ver los eróticos movimientos de coito que hacia el desnudo y poderoso cuerpo de su joven y gratuita ramera, ya se disponía a inundar su boca y garganta para que ella cumpliera con su palabra y se comiera todos los abundantes chorros de semen que ya estaba a punto de desparramarle al interior de su boca.

Pero don Urias aguantaba, quería alargar un poco más el momento del éxtasis lo que más le permitieran sus sentidos, Cielo Riveros por su parte se lo estaba pasando muy bien con ese taladro vergal ensartado en su vía oral, sentía las seguidas expulsiones de líquidos pre seminales mezclados con semen que ella ya juntaba en su boca.

Pero su cuerpo le exigía mayores placeres, su panocha ya reclamaba lo que era de ella, se sentía lista y dispuesta para que aquel sátiro se la volviera a culiar como corresponde, su mente le decía que tenía que volver a ser su mujer, por lo que aduras penas intento hacérselo saber a su hombre…

–¡Aghhh !! Exclamó la joven en un momento que pudo sacarse la verga de su boca… –Ya no, don Urias… por favor ahoraaa culiemossss !!, exclamaba Cielo Riveros dejando ver viscosas muestras de semen y líquidos pre seminales entre sus labios y su lengua.

Pero el caliente viejo de don Urias al ver de que esa pendeja caliente se comportaba como una verdadera fulana, la afianzo bruscamente de sus cabellos y Plafff!!, le asesto una fuerte y sonora cachetada en el hermoso rostro de la niña, la volvió a tomar bruscamente de la cabeza e introdujosu erecto miembro hasta lo más profundode su boca y garganta, en una clara demostración de querer hacer ver que ella no era la que mandaba en aquella sesión amatoria, forzándola a que siguiera chupándole la verga, amaestrándola como a una perra, domándola como a una joven potranca…

Don Urias ya sabía que a esta puta primeriza la tenía en sus manos, ahora mientras le chupaba la verga, él le asestaba sonoras cachetadas en su rostro. Plaff !!, plafff !!, plaff !!…retumbaban y se entre mezclaban con los sonidos de lengua y saliva que salían desde la boca de Cielo Riveros que alteraban el silencio de la habitación.

Ella no se defendía ni reclamaba nada, solo se esmeraba con seguir cumpliendo con la misión encomendada, por momentos se asustaba, pero también le gustaba de que la abofetearan sin misericordia, ahora chupaba y succionaba con más aplicación, al notar que nuevamente tenía un macho que mandaba, y además gratamente para ella, la violaba y la sometía.

El viejo Urias la veía perdida en los laberintos de la lujuria, también tenía claro que a Cielo Riveros, desde ahora en adelante con solo aplicarle un poco de agresión, miedo y humillación extrema, terminarían por rendirla a sus pies y ella presa de esa extraña mezcla de calentura, miedo y sumisión, se abandonaría en cuerpo y alma a las aberrantes solicitudes que desde ahora le serian exigidas.

El caliente y desequilibrado director siempre había tenido que pagar por esto, pero ahora y a futuro, lo tendría en forma real y gratuita, gracias al total estado de morbosidad interna que atacaban a la bella joven y que claramente la mantenían lascivamente caliente en su propia naturaleza femenina; y que la hacían disfrutar y gozar hasta lo innombrable con tal de estar dominada por su desquiciado y horrendo agresor.

El largo miembro de don Urias engrosaba y se enardecía cada vez más, a medida que los excitantes labios de Cielo Riveros apresaban su ancha cabeza y con su lengua jugueteaba en torno al pequeño orificio del glande, provocando en el endurecido miembro una excitación que se traducía en una continua expulsión de líquidos provenientes de los testículos de don Urias, y que la nena tenía que conducir hacía su garganta, hasta que el continuo goteo de semen que se acumulaba en esa zona era tragado por ella disfrutando y casi adivinado las chorreadas que se ya se aproximaban.

Varias veces Cielo Riveros retiró su cabeza para tomar un poco de aire y limpiarse las babas y mocos de su carita, apartándose de esa tranca que no paraba de expulsar secreciones, sin embargo don Urias volvía a someterla metiéndosela brutalmente en los finos y rosados labios de la joven, esa enorme, brillosa y reluciente verga obligándola a que ella continuara chupándola, hasta que incapaz ya de aguantar los deseos de correrse en su boca, don Urias colocó sus manos tras la cabeza de Cielo Riveros asegurándose para que no se le fuera a arrancar al momento de la eyaculación, entonces y para su sorpresa sintió como la joven succionaba con mayor energía y morbosidad que antes el duro palo de carne, haciendo con su cabeza cortos movimientos de avance y retroceso, por lo que el enloquecido hombre proyectó su tranca hacía adelante presionando con todas sus fuerzas en la boca de su joven prostituta, que en ese momento estaba tirada en el suelo y con su cabeza apoyada en la cama, debido a los empujes vergales del hombre hacia su boca, ella mantenía sus mandíbulas lo más abiertas posible para recibir lo que su macho ya se aprestaba a suministrarle, las manos del enajenado y abusivo hombre se afianzaron aún más de su cabeza haciendo y coaccionando con su verga hacia lo más profundo de la garganta…

–Ohhhhgg!! Maldita zorraaaa como me haces venirrr pedazo de putaaaaa!!! bufaba don Urias al mismo tiempo que con su boca desdentada y en forma de “o” y con su hundida mirada puesta en el techo de la habitación comenzó a dejar salir desde su tranca torrentes de un espeso y caliente semen que resbalaban por la garganta de Cielo Riveros para ir a depositarse al fondo de su estómago, la jovencita siguió succionando, chupando y tragando hasta que llena de las descargas de caliente simiente, y semi asfixiada por las espesas y abundantes cantidades, se vio obligada a comenzar a tragar más glotonamente, con la intención de no desperdiciar nada de lo que tan buenamente le estaban dando a probar.

En un momento ya casi ahogada por las cuantiosas emanaciones de líquidos que le administraban, Cielo Riveros ya no aguanto más y comenzó a toser, saliendo la verga de don Urias expulsada con fuerza de su boca, como un verdadero resorte y lanzando potentes chorros de blanco semen que fueron a dar a su cara y pelo quedando la joven casi embalsamada con las masculinas emisiones que expulsaba su macho…Cielo Riveros estaba encantada.

–Ahhh que rico fue don Uriasss !!, me encantooo su saborrrr !!, exclamaba la ardorosa joven, quien siguió tosiendo varias veces, tenía el cabello y la cara inundados de los calientes y viscosos espermios desparramados por don Urias. –¡Qué cantidad me dio a probar, Dios mioooo, quiero masssss, por favorrr deme massss! Le decía la enajenada niña, con un ojo emblanquecido ya que este se encontraba totalmente tapado por una gruesa capa de semen espeso y condensado…–¡Creo que me tragué más de la mitaddd!, –¡Qué moqueada más rica me ha mandadooo por Diosss !! Volvía a exclamar en forma eufórica, nunca en su vida había visto como una verga expulsaba tantos mocos y tan cerca de su cara…

Don Urias con su corazón latiendo a cien por hora la viotoda embardunada con su propio simiente, separando su cabeza del borde de la cama para atraparle nuevamente la verga y deslizar sus labios por todo el largo de ese endurecido miembro, lamiendo y relamiendo incansablemente esa endurecida erección hasta dejarla completamente libre del pegajoso y, no se la soltaba.

Cielo Riveros una vez que escasamente pudo limpiar sus ojos del viscoso líquido, se apoderó de la verga de don Urias, como quien se posesiona a como dé lugar de un objeto de inmenso valor, y que para ella ya no era de ninguna manera desconocido, sus delicadas manos seguían masturbando rápidamente la enhiesta tranca que constituía aquel tieso y nervudo músculo de carne, mientras con los ojos lo devoraban en toda su extensión con sus hinchadas venas multicolores.

–Don Uriasss, por favorrr metamelaaaa!!, pedía le nena, temiendo que por la abundante corrida que había sufrido el cadavérico hombre , ahora no tuviera las fuerzas necesarias para cumplir con lo solicitado…

El viejo al escuchar los calientes requerimientos que le hacia la joven y gratuita prostituta, supuso que a lo mejor al Pricilo no le había costado mucho trabajo encamársela, estaba claro que a lo mejor ella solita había entregado su cuerpo por la calentura misma de su persona, que ahora el comprobaba al notar la forma en que la nena pedía verga como la más vil de las rameras ninfómanas, se daba cuenta que la muy puta con su carita de niña buena los tenía engañados a todos, pensaba el viejo con cara de muerto, y el muy estúpido poniéndola como ejemplo ante las demás familias de su decente congregación, pero ahora se las pagaría…

–Así que quieres que te meta la vergaaaa!!, le gritaba a la vez que la tomo fuertemente de sus cabellos obligándola a ponerse de pie frente a él, –Vamos pidelooo putaaa barataaaa!!

–Siiii!! Le confirmaba Cielo Riveros un poco adolorida por el abusivo trato que le daba el deforme hombre.

Don Urias enceguecido por la ira de ver el comportamiento desalmado y de puta en la candorosa muchacha, y con todo el odio del mundo acumulado por culpa de su padre, tomo impulso con una de sus huesudas manos y con la otra sujetándola por el pelo y Plafff !!, Plafff !! Retumbaron las dos certeras bofetadas de ida y vuelta que recibió en pleno rostro, que la hicieron retroceder unos pasos hacia atrás de donde estaba, los fuertes manotazos en su cara la tomaron por sorpresa y una vez recibidos la pobre joven quedo como atontada, se sentía mareada y veía a don Urias en tres imágenes que se separaban y que se volvían a unificar…

–Vamoss pídelo por fovorrrr, zorra asquerosa, y te daré la culiada de tu vidaaa!!, pero tienes que aplicar lo que te he enseñado en todos estos años…Plafff!! Plafff!!, retumbaban las cachetadas en el rostro…–Pídelo como se debe putaaa…plafff!! Pídelo por favorrr!!…Plaff!!…vamos quiero escucharteee!! Plafff!! Plaff!!, continuaban los golpes…

A raíz de los continuos y fuertes cachuchazos que Cielo Riveros estaba recibiendo en su cara, ella iba retrocediendo, con la intención de proteger su violada y desnuda integridad , lo que resultaba inútil para sus propósitos ya que a medida que ella retrocedía el viejo Urias avanzaba en su misma dirección asestándole golpes con un odio mal sano en cualquier parte de su cuerpo, hasta que la nena ya no tubo escapatoria, había llegado a la pared de al fondo de la habitación.

–Así que la muy putaaa quiere que se la culiennn?, le decía el vejete con su boca carente de dientes y muy cerca de sus ojos…

–Sinifff, snifff, snifff…lloraba totalmente aterrorizada la pobre Cielo Riveros ya que nunca en su vida le habían pegado tanto, ni siquiera don Pricilo lo había hecho…

–Vamos perra mal paridaaa!!, sigue pidiendo verga que es lo único para que sirvesss!!, vamos pide que te partan la conchaaa!!

–Snifff, Snifff, Snifff, paaar…ta…meee…la…zo…rraaa…a ver…ga…zosss…snifff…snifff…snifff,

–No escuchooo!!, Pide por favorrr perraaaa!! Plafff, plafff, plafff!!, seguían los rudos y violentos golpes…

–Por favooorrr…snifff…snifff…donnn…Uritassss!!, metameee sniff…sniff…su ver…gaaaaa…sniff…sniff…

Los ojos de don Urias centelleaban en su hundida mirada, al verla desnuda y suplicando, por lo que en su tiesa tranca se produjo un latido espasmódico que hubiera podido matar a la pobre de Cielo Riveros si hubiese querido atravesarla con esta. Luego de esto la tomo fuertemente de sus cabellos y la arrastro hacia la cama con forma de corazón, Cielo Riveros fue impulsada y lanzada con fuerzas hacia el lecho amatorio, al verlo venir hacia su cuerpo automáticamente se abrió de piernas para que le metieran cualquier cosa por su intimidad, ya que no quería que aquel lujurioso y agresivo hombre le siguiera pegando.

Don Urias aproximándose a ella observo justo al medio de sus hermosos muslos abiertos en toda majestuosidad, los rosados labios de una deliciosa vagina escasamente sombreada de pelitos que la adornaban apeteciblemente.

El vejestorio al estar ante tan loable espectáculo y producto de la magnánima excitación y calentura por haberla estado golpeando a sus anchas, sentía su tranca lista para entrar nuevamente a la batalla…

No esperó mayores incentivos, tomo el tembloroso y asustado cuerpo de la joven doncella y la dio vuelta para poner su cuerpo nuevamente en cuatro patas, como se lo hacen a las perras, colocó la húmeda cabeza de su tranca entre los húmedos labios vaginales y después, tras muchas embestidas y esfuerzos, consiguió hacerlo entrar hasta la mitad.

Luego empuje tras empuje, se adentró más… y más.., y más, hasta que dio la impresión de que la hermosa y blanca vagina no podría admitir más sin rajársela o de sufrir algún tipo de daño en sus vísceras interiores, a todo esto el rostro de Cielo Riveros mezcla de miedo, calentura y humillación, reflejaba el extraordinario placer que le provocaba el ser ensartada y culiada tan salvajemente y por tan macabro adefesio de la naturaleza.

De pronto don Urias se detuvo, estaba dentro hasta los testículos, sus pendejos canosos y crispados se apegaban a las suaves y tibias nalgas de la niña.

Cielo Riveros nuevamente había albergado en el interior de su cuerpo y en toda su longitud, la tranca de su mentor espiritual y amigo de su padre… como la calentaba la situación!!…

A partir de ese momento comenzó un encuentro que sacudía la cama y todos los muebles de la lujuriosa habitación de motel, los espejos tiritaban dando la impresión que en cualquier momento se trizarían o quebrarían.

Aferrándose con ambas flacuchentas manos en torno a la suavidad de sus marcadas y presuntuosas caderas, el horrendo hombre con cara de muerto se tiraba a fondo en cada embestida, llegando a levantar unos buenos centímetros del nivel de la cama al poderoso cuerpo de su mujer quien le rendía un sumiso y sexual tributo a sus fieras embestidas.

Sin retirar más que la mitad de la longitud de su tranca, se adentraba lo mejor que podía en cada furiosa arremetida que le propinaba a la perra que en estos mismos momentos se la culeaba a cuatro patas.

Cielo Riveros por su parte correspondía enérgicamente empujando su cuerpo en retroceso para facilitar los adentramientos de verga lo que más pudieran permitirles las delineadas formas de su grácil anatomía, plafff!, plafff!, plafff!, plafff!, sonaban los salvajes azotes que se propinaban ambos cuerpos totalmente afiebrados por la calentura.

En un momento don Urias entre medio de sus salvajes movimientos y muy envalentonado por la mansa y domada actitud de su puta, hiso que Cielo Riveros apoyara su cara sobre la explanada de la cama, quedando con todo su cuerpo inclinado y con su hermoso culo bien empinado para que el pudiera profundizar aún más al interior de su jugoso coño, a la vez que posaba uno de sus pies sobre una de las suaves mejillas ejerciendo presión sobre ella, su intención era de que ella viera y dimensionara hasta qué punto él la podía doblegar y someter, hasta que la nena estando perdida en este nuevo mar de nuevas sensaciones para ella y al estar en el placentero y gratificante estado de sumisión absoluta, comenzó a estremecerse por efecto de las exquisitas descargas adrenalinicas que le proporcionaban a su cuerpo un asalto de tal naturaleza.

Poco a poco sentía como se acercaba el momento del clímax, con los ojos cerrados y la cabeza aplastada por el pie de don Urias, y ya no aguantando más ante un firme apuntalamiento, derramo sus placenteros líquidos vaginales sobre el largo palo invasor que gratamente perforaba las profundidades de su estómago.

La cálida y femenina esencia de su naturaleza bañaban la verga de don Urias lubricándola y excitándola aún más.

El iracundo hombre seguía entretanto ensartándose en el interior de la caliente rendija, y a cada momento su verga se endurecía más.

Gradualmente fueron cambiando de posición, ahora Cielo Riveros yacía sobre su espalda y totalmente abierta de patas, su feo violador se lanzaba salvajemente sobre ella clavando y dando brutales estocadas al joven cuerpo de su víctima, haciendo con esto que se juntaron los pelos íntimos de ambos, cada vez que sentía las sedosidades de su femenino pubis, el hombre se echaba hacia atrás y repetía la operación para volver a frotarlos, en donde aumentaba las fuerzas de sus empujes, Cielo Riveros lo secundaba en los salvajes movimientos meneándole las caderas y el culo de la mejor forma posible, demostrándole la buena hembra que era ella a la hora de culiar, su casi depilada vagina daba el aspecto de estar aceitada por tan lubricada que se la tenían, producto del caliente acto de apareamiento que macho y hembra consumaban.

Pero todo tiene su fin y también lo tuvo el placer de ambos amantes, ya que después de que ellos se habían besado, movido, empujado, luchado, apretado y batido con furia, sus órganos sexuales no pudieron resistir más, y sintieron que ambos alcanzaban juntos el punto insuperable y celestial en que hombre y mujer, macho y hembra pueden llegar a sentir una ves de haber disfrutado de las delicias del acto sexual al cual se habían entregado.

Don Urias se concentró en las perfectas curvas en las cuales estaba ensartado, la descarga de su sabia llegaba, entrelazo sus esqueléticos dedos con los delicados y femeninos dedos de Cielo Riveros, junto su desdentada boca en los finos labios semi abiertos de la ninfa, hundió hasta la raíz su miembro en el interior del acalorado cuerpo de la nena, para luego separase de aquel improvisado beso y dejar escapar un fuerte bramido de macho desesperado, muy similar al que daba Tarzan cuando llamaba a los animales de la selva, a la vez que soltaba en los profundos interiores de aquella apretada y joven vagina, otros siete chorros de semen caliente y espeso que se mesclaron con las femeninas expulsiones de líquidos vaginales en que la niña aportaba para hacer ver a su compañero de coito, que ella también era participe de tan gratificante sesión de pro creación mutua, quedándose ambos enterrados uno en el cuerpo del otro, hasta que sintieron que ya había pasado el último de sus espasmos de placer y felicidad carnal.

Ambos se desclavaron y quedaron tirados como muertos, todo había acabado, Cielo Riveros bien culiada y el viejo Urias con un rictus de felicidad morbosa y apaciguada, ambos se durmieron desnudos y satisfechos.

Los sucesos que se vinieron, una vez terminada la primera sesión de sexo entre Cielo Riveros y don Urias, llegaron de una forma extrañamente apresurada a la casa de la decente familia. Una vez que fue a dejar a Cielo Riveros a su casa el viejo director de la congregación tras darle muchas vueltas al asunto poco a poco fue formando las ideas para poder humillar en público a Eduardo Riveros. No se conformaba con haber casi violado a la encantadora joven, se propuso a utilizar la información que ya poseía sobre los encuentros íntimos de la jovencita con el jardinero que trabajaba en su casa, para urdir un plan con el pleno objetivo de poder ofender el buen apellido delhombre culpable de sus derrotas amorosas, y tal vez si le iba bien con esto, vería la probabilidad de volver a intentar concretar con Miriam Caballero, por lo tanto debía hacerlo rápido.

Realizaría un chantaje a gran escala.

Pasaron tres días en que este calculador hombre trazo y planeo su plan, además sabía que todo esto le otorgarían placenteras dadivas sexuales con el uso del joven cuerpo de la hija de Eduardo, pero aparte de esto él quería destruir a esa familia.

Estuvo haciendo las ultimas elucubraciones por todo el transcurso de aquel día jueves, pretendía también el muy sinvergüenza de dejarse a Cielo Riveros para uso exclusivo de él solo, pero tuvo que desechar esta idea ya que necesitaba ayuda de alguien para que la humillación fuese total y todo un éxito, ya estaba decidido tendría que hablar con Pricilo, no le importaba que tuviese que compartir sexualmente a la pendeja, aunque sabía muy bien que no podía confiarse del todo de su antiguo amigo, pero estaba seguro que usando aquello que más le gustaba al vejete no le costaría mucho trabajo para convencerlo, su majestad …el dinero!!.

Y así, ya una vez con todo planeado marco el número telefónico del Sr. Riveros…

Eduardo estaba concentrado en su importante trabajo cuando le trasfirieron una llamada a su anexo…

–Hola…, contesto sin muchas ganas,…

–Hola Eduardo… que tal amigo mío…

–Don Urias!!, que tal como está usted, no me diga que tenemos alguna reunión de último minuto, contestaba Eduardo, intentando dar muestras de interés a los importantes requerimientos del director de su congregación…

–La verdad mi muy estimado amigo, es que necesito reunirme contigo y tu familia, tenemos problemas graves, termino diciendo don Uriasponiendo atención a la reacción del padre de su joven amante…

–No le entiendo don Urias que problemas podría tener yo conmi familia, en mi hogar todo anda bien, mis donaciones están al día, no entiendo que es lo que podría estar pasando…

–Reunámonos esta noche en tu casa, pero no le digas nada a nadie y veremos qué solución podremos buscar, la verdad amigo mío, don Urias tomo aire con la intención de preocupar aún más al inocentón de Eduardo…, –La situación se ve bastante mal y es muy comprometedora, espero que no lo comentes con nadie hasta que yo llegue…

–Pero don Urias de verdad que ya me está preocupando lo que usted dice!…por lo menos adelánteme algo…

–No puedo Eduardo, la situación es gravísima, pero ten en claro que yo siempre he sido tu amigo y quiero lo mejor para ti y tu familia… así que confía en mi…

–Lo sé! …lo sé!! don Urias, y no se preocupe no lo comentare con nadie, tiene mi palabra…

–Eso es amigo, nos vemos entonces en la noche estaré por ahí como a las 21.00 hrs…

–Está bien lo esperare…Adiós.

Eduardo Zabala se quedó muy preocupado, no entendía que podría estar afectándole a él o a su familia. A don Urias en cambio se le dibujo una horrenda sonrisa con sus dientes postizos.

La tarde paso lenta para Eduardo, al llegar a su casa todo se veía normal, Miriam Caballero ya tenía varias opciones de empresas que podrían hacerse cargo de la boda de su hija.

Cielo Riveros por su parte se encontraba preocupadísima por todo lo que le estaba sucediendo y lo que más la aterraba era el eventual embarazo no deseado, la situación ya estaba descontrolada, solo en la semana recién pasada se la habían cogido dos hombres distintos y en varias oportunidades y a pesar de la férrea oposición que en un principio demostraba ella, terminaba cogiendo como una perra en leva, esta situación la confundían aún más, pero ahora quería hasta adelantar el matrimonio con Ignacio para acostarse con él lo más pronto posible y con ello hacerlo responsable del posible hijo que quizás ya podría llevar en sus entrañas.

Pasó esos tres días leyendo un libro de Puericultura, situación que la tranquilizo un poco ya que al leer y conocer los síntomas que presentaba la mujer al principio del embarazo como asco, mareos y nauseas, a ella todavía no se le presentaban, por lo que pudo sentirse un poco más relajada. Ni por nada del mundo quería encontrarse con don Pricilo, lo había estado evitando ya que ella sabía muy bien de lo que era capaz de sentir su cuerpo con la sola presencia de un hombre tan viejo y feo como lo era el, ya que ahora tenía muy claro cuál era el estilo de hombres que a ella la atraían, con Ignacio no sentía nada de nada…

Llegó la noche a la casa de los Riveros, y con ella la oscura visita que traía las novedades al jefe de familia, Cielo Riveros estaba entretenida releyendo el libro que secretamente había sacado de la biblioteca, escucho sonar el timbre de la casa, miro cuando su padre fue a abrir la puerta y se quedó casi congelada cuando vio ingresar la alta y maquiavélica figura de don Urias con un semblante muy serio.

Miriam Caballero que miraba televisión se recompuso en forma casi inmediata, odiaba a ese hombre asquerosamente feo y sepulcral que aprovechándose de que ella se había tomado algunas copas se había propasado con ella y que más encima había faltado muy poco para que ambos se hubiesen acostado para revolcarse uno junto con el otro.

Luego de un frio saludo hecho por don Urias, el cual no fue contestado por ninguna de las dos mujeres, los dos hombres se encerraron en el despacho de Eduardo, por lo que medre e hija quedaron en un estado de preocupación extrema ya que las dos apetecibles hembras y sin saberlo, tenían enredos casi de la misma índole con aquel tenebroso personaje.

Una vez que se cerró la puerta del despacho las dos encamables mujeres se quedaron mirando, Cielo Riveros le hiso señas a su madre como consultándole si sabía algo de aquella visita, pero Miriam Caballero le respondió de la misma forma negativamente.

Se quedaron pensativas, era extraño que don Urias visitara a Eduardo a estas horas de la noche, por lo general cuando sucedía algo en la congregación Eduardo era citado a reunión con antelación, pero al correr de los minutos se fueron tranquilizando, nada grave podría ser ya que notaban que la conversación entre ellos iba para largo.

Los hombres una vez solos se dedicaron a conversar trivialidades del día a día, hasta que Eduardo ya no aguanto más y fue el quien abordo a don Urias…

–Don Urias, hoy al medio día me dejo preocupado quisiera saber qué es lo que me quiso decir cuando me anuncio su visita…

El viejo con cara de esqueleto se dio a buscar las mejores palabras para que su plan surtiera efecto y encomendándose al omnipotente se dio a poner en conocimiento a Eduardo la lamentable situación en que se veía afectada su familia…

–Eduardo, lamento decirte que Cielo Riveros ya no se podrá casar con el joven Ignacio…

–Pero porque!! Exclamo Eduardo escandalizado y muy enojado con la noticia, –Es que acaso ese mocoso ya se arrepintió?, porque ahora mismo me dirijo a su casa a hablar con don José y de paso le parto la cara!!, bufaba el sentido padre, por el desaire del muchacho hacia su hija…

–Eduardo tranquilízate ese joven no tiene culpa de nada , es más todavía no sabe la noticia…

–Entonces qué es lo que pasa?, preguntaba un eufórico Eduardo Riveros …

–Se trata de Cielo Riveros, dijo por fin don Urias quien a la vez miraba fijamente a Eduardo con su hundida mirada…

–Y que pasa con mi hija?, le consulto el hombre de familia, más tranquilo pero aun un poco preocupado…

–Recuerdas que ella fue en busca de consejo el domingo pasado a la congregación, y de que yo le ordené asistir a la actividad benéfica?

–Si, lo recuerdo y que hay con eso…

–Por favor Eduardo no quiero que te alteres con lo que te voy a decir, ya que la situación es muy delicada y comprometedora, Eduardo escuchaba atentamente,–Pues bien ella me ha confesado que tuvo relaciones sexuales con otro hombre…

Eduardo se quedó boquiabierto, pero que clase de estupidez le estaba diciendo este hombre, como osaba a desprestigiar de aquella forma a su hija…

–No puede ser…balbuceo Edu, mientras se desplomaba en su sillón de jefe, (uno de esos que son caros)

–Sé que es increíble, pero es verdad, ella me lo conto todo, diciendo esto último don Urias servía dos vasos de wiski y le ofrecía a un conmocionado Eduardo que aún se negaba a creer lo que le estaban diciendo…

–Y con quien se supone que lo ha hecho, pregunto Eduardo empinándose el vaso y sirviéndose otra ración doble, olvidándose por completo de que el no bebía, pero por ahora lo necesitaba…

–Te lo diré pero necesito que te calmes un poco…

–Necesito saberlo dígamelo!!, Eduardo inconscientemente comenzaba a alzar la voz…

–Ella lo ha hecho con Pricilo …tu jardinero!…, don Urias lo miraba atentamente estudiando todas las reacciones del dolido padre…

–Noooo!! No le creo…de donde ha sacado Ud. semejante blasfemia…

–De donde lo saque?…pues ella misma me lo dijo y más encima quería que no te lo contara y la solapara en su transgresión…eso lo puedes creer?, si quieres llámala y pregúntale tú mismo, el caso es que ya no se puede casar con Ignacio, yo no me prestare para esa farsa…

–Y cuando se supone que sucedió eso, le preguntaba Eduardo aun incrédulo…

–Los días en que todos nosotros estábamos en nuestra reunión de congregados, no te has preguntado por qué tal vez no quiso ir con ustedes,?, que inocente eres Eduardo!!…, mientras nosotros estábamos ayudando a gente necesitada tu hija se revolcaba con tu jardinero quizás hasta en tu misma cama, __y cuando don Urias se aprestaba a continuar con sus aclaraciones fue interrumpido por el dueño de casa, que se paró de su asiento y se dirigió hacia la puerta de su despacho, y una vez que abrió la puerta…

–Cielo Riverosnn!! Miriam Caballeroaa!! Las necesito aquí ahoraaaa!!, les grito como un energúmeno…

Las dos mujeres, madre e hija se pararon al instante cada una de su ubicación y como flechas entraron a la oficina del jefe de hogar…

Eduardo ya no tuvo necesidad de cerrar la puerta, ahí estaban los cuatro, las dos mujeres haciéndose las que no sabían de que se podría tratar esa extraña reunión, con un maquiavélico don Urias que se servía otro trago de wiski para disfrutar del show y Eduardo que se paseaba por la habitación como león enjaulado…

–De que se trata todo esto Eduardo, para que nos traes a tu oficina, consultaba la apetecible de Miriam Caballero, sentando femeninamente su despampanante cuerpo en uno de los sillones y queriendo demostrar serenidad, pero por dentro rogándole a todos los dioses que a don Urias no se le hubiese ocurrido abrir la boca y haberle contado a su marido lo sucedido entre ellos en el retiro espiritual de la congregación, este por su parte la devoraba las curvas con su sepulcral mirada.

–Lo que pasa mi vida, es que don Urias me ha venido a contar que nuestra querida hija aquí presente se ha acostado con el jardinero, que me dices mi amor?, preguntaba Eduardo con sarcasmo y casi enceguecido por la ira—Tu sabes algo de eso?, termino preguntándole a su esposa.

Miriam Caballero quedo estupefacta con lo que escuchaba decir a su marido, solo atino a taparse la boca en señal de sorpresa y quedar mirando a su hija que ya en este momento solo reacciono a mirar hacia el suelo y a morderse fuertemente su exquisito labio inferior.

Eduardo se paró imponente al frente del cuerpo de su hija, con ambas manos le levanto el rostro para mirarla a sus azulados ojos, y le pregunto…

–Cielo Riveros!, …es verdad lo que me ha contado don Urias?, quiero escuchar de tus propios labios que don Urias se ha equivocado y que no fue eso lo que tú le contaste…

La nena quería negar todo, pero las palabras no le salían solo atinaba a mirar a su padre, como a la vez quería pedirle perdón por las cochinadas que había hecho, pero estaba bloqueada, no sabía qué hacer ni que decir, luego de un rato de silencio por parte de todos los presentes Eduardo fue el que hablo, –Está bien hija! no digas nada!, esto lo aclararemos al instante, diciendo esto último saco su móvil y marco un número. Mientras Edu marcaba en su teléfono celular, en aquella habitación solo se respiraba nerviosismo…

–Alooo!!, don Pricilo…si estoy bien…Usted sería tan amable de venir a mi oficina, Ok lo espero. Una vez que termino de hablar por teléfono le hablo a su mujer—Miriam Caballero ve por favor a abrir la puerta de la terraza, miren que don Pricilo nos vendrá a aclarar la situación.

Don Urias se sentó a esperar el desenlace de su plan, le quería ver la acara a Pricilo cuando este se diera cuenta de que se trataba todo esto…

Miriam Caballero y don Pricilo ya hacían ingreso al despacho de Eduardo, el vejete quien no se había preocupado en imaginar de que se podría tratar esta extraña reunión solo venía detrás de la mujer preocupado de dimensionar las perfectas formas del culo de la señora Miriam Caballero, pero también cayó en un estado de conmoción al ver a toda la familia reunida y con don Urias haciéndola de ministro de fe.

Cielo Riveros estaba que se orinaba por todo lo que se veía venir.

Cuando don Pricilo se proponía a consultar del por qué era requerida su presencia en asuntos familiares tan íntimos y que a él no le incumbían, fue silenciado por Eduardo quien le hiso señas de que no hablara, el vejete comenzó a transpirar helado…

–Te lo preguntare de nuevo hija, y mirando a la cara de don Pricilo repitió la pregunta,–Es verdad hija que te acostaste con don Pricilo en nuestra ausencia, el vejete con solo haber escuchado esto último ya estaba a punto de cagarse en los pantalones…

Cielo Riveros apenas pudo balbucear algo, pero aun así todos los presentes escucharon la respuesta…

–Ehhh…yo…no!…el me violooó!!, dijo finalmente la nena….

El matrimonio se quedó mirando con cara de asombro y asco, con el solo hecho de imaginarse a su propia hija siendo violada por tan horrendo hombre.

Don Pricilo al escuchar que le estaban “calumniando”, solo atino a defenderse…

–Queeeeeee? Como se te puede ocurrir decir eso de mí, muchacha del demonio!!, ofenderme y humillarme de esta forma?? A miiii!!, mientras decía esto último se pegaba fuertemente en el pecho,– Si fuiste tú quien me provocooo, al ponerte esa diminuta tanga color azul !!, al escuchar esto todos los presentes se miraban sorprendidos por las atrocidades que estaban saliendo a la luz, — Imagínense todos ustedes!!, decía el vejete apuntando con sus gruesos dedos a todos los presentes, –Que como yo podría haberla violado!!, si desde que se fueron a su retiro la cuide como si fuese mi propia hijaaaa!!, bufaba tapándose la cara con sus dos manos, –Y ahora me sales con estoooo!! A miiiiiiiiii!! Que te miraba como si fuese tu propio padreeeee!! …Si fuiste tú la que empezaste con puterías y me pediste a que te diera a probar de mi vergaaaa, cosa que yo no queriaaaaa, pero usando tácticas mundanasss y de meretrices baratas me hiciste caer en el pecadoooo, y ahora me dices que yo te violeeeeee!!, imagínense todos Uds., a miii!! Y viene la muy zorraaa y tan suelta de cuerpo a levantarme calumnias de esta formaaa?? Noooooo, nooo, no señorrr, llamare a mis abogadossss y los meteré presos a todos ustedesssss!! Me querían hacer una encerronaaa, pues no lo lograrannnnn, ya verannn, ya verannn!!, decía desesperado y apuntando a cada uno de los presentes…

–Don Pricilo, intercedió don Urias, –No se preocupe, Cielo Riveros ya me dijo la verdad y es exactamente como Ud. lo describe, es solo que está asustada y no sabe qué decir, así que no hay motivo para que llame a sus abogados, la nena levanto su llorosa mirada hacia don Urias, no entendía que es lo que pretendía el viejo acusete y cadavérico al decir esto, don Urias continuo,–Además estoy muy seguro de que ella lo admitirá para que la situación no empeore y salga a la luz de toda la congregación esta lamentable situación… y quizás otras que aún no sabemos, diciendo esto último con sus flacos dedos levanto el suave mentón de la asustada chiquilla, para que entendiera bien a que se refería, y para luego continuar, — Que no harían más que complicar la actual y comprometedora situación en que se encuentra la familia a causa de su propia culpa. –Miriam Caballero! por favor llévate a esta criatura a la sala y no la dejes sola que podría cometer alguna estupidez, y si te cuenta alguna barbaridad no le creas, en esta situación inventara cualquier cosa para expiar su culpa…

Miriam Caballero totalmente espantada por todas las cosas que le había tocado escuchar sobre su hija con aquel asqueroso hombre, solo atino a obedecer a don Urias y sacar a Cielo Riveros de aquella habitación para que la cosa se arreglara entre hombres.

Sniff!!…sniff!!…snifff iba llorando la nena, mientras su exquisita madre la sacaba de la oficina de su padre.

Una vez que se quedaron a solas Eduardo en un arrebato de furia incontenida quiso abalanzarse sobre el cuerpo de don Pricilo, quien ya se había puesto en posición de pelea, pero fue detenido por don Urias quien le decía para tranquilizarlo…

–Quieto hombre!, esto lo arreglaremos como personas civilizadas!, no sacas nada con culpar a este pobre viejo por los impulsos lujuriosos del cuerpo de tu propia hija, quizás debiste educarla de una mejor forma…recuerda que ella me lo conto todo, y tomándolo de los hombros lo condujo a la pequeña terraza que había tras los ventanales del despacho de Eduardo…–Toma un poco de aire, eso te calmara un poco y podrás pensar mejor las cosas, mientras tanto yo hablare con don Pricilo para buscar una forma de arreglar toda esta situación…

Una vez que don Urias junto los ventanales y dejando a un lloroso y desesperado Eduardo en la pequeña terraza, se llevó a don Pricilo a un rincón de la habitación, por unos momentos recordó las noches de farra que ambos se habían pegado juntos desde la ves que por pura casualidad coincidieron en un cabaret, uno casado con una de las viejas más mojigatas de la congregación y el otro director de la misma.

La sorpresa en aquella ocasión fue total, pero desde esa ves y por muchos años fueron amigos y confidentes inseparables, hasta que Pricilo sumido en el mundo de los juegos de azar se fue alejando poco a poco del mundo de las putas, no porque no le llamase la atención, si no que ya el dinero no le alcanzaba, en un principio don Urias invitaba, pero luego lo empezó a evitar ya que don Pricilo cada vez hacia menos esfuerzos para aparentar de los extravagantes gustos personales que era asiduo.

Luego se vinieron una seguidilla de préstamos solicitados por don Pricilo a su presidente; lo del dinero adeudado era lo menos que le preocupaba por esos tiempos a don Urias, pero sabía muy bien que un hombre apurado de efectivo podía a lo mejor hablar cosas indebidas y esto a él no le convenía, tenía que cuidar su imagen ya que su negocio de vendedor de moralidad le era muy rentable.

En esto fue sacado de sus nostálgicas evocaciones, por la porcina voz de su ex compañero de putas…

–Yo no le hice nada…la muy putilla se abrió de patas ella solita, jejeje, le aclaraba don Pricilo a don Urias ya un poco más tranquilo, al verse a solas con el director de la congregación…

–En realidad no me interesa para nada a como se sucedieron las cosas, pero esta vez estuviste a punto de cagarla Pricilo!, que pasa si te hubieran acusado de violación, y yo no hubiese tomado cartas en el asunto…

Don Pricilo lo pensó un poco para luego responder…

–Y que te metes tu flacuchento de mierda!! …Si yo se arreglármelas solo!!..Lo hubiera negado todo y punto!!, la pendeja ya es mayor de edad, si solo hace un mes cumplió los 18 años, y además que la muy puta se calienta solo con mencionarle la palabra verga!!, jejeje, y por ultimo poseo un video en donde ella sale solita pidiendo que le den hasta matarla!, jejeje.

–No te creo!, algo tienes que haberle inventado…

–Bueno, la verdad es que igual tuve que domarla un poquito, jejeje, no sabes lo apretadita que estaba la primera vez que le revente la ponacha, jejeje, deberías probarla Uritas, al principio se te mueve despacito, pero cuando se calienta se menea como una verdadera ninfómana, jejeje, a lo mejor yo puedo hacer algo por ti para que la disfrutes, y si quieres te doy una copia del video y así quedaríamos pagados del dinerito que te debo, jejeje, la hembrita bien lo vale, jejeje….

–Tal vez!,… a lo mejor más adelante te cobrare la palabra, le respondió el director quien prefirió no hacerle saber que el ya también había gozado del cuerpo de la niña, — Pero por ahora necesito que me des una copia de ese video y que hablemos de negocios…

–De negocios?, pero si yo no tengo nada de dinero!!, justo estaba trabajando en esta casa para reunir lo que te adeudo, jejeje, y luego me entretuve con esta pend…

–Habla más bajo y déjate de estupideces, le interrumpió, –Ambos sabemos que no pensabas pagarme nada, le decía a la vez que miraba hacia la terraza en donde se encontraba Edu aun en estado de shock y pensativo…–Además que si hubiese querido hacerte pagar solo me bastaba con hablar con algunos de mis congregados, para que te manden a despachar, pero siempre me caíste bien y yo no soy de los que se olvidan de los amigos, pero por ahora necesito pedirte un favor y que creo que te vendrá muy bien…

–Jejeje, siempre fuiste bueno para negociar flacuchento, jejeje, dime para que te puedo servir y cuanto ganare yo con esto, jejeje…

–Escúchame bien viejo de mierda caliente,… y mirando hacia la terraza para asegurarse de que Eduardo no escuchase la conversación, le soltó su plan a un boquiabierto de don Pricilo: –Yo me encargare de hacerle ver a los padres de la pendeja, de lo muy puta que es una vez que ella se calienta, les dejare en claro que ya no hay casamiento con la familia Almarza, a don Pricilo ya con solo escuchar esta parte del plan se le dibujaba su burlona sonrisa muy característica en él, don Urias continuaba diciéndole sus macabras intenciones, –Y viendo lo muy estúpido e imbécil que es este Eduardo, le amenazare con la expulsión de la congregación y todo por culpa de la ramera de su hija, además le indicare que hare una reunión especial para usar el caso de su familia como ejemplo , para que las otras no caigan en un error parecido…

–Y adonde aparezco yo en todas esas mamadas, jejeje, preguntaba muy entretenido el vejete jardinero…

–Espera hombre si yo ya lo tengo pensado, decía don Urias a la vez que se tomaba otro trago de wiski, para aclarar su garganta,–Como a Eduardo no le parecerá que lo más íntimo de su familia se ventile, yo le hare saber al muy estúpido que todo se solucionara con el casamiento de su hija con el hombre al cual ella se entregó a los placeres de la carne, o sea contigo!…que me dices… aceptas?

Don Pricilo al ver que en el plan que le acababan de poner en conocimiento él se tendría que casar con la niña, no daba más de gozo, pero se calmó ya que no solo se conformaría con tener a Cielo Riveros para el solo y como esposa legalmente, debía sacar algún otro tipo de dividendo de toda esta situación…

–Y quién te asegura que sus padres lo aceptaran, jejeje, si yo ni siquiera tengo casa, jejeje, además que seamos sinceros, yo ya estoy viejo para esas mamadas, jejeje….

–Todo eso déjamelo a mí!!. Tú no te preocupes… solo necesito saber si cuento con tu ayuda…

–No mamesss!!, flacooo!!, eres un genio…pero que pasa si yo me rehúso, jejeje…

–Ya estaba preparado para esto viejo maricon, interesado y mal amigo!!… de cuanto estamos hablando?, dijo don Urias sacando de su chaqueta una chequera y un lápiz bañado en oro…

–No puede ser!! Jamás!!, gritaba Eduardo a don Urias, yo no permitiré que mi hija se case con este hombre!!, si incluso podría ser hasta su abuelo!!, exponía Edu, intentando evitar tener que casar a su hija con tan ordinario vejestorio…

–Sera viejo y un poco desalineado, contraatacaba don Urias, –Pero tu hija no lo pensó mucho para acostarse con él y abrirle las piernas, imagínate Eduardo por Dios!! Si eventualmente esta criatura hasta ya podría estar preñada de este hombre!!… Y de hecho por su deshonrosa conducta ya no podrá acceder a casarse con ningún varón de nuestra comunidad y te lo reitero si tu hija no se casa con don Pricilo deberás abandonar la congregación, tu sabes muy bien que así lo dictan nuestras reglas, además piensa en el esfuerzo que hace el buen hombre al acceder casarse con tu hija , que está claro que corre el riesgo de que al primer descuido le pongan los cuernos a raíz del acalorado temperamento que ella ha demostrado tener… Además que podrá mantenerla ya que goza de una buena pensión otorgada por el estado. Esto último era mentira ya que el vejete nunca había tenido un trabajo en serio, solo se había dedicado a los negocios y por su ya conocida afición a los juegos este había quebrado en todos sus intentos…

Don Pricilo estaba encantado con el curso de los acontecimientos, si ese hombre flaqueaba, en poco tiempo el pasaría a ser parte de la familia situación que le sentaba muy bien por la cercanía que tendría con su futura suegra, solo esperaría a ver el resultado de toda esta batahola…

Finalmente presionado y atribulado por el oscuro futuro que se le veía venir, Eduardo Zabala accedió, Cielo Riveros su hija debía contraer nupcias con aquel hombre con quien se había acostado a sus espaldas, miles de dudas y remordimientos habían atacado al pobre hombre, pero con la astucia de don Urias quien le recordaba en cada momento con diplomáticas palabras de lo muy puta que era su hija, poco a poco se fue auto convenciendo de que esta era la mejor alternativa para salvar la imagen y el prestigio de la familia.

Con el solo hecho de pensar en el destierro de tan decente y conservadora congregación, sus convicciones se veían vulnerables, no!! Se decía, ellos no podían abandonar la hermandad y ser burla de las demás familias.

Don Urias se encargó de hablar con don José, quien nunca pudo entender la abrupta decisión tomada por la familia Riveros, Ignacio cayo en tal estado de angustia que lo mandaron por 6 meses a unas islas caribeñas, y que no volviera hasta que no se le pasara la tontera…

La más afectada con todo esto del casorio era Miriam Caballero, quien le pidió a Eduardo hasta que abandonaran la congregación pero que por favor no casara a su hija con tan despreciable sujeto, ella no era de las mujeres clasistas ni mucho menos, ni de las que marginaban o discriminaban por diferencias de clases sociales ni nada de eso, pero era su hija, y la diferencia entre uno y la otra eran más que claras y evidentes, y sumado que desde que supo lo de la violación o acto sexual, como quiera que hubiese sido, no hacían más que asquearla y choquearla emocionalmente.

La simpatía que la rubia y hermosa mujer alguna vez pudo haber sentido por tan abominable sujeto, viejo verde de mierda, se habían transformado por un parido sentimiento de odio y rechazo hacia todo lo que tuviera que ver con aquel repulsivo hombre, que más encima una vez casados vivirían por un tiempo bajo su mismo techo, ya que don Urias, había quedado en buscar una vivienda digna para los recién casados. Sería solo por un tiempo de tres a cuatro meses como mucho, había dicho el flaco director.

A don Pricilo le mandaron a esperar la fecha de su matrimonio a la casa de un familiar ya que todos temían que el vejete no se fuera a aguantar las ganas que le tenía a su novia y le volvieran a faltar el respeto al decente hogar de los Riveros, si esto iba a suceder que sucediera, pensaba Eduardo, pero casados.

La escandalizada y elegante mujer, al ver que la decisión ya estaba tomada y no había nada que ella pudiera hacer para cambiar la situación, se propuso a jugarse la última carta que le quedaba, tendría que hablar ella misma con don Urias, ya que él era el único que podría cambiar el curso de los acontecimientos.

Cielo Riveros se lo había pasado llorando por toda una semana en su habitación, su padre le había quitado la palabra y confianza por la magnitud de la falta cometida, y a pesar de saber de qué ella misma era la única culpable de todo lo que estaba sucediendo en su hogar, lentamente comenzaba nacer en su corazón un mal sano odio hacia su padre, ya que lo culpaba a el de todas sus desgracias, debido por sus mojigaterías y extremas normas de conductas, que no le habían enseñado ni dejado aprender a advertir las peligrosas señales que podría haber advertido en las calientes intenciones de cualquier caliente viejo que se le hubiese acercado, el odio a su padre iba en aumento al ver y darse cuenta de las estúpidas medidas paliativas que este tomaba para evitar su propia vergüenza no pensando en ella y ni en su madre.

Faltaba solo una semana para este extraño casamiento, ya que don Urias había aconsejado que lo mejor sería que este se consumara lo antes posible. Había postergado su encuentro sexual con Cielo Riveros, total tendría tiempo de sobra para gozar de la pendeja , ya que sabía muy bien que el Pricilo por muy casado que estuviese con ella y por muy machista y celoso que fuera, con una buena suma de dinero en los bolsillos se abría a todas las posibilidades.

Hasta tenía pensado en un futuro no muy lejano poder negociar con el buen don José, ya que en sus intimas conversaciones que tuvieron en los días de la junta anual, le había hecho notar lo buena que estaba su futura nuera y como le hubiera gustado haber conocido a Miriam Caballero en los tiempos de su juventud, conversación en la cual el viejo con cara de esqueleto había estado a punto de confesarle a pepe, como lo llamaba cuando estaban a solas y en confianza, que él había estado a punto de encamársela cuando ellos andaban preocupados de los juegos artificiales, pero se contuvo ya que si ponía en conocimiento al caliente de don José que la hembra era suelta de tornillos con alcohol en su mente y cuerpo, este se podría aprovechar de la situación y ganarle el encamamiento con la rubia y casada mujer.

Cuando ya solo estaban a dos días de la ceremonia, don Urias estaba en su oficina ocupado en su trabajo diario, o sea no estaba haciendo nada, cuando su vieja asistente le anunciaba que la señora Miriam Caballero de Riveros solicitaba audiencia con su persona, el viejo ordeno que lo esperara un momento en el vestíbulo y que él la saldría a buscar, luego fue a su baño privado se enjuago la placa dental con menta refrescante, se perfumo con una de las mejores fragancias que había comprado en Europa en sus últimas vacaciones, pensaba de que a lo mejor este era el tan esperado y principal fruto que surtía de su siniestro plan, y una vez recompuesto salió a recibir a su Diosa prohibida, que quizás ya venía dispuesta a negociar con su cuerpo el impedimento para llevar a cabo el casamiento de su hija con el hediondo de don Pricilo.

Ya en la oficina y una ves de haber despachado a la secretaria para que se tomara la tarde libre, don Urias contemplaba las perfectas formas de Miriam Caballero, veía la falda tipo ejecutiva que se había puesto para la ocasión, esos potentes piernas y muslos de concurso, la blusa que se ajustaba perfectamente a su cintura que a la vez le apretaba sus promontorios de carnes dejando adivinar la magnificencia y nacimiento de sus tetas, su cabello rubio tomado en una cola informal que dejaba caer tímidos mechones de cabellos dorados a ambos lados de sus mejillas, el viejo estaba eufórico, aquella mujer era un magnifico ejemplar de hembra hecha para las altas esferas, si estuviera a la venta, él ya la habría comprado para destinarla a su colección privada y clandestina, hasta que la rubia lo saco de todas estas ensoñaciones quien ya una vez sentada, le soltó a lo que venía…

–Don Urias, necesito tratar un tema que para mí es muy importante, dijo esto con sus prodigiosas piernas enfundadas en medias de seda muy juntitas y dobladas hacia un lado de su cuerpo, el viejo director ya temblaba de nerviosismo, no sabía el por qué Miriam Caballero lo hacía sentirse como un quinceañero ante la imagen de la chica más popular de la clase…

–Para mí siempre será un verdadero placer atenderte Miriam Caballero, sobre todo después de lo que paso entre nosotros…, esta era la primera vez que don Urias se lo recordaba, y se lo decía clavando su hundida mirada en los hermosos ojos color verde turquesa que poseía la bella fémina….

Miriam Caballero se ruborizo en el acto, ella no venía a hablar ni discutir ese tema con él, por lo que decidió ir al grano al instante para que el viejo no se desviara de la conversación…

–Se trata del casamiento de Cielo Riveros y de don Pricilo, este no debe llevarse a cabo, si se trata de dinero solo dígamelo y yo se lo traeré, pero por favor don Urias, la voz de Miriam Caballero empezaba a quebrarse, — Si es verdad toda la consideración que Ud. dice tenerme…, se lo ruego… impida ese matrimonio…dígame que Usted puede impedirlo…Sniff…

Don Urias al ver que a la rubia no le duró nada esa imagen de mujer seria y altiva con la que había ingresado solo hace pocos minutos, quiso aprovecharse de la situación, era ahora o nunca…

–Pero claro que puedo evitar ese matrimonio Miriam Caballero, le respondió a la vez que se acercaba donde la rubia estaba sentada,– Y no es necesario que me pagues con dinero para que yo lo impida… es lo menos que yo podría hacer siendo que eres tu quien me lo pide…

La rubia clavo su verdosa y bonita mirada ante la fúnebre presencia del hombre que había tomado ubicación al lado del sillón en el cual ella estaba sentada, el mismo en donde Cielo Riveros se había confesado con el tenebroso hombre…

–De verdad?…lo dice de vedad?…consulto una feliz e incrédula Miriam Caballero…

–Claro que lo digo de verdad…

Miriam Caballero se levantó y se apretujo al cuerpo de don Urias brindándole un afectuoso abrazo de agradecimiento al ver que el hombre estaba dispuesto a ayudarla en sus aflicciones, y que por lo visto también era de muy bien intencionado, por su parte don Urias también la abrazo efusivamente, ya se aprontaba a dar el tan esperado y final paso que separaba su humanidad con el esbelto y poderoso cuerpo de su diosa…

–Desharé ese matrimonio ahora mismo, pero antes debo pedirte un favor…

–Dígame… en que lo puedo ayudar…solo dígamelo y yo le ayudare en lo que Ud. necesita, le decía Miriam Caballero con total seguridad de hacer lo que ese hombre le pidiese para devolver el favor que él le iba a hacer…

Don Urias lo pensó un poco, tenía que ser sutil con su amor si quería conseguir algo de ella y de su cuerpo…

–Mira Miriam Caballero, yo sé que estas enamorada de tu marido, y la situación en que está metida tu hija es gravísima, el viejo tomaba aire, –Es por lo mismo que yo intercederé… pero con una sola condición a la cual tu deberás acceder, don Urias sentía en sus manos las duras carnes de sus caderas por sobre la tela de la falda que llevaba puesta la mujer, esta situación le hacía recordar la noche en que ambos habían estado tirados en un frio bloque de cemento y a punto de concretar el acto sexual.

–Le escucho…, le respondió Miriam Caballero, ya un poco preocupada por todos los rodeos que se daba el poderoso director…

–Bien! todo lo que te pido es… es solo una noche!…., se lo soltó por fin.

–No le entiendo!, le contesto la rubia separándose rápidamente del esporádico abrazo en que se habían encontrado… –Una noche??…y una noche de qué??…

–Una noche de sexo Miriam Caballero, quiero que por toda una noche tú seas mi mujer, te prometo que esto será confidencial y quedara solo entre nosotros…además que tú sabes que yo te am…

“Plafff” !!!… sonó la certera cachetada que le llego a don Urias en pleno rostro y si no es por que rápidamente se llevó la mano a su boca, la placa dental hubiera saltado lejos haciendo aún más humillante su situación ante la rubia y elegante mujer de 35 años.

Miriam Caballero quedo casi enceguecida por la rabia e impotencia de haber sido tan estúpida y el haber creído por un momento en las buenas intenciones de aquel esquelético personaje, que no asumía que entre él y ella nunca existiría nada de nada.

–Olvídese de esta conversación!, le gritaba la rubia y decente mujer, haga cuenta que nunca vine a esta oficina!… y le aclaro!, escúcheme biennn!! Lo que paso en la junta anual fue un error!! Usted no me atrae para nada es feooo y esquelético!! Métase eso bien en su cabeza viejo zopenco!! Y agarrando su cartera camino decididamente a la puerta de la oficina con la clara intención de largarse y nunca más volver por esos lares…

–Entonces la puta de tu hija se tendrá que casar con tu jardinerooo!! Eso quieresss!!, le recordaba don Urias, agotando sus últimos cartuchos para ver si con esto la hacía cambiar de opinión…

–Prefiero eso a tener que revolcarme con Usted!!, pero de mí no obtendrá nadaaa!! Le queda clarooo???, Nadaaa!! Miriam Caballero no conforme con humillarlo de esa forma y para hacerle ver las nulas posibilidades que el tenia para con ella, remato diciéndole, mientras lo miraba de pies a cabeza…–Preferiría acostarme y ser la mujer del viejo hediendo de don Pricilo que volver a besarlo a Ud.…Adiós!!.

Plafff!!!, sonó el golpe de la puerta cuando la rubia y aireada mujer abandono la dependencia.

Don Urias quedo sobándose el adolorido pómulo en que recibió la cachetada, de sus hundidos ojos brotaron lagrimas a consecuencia de la reciente y peor humillación jamás vivida en su vida, se derrumbó en su sillón y muy lentamente seco las lágrimas de su cara, para luego prometerse para el mismo…–Se acabaron las consideraciones, que se creía la muy putaaa al tratarlo de esa forma!!, si con solo tomarse unos tragos ya empezaba a ofrecer la zorraaa la muyperra calentona de mierdaaa!!, además se le había olvidado a la muy zorra que él podía contárselo todo a su marido!!,

Pero Nooo!!, se dijo al final, Miriam Caballero se las pagaría como se debe, total con Pricilo ya metido adentro de la familia las cosas se le facilitarían, solo tenía que hacerle un buen sueldo a ese viejo maraquero y tendría al mejor de los aliados para consumar la venganza, la cosa ya no era tan solo con Edu., ahora Miriam Caballero también las tendría que pagar, y lo pagaría a la fuerza y de la forma lo más humillante posible y con su cuerpo, dictaminaba, una vez que tomaba el teléfono para discar a uno de sus bancos, solicito la apertura de una cuenta para el Sr. Pricilo Tomisticles… y luego cito a este mismo para una urgente reunión de trabajo…

Llego el tan esperado día de la boda. El viejo Pricilo que estaba que se moría por la calentura acumulada en esas dos semanas y por la ansiedad de pegarle la mejor follada de su vida a la pendeja y todo bajo regla y al amparo de la ley y con pleno conocimiento de sus padres, esto lo calentaban aún más, ahora sí que la preñaría con todas las de la ley.

Los invitados eran los participantes más mojigatos de la congregación, que solo asistieron a la íntima ceremonia efectuada en la casa de los Zabala, por expresa solicitud de don Urias.

Cielo Riveros y don Pricilo unirían sus vidas para siempre, el viejo vestía tan informal como lo hacía a diario, lo único diferente eran sus típicos zapatos de charol color blanco que usaba para sus salidas a parrandeary una vieja chaqueta de traje negra toda desgreñada, con esta pinta y con un vaso de champagne, esperaba ansioso que el padre le entregara oficialmente la blanca manita de su hija.

Todo estaba listo y dispuesto, el oficial civil que los uniría en matrimonio según las leyes de los hombres esperaba con sus documentos dispuestos para que la feliz pareja solo los firmara; y con don Urias al borde de un ataque, por la ansiedad de que esto se consumara lo más rápido posible, además que había sido pedido como padrino por parte del novio y de la novia al mismo tiempo.

Miriam Caballero se encontraba en un rincón de la sala, vestida apeteciblemente con un soberbio vestido color amarillo que se ajustaba a su esbelta cintura en forma exquisita, a la vez que dejaba ver una buena parte de aquellos suaves muslos que se adivinaban, solo esperaba el desenlace de esta farsante equivocación que se estaba celebrando con pleno consentimiento de su marido, estaba claro que su hija había cometido un error gravísimo, pero con esta situación estaban prácticamente lapidando su futuro, y ella no podía interceder, ya que si lo hacía don Urias podía abrir su bocota y ahí sí que serían aún más graves los acontecimientos, la rubia estaba desesperada.

El tío Eulogio al tomar conocimiento de la falta cometida por Cielo Riveros, y que más encima se iba a casar con tal ordinario hombre, le había vuelto las espaldas , ni siquiera quiso ser partícipe de esa ceremonia bufonesca y le dijo a Miriam Caballero que podían contar con él para cualquier tipo de otra cosa o ayuda, pero que por favor no lo volviera a llamar para comentarle estupideces.

Cuando a Cielo Riveros ya la estaban terminando de vestir para su matrimonio al interior de una de las habitaciones, fue visitada por don Urias quien le solicito a las mujeres encargadas de esta tarea que por favor lo dejaran a solas por unos minutos con la novia y al momento en que se quedaron solos, este quedo boquiabierto al estar frente a la vivaimagen de una virgen, con un vestido de gaza blanca tan alba como la nieve, que se entallaba en su figura haciéndola ver inocentemente exquisita; con su negro-azulado cabello tomado tan tirante como los que usaban las bailarinas de ballet, con un arreglo color blanco tomado al pelo en reemplazo de algún velo, hasta que el viejo una vez superado este trance le dijo…

–Escúchame bien pedazo de zorra, ahora vas a salir y te vas a casar con Pricilo, así que no quiero problemas, el viejo no se cansaba de admirar su belleza, en un momento pensó en llevársela a un sillón y culiarsela antes de la ceremonia, pero recapacitó ya que podrían ser sorprendidos y hasta ahí no más llegaría con su plan, además que estaba reservando sus fuerzas y acumulando sus chorreadas de semen para la inauguración de Miriam Caballero que se aproximaba a paso lento pero seguro, así que prefirió seguir dándole instrucciones,– Recuerda bien puta! Tú me perteneces y si hoy te estas casando con Pricilo es porque yo lo decidí así, me entiendes? Le pregunto a la vez que la tomaba rudamentedesde su cintura y la apegaba a su largo y deformado cuerpo…

–Sii, entiendo! le dijo Cielo Riveros asustada ya que notaba el fuego que ardía en aquella hundida mirada…

–Así me gusta putona, y no te preocupes ya que yo arreglare todo para que podamos seguir follando, por ahora atiéndeme bien a Pricilo ya que desde hoy día legalmente el también pasa a ser tu dueño, pero recuerda!, tu verdadero dueño soy yo!! Y cuando quiera puedo hacer que este matrimonio se disuelva, está claro!!, termino diciendo el abominable hombre…

–Sii, me queda clarooo, dijo Cielo Riveros ya asustada con solo verle la huesuda cara al horrorifico sujeto…

Don Urias para terminar la tomo fuertemente de sus sedosas nalgas apretujándola con su semi erecta verga para que ella se la sintiera, a la vez que le asestaba un feroz beso en la boca, el cual fue correspondido por Cielo Riveros, ya que estas aclaraciones la confundían y ya casi aceptaba que desde este día se debía a los calientes deseos de dos viejos distintos.

Se abrieron las puertas de la sala y todos los presentes vieron salir a la virgen doncella, que en el semblante de su cara dejaba notar claramente su estado emocional mezcla de miedo, turbación y nostalgia, las viejas que la habían ataviado la miraban con ternura y con ojos llorosos desde la habitación en que la habían vestido, hasta don Urias sintió arrepentimiento de lo que estaba a punto de suceder, por un momento había deseado ser el mismo quien se iba a casar con aquella atractiva joven, que ya en una oportunidad había disfrutado a plenitud con sus curvilíneas formas.

Eduardo la tomo de su mano y con seguridad la guio a donde la esperaba su ya desesperado novio quien sentía las tremendas ganas de despachar a toda esa gente y meterle la verga ahí en la misma mesa en donde los iban a casar.

Miriam Caballero quien se encontraba al fondo de la sala, ya que como se dijo anteriormente no quería ser partícipe de ese estrafalario casamiento, sintió cuando una alta figura se posaba a su lado, y con reales sentimientos de odio se dio cuenta que era la siniestra presencia de don Urias quien venía a presenciar la ceremonia junto con ella una vez que comprobó que la posición en que se encontraba la rubia era propicia para hacerle ver el comienzo de su venganza, y al amparo de que todos los ojos estaban puestos en la hermosura y candidez de la novia, descaradamente la tomo por su cintura a la vez que le decía en vos baja…

–Quieta zorraaa!!, porque si haces algo estúpido aquí mismo y delante de todos le digo a Eduardito que en la junta anual casi te culeo, así que solo sonríe para no levantar sospechas…

La rubia y elegante mujer quedo petrificada con las chantajistas palabras de don Urias, pero sacando fuerzas de flaqueza quiso darle a entender que ella no le tenía miedo, por lo que le contesto…

–No creo que Ud, sea capaz de hacer eso, además que si lo hiciera perdería su reputación…

–No me interesa lo que tu pienses de mí… ni mi reputación! además que te di muchas oportunidades para que esto fuese a la buena, pero ya me aburrí de hacer mamadas sentimentalistas, además que se nota que el imbécil de tu marido es asexuado, míralo! En vez de estar aquí contigo, está parado como los idiotas allá adelante, dejando que cualquiera venga y te manosee, y diciendo esto último comenzó a bajar su mano para comenzar un suave magreo en las rotundas nalgas de Miriam Caballero, quien al sentir los ya conocidos y delgados dedos del hombre tomar posesión de una buena parte de su culo, no fue capaz de oponer resistencia para no armar un escándalo ante todas esas gentes de solidos conceptos morales y éticos…

–Por favor don Urias no lo haga, déjeme rogaba la rubia sintiendo las fuerzas en que la tenía abrazada y asida de una de sus nalgas…

–No!, no lo hare, si quieres grita y aquí mismo destapamos la olla, le decía el viejo flaco y degenerado…

–Pero que pretende Ud. con todo esto?, yo ya le dije que entre nosotros nunca existirá nada…

–Si, si existirá, y te sorprenderás cuando veas que tu solita me pedirás que te de verga…

–Yo… yo no hare eso con Ud., le contesto a la vez que sintió como ahora el viejo metía su mano por debajo del vestido para sentir las tibiezas de sus carnes y comenzar a jugar con la tela de su femenina ropa interior…

–Fue lo mismo que me contesto la puta de tu hija, antes de que me la follara, y a los minutos termino culiando en pelotas y como enajenada…jajaja…

Miriam Caballero quedo horrorizada con lo que escuchaba, esto no tenía nombre, una cosa era que a su hija la hubiera violado don Pricilo o que sencillamente ella se haya acostado con él por voluntad propia, pero otra muy distinta era que también haya sido manipulada por este horrendo hombre, no podía ser, esto lo estaba diciendo solo para molestarla a ella…

–No, no le creo…Ud. miente!…alegaba mientras ahora le sobaban el culo con más ahínco…

–Si no me crees pregúntaselo a ella misma, o si tienes dudas te doy los teléfonos de todos los jóvenes que salieron a la obra benéfica, y consúltales si andaba Cielo Riveros con ellos, y cuando tengas la respuesta, pregúntate a ti misma en que estuvo toda la noche que no pudo llegar a dormir a la casa, y recuerda bien, que fue el buen Urias el que te la vino a dejar al otro día…lo recuerdas?

Miriam Caballero recordaba perfectamente que había sido el quien la fue a dejar a su casa aquel día Lunes, la rubia estaba consternada con lo que estaba escuchando, la situación, la presión del momento la tenía choqueada, no sabía si creer o no, y fue cuando sintió que don Urias ahora no conforme con manosearla le estaba bajando muy disimuladamente su pequeño calzoncito, gruesas lagrimas afloraron en sus hermosos ojos verdes, era el día del casamiento de su hija con hombre mucho mayor que ella y asquerosamente feo, y a ella, a su propia madre, la esposa de Eduardo Riveros, la estaban manoseando con total descaro otro tenebroso y horrendo hombre que en este momento le estaba bajando sus propia ropa interior en las mismas narices de su ausente marido, sin que ella fuese capaz de detenerlo. Sintió cuando su pequeñísima prenda interior se deslizo y fue a caer junto sus pequeñísimos zapatos y fue cuando volvió a escuchar la grave vos de aquel monstruoso hombre amigo de su marido…

–Así me gustas zorraaa!, que te quedes quietecita y mansita cuando estas al lado de tu dueño!, ahora quiero que te agaches y me des lo que me pertenece…

Miriam Caballero lo miro con una profunda cara de odio, resolvió que no le creía nada de lo que le decía, pero ella no quería hacer aún más vergonzosa la situación por la que estaba atravesando su familia, así que no le quedó más remedio que acceder a las descolocadas solicitudes de ese hombre y como pudo se agacho para no levantar sospechas y le paso a don Urias su perfumada prenda interior…

–Es Usted un miserable, le dijo, a la vez que muy decidida daba media vuelta con el objetivo de retirarse, para sentirse nuevamente atajada por el hombre, quien se acercó a sus oídos y le dijo…

–Adonde crees que vas putona!, veras la ceremonia a mi lado, o si no aquí mismo te levanto el vestido y les muestro a todos lo cerda que eres y que además estas a zorra pelada y que yo tengo tus calzones, jajaja, quieres eso?…

Miriam Caballero no supo que decir ni que contestar, lo que si supo es que se tendría que quedar al lado de ese infame vejestorio, si es que no quería humillar aún más a su familia, cuando de pronto sintió la vos de su esposo que la venia a buscar…

–Por Dios Miriam Caballero como es que te escondes así en el casamiento de tu hija!, vamos hacia adelante, y al ver con quien conversaba animadamente su mujer, no pudo sentir más que alegría, para luego invitar,– Don Urias!, por favor acompáñenos Ud. también, este es un día muy importante para nosotros y Usted es como de la familia, además que es el padrino, nos acompaña?, termino diciendo el incauto de Eduardo…

Don Urias lo miro sonriente para luego cerrarle un ojo a Miriam Caballero, como corroborándole lo estúpido que era su marido, a la vez que delante de Eduardo se llevaba la fina prenda interior de Miriam Caballero a sus narices, diciendo, –No te molesta que este en todo lo que dure la ceremonia con mi fino pañuelo en las manos, es que estoy un poco resfriado…

–Para nada don Urias, lo importante para nosotros es que Ud nos acompañe, no es así Miriam Caballero?

Miriam Caballero ya no contesto nada, sentía impotencia de ver y darse cuenta que don Urias no sentía ni el más mínimo de respeto y verdadera amistad hacia con ellos y le apenaba aún más la ineptitud de Eduardo para no darse cuenta de ello, y con ella a zorra pelada y con sus propios calzones en las flacuchentas manos de don Urias, todo esto estaba puesto patas arriba y con su marido llevando el estandarte de las estúpidos, no le quedo más opción que estar en primera fila y al lado de don Urias que ves que podía le hacía sentir los leves roces de sus manos en las suavidades de cualquier parte de su cuerpo.

La rubia estuvo distante toda la ceremonia, sus pensamientos estaban en lo que le había confesado don Urias, seria cierto que Cielo Riveros también se haya acostado con él, estaba dudosa, pero lo tendría que averiguar, y lo que no la dejaba tranquila era estar casi segura que este horripilante viejo la quería chantajear, estaba desesperada, ya no podía ni siquiera contar con la ayuda de su tío.

Pensaba en Eduardo, tal vez debería sincerarse con el pero no sabía si él le creería a ella o a don Urias, estimo que esto último seria los más probable, no tenía salida tal vez…tal vez…, pensaba la atribulada mujer, pero no encontraba la respuesta…

Hasta que el tan esperado momento por el viejo Pricilo llegó, sintió la delicada manita de Cielo Riveros unirse a la suya y juntos se encaminaron hacia donde estaba el oficial que los casaría, que aun incrédulo esperaba la aparición del novio, ya que el abuelito que traía a la novia tomada de la mano se podía cansar, pensaba el pobre hombre, hasta que la misma vos del vejete lo hiso entender cuál era la situación…

–Y qué esperas pendejo!! Anda y cásanos!, no hagas esperar más a mi mujer!, mira que ha estado todo este tiempo soñando con este momento, jejeje… Cielo Riveros solo miraba fijamente hacia cualquier parte de la estancia.

Luego de un discurso de unos 10 minutos por lo menos, en donde el oficial nombraba todas las cláusulas que exigía la ley para la celebración del matrimonio como propiamente tal, llegó la pregunta principal:

— Tu Pricilo Tomisticles…, ¿aceptas por esposa para toda la vida a la señorita Cielo Riveros Riveros Rojas, para amarla y respetarla en toda forma posible… y hasta que la muerte los separe?,

–Si acepto, contesto el vejete cruzando los dedos de su otra mano…

–Y tu Cielo Riveros Riveros Rojas, ¿aceptas por esposo…bla, bla, bla,… a Pricilo del Tomisticles…bla, bla, bla,…hasta que la muerte los separe?…

El silencio se tomó por asalto a toda la sala completa incluyendo a las gentes ahí reunidas, Cielo Riveros ni hablaba, por un momento miro a su padre que la observaba con mirada distante e indiferente, su odio hacia el crecía por cada día que pasaba, luego miro al hombre que estaba a punto de desposar, sus azulados ojos se toparon con las asquerosas verrugas de su cara que la hicieron recordar todas las cogidas que ambos se habían mandado y que eran las principales culpables de lo que ahora le estaba sucediendo, por lo que pensó que a lo mejor ella había nacido para esto y para este hombre, además don Urias había sido claro y enfático: “Escúchame bien pedazo de zorra, ahora vas a salir y te vas a casar con Pricilo, así que no quiero problemas”…

El oficial civil quien ya daba gracias a Dios al ver que esta jovencita se había arrepentido a último minuto, así el ya no sería participe de semejante maldad. Pero casi se pone a vomitar cuando escucho claramente la voz de la muchachita…

–Si Acepto!!…

Ahora todos los presentes murmuraban en aquella sala, y una vez estampadas las firmas de ambas partes, el oficial civil no tuvo más remedio que terminar su discurso con el típico…

–Con el poder que me confiere el Estado de…bla,bla,blá, y según el artículo tanto, del inciso tanto… bla,bla,blá,… los declaro marido y mujer, y dirigiéndose con cara de asco hacia don Pricilo termino diciéndole, ..Puede besar a la novia!!…

Entonces el vejete giró volteando hacía donde estaba Cielo Riveros que aún no dimensionaba la estupidez que acababa de cometer, y con una siniestra y lujuriosa mirada que le realizo a todo su delineado cuerpo, a la vez que miraba a todos los invitados dedicándoles una burlona risa de triunfo, dejando ver a todos los presentes sus putrefactas encías, se lanzó sobre ella con un gruñido de fiera enardecida, aplicándole como ya lo había hecho antes y en otras circunstancias, furiosos besos en la boca y con lengua, como si se la quisiera comer delante de todas aquellas personas.

Sin embargo Cielo Riveros no oponía ni siquiera una mínima resistencia, en ese momento parecía una muñeca de trapo, dispuesta a cumplir con su compromiso de mujer recién casada y de hembra sumisa, también recordaba las sórdidas palabras de su otro dueño y las órdenes impartidas por este: “por ahora atiéndeme bien a Pricilo ya que desde hoy día legalmente él pasa a ser también tu dueño”, sacrificio a través del cual se entregaría en cuerpo y alma a este sátiro degenerado, que ahora tenía por esposo.

Mientras Cielo Riveros seguía siendo besada salvajemente por su esposo, todos los presentes les dedicaron un aplauso a la pareja de recién casados, todos aplaudían menos los padres de la novia, Eduardo se hiso el desentendido y miraba para cualquier parte, Miriam Caballero por su lado, se tapó su cara con ambas manitas, para ocultar su impotencia por no haber podido hacer nada para salvar a su hija de tan abominable sujeto que ahora odiaba con todas sus fuerzas, el mismo tipo de odio que sentía por el viejo lúgubre de don Urias, quien en estos mismos momento le mantenía una de sus flacas y heladas manos perdida en la rajadura de sus suaves nalgas, amparado por la aglomeración de los invitados.

Sus lágrimas de tristeza bañaban toda su cara por haber sido testigo de tan vil ceremonia nupcial en donde su hija se había casado con un infame hombre ordinario y vulgar que se había aprovechado de su inexperiencia, se sentía sola en una casa de extraños, a su marido por primera vez lo miraba como a un perfecto desconocido, era un imbécil!!, pensaba y si decidió no largarse en ese mismo momento de esa extraña casa llena de locos fue por no dejar sola a su hija, el fuerte vozarrón de don Pricilo la saco de sus tristes cavilaciones, como también hicieron que la mano de don Urias abandonaran las carnes de su bien formado culo…

–Bien!!, agradezco la presencia de todos ustedes, jejeje, pero yo con mi esposa nos retiraremos a nuestras habitaciones ya que debemos consumar el matrimonio, jejeje, decía el viejo fresco y sin vergüenza, –Mis suegros los atenderán, sírvanse lo que quieran y siéntanse en su casa, jejeje, y tomando a Cielo Riveros en sus brazos salió en dirección a su cabañita de madera.

Si !! Esa misma!!, la que está justo al fondo del patio…

Una vez que se encerraron en la lujuriosa cabaña de madera, Cielo Riveros fue lanzada al viejo catre de don Pricilo en donde nuevamente se la volverían a culiar, los broches de presión con los que el vestido de la sexi y candorosa novia cerraban su delineada figura, fueron fácilmente abiertos por el forcejeo con el que nuevamente era besuqueada por el vejete, el cual salió volando por los aires como a la ves sus diminutas prendas interiores fueron arrancadas de dos zarpazos, quedando la nena tal como Dios nos la envió a nuestro mundo.

Cielo Riveros no se dio cuenta en que momento el hombre se había quitado todas sus ropas, y cuando parecía que por fin don Pricilo le daba un respiro a su víctima, el ardoroso viejo se colocó sobre ella apuntalando la hinchadísima y dura punta de su tranca para empezar a forzar la apretada e íntima rajadura del sexo de la jovencita.

El viejo empujaba y empujaba, y con solo verle su angelical carita toda despejada y con su cabello tomado mostrándole sus bellas facciones en todo esplendor, al vejete más se le agrandaba la verga. Cielo Riveros ya se había abierto de patas lo que más se podía, para entregarse a su marido, tal como se lo había solicitado don Urias, pero la penetración no tenía éxito, esto enardecían aún más al caliente vejete, quien al ver que le costaba metérsela se ubicó entre medio de las bellas piernas abiertas de la niña con la sola intención de chuparle el coño y lubricarla, colocó su rostro sobre el vientre de ella y empezó a besar y acariciar con su lengua desde el ombligo camino hacia abajo, hasta que la jovencita tomó la cabeza de su macho y lo fue guiando hasta posarlo ella misma justo al centro de su ya caliente y jugosa rendija amatoria.

Cielo Riveros al sentir la caliente lengua de su viejo marido al interior de su tajito, dejo caer su rostro despejado hacia un lado de su cuerpo con una calentona y sumisa expresión de placer anticipado, muy lentamente comenzó a menear sus caderas al ritmo que le lamian su pequeña hendidura.

El estar en estas condiciones, desnuda con el horripilante vejete, y a sabiendas que en unos cuantos minutos se la iban a culiar en donde solo a unos cuantos metros se encontraban sus padres y con muchos invitados, inevitablemente la comenzaron a calentar, por lo que ya levemente comenzaba con los gemidos de auténtico placer que poco a poco irían en aumento, eran los primeros de esa tarde.

Don Pricilo aplicaba su lengua de arriba hacia abajo, de vez en cuando dibujaba con la punta de su gruesa lengua, la forma del pequeño clítoris haciendo desquiciantes círculos alrededor de este pequeño órgano femenino, mientras la nena ya estaba siendo atacada por las exquisitas correntadas eléctricas que este viejo sabía muy bien como despertar en su cuerpo, hasta que el néctar vaginal de la dulce Cielo Riveros fluyo desde el interior de su coño desparramándose por los gruesos labios de su marido, quien sabiamente los desparramaba con su lengua por alrededor de la casi lampiña vagina de su nueva y joven esposa.

El viejo nuevamente volvió a acomodarse sobre los tibios muslos de su joven mujer, aun conservando en sus labios las liquidas y vaginales muestras de la lujuria de su dueña, que habían sido extraídas desde el intimo interior del cuerpo de ella, por lo que volvió a apuntalarse en la erótica entrada intima de la nena, ahora le mando unos bestiales empujones que casi la partieron en dos a la pobre recién casada, consiguiendo penetrar con éxito y en su totalidad su enorme y gruesa tranca de burro.

Estaba enterrado por completo y hasta la raíz en el tibio vientre de la frágil y bella joven, don Pricilo se sentía inflamado de amor y calentura.

–Ahhhhhhhyyyyyy!!!, fue el desgarrador y fuerte alarido que dio la adolorida mujer cuando sintió nuevamente en sus carnes la irrupción de esa descomunal tranca de animal que le estaban metiendo y que ya era conocida para ella.

–Que pasa putillaaa! Ya te habías olvidado del grosor de mi trancaaa??, le preguntaba el triunfante viejo al verse nuevamente encajado en aquel femenino cuerpo, –Vamos contestaa putaaa!!, Termino diciéndole el miserable quien le arrojo uno de sus asquerosos escupos que dio certeramente en el interior de la boca de Cielo Riveros cuando estaba gritando, a lo que a ella no le quedo más opción que tragárselo para poder continuar con sus gritos de dolor a modo de respuesta…

–Ahhh! Ahhhh!! Ahhhhh!!!, ahhhhhhh!!!!, aumentaban los fuertes alaridos de la hembra tras cada embiste que le propinaban a su cuerpo.

Cielo Riveros a pesar del inmenso dolor al cual fue sometida su vagina, se sintió como en un sueño, experimentó las ricas sensaciones de dolor mientras la perforaban empujón tras empujón, los cuales ella agradecía manteniendo sus poderosas piernas bien abiertas y aportando con desquiciantes gritos de placer por cada estocada que le envainaban al interior de su curvilíneo cuerpo.

Los salvajes movimientos que ya conocía muy bien la nena, no cesaban ni le daban tregua, y de pronto su esposo ya la culeaba de la forma que tanto le gustaba a ella, don Pricilo aceleró los trabajos de apareamiento, con poderosas y rítmicas embestidas, aferrándose a la tierna figura que yacía bajo él.

Luego la apretó con un poderoso abrazo, e impulsándose hacia delante como queriendo sacarle su tranca por la boca, le daba profundos apuntalamientos como si realmente quisiera matarla, los gritos de Cielo Riveros eran placenteramente desgarradores, hasta que el caliente y horripilante hombre descargo todo el semen acumulado para ella en el transcurso de las dos semanas de espera.

De nuevo la jovencita sintió una caliente chorreada de potro en celo que se dejaba sentir a todo lo largo de ese anchuroso miembro que tenía encajado profundamente en su cuerpo y que lo sentía hasta la altura de su ombligo, se daba cuenta que el hombre descargaba sus mocos tan adentro de ella que sentía como las rociadas de esa bestial eyaculación se estrellaban uno tras otro contra sus órganos internos.

El acto principal por fin había sido consumado, y don Pricilo permaneció enterrado sobre su esposa con su verga tan erecta como cuando empezó la faena, resoplando su respiración con desesperados bramidos de macho recién satisfecho. Todas las visitas incluyendo a los padres de la recién casada, escucharon como don Pricilo había hecho gozar a gritos a la tierna y joven mujer.

Los invitados huyeron escandalizados de aquella lujuriosa e indecente casa, don Urias ya satisfecho al comprobar que Pricilo estaba atendiendo a la muchacha tal como ellos habían acordado se despidió y se fue, dejando a los padres de esta solos y escuchando los continuos gritos de placer que su hija daba por cada uno de los siete coitos que le pegaron en el transcurso de esa tarde y noche.

Don Urias antes de retirarse se despidió del matrimonio con sendos abrazos y palmoteadas en las espalda entre los dos hombres, con un mismo efusivo abrazo se despidió de Miriam Caballero diciéndole que pensara en lo que habían conversado a la vez que le daba una fuerte olorosada a sus propios calzones una vez que decía esto último, hasta que por fin se retiró para buena suerte de la rubia.

Pasaron días y días, Miriam Caballero casi no veía salir a su hija al patio de la casa, los recién casados se la pasaban encerrados, y las únicas ocasiones en que escuchaba la vos de su hija era cuando la pareja se dedicaba a pro crearse, además que la rubia pensaba que a la pobre de Cielo Riveros en vez de hacerle el amor la estaban descuartizando, por los bramidos y alaridos de dolor que a ella le parecían escuchar.

En un principio pensó en hablar con Eduardo para que intercediera en favor de su hija porque al parecer estaba recibiendo malos tratos por parte de su marido, y ella como madre estaba preocupada por su hija, pero al notar el poco interés que este mostro aduciendo que en los problemas de casados no hay que meterse, se decidió a espiarlos para mantener a ese viejo sin vergüenza a raya si es que se estaba propasando en los tratos, además que aun vivían en su casa.

Habían ocasiones en que ella podría jurar que a su hija la estaban golpeando, pero luego la veía muy risueña salir a prepararle algo para comer a su hombre, o como se besaban como enajenados contra las murallas de la cabaña para luego ver que era su Cielo Riveros la que invitaba al hombre llevándoselo al interior de la habitación, o de las veces que los veía en las tardes cuando juntos salían a fumar y a beber cerveza, si Eduardo se enteraba de eso no le iba a gustar para nada la situación, pero prefirió guardarlo en secreto, aún mantenía ciertos códigos de lealtad hacia su hija, no le importaba lo distante que estaba desde el día en que se casó con aquel odioso hombre que en un principio había llegado a trabajar de jardinero y que ahora irónicamente era su hijo político.

También la situación con don Urias precia haber quedado en el olvido ya que después del matrimonio de su hija no había vuelto a saber de él, salvo lo normal en la relación congregacional entre su marido y el, esta situación la hicieron bajar la guardia, y ya estaba convencida de que lo dicho por don Urias entre él y su hija solamente eran patrañas de viejo caliente.

Lo que no sabía la rubia era de que don Urias en lucrada confabulación con su “yerno” ya tenía todo preparado para su venganza, la iban a hacer caer y tendría que caer feo, era solo cuestión de tiempo y de la astucia y empeño que le pusiera don Pricilo, ya que este no estaba muy de acuerdo en compartir a su joven mujer, pero todo era conversable si había una jugosa suma de dinero de por medio, además que si la cosa no resultaba, simplemente las violarían y asunto cerrado, echarían a Eduardo de la congregación por la culpa de las putas que tenía por esposa e hija, y Cielo Riveros se tendría que quedar con don Pricilo por ser su esposa legal, y por ende entre los dos la llenarían de hijos, y el con dinero en los bolsillos, que mejor, pensaba el vejete.

Las cosas en la decente casa Zabala estaban más calmadas, lo único que alteraba la paz del hogar eran los gritos placenteros de Cielo Riveros que se mantenían hasta altas horas de la madrugada, situación que tenían desvelada a Miriam Caballero, Eduardo se había comprado protectores de audición y tomaba pastillas para dormir para no tener que escuchar los lujuriosos gritos de placer que su hija daba por las noches, y por esta misma situación estaba más que claro que el inepto de Eduardo ya se le había olvidado que tenía mujer, Miriam Caballero ya había perdido la cuenta del tiempo en que su marido no la tocaba por las noches, pero para ella inconscientemente esta situación era normal en su relación matrimonial.

Don Pricilo por su parte estaba encantado con la fabulosa luna de miel que se estaba dando con tan suculenta y joven hembra en la misma casa de sus suegros, por ahora solo esperaba las ordenes de su jefe, aun no entendía muy bien qué sentido tenía todo esto para Urias, si el casi no tocaba parte de toda esta situación, ya que en el plan el sería el primero en disfrutar el cuerpo de Miriam Caballero, e incluso se extrañaba que todavía no le pidiera prestada a su joven esposa, solicitud que aunque a él no le gustaba mucho que digamos, tendría que acceder ya que más encima el bueno de Urias ahora le tenía una cuenta corriente, además de haber saldado sus últimas deudas de juego, pero bueno!, él estaba viviendo el día a día y tenía que aprovechar.

Pero el viejo aun recordaba la promesa que se había hecho, nunca había imaginado que iba a terminar casado con Cielo Riveros, pero a pesar de lo mucho que le gustaba yacer junto a su desnudo cuerpo de Diosa, sabía que ya iba siendo hora de encamarse con la madre, porque independientemente a lo solicitado por Urias, el igual iba a hacer lo imposible por acostarse con ambas mujeres y tendría que ver la posibilidad de dejárselas para él solito, jejeje!! Reía cuando solo se imaginaba la situación.

Pero la hermosa Miriam Caballero se estaba haciendo la difícil, no le dirigía la palabra a ninguna hora del día. Cuando el la veía sola en el jardín salía con cualquier pretexto para entablar algún tipo de conversación , pero ella con solo verlo caminaba hacia al interior de la casa moviéndole ese gran pedazo de hermoso culo que ya lo tenían como desesperado, y daba un sonoro portazo para que el notara que ya no era bienvenido, por lo menos por parte de ella, al parecer tendría que esperar el vamos de don Urias, ya que si esto no resultaba y para consuelo de ambos la tomarían a la fuerza.

Fue Cielo Riveros quien poco a poco comenzó a tener más comunicación con Miriam Caballero, hubieron momentos en que la niña daba el aspecto de seguir siendo la misma dulce muchacha que había sido antes que sucediera toda esta tragedia, situación que hiso que gradualmente Miriam Caballero muy a su pesar comenzara a dirigirle la palabra a su “yerno”, pero siempre manteniéndolo a raya…

Una mañana en que don Pricilo había quedado de ir a realizar unos tramites solicitados por don Urias, ya que estaban preparando un viaje al extranjero con Eduardo, en el cual se ausentarían por15 días, Miriam Caballero se levantó solo en bata de dormir sabía que su hija estaba sola por lo que la sorprendería con un apetitoso desayuno y así podrían conversar, ya había pasado mucho tiempo que no lo hacían.

Dejo todo preparado en la mesa del comedor y se propuso a ir a despertarla, apenas abrió la puerta de la terraza observo que la puerta de la cabaña estaba entreabierta, por lo que pensó que su hija ya estaría levantada, así que se encamino con toda seguridad hacia la cabaña, y cuando al llegar a esta y se asomó para poder entrar, quedo casi paralizada ante las satánicas y depravadas visiones que se plasmaron en el verde de sus ojos.

Vio a su hija totalmente desnuda, de rodillas en el suelo con una tremenda cosa de carne embutida en su boca…Luego de mirar por un buen rato sus ojos y mente le explicaron que aquella repugnante masa pulposa y carnal en forma alargada que su hija mantenía ensartada en sus labios, era el pene de don Pricilo, este que también se encontraba desnudo al igual que ella, la tenía firmemente agarrada de sus cabellos dirigiendo la maniobra de succión con bruscos movimientos de caderas.

La consternación en la mente de la recatada mujer era total, ella nunca había visto las desnudeces de nadie, pero ahora acababa de observar el desnudo y hermoso cuerpo de su hija, junto al de un horripilante viejo de 63 años, también completamente desnudo y haciendo ambos cosas que no estaban en sus conocimientos…que estarían haciendoooo?, se volvía a preguntar… o a lo mejor se la estaría chupandooooo??

Creyó alguna vez escuchar ciertas cosas que hacían hombre y mujer en la intimidad, pero siempre lo vio como algo mitológico, algo que no se hacía, era algo sucio y prohibidoooo!! Se decía para ella misma.

Miriam Caballero no supo qué hacer ni cómo reaccionar, muy lentamente se fue retirando hacia atrás para no interrumpir a la pareja, a la vez que pensaba que como su hija era capaz de hacer algo tan repulsivo, pero en un rincón de su mente también quedo graficada nítidamente la hermosa forma de esa tremenda y bestial verga nervuda que su hija mamaba golosamente.

Ella como mujer ya de 35 años sabía que las vergas en estado de erección eran grandes, pero esa cosa que había visto solo hace un minuto era una verdadera monstruosidad, ahora entendía los adoloridos gritos que daba Cielo Riveros por las noches, lo que no se explicaba era por qué se lo chupaba si se suponía que ella tenía que estar abierta de piernas, y don Pricilo cómo su marido que era debía hacerlo sobre su cuerpo, que extraño era aquel ritual de su hija con el jardinero que ahora tenía por esposo.

Cuando ya estaba a salvo de no ser vista por el caliente matrimonio, y estaba a punto de retirarse muy asqueada por la espeluznante imagen recién vista, tubo la pequeña debilidad de querer mirar un poco más, para ver si realmente no se había equivocado y a lo mejor estaban haciendo otra cosa y era ella la mal pensada, se mentía para sí misma.

Se acercó un poco más a la puerta y muy sigilosamente se puso a espiar como su hija mantenía relaciones sexuales con su marido…

La sorprendida mujer vio como aquel hombre eyaculaba por su gigantesco miembro muy parecido al de los potros, abundantes emisiones de un extraño liquido blanco en la boca de su hija, y como esta golosamente se lo tragaba, (su mente ya le había indicado que lo que se había bebido su hijita era semen de macho).

Vio también que cuando ya creía que había finalizado aquella extraña sesión amatoria, que fue su hija quien se tendió en el mismo suelo de la habitación y abierta de patas pedía que le metieran verga; y más grande fue su sorpresa cuando comprobó que don Pricilo aun con su armamento firme y parado se lo mando a guardar de una y en toda su longitud, y que más encima se puso de pie con Cielo Riveros totalmente ensartada a su apéndice, vio los jadeos que hacían ambos cuerpos desnudos y sudados.

Luego vio cómo su propia hija le pasaba a su macho un grueso cinturón de cuero y como se ponía en cuatro patas tal como lo hacían las perras dándose ella misma fuertes nalgadas en el culo, como animando a su abusador para que este le hiciera quizás que cosa…

–Estas lista putaaaa!!, escucho claramente la rubia…

–Si don Prici!!, deleee!!…deleeee!!, vio cómo su hija pedía que le dieran, pero que cosa será?… Se preguntaba la dudosa mujer…

Y vio cuando el horroroso hombre con cinturón en mano tomaba fuerzas y dándose impulso le asesto un lacerante e hiriente correazo que casi se llegó a encarnar en las suavidades de su gran pedazo de hermoso culo…

–Auuuuuhhahhh!!…ayyy!!…ayyyy!!…fue el fuerte alarido de auténtico dolor que sintió la nena cuando el cuero de la correa hiso contacto con sus suaves carnes, a la vez que su respiración era totalmente agitada por las fuertes convulsiones de suplicio que tenía que aguantar y por las casi inevitables ganas de arrancar que sentía su lacerado cuerpo, pero ella se sometía a su macho por lo que se volvía a acomodar para seguir recibiendo de lo que tanto le gustaba a ella que le dieran…

El vejete ahora con todas la seguridad del mundo le siguió castigando el culo con unos encarnizados azotes que retumbaban en toda la habitación,

Plafff! Plafff!! Plafff!!!….Plafff!!, la fiereza de los traumáticos azotes que estaba recibiendo el adolorido cuerpo de su hija iban en aumento, hasta que por fin y para suerte de la rubia la sesión de guascazos al parecer había terminado, vio como don Pricilo se tomaba un vaso de cerveza a modo de descanso, pero casi se desmaya cuando escucho a la pareja de desalmados…

–Quieres más zorraaaa!!

–Siiiiii!!

Vio la sádica expresión en la cara llena de verrugas de aquel miserable hombre que tomando más fuerzas que antes dejaba caer implacables e inmisericordiosos cinturonazos en el curvilíneo cuerpo de la niña.

Plafff! Plafff!! Plafff!!!….Plafff!!, … La rubia espectadora, de solo ver los encarnizados y vejatorios azotes que le daban al desnudo cuerpo de Cielo Riveros, ver la crueldad a la que ella era sometida, los lamentoso gemidos de dolor que dejaba salir de sus labios la hacían creer que su hija estaba en el mismísimo infierno, pero al comprobar que era la misma Cielo Riveros quien animaba al vejete a que siguiera pelándole el culo a guascazo limpio y verle la cara de degenerada y de puta gozadora de hombres, que gozaba con las aberraciones que le hacían, para luego volver a ser testigo de cómo el viejo metía esa monstruosa verga de caballo en el acalorado cuerpo de su complaciente hija, no aguanto más y huyo hacia la seguridad de su casa para ir a encerrarse con llave al interior de su habitación.

Las aberrantes imágenes de haber visto a su propia hija ensartada por una verga casi de animal, la tenían confundida y horrorizada, su estado mental había quedado en condiciones deplorables, pero lo que no entendía y lo que más la entristecía era ver que Cielo Riveros parecía disfrutar de todas aquellas humillaciones a la cual era sometida, Eduardo su esposo nunca la había tratado de aquella manera, pero la rubia más se escandalizó cuando se sorprendió a ella misma con sus pezones totalmente erectos que casi le llegaban a doler, prefirió pensar en otra cosa, ya que casi en el mismo instante comenzó a sentir en su sexo el mismo cosquilleo que había sentido cuando casi estuvo a punto de concretar con don Urias, prefirió ir a ducharse, esto era extraño, muy extraño, pensaba la rubia.

Luego de ducharse se fue al ante jardín para componer algunas ramas de rosas, tenía pena, como aquel desalmado viejo podía tratar de esa forma a su tierna hija que hasta hace poco tiempo era sinónimo de pureza y blancura, pero ya no quería pensar más en ello, había tomado sus rubios cabellos en una cola y vestido con un femenino buzo deportivo.

Miriam Caballero ya un poco más tranquila por la distracción de estar ocupada en los hermosos rosales que adornaban el ante jardín de su casa, por unos momentos casi se había olvidado de los vejámenes de los cuales disfrutaba su hija, estaba concentrada en sus rosas y con sus manos enguantadas cuando vio que don Pricilo iba saliendo…

–Buenos días suegrita, jejeje, le saludo burlonamente…

Miriam Caballero no pudo evitar fijarse en la ennegrecida dentadura del asqueroso hombre y no supo el por qué, pero también le dedico una leve mirada al paquete de aquel asqueroso sujeto.

–Buenos días don Pricilo, veo que va un poco atrasado, le dijo muy seria…

–Si la verdad me atrase un poquito, jejeje, lo que pasa es que mi esposa no me deja salir si no la atiendo como a ella le corresponde jejeje, le contesto fijando su perversa mirada en las suculentas tetas de Miriam Caballero, Ayyy mamita que rica que estas, como me gustaría partirte la zorra a vergazo limpio y preñarte a la primera, pensaba el degenerado…–Bueno ya me voy que luego le debo ir a dejar unos documentos a mi suegrito, jejeje…

–Que le vaya bien don, y no vuelva tarde, que le esperaremos a almorzar…

–Cuenta con ello ricura, jejeje, adiós, dijo subiéndose a su cacharreante camioneta, para luego desaparecer…

Miriam Caballero quedo pensativa, y por qué le dijo que lo esperarían a almorzar?, se preguntó, si solo hace poco rato había sido espectadora de como este odioso hombre humillaba a su propia hija, a lo mejor la rabia ya estaba pasando por parte de ella se dijo para sí misma, además que le gustase o no el hombre era de la familia y no debía discriminarlo, pero aun así no dejaba de pensar en lo que había visto solo hace una hora, no se explicaba y ya no sabía si era normal la animal forma en que se apareaba Cielo Riveros con aquel asqueroso y viejo sujeto, extrañamente comenzó a sentir un hormigueo que le recorría en la sangre, recordaba la desenfrenada forma en que se movía el desnudo cuerpo de su hija contra la monstruosidad vergal de don Pricilo quien se la metía y sacaba sin compasión, la fiereza de los azotes que ella había recibido en su cuerpo y que parecía disfrutar…

Estaba en estos pensamientos cuando su cuerpo en forma impetuosa y sin avisarle la hiso descargar una abundante cantidad de jugos vaginales que le dejaron su dorada intimidad toda mojada y presa de unos acalorados estremecimientos en su cuerpo, acompañados por un exquisita secuencia de encantadores y placenteros latidos que provenían desde el interior de su tajito, a la vez que se percató de lo agitado de su respiración.

Miriam Caballero media caliente y media asustada prefirió ir a darse otra ducha con agua helada antes de que esto se convirtiera en otra cosa, pensó, para luego ir a ver en qué condiciones había quedado Cielo Riveros.

Una vez duchada se encamino nuevamente hacia la sucia cabaña, pensando en las lamentables condiciones en que encontraría a su hija, pero la encontró feliz de la vida ordenando sus cosas y las de su marido, estaba solamente ataviada por un ligero vestido tipo solera, aunque se notaba que recién venia saliendo de darse una ducha…

–Y tú no te vas a vestir?…le consulto a forma de broma su madre, al observar el ligero atuendo en que se había vestido su hija…

Cielo Riveros lo pensó un poco pero le contesto de la misma forma…

–Y para que si a lo que llegue mi marido me va a ordenar sacármela, ambas se miraron y se pusieron a reír, Miriam Caballero quería contestarle con otra tontería, pero ella no manejaba las palabras para hacerlo y mientras más buscaba las palabras, mas era atacada por la jocosidad, hasta que a las dos les salieron lagrimas…

Cuando se pudieron calmar un poco, fue Miriam Caballero la que hablo a su hija.

–Como estas hija, como te trata tu marido?, le preguntaba Miriam Caballero, que con lo visto esa misma mañana, no sabía si aquello era con pleno consentimiento de Cielo Riveros…

–Bien, es un poquito enojón, pero yo sé cómo apaciguarleel enojo, jajaja, volvían a reír madre e hija…

Miriam Caballero tras pensarlo por algunos segundos le dijo a su hija…

–Hoy quiero que almorcemos juntos, así que no vayas a servirle en la terraza, lo haremos en el comedor, ya es tiempo de hacer las paces…

A Cielo Riveros se le llenaron los ojos de lágrimas, su padre aun no le dirigía la palabra, pero sí lo hacía con don Pricilo, y con su madre habían estado distantes todo este último mes, desde que se había casado,

–Mamá…yo… la verdad…

–No me digas nada hija, lo hecho, hecho está! y ya es hora de que esta casa vuelva a la normalidad,

Cielo Riveros se abrazó al cuerpo de Miriam Caballero en afectuoso agradecimiento, Miriam Caballero la abrazo de la misma forma y aun que ella quería no podía dejar de pensar en lo que su hija hacia todas las noches con el asqueroso hombre de su marido…

Las dos mujeres se encontraban felices, esperaban la llegada de don Pricilo, hacia bastante tiempo en que no compartían juntas y debían aprovechar ya que llegando Eduardo, Cielo Riveros se encerraba en la cabaña para evitar encontrarse con él, sabía que el continuaba enojado pero esto ya casi no le importaba, y ya ansiaba el día en que pudiera largarse con su marido.

–Sabías que tu padre va a salir de viaje la próxima semana??

–Si, y para esas fechas don Pricilooo…, perdón!! Mi marido… me conto anoche, que haremos un asado para celebrar nuestro primer mes de casados, él quiere que sea algo íntimo y aprovechando que no estará papá, podremos ocupar tranquilamente el patio y así él también se puede servir sus cervezas que tanto le gustan sin importunarlo…

–Pero Cielo Riveros tú le deberías decir que te invitea cenar, no sé, algo distinto…

–No lo sé… yo preferiría quedarme en casa, así tu podrías acompañarnos, además que el me pidió que te invitara para ese día, ya que papá no estará en casa…ves? Si no es tan malo como se ve…

Don Pricilo ya venía llegando a la casa, venia nuevamente excitadísimo, ya que don Urias solo hace dos días le había puesto en conocimiento que el plan comenzaba el primer día en que él se quedara solo con las mujeres, este era bastante sencillo, el vejete solo tenía que hacer entrar en confianza a Miriam Caballero, y que le comenzara a dar alcohol, primero en pequeñas cantidades, pero cuando este notara que la rubia ya comenzaba a servirse ella sola o que pusiera su vaso para que se lo volviesen a llenar este tenía que aumentar las cantidades, como así mismo tenía que ir abordándola dijo don Urias, mientras la rubia iba sintiendo los efectos del alcohol en su cuerpo , el debería ir calentándola lentamente, y una vez que la tuviera bien ebria, solo tendría que tomarla ya que le aseguro que la muy puta ella sola le entregaría la zorra, y que hiciera lo mismo con Cielo Riveros y que si era posible también la emborrachara para que la pudiesen ocupar a ella misma para humillar entre los tres a la difícil y recatada de Miriam Caballero…

–Ya sabes viejo maraco!, le había dicho para terminar, –Tienes 6 días para cumplir con la tarea, y si te las puedes culiar a las dos juntas, por mi parte no hay problema, yo llegare a la semana siguiente y ahí sí que comenzara la fiesta de verdad, mientras al imbécil de Lalito yo lo dejare a cargo de unas tareas para la apertura de una nueva congregación en el extranjero, y si se te hace la difícil la muy zorra, no te preocupes , cuando yo llegue veremos como la haremos, en último caso nos las violamos como habíamos dicho, termino diciéndole…

Las dos hembras encamables, ya tenían todo preparado para el almuerzo, el viejo por su parte no lo podía creer, que buen camino estaba tomando todo esto para él, fue lo que pensó cuando al llegar a casa lo hicieron pasar al comedor de la casa principal y pudo darse cuenta que madre e hija le habían preparado la merienda y que más encima lo sentaron en el puesto de Eduardo, aunque a Miriam Caballero no le pareció bien esta situación en un principio, pero había sido Cielo Riveros quien le había dado la ubicación a su esposo y para no crear un mal ambiente prefirió no dar su opinión, no quería un mal ambiente en algo tan trivial.

El almuerzo se llevó a cabo con normalidad, con las dos mujeres muertas de la risa ante las descolocadas salidas de don Pricilo dándoselas de payaso, el viejo estaba entre encantado y caliente a la vez, ya que veía como poco a poco se acortaba la distancia que había puesto la rubia mujer entre ambos desde que él había pasado a ser parte de la familia.

Una vez terminado el almuerzo el vejete descaradamente invito a su esposa a que se fuese a servir el postre que él le tenía preparado al interior de su pieza, la rubia observaba incrédula como su hija muy sonriente y coqueta se paraba de la mesa para retirarse tomada de la mano con aquel vetusto y horrible hombre, Miriam Caballero comprendió al instante a lo que se dirigían esos dos a consumar.

Mientras la rubia se dedicaba a terminar de lavar la vajilla, no supo por qué extraña razón fue a abrir la puerta de la terraza, a la vez que abrió los dos grandes ventanales que daban al patio trasero, y a los pocos minutos ya escuchaba claramente lo que ella quería, los lujuriosos bramidos y gritos que hacían los casados al interior de la cabaña eran de infarto, en ese intertanto quebró dos platos y tres vasos que fueron al dar al piso producto del adrenalinico temblor en sus manos por el hecho de que por cada grito o remezón que sentía proveniente de la casita de madera, la hacían imaginarse en cual posición podrían tener a su hija, o cuando se hacían leves silencios ya casi adivinaba que su hija estaba chupando verga como endemoniada.

Cuando ya estaba terminando de secar todo y al parecer la pareja se estaba dando un descanso, vio salir la gruesa figura de don Pricilo quien se acercaba con todo su obeso cuerpo sudado y solamente vestido con unas bermudas floreadas, ella mantuvo la calma, y casi cae desmayada cuando este descaradamente se ubicó justo detrás de su cuerpo haciéndole sentir su dura virilidad contra su trasero que gracias a dios lo tenía protegido por el pantalón deportivo, diciendo…

–Con permiso suegrita, jejeje…, a la vez que alargaba su mano hacia la hielera y sacaba una botella de agua mineral, –Es que mi mujer tiene sed, jejeje, sintió su aliento a cerveza y su voz muy cerca de sus oídos, esto sumado a la tremenda dureza que tenía encajada al medio de sus nalgas, hicieron que unos ricos y extraños escalofríos le nacieran desde su húmedo tajo íntimo y le recorrieran por todo su cuerpo haciéndole erizar todos los pelos de su cuerpo, incluso sus doradas vellosidades intimas, –La dejo, jejeje, ya que estamos ocupados, jejeje, termino diciéndole el yerno a su suegra.

Miriam Caballero lo vio dirigirse a su cabaña, observando esas anchas y peludas espaldas con su panza también llena de tiesos pelos de macho que lo cubrían casi en su totalidad, hasta que lo vio desaparecer dando un sonoro portazo, pero que varonil era don Pricilo para sus cosas!, pensó por un momento, pero luego se recrimino por pensar así de aquel hombre viejo y feo…

–Pero que es lo que me pasa por Dios!!, si es el esposo de mi hija!! y recordó cuando casi sucumbe a las pretensiones del otro odioso viejo de don Urias, que era tan feo y desmadejado como este otro, a estas alturas los gritos de Cielo Riveros ya habían comenzado nuevamente, Ahora la deben estar azotando por Dios!!, se decía totalmente escandalizada, por lo que decidió encender la televisión para distraerse en otra cosa, ya que por unos instantes pensó en la insania de aventurarse en ir a espiar a la pareja, pero los fuertes y escandalosos bramidos de animales en celo que daban los amantes la tenían entre molesta y caliente, sentada en el cómodo sillón subía una pierna sobre la otra, para luego de unos segundos repetir la operación cambiando una pierna con la otra, por cada cambio que ella hacia sentía una exquisita fricción en su fina ranura intima que ya estaba toda mojada, no se explicaba cómo le podía suceder esto ahora, ya que nunca en su vida lo había experimentado, solamente esa ves con don Urias había sentido algo parecido, pero no se había mojado en tal cantidad como lo estaba ahora.

Pensaba en esto mientras inconscientemente deslizaba sus manos por toda la extensión de sus muslos, para luego con una de sus manitas comenzar una suave fricción en su vientre y junto con ello ir bajando hacia su zona prohibida y cuando ya iba cerrando sus ojos para tomar por manual asalto a su rubia vagina se dijo que basta!!, como podía estar sintiendo estas extrañas sensaciones y ella considerarlas agradables a sabiendas de las humillaciones en las cuales debían estar sometiendo en su hija, y con un hombre de tan baja calaña, por lo que nuevamente se fue a duchar para luego salir de compras, ya ni siquiera podía estar tranquila en su propia casa se iba diciendo.

Pero los días pasaban lentos para la rubia y joven madre, y en las letanías de aquellas largas tardes, no dejaba de andar pendiente de lo que hacía o de lo que le hacían a su hija, ahora cuando aquel viejo y degenerado hombre se ponía a hacer cualquier trabajo con algún tipo de herramienta no podía dejar de observarlo de reojo o escondida tras las ventanas, pero que macho lo encontraba cuando con tres clavos metidos en su ennegrecida boca y de tres certeros martillazos clavaba uno de estos en las duras maderas en las oportunidades en que se encontraba realizando alguna reparación.

También se daba cuenta cuando este casi la desnudaba con su porcina mirada, ahora ya era más común que este, oportunidad en que la veía en la cocina se le ocurría ir a buscar cualquier tipo de tontería al refrigerador, apuntalándola y haciéndole sentir sus generosas medidas vergales.

Miriam Caballero estaba confundida, este horrible vejete era endemoniadamente caliente y no se explicaba como su hija podía compartir cama con tan odioso sujeto, pero la pobre no se dio cuenta que ahora ya era ella quien al ver salir la odiosa presencia de don Pricilo era ella quien dejaba de hacer en lo que estaba ocupada e iba a posar su esbelta figura a cualquier parte de la cocina y ya esperaba con ansias que don Prici fuese a buscar cualquier cosita al refrigerador…lo que él quisiese pensaba la rubia ahora en su eterna espera de sentir esa caballuna tranca que tan exquisitamente se la posaban en sus nalgas por espacios de unos buenos segundos.

En una ocasión en que el antipático y burlón viejo llego con su camioneta cargada con materiales, debido a unos arreglos que estaba haciendo al interior de la cabaña, vio como este escupiendo en sus dos manos se hecho tres sacos de cemento al hombro y como si nada cruzo toda la casa para ir arrojarlos en un rincón del patio para luego repetir la operación en dos oportunidades más y por Dios!! se dijo a ella misma, como le hubiese gustado ser un saco de cemento!!, y fue cuando la imagen de su propia hija la saco de su estado de semi calentura, la vio salir con una cerveza heladita y transpirada para ofrecérselaa su macho que se la zampo en solo tres guerguerazos, para luego al terminar con la tarea lo vio tomar a Cielo Riveros como si ella también fuese un saco de algo, y echársela a los hombros con ella muerta de la risa, hasta verlos que desaparecieron con uno de los sonoros portazos que el viejo le daba a la puerta cada vez que se encerraba con su hembra para intimar, y se preguntó que por qué a ella no le sucedían cosas así, su hija al parecer se lo pasaba muy bien con su marido.

Llego el tan esperado viaje para Eduardo, el hombre de familia se ausentaría por 15 días del hogar, no imaginándose nunca lo que se venía ahora para su ya casi segregada familia, y de cómo le jugarían muy para su contra el mantener a su pedazo de hembra que tenía por esposa en un forzoso estado abstinencia sexual y necesitada, ya que esas eran cosas cochinas para él.

Don Urias lo paso a buscar temprano en la mañana de aquel día viernes, ya que su vuelo estaba reservado para el mediodía y tenían que estar con tres horas de anticipación en el aeropuerto, así que ya estaba todo dado para don Pricilo, por fin se había quedado solo con los dos bellos ejemplares de hembras y más encima de dueño de casa.

Día 1, Viernes.

Ya casi era medio día cuando Miriam Caballero vio ingresar a su hija a la casa, se extrañó que no estuviese encerrada en la cabaña con su marido…

–Hola, le saludo la joven.

–Hola hija en que andas?, yo te hacia atendiendo a tu marido, le dijo su madre.

–Fue a la ciudad, pero vuelve como al 5 de la tarde, fue a realizar algunas compras, acuérdate que hoy es el día en que él quiere celebrar nuestro primer mes de casados…–Nos vas a acompañar?, le consulto…

–No lo sé hija, eso es de ustedes dos, yo que podría hacer, además que ustedes se lo pasan encerrados…

–Pero mamá, hoy será diferente, don Pricilo mi marido instalara el equipo de música en la terraza, y beberemos cerveza, y ahora que no está papá tu deberías animarte y pasar un buen rato con nosotros…vamos anímate! si no es tan pesado, le rogaba la chica a su madre, ya que Cielo Riveros también estaba ajena a las pretensiones de su viejo esposo en complicidad con don Urias. –Mira arreglémonos como lo hacíamos antes, para que mi esposo vea lo hermosas que somos y además que papa no estará, así que no podrá decir nada de todas esas cosas que te decía cuando íbamos a salir…

Miriam Caballero al ver como su hija le rogaba y más encima le había tocado el punto femenino de la vanidad, se fue animando de a poco hasta que le dijo Ok, pero yo no beberé, mira que si tu padre se entera, hasta ahí no más llegamos y tu marido podría también tener problemas acuérdate de que en esta casa no se debe beber alcohol…

–Pero como se va enterar? si vamos a estar solitas con el Prici, y este no se lo dirá.

A la inocente Cielo Riveros ya se le había olvidado como el vejete la había chantajeado el primer día en que se la logro encamar…

–Bueno, ahí veremos, y que van a hacer…

–Un asado y luego dijo que me iba enseñar a bailar…

–Aja!!, que bien… almorcemos entonces para que estemos listas para cuando llegue tu marido…

Una vez almorzadas, se fueron a la habitación de Miriam Caballero y estuvieron casi por una hora y media probándose ropa, hasta que ya decididas, se quedaron vestidas ambas con unos vestidos de similares características, Cielo Riveros eligió el amarillo que había usado su madre para su matrimonio, y Miriam Caballero escogió un vestido muy parecido color azul, ambos les llegaban hasta medio muslo, enfundaron sus suaves y torneadas piernas en exquisitas medias de seda, acompañado por ponerse ambas mujeres unas exquisitas sandalias con taco alto, maquillaron sus cutis con suaves tonalidades, y para coronar el femenino acicalamiento, y con la sana intención de jugarle una broma al pobre viejo de don Pricilo, Cielo Riveros peino su cabello con chasquillas y le pidió a Miriam Caballero que se lo alisara, quedando toda una Cleopatra, luego la hija le hiso dos rubias trenzas que nacían en las sienes de Miriam Caballero y se dejaban caer suavemente en las esponjosidades de sus suculentas tetas, dejándola con un aire de inocencia pura, muy parecido al de una colegiala quinceañera.

Una vez listas se fueron a mirar al espejo, quien hubiera visto aquella celestial imagen de ver a dos encamables hembras en tal estado de femineidad, una con un sabroso vestido amarillo a la altura de sus bien formados muslos, con un escote que dejaba ver sabrosamente el nacimiento de las carnosidades de un buen par de tetas muy bien puestas en su lugar, y con un exótico peinado en su alisada y negra cabellera con tonalidades naturalmente azuladas, haciendo el digno emblema de quien fuese la reina del Nilo, y la otra de iguales y auténticas características, vestida con un similar vestido azul, pero con dos rubias trenzas de estudiante otorgándole la candidez e inocencia de una genuina y primeriza adolescente, con unos cuerpazos de endemoniadas curvas infernales y de concurso, sencillamente hubiese caído en la insania, no imaginando nunca de que se trataban de madre e hija, de verdad que ahora sí parecían que fuesen hermanas…se los juro!!

Cielo Riveros y Miriam Caballero ya se encontraban en la terraza conversando nimiedades femeninas, habían ordenado los muebles para hacer más cómodo el espacio en donde compartirían con el hombre, en esto estaban cuando sintieron que el afortunado viejo ya llegaba para alegrar el ambiente.

Don Pricilo venia cargado con sendas bolsas en donde traía todo lo necesario para entretener y embaucar a ese par de zorras que lo estaban esperando, pero claro que aunque ambas eran totalmente apetecibles, su atención estaba más puesta en una (en la rubia), que en la otra y cuando las vio ponerse de pie ante su llegada, el pobre casi sufre un repentino infarto al corazón, soltó y dejo caer todo lo que traía en sus manos y comenzó a tambalearse, a lo cual ambas mujeres tuvieron que ir en su auxilio y casi arrastrarlo a que se sentara un rato ya que lo atribuyeron a que el pobrecito venia insolado.

–Agua!! Agua!!…pedía el vejete una vez que pudo articular palabra y ya un poco más repuesto de tan maravillosa y divina imagen de ver ponerse de pie a esas idílicas hembras de cuerpos portentosos y de campeonato.

Cielo Riveros fue quien le empino el vaso para que su marido pudiese beber un poco de agua, Miriam Caballero un poco preocupada por la situación dijo,

–Tal vez deberíamos dejarlo para otro día, al parecer tu marido está enfermo…

–Don Pricilo!!, don Pricilo!!, lo cacheteaba Cielo Riveros para que el viejo reaccionara…

El vejete al notar que la rubia se quería correr, reacciono casi en el acto…

–Estoy bien, estoy bien!, debe haber sido la calor, paro ya me encuentro mejor, jejeje, Cielo Riveros!, tráeme una cerveza…

Cielo Riveros abrió dos latas de cerveza, una para ella y una para su don Prici, Miriam Caballero aunque ya lo había visto antes, se preguntaba que desde cuando que su hija bebía cerveza, pero aun así no le dio importancia a la situación ya que si lo hacía en presencia de su esposo no había problema…

–Sírvele una cervecita a tu mami, jejeje, le decía ahora el vejete a su joven esposa, mientras se comía a la rubia mujer con su caliente mirada…

–No se preocupe don Pricilo, contesto rápidamente Miriam Caballero, –Tomare jugo, yo no acostumbro a beber…, dijo esto mientras abría una botella de zumo de naranja y se servía en un vaso…

El vejete no se cansaba de admirar ambos cuerpos de las apetecibles hembras. Aunque Cielo Riveros ya era su mujer y la podía tener las veces que él quisiera, y si no hubiese sido por la situación que se estaba dando, no lo hubiera dudado para arrastrarla hacia la cabaña y cogérsela hasta la saciedad, pero se consolaba que ya habría tiempo para ello, por ahora tenía que dejar seguir el curso de los acontecimientos, la rubia tenía que caer sí o sí.

Cielo Riveros y Miriam Caballero ya habían terminado de sacar todas las cosas que había traído el hombre y las ordenaban en la mesa de vidrio que estaba bajo la elegante terraza. Mientras tanto don Pricilo instalaba el sistema de música.

Miriam Caballero estaba entretenida con toda esta situación, ya que todo esto era distinto a la rutinaria vida que llevaba con su apático y convencional esposo, ahora vio cuando Cielo Riveros habría un paquete de cigarrillos y muy suelta de cuerpo encendía uno y se ponía a fumar sin ni siquiera inmutarse de que estaba ella presente, al instante recordó, que la niña ahora estaba casada, por lo tanto el único que podía llamarle la atención era su marido y vio cuando este en el momento que mientras juntaba con huincha unos cables eléctricos, estiraba sus gruesos labios mientras su hija le ponía el cigarrillo para que el pudiera darle unas chupeteadas, para luego seguir concentrado en la unión de cables y parlantes, esta situación en vez de enojarla la hicieron reír debido a todos estos extraños cambios que se habían sucedido en torno a su familia en el último tiempo, por lo que decidió servirse una cerveza, total su marido no estaba y seria solo una…

El vejete ya estaba más que caliente al andarse paseando a sus anchas entre las dos hermosas mujeres, que esta misma tarde se habían arreglado solo para él, todo apuntaba a que los vaticinios de Urias se iban a cumplir, y en un solo día se decía sobándose las manos, pero se tendría que ir con cuidado, porque si se equivocaba en el momento clave tal vez la podría cagar, por lo que se dio a seguir con las instrucciones del flacuchento, que hasta este minuto estaban dando resultados más que positivos…

Luego de un rato el trio siguió con la tertulia, y fue cuando don Prici saco de un cooler, una poderosa botella de Jack Daniel’s envejecido y sin preguntar nada a las hembras, sirvió tres generosos vasos con hielo y con este místico brebaje, que fueron muy bien recibidos por ambas, y que según lo aconsejado, los efectos proporcionados en la mente de las dos encamables mujeres, lo podrían llevar al paraíso del éxtasis…

Cuando ya llevaban casi un cuarto de botella de wiski bebida, estaban los tres sentados en un cómodo sofá, con don Pricilo al medio de las dos mujeres, muertos de la risa y disfrutando del frescor de la tarde, ya casi anochecía y hablaban cosas sin sentido, el vejete y Cielo Riveros a ratos se besaban en forma desaforada solo a centímetros de donde estaba la estimulada rubia, y por cada escandalosa leperada o salida del asqueroso hombre, las mujeres caían en un estúpido e histérico ataque de risa en donde este aprovechaba para manosearlas a ambas.

Miriam Caballero no sabía en qué momento había dejado a que ese desmadejado viejo le pusiera sus manos en su cuerpo, pero en este momento se la estaba pasando muy bien y poco le importaba que esto estuviera sucediendo, además que ahora lo encontraba muy simpático.

Al rato el fuerte volumen de la música ya alegraba el ambiente en el patio trasero de la casa, las dos mujeres conversaban y reían con los chistes que el hombre les contaba, luego de un momento Cielo Riveros le recordó a su marido que este le iba enseñar a bailar, por lo que don Pricilo muy entusiasmado fue a poner música apropiada. Y al ritmo de… “a ella le gusta la gasolinaaa, quiere más gasolinaaa…”, comenzó con su pedagógica sesión de reggaetón…

La apetecible madre miraba sentada desde una esquina de la terraza como se reía su hija con ese hombre viejo y feo que ahora tenía por esposo, pero en estos momentos que estaba compartiendo un poco más con ellos, todo indicaba que en la pareja todo andaba bien, su hija se veía muy contenta y feliz, mientras en el lugar en donde estaban los bailarines, el viejo Pricilo daba sus conocimientos de baile a su joven aprendiz…

–Así pendejaaa! Menéameee el culooo!, le gritaba el vejete con la lúdica intención que su esposa aprendiera a bailar, — Menéameee el culooo!, mas rapidooo!!, mas rapidooo!! Como si estuviésemos culiandooo!!, continuaban las instrucciones que don Pricilo le daba Cielo Riveros, a como ella tenía que perrear.

Miriam Caballero muy entretenida de mirar aquellas extravagantes clases de baile ya bebía sin ningún tipo de recato, veía como el sensual cuerpo de su hija se restregaba contra el aparato de aquel viejo, y como este también hacia movimientos coitalmente diabólicos, profanando las femeninas formas de su hija, pero esto la entretenía ya que sabía muy bien que así se bailaba este tipo de música, y por el alto volumen en que tenían el equipo musical, no escuchaba los gruesos apelativos en que don Pricilo daba sus clases…

Miriam Caballero no dejaba de mirar cómo se movían aquellos dos cuerpos simulando estar teniendo sexo pero con ropa, Cielo Riveros ya le había tomado el ritmo al asunto, en este momento y con lo que ya había visto en una oportunidad, se imaginaba que tal vez así mismo también se dedicarían a follar una vez que ellos se retiraran a sus habitaciones, esta sola idea no hicieron más que enardecerla, su cara había adquirido rosáceas tonalidades, disimuladamente frotaba sus muslos y rodillas para sentir las eróticas sensaciones que ya se habían instalado en el centro neurálgico de su rubia hendidura que estaba siendo atacada por ricas punzadas que no la dejaban en paz, por un momento pensó en ella también animarse a que le enseñaran a culiar…perdón a bailar corrigió su mente.

Sentía las tremendas ganas de sentir esa gruesa verga junto a su cuerpo y moviéndose, tal como la había sentido en las veces que había sido asaltada en la cocina. Ante el descabellado pensamiento que había cruzado por su cabeza de nuevo erróneamente pensaba que bebiendo superaría este estado, en cual ya la tenían imaginando a su propia hija desnuda y revolcándose con ese horrendo hombre, su respiración ya se había agitado.

La pareja de bailarines ya habían terminado su sesión de aprendizaje, y se fueron a conversar con la rubia mujer que esperaba sentada, el vejete no podía dejar de mirar esos poderosos muslos, tapados hasta la mitad de ellos, uno arriba del otro y como su dueña coquetamente movía una pierna producto de los nervios que sentía de solo imaginar en las cercanías de su cuerpo en que se encontraban esas gruesas pulposidades vergales que tanto la atraían en estos momentos, el alcohol ya estaba haciendo los primeros estragos de la noche en el cuerpo de Miriam Caballero.

–Mamá, porque no te animas e intentas aprender a bailar, es entretenido le decía una exaltada Cielo Riveros, a la vez que se empinaba un vasode wiski, Miriam Caballero estuvo a punto de pararse y dejarse restregar por don Pricilo solapándose en el asunto del baile, pero todavía quedaba algo de recato en la personalidad de la rubia mujer, quien contesto…

–Nooo!! Como crees hija?, yo no puedo darme ese lujo, además que don Pricilo debe estar cansado…

Cielo Riveros se había retirado un poco de ellos para ir a sacar y ordenar unas verduras para luego comenzar a preparar ensaladas, el vejete aprovechándose de esto contesto…

–Jejeje, se equivoca suegrita, yo soy un animal que podría estar bailando y moviéndome toda la noche, jejeje, eso va a depender de cómo se menee y se mueva mi compañera de baile, termino diciendo el viejo en doble sentido.

Miriam Caballero media sorprendida creyó captar el mensaje en doble sentido, así que media enojada, pero también media divertida y viendo lo distraída que estaba su hija, quiso jugar un poco con el vejete…

–Por lo mismo le digo don Prici…, yo no sé moverme ni menearme, por lo que quien me enseñe tendría que tener mucha paciencia, y menearse más fuerte que yo, para que así yo pueda aprender bien a hacer esos bruscos movimientos…

El vejete quien ya estaba preso por la lujuria ante la sórdida conversación con esa mujer rubia y de trencitas de colegiala le siguió contestando leperadas disfrazadas, para ver hasta donde llegaba la erótica conversación que el ya creía que Miriam Caballero entendía muy bien. Y así era…

–Pues yo me muevo fuerte ricura, jejeje, dijo sentándose a un lado de la mujer, –Si yo te enseñara a moverte y menearte quedarías toda una experta, y si no me crees pregúntale a tu hija, ella tampoco sabía, pero ahora ya sabe muy bien como menearse cuando bailamos, diciendo esto último el vejete no dudo en posar una de sus gruesas manos en el suave y dorado muslo de Miriam Caballero…

–Eso tendría que verlo don Pricilo, jijiji, a lo mejor si Ud. me enseña a bailar bien, y a mí me quedara gustando yo podría terminar moviéndome y meneándome por toda la noche, pero eso dependería de los meneos y movimientos que me diera usted, jijiji,… Miriam Caballero sintió una rica electricidad adrenalinica cuando sintió la pesada mano del jardinero empezar a sobarla por las suavidades de sus piernas, pero sacando fuerzas de flaqueza le dijo…–Creo que será mejor que le vaya a ayudar a Cielo Riveros, y diciendo esto se paró y se fue a ayudar a su hija, que estaba en la cocina preparando ensaladas. Miriam Caballero ya estaba caliente.

Don Pricilo en su estrategia de embriagar a ambas mujeres había previsto que su primer y principal objetivo era que Cielo Riveros fuese la primera en sucumbir a los efectos del alcohol, para que su mente se le borrara y así el poder quedar a solas con la rubia, por lo que las dosis más altas del brebaje eran para Cielo Riveros, las de Miriam Caballero eran medianas, y por supuesto que las que se servía para el eran suavecitas, además que en reiteradas ocasiones arrojaba el contenido de su vaso para hacer creer a las mujeres que ya se lo había bebido y para que ellas lo secundaran en la parranda.

En una oportunidad en que Cielo Riveros había ido a mojarse la cara, ya que se sentía muy mareada, el viejo le estaba contando a la rubia una anécdota de cuando él había tenido que sobrevivir perdido en las montañas (que eran puras mentiras), Miriam Caballero lo escuchaba con admiración a la vez que con sus dos manitas jugaba con una de sus doradas trenzas producto de la ansiedad y de los nervios que sentía su cuerpo al estar tan cerca de un verdadero hombre, pero toda esta magia fue bruscamente interrumpida cuando vio como Cielo Riveros al llegar donde estaban ellos, tomo al hombre para que fuera a bailar con ella y con mucha rabia observaba como el vejete era asaltado por su hija quien casi se lo estaba comiendo en ardientes besos, don Pricilo por su parte aprovechaba para descaradamente agarrarle el culo y las tetas y todo en su presencia.

Miriam Caballero quien su mente ya estaba muy desorientada, lamentaba estar pasándolo tan bien con don Pricilo y que ellos dos no pudiesen estar solos, la presencia de su hija como que a estas alturas le molestaban y le incomodaban, además que veía que Cielo Riveros estaba bebiendo más de la cuenta. El vejete estaba atento a todas las reacciones y cosas que hacia Miriam Caballero, ya casi se imaginaba tener sus manos y verga puestas en aquel poderoso y rubio cuerpo…

–Mejor iré a cortar la carne, se dijo la rubia quien estaba realmente molesta con la metiche de su hija…

Miriam Caballero se arrimó a la mesa en donde se encontraban las bandejas con carne y se puso a cortar para dejarla lista para cuando el hombre decidiera tirar toda la carne a la parrilla, de reojo los observaba bailar y beber, su mente ya estaba decidiendo que si el viejo volvía a ofrecerse para ensañarle a bailarella aceptaría, en esto la pareja ya se estaban sirviendo más trago, la botella de Jack ya iba en más de la mitad, de pronto vio que su hija estaba bailando sola con sus ojos cerrados y con un cigarrillo en la mano, como si estuviese ida. En eso sintió que era tomada firmemente por su cintura y casi se deshace cuando el terrible aparato de don Pricilo se posó y acomodo en sus esponjosas nalgas, vio los velludos brazos del vejete rodearla y tomarla de sus mismas manitas que estaban intentando cortar un buen pedazo de filete…

–Necesitas ayuda reinita!, jejeje, Miriam Caballero sintió el hediondo aliento del viejo que resoplaba muy cerca de sus oídos…

–A estos cuchillos le faltan filo le contesto la agitada mujer…

–Qué tal si le sacamos filo los dos, jejeje, no me vas a decir que aparte de no saber bailar tampoco sabes afilar ricura, jejeje, porque yo también te podría enseñar a afilar, jejeje…

Miriam Caballero cayó en un estado de fascinación calenturienta al escuchar decir al vejete que le enseñaría a afilar…

–Aunque Usted no lo crea… tampoco se afilar mucho…, la verdad es que nunca he sido buena afilandooo, le respondía Miriam Caballero disfrutando de lo que en doble sentido ella misma le decía al vejete y sumado a que sentía como aquella monstruosa verga iba adquiriendo una dureza inigualable como a su vez irse acomodando entre medio de sus nalgas…

–Y te gustaría que afiláramos los dos?, yo te podría estar afilando por toda la noche, mamacitaaa!!, ya diciendo esto último el viejo perdió total compostura y la agarro firmemente de aquellas dos montañas de carne que la rubia tenia por tetas, Miriam Caballero totalmente caliente pero cuidando que su hija no los fuera a ver, la observaba y vigilaba como ella seguía moviendo su cuerpo al ritmo de la música y con sus ojos cerrados…

–Ay no como cree don Prici… si Usted es mi yerno, usted solamente puede afilar a mi hija, la caliente y descarada mujer, quien ya evidentemente se encontraba bajo los efectos del alcohol, a medida que le hablaba a su asaltante intentaba parar aún más su portentoso culo, para que aquella cosa de carne la apuntalara aún más firmemente…

–Sí, pero con ella afilamos todos los días, ahora me gustaría afilar contigo preciosa, se ve a lo lejos que el estúpido de tu marido no te afila como es debido, jejeje, el vejete ahora también ya se la refregaba despacio pero firme…

–Shhh!! Ahhhhh!! Tiene razónnn Ud. don Priciii!!, él es malo para afilarrrr!! Y no me afilaaa como yo quisieraaa!, Miriam Caballero seguía deleitándose en imaginar esa vergota y sentirla en cualquier parte de su cuerpo, hasta que fue ella quien le soltó al afortunado vejete…–Y si yo quisiera afilarrr con Usted?… que pasara con Cielo Riverosnn?, que le diremossss?, preguntaba la perdida mujer que ya asumía que de lo que estaban hablando ambos era sencillamente ir a acostarse juntos, a la vez que sentía la varonil herramienta de don Pricilo muy alojada entre sus calientes nalgas…

–Nada!! Esperaremos a que se vaya a acostar y luego nos iremos a tu habitación y te enseñare algunas cositas, jejeje…

La rubia si bien estaba ebria, tampoco estaba inconsciente, o sea las cosas que ella en estos momentos se estaba dejando hacer eran producto mitad por el alcohol bebido y la otra mitad era producto de su propia calentura contenida, que solo bastaba con un empujoncito para que esta aflorara y tomara total posesión de la mente y carácter de la necesitada mujer.

Sintió como el vejete la iba jalando hacia la seguridad de un muro que sobresalía de la cocina, ella solo se dejó llevar, las sabias manos de ese hombre la estaban tratando muy bien y cuando ya se sintió fuera de la vista de su hija, el viejo Pricilo bruscamente la dio vuelta y sin darle tiempo ni siquiera a tomar aire le estampó un tremendo beso con lengua y salivas incluidas, a la vez que la agarraba firmemente de sus poderosas y duras nalgas.

Miriam Caballero sentía las hediondeces de la boca de ese gañan pero aun así tímidamente fue sacando su lengua para juntarla con la de su “yerno”, en su mente no habían remordimientos de ningún tipo, por ahora solo tenía la viva imagen de su hija desnuda y clavada en esa monstruosa verga que ella ya decidía que también tenía que probar…

–Ahhh don Pricilooo, ya dejemeee! Cielo Riveros nos puede verrr!!, pedía a medias la rubia para luego continuar con el salvaje beso…

–Tranquila mamasota!! Con unos tragos más que le dé a beber… y ya no sabrá de nada… y nosotros nos podremos ir a acostar a tu habitación…, el beso continuaba con ambas lenguas buscándose con desesperación, Cielo Riveros seguía bailando con sus ojos cerrados, y la calentura abstenida de Miriam Caballero crecía a pasos agigantados…

–Hágalo!!, la dejaremos durmiendo como usted dice, pero hágalo rápidooo!!, le contesto una excitada Miriam Caballero quien ya imperiosamente quería de una buena vez por todas ir a acostarse con el vejete y sentir en sus propias carnes la irrupción de aquella inmensa verga de potro queella sabía muy bien que se gastaba el vetusto hombre.

Una vez que terminaron con aquel infiel atracón por parte de ambos, Miriam Caballero un poco asustada pero con la adrenalina a mil, se fue a sentar al sillón en donde habían estado los tres anteriormente, don Pricilo sirvió tres vasos más de wiski, ahora realmente necesitaba mandarse uno el también, por lo que le paso uno a cada mujer y se sentó al lado de la rubia abrazándola y apegándose a ella, él sabía que Cielo Riveros ya no estaba consiente de nada y con este último vaso de wiski ya la estaba rematando…

Miriam Caballero miraba con fascinación como su propia hija movía sensualmente su cuerpo, don Pricilo no ajeno a esto quiso poner a prueba el ardiente temperamento de la rubia y caliente hembra, ordenándole a Cielo Riveros…

–Vamos putaaa!! Quítate la ropa!!, le ordeno a su joven esposa…

Miriam Caballero sintió una leve reacción de oponerse a lo que el viejo quería que hiciera su hija, por lo que intervino…

–Noo!! Que no lo hagaaa!!, le dijo asustada…

–Jejeje…tranquila ricura, le dijo en el momento que la abrazaba y se apoderaba de una gran y dura teta que tenía la rubia de trenzas…–Sera solo un jueguito, además que yo soy su marido y tú eres su mami, jejeje, nadie extraño a la familia la verá, jejeje…

Miriam Caballero no supo por qué motivo le encontró la razón al vejete además estaban en una fiesta, era su fiesta!, en donde solo habían tres participantes…

Cielo Riveros con muchas dificultades logro sacarse el vestido, quedo danzando con su pequeñita e íntima ropa interior color rosada, don Pricilo veía como la temblorosa mano de Miriam Caballero se llevaba el vaso de licor para beber, sus hermosos ojos verdes estaban brillantemente vidriosos y aunque había solicitado que su hija nos se quitara el vestido, aun así no despegaba su vista del semi desnudo cuerpo de Cielo Riveros…

–Quieres que siga?, le pregunto el degenerado viejo a la extraviada mujer casada y madre de familia, quien perdida en el mar de la lujuria acumulada en todos los años de frustraciones y forzadas privacionessexuales, solo atinó a decir…

–Siii!

–Vamos zorraaa! quítate el sujetador y muéstrale tus tetas a mi mujer!! Jajaja…

La dócil prostituta que en ese momento les bailaba en forma erótica, prendiendo la mecha del libido de la pareja de futuros amantes, sumisamente les obedeció y de pronto ya dejaba lucir sus hermosas y grandes tetas ante la mirada lujuriosa de aquel nuevo emparejamiento de degenerados…

Mientras Cielo Riveros seguía bailando dificultosamente, don Pricilo asalto a la elegante y rubia mujer con un animal y caliente beso, prácticamente se la estaba comiendo por la boca, lengüeteándola, absorbiéndola como si quisiera respirar el aire de sus pulmones.

Miriam Caballero y don Pricilo se besaban en forma bestialmente desaforada, para luego decirle el hombre a la caliente mujer…

–Quieres verla desnudaaa??, jejeje

–Pero don Pricilooo! ella es mi hijaaa!!…y yo …

–Pero es hermosa, miralaaa!! Le decía el viejo queriendo envilecer a la pobre de Miriam Caballero que ya estaba que cruzaba el umbral hacia lo prohibido, es mas ya hace rato que estaba en el lado oscuro de la fuerza…

–Sii!! Dijo después de pensarlo un rato…–Que se desnudeee!… pero solo un ratitoooo!!

–Vamos perra!! Ya escuchaste a mi mujer!! Encueradaaa! Ahoraaa!!

Los ojos de Miriam Caballero estaban salidos para fuera en el momento que su hija termino de quitarse las medias junto con sus calzoncitos y ahora se exhibía ante ellos totalmente desnuda, Miriam Caballero se deleitaba mirando fijamente cada una de las exquisitas formas y curvas de su hija y se extasiaba aún más mirando con detención aquel erótico triangulito de brillosos y escasos pelitos negros que tímidamente cubrían su pelvis, inconscientemente la rubia se relamía y mordía su labio inferior, todos los músculos de su hermoso cuerpo estaban contraídos por una extraña oleada de calentura quehabía invadido y se había instalado en su cuerpo.

–Jejeje, no es preciosa la niñaaa!, jejeje, le decía el despreciable sujeto, a la confundida pero extasiada mujer…

–Siii, es…ess…her…mo…saaa!, confirmaba la rubia…

Luego de haberles bailado por unos buenos minutos en donde Miriam Caballero no perdía ningún detalle del escandaloso espectáculo que le estaba dando Cielo Riveros, la vio agacharse y ponerse en cuatro patas para comenzar un lento recorrido desde su ubicación hasta donde estaban ellos, pero vio como el cuerpo de su hija poco apoco se iba deteniendo, el lento recorrido cada vez era más despacio, hasta que la vio quedar inmóvil y tirada en el pasto. Se había dormido y su mente andaba perdida por los caóticos vericuetos del alcohol.

–Ahora es el momento mamasota!!, le dijo el degenerado viejo que había inducido a la joven madre a caer en la más infame condición en que se puede llevar a una mujer que en otros tiempos había sido decente, pero Miriam Caballero que estaba con la calentura sobrepasada de los parámetros normales, no estaba para autoevaluarse ni para andar con sentimientos de culpa de ningún tipo, lo que ella necesitaba en estos momentos era una buena verga, y tenía claro que ese horripilante viejo tenia lo que ella ya deseaba con desesperación, además que con el morboso espectáculo recién recibido por parte de su hija, se hubiera entregado hasta a don Urias si hubiese estado presente, pero el afortunado que en estos momento se llevaba el premio mayor gracias a su astucia era el pícaro de don Pricilo, que su tranca estaba que ya estallaba con las grandes cantidades de semen caliente que se le habían juntado en el transcurso de aquella encendida tarde.

Luego de haber acostado y cubierto el desnudo cuerpo de la joven y ebria mujer en el mismo sofá en que los depravados amantes se habían estado besuqueando y calentándose a costas de Cielo Riveros, se quedaron mirando cómo sin saber qué es lo que venía ahora, pero fue don Pricilo quien no aguantando más se abalanzo al cuerpo de la confundida mujer para comenzar a besarla aún más bestialmente que en las ocasiones anteriores, Miriam Caballero sentía claramente como la gruesa apéndice de su compañero iba tomando volumen a medida que ambos se basaban, la elevada temperatura de los lujuriosos acontecimientos vividos por la ahora desvergonzada mujer, no hicieron mella en su recatado temperamento como sucedió la ves que estuvo a punto de concretar con don Urias, ahora era distinto, no había ni existía nada que se lo impidiese, ella necesitaba probar esa verga que tenía grabada en su mente desde el bestial día en que por pura casualidad había visto metiéndose en el joven cuerpo de Cielo Riveros, y quien mejor que ella su propia madre, para que su marido le pusiera los cuernos a su hija, se justificaba…

El astuto vejete no queriendo armar escándalo y a sabiendas que su joven esposa ya no se despertaría hasta que amaneciera, empezó a puntear suavemente el cuerpo de la rubia, quien correspondía tímidamente a los punteos con femeninos movimientos de caderas, con esto se iniciaba el lento recorrido de la desvergonzada pareja, hacia la habitación conyugal de la descarada y caliente mujer, que a punta de infieles besuqueos y firmes apuntalamientos llego con su obeso amante a la cama en donde consumaría la adultera relación sexual, su cama matrimonial.

Una vez que la pareja entro a la pulcra e inmaculada recamara, Miriam Caballero cayo en cuanta que ahora se tenían que acostar con aquel hombre, y debido a sus santurrones años de casada, rápidamente apago la luz de la habitación y ya se aprontaba para ponerse una de sus largos camisones, cuando nuevamente la luminosidad invadió hasta el último rincón de lo que iba a servir de nidito de amor, y vio como el vejete una vez que volvió a encender la luz, se aproximaba a su tembloroso cuerpo, observando que este venia babeando de ansiedad contenida para tomar del fruto prohibido que ella estaba a punto de ofrecerle.

El cuerpo de Miriam Caballero fue asaltado y tomado con violencia, el viejo degenerado de don Pricilo metió sus manos por entre medio de las suculentas tetas de la asustada y sorprendida mujer, empuñando vestido y sujetador al mismo tiempo y rajando de par en par ambas prendas femeninasarrancándolo del rubio cuerpo que hasta este momento había cubierto, dejando a su dueña desprotegida y expuesta a su caliente y animalesca mirada.

Miriam Caballero al verse sometida y vulnerada por primera vez en su vida a tan caliente situación solo atino a taparse con ambas manitas sus grandiosas tetas, su sonrojada cara demostraba la inmensa vergüenza de estar mostrando sus curvilíneas desnudeces a otro hombre que no era su marido, ya que ni con él lo había hecho jamás y a pesar de toda la calentura acumulada en todos estos años y que ahora estaban a punto de desbordarse, no podía entender ni aceptar que ahora se tendría que entregar sin nada de ropa en su cuerpo y para rematarla con la luz encendida, esto era espantosamente anormal, pensaba la rubia y sorprendida mujer.

De un sorpresivo y violento empujón fue arrojada al lecho matrimonial, que iba a ser testigo de la inminente infidelidad que se llevaría a cabo en sus blandas suavidades.

El vejete viendo la desesperación en que la rubia mujer se tapaba las tetas para que él no se las mirara tan descaradamente, aprovecho y casi no costándole nada de trabajo la desproveo de sus transparentes medias y de sus pequeñas pantaletas blancas y albas, sinónimo del recato y pureza de su dueña.

Ahora Miriam Caballero sí que estaba realmente espantada, esto no se parecía en nada a lo que ella había imaginado, ni siquiera don Urias había sido tan brusco y descarado como lo era este viejo caliente, ni que decir de su marido, que con suerte se le montaba en su cuerpo cada mes y medio, a luz apagada y ambos con pijamas. La rubia y asustada mujer tapaba con una mano sus tetas y con la otra intentaba hacer lo mismo para cubrir su rubia intimidad, ahora sí que estaba arrepentida de haberse dejado embaucar por este horrendo y caliente hombre.

Estaba Miriam Caballero en estas contradicciones cuando sintió sobre su propio cuerpo desnudo la pesada humanidad de don Pricilo quien la tomo de ambas manos para mirar sus hermosas y femeninas formas en todo su esplendor, cuando el vejete poso su cerdosa mirada en la dorada rajadura intima de Miriam Caballero, y al ver la escasa población de hermosos y relucientes áureos pelitos, no pudo evitar que en su pestilente boca se le comenzaran a formar abundantes cantidades de espuma, igual que a los perros cuando contraen la rabia y supo casi en el acto que Cielo Riveros era la viva plantilla de su madre, esto lo llevo a sentirse en un estado poéticamente paradisiaco e idílico.

Aun con su ropa puesta el vejete se dio a posar su babeante boca sobre los semiabiertos labios de la rubia, quien en estos momentos solo se dejaba hacer, y esperaba también a que le hicieran!! El vejete la besaba con desesperación y desenfreno, Miriam Caballero ya sentía en la suave piel de sus estomago como se refregaba esa descomunal tranca que nuevamente deseaba que le metieran y probarla de una buena ves.

Luego de un rato, Miriam Caballero semi asfixiada por la incansable cantidad de besos a su boca, echó la cabeza hacía atrás dejando su delicado y largo cuello expuesto al bestial lengüeteo que el abusivo y lujurioso vejete seguía dándole mientras gruñía como bestia en celo, debido a la ansiedad que empezaba a ser desencadenada tras un largo periodo de espera por probar los sabores de la rubia.

Una vez satisfecho con tal cantidad de besuqueos, don Pricilo rompió el silencio para dirigirse a la señora Miriam Caballero, con su excitada y ronca voz.

–Tu hora llegó preciosa!!, jejeje, te calentaste tanto con todas las tanteadas que le diste a mi verga aquellos días que estabas en la cocina que hoy ya no aguantaste mas, jejeje, ahora te tengo encuerada en tu propia cama que compartes con Lalito, jejeje, estas tan buena como la zorra detu hija, y te aviso! de aquí no vamos a salir hasta que cumplas con todas las funciones que tu cuerpo me tiene reservado solo para mí, jejeje, termino diciéndole el vejete muy cerca de su cara y rubias trenzas, mientras ella veía de muy cerca la pudrición que este tenía en sus encías y como este horrible hombre de aliento hediondo volvía a morder con sus podridos dientes el exquisito labio inferior de la expectante y acalorada mujer, estirándoselo como con cariño y diciéndole. –Al principio seré medio bruto y salvaje, jejeje, pero necesito saber algo…–Se va a portar bien?

A lo cual Miriam Caballero ya más asustada que antes respondió solo cerrando sus hermosos ojos verdes con un leve movimiento afirmativo de su cabeza.

A continuación don Pricilo se levantó sobre la cama, pasando sus rodillas a ambos costados de la mujer, que acostada bajo de él, ya comenzaba a retorcerse de nervios por entregarse a algo que para ella era casi desconocido.

Enseguida y aprovechando su dominante posición el vejete abrió la cremallera de su pantalón delante de los ojos de la exasperada hembra, para dejar al descubierto y a escasos centímetros del rostro de la mujer su enorme y nervuda verga en brutal estado de erección.

El hediondo olor que emanaba de la dura tranca hizo que Miriam Caballero volteara su cara evadiendo la erecta presencia con un gesto de angustia y de asco, como si buscara un respiro estirando su largo cuello para alejarse, pero el insistente acoso vergal del excitado y caliente viejo era tal, que le tenía atrapada por sus dos muñecas, con una de sus manos tras la nuca, mientras que con la otra empuñaba su robusta verga buscando el contacto de esta con el bello rostro de su nueva y hermosa mujer.

Miriam Caballero quien hacia grandes esfuerzos por zafarse de como la tenían agarrada, como pudo libero uno de sus brazos, pero como su nuevo ardiente temperamento era el que estaba tomando sus propias decisiones, llevo su delicada manita en dirección hacia esa monstruosidad que tenía delante de sus ojos, hasta que con los femeninos dedos de su mano, tomó la brutal herramienta con la que también jugaba su hija, y que ella había estado deseando agarrar por casi todo el transcurso de la tarde, para luego empuñarla en un tímido intento de tomar ella el control de la situación.

Pero una vez que la tuvo asida firmemente con su delicada mano, pudo sentir en esta las mágicas pulsaciones que daba esta caliente barra de carne que evidenciaban la extrema calentura de su dueño, transmitiéndosepor su fina mano hacia su cuerpo, que las hacía de cable conductor, y sumado a la gradual excitación que iba sintiendo en todas sus curvas y mente, ya que esta iba en aumento, lentamente permitió que el vejete acercara ese miembro a su rostro hasta hacer contacto con una de sus mejillas, por lo que comenzó a mover lentamente su cara para acariciarlo con suavidad, sintiendo el tremendo calor que emanaba de esa colosal verga, así como las tremendas pulsaciones del enjambre de venas que parecían estar resueltas a estallar.

Una vez y cuando se hubo acostumbrado al contacto de tan tremendo objeto, cayó en la cuenta de que la desagradable hediondez emanada de aquella vergal tranca de carne, y del que en un principio trató de librarse, ahora provocaba en ella un tal estado de calentura, que sentía sensaciones de irresistible deseo que la recorrían por todos los rincones de su rubia anatomía, y teniendo claro de lo que pasaría si soltaba ese pulsante miembro, lo soltó y dejó caer sus brazos extendidos sobre la cama, para que el excitado vejete deslizara esa dura y aceitosa tranca hacía su pequeña, delicada, y femenina boca, presionándola para que abriera los labios, a lo cual la madre de Cielo Riveros accedió, al principio con gran timidez, simulando rechazo pero el fuerte y agradable olor que salía de esta tremenda cosa de carne hicieron que ella innatamente le diera un tierno beso, situación que fue aprovechada por el vejete para ir metiéndosela poco a poco en su fresca cavidad oral, jamás violada vergalmente, para probarla con su lengua, para acostumbrarse a ella pensaba la rubia.

Hasta que luego de un rato, presa de una incontrolable desesperación que no tenían precedentes, abrió su boca engulléndose media verga al tiempo que movía su cabeza en círculos para sentir el contacto de sus labios con ese tremendo miembro masculino en toda forma posible.

Miriam Caballero con sus ojos cerrados, y sin el menor gesto de asco o remilgos, disfrutaba extasiada, lamiendo toda la extensión de ese largo y anchuroso palo carnoso, ahora desde los testículos hasta el morado glande, luego lo succionó a modo de beso en todas sus partes, hasta terminar sorbiendo la dura y aceitada cabeza con morbosa fruición.

Pero qué situación más morbosa y caliente se vivía al interior de aquella habitación, con una hermosa mujer rubia y desnuda, con finas facciones angelicales, que demostraban su noble descendencia y con cuerpo de top model, pero con un poquito más de carne, degustando y engullendo una enorme verga, tan erecta que las palpitantes venas lucían como si en cualquier momento la harían estallar en mil pedazos.

–Qué te parece el tamaño de mi verga putita, jejeje, le preguntó don Pricilo como era el, con vulgaridad.

La rubia quien seguía chupando pico como endemoniada, a duras penas se pudo separar de esa gruesa verga que la tenían en un estado lujurioso jamás vivido por ella…

–Ohhhh! Don Pricilooo! No sé qué decirrr!… Es Enormeeee su cosaaa!…Le decía entre cortadamente y con su respiración totalmente agitada…–Con solo tocarlaaa ya siento doloreees!, –Exclamaba la caliente y rubia señora, para casi de inmediato volver a atrapar con su boca esa descomunal erección que ahora ejercía sobre ella el mismo poder de atracción que un imán tiene sobre una pieza de metal.

Luego de un largo rato en el que Miriam Caballero continuaba disfrutando con la succión del enorme y tieso palo, abrió sus increíbles ojos de verdes fijándolos en los oscuros ojos del buen don Pricilo, al tiempo que con un tierno ademán oprimía el largo y venoso tranco de ese erecto miembro contra sus sensuales labios.

Con solo ver esto el vejete cayó en un violento ataque de calentura desesperada, ya era hora de dejarse de pendejadas, se decía para el mismo, ya se había culiado a la hija y ahora le tocaba a la madre, tal como él lo había pre dispuesto desde el principio, ahora estaba casi seguro que Cielo Riveros aparte de haber heredado el mismo cuerpo de su madre, también lo había hecho en calentura.

Se la iba a culiar ahora mismo se aprontaba el vejete, y mañana vería como las hacía para encamarse con las dos juntas, a la vez que recordaba la mirada de puta con la cual había mirado Miriam Caballero el cuerpo desnudo de su hija cuando esta les había bailado en total estado de ebriedad, pero más sorprendido quedo cuando la rubia dejando de chupar verga por un rato, le pregunto…

–Y usted don Pricilo…no se va a sacar la ropa?, le pregunto Miriam Caballero con una cara de puta que jamás en su vida se había marcado en sus elegantes facciones, con esta sola pregunta el viejo sentía que más se le endurecía la verga…

–Así que esta preciosidad de mujer quiere ser mi hembra? Jejeje…Tienes idea de las cogidas de potro que te voy a dar con esta verga?, putona preciosa!!… y de cómo hago bramar de calentura a las putas que caen en mi poder cuando les abro el culo? …le preguntaba el vejete con su cara de total degenerado, la misma que le había puesto a Cielo Riveros la primera vez que la tomo casi a la fuerza, –No se lo has preguntado a la puta de tu hijaaa?…

–Nooo!, noo se le he preguntadoooo!, pero quieroooo pro…bar…looo!…quierooo ser suyaaa…

–Jajajajjaa….que puta eres para tu cosas zorra asquerosaa!! Jajaja, ni la ramera de tu hija me la ha pedido con tanta ternuraaa..Jajaja….Ya verás te voy a matar a vergazos, a ver si te quedan ganas de volver a pedirme vergaaa!…jajajaa…

La rubia e infiel mujer ya estaba desesperada por que le metieran verga, le encantaba estar en tales condiciones con ese horrendo hombre y ya quería ser tratada tal como él lo hacía con su hija.

Los ojos del vejete centelleaban en su desmadejada y canosa cabeza, y en su enorme arma se produjo un latido espasmódico que hubiera podido desbocar a la rubia si él hubiese querido, y la mujer viendo que la verga de don Pricilo había erupcionado una blanca gota de semen que empezaba a rodar como la cera de una vela encendida, de inmediato pegó sus finos y sensuales labios a la punta de esa respetable verga para limpiar con su lengua el repentino y caliente derrame de semen, y una vez en posesión de esa monumental tranca de carne, Miriam Caballero no resistió la tentación de volver a probar esa delicia, y se dio por completo a la tarea de succionar tan deliciosamente, que el asqueroso viejo no se atrevía a separarse de ella, y solo optó por tomarla violentamente desde sus rubias trenzas para dirigir la velocidad en que la hembra debería dar las calientes mamadas a su gruesa verga, haciéndola sentir que él tenía el mando.

Con media verga en el interior de su boca, los sensuales y bien formados labios de la infiel mujer succionaban con tal fuerza y pasión, que el vejete sentía como si se la quisiera desprender desde la misma raíz.

Con cada mamada que la rubia de trenzas le daba, extraía pequeñas gotas de semen, que el hombre sentía recorrer por todo el largo de su excitado palo. Esa pequeña sensual y femenina boca, tenía el mismo poder de succión que las que tiene un ternero recién nacido, pensaba el miserable hombre.

— ¡Ya putaaa!… ¡Ya!…ya! es suficiente, Ohhhh!!, Decía el viejo poniendo sus ojos en blanco, –Una chupada más, y tendré que darte mis mocos en tu boca!!, y se dio a la dificultosa tarea de separar su verga de la boca de la enloquecida y caliente mujer necesitada de verga, mientras la sujetaba con ambas manos desde el nacimiento de sus dos rubias trenzas, vio como un viscoso hilo de semen colgaba como puente, entre esa bella boca y la punta de su engrosado miembro.

Luego de tal innombrable tarea, el caliente vejestorio había quedado excitado hasta la locura, resoplando su respiración con un ruido que claramente se asemejaba un rugido de oso.

La mujer que ya ni se daba real cuenta de lo que estaba hablando, ni de lo que estaba haciendo le hacía saber a su macho de lo bien que se lo estaba pasando con aquellas degeneradas cosas que le estaban haciendo a su boca…

–Don Pricilooo es increíbleee!, lo que usted me hace con su vergaaa!!.

Que hembra se sentía Miriam Caballero al estar completamente desnuda y a luz encendida, con semejante hombre y diciendo con total libertad estas eróticas palabras… –Mmmmm… no sé cómo decirlooo, pero pude sentir con la boca, los latidos de su corazón y la excitación y las ganas que usted tiene por hacerme el amorrr!!…

–Jajajaja, te equivocas preciosaaa…jejeje, yo no te hare el amor, jejeje, te voy a culiar que es muy distinto a las mamadas que tu estas diciendo, jejeje,

–De ver…dad!! …Me… va… a… culiarrr?…la temblorosa rubia al decir todas estas leperadas no se aguantaba las ganas de estar abriendo y separando sus poderosos muslos, ya que su centro intimo ya le exigía al rubio cuerpo de la Diosa la irrupción de algo hacia su interior..

–Siii, continuaba hablándole el vejete, –Y te voy a tirar todos mis mocos bien adentro de tu cuerpo, los que he acumulado en toda esta tarde solo para ti ricura, jejeje… este cuerpecito tuyo ya está listo para abrirse y recibir mi verga, jejeje, en este momento eres una hembra en celo, ansiosa por que te culien, y yo soy tu verdadero macho quete echare tanto semen adentro de tu zorra y estomago que lo más probable será que ya para mañana estarás preñada, jejeje…

Dicho esto último el viejo yerno se separó del joven cuerpo de su suegra para el mismo proceder a abrirla de piernas.

La complaciente y entregada mujer se dejó hacer, quedándose a patas abiertas, que era la exacta posición como aquel degenerado viejo quería tenerla.

Ahora don Pricilo gozaba de la vista que le ofrecía Miriam Caballero en toda su espléndida desnudez, y rugió ahogadamente como un toro al palpar con sus toscas manos las delicadas y femeninas formas y curvas, cuyo contacto transmitía a su excitado miembro y testículos, el cosquilleo que desataba todos los poderes copulatorios de su obeso pero robusto cuerpo, y mientras ella, como si fuese una jovenzuela recién enamorada le mostraba en toda su crudeza sus intimas y delicadas partes pudorosas.

El vejete no aguantando más por el degenerado espectáculo que le estaban brindando, rápidamente se despojó de todas sus ropas mostrándole a la bella mujer sus gruesas y peludas desnudeces, pero Miriam Caballero estaba solamente hechizada por esa gruesa tranca que muy pronto le iban a meter.

Una vez desnudo el vejete, y sin poder contenerse más, se lanzó encima de ella y la abrazó con fuerza, uniéndose con la furia del deseo a ese frágil, esbelto y femenino cuerpo lleno de doradas curvas, haciéndola cerrar los ojos y echar la cabeza hacía a un lado, en señal del exquisito disfrute que el caliente hombre le hacía sentir a su cuerpo y mente…

–Ahora prepárate mamasota que te voy a partir la concha de un puro envión!, la sentenció don Pricilo…–Porque de aquí no saldrás hasta que me canse de tu cuerpo, jejeje, vamos a follar como animales, jejeje, ya no hay marcha atrás putita, vas a ser la hembra de un potro salvaje, serás la hembra de Pricilo, al igual que la zorra que está durmiendo en pelotas allá afuera, jejeje, y te lo advierto, yo no me conformo con una sola cogida, jejeje… y para luego continuar diciéndole, –Será en tu misma cama matrimonial en donde le pondrás los cuernos a Eduardito, jejeje, y si crees que tendré cuidado o miramientos de algún tipo contigo para hacértelo… Te equivocas!, yo ya te lo dije!… yo no hago el amor… yo simplemente te voy a culiar!! como lo hago con la otra puta, jejeje, haré lo que sé hacer, y te aseguro que vas a sufrir y disfrutar. En mis brazos gritarás y bramaras con el mismo escándalo que lo hiso tu hija cuando estaba cerrada, jejeje… y cuando tus encantos interiores abracen con fuerza el tronco de mi verga, tú y yo gozaremos aquí como macho y hembra, y al final, tu cuerpo quedará colmado de las placenteras sensaciones que experimenta una perra cuando esta abotonada con su macho, jejeje…

El vejete si pensaba que con estas crudas aclaraciones estaba asustando a la hembra, estaba muy equivocado, con cada una de sus degeneradas palabras no hacía más que calentarla aún más, ya que desde el día en que la rubia lo había visto culiando y pegándole a su hija, unas insanas ganas se habían ido instalando en su cuerpo a lo cual hacían que ella ahora que estaba con el abusivo viejo, le hiciera lo mismo a ella.

Un segundo después, la señora Miriam Caballero de Riveros, excitada por la vulgaridad de las descripciones con las que vejete le había hecho saber su ahora inevitable destino, según sus propias y brutales palabras, era tomada por debajo de sus desnudos hombros en señal de dominio sin que ella opusiera la más mínima resistencia, y con sus femeninos instintos de hembra falta de cariño y necesitada, se esmeraba en abrirse lo que más pudiera de piernas, la excitada y ronca voz de don Pricilo le informaba que había llegado la hora del apareamiento…

–Abre tus piernas culona, y cierra tus ojos que lo más probable es que te desmalles cuando te meta la verga…,y uniendo los hechos a las palabras, el degenerado hombre empezó con un malsano tratamiento a base de firmes apuntalamientos contra la dorada y apretada intimidad de Miriam Caballero…

La rubia sintió el aceitado y resbaloso pomo como urgía por adentrase en sus carnes y cuerpo, mientras en sus suaves mejillas sentía las ásperas verrugas del vejete que lo único que hacían eran enardecerla aún más de lo que ya estaba, quería que la partieran en dos, anhelaba que ese asqueroso sujeto de una buena ves se la culiara en todas sus letras, hasta que una vez que lo sintió que este se afianzaba en sus apretados labios vaginales haciendo una dolorosa presión para adentrase a su exquisito interior, la adolorida pero todavía caliente mujer dejaba salir de sus labios el primer gemido mitad de dolor y mitad de calentura…

–Ouuuhhh! Don Pri…ci..looo… esto dueleee…la tieneee muy grandeeee!!…

–Lo sé putonaaa!!, pero tienes que recibirlo, no sabes las ganas que te tenía desde la primera vez que te viii,…le bufaba hediondamente el vejete encima de las narices de su amante.

Los firmes empujes continuaron en la delicada entrada de Miriam Caballero con ella aguantando como la verdadera hembra que era, hasta que el lujurioso hombre consiguió a medias lo que se proponía, su gruesa verga lentamente se fue internando en el poderoso cuerpo de la mujer de 35 años hasta que le quedo encajada en la mitad de aquella dorada rajadura.

El caliente y desesperado vejete pudo ver cuando la hermosa puta se revolcaba en la cama y debajo de su cuerpo, gritando de dolor y de placer, mientras el continuaba manteniéndola firmemente apuntalada con su verga.

–Ohhh!! Putonaaa!! Pero que apretada estasss…mamitaaa!!…si pareces una verdadera virgennn!!

Miriam Caballero no contestaba nada, solo aguantaba los inmensos dolores de sentir como esa desvergonzada verga urgía por adentrarse a sus delicadas intimidades, solamente se dedicaba a gritar de dolor por cada intento que hacia el vejete por adentrase hacia su cuerpo.

El detestable hombre se regodeaba escuchando los fuertes gritos de placer y de suplicio, que con todas sus insanas intenciones había provocado en ese hermoso cuerpo de Diosa, sabedor de que por fin podría dar rienda suelta a sus degenerados instintos de potro en estado de calentura, con una hermosa mujer que ansiaba ser violada como parte de su nuevo temperamento.

Casi al siguiente segundo, la excitada mujer ensartada a medias, era nuevamente acomodada por el vejete en la cama, para por fin mandársela aguardar en su totalidad, pero antes le miro su hermoso rostro asustado y con doradas trenzas, el lujurioso y cochino viejo se deleitaba con la contemplación de esa visión paradisíaca, el femenino y bien formado cuerpo de esa notable mujer, tenía la forma perfecta para el tipo de apareamiento que a él más le gustaba, la del misionero, ya que así el las sentía a su entera merced y doblegadas a sus calientes movimientos de macho.

El vejete ahora empujaba, presionaba y embestía, pero su gruesoarmamento no entraba ni siquiera un milímetro de lo que ya estaba metido, veía los lamentosos gemidos de aguante que hacia esa Diosa y una vez que la entrada intima de la mujer que se le estaba entregando estuvo muy bien lubricada, dio un certero y firme empujón de avance y sintió cuando su descomunal miembro se introducía, haciendo a la señora Riveros quejarse con agudos gemidos de dolor, avisando con esto que el buen hombre ya empezaba a abrir su estrecho y apretado interior íntimo, provocando en su hembra el reflejo instintivo de encoger y a abriese aún más de piernas, al sentir la presión invasora, pero aún faltaba por meter, ambos amantes estaban conscientes de esto.

Don Pricilo no esperó mayores incentivos, y tras otra embestida de toro enfurecido se adentró aún más… y cada vez más… y más, hasta que dio la impresión de que el hermoso cuerpo de la rubia no podría recibir una verga de esa magnitudes al interior de su esbelto cuerpo, pero el vejete sabía que si lo había hecho con la hija, también se lo podía hacer a la madre, por lo que seguía metiendo sin compasión, lo que obligó a que la joven madre, en un reflejo instintivo de protección, levantara sus brazos para apoyar las palmas de sus manos en la sobresaliente y peluda panza del excitado hombre, y tras luchar contra ella por alojarse en su interior, consiguió clavarse en su cuerpo en su totalidad.

Con cada brutal empujón, el cuerpo de Miriam Caballero se encendía como fogata, y con femeninas quejas de dolor disfrutaba de la agresividad con la que era atacada por el enfurecido hombre, que por ningún motivo estaba dispuesto a soltarla de las hermosas y bien formadas nalgas por donde había tenido que meter sus peladas manos para afianzársela con más seguridad, sus grandes manazas estaban asidas como garras a las suavidades del hermoso culo de Miriam Caballero.

Enloquecido por el infinito placer que le estaba dando esa elegante mujer con instintos de puta, don Pricilo rabiaba y gruñía tratando de adentrarse aún más, mientras ella luchaba por sujetarlo, con la esperanza de que éste se conformara con sus empujes ya que si por ella fuese podía dejar al vejete que se la metiera aún más, pero ya estaba toda adentro y no había más dónde meter, el viejo estaba casi enloquecido.

Pero don Pricilo no era fácil de vencer, su indomable temperamento de sátiro se había encendido al máximo, el feo y congestionado rostro del lujurioso hombre, estaba verdaderamente deformado por la excitación, haciéndolo lucir endiabladamente feo en comparación con la dulce y seductora imagen de la dorada Diosa, a la que sacudía una y otra vez haciéndola sonreír debido a que ella se daba cuenta de la extrema desesperación en que se la quería seguir culiando el esposo de su hija, hasta que de pronto la sonrisa desapareció de su rostro, y sus brazos cayeron sin fuerza en la cama, al sentir que con una de esas bestiales embestidas, el odioso hombre había conseguido llegar a la parte más interna y sensible de sus viseras.

Luego tras un par de buenas estocadas de avance, que la señora Miriam Caballero tubo que soportar en completa inmovilidad con las piernas abiertas y flectadas y con los brazos caídos en la cama, el vigoroso vejete se detuvo para tomar un respiro, para luego con enojo y de un solo golpe se loenterró hasta la raíz.

Sorprendida y boquiabierta, Miriam Caballero sentía que su viejo yerno se había internado en su cuerpo con toda la bestial hombría de ese largo, anchuroso, e inflamado miembro de potro semental.

Ahora el vejete bramaba de lujuria, excitado por haber llegado tan adentro de ella que hasta los testículos parecían querer entrar, y tal como acostumbraba, celebró su triunfo con sonoros y bestiales embistes de victoria, que retumbaban en las cuatro paredes de ese cuarto, opacando los angustiosos gemidos de virgen desflorada con el que Miriam Caballero había comenzado a llorar, soportando la tortura de tener alojado a semejante ejemplar en sus entrañas.

La antihigiénica mata de encrespados pendejos del miembro del caliente viejo, acosaban la casi lampiña y apretada entrada intima de la señora, sin embargo, el vejete no paraba de empujar, y a pesar de haber entrado completamente y hasta la raíz, seguía insistiendo, presionando una y otra vez sobre el plano y suave vientre del inerte y dócil cuerpo de la hermosa hembra, cuyos cerrados ojos se apretaban expresando el dolor que le provocaban los enfurecidos apuntalamientos que le asestaba el inconsciente y degenerado de don Pricilo al continuar con la instintiva e involuntaria inercia animal de impulsos que lo hacía adentrarse con una animal violencia, hasta que por fin se convenció de que ya no podía penetrar más en aquel delineado y femenino cuerpo.

Entre tanto el rostro de la bella y joven mujer, con la boca abierta en una expresión de grito silencioso, reflejaba las continuas sensaciones de dolor y placer que cruzaban por su cerebro con la dolorosa entrada de esa gruesa verga de potro, atravesando y expandiéndose por la más recóndita intimidad de sus entrañas, sin embargo, por la expresión de esa femenina cara, el astuto vejete sabía bien que la caliente mujer estaba disfrutando al máximo.

Y una vez que la tuvo perfectamente ensartada, cargó todo el aplastante peso de su cuerpo, sobre el poderoso y curvilíneo cuerpo dorado que tenía bajo su completó dominio.

Por su parte, la joven e infiel esposa de Eduardo Riveros, con sus brazos y piernas abiertas, sentía como su fornido violador resoplaba en sus oídos, sentía la agitada y caliente hediondez de su respiración, y a pesar del rictus de dolor que este tenía en su cara, ella sabía que el hombre se encontraba disfrutando intensamente del placer de sentirse enterrado en su delineado cuerpo, por lo que aduras penas se aventuró a solicitar…

–Ahhh! Don Pricilooo…por favorrr…mas… fir…me…!! Afilemeeee mas fuer..teeeee!!

–Jejeje…claro que si putitaaa…yo siempre cumplo con lo que digo…ahora que ya la tienes adentro puedes empezar a moverte y así aprenderás a afilarrr!!, jejeje…al terminar de decir esto último el viejo comenzó un lento mete y saca el cual fue secundado por deliciosos meneos de caderas por parte de la rubia de trenzas, movimientos que a los pocos minutos se transformaron en salvajes aserruchadas y embestidas por parte de ambos amantes.

Don Pricilo ahora le hacía sentir que verdaderamente a ella se la estaban culiando como Dios manda, y el hecho de verla con los parpados apretados, y el rostro transformado por la dolorosa excitación, el viejo más salvajemente se la culeaba, por su parte la linda mujer tenía la sensación de que el abusivo vejete se la tenía metida hasta la altura de sus pulmones, pues cada movimiento, cada acomodo, incluido el fortísimo palpitar de las gruesas venas de esa descomunal verga, le otorgaban sensaciones que recorrían por completo todo su sistema nervioso, provocándole una calenturienta emoción hasta el momento desconocida para ella.

Sin embargo, el degenerado solo se estaba dando un respiro para controlarse, y poder iniciar una follada cuya duración sería tan prolongada como las que le había pegado a su hija, con la única finalidad de otorgarle enloquecedores efectos del placer que con su experimentada y robusta verga le iba a provocar a esta joven e infiel señora, que desde hoy pasaba a ser su puta personal al igual que la zorra de su hija.

Durante unos momentos, la hermosa y rubia mujer con sus flexionadas piernas abiertas a ambos lados de su amante, sentía como entre bramidos y jadeos de excitación, éste se acomodaba para acoplarse con su cuerpo, hasta que quedó en reposo sobre ella, con sus largos y bien desarrollados testículos de toro colgando pesadamente y acomodados sobre la cama.

La sangre del pobre vejete hervía mientras sentía como la parte frontal de su cuerpo hacía contacto completo con las frontales e increíbles formas de esta singular belleza, que en ese momento ondulaba la perfecta y bien formada estructura de sus caderas, acoplándola de la mejor manera a la forma vergal del robusto cuerpo de su violador, para proporcionarle a su macho la máxima comodidad y deleite posible.

Don Pricilo pasó sus brazos bajo los hombros de la señora Miriam Caballero atrayéndola hacía él, y acomodándose sobre sus complacientes piernas y oprimiendo su velludo pecho y panza contra ese perfecto par de duras tetas que se gastaba la casada mujer rubia, lentamente empezó a restregarse contra la casi lampiña y fina entrada intima de esa mística hembra, adentrando cada vez más la extensa raíz de pelos que circundaba el nervudo y grueso tronco de su enorme verga, hasta que conforme con el terrible masaje con el que había frotado esa fina entrada, pasó sus poderosos brazos bajo la fina cintura de la mujer para abrazarse a su carnosa esbeltez, encorvando su fornido cuerpo para acoplarse por completo a la femenina figura de su compañera, agasajándola y adentrándose como podía contra esas endiabladas formas femeninas a las que apretaba con fuerza haciéndola sentir que estaba perfectamente atrapada por su propia calentura, de la cual ya sería imposible escapar, ya que pronto empezarían los movimientos que darían alivio al prolongado aguante y contención del suertudo vejete.

La complaciente mujer clavo su frente en pecho del hombre, preparándose para la dolorosa tarea de servirle de hembra reproductora a este magnífico ejemplar con el que ahora se encontraba en pleno trabajo de apareamiento.

Casi de inmediato comenzó un encuentro en el que los movimientos de este abusivo hombre, sacudían la cama y hacían crujir todos los muebles de la habitación matrimonial, Miriam Caballero por su parte asiéndose con ambas manos a las sabanas, sentía los fornicantes movimientos del sensual y caliente viejo, clavándose a fondo con cada embestida, sin retirar más de la mitad de la longitud de su endurecido miembro, para poder adentrarse mejor con cada impacto de entrada, produciéndose un rítmico golpeteo que sacudía todo su hermoso cuerpo.

Los fuertes movimientos y gemidos de apareamiento continuaron, y eran tan extremos y desvergonzados como los de un perro cuando se culea su perra, urgido por alcanzar el placer de la eyaculación, hasta que la señora Miriam Caballero comenzó a estremecerse por efecto de las exquisitas sensaciones que le provocaba un asalto de tal naturaleza a su intimidad, nunca antes vivido.

De pronto con los ojos cerrados y con sus mejillas adosadas al peludo y grasiento pecho de su macho, Miriam Caballero empezaba a llorar de placer, dando gracias al cielo por el increíble momento que estaba viviendo.

Entre tanto, don Pricilo, enloquecido de placer, seguía sacudiendo con furia incontenible ese increíble cuerpo, clavando su tranca en el interior de la aurea y apretada vagina de su bella dama una y otra vez, y a cada momento su arma se endurecía más, y más, hasta llegar a asemejarse a una sólida barra de reluciente acero, ahora quería abofetearla en el rostro, para luego pelarle el culo a correazos, pero la rubia lo tenía agarrado tan sabrosamente con su zorra que esto lo dejaría quizás para mañana, pensaba el degenerado y abusador vejete.

Pero todo tiene su fin, y también lo tuvo el placer del viejo degenerado de don Pricilo, que después de haber penetrado y violado esa casi sagrada entrada intima, no pudo más, y dejando escapar desde su garganta un gruñido de fiera enardecida, hundió hasta la raíz su gruesa verga caballuna en el interior de la joven y rubia señora, para empezar a arrojar en su interior los abundantes, calientes, e interminables chorros de semen, mientras la joven madre de familia sentía una tremenda oleada de calor en la parte interna de su ombligo, estrellándose con furiosas repeticiones, expandiéndose a chorros con el mismo ritmo con el que pulsaban explosivamente las venas de esa enorme verga que tenía clavada hasta la raíz.

Casi instantáneamente, la excitada hembra gritó, bramo y relincho como una verdadera yegua por la emoción, y por el increíble y animal orgasmo que exploto en su cuerpo al sentir proyectarse en sus entrañas la brutal corrida orgásmica de ese horrible hombre, que por fin la había culiado en pelotas y sin ningún tipo de recato de por medio, haciéndola sentir mujer en toda sus letras.

Todo había terminado, todo había pasado, el acto de apareamiento sexual que ella tanto había deseado, había sido consumado por completo, el último espasmo dorsal de su hijo político había inyectado el último chorro de semen en el interior de su rubio cuerpo, y ahora el yacía como muerto sobre su curvilínea anatomía, y ella como buena hembra que era ahora solo se mantenía quieta y mansa con sus hermosas piernas bien abiertas, albergándolo en su íntimo interior y brindándole la seguridad de su despampanante cuerpo de mujer, pero aun así sentía su verga tan erecta como cuando empezó el combate amoroso, pues el horripilante vejete estaba demasiado excitado por la larga espera de poseer ese cuerpo de fábula, como para que con tan sólo esto se quedara satisfecho.

Miriam Caballero aun con el pesado cuerpo de don Pricilo montado en las suavidades de su cuerpo y con ella abierta de patas y brindándole un tierno masaje a los peludos lomos del hombre, pensaba en aquellas abundantes chorreadas de caliente moco que le habían echado al interior de su cuerpo, sentía que la acción preñadora del tenaz vejete había disparado tanto semen en su vientre con tal fuerza, presión, y abundancia, que esa venida de semental italiano había llegado hasta su cerebro y eso era una emoción que superaba por completo todas las fantasías que había tenido al respecto, en todo este tiempo.

Luego de un buen descanso, y una vez desclavado, don Pricilo aprovechó para acariciarla y recorrerla con sus descascaradas manos por todas las suaves curvas de la dorada hembra que en estos momentos y muy pensativa se dedicaba a soltar sus rubios cabellos de las colegiales trenzas que le había hecho Cielo Riveros al comienzo de esa caliente tarde, una vez que hubo terminado ordeno sus desordenados y rubios cabellos dejándola ver aún más apetecible ante la calentona mirada del desalmado vejete quien tomándola de las suavidades de su cuerpo la atrajo hacia su obesa humanidad, para besarle la frente, el cuello, las orejas, y la boca.

Luego buscó el oído de la mujer para lamer en su interior y roncamente murmurarle…

–Es Usted una hembra muy caliente mi reina!… ahora ya sabe lo que es coger con un macho de verdad. Espero no haberla lastimado mucho, pero la verdad es que al culiar con alguien como usted, me emociono y no entiendo razones, una vez montado me convierto en una máquina de coger, jejeje….

Con un doliente y ardoroso gesto, la rubia frotaba con suavidad su oreja que estaba en contacto con los labios del vejete y contra la boca de éste, y tragando saliva le dijo con una voz tan suave que demostraba el exhausto cansancio en que la habían dejado después de tan salvaje acto de apareamiento que se había pegado…

–Estoy preocupada por mi hija…que le vamos a decir ahora…le decía la acongojada mujer a su amante…

–No te preocupes putitaaa!, esa parte déjamela a mí, tu solamente dedícate a culiar conmigo y veras que todo va a estar bien , jejeje…

–Es usted un descarado…le dijo Miriam Caballero dejándose abrazar por el degenerado hombre, y ya un poco más tranquila que debido a la gran follada que se había pegado con el vejete, la hacían sentirse un poco más segura a su lado, y esto sumado a que la inmensa calentura que habían acumulado las curvas de su cuerpo aun no estaban del todo apaciguadas.

–Te gusto la forma en que afilamos dulzura, jejeje…

Miriam Caballero lo pensó por un momento para luego contestarle con sinceridad…

–Me ha encantado, pero debe hacérmelo más despacio en un momento pensé que me iba a matar con su tremenda cosa…

–Vergaaa! Ricura, se llama vergaaa, la misma que le meto todas las noches a tu hija, jejeje,

–Bueno como usted quiera…su vergaaa es tremendamente monstruosa, nunca pensé que me entraría entera…

Don Pricilo con una lujuriosa sonrisa en su cara y enardecido por el vulgar vocablo en que estaba comenzando a hablar la señora de la casa, se puso de espaldas en la cama la tomo violentamente por sus remarcadas ancas de hembra bien formada, montándosela el mismo sobre su erecta verga y de un puro y solido empujón se la clavo entera, hasta la misma raíz…

–Ahhh!! Que calentona eres pendeja, esto es en agradecimiento por haberme regalado tu zorraaa!! Ahhhh!!..Tomaaa!!, le decía el vejete por cada nueva clavada que le asestaba sin compasión alguna a la rubia y ensartada mujer…

El vejete golpeaba con furia la dorada entrada intima de su nueva ramera con la peluda raíz de su descomunal miembro. El excitado viejo accionó con tal fuerza y vigor contra el inmóvil y manso cuerpo de la bella y rubia amazona, que esta solo atinaba a buscar apoyo en cualquier cosa, ya que por los bruscos movimientos de su macho la hacían sentir que estaba en poder de una bestia indomablemente salvaje, cuya única función era gozar y gozar, y después de eso, otra vez volver a gozar.

Miriam Caballero que con la tremenda calentura que la hacía sentir este odioso sujeto, también se dedicaba a culiar como animal, ahora ella movía bestialmente sus caderas empalándose ella sola ese grueso mástil de carne, su precioso culo saltaba sobre la gruesa tranca como si ella fuera una batidora, culiaba, exprimía, y arremetía contra la grandiosa virilidad del vejete la cual estaba totalmente ensartada al interior de su cuerpo.

Los deliciosos movimientos de apareamiento que hacia la señora Miriam Caballero hicieron que don Pricilo se dedicara a contemplarla, le veía sus dorados cabellos que caían sedosamente semi ocultando las grandes ubres que poseía la rubia mujer que mantenía sus ojos cerrados dejando ver la convicción en que se estaba entregando a las exquisitas y placenteras sensaciones que le eran otorgadas por esa descomunal verga que la perforaba, el caliente viejo aprovecho esta situación para intentar ver hasta qué punto de calentura podría llevar a la ardiente rubia, por lo que le dijo…

–Te gusta como afilamos putaaa!!

–Siiii !!, contesto la enajenada mujer que en ningún momento dejaba de menear sus caderas…

–Jejeje…apenas se despierte la puta de tu hija la iras a buscar para que se venga a acostar con nosotros, jejeje.

El vejete esperaba ver la reacción de la mujer, pero ella al escuchar la degenerada y perversa solicitud que le hacia su amante, solo atino a seguir moviendo su cuerpo en una forma desquiciantemente placentera, como si la estuviera pensando tal desnaturalizada solicitud que le hacia su amante y para luego de un rato contestar…

–Y… pa…ra…que…quie…re…que…ha…ga…e…soooo!!, le pregunto entrecortadamente, a la vez que los desquiciantes meneos de pelvis y caderas iban en franco aceleramiento…

–Jejeje…porque me las voy a afilarrr a las dos juntas, jejeje, te gustaría ver cómo me la culeo al lado de tu cuerpo…La rubia y caliente mujer no contestaba nada solamente se dedicaba a exprimirle la verga a ese desvergonzado viejo que ahora pretendía culiarselas a las dos juntas, pero muy a su pesar la idea de ver como ensartarían a su propia hija en la misma cama en donde estaría acostada ella la confundían y la calentaban…–Contesta zorraaa!! Te gustaría que hiciéramos un trio con la puta de tu hijaaa!!, le volvía a preguntar el vejete, Miriam Caballero ya no aguanto más por el grueso calibre de tan depravada solicitud y descargando ella misma una fenomenal y cuantiosa cantidad de jugos vaginales acelero sus ardientes movimientos coitales y grito un fuerte y afirmativo…

–Siiiiiiiiiiiii !!

–Ohhhhh!! Pero que gran pedazo de puta es usted señora Miriam Caballeroa!! Ahhhh me corrooo!!…tomaaa!! Ahhhh!!…

Al terminar, un bramido como de bestia salvaje escapó del ronco pecho de don Pricilo que a medida que arrojaba su cálida descarga, volviendo a disparar furiosos y calientes chorros de semen que se proyectaban estomagoarriba de esa caliente hembra que estaba dispuesta acostarse junto a su hija y dejarse culiar delante de ella, al tiempo que ella misma no cesaba de lanzar bramidos de éxtasis, al sentir una vez más la furia del deseo de ese vetusto hombre, sintiendo las potentes descargas de semen que de nuevo se encontraban circulando por sus sensibles y tibias entrañas.

Tras el lujurioso combate, el obeso y peludo de don Pricilo, entusiasmado por lo que se venía en pocas horas, otorgó otro breve descanso a su atractiva compañera sexual, la cual todavía presa de un orgasmo continuo que para ella no terminaba, continuaba moviéndose como lo hacen las bailarinas árabes, remeciendo el cuerpo del vejete, como si éste se moviera por su cuenta con movimientos de entrada y salida, pero el hombre la sujetó posando ambas manos en sus suaves y remarcadas caderas, para controlarla diciéndole.

–Quieta putonaaa!, déjeme descansar un minuto y verás cómo te doy otras dos cogidas.

Y sin soltarla de sus suaves caderas continuó besándola extasiado, acariciando con su boca ese rubio y lacio pelo, que era el adorno perfecto de su segunda más linda cara que jamás hubiera besuqueado, y mientras jugaba con ella, a la vez que le chupaba las hermosas y duras tetas como si estuviera sacándole y tomando leche, la atraía cuanto podía hacia su robusto cuerpo para controlar la insatisfecha lasciva de la excitada hembra a la que sujetaba con fuerza, y una vez domada y controlada como yegua inquieta, la rubia mujer le lamia las asquerosas verrugas de su cara mientras pasaba de su orgasmo, luego sintió como la boca del lujurioso vejete nuevamente acariciaba el lóbulo de su oreja para decirle al oído con su excitada y ronca voz:

–No tiene idea señora de cuantas ganas tengo de abrirle el culo, y cuanta falta me hace domar a una yegüita como usted, jejeje, Yo no soy tan guapo como Eduardito, soy feo y maleducado. Y antes de casarme con su hija me la tenía que cascar hasta tres veces por día, rociando de semen la tapa de alguna revista con una chica linda como usted o como ella, pero con todo y eso, quiero ser el macho de ambas, el que las haga gritar de placer todos los días y todas las noches, y este agujerito trasero que tiene usted, es un trofeo que voy a disfrutar mañana cuando la encule al lado del cuerpo desnudo de su hija, jejeje, por lo tanto, usted deberá ser mía para siempre. ¿Qué me contesta esa boquita chupadora de verga que ahora se gasta la señora?, ¿Califico para ser su novio secreto, jejeje?

Sonrojándose por las vulgares palabras del tosco vejete, la rubia mujer escondía su cara entre los fuertes hombros del macho y de las almohadas de la cama diciéndole:

–Don Pricilo!!… que cosas dice!!… no sé qué decir!! No estoy segura de nadaaa!!, jijiji…

Pero don Pricilo sabía muy bien que esa coqueta sonrisa que la mujer trataba de ocultar, era el “Si” que estaba esperando, y encendido por la excitante coquetería de esa respuesta, apretó con más fuerza la esbelta cintura de la elegante mujer y nuevamente accionó su verga con furia, hacía el interior del femenino cuerpo de su amante, sacándole de su boca unos placenteros…

–Mmmh!!… Oh Por Dios!… Mmmmh! Ahhh don Priciii!!, Oh! Oh! Auch! ¡Auch!… Dios míooo!… Creoo que quierooo!!…Mmmmmm… Creoo que quierooo!!…Quierooo ser su noviaaa secretaaa!!…Ahhhh!!…Me muero!!…Me muerooooo!!!, gritaba la caliente y adultera mujer…

Los movimientos de macho en estado de leva volvieron con toda la fuerza y vigor del primer encuentro, pero ahora, tras dos salvajes embestidas, la rubia empezaba a gozar en serio con los violentos movimientos del caliente y enamorado vejete, y como respuesta física, aflojó por completo todo su curvilíneo y hermoso cuerpo, quedando tan inerte y dócil como si ella fuese una muñeca de plástico, o la mujer de goma más bien dicho, lo que le permitía disfrutar al máximo de la brutalidad y la rudeza con la que era tratada por ese salvaje vejestorio, que desahogaba su espantosa lujuria con el mismo entusiasmo de una bestia en celo.

Don Pricilo sabía bien que ahora era dueño total y absoluto de uno de los más perfectos cuerpos de mujer que había conocido en su miserable vida, el otro era el de Cielo Riveros, y tal como se lo habíaprometido él, tranquilamente le dio otro par de furiosas embestidas, que la hicieron gozar a gritos.

Al final, con cinco o seis venidas de potro en su estómago y vientre, la hermosa e infiel mujer casada por fin se sentía rebosante de mocos, y tan complacida y satisfecha como una hembra en celo, tras haber sido preñada con éxito por el vigoroso macho dominante que había saciado en ella toda su ansiedad y lujuria.

De verdad que Miriam Caballero hubiese hasta pagado por haber quedado preñada en esa ocasión, por ese miserable hombre que desde ahora pasaba a ser su dueño.

Ya estaba amaneciendo, la bella y elegante señora Miriam Caballero de Riveros, con el rostro fatigado y con unas marcadas ojeras producto de los incontables orgasmos sufridos por su cuerpo en el transcurso de la noche, dormía desnuda sobre el lecho matrimonial de ella y de su marido, junto al cuerpo del vejete, ambos se mantenían abrazados, hasta que sus hermosos ojos verdes se abrieron, estos reflejaban una felicidad absoluta que solo se ve en las mujeres enamoradas cuando regresan de una exitosa luna de miel.

Pero a los pocos segundos su conciencia se le comenzó a aclarar y llegaron a su mente todas las imágenes de la jarana que se había mandado en la noche junto a don Pricilo y su hija: los chistes del vejete, la botella de Jack Daniel’s, el baile desnudo y erótico de Cielo Riveros, de como este se le había restregado en su cuerpo y de cómo ambos se habían besado delante de su hija, recordó con repulsión que le había mamado la verga, su asquerosa cara muy cerca de la suya, de cuando estuvo montado sobre su cuerpo metiéndole verga y de como ella también lo había montado a él, y para que decir el lamentable estado emocional y de angustia en que cayó al recordar que este horrendo hombre la había insinuado que para este día quería acostarse con las dos juntas, con ella y con Cielo Riveros, y que más encima ella había aceptado, como así mismo había aceptado ser su amante a escondidas…

–Ohhh pero por Dios y que voy a hacer ahora, pensaba totalmente espantada por lo que había hecho, a la vez que se veía desnuda junto a la mórbida humanidad de un viejo casi desconocido para ella y con el cual se había estado revolcando quizás por cuantas horas, instintivamente se llevó la mano a su vagina y sintió en sus delicados dedos las sequedades de los restos de semen ya helado y casi coagulado el cual había sido depositado con fuerzas hacia el interior de su cuerpo.

Un grueso nudo se formó en su garganta el cual subía y bajaba rápidamente por su fino cuello, sus ojos verdes se llenaron de lágrimas de remordimiento y unos sonoros sollozos de hembra avergonzada comenzaron a salir se sus finos labios…Miriam Caballero ya no recordaba o no se quería acordar que la noche anterior ella había encontrado muy simpático al viejo Pricilo, y como también se había mostrado de acuerdo en embriagar a su hija para luego ella solita ir a acostarse con el detestable vejete…

La luz de la habitación estaba encendida y la puerta entre abierta, Cielo Riveros con sus hermosas piernas temblorosas se acercó más todavía, para mirar y ver qué era lo que estaba pasando allí adentro, aunque su conciencia ya se lo estaba diciendo. Amparada por la oscuridad que aun reinaba en el pasillo que daba paso a la recamara matrimonial, y en donde ya los gemidos y los fuertes crujidos de la cama ya eran evidentes antes las impecables aserruchadas y movimientos que hacían sobre ella, Cielo Riveros busco el Angulo perfecto para poder mirar sin ser vista, sus ojos azules vieron con espanto y claramente la crudeza de lo que estaba ocurriendo en la cama matrimonial de sus padres, rápidamente se llevó las manos a su boca para ahogar el grito de estupor, la toalla que la cubría fue a dar al piso, apoyo su desnuda espalda en el frio muro del pasillo, sentía las tremendas ganas de orinarse por los nervios que la asaltaban, la cruda imagen había sido demencial…ellos… ellos!!… estabannnn…estabannnn….culiandoo!!!!, se gritó para sí misma y en las penumbras de su hogar.

UNA FAMILIA DECENTE 8 (UFD-8)

La dulce Cielo Riveros sentía las tremendas ganas de salir huyendo en cualquier dirección, nunca se imaginó sorprender a su hermosa y cándida madre en tan comprometedora y espeluznante situación, aun se encontraba con su desprotegida espalda contra la pared con la viva imagen de Miriam Caballero desnuda y con sus piernas abiertas por completo, gimiendo de un doloroso placer según lo reflejaban las lujuriosas facciones de su cara, esas eran sus apreciaciones, mientras su madre seguía siendo ensartada con ferocidad por don Pricilo, quien arremetía sobre su cuerpo con ansiosa desesperación, como si el mundo se fuese a acabar en cualquier momento.

Los nervios y una extraña expectación le impedían salir de ese lugar, haciendo que la atribulada jovencita siguiera escuchando los calientes alaridos y gemidos de placer que emitían los contendores sexuales, acompañado del enloquecedor toc! Toc!! Toc!!! Toccc!!!, con que se golpeaba el respaldo de la cama contra la pared que recibía la ferocidad de los golpes de esta.

Una vez que la nena pudo serenarse, e impulsada por alguna extraña razón quiso mirar otro poquito para asegurarse de lo que estaba sucediendo en la habitación de sus padres.

(Una hora antes, en la habitación matrimonial)

La pareja llevaba descansando por lo menos unas 3 horas después de la genial y deleitosa follada que se habían mandado desde tempranas horas de la noche, incluso hasta habían dormido abrazados, pero la calentura del vejete aún no estaba saciada, y el hecho que la misma Miriam Caballero por fin ya le había casi confirmado que apenas tuvieran la ocasión se acostarían con Cielo Riveros, esto lo mantenían en un morboso estado de excitación que el mismo vejete también se esforzaba en mantenerse.

Miriam Caballero en iguales condiciones que su absurda pareja sexual ya estaba despierta, se mantenía abrazada al ancho pecho de este, luego de haberse dado una refrescante ducha, el saberse acostada desnuda en su ex cama conyugal con un ordinario y tosco hombre que casi la doblaba en edad, sumado a su fealdad y lujuriosa calentura la mantenían en un exquisito estado de mal sana excitación, ni siquiera quería ponerse a pensar en eso que tanto le había rogado el viejo en las últimas 24 horas, en ese mismo momento sintió nuevamente la dureza vergal que se pronunciaba en uno de sus suaves y bien formados muslos, se dio cuenta que don Pricilo aún estaba caliente, y ella estaba dispuesta a nuevamente entregarse como su mujer.

Lentamente corrió una de sus piernas para mirar con sus propios ojos aquella grandiosa y caliente herramienta de carne, confirmando que esta se encontraba totalmente tiesa y parada exudando una gruesa gota de líquido semi transparente que le chorreaba la piel de uno de sus muslos, su acelerado nerviosismo sexual aumento considerablemente impulsándola a llevar su blanca manita y agarrarse férreamente de aquella musculosa y nerviuda estaca vergal, experimentando con admiración la sensación de poderío que esta le traspasaba con el solo tacto de su manita haciendo que su cuerpo nuevamente le demandara sentir esas agradables sensaciones que esta le proporcionaría a su afiebrada y curvilínea anatomía.

Miriam Caballero sabiendo que el vejete en cualquier momento se lanzaba a tomarla y follarsela en la misma forma salvaje en que él lo hacía, como pudo estiro su brazo hacia el velador para tomar uno de los vasos de wiski con hielo que don Pricilo había servido para ellos, llevaban bebiendo desde que el vejete la había hecho ver forzosamente el video en donde él había violado a Cielo Riveros, extrañamente le agradaba estar bebiendo con él y en esas condiciones, media ebria y media lucida, con un verdadero macho caliente como lo era el jardinero, y a ella le encantaba ser una de sus hembras ya que sabía que también estaba su hija, y que era ella a quien legalmente le correspondían las bondades que don Pricilo les sabría proporcionar con su portentosa herramienta de virilidad.

El vejete que se encontraba felizmente a sus anchas, por su parte sintió cuando la hembra se estiro para tomar uno de los vasos, vio como sus fenomenales tetazas se balanceaban sugestivamente sobre su propio pecho, las vio seductoramente perfectas y muy femeninas, dispuestas a ser devoradas por él y con pasión en el momento en que lo deseara.

Miriam Caballero luego de beberse el contenido del vaso se sintió transportada a un rico estado de idílica calentura, se dejó arrastrar por la creciente excitación que experimentaba su cuerpo con solo rozar su suave piel con los gruesos pelos que cubrían el cuerpo de su obeso acompañante.

Inexplicablemente para la rubia, sintió una desesperada hambre de verga nunca antes sentida, lentamente fue bajando su dorada cabellera con la única y decidida intención de chuparle la tranca a don Pricilo, sabía que esto al vejete le encantaría, y cuando estuvo a punto de engullir aquel miembro duro y palpitante tal como sus verdosos ojos ya lo veían y que prácticamente se lo estaban comiendo, sintió la voz ronca y potente del vejete que hicieron que se detuviera en seco.

–Quien te dio permiso para chuparme la verga zorraaaa!!!

Miriam Caballero media asustada pero también muy caliente desde su ubicación lo miro, aun se mantenía agarrada a la verga, no sabía si el vejete tenía la cara contraída por la ira o por una vesánica calentura, a la vez que se preguntaba de como un viejo tan repulsivo y mal hablado la podía tener en tal estado de enardecimiento sexual, al extremo de ya casi estar a punto de concederle la horrorosa depravación que este exigía entre ella y su hija,

–Esteeee…don Pricilooo yo solo quería chupársela… pero si Ud. No quiere…

–Cállate putaaaaaa!…, yo sé lo que te pasa, jajajaja!!! Y es que nuevamente se te calentó la zorraaaaa!!! Jajajaja!!!!!, y era verdad Miriam Caballero aparte de estar ebria, ya estaba nuevamente más que recaliente, el viejo siguió con sus leperadas, –Quieres que te culieee!?

–Siiiiiii…pero déjeme chu…par…se…laaaaa!…, la angustiada carita de Miriam Caballero en esos momentos era la de una verdadera perra depravada, aun así todavía se mantenía medianamente dentro de sus cabales…

–Y que hay con lo que te pedí!?, jajajaja!!!

Luego de pensarlo por unos segundos la madre de Cielo Riveros, le soltó de una lo que había estado meditando en gran parte del día anterior,

–Con una sola condicionnnn!, exclamo la rubia, los ojos del viejo la miraban con una agradecida y lujuriosa mirada, Miriam Caballero entre borracha como estaba estimo que este era el mejor momento para tratar con don Pricilo, –Si yo accedo a eso que Ud. quiere que haga… voy a necesitar su compromiso incondicional para conmigo…

Don Pricilo no entendía nada, se suponía que él estaba conminándola a que ella se entregara para pegarse otro caliente revolcón, y como era eso de que ella se atreviera a realizarle peticiones?, se preguntaba el asombrado vejete, aquí había algo raro se dijo para el mismo, y quiso ver para donde iba todo este asunto,

–No te entiendo pedazo de zorraaaa!…, jejeje pero creo que quiero saber de qué se trata tu propuesta, jajajaja, vamos síguele,

Miriam Caballero entre consiente, caliente y ebria gateo desnuda por toda la cama para servir dos vasos mas de Jack Daniel’s, al viejo estaba que se le reventaba la verga por la ansiedad de metérsela. La rubia quien envolvió su cuerpo con una de las sabanas, le pasó un vaso y se dejó uno para ella…

–Sé que don Urias le ofreció un buen dinero para que Ud. este de su parte y lo ayude en sus intenciones para conseguir algo de nosotras, le decía refiriéndose a ella y Cielo Riveros, pero el viejo la interrumpió…

–No sé de qué webadas me hablas pendeja!… se nota que ya estas ebria, le dijo entre preocupado y queriéndose hacer el desentendido…

–Don Pricilo escúcheme…estoy dispuesta a hacer lo que Ud. Me pida…e INCLUSO AQUELLOOOO…, la hembra recargo el tono de su voz en esto último, –Lo único que le pido es que ya no haga trato con ese hombre,

El viejo viendo la seriedad en que Miriam Caballero tocaba el espinudo tema, y el darse cuenta que la rubia quien sabe cómo algo sabia de su trato con don Urias, entro de lleno a ver qué es lo que quería realmente la mujer,

–Bien si en esa estamos… entonces negociemos, jejejeje…

–Conmigo no necesita negociar nada… pero no me mal entienda, escúcheme bien…, Miriam Caballero intento ser lo más clara posible, –Yo soy la única dueña del 49% del total de acciones de las empresas de mi tío… le ofrezco un 3% de las ganancias… que es un dineral que Ud. Ni siquiera se alcanza a imaginar de las cosas que podría hacer con todo ese dinero… mucho más de lo que mensualmente gana ese flacuchento de don Urias con su estúpida congregación, le termino diciendo la mujer mientras bebía a pequeños sorbos su trago…

–No mamesssss!!!! Me estas queriendo ver las bolassss!!! Porque si es así soy capaz de pelarte el c…, Miriam Caballero lo interrumpió seriamente a la misma vez que ella misma encendía un cigarrillo…

–Deje sus groserías para un rato más!, le dijo a la misma vez que aspiraba la primera bocanada de humo y exquisitamente lo botaba con sus labios fruncidos, la hembra hasta fumando se veía divinamente apetecible para encamársela –Ahora estamos hablando de negocios…quiere o no!?, termino diciéndole.

–Segura que no es una trampa!?, exclamo cautelosamente el vejete a modo de pregunta mientras no dejaba de masajearse la verga totalmente parada…, para luego continuar, –Y Eduardo que dirá de todo esto!? Él es tu marido no creo que vaya a estar de acuerdo con la tremenda pendejada que me estas proponiendo!…

–Eduardo no tiene nada que ver en esto!… soy yo la dueña de todo… piénselo! vivirá como el hombre de la casa y rodeado de lujos, además que Ud. ya está casado con mi hija…y si también lo desea me podrá tomar todas las veces que quiera, pero sin que nadie lo sepa, prefiero estar sola que mal acompañada, y no lo digo por usted… solo le pido su lealtad incondicional, le dijo mirándolo fijamente a sus negros ojos.

La rubia no lo decía por ebriedad ni nada parecido, lo había pensado a los pocos minutos después de enterarse de la canallada que pretendía hacerle su marido, y también luego de haber leído que la trataba como “la puta” con ese tal Ramón, y que los muy frescos se pensaban largar con su dinero, pues bien si ella era una púta, lo seria, y con honores, pero lo seria de don Pricilo ya que ella misma sabía que este por lo menos se la cogería como corresponde, y ya que había sido el mismo Eduardo quien la había integrado en el núcleo familiar sin preguntarle el parecer a nadie, a ver si le iba a gustar la sorpresita que ella le tendría cuando el regresara.

–Pero no entiendo tus ocurrencias… me dejas perplejo pendeja!!… y por qué se te ocurrió algo tan descabellado, el vejete aún se mantenía incrédulo por lo insólito de la situación…

–Es un asunto personal, desde hoy Eduardo ya no tiene ningún derecho sobre mis bienes, y si quiere saber más… también inicie las acciones legales para el divorcio…, Miriam Caballero continuaba explicándole sus nuevos planes de vida al vejete, en donde ella también lo tenía considerado, y ya no era tanto que la salvara de don Urias, lo que si quería férreamente era darle de su misma medicina al hipócrita de su marido y de paso sacarse al viejo flaco de encima, así que continuo, –Don Pricilo a muy corto plazo nos mudaremos a una nueva casa la cual será mucho más grande y cómoda que esta, y necesitare la ayuda de un hombre verdad y yo le estoy ofreciendo ese puesto…Acepta o no!?, termino diciéndole Miriam Caballero a la vez que lo volvía a mirar penetrantemente con sus ojazos verdes.

El viejo sentía si como le estuvieran diciendo que se había ganado el premio mayor de la lotería, ya no tenía sentido seguir chantajeándola con contarle nada a su marido, como tampoco ya no dependía de las abominaciones de su ex amigo Urias, ahora se había encontrado una hembra perfecta, una amiga incondicional, que si ella hubiese querido habría llamado a la policía y lo hubieran sacado a patadas de esa casa, pero ella no lo había hecho, o sea había algo de él que la hembra necesitaba, así que sabiamente decidió seguir comportándose tal como lo había hecho hasta este día,

–Jejejeje… si es así como tú dices…que tal un 5% lindura, y cerramos el trato…

–Hecho! En dos días vienen mis abogados con todos los documentos, y dejaremos todo en orden, le aseguro que no se arrepentirá…

–Pero recuerde mi otra solicitud mi reina…, mira que si no es así…

Con solo escuchar las calientes y depravadas intenciones del viejo que ni siquiera se conformaba con el suculento trato económico que le estaban proponiendo, a Miriam Caballero también se le esfumaron sus recientes convicciones comerciales para volver a lo que estaban haciendo antes de tan inusual conversación,

–Lo haremossss!! Pero por favor que sea solo una vezzz, y siempre y cuando Cielo Riveros también este de acuerdo, le concedía y autorizaba la nuevamente perdida y caliente mujer,

–Jajajaja!!! Gracias mi vida… ya verás que no te voy a defraudar cuando ya estemos viviendo en la casa nueva, jejejeje, e imagínate lo rico que te la vas a pasar cuando le estés chupando la zorra a tu hijaaaa!! Jajajaja!!!!, y también cuando ella te la esté comiendo a ti… aullaras de placer rubita rica, jajajajaja!!!!! –Ahora, vamos a culiar un ratito…, verás cómo te va a encantar cuando ya estemos follando entre los tres, jajajaja!!!

–Don Pricilo!… que no se mal entienda yo solamente le estoy diciendo que me dejare que me lo haga delante de mi hija o al revés, pero ni piense que nosotras haremos…

–Cállate zorraaaaaaaa!!!!, Plaffff!!!!!, le mando un certero y fuerte tortazo en la cara, eso lo veremos después ahora ábrete de patas que te voy a convertir en lo que ya eres…jajajaja…en mi mujerrrr!!!! En mi putaaaaaa!!!!, le gritaba eufórico a la vez que la empujaba de espaldas y se montaba sobre su cuerpo desnudo para comenzar a chuparla por todos lados antes de culearsela, y ahora con más derechos, derechos que ella misma le acababa de otorgar.

Miriam Caballero al sentir la fuerte cachetada en el rostro, y al sentir los húmedos lametones que recorrían sus curvas abrió en forma automática sus muslos permitiendo que el vejete se paseara con su lengua en total potestad por donde él quisiera, había esperado tanto que el viejo la zurrara por puta para sus cosas que encontraba que un solo guantazo era muy poco, por lo que lo espero con sus bellas piernas abiertas en verdadera señal de ofrecimiento, sintió el roce de su tupida barba descender entre sus muslos y aunque la repulsión y el asco a veces la dominaban, algo en el viejo hacían que se estremeciera por dentro, aquella forma de lamer y chupar, de besar, de mordisquear, y hasta sus ordinarieces y vulgaridades con que la trataba le resultaban estremecedoramente placenteras y desquiciantes.

El viejo prácticamente se la quería comer viva, y ella se hacia la que no quería, se le negaba, pero su cuerpo y también su vagina le carcomían y le pedían sexo a gritos, a la vez que se estremecía y se calentaba aún más con aquellas toscas caricias, con aquella lengua caliente yexperta que en estos momentos y en forma desvergonzada y entrometida iba hurgando profundamente al su interior de su rubia panocha, en definitiva don Pricilo la tenía en el mismísimo cielo.

Miriam Caballero nuevamente se sintió poseída por aquel desesperado deseo de verga y de todo lo que el viejo marido de su hija quisiera hacerle, cuando sintió su zorra siendo divinamente devorada de esa salvaje manera que a ella tanto le gustaba, se lo demostró con rítmicos movimientos de cintura y pelvis, al mismo compas en que este le chupeteaba la concha.

–Gime!, vamos!!…, brama para mi putaaa!!! –Le pedía él degenerado viejo mientras le devoraba su coño con ávida experiencia.

Miriam Caballero quien no podía dejar de menearle sus caderas y cintura, refregándole su zorra en la boca, ya sentía que en cualquier momento su cuerpo podría explotar en otro espectacular orgasmo…

–Ayy don Prici ya no aguanto más!… Mmmm… no aguanto másss!!! Metamelaaaaaa!!!…

El viejo en ese momento supo que la hembra estaba lista para el apareamiento, tal cual como ella misma se lo solicitaba, trepo por aquellas endemoniadas formas y ubico su miembro firme y ardiente justo en la entrada de la jugosa y hambrienta vagina, con la única intención de volver a penetrarla.

Una vez ya bien montado sobre los tibios muslos de Miriam Caballero empujo con fuerzas desmesuradas, internándose por completo al interior del afiebrado y curvilíneo cuerpo de aquella hembra necesitada de sexo lo que para ella fue el éxtasis en palabras mayúsculas.

El vejete con solo sentir como ella lo recibía, como lo abrazaba con deseosa lujuria y con desenfrenada pasión le despertó su insano instinto animal, entraba y salía de ella con fuerzas descomunales y con una feroz ansiedad, empujaba una!, dos!!, tres veces!!!,… y hasta una cuarta vez!!!! para luego volver a empezar, Miriam Caballero hervía de pura y total calentura, ninguno de los amantes estaba consiente que en esos momentos estaban siendo observados por la tierna Cielo Riveros.

–Así!… así!!…más hondo!…mas hondooo!!, le pedía la caliente rubia entre deliciosos gemidos de placer, y por cada estremecimiento ante las fieras clavadas que gratamente para ella le atizaban en la zorra.

El viejo no cesaba en sus embates, clavaba, metía, empellaba y revolvía su verga deseando alcanzar profundidades nunca antes exploradas por verga alguna dentro de aquel tremendo cuerpazo de hembra, hasta que los desesperados bramidos de Miriam Caballero no tardaron en desbocarse,

–Ohhhhhh!! Don Prici…que me mataaaaaa!!!!, métala mas profundoooo!!! Más para dentro!!!!!!!, gritaba la desesperada mujer,

–Culea pendejaaa!!…culeaaaa como la puta que eressss!!! jajajaja!!!!!, Don Pricilo resoplaba y babeaba como cerdo ante la espectacular cacha que le estaba volviendo a pegar a la señora de la casa, el placer máximo para el degenerado vejete fue cuando los gemidos de la hembra se transformaron en perturbados gritos de placer,

–Así don Pricilo culieme!!!!…culiemee firmeeee!!!!!!, le exigía con sus ojos cerrados fuertemente y a grito limpio, a través de marcados movimientos erotico-copulatorios, que ella hacía con todas las partes de su figura, en especial con las caderas, cintura y panocha.

El vejete después de follarla implacablemente por espacio de unos buenos minutos, como pudo se la desclavo ya que él quería alargar su disfrute lo máximo posible antes de derramarse, Miriam Caballero ajena a las nuevas pretensiones del vejete, y mientras rápidamente se hincaba en la cama lo miraba incrédula, pensando en forma espantada que quizás el viejo ya se pensaba retirar para dejarla en aquel angustiante estado de calentura.

(15 minutos antes)

Cielo Riveros veía sorprendida como don Pricilo se follaba salvajemente el cuerpo de su progenitora, nunca antes en su vida había visto alguna escena semejante, la nena ni siquiera se había aventurado en alguna ocasión a mirar una película porno o similares, pero ahora lo que veía a todo color en vivo y en directo era algo muy parecido.

En un principio el espanto se había posesionado de su mente, luego unos desquiciantes celos la asaltaron ya que nunca se imaginó que su don Pricilo sería capaz de una canallada como esa, después recordó la oportunidad en que este había intimado con una tal chabela en una salida que tuvo, y que a posterior fue ella misma quien había sido la encargada de lavarle la verga con su boquita.

Las imágenes de ver a Miriam Caballero como seguían ensartándola con ferocidad continuaban reproduciéndose en la misma retina de sus ojos, la extraña sensación de como si tuviera unas tremendas ganas de mearse se le acentuaron aún más adentro de su coñito, algo en su estómago se revolvía pero no era asco ni nada parecido, era una sensación rara, la nena no se dio cuenta cuando su respiración se le hiso pesada, y que unas desconocidas ganas de deleitarse con el sabor de lo prohibido se iban instalando en su alterado sistema nervioso, se estaban culiando a su madre y aunque sintió el impulso de salir corriendo hacia la cabaña, algo en su interior la detuvo, en resumidas cuentas la nena se comenzó a calentar como nunca antes lo había hecho.

Lentamente se volvió a apoyar contra el muro, sentía los fuertes latidos de su corazón, los morbosos rechinidos que hacían los resortes de la cama matrimonial ante los firmes movimientos y meneos de sube y baja que hacían sobre ellos la tenían desesperada, los cuales se combinaban con los eróticos gemidos de placer de Miriam Caballero, y que ella pensaba que eran de dolor, sumados a los varoniles gruñidos que emitía don Pricilo por cada apuntalamiento que accionaba con su verga, todo esto fue una bomba de eroticidad que exploto en el acalorado temperamento de la dulce chiquilla, una de sus manos temblorosamente se apodero de una de sus tetas comenzando a apretársela, y la otra bajo con decisión para apoderarse de su pequeña ranurita intima, separo una pierna de la otra y simplemente se comenzó a masturbar en la oscuridad del pasillo escuchando la bestial follada que se estaban pegando solo a unos cuantos metros de donde estaba ella.

Minutos después, en la habitación el vejete se puso en alerta, en el momento justo en que le iba a pedir a Miriam Caballero que se le montara para que lo cabalgara, y mientras ella misma esperaba la orden puesta de rodillas y acariciándose los rubios bellitos de su muy mojada zorrita, don Pricilo escucho unos acuosos sonidos que venían desde el sector de la puerta entre abierta, y que se habían entre mezclados con un leve gemido que el ya muy bien conocía, una calentona sonrisa se reflejó en su odioso rostro, y dejando en espera a una confundida Miriam Caballero se dirigió a ver el mismo que es lo que estaba ocurriendo al otro lado de la puerta, la complaciente y buenota rubia no podía dejar de mirar los bamboleos de verga mientras el viejo se movía.

Miriam Caballero dentro de su propia calentura no supo en que momento vio a aparecer a don Pricilo con Cielo Riveros desnuda y tomada violentamente de sus cabellos, arrastrándola y arrojándola a la cama donde ellos se estaban revolcando, la nena estirada y apoyada solo en sus codos solo se quedó mirando muy asustada a su madre quien también la miraba sin saber muy bien lo que estaba ocurriendo, hasta que fue el propio vejete quien les puso en conocimiento,

–Mira a quien encontré pajeándose la zorra detrás de la puerta, jajajaja!!!!

–Don Priciloooo!! yo solo venía a buscarlo cuando los vi…, el iracundo y odioso viejo no la dejo continuar,

–Así que ahora nos andas espiando pendejaaaa?!!!, le interrumpio para que por nada del mundo dejar pasar esta tremenda oportunidad, –Pues yo con tu mami estábamos muy ocupados dándonos una pequeña fiestecita, y como tu andas por ahí de mirona… estas cordialmente invitada pendeja calienteee…jajajaja!!!!

Miriam Caballero por su parte ya no estaba muy segura de querer proporcionarle al vejete lo que tanto le había rogado, pero el astuto de don Pricilo no iba a dejar que la hembra pensara sobriamente… –Tú!! zorra asquerosaaaa!!!, ve a buscar otra botella nueva que deje en la mesa y trae también un vaso para nuestra invitada y prepárate unos tragos que ahora sí que la fiesta recién comienza, jajajajaja!!!!!

Miriam Caballero nerviosamente y un poco asustada al verle la expresión de salvajismo y los enrojecidos ojos del viejo, se levantó desnuda y casi fue corriendo a buscar el otro vaso con la otra botella de wiski para luego al regresar servir tres vasos en forma temblorosa, el viejo prácticamente las obligo a que se lo bebieran de un solo trago,

Mientras Cielo Riveros permanecía tirada a un lado de la cama, y Miriam Caballero quien ya nuevamente se había subido a esta por una autoritaria orden del vejete, fue don Pricilo quien hablo primero y dio las órdenes,

–Jejejeje, bueno mi amor, hablo dirigiéndose a la rubia, –Dejemos a la nena que se masturbe mientras nos mira como follamos, así se calmara un poco, jejeje, y nosotros continuemos en lo que estábamos antes de ser interrumpidos, Miriam Caballero solo tragaba saliva, estaba muy nerviosa, pero también muy caliente, Cielo Riveros los miraba con sus ojitos incrédulos al estar yaciendo en la cama de sus padres desnuda y con su madre en las mismas condiciones que ella, y con don Pricilo queriéndoselas culiar a las dos juntas.

El viejo hiso que Miriam Caballero se pusiera de espaldas ante el sacudiéndose y mostrándoles a las dos mujeres su verga totalmente tiesa y parada delante de sus ojos,

–Te gusta mi vida!?, le consultaba a la rubia a la misma vez que miraba con su burlona sonrisa a Cielo Riveros,

–Me en…can…taaa…, le dijo Miriam Caballero moviendo su cabeza en forma lujuriosa, mientras con una de sus manos ya comenzaba a refregarse su rubia panocha, sin quitar su verdosa mirada de aquella gruesa y descomunal verga que parecía hincharse cada vez más ante los avances de la caliente situación en que se encontraban los tres participantes de aquella extraña sesión de sexo lujurioso y retorcidamente desenfrenado que ya era un hecho que se llevaría a cabo en pocos minutos, a Miriam Caballero le daba la impresión que aquella verga de unos 25 cmts. Aprox. estallaría en cualquier momento.

–O quieres que me la culie a ella primero mientras tú te refriegas tu cosita?, jejeje, le dijo refiriéndose a una conmocionada Cielo Riveros que aún no entendía lo que estaba sucediendo, Miriam Caballero poso su febril mirada en el portentoso cuerpo desnudo de su hija, quien automáticamente cerro sus piernas ante lo que acababa de escuchar, la ebria rubia la recorrió lentamente y curva por curva, hasta que llego a su pequeño triangulito de sedosos pelitos negros que se escondían tímidamente entre sus muslos, y olvidándose de todo pudor y sentido maternal o filial solo vio un hermoso y delineado cuerpo de una hermosa jovencita de 18 añitos recién cumplidos, estimo que esta ya era una verdadera y autentica hembra, así que le soltó,

–Hágaselo!!…

El viejo aprovechando la autorización que daba Miriam Caballero, para que él se follara a Cielo Riveros en su presencia, se abalanzo como una fiera enardecida sobre el tembloroso cuerpo de la confundida muchachita, si el hubiese querido se las podría violar todas las veces que él lo quisiera, pero le encantaba que Miriam Caballero también participara en sus perversidades, aprovechándose de su lamentable estado erótico-emocional.

Don Pricilo agarro a Cielo Riveros y le abrió las piernas con poderío, y simplemente se lo metió hasta lo más profundo que le permitieron sus fuerzas, la nena al estar en una comprometedora y muy rara situación solo intentaba cerrar sus muslos, a la vez que con sus brazos y manitas pretendía empujar en forma desesperada al obeso cuerpo del vejete para que se le saliera, situación que hiso que el odioso jardinero se enardeciera aún más de lo que ya estaba, y le pusiera tres sendos guantazos en plena cara, levanto su brazo y con fuerzas se los dejo caer,

–Tomaaaaa!!! Pendejaaaa estupidaaaaa!!!!, esto es lo que te mereces por putaaaaa, nadie te mando a andar espiando por detrás de las puertasssss!!!, a la vez que inhalando asquerosamente con una de sus fosas nasales para sacar todo lo que tuviera desde su garganta, le mando un repugnante gargajo que impacto en plena cara del asustado rostro angelical de una aterrorizada Cielo Riveros.

–Plafff!! Plafff!!! Plaffffffff!!!!!, retumbaron en la habitación las feroces bofetadas, Cielo Riveros al recibirlas automáticamente se abrió de patas y se dejó de sus estupideces, muy despavorida y escupida recordó que ahí era don Pricilo el que estaba mandando se dijo al rememorar que ella era su mujer, y que al vejete le encantaba pegarle cuando se la culiaba,

La rubia miraba con sus ojos bien abiertos y deseosos de seguir mirando lo que ahí ocurría, –Válgame Dios!! pero que hombre más macho era don Pricilo para sus cosas!!! pensó la retorcida mente de Miriam Caballero cuando vio como el viejo abusivamente ponía en su lugar a su joven esposa, y como esta en forma sumisa y con su cara enrojecida debido a las cachetadas ahora se dejaba ensartar por él, quien ya había comenzado a meter y sacar su verga con acelerados movimientos culiatorios, la rubia mientras se abría de piernas, y se acomodaba en la cama para comenzar a masturbarse, lentamente llevo su mano a su pequeño triangulo de suaves pelitos dorados y con sus ojos en donde en estos momentos predominaban el verdadero vicio pensó que hubiera dado su vida por haber sido ella quien recibía las fieras bofetadas y los escupos.

Lo que se vivía en la habitación del ya casi ex matrimonio Riveros era el comienzo de un monstruoso bacanal de sexo escandaloso y depravado, era explícitamente la nueva Sodoma y Gomorra, donde un odioso y asqueroso viejo de 62 años estaba montando y poseyendo el juvenil cuerpo de una hembra de 18 años, y donde otra mujer tan bella como la primera y que era su propia madre de la hembra anterior esperaba su turno masturbándose estrepitosamente con sus ojos cerrados y a veces abiertos mirando solo a centímetros de donde se efectuaba la espectacular y escalofriante violación, para no perderse ningún detalle, esto en vez de espantarla la calentaban hasta la locura.

Ya casi amanecía y la orgia recién estaba en su punto de partida.

A estas alturas era Miriam Caballero quien pensaba que en cualquier momento sufría un severo ataque cardiaco, al ser ella la única espectadora de la brutal follada que don Pricilo le estaba pegando a su hija solo a centímetros de donde estaba ella masturbándose como desaforada, esta caliente situación hacían que los latidos de su corazón a cada momento fuesen en franco aceleramiento, le veía su monstruosa y enrojecida verga dura como el acero totalmente reluciente como entraba y salía aceitosamente rápida de la apretada rajadura de carne que poseía su hija en la parte media de su antojable cuerpazo.

Don Pricilo a estas alturas del partido ya sentía los deleitosos meneos con que Cielo Riveros se había comenzado a refregar en su verga, por lo que estimo que ya era hora de ponerle un poco más de acción a la situación. Como pudo se fue enderezando sin dejar de meter y sacar, a la vez que acomodo una almohada debajo de las caderas de Cielo Riveros para dejar a plena vista de la rubia las firmes clavadas que él le estaba dando a la joven. Miriam Caballero veía todo muy clara y nítidamente, mientas sentía la áspera manaza del vejete que comenzaba a masajearle uno de sus muslos abiertos, sin que ella parara de mirar y seguir masturbándose.

–Quieres mirar más de cerca putita!!? Jajajaja!!!… las venas de sus sienes y cuello parecían que en cualquier momento se le reventarían por los gruesas y pulsantes como las tenía en esos momentos, el viejo sudaba como toro embravecido.

La rubia solo asintió sin decir nada, para luego mover su cuerpo felinamente y a cuatro patas para ir avanzando en dirección de donde se llevaban a cabo las feroces estocadas. Hasta que por fin su mirada estuvo a escasos centímetros de donde accionaba la verga del viejo introduciéndose en el hermoso coñito de Cielo Riveros, vio como por los sonrosados pliegues femeninos de la fresca zorrita chorreaban los íntimos jugos naturales que expelía la joven panocha en señal de que su dueña ya disfrutaba de lo que le hacían, de pronto la aguardentosa voz del viejo la sacaron de sus eróticas apreciaciones,

–Chupame la vergaaaaa zorraaaaaaaaaaa!!!

Miriam Caballero vio la tranca del vejete salir chorreando líquidos vaginales, estos bañaban por completo el tronco venoso y pulsante del inflamado instrumento carnoso que le estaban solicitando que mamara, y con solo mirar la mojada y jugosa núbil vagina que estaba a centímetros más debajo de la verga, así mismo como estaba puesta en cuatro, cerro sus ojos para ir lentamente acercando su boca a la vez que la iba abriendo con decisión, hasta que su bien dibujados labios por fin ya se estaban rosando y recibiendo el glande para luego seguir avanzando por el tronco, y cuando sintió su boquita llena de carne vergal instintivamente comenzó a circundar el troco con su lengua, por primera vez en su vida sintió en su paladar el verdadero sabor a zorra, lo sintió sabrosamente ácido y salado, sumado a la atrayente y aromática fragancia a coño caliente que se le había impregnado en sus fosas nasales.

En pocas palabras ese místico sabor de jugos de hembra en estado de calentura, y que ella estaba catando… le fascinaron.

Cielo Riveros desde su posición veía como su madre puesta en cuatro patas le chupaba la verga a don Pricilo, y como este de vez en cuando se la volvía a ensartar tres o cuatro veces, para volverla a sacar y darle a probar de sus jugos íntimos a Miriam Caballero quien se la mamaba como si tuviera hambre de coño, esto la confundían.

Miriam Caballero miraba encantada como el viejo metía a fondo su herramienta en la ranura de su hija para luego sacarla y darle de probar a ella, no supo en que momento su cara yacía de lado sobre el bajo vientre de Cielo Riveros en donde solo a centímetros de su boca se encontraba el pequeño bosque de escasos pelitos negros y brillosos que poseía su hija, los veía nítidamente negritos y sedosos, como también veía el tajito vaginal abriéndose y cerrándose por cada adentramiento de la poderosa verga nervuda del viejo burlón, quien mientras se encontraba en tan deliciosa faena también se entretenía masajeándolas por las tetas, y sobándolas por el culo hasta donde le alcanzaran sus manos de pulpo.

Una vez que el vejete estimo que Miriam Caballero ya se había acostumbrado al sabor y olor a concha, tomo a Cielo Riveros desde su cintura y la elevo hacia donde estaba el, siempre manteniéndola ensartada y con ella moviéndose rítmicamente atenazándose con sus piernas por detrás dela gruesa cintura de su macho, ambos se besaban salvajemente, ella lo correspondía y a estas alturas ya casi veía normal que su madre los estuviera acompañando, la nena vio como don Pricilo se fue poniendo de espaldas, para luego ordenarle,

–Ahora quiero que me cabalgues pendeja, jejeje y quiero que lo hagas bien rico, como tú ya sabes hacerlo. Luego de esto se dirigió a Miriam Caballero que por un momento pensó en que la estaban dejando de lado, –Y tu yegua de mierda!!…, quiero que te montes en mi cara y me refriegues tu coño en la boca, me encanta el sabor de tus pendejos dorados, y cuidadito con mearte en mi rostro, porque si es así voy a patearte la zorra hasta dejarte inconsciente, ahora mueve ese culo y montate perraaa!!!

Mientras Cielo Riveros ondulaba su cintura con los 23 centímetros de verga bien enterrados dentro de su cuerpo, vio como una hermosa hembra de cabello rubio y liso también se montaba frente a ella ubicando su dorada vagina en la bocota del vejete y que este prácticamente se la succiono cuando el tajito de Miriam Caballero entro en contacto con sus fauces hambrientas, la nena ya no veía a su joven madre como tal, ahora esta solo era otra curvilínea mujer echa para darle placer al semental que ella tenía por esposo, Cielo Riveros ya estaba clara y convencida que don Pricilo perfectamente se la podía con las dos.

Ambas mujeres gemían y se masajeaban cada una sus par de tetazas meneando sus cuerpos en busca de su propio placer, la excitación en que se encontraban al estar ambas frente a frente y gozando con el vejete era tal, que a cada minuto que pasaba sus acalorados temperamentos se volvían aún más desvergonzados, a la vez que ellas mismas le otorgaban delicias aún mayores al asqueroso viejo que se las estaba beneficiando.

Miriam Caballero con sus semi cerrados ojos en los cuales predominaban una desequilibrada calentura miraban y casi se comían el portentoso cuerpo de Cielo Riveros, quien se estaba comiendo ondulatoriamente la gruesa y tiesa vergota de don Pricilo, se dio cuenta que la atrayente vagina de la nena ya se había orgasmeado unas cuantas veces, ya que en la cama y a la altura en donde se efectuaban las estremecedoras clavadas de verga había un tremendo circulo de humedad, como si ambos se hubieran orinado, mientras que ella sentía que este mismo viejo caliente le devoraba la zorra con su ardiente y chapoteante lengua, se electrizaba sintiendo como su vagina también arrojaba cuantiosos chorros de líquidos vaginales con los cuales tenia al vejete con toda su cara bañada con estos mismos, sin contar las cantidades que este ya se había bebido, ni se acordaba lo de las patadas en la zorra que le habían ofrecido si es que hacia algo similar.

Don Pricilo una vez que se cansó de que lo cabalgaran y de chupar y lamer panocha, como pudo se hiso a un lado para dictar una nueva orden, un brillo de auténtica maldad se reflejaban en sus enrojecidos y resquebrajados ojos.

–Ahora las quiero a las dos puestas en cuatro patas, jejeje…, Miriam Caballero y Cielo Riveros por unos momentos se quedaron sin saber qué hacer, ya que ambas nadaban en los mares del placer y el morbo cuando el vejete les salió con otra de sus insólitas ocurrencias, –En cuatro patas les dije mierda!!!!!, o acaso están sordas??!!!!!!!

Ambas hembras se pusieron rápidamente como se les estaba demandando, quedando una al lado de la otra mirando preocupadas al vetusto hombre como este había ido a buscar sus pantalones, con sus caras asustadas y con sus cuerpos desnudos y temblorosos vieron como este comenzaba a retirar su grueso cinturón de cuero, para luego notificarles,

–Escúchenme bien par de putas, en vista de lo muy rico que lo estamos pasando entre los tres, desde hoy día… tuuu!!, le dijo apuntando a Miriam Caballero, –Vas a pasar a ser oficialmente la “yegua caliente”, jejeje, reía mientras se paseaba desnudo y con su verga ya más relajada en un estado de semi erección, para luego continuar, –Y tú!… pendejita rica, le dijo refiriéndose a Cielo Riveros,–Pasas a ser la “potranca pervertida”, y en todos los momentos en que nos encerremos para follar, así se llamarán entre ustedes, jajajajaja!!!!!, y para que no se les olvide quien es el que manda en esta casa desde hoy día…

El vejete puso una verdadera cara de demonio cuando empuño el cinto de cuero para luego de concentrarse con bestial determinacióndescargar un fuerte y lacerante correazo en el suave, brilloso y estilizado culazo de Miriam Caballero, quien lo recibió en forma despiadada,

–Plaffffff!!!!!,

Miriam Caballero al sentir la dolorosa flagelación hacia las carnes de su cuerpo, solo lanzo un sonoro y fuerte alarido de auténtico pavor con su cara totalmente desencajada…

–Ahhhhhhhhhhhhhhhhyyyyyyyyyyyyyyyy!!!!!!!!!!!!!!! No! Noo!! Nooo!!! Noooo!!!! Don Pricilooooo por favorrrrrrr, –Plaffffffffffffffff!!!!!!!!!!!!!!!!!! Retumbo otro más fuerte, –Ooooooaaaahhhhhhhh!!!! Buaaaaaaaaaahh!! Buuuuaaaaaaa!!! Sinfffffssss!! Snifssssss!!! Snifsssssss!!!!! Ya no lo haga por favorrrrr Snifffsssssss!!!!

–Jajajajaja!!!! Esto es lo que te hacía falta yeguaaaaaaa de mierdaaaaaa!!!!

Cielo Riveros quien es esos momentos miraba con sus ojos vidriosos la dantesca y flagelante humillación a otra hembra desnuda y sometida tal como lo estaba ella, tenía su propia vagina exudando y hasta goteando cuantiosas cantidades de líquidos que febrilmente manufacturaban las entrañas de su propio coño, hasta que fue sacada de ese enloquecedor estado calenturiento por la grave voz del enloquecido y caliente viejo de don Pricilo,

–Y tu hija de putaaaaa!!!, que me miras con cara de perra calienteeee!!!, le dijo refiriéndose a Cielo Riveros, –Toma tu tambiennnnn!,

–Plaffffffffffffffff!!!!!!!!!!!!!!! Recibió la encarnizada laceración en una de sus nalgas, para seguir recibiendo otras cuantas no menores a la primera,

–Plaffff!!, plafffffff!!!, plafffffffff!!!!, plafffffff!!!!!, fueron interminables las cantidades de feroces guascazos que recibieron en el culo la dos bellas mujeres. Lloriqueos, gritos, bufidos que se entre mezclaban por otros claros y bien definidos gemidos de placer, por lo que les hacían…

El viejo una vez que determino que con eso ya era suficiente, se arrodillo detrás del cuerpo de la rubia acomodo la verga en la entrada de la muy jugosa vagina y simplemente se lo metió firme y en forma vigorosa, para comenzar a culearla con furia, metía y sacaba la humeante y espumosa verga casi con rabia, Cielo Riveros esperaba su turno en la misma posición en que la habían dejado con anterioridad, el viejo seguía arremetiendo con sádicas energías, las tetazas de Miriam Caballero se movían rápido y rítmicamente al mismo compas de la follada, Cielo Riveros solo miraba con sus ojos llenos de lágrimas que ya se le habían secado, y poco apoco el brillo de la morbosidad se comenzaban a reflejar nuevamente en aquellos hermosos ojos azules,

–Quien eres tuuuuu zorraaaa!!!!, gritaba el vejete a la rubia sin dejar de apuntalarla,

–Ehhhhhh!… Ehhhhhhhh!!, Miriam Caballero no sabía que contestar, el viejo quien ya se estaba comenzando a exaltar la tomo bruscamente de sus dorados cabellos y la mechoneo hacia atrás, –Acaso ya se te olvido babosa de mierdaaaa!!!!, –Tu pendejaaa!!!, grito dirigiéndose a Cielo Riveros, –Dile a esta perra quien es ella en esta casa cuando estamos follandooo!!!!

Cielo Riveros que ya llevaba algunos cursos más adelantados que Miriam Caballero, contesto en el acto,

–Ella es la yeguaaaa calienteeeee don Pricilooooooo!!!!,

–Jajajaja!!! Por eso eres mi puta favorita pendeja, y dile quien eres tuuu, jajajaja!!!!

–Yo soy la potrancaaaaaa pervertidaaaaa!!!!

–Escuchaste maraca reculiaaaaa!!???, gruño nuevamente refiriéndose a Miriam Caballero, –Ahora dime quien eres tuuuu!!??,

La rubia quien recordó casi el acto quien era ella según don Pricilo, comenzó a exclamar…

–Siiiiiiiii!!! Yo soy la yeguaaaaaa calienteeee!!!… Don Priciloooooo!!!!

–Jajajajaja!! asi me gustaaaa!!! Y quien es la pendejaaaa que está al lado tuyooo!!!!

–Ellaaaa es la po… tran…caaaaaa pervertidaaaa!!!! Ohhhhh Diosssssssss!!!!!!!!!!, el vejete la apuntalaba más fuerte,

–Jajajaja! hasta que aprendiste rubia mal parida, jjajajaja…dile a la potranca pervertida que vaya por los pepinossss, jajajaja!!!

Miriam Caballero dentro de su profunda calentura quedo desconcertada, no tenía idea de lo que le estaba diciendo el vejete, por lo que se volteo para mirarlo sí que este no se había equivocado…

–Don Pricilo…no se a que se ref…

–Solo díselo putaaaaaa!!!!, Miriam Caballero no entendiendo nada, pero aún muy excitada miro a Cielo Riveros quien tenía el brillo de la perversidad en sus ojos, el viejo no paraba de follarla bestialmente, así que al mismo ritmo en que la empujaban solicito…

–Po…tran…caaaa… per…ver…ti…daaaa!… ve… a… buscar… los pe…pi…nossss!!, le solicito muy extrañada de lo que ella misma estaba haciendo…

En el momento en que Cielo Riveros se estaba poniendo de pie para ir por los pepinos, fue detenida por el vejete,

–Noooo pendejaaaa!, desde hoy en todas las oportunidades en que se quiten la ropa para que follemos deberán andar en cuatro patas!!… ustedes dos son mis yeguasssss!!!!!, les grito, –O acaso aun no lo entiendennn?!!!!!!

La joven automáticamente se puso en 4 patas, para luego muy femeninamente salir gateando de la habitación tal como se lo había pedido su macho.

Los ojos de Miriam Caballero se abrieron como platos en el momento de continuar estar recibiendo verga, al ver como Cielo Riveros hacia su ingreso a la habitación lentamente y a cuatro patas con dos sendos pepinos verdes, uno en cada una de sus manitas, pensó que estos debían medir por lo menos unos 40 centímetros cada uno, automáticamente supuso que la idea del vejete era de que ellas se los metieran por cualquier parte de sus cuerpos, y con solo imaginarse a ella o a Cielo Riveros ensartadas con aquellas gruesas y largas monstruosidades frutales, comenzó a moverse como despavorida, accionaba el culo contra la verga del viejo en forma aceleradamente desesperada mientras unas largas y espesas gotas de babas le caían desde su barbilla formando un gran charco en las sabanas de la cama, ella estaba ajena a esto.

Don Pricilo cuando se dio cuenta que Cielo Riveros ya venía llegando con el inusual encargo que le habían solicitado, continuo con sus salidas,

–Jajaja! ya estás aquí mi potranca pervertida!, tiéndete en la cama y demuéstrale a la yegua caliente lo hembra que eres cuando te culias tu solita un pepino, tal como me lo enseñaste a mí solo hace unos días, jejeje…

Cielo Riveros totalmente perdida en las oscuridades de la lascivia, se fue subiendo lentamente a la cama, antes los incrédulos y tiritones ojos de Miriam Caballero quien no podía creer que aquello estuviera sucediendo, la joven sin un mínimo de vergüenza se acomodó delante de su madre, poso su cintura y pelvis justo debajo de la verdosa mirada de una trastornada y perturbada Miriam Caballero para luego abrirse de muslos y mostrarle a ella lo que a continuación haría con uno de los pepinos.

La nena se ensalivo una de sus manitas y la llevo a su coñito para lubricárselo aún más de la que ya lo tenía, la rubia no perdía detalles de lo que hacia la hermosa joven, don Pricilo no dejaba de espolonearla con la única idea de que no se le fuera a enfriar la hembra y la fiestecita que se estaba pegando con ellas se le fuera a acabar.

Los sorprendidos ojos verdes de Miriam Caballero fueron testigos de cómo Cielo Riveros se comía por su vagina por lo menos unos 25 o 30 cts. del grueso pepino solo a escasos centímetros de su propia mirada, vio como la muchachita una vez que ubico la gruesa y redondeada punta verde del poderoso instrumento natural justo a la entrada de su conchita, para luego comenzar a metérselo lentamente hacia el interior de su cuerpo, las rugosidades de este y su textura se perdían por las rosadas carnes intimas de la nena, a la rubia le daba la impresión de que aquel apetitoso consolador no terminaría jamás de introducirse por completo, hasta que vio que este al parecer ya había llegado hasta el final del reducto íntimo de la nena quedando afuera una cuarta parte de este, estuvo segura que Cielo Riveros no se lo siguió metiendo por no tener ya más espacio donde meter, calculaba que fácilmente este le podía haber llegado hasta la misma altura de su ombligo, luego de unos deliciosos minutos de lentos mete y saca, veía como la nena lo retiraba solo hasta la mitad para volver a enchufárselo a la vez que a cada metida del fruto dentro de su tajito la joven iba aumentando la velocidad en que se lo introducía, esto ya fue mucho para la enloquecida rubia, que nunca en su vida se había imaginado a ella misma participando en una orgia de sexo de aquella categoría, hasta que su cuerpo sin darle previo aviso, solo la hicieron explotar,

–Ohhhhh!!!! Diosssss Ohhhhhh!!! Diosssssssssssss…, que pepino más ricoooooo!!!!!! Mmmmmmmmm… Ahhhhhhhhh!!! Me estoy corriendooooo muy ricoooooooooo….!!!!!!

El vejete al darse cuenta de la exquisita forma en que Miriam Caballero se retorcía y le movía el culo en enloquecedores círculos y echándose para atrás cuando el accionaba hacia adelante sintió que su verga era bañada en una manantial de fluidos calientitos, que casi lo hacen acabar, por lo que retiro su verga totalmente bañada en las exudaciones femeninas de Miriam Caballero y tal como estaba se fue en dirección de los purpuraceos labios de Cielo Riveros que en esos momentos estaban entre abiertos y gimiendo con el pepino perdido en lo más profundo de su zorra, ella al sentir el húmedo y caliente glande posarse sobre sus labios abrió su boquita y simplemente se la engullo para ponerse a chupar la verga si como esta fuera un biberón, a la vez que sorbió y se bebió todos los jugos vaginales de Miriam Caballero los cuales habían sido impregnados en aquella monstruosa masa de carne.

La rubia aun seguía retorciéndose a un extremo de la cama gozando a plenitud de las delicias del desquiciante orgasmo que le habían regalado a sus curvas, el ver la imagen de la dulce muchachita chupando la verga que goteaba sus propios flujos vaginales casi la noquearon.

El viejo ya no daba más de gozo, sentía que en cualquier momento descargaba sendas cantidades de semen en la boca de la dulce hembrita que en aquellos momentos mamaba verga como condenada, tuvo que sacar todas sus fuerzas de contención y concentración para no desparramarse, ya que él sabía que aún faltaba lo mejor, quería ser testigo principal de como ese par de mujeres, madre e hija, le brindarían la mejor función lésbica que jamás haya presenciado en su perra vida, pero sabía que tener que ir lento, aunque también advertía que ya estaba a solo un paso de hacerlas entrar al mundo de la perversión total. (Jejeje)

Don Pricilo vio como la rubia estando estirada al lado de donde estaban ellos respiraba aceleradamente y con sus ojos cerrados, señal que ya se estaba recuperando de los violentos escalofríos que había sentido su cuerpo al haberse ido cortada, el depravado vejete estimo que ya era hora de ponerse manos a la obra.

Una vez que el viejo logro que Cielo Riveros de una buena vez se sacara el pepino de entre sus muslos por un rato, hiso que ella se pusiera de rodillas en la cama, para luego tomar el aun tembloroso cuerpo de Miriam Caballero y hacer lo mismo, así las tubo a ambas, una arrodillada junto a la otra, para el posar su obesa humanidad justo al frente de ellas, las hembras aun en estado de éxtasis y con sus mentes alteradas y asaltadas por un sin número de morbosidades solo esperaban a que les dijeran que les tocaba hacer a continuación.

El viejo pillo de don Pricilo volvió al ataque sirviéndoles otra ronda de wiskis con los vasos llenos y sin nada de hielo, Cielo Riveros y Miriam Caballero que prácticamente aún se mantenían calientes no estaba para negarle nada al macho dominante del trio, por lo que se mandaron los brebajes de una y al seco, el viejo vivo solo se sirvió una bebida energética.

Ya estando los tres de rodillas en la cama el viejo abrazo a ambas mujeres por sus respectivas cinturas, para comenzar a besarlas y masturbarlas con sus gruesos dedos alternadamente, se abrazaba al desnudo cuerpo de Cielo Riveros para besuquearla asquerosamente en su boca y con su mano perdida en el coño de la hembra, haciendo ambos morbosos sonidos con sus lenguas y salivas, para luego soltarla y abrazarse de la misma forma a Miriam Caballero, en donde se besaban de la misma forma acalorada que la anterior, por cada cambio de pareja que hacia el vejete la hembra desocupada debía esperar sumisamente su turno, lo estaban pasando muy rico pensaban ambas féminas cuando esperaban que les tocara y a la misma vez que ahora eran ellas las que en la ansiada espera se comenzaban a masturbar solitas.

El vejete cuando estaba en un acalorado sobajeo y besuqueo con Miriam Caballero estiro su brazo para atraer a ellos a Cielo Riveros, la tomo por su cintura e hiso que ella quedara muy apegada al cuerpo de Miriam Caballero, en donde por primera vez ambas sintieron como se adosaban las suavidades de sus sudorosas pieles, como así mismo sus tetas se empezaron a comprimir entre ellas, a las hembras no les importaba nada estaban entregadas y dispuestas a todo.

Aunque la más nerviosa era Miriam Caballero quien sabia y estaba clara para donde pretendía llevar el asunto el vejete.

En un minuto dado don Pricilo les dijo como serían las cosas de aquí en adelante, mientras se las apretujaba con un ardiente abrazo, con su cara fea muy cerca a las de ellas,

–Escúchenme bien zorras asquerosas, en vista de lo mucho que me gusta culiarmelas, y en que los tres nos entretengamos con nuestros jueguitos, desde hoy día nosotros tres pasamos a ser “una sola pareja”…

Lo que decía el vejete era totalmente absurdo, así lo pensaron ambas mujeres, ¿Cómo era eso de que ellos tres eran una pareja?…

–Don Pricilo creo que Ud. se ha equivocado…nosotras…, Cielo Riveros quería explicarle que 2 + 2 son 4, pero el vejete la interrumpió en el acto,

–Los tres somos una pareja y se acaboooo!!!!!!, gruño el vejete, a la misma vez que se las comenzó nuevamente a devorar alternando sus besuqueos una con la otra.

A las hembras no les quedo más opción que acatar, los tres eran una pareja y así se zanjaba el asunto, según el viejo jardinero.

El triángulo amoroso era de por si endemoniado, el viejo Pricilo sacaba su asquerosa lengua para que ambas mujeres así lo hicieran y el resultado fue más que satisfactorio, llevaban varios minutos en que las tres chapoteantes lenguas se batian ferozmente entre ellas, mientras que cuatro femeninas manos masajeaban la verga y los testículos del felizjardinero, este disimuladamente se fue retirando hacia atrás quitando el mismo las femeninas manos de su verga, hasta que una vez ya separado de ellas, Cielo Riveros y Miriam Caballero quedaron solas y aun con sus lenguas haciendo círculos entre sí, hasta que lentamente y ambas envalentonadas por lo erótico de la situación fueron acercando sus bocas, para que sus labios hicieran contacto entre ellos… y lo hicieron.

Miriam Caballero y Cielo Riveros se estaban besando efusivamente con sus bocas bien pegadas y con sus leguas enfrascadas en una ardiente lucha que ninguna de los dos deseaba que se terminara.

El viejo viendo lo concentradas que estaban las mujeres en el lujurioso atracón que se estaban dando, acomodo unos almohadones y encendió un cigarrillo para disfrutar del espectáculo, vio cuando fueron en primera instancia las temblorosas manos de Miriam Caballero las que tímidamente y con delicadeza comenzó a tocar el suave y curvilíneo cuerpo de Cielo Riveros, palpando y sintiendo cada pronunciada curva que ella poseía. La nena por su parte aunque confundida sabía que esto le debía encantar a su macho por lo que no lo dudo para ella comenzar a hacer lo mismo, el vejete estaba en el cielo viendo como esas dos hermosas mujeres se estaban comenzando a dar de a poco.

No era que Cielo Riveros o Miriam Caballero se sintieran enamoradas una de la otra, o que tal vez ambas se desearan, ni ninguna mamada parecida, era la misma situación la que las arrastraba a lo que estaban a punto de realizar, ambas se sabían atractivas, pero lo que ellas sentían en aquellos momentos era solamente autentica y genuina calentura, una excitación sin precedentes por hacer lo que el viejo les ordenara o lo que él quisiera de ellas. Los efectos del alcohol habían hecho muy bien su trabajo en los acalorados temperamentos de las espectaculares ninfas.

Una vez que se separaron del ardiente besuqueo en el cual se habían encontrado enfrascadas, fue la rubia quien le hablo primero al vejete,

–Le gusto lo que le hicimos don Prici…?

El viejo quien estaba todo tembloroso encendiendo otro cigarrillo, la vio con la sensualidad con que le consultaba, como a su vez vio a Cielo Riveros mirándolo con carita de niña buena y con uno de sus deditos puesto en su labio inferior, por lo que solo contesto…

–Siiiiii mami…como me calientan el par de putas de mierdaaaa!!! Continúennnn!!!!!…les vocifero,

Ambas mujeres se miraron nuevamente sonrientes, hasta que Cielo Riveros al sentir sus tetas aplastadas con la de Miriam Caballero, y al tener posadas sus manitas en las suaves y pronunciadas caderas de la rubia, instintivamente su cara se le transformo por el del deseo carnal haciendo que exquisitamente se mordiera su labio inferior, Miriam Caballero con solo ver aquella femenina y sexy expresión, casi actuó por reflejo le bajaron unas instintivas ansias de querer comérsela, sus manos que se mantenían en la cintura de la joven bajaron hasta llegar a sus firmes caderas siguió un poco más hacia abajo hasta alcanzar al nacimiento de sus duras y sedosas nalgas pero aun así algo hiso que se detuviera, hasta que se sintió asaltada por los frescos labios de Cielo Riveros que no se aguantó de volver a probar la boquita de aquella hermosa mujer rubia con la cual se encontraban manoseándose en forma mutua.

Las hembras se besaban en forma exquisita sus manitas de ambas solo se mantenían a la altura de sus caderas, ninguna de las dos se atrevía a llegar más lejos, don Pricilo con su cara de degenerado se masturbaba con sus dos manos y con el cigarro en la boca, echando humo como una verdadera locomotora a carbón, hasta que decidió que iba a ser el quien les echara una manito para que las evas hicieran cositas más ricas y apetitosas para su verga, como pudo apago el cigarro casi con sus dedos para acercarse a ellas y darle sus instrucciones,

–Es muy rico ver como se besuquean, pero ahora quiero que se toquen la zorraaaaa!!!! Las mujeres continuaban con su enardecido beso, parecían no escucharlo, el viejo caliente hasta la muerte, les volvió a gritar, –Vamos quiero que se zorreen!!!!

Para el pobre viejo fue como un milagro cuando vio que la fina manita de Cielo Riveros se despegaba de la curva cadera de la rubia para comenzar a bajar en forma temblorosa por las suavidades de su vientre, como a su vez la piel de todo el cuerpazo de Miriam Caballero se erizo por completo al sentir aquella suave y femenina mano que iba bajando por su estómago en franca decisión de tomar posesión de su vagina, sin separarse de los labios de Cielo Riveros cerro sus ojos para esperar a que esto sucediera.

Cielo Riveros quien no era consciente de la barbaridad que estaba a punto de cometer, fue bajando su mano, a la vez que experimentaba lo rico que era tocar a Miriam Caballero en esa parte de su cuerpo, hasta que sintió en su propia manita nerviosa una rica curvatura pélvica con unos sedosos pelitos, los toco y los froto por un rato hasta que ya sin pensarlo más comenzó a tantear ya explorar aquella rica y jugosa vagina que le pareció estar esperándola.

La rubia al sentir la mano de Cielo Riveros que ya la masturbaba tímidamente se separó de los labios de ella y con una viciosa sonrisa de degenerada miro al techo de la habitación sintiendo y gozando de lo que le estaban haciendo ahí abajo.

El viejo babeaba de lujuria, aun así él quería más,

–Vamos rubita tocale la zorra tu tambiennnnn…, don Pricilo rogaba tal cual como le ruega un niño a su madre por un caramelo, –Vamos se buenitaaaa conmigoooo y dame lo que quieroooo… el vejete se apretaba la verga para no mandar los lecherazos de semen en cualquier dirección…

Miriam Caballero viendo que ya casi no había nada más que hacer, y aceptando en darle en el gusto al feroz jardinero llevo su trémula y nerviosa mano a la vagina de Cielo Riveros en donde experimento las mismas ricas suavidades con los pendejitos negros de la nena, comenzando a acariciarla y a masturbarla tal como a ella también se lo estaban haciendo.

La escena era enloquecedoramente obscena y morbosa, las hembras se besaban y poco a poco se fueron soltando en sus prohibidas caricias intimas, ambas se introducían tímidamente el dedo medio sintiendo y explorándose las acuosas tibiezas de sus vaginas, luego de unos cuantos enloquecedores minutos de perversa masturbación ya se sobajeaban la zorra sin ningún tipo de recato, ambas estaban mojadas, notorias cantidades de líquidos escurrían por los muslos de cada una, en estos momentos cada una de ellas probaban en forma hambrienta los líquidos íntimos de la otra, hasta que sin que el vejete les dijera nada lentamente se fueron recostando para así poder jugar más cómodas, o sea… madre e hija prácticamente se estaban… acostando!!!!

Era Cielo Riveros la que en esos momentos estaba más efusiva que Miriam Caballero siendo que había sido la rubia la que primero había visto con ojos de mujer a su propia hija, pero eso a estas alturas daba lo mismo, el caso es que las dos se encontraban siendo atacadas por un severo ataque de calentura, que las estaba haciendo hacer atrocidades innombrables.

La nena de 18 años quedo recostada de lado en el portentoso cuerpo de Miriam Caballero quien se encontraba puesta de espaldas, Cielo Riveros le lamia el cuello como si tuviera hambre, ese rico olor a jabón perfumado y a shampoo le atraían tanto como las fuertes hediondeces de don Pricilo, fue bajando y lamiendo hasta que nerviosamente se encontró con una fenomenal montaña de carne, puso especial atención el rosado y pequeño pezón similar al de una quinceañera, señal inequívoca que daban a demostrar la verdadera y real fineza de aquella tremenda rubia de 35 años.

–Vamos potranca pervertida…jajaja!!! Chupale las tetas a la yegua calienteee!!!, le ordenaba el viejo ahora parado al lado de la cama y con un vaso de wiski con hielo en su mano derecha, y con la otra puesta en su cintura, la verga le pulsaba rápidamente de arriba para abajo, había querido dejarle la cama para ellas solas.

Las dos mujeres escuchaban la voz del vejete como si este estuviera en otra dimensión, pero asumían que era cierto, ambas eran calientes y degeneradas cuando un macho sabia transportarlas a ese rico estado en el cual se encontraban, como así también ya veían a don Pricilo como un verdadero macho caliente y único dueño de ellas.

Cielo Riveros comenzó a dar pequeños besos alrededor del reluciente pezoncito, hasta que no aguantando más abrió su boquita y se lo comió entero empezando a chuparle las tetas con ahínco, se las lamia y se las succionaba como una verdadera bebita, tal como lo había hecho ya hace 17 años y 6 meses para ser más exactos. Su lujurioso temperamento la invitaban que siguiera lamiendo en dirección hacia abajo y así lo hiso, cuando Miriam Caballero se percató de esto abrió sus ojos y vio el portentoso cuerpo de Cielo Riveros puesto en 4 patas y que ya iba haciendo con su fresca lengüita desquiciantes círculos a la altura de su ombligo, una viciosa y nerviosa sonrisa se apodero de su rictus, su cuerpo temblaba de deleitosa perversidad.

La rubia sin saber que hacer pero muy segura de querer sentir miro al vejete como para consultar instrucciones, y cuando se cruzó con su burlona sonrisa este solamente le asintió como dando su autorización para que ella abriera sus brillosos y torneados muslos, lentamente se fue abriendo de piernas hasta quedar totalmente abierta y ofrecida, Cielo Riveros ya estaba una cuarta de llegar a su ranura intima.

La nena sentía en su lengua la extrema suavidad de la piel de Miriam Caballero, paso por su ombligo y siguió cuesta abajo, hasta que por fin supo que estaba solo a milímetros de encontrase con esos hermosos áureos pelitos que había visto cuando don Pricilo la había estado culeando, una vez que llego a ellos se sintió invadida por una extraña sensación de eroticidad, los vio doradamente brillosos y no dudo para olerlos, para frotar su cara en ellos combinándolo con tímidas pasadas de lengua que poco a poco se fueron acentuando, el aromático olor a hembra que expelía de una rosada entrada vaginal la invitaron a acomodarse entre los abiertos muslo de aquella hembra de ensueño, así es como la veía por lo menos en esos momentos, ordeno femeninamente su alisado pelo negro hacia un lado de su cara y siempre puesta en 4 patas bajo su cabeza lentamente como a su vez fue abriendo su boca buscando el Angulo perfecto para que de un puro y voraz bocado zamparse en su totalidad aquella enloquecedora abertura intima jaspeada con escasos bellitos crespos y dorados, para quedarse pegada a ella y solo moviendo su legua en círculos por espacio de unos buenos minutos.

Miriam Caballero cuando sintió los labios y lengua de Cielo Riveros pasearse por su vagina instintivamente empuño las sabanas de la cama como a su vez inclino sus caderas hacia arriba, para hacer la comunión de boca y vagina aún más completa de lo que ya era. Su cuerpo vibró ante las oleadas de intensos escalofríos que la invadieron, sus piernas se abrieron aún más de lo que ya las tenía, entregándole a Cielo Riveros una buena cantidad de líquidos que le soltó por su vagina, sus delicadas manos se desentendieron de las sabanas y buscaron su cabeza para comenzar a apretarla con fuerzas contra su chorreante coñito y toda ella estalló en un orgasmo intenso y enorme…

–Ahh!!… ahhh!!!… ahhhhhhh!!!!… me voooyyy!!!… me voyyyyyyy!!!!!! Uuuhhh!!!!!…Ohhhhhhhh!!!!!! si…gue chu…pan…dooooo!!!!, –Exclamaba respirando agitada y convulsionadamente, –Es tan ricooooooooo!!!!!!!!!!, Mmmmmm!!! Me vieneeee… me corrooo en tu bo…caaaaaa… pen…de…jaaa per…ver…ti…daaaaaaaaaaa!!!!!!!, gritaba sin dejar de hacer círculos con sus caderas, y con Cielo Riveros que aún no despegaba su chorreante boca de la orgasmeada vagina bebiéndose todo lo que le salía de ella como si fuera el más rico almíbar de caramelo.

Miriam Caballero se sentía culpable ante lo ocurrido y no sabía qué hacer, pero de lo que si estaba clara era que aún seguía sintiendo muy rico, el vejete por su parte se daba cuenta que la nena nuevamente estaba iniciando otra chupada más profunda y golosa que la anterior, la rubia continuaba gimiendo…

–Ohhh!… ahhh!! Siiiiiiiiii!!!!!… uhhh!!!… Mmmmmm!!!!! Ayyyy que ri…cooooooo!!!!!…

Su cuerpo se desmadejaba antes las exquisitas succiones de Cielo Riveros quien en esos mismos momentos estiro una de sus manitas agarrando un sendo pepino, largo y grueso como a ella le gustaban, este debía tener un grosor de 7 ctm. por lo menos, y viendo en las lamentosas condiciones de excitación en que se encontraba su compañera de depravaciones, se aprovechó de la situación.

Miriam Caballero estaba con los ojos cerrados y respirando agitadamente, un rictus de verdadera fascinación sexual se enmarcaba en su bello rostro, con sus doradas cejas fruncidas hacia arriba, y con su exquisita lengua relamiéndose los delineados labios, expresaba lo bien que se lo estaba pasando en aquellas condiciones, Cielo Riveros sin dejar de lamer no le dio tiempo de reacción, apoyo la punta del enorme y voluminoso pepino en la entrada de su vagina y de un solo empujón se lo enterró en su cuerpo hasta más de la mitad.

Los ojos de la rubia se abrieron como platos al sentir la violenta irrupción, sus labios temblorosos dibujaron una O de sorpresa y excitante conmoción, y mirando en dirección hacia sus muslos abiertos de su garganta broto un largo y angustioso gemido…

–Ahhhhhhhhhrrrrrrrrrrjjjjjjjjjjj!!… Esoooo… nooooooo!!!… nooooo… esss… muuuyyy grandeee y gruesooooooo!!!!

El viejo que ya estaba que se desmayaba de tanta perversión, apoyo la cruzada de Cielo Riveros aportando sus impresiones,

–Si yeguitaaaa!!!… es tan enorme y gordo como el mío, jejejeje pero ya verás que te va a gustar un montón!!!! Cielo Riveros sin esperar nada más le mando otro empujón del pepino hacia adentro, enterrándoselo casi el total de su longitud.

El poderoso y estremecido cuerpo de la dorada hembra ensartada lo aguanto todo, al mismo vaivén en que la nena movía el pepino, ella comenzó a bailar con su cintura y caderas al mismo ritmo cadencioso en que selo metían y sacaban, ya no pudo hacer nada más… solo gozar!!… gozar!!! y gozar!!!!, y para luego volver a gozarrrrrr!!!!!!…

La rubia, abierta de piernas al máximo se dejaba arrastrar por los vibrantes apuntalamientos que Cielo Riveros le propinaba con el grueso pepino vergal, se sabía empapada y ansiosa de que siguieran haciéndole cosas, a la vez que se sentía desbordar de tantos deseos, mientras seguía moviendo su cintura como una culebra,

–Ohhhh!… otraaaa vezzzzzz noooooo!!, exclamó cuando empezó a sentir las contracciones involuntarias de su vagina, esas que le anunciaban la llegada de otro potente y escalofriante orgasmo, siendo que verdaderamente eso mismo era lo que más quería en esos momentos, gimiendo de placer se apretaba con fuerza sus tetas, estaba tan mojada, que ahora el pepino que le metían rápidamente se le deslizaba profundamente en su interior con una facilidad increíble.

Veía como don Pricilo se masturbaba con una cara de auténtico degenerado, y así lo era. Miriam Caballero tan caliente como el vejete pensó que este ya estaba a punto de eyacular, lo observaba como este se apretaba la verga y se la pajeaba efusivamente, a estas alturas deseaba que el pepino que le encajaban en el coño fuera la potente verga de don Pricilo la que la estaba poseyendo, su zorra en estos momentos era un verdadero volcán apunto de hacer erupción, se mordía los labios mientras sentía las deliciosas contracciones que hacia su coño al cual no paraban de ensartar.

Por su parte Cielo Riveros quien disfrutaba brutalmente con lo que estaba haciendo, se decía que para ella era delicioso ver aquella rubia vagina contraerse así y que con cada contracción brotara aquella humedad de líquidos que tanto le gustaban, ella los iba recogiendo con su lengua.

La bella rubia ya tenía el rostro enrojecido, su respiración era espasmódica y sus hermosos ojos verdes habían adquirido un extraño brillo, a causa de tanta morbosidad y excitación sufrida desde la noche anterior, ya eran casi las 11 de la mañana y el trio no tenía ninguna intención de parar aquel indecente bacanal de sexo desenfrenado que se estaban mandando.

En un momento dado en que la nena dejo ensartado el pepino en el coño de Miriam Caballero para descansar un ratito, la rubia rápidamente se enderezo en la cama arrodillándose en esta, Cielo Riveros quedo sorprendida cuando la vio meter su mano por su coño y retirárselo empapado de exudaciones zorreales, y más consternada quedo cuando Miriam Caballero en forma sensual le pidió ,

–Abre tus piernas…, Cielo Riveros veía el brillo de viciosilla que tenía la mujer en sus ojos, en esos momentos la nena se había tendido de espaldas, y tenía las piernas cerradas, la pendeja la miraba con una mezcla de calentura y fascinación a sus ojos, pero aún se mantenía con las piernas cerradas,

–Te he dicho que me abras tus piernas, le repitió usando un tono de voz más exasperado, producto de lo desesperada y caliente que estaba por consumar lo que se le había ocurrido.

Cielo Riveros obedeció, lentamente fue subiendo sus muslos y abriéndolos hasta quedar en la misma posición en que las mujeres se ponen cuando están por parir un hijo, con la diferencia de que ahora era al revés, a la nena le iban a meter algo por la zorra, Cielo Riveros ya estaba muy excitada, por lo que se quedó quietecita y mirándola con las piernas bien abiertas y expuesta.

Don Pricilo rodeaba la cama de un lado a otro buscando el mejor Angulo, para poder observarlo todo, sentía las tremendas ganas de volver a cogérselas, pero aquella ardiente función que le estaban brindando esas dos mujeres desnudas era para los Dioses, y él no estaba dispuesto a perderse ningún detalle de la que ahí estaba ocurriendo, el olor a sexo y a coño, alcohol y tabaco estaban impregnados en aquella lujuriosa habitación de la casa de los Riveros, y ninguno de sus participantes sentía cansancio ni sueño, todo esto era muy extraño, pero también muy rico.

Miriam Caballero observaba a la joven hembrita con sus portentosos muslos bien abiertos y alzados, sus brillosos pelitos negros de su íntima rajadura rosadita la invitaban a devorárselos, la rubia quien mantenía el chorreante pepino en una de sus manitas, se acomodó de rodillas al medio del cuerpo de la tierna joven de ojos azules, temblorosamente lo apunto al medio del tajito de Cielo Riveros y cerrando sus ojos simplemente se lo metió,

–Auuuuuuuuuuggggggg!….Mmmmmmffsssss!!, gimió la nena al sentir el ensartamiento de verga verdosa y natural, Miriam Caballero lo vio entrar hasta más de la mitad, para luego lentamente ir sacándolo de aquel hermoso coño que se encontraba solo a centímetros de sus ojos, se asombró mucho al verlo salir más mojado y brilloso debido a los exquisitos jugos de su hija, miro como los labios de su zorrita apretaban aquella monstruosidad vergal como si ella no quisiera que se lo sacaran, y se calentó aún más de lo que ya estaba al ver a Cielo Riveros como se mordía el labio inferior, y al tenerla con susojos centelleantes y sus mejillas encendidas, aun así se lo retiro por completo.

Miriam Caballero quedo impactada al ver la panochita de Cielo Riveros totalmente abierta para ella, y con una cuantiosa cantidad de líquidos que escurrían desde su interior, noto nuevamente aquel exquisito olor a coño en estado de calentura que hicieron que instintivamente lo volviera a meter en la jugosa vagina de su hija.

–Agggggggggg!! Ohhhhhhhh!! Ujjjjjjjssssssssss!!!, gemía y se convulsionaba la nena enarcando su espalda y con las facciones de su carita contraídas por una ardorosa y nueva excitación, cerraba y abría sus ojos sintiendo y gozando al máximo de lo que le estaban haciendo.

La joven sentía como su conchita se la vaciaban y se la volvían a llenar, ella sabía que era su propia madre quien se lo metía cada vez más y más adentro, hasta que lo sintió llegar al fondo de su vagina, hasta la misma entrada de su útero.

-Mmmmm…Ohhhhhh… mami siiiiiii…hacemelooooooo!!!

Miriam Caballero quedo impactada por algunos segundos, era la primera vez de aquella convulsionada mañana que caia en cuenta de las perversidades que estaban haciendo ella y su hija, pero debido a la inmensa calentura que la invadia solo se atrevio a decirle,

–Cielo Riveros…por favor… solo llamame Miriam Caballeroaaa…le dijo con su voz temblorosa a la vez que miraba al viejo Pricilo, en donde recordó el papel que ella ocupaba cuando estaba con el vejete, así que ahora termino diciéndole, –O solo dime Yegua calienteeeee…, a la vez que comenzaba a meterle y sacarle el pepino en forma más acelerada.

La nena notaba como se lo metían hasta la mitad, para en otras ocasiones comérselo hasta el fondo, su cuerpo se movía febrilmente, lo sentía entrar una y otra vez, Miriam Caballero por su parte se dio cuenta de lo que estaba haciendo, estaba follando a su propia hija con un enorme pepino, y el solo hecho de saber que ella había hecho lo mismo con su cuerpo le hicieron ir calentándose aún más, por lo que se dio a follarla ahora más rápidamente, la oía gemir, la veía retorcerse de placer, hasta que su desequilibrada mente la animo a ponerle más condimento a la caliente situación,

–Te gusta que te lo metaaaa… potranca pervertidaaaaa!!??, le soltó sin dejar de meter y sacar,

–Siiiiiiiii!…massss…masssss rapidooooo!!…muévelo mas rapidoooo!!!… ye…gua… calienteeeeeee!!!!!…

Lo que escuchaba el ardiente vejete era la mejor música jamás escuchada por sus oídos, no sabía qué hacer con tanto semen acumulado en sus testículos, pero las blasfemias de ambas mujeres tenían para rato…

–Asiiii?…te gusta asiiiiii!?, le preguntaba follandosela con más rapidez que antes,

–Siiiiiiiiiiiiiiiiiii…yeguitaaaaa ricaaaaaaaaa!!! Cogemeeeeee!!! Culiameeeee mas rapidoooooooo… mas profundoooooo!!!!!

El tremendo cuerpazo de Cielo Riveros se templo, su espalda se arqueó sobre la cama y sus ojos se cerraron con fuerza, a la vez que estiraba y encogía sus muslos como si verdaderamente estuviera culiando con un hombre, Miriam Caballero miraba extasiada como su hija se corría en un fuerte orgasmo justo al frente de ella, le veía la zorra empapada producto de las soberbias eyecciones de jugos que Cielo Riveros le soltaba y que a la misma ves le salpicaban la cara, su excitación fue a tal grado que ni se dio cuenta que ella misma se estaba meando producto de una inmensa calentura jamás sentida por su cuerpo, sentía en sus muslos como corría aquel amarillo liquido el cual formo un inmenso charco en la cama, pero a ella no le importaba, sus fosas nasales se le habían tapado y debía respirar por la boca para no ahogarse, mientras la hermosa Cielo Riveros seguía contorsionándose debido a las fenomenales y eléctricas convulsiones que habían atacado todo su sistema neurálgico, fue un orgasmo espectacular.

Cuando Cielo Riveros por fin dejó de correrse quedó con todo su cuerpo tembloroso y encabritado sobre la cama, sus esplendorosos muslos aún continuaban abiertos, Miriam Caballero tan temblorosa como su hija le fue sacando lentamente el pepino desde el fondo de su zorra, se lo retiro despacito, y lo vio salir brillante y reluciente producto de lo muy mojado en que lo había dejado la nena. Cielo Riveros con sus ojos cerrados siguió permaneciendo con sus bellas piernas bien abiertas, y con una viciosa sonrisa de placer recién saciado en los labios.

La rubia protagonista que no podía salir de aquel delicioso estado de morbosidad, observó ahora con más detenimiento la atrayente zorra que se gastaba Cielo Riveros, que a pesar de haber tenido incrustado un inmenso pepino esta se le había cerrado y vuelto a su estado natural, se la veía chiquitita y apretada, con un pequeño chorrito de flujos que salían lentamente de su vagina.

Las dos soberbias hembrotas se miraron a los ojos fijamente, estaban con sus cuerpos sudados y mojados de sus propios líquidos vaginales y de otros no tanto, que ya se habían entremezclado y que morbosamente bañaban y aceitaban sus tremendos cuerpazos que aún se mantenían deseosos de seguir probándose una a la otra.

A todo esto don Pricilo estaba encantado pero decidió cambiar el escenario para que ese par de yeguas siguieran haciendo sus ricas cochinadas,

–Jejejeje! Pero quien iba a pensar lo degeneradas que me iban a salir el par de zorras pervertidas!!… bájense de la cama y vamos moviendo esos culos que nos vamos a la sala…jajajaja!! Allá podrán seguir jugando entre ustedes…. jajajaja!!!!

Cielo Riveros y Miriam Caballero gateaban en forma acompasada en dirección a la sala de estar, sus hermosos muslos se movían femeninamente por cada paso de avance que ellas hacían, sus voluminosas tetas se mecían en forma pausada y sincrónica al femenino compas en que sus cuerpos se movían, el viejo las seguía como si ellas fueran unas perras y el fuese su dueño.

El fuerte sol del mediodía iluminaba todo el living de la casa, y las hembras ya estaban arrodilladas en la alfombra esperando instrucciones de lo que don Pricilo les ordenara de lo que ellas hicieran. El viejo estirado y bien acomodado en el sofá como si él fuese el Cesar de Roma, se masajeaba la verga admirándolas, las veía en el calamitoso estado en que se encontraban, con sus muslos cerrados y casi escondiendo sus tímidos pelitos negros de una y dorados de la otra, sus cuerpos eran de infarto meditaba el vejete recorriéndolas por cada una de sus curvas, les vio sus finos y delicados rostros, cada una con sendas ojeras debido al trasnoche y también del cansancio, aun así ambas dos se veían desquiciantemente hermosas, ninguna de las dos ponía ningún tipo de objeción para que todo lo que estaba allí ocurriendo se acabara.

La ronca voz del vejete las saco de su letargo…

–Continúen par de putas!!… me encanta verlas como hacen cochinadas, jajajajaaaaa!!!

Ambas se quedaron mirando serias, era obvio que ellas también no se cansaban de darle morbo al viejo que les había cambiado sus vidas en tan corto tiempo, sus respiraciones gradualmente se empezaron a agitar, simplemente se voltearon para quedar nuevamente una frente a la otra en donde no dudaron en comenzar a sobajearse para de vez en cuando mirar al vejete como consultándole si lo estaban haciendo bien, el viejo solo les dejaba ver su ennegrecida y diabólica sonrisa.

A los pocos minutos de prohibidas y desvergonzadas tocaciones en sus partes íntimas pasaron a los besos con lengua, estos eran interminables, Cielo Riveros y Miriam Caballero recorrían sus cuellos besando y lamiendo cada centímetro de sus caras y labios, sus tetas estaban aplastadas y contraídas entre ellas, e inconscientemente por cada segundo que transcurría sus cuerpos se iban apegando cada vez más, sus estómagos ya estaban adosados uno junto al otro, ambos ombligos estaban exactamente a una misma altura y muy apegados, y siguiendo más abajo, los escasos bellitos íntimos y dorados de Miriam Caballero ya casi se rosaban con los pelitos negros y brillosos de Cielo Riveros.

El viejo estaba babeando al darse cuenta que sus dos mujeres ya estaban a punto de realizarle lo que su insana sexualidad quería presenciar y casi se infarto cuando vio nítidamente que ambas caderas, muy despacito hacían movimientos como de querer refregarse con sus pelvis.

Las lujuriosas hembras se encontraban sumidas en el placer de sus propios aromas, y atraídas por unos extraños deseos de quererse mover como si estuviesen culiando con un hombre, lentamente se empeñaron en juntar sus coñitos, lo que estaban sintiendo era muy rico para ellas solo lo harían por un ratito, solo para probar que se sentía.

Don Pricilo nerviosamente encendió un cigarrillo cuando se dio cuenta que ambas pelvis se habían juntado y se buscaban enloquecedoramente entre así, en el silencio de la sala solo se escuchaban las salivas de sus delicados besos, como también se oía claramente el sonido de sus encrespados pelitos como se raspaban entre ellos refregándose en forma calientemente desvergonzada.

Cielo Riveros y Miriam Caballero atraídas por sus propias esencias de mujer y por un deseo irrefrenable por sentir nuevos placeres, lentamente se fueron separando y recostando en la almidonada alfombra que adornaba lo que había sido una elegante sala, quedando semi recostadas una frente a la otra, no hacían falta instrucciones de nadie, gradualmente se fueron acomodando a la vez que se entre cruzaron de piernas, ambas vaginas mojadas y pulsantes se encontraban solo a centímetros una de la otra, la situación era evidente ellas estaban a segundos de hacer la tijera.

Ya no había nada más que esperar, las hembras estaban en la posición perfecta para hacer lo que sus vibrantes cuerpos ansiaban desde hace minutos, ambas respiraciones eran espasmódicamente agitadas, sus temblorosas piernas se habían entrecruzado por cada una de sus monumentales anatomías, pero aun así no se atrevían a consumarlo, ambas se miraban sin saber cómo empezar, hasta que Cielo Riveros con una anhelante mirada de calentura, le solicito a Miriam Caballero lo que ella quería que ambas hicieran…

–Ha…ga…mos…looooo!!, le dijo con su vocecita entrecortada.

Miriam Caballero quien hervía en un mar de ardientes deseos levanto una de sus piernas para acomodarse mejor, y fue ella quien avanzo su vagina hacia adelante para que de una buena vez por todas juntarla con la de la nena.

El primer suave impacto de ambas panochas fue diabólicamente placentero para ambas mujeres, Cielo Riveros cuando sintió el contacto cerro sus ojos y paseo su lengua por todo el contorno de sus labios en señal de placentero disfrute, la rubia por su parte y tan excitada como Cielo Riveros solo la miraba dándose placer hasta con sus ojos por todo lo que estaba viendo y sintiendo.

El vejete no quería creerla, por fin estaba presenciando el mismo lo que tanto había deseado, como desesperado se acercó a ellas para mirar bien de cerca aquella hermosa unión de zorras, solamente dejo que ellas hicieran lo que quisieran con sus portentosos cuerpos.

Ambas panochas en forma eróticamente pausada comenzaron a sobarse y moverse, las cuales se acondicionaron y aceptaron rápidamente y en forma satisfactoria.

Don Pricilo veía como las hermosas vaginas se pegaban entre ellas y se absorbían mutuamente y en forma intensa.

Miriam Caballero sostenía una hermosa rodilla doblada de Cielo Riveros por casi sobre de una de sus tetas, ambas movían sus caderas haciendo eróticos escarceos circulares con sus pelvis, sus labios vaginales daban la impresión que se estuvieran besando, sus enloquecedores círculos que hacían con sus panochas los combinaban con eróticas fricciones que parecían querer sacarse chipas de sus zorras, y lo que realmente salían de ellas en esos deliciosos momentos era calientes cantidades de jugos y líquidos íntimos que daban a demostrar lo bien que se la estaban pasando esas dos zorras pervertidas, sus femeninos y ardorosos meneos gradualmente se comenzaron a hacer más rápidos y desesperados, las mujeres cerraban sus ojos para así sentir más rico y profundo lo que estaban experimentando, y cuando los habrían se miraban con cara de perras en leva.

Por cada segundo que transcurría sus casi depiladas zorritas se pegaban y refregaban con más fuerzas chupándose y succionándose entre ellas, la cantidad de jugos y exudaciones femeninas y vaginales que corrían por sus vientres y piernas era tal que no se sabía cuál de las dos era la que más eyectaba estas eróticas acuosidades, la alfombra ya estaba toda empapada cuando sus cuerpos sintieron que las oleadas de placer se venían en forma rápida e inminente, mientras las hembras seguían contoneándose excitadamente.

Aquello que estaban haciendo Cielo Riveros y Miriam Caballero era una hermosa y perfecta tijera femenina.

La primera en alcanzar un severo y estremecido orgasmo fue Miriam Caballero, quien comenzó a mover su zorra como una real enajenada, se la movía rápidamente haciendo desquiciantes círculos contra la de Cielo Riveros, para luego pegársela y refregársela en forma de avance, para después comenzar nuevamente con los enloquecedores meneos circularmente pélvicos, hasta que las ricas punzadas que le invadían su panocha se desparramaron por todo su cuerpo, llegando hasta su mismo sistema neuronal en donde la hicieron explotar…

–Ya! Ya!! Yaaaa!! Me voyyyyy a correrrrrrrrr!!! Con tu zorraaaaaaaa pen…de…ja… ca…lien…teeeeeee…!!!!, rugía Miriam Caballero con sus ojos cerrados y como una verdadera leona enardecida.

Cielo Riveros quien no se le quedaba atrás a la rubia la recibía con los mismos movimientos circulares de vagina, moviendo su cintura y caderas en forma diabólica y lujuriosa…

–Daleeee!!!… daleeeeeeee!!!!! Correteeeeee todo lo que quieras yeguaaaaa calienteeeee!!!…que yo también me voy cortadaaaaaa!!!!! Asi!…asi!! asi!!! Asi!!!! Asi!!!!…, exclamaba la dulce Cielo Riveros meneando y friccionando su zorra con la de Miriam Caballero, su carita estaba totalmente distorsionada por la excitación que sentía en esos momentos y porque ella también estaba al borde de un rico y excepcional orgasmo.

Hasta que la mente de Miriam Caballero ya no resistió más, en forma convulsiva se entregó a las delicias de ase orgasmo ricamente prohibido y vedado para la sociedad, su cuerpo se electrifico, y su cara se transformó en la de una verdadera perra caliente y en estado de celo, por lo que grito y gimió con profundos quejidos que brotaban de lo más profundo de su excitado y convulsivo cuerpo…

–Ahhhhhhggggghhhh!!… me… vie…ne!!!… me… vie…neeeeeee!!!! Ya!…yaa!!… pendejaa ricaaaaa!!!! me…es…toy…co…rrien…dooo…ricooooo… hi…ja… de… pu…taaaaaaaaa!!!…, la rubia sumida en una calentura totalmente oscura y desequilibrada no era consciente de lo que le decía a su propia hija, y que más encima ella misma se estaba tratando de puta.

Cielo Riveros quien se encontraba aferrada a uno de los suaves y poderosos muslos de Miriam Caballero, seguía con sus desquiciantes movimientos pélvicos, moviéndose rápidamente de atrás y hacia adelante, gozando a plenitud las gratas sensaciones que le provocaban a su cuerpo tener su dulce vagina pegada con la de su compañera de anti natural coito, hasta que siendo protagonista principal de la gran cantidad de insultos que Miriam Caballero le estaba propinando, también se rindió a las delicias de aquella incestuosa pero muy rica sesión de sexo lésbico. (aunque ellas no eran lesbianas, ni tampoco lo iban a ser, solo habían aprendido y les gustaba hacer cositas ricas entre ellas, jijiji)

–Yo… tam…bien…ya… me… voyyyyyyyyyyyyyyyyyy!!!! Ohhhhhhhhh que ricoooooo!!!!! Yeguitaaaaaa…ri..caaaaaa!!!!, mmmmmmmmmfssss!!!, Ujssssss!!!!!, Cielo Riveros en esos momentos también estaba en la cima de éxtasis, –Ohhhhh…que ricooooo!!!! Que ricoooo se siente juntar mi zorrita con la tuyaaaaaaa!!, Ohhhhhhh me corrooooo!!!, me voy cortadaaaaaa!!!! Uffssssssssss…!!!! me es…toy co…rrien…do en… tu… mis…ma zorraaaa… puta… de mier….daaaa!!!!!, muéveteee!! Mueveteeee!!! Asi!, asi!! Asi!!!, Ahhhhhhh ricooooo…muy ricoooooo..muy ricoooo…, termino diciendo Cielo Riveros cuando las oleadas de placer ya empezaban a menguar.

Ambas se quedaron tiradas en la húmeda alfombra. Entrelazadas con sus muslos, lentamente fueron aflojando sus piernas y brazos, todas sudadas y con olor a sexo y coño mezclados. Miriam Caballero quien gozo a cabalidad lo que había hecho con Cielo Riveros y en evocación a la noche en que la había visto bailando desnuda, quiso hacer un último juego, sacando fuerzas levanto sus caderas y apoyándose con sus piernas fue corriendo su cuerpo para que su cara quedara al frente de la mojada vagina de su hija, la tomo por sus caderas y le invito para que ella también se girara, Cielo Riveros entendió en el acto, ella también quería seguir jugando otro ratito por lo que no lo pensó para alzar uno de sus blancos muslos y montarse en forma inversa sobre el cuerpo de aquella Diosa que la invitaba a que hicieran el 69.

Una vez puestas en la endiablada posición antes señalada, y seducidas por sus propios aromas vaginales ambas buscaron sus empapados sexos para comenzar a lamerse y devorarse sus coños como dos fieras enardecidas, el vejete aún no se lo podía creer, ellas ni lo tomaban en cuenta con tal de estar calentándose entre ellas, pero al pobre viejo esto le encantaba, su verga ya le dolía de tanto semen acumulado, solo se dio a sobarlas mientras ellas estaban en lo suyo, el viejo les apretaba las tetas, les sobaba el culo, sus muslos, no hubo ninguna parte de sus cuerpos que don Pricilo no manoseara mientras ellas muy concentradas solo se daban a chuparse y comerse la zorra, en un salvaje combate de lenguas y vaginas que se movían como si buscaran el placer más carnal que pudiera existir en esta vida.

En aquel desbordante estado de lujuria y presas por el deseo de la carne, con todo sus cuerpos sudados, sus bocas y lenguas devoraban cada pliegue y cada rincón de sus coños impregnándolas de su aromático y acido sabor, ambas nuevamente estaban siendo atacadas por una lluvia de eléctricas y placenteras sensaciones, los chapoteos de lengua se entre mezclaban ahogadamente con diversos gemidos y quejidos de disfrute que inconscientemente hacían, producto de los pequeños y continuos orgasmos que estaban sintiendo, sus cuerpos se estremecían de placer y una corriente eléctrica parecía recorrerlas de pies a cabeza con innumerables descargas escalofriantes que salían de lo más profundo de sus vaginas, el viejo degenerado de don Pricilo sentía en sus propias manos como sus cuerpos se erizaban, sobre todo el de Cielo Riveros quien era la que estaba montada sobre Miriam Caballero.

Presas por una desenfrenada calentura no podían parar de lamerse, de chupar y comerse sus zorras, eran un par de mujeres calientes e insaciables.

El viejo Pricilo ya no aguantando mas tanto degenaramiento por parte de esas dos zorras lujuriosas tomo ubicación detrás del portentoso culazo de Cielo Riveros y sin darles tiempo de reacción a ninguna de las dos apunto su vergota que ya estaba a punto de largar su abundante cantidad de semen acumulado, en la entrada anal de la caliente y ahora bisexual chiquilla, para decirle,

–Ahora sabrás lo que es una buena follada por el culo pendeja caliente, jejeje, que perra más degenerada es la que me resultaste, ahora vas a disfrutar como nunca antes, jajaja!!!

Don Pricilo como un verdadero endemoniado, empujo se verga para adentrase en el apretado culo de la jovencita, quien se lo recibió en su totalidad y hasta el fondo.

Cielo Riveros quien al sentir el enculamiento solo alzo desesperadamente su cara desfigurada por el dolor ante la bestial arremetida, el viejo ni siquiera la había lubricado antes de metérsela por el culo, con sus ojos fuertemente cerrados por el dolor se despegó de la dorada vagina de Miriam Caballero, de su boca chorreaban y goteaban todos los jugos que había succionado de ella.

El vejete cuando sintió su verga alojada en el reducto posterior de la nena y como este se la apretaba por una serie de contracciones anales, bufo de placer,

–Argggggggggg…como deseaba metérselo a cualquiera de las dos, putas de mierdaaaaaaa!!!!, le decía mientras que se aferraba a sus suaves caderas tal como lo hace un perro con una perra cuando se están apareando, para luego comenzar a darle unas salvajes embestidas de adentramiento.

Mientras tanto Miriam Caballero que sorpresivamente vio desde abajo que los pesados testículos del viejo se posaban sobre su cara no le quedo más opción que empezar a lengüeteárselos, el jardinero se sentía en el cielo al estar enculando a una pendeja tan buenota como lo era su Cielo Riveros, y que otra tan divina y antojable le estuviera lamiendo las bolas con su fresca lengua, las sensaciones eran indescriptibles para el feliz vejete.

Don Pricilo introducía salvajemente su fabuloso miembro dentro del ano de la tierna jovencita consiguiendo arrancarle auténticos alaridos de su boca toda mojada y goteante de líquidos vaginales, Miriam Caballero desde abajo no perdía detalles observaba atentamente como se la metían y sacaban acelerada y despiadadamente en el interior del glorioso culo de Cielo Riveros, veía como de a ratos se lo dejaba puesto hasta la mitad de su miembro, como se quedaba parado como si estuviese descansando, situación que ella aprovechaba para darle lamidas en el tronco y en las bolas para de repente ver como este volvía a empujar con fuerzas para volver a atravesarla por completo hasta golpear las nalgas de su hija con sus pesados y peludos testículos rebosantes de semen.

El vejete en esos momentos inició la mejor cabalgada anal que haya dado en su vida, y asi quedaba demostrado ante los inquietantes bramidos de dolorosa desesperación con los que gritaba la ardorosa hembrita enculada.

Los alaridos iniciales de la Cielo Riveros a los pocos minutos se fueron convirtiendo en gemidos de lujuria. La jovencita empezó a menear ondulatoriamente su cintura y sus caderas sobre aquella bestial verga que la apuntalaba firmemente por el culo, su carita denotaba en esos momentos una calentura inigualable, hasta que ya no aguantando más comenzó a animar al vejete para que le despedazara el culo a vergazo limpio.

–Mas fuerteeee don Priciloooo…Ohhhhh que ricooooo!!!, me arde el culoooo pero me encantaaaaa!!!!, le dijo a su macho para luego combinar el placer anal con otras degustaciones de vagina, el viejo vio como la nena bajaba su negra cabellera y se posaba justo al medio de los dos poderosos muslos abiertos de Miriam Caballero que en esos momentos él los veía como en V desde la posición en la que estaba ubicado, la cabeza de Cielo Riveros hacia círculos entre medio de ellos, o sea nuevamente se la estaba chupando a Miriam Caballero.

Miriam Caballero se mojaba como condenada al estar viendo aquel endiablado enculamiento, y sintiendo como Cielo Riveros se la chupaba sabrosamente, el viejo metía profundo para luego sacarlo y apuntar con su verga a los rosados labios de la rubia quien en ningún momento puso objeción o remilgo para darse a chuparle la tranca cuando de a ratos se la ofrecían, asi estuvieron entretenidos por espacio de algunos minutos, hasta que Miriam Caballero viendo que Cielo Riveros estaba más preocupada por su enculamiento que comerle su vagina, como pudo se salió de debajo de su cuerpo y se tendió a un lado de ellos abriéndose de piernas delante de los enrojecidos ojos del vejete en señal de que ella también quería probar verga una vez más.

Don Pricilo ni tonto ni perezoso hiso que Cielo Riveros se pusiera en la misma posición en que se encontraba su madre, para luego prácticamente abalanzarse sobre el curvilíneo cuerpo que le ofrecía la rubia, una vez montado sobre los complacientes muslos de Miriam Caballero apunto hacia su vagina y se lo metió tan bestialmente como lo había hecho con la jovencita, la mujer de 35 años lo sintió en lo más profundo de sus entrañas, notando como esa endemoniada verga palpitaba al interior de su estómago y como esta comenzaba a moverse.

El viejo se culiaba a Miriam Caballero como un poseído y ella lo disfrutaba más que él, asi lo demostraban su cintura y caderas que se meneaban como culebra al mismo compas en que la ensartaban, mientras al lado de ellos Cielo Riveros se masturbaba convulsivamente, mirándolos y sin querer perderse ningún detalle de la potente cacha de antología que le estaban pegando a la rubia, hasta que el viejo ya no pudo más con aquellos tremendos cuerpos de sus Diosas, vio a Cielo Riveros como se pajeaba la zorra mirándolos y poniendo sus ojos en blanco de tanta calentura, y cuando quiso salirse de Miriam Caballero para pegarle una buena follada a Cielo Riveros, se sintió en el mismísimo infierno del placer,

–Arrrrrrgggggggggggggg!!!!! Te la voy a dar yegua calienteeeeeeeeeee!!!!, le puso en conocimiento a la vez que comenzaba a darle una serie de profundos apuntalamientos de carne caliente y vergal, los cuales también hicieron mella en el acalorado cuerpo de Miriam Caballero…

–Demelaaaaaaaa…!!! La quiero todaaaaa adentroooooo!!!!! Ohhhhhh me va a matar con tanta vergaaaa don Priciloooooo!!!, gritaba la rubia como una auténtica desesperada. Aquella tranca de carne le llegaba hasta el fondo de su zorra produciéndole un exquisito placer inaguantable para su cuerpo.

–Mueveteeee yeguaaaaa!!! culea como la puta que eresssssss!!!! El viejo aunque hubiese querido no podría haberse salido de ese cuerpo que en esos momentos se movía en forma desquiciante para su verga, la vagina de Miriam Caballero en esos momentos era una maquina succionadora de verga, y asi lo demostraban los deditos de sus pies, que ante la espectacular culiada que le estaban pegando a su dueña estos se abrían y se cerraban para luego contraerse y montarse uno arriba del otro, el viejo ya estaba en su último momento y Cielo Riveros ya se había puesto en 4 patas para mirar de cerca la fertilización que le iban a hacer a la rubia.

Miriam Caballero y el vejete a estas alturas y viendo que en cualquier segundo era el último momento respiraban con dificultad y fornicaban como verdaderos animales. Aquella cacha de campeonato estaba acabando con las fuerzas de ambos, Miriam Caballero ya estaba gritando como una posesa ante las fieras ensartadas que le daba su jardinero,

–Asi!!..asi!!! métamelaaaaaa!!!… Metamelaaaaa… mas… para… adentrooooooo!!!!…enchufemelaaaaaaa entera!!!! mas a…den…tro!!!, mas adentroooo por favor don Priciloooooo!!!

El viejo tras una bestial envestida hacia el transpirado cuerpo de Miriam Caballero se la encajo por completo, quedándose estático y con todos sus músculos contrayéndose, la miro y vio lo hermosa que era su nueva mujer, aun no creyendo todo lo sucedido en las últimas 24 horas se la dio.

–MMMMMffffffffsssssssssssss…Arrrrrrrrrrggggggggffffsssss…Toma yegua mal nacida…tomaaaaaaaaaa!!!!, le decía a cada empuje que hacia sin ni siquiera sacarle un mínimo de tranca desde adentro de su vagina.

Los mocos del vejete salían a raudales desde sus testículos, y Miriam Caballero los sentía como estos le eran depositados en su estómago, la matriz de la rubia en esos momentos era un mar de semen espeso y caliente que iba inundándolo todo, desde sus labios vaginales que en esos momentos apretaban y contraían la nerviuda verga que se mantenía ensartada entre ellos, se comenzó a filtrar en espesas cantidades de espermios, que ya no encontrando más lugar en donde quedar alojados simplemente escurrieron hacia afuera de la vagina de la mujer.

El viejo lo fue sacando lentamente para desplomarse y quedarse semi dormido y aturdido en la misma alfombra en donde se había llevado la mitad de la orgia, Miriam Caballero toda traspirada y agotada, se quedó con sus bellos muslos abiertos y por donde aún escurrían vistosas cantidades de semen, que para rematarla Cielo Riveros no aguantando tanto desperdicio de tan preciada esencia masculina no encontró nada mejor que comenzar a lamerle la zorra y sorberse todos los últimos restos de líquidos que se salieron de su interior, no paro de chuparle el coño hasta que se lo dejo relucientemente limpio, como si por esa vagina no hubiese ocurrido nada, Miriam Caballero solo se dejó aunque en un momento sintió las imperiosas necesidades de comenzar a moverse, pero su cuerpo estaba muy agotado.

Las dos hembras se movieron femeninamente para acostarse una a cada lado de don Pricilo apretando sus tetas contra el ancho y obeso cuerpo del macho que estaba en estado de exquisito letargo y quien se encontraba con una marcada sonrisa de satisfacción, y al sentir como se acomodaban los dos encomiables cuerpazos de sus dos mujeres junto a él solamente las abrazó depositando sus peludas manazas una en cada nalga de ellas, y asi como ellos tres lo eran, como una verdadera pareja se durmieron desnudos y abrazados en la alfombra de la sala de estar de la casa de los Riveros. La luz de la habitación estaba encendida y la puerta entre abierta, Cielo Riveros con sus hermosas piernas temblorosas se acercó más todavía, para mirar y ver qué era lo que estaba pasando allí adentro, aunque su conciencia ya se lo estaba diciendo. Amparada por la oscuridad que aun reinaba en el pasillo que daba paso a la recamara matrimonial, y en donde ya los gemidos y los fuertes crujidos de la cama ya eran evidentes antes las impecables aserruchadas y movimientos que hacían sobre ella, Cielo Riveros busco el Angulo perfecto para poder mirar sin ser vista, sus ojos azules vieron con espanto y claramente la crudeza de lo que estaba ocurriendo en la cama matrimonial de sus padres, rápidamente se llevó las manos a su boca para ahogar el grito de estupor, la toalla que la cubría fue a dar al piso, apoyo su desnuda espalda en el frio muro del pasillo, sentía las tremendas ganas de orinarse por los nervios que la asaltaban, la cruda imagen había sido demencial…ellos… ellos!!… estabannnn…estabannnn….culiandoo!!!!, se gritó para sí misma y en las penumbras de su hogar.

UNA FAMILIA DECENTE 8 (UFD-8)

La dulce Cielo Riveros sentía las tremendas ganas de salir huyendo en cualquier dirección, nunca se imaginó sorprender a su hermosa y cándida madre en tan comprometedora y espeluznante situación, aun se encontraba con su desprotegida espalda contra la pared con la viva imagen de Miriam Caballero desnuda y con sus piernas abiertas por completo, gimiendo de un doloroso placer según lo reflejaban las lujuriosas facciones de su cara, esas eran sus apreciaciones, mientras su madre seguía siendo ensartada con ferocidad por don Pricilo, quien arremetía sobre su cuerpo con ansiosa desesperación, como si el mundo se fuese a acabar en cualquier momento.

Los nervios y una extraña expectación le impedían salir de ese lugar, haciendo que la atribulada jovencita siguiera escuchando los calientes alaridos y gemidos de placer que emitían los contendores sexuales, acompañado del enloquecedor toc! Toc!! Toc!!! Toccc!!!, con que se golpeaba el respaldo de la cama contra la pared que recibía la ferocidad de los golpes de esta.

Una vez que la nena pudo serenarse, e impulsada por alguna extraña razón quiso mirar otro poquito para asegurarse de lo que estaba sucediendo en la habitación de sus padres.

(Una hora antes, en la habitación matrimonial)

La pareja llevaba descansando por lo menos unas 3 horas después de la genial y deleitosa follada que se habían mandado desde tempranas horas de la noche, incluso hasta habían dormido abrazados, pero la calentura del vejete aún no estaba saciada, y el hecho que la misma Miriam Caballero por fin ya le había casi confirmado que apenas tuvieran la ocasión se acostarían con Cielo Riveros, esto lo mantenían en un morboso estado de excitación que el mismo vejete también se esforzaba en mantenerse.

Miriam Caballero en iguales condiciones que su absurda pareja sexual ya estaba despierta, se mantenía abrazada al ancho pecho de este, luego de haberse dado una refrescante ducha, el saberse acostada desnuda en su ex cama conyugal con un ordinario y tosco hombre que casi la doblaba en edad, sumado a su fealdad y lujuriosa calentura la mantenían en un exquisito estado de mal sana excitación, ni siquiera quería ponerse a pensar en eso que tanto le había rogado el viejo en las últimas 24 horas, en ese mismo momento sintió nuevamente la dureza vergal que se pronunciaba en uno de sus suaves y bien formados muslos, se dio cuenta que don Pricilo aún estaba caliente, y ella estaba dispuesta a nuevamente entregarse como su mujer.

Lentamente corrió una de sus piernas para mirar con sus propios ojos aquella grandiosa y caliente herramienta de carne, confirmando que esta se encontraba totalmente tiesa y parada exudando una gruesa gota de líquido semi transparente que le chorreaba la piel de uno de sus muslos, su acelerado nerviosismo sexual aumento considerablemente impulsándola a llevar su blanca manita y agarrarse férreamente de aquella musculosa y nerviuda estaca vergal, experimentando con admiración la sensación de poderío que esta le traspasaba con el solo tacto de su manita haciendo que su cuerpo nuevamente le demandara sentir esas agradables sensaciones que esta le proporcionaría a su afiebrada y curvilínea anatomía.

Miriam Caballero sabiendo que el vejete en cualquier momento se lanzaba a tomarla y follarsela en la misma forma salvaje en que él lo hacía, como pudo estiro su brazo hacia el velador para tomar uno de los vasos de wiski con hielo que don Pricilo había servido para ellos, llevaban bebiendo desde que el vejete la había hecho ver forzosamente el video en donde él había violado a Cielo Riveros, extrañamente le agradaba estar bebiendo con él y en esas condiciones, media ebria y media lucida, con un verdadero macho caliente como lo era el jardinero, y a ella le encantaba ser una de sus hembras ya que sabía que también estaba su hija, y que era ella a quien legalmente le correspondían las bondades que don Pricilo les sabría proporcionar con su portentosa herramienta de virilidad.

El vejete que se encontraba felizmente a sus anchas, por su parte sintió cuando la hembra se estiro para tomar uno de los vasos, vio como sus fenomenales tetazas se balanceaban sugestivamente sobre su propio pecho, las vio seductoramente perfectas y muy femeninas, dispuestas a ser devoradas por él y con pasión en el momento en que lo deseara.

Miriam Caballero luego de beberse el contenido del vaso se sintió transportada a un rico estado de idílica calentura, se dejó arrastrar por la creciente excitación que experimentaba su cuerpo con solo rozar su suave piel con los gruesos pelos que cubrían el cuerpo de su obeso acompañante.

Inexplicablemente para la rubia, sintió una desesperada hambre de verga nunca antes sentida, lentamente fue bajando su dorada cabellera con la única y decidida intención de chuparle la tranca a don Pricilo, sabía que esto al vejete le encantaría, y cuando estuvo a punto de engullir aquel miembro duro y palpitante tal como sus verdosos ojos ya lo veían y que prácticamente se lo estaban comiendo, sintió la voz ronca y potente del vejete que hicieron que se detuviera en seco.

–Quien te dio permiso para chuparme la verga zorraaaa!!!

Miriam Caballero media asustada pero también muy caliente desde su ubicación lo miro, aun se mantenía agarrada a la verga, no sabía si el vejete tenía la cara contraída por la ira o por una vesánica calentura, a la vez que se preguntaba de como un viejo tan repulsivo y mal hablado la podía tener en tal estado de enardecimiento sexual, al extremo de ya casi estar a punto de concederle la horrorosa depravación que este exigía entre ella y su hija,

–Esteeee…don Pricilooo yo solo quería chupársela… pero si Ud. No quiere…

–Cállate putaaaaaa!…, yo sé lo que te pasa, jajajaja!!! Y es que nuevamente se te calentó la zorraaaaa!!! Jajajaja!!!!!, y era verdad Miriam Caballero aparte de estar ebria, ya estaba nuevamente más que recaliente, el viejo siguió con sus leperadas, –Quieres que te culieee!?

–Siiiiiii…pero déjeme chu…par…se…laaaaa!…, la angustiada carita de Miriam Caballero en esos momentos era la de una verdadera perra depravada, aun así todavía se mantenía medianamente dentro de sus cabales…

–Y que hay con lo que te pedí!?, jajajaja!!!

Luego de pensarlo por unos segundos la madre de Cielo Riveros, le soltó de una lo que había estado meditando en gran parte del día anterior,

–Con una sola condicionnnn!, exclamo la rubia, los ojos del viejo la miraban con una agradecida y lujuriosa mirada, Miriam Caballero entre borracha como estaba estimo que este era el mejor momento para tratar con don Pricilo, –Si yo accedo a eso que Ud. quiere que haga… voy a necesitar su compromiso incondicional para conmigo…

Don Pricilo no entendía nada, se suponía que él estaba conminándola a que ella se entregara para pegarse otro caliente revolcón, y como era eso de que ella se atreviera a realizarle peticiones?, se preguntaba el asombrado vejete, aquí había algo raro se dijo para el mismo, y quiso ver para donde iba todo este asunto,

–No te entiendo pedazo de zorraaaa!…, jejeje pero creo que quiero saber de qué se trata tu propuesta, jajajaja, vamos síguele,

Miriam Caballero entre consiente, caliente y ebria gateo desnuda por toda la cama para servir dos vasos mas de Jack Daniel’s, al viejo estaba que se le reventaba la verga por la ansiedad de metérsela. La rubia quien envolvió su cuerpo con una de las sabanas, le pasó un vaso y se dejó uno para ella…

–Sé que don Urias le ofreció un buen dinero para que Ud. este de su parte y lo ayude en sus intenciones para conseguir algo de nosotras, le decía refiriéndose a ella y Cielo Riveros, pero el viejo la interrumpió…

–No sé de qué webadas me hablas pendeja!… se nota que ya estas ebria, le dijo entre preocupado y queriéndose hacer el desentendido…

–Don Pricilo escúcheme…estoy dispuesta a hacer lo que Ud. Me pida…e INCLUSO AQUELLOOOO…, la hembra recargo el tono de su voz en esto último, –Lo único que le pido es que ya no haga trato con ese hombre,

El viejo viendo la seriedad en que Miriam Caballero tocaba el espinudo tema, y el darse cuenta que la rubia quien sabe cómo algo sabia de su trato con don Urias, entro de lleno a ver qué es lo que quería realmente la mujer,

–Bien si en esa estamos… entonces negociemos, jejejeje…

–Conmigo no necesita negociar nada… pero no me mal entienda, escúcheme bien…, Miriam Caballero intento ser lo más clara posible, –Yo soy la única dueña del 49% del total de acciones de las empresas de mi tío… le ofrezco un 3% de las ganancias… que es un dineral que Ud. Ni siquiera se alcanza a imaginar de las cosas que podría hacer con todo ese dinero… mucho más de lo que mensualmente gana ese flacuchento de don Urias con su estúpida congregación, le termino diciendo la mujer mientras bebía a pequeños sorbos su trago…

–No mamesssss!!!! Me estas queriendo ver las bolassss!!! Porque si es así soy capaz de pelarte el c…, Miriam Caballero lo interrumpió seriamente a la misma vez que ella misma encendía un cigarrillo…

–Deje sus groserías para un rato más!, le dijo a la misma vez que aspiraba la primera bocanada de humo y exquisitamente lo botaba con sus labios fruncidos, la hembra hasta fumando se veía divinamente apetecible para encamársela –Ahora estamos hablando de negocios…quiere o no!?, termino diciéndole.

–Segura que no es una trampa!?, exclamo cautelosamente el vejete a modo de pregunta mientras no dejaba de masajearse la verga totalmente parada…, para luego continuar, –Y Eduardo que dirá de todo esto!? Él es tu marido no creo que vaya a estar de acuerdo con la tremenda pendejada que me estas proponiendo!…

–Eduardo no tiene nada que ver en esto!… soy yo la dueña de todo… piénselo! vivirá como el hombre de la casa y rodeado de lujos, además que Ud. ya está casado con mi hija…y si también lo desea me podrá tomar todas las veces que quiera, pero sin que nadie lo sepa, prefiero estar sola que mal acompañada, y no lo digo por usted… solo le pido su lealtad incondicional, le dijo mirándolo fijamente a sus negros ojos.

La rubia no lo decía por ebriedad ni nada parecido, lo había pensado a los pocos minutos después de enterarse de la canallada que pretendía hacerle su marido, y también luego de haber leído que la trataba como “la puta” con ese tal Ramón, y que los muy frescos se pensaban largar con su dinero, pues bien si ella era una púta, lo seria, y con honores, pero lo seria de don Pricilo ya que ella misma sabía que este por lo menos se la cogería como corresponde, y ya que había sido el mismo Eduardo quien la había integrado en el núcleo familiar sin preguntarle el parecer a nadie, a ver si le iba a gustar la sorpresita que ella le tendría cuando el regresara.

–Pero no entiendo tus ocurrencias… me dejas perplejo pendeja!!… y por qué se te ocurrió algo tan descabellado, el vejete aún se mantenía incrédulo por lo insólito de la situación…

–Es un asunto personal, desde hoy Eduardo ya no tiene ningún derecho sobre mis bienes, y si quiere saber más… también inicie las acciones legales para el divorcio…, Miriam Caballero continuaba explicándole sus nuevos planes de vida al vejete, en donde ella también lo tenía considerado, y ya no era tanto que la salvara de don Urias, lo que si quería férreamente era darle de su misma medicina al hipócrita de su marido y de paso sacarse al viejo flaco de encima, así que continuo, –Don Pricilo a muy corto plazo nos mudaremos a una nueva casa la cual será mucho más grande y cómoda que esta, y necesitare la ayuda de un hombre verdad y yo le estoy ofreciendo ese puesto…Acepta o no!?, termino diciéndole Miriam Caballero a la vez que lo volvía a mirar penetrantemente con sus ojazos verdes.

El viejo sentía si como le estuvieran diciendo que se había ganado el premio mayor de la lotería, ya no tenía sentido seguir chantajeándola con contarle nada a su marido, como tampoco ya no dependía de las abominaciones de su ex amigo Urias, ahora se había encontrado una hembra perfecta, una amiga incondicional, que si ella hubiese querido habría llamado a la policía y lo hubieran sacado a patadas de esa casa, pero ella no lo había hecho, o sea había algo de él que la hembra necesitaba, así que sabiamente decidió seguir comportándose tal como lo había hecho hasta este día,

–Jejejeje… si es así como tú dices…que tal un 5% lindura, y cerramos el trato…

–Hecho! En dos días vienen mis abogados con todos los documentos, y dejaremos todo en orden, le aseguro que no se arrepentirá…

–Pero recuerde mi otra solicitud mi reina…, mira que si no es así…

Con solo escuchar las calientes y depravadas intenciones del viejo que ni siquiera se conformaba con el suculento trato económico que le estaban proponiendo, a Miriam Caballero también se le esfumaron sus recientes convicciones comerciales para volver a lo que estaban haciendo antes de tan inusual conversación,

–Lo haremossss!! Pero por favor que sea solo una vezzz, y siempre y cuando Cielo Riveros también este de acuerdo, le concedía y autorizaba la nuevamente perdida y caliente mujer,

–Jajajaja!!! Gracias mi vida… ya verás que no te voy a defraudar cuando ya estemos viviendo en la casa nueva, jejejeje, e imagínate lo rico que te la vas a pasar cuando le estés chupando la zorra a tu hijaaaa!! Jajajaja!!!!, y también cuando ella te la esté comiendo a ti… aullaras de placer rubita rica, jajajajaja!!!!! –Ahora, vamos a culiar un ratito…, verás cómo te va a encantar cuando ya estemos follando entre los tres, jajajaja!!!

–Don Pricilo!… que no se mal entienda yo solamente le estoy diciendo que me dejare que me lo haga delante de mi hija o al revés, pero ni piense que nosotras haremos…

–Cállate zorraaaaaaaa!!!!, Plaffff!!!!!, le mando un certero y fuerte tortazo en la cara, eso lo veremos después ahora ábrete de patas que te voy a convertir en lo que ya eres…jajajaja…en mi mujerrrr!!!! En mi putaaaaaa!!!!, le gritaba eufórico a la vez que la empujaba de espaldas y se montaba sobre su cuerpo desnudo para comenzar a chuparla por todos lados antes de culearsela, y ahora con más derechos, derechos que ella misma le acababa de otorgar.

Miriam Caballero al sentir la fuerte cachetada en el rostro, y al sentir los húmedos lametones que recorrían sus curvas abrió en forma automática sus muslos permitiendo que el vejete se paseara con su lengua en total potestad por donde él quisiera, había esperado tanto que el viejo la zurrara por puta para sus cosas que encontraba que un solo guantazo era muy poco, por lo que lo espero con sus bellas piernas abiertas en verdadera señal de ofrecimiento, sintió el roce de su tupida barba descender entre sus muslos y aunque la repulsión y el asco a veces la dominaban, algo en el viejo hacían que se estremeciera por dentro, aquella forma de lamer y chupar, de besar, de mordisquear, y hasta sus ordinarieces y vulgaridades con que la trataba le resultaban estremecedoramente placenteras y desquiciantes.

El viejo prácticamente se la quería comer viva, y ella se hacia la que no quería, se le negaba, pero su cuerpo y también su vagina le carcomían y le pedían sexo a gritos, a la vez que se estremecía y se calentaba aún más con aquellas toscas caricias, con aquella lengua caliente y experta que en estos momentos y en forma desvergonzada y entrometida iba hurgando profundamente al su interior de su rubia panocha, en definitiva don Pricilo la tenía en el mismísimo cielo.

Miriam Caballero nuevamente se sintió poseída por aquel desesperado deseo de verga y de todo lo que el viejo marido de su hija quisiera hacerle, cuando sintió su zorra siendo divinamente devorada de esa salvaje manera que a ella tanto le gustaba, se lo demostró con rítmicos movimientos de cintura y pelvis, al mismo compas en que este le chupeteaba la concha.

–Gime!, vamos!!…, brama para mi putaaa!!! –Le pedía él degenerado viejo mientras le devoraba su coño con ávida experiencia.

Miriam Caballero quien no podía dejar de menearle sus caderas y cintura, refregándole su zorra en la boca, ya sentía que en cualquier momento su cuerpo podría explotar en otro espectacular orgasmo…

–Ayy don Prici ya no aguanto más!… Mmmm… no aguanto másss!!! Metamelaaaaaa!!!…

El viejo en ese momento supo que la hembra estaba lista para el apareamiento, tal cual como ella misma se lo solicitaba, trepo por aquellas endemoniadas formas y ubico su miembro firme y ardiente justo en la entrada de la jugosa y hambrienta vagina, con la única intención de volver a penetrarla.

Una vez ya bien montado sobre los tibios muslos de Miriam Caballero empujo con fuerzas desmesuradas, internándose por completo al interior del afiebrado y curvilíneo cuerpo de aquella hembra necesitada de sexo lo que para ella fue el éxtasis en palabras mayúsculas.

El vejete con solo sentir como ella lo recibía, como lo abrazaba con deseosa lujuria y con desenfrenada pasión le despertó su insano instinto animal, entraba y salía de ella con fuerzas descomunales y con una feroz ansiedad, empujaba una!, dos!!, tres veces!!!,… y hasta una cuarta vez!!!! para luego volver a empezar, Miriam Caballero hervía de pura y total calentura, ninguno de los amantes estaba consiente que en esos momentos estaban siendo observados por la tierna Cielo Riveros.

–Así!… así!!…más hondo!…mas hondooo!!, le pedía la caliente rubia entre deliciosos gemidos de placer, y por cada estremecimiento ante las fieras clavadas que gratamente para ella le atizaban en la zorra.

El viejo no cesaba en sus embates, clavaba, metía, empellaba y revolvía su verga deseando alcanzar profundidades nunca antes exploradas por verga alguna dentro de aquel tremendo cuerpazo de hembra, hasta que los desesperados bramidos de Miriam Caballero no tardaron en desbocarse,

–Ohhhhhh!! Don Prici…que me mataaaaaa!!!!, métala mas profundoooo!!! Más para dentro!!!!!!!, gritaba la desesperada mujer,

–Culea pendejaaa!!…culeaaaa como la puta que eressss!!! jajajaja!!!!!, Don Pricilo resoplaba y babeaba como cerdo ante la espectacular cacha que le estaba volviendo a pegar a la señora de la casa, el placer máximo para el degenerado vejete fue cuando los gemidos de la hembra se transformaron en perturbados gritos de placer,

–Así don Pricilo culieme!!!!…culiemee firmeeee!!!!!!, le exigía con sus ojos cerrados fuertemente y a grito limpio, a través de marcados movimientos erotico-copulatorios, que ella hacía con todas las partes de su figura, en especial con las caderas, cintura y panocha.

El vejete después de follarla implacablemente por espacio de unos buenos minutos, como pudo se la desclavo ya que él quería alargar su disfrute lo máximo posible antes de derramarse, Miriam Caballero ajena a las nuevas pretensiones del vejete, y mientras rápidamente se hincaba en la cama lo miraba incrédula, pensando en forma espantada que quizás el viejo ya se pensaba retirar para dejarla en aquel angustiante estado de calentura.

(15 minutos antes)

Cielo Riveros veía sorprendida como don Pricilo se follaba salvajemente el cuerpo de su progenitora, nunca antes en su vida había visto alguna escena semejante, la nena ni siquiera se había aventurado en alguna ocasión a mirar una película porno o similares, pero ahora lo que veía a todo color en vivo y en directo era algo muy parecido.

En un principio el espanto se había posesionado de su mente, luego unos desquiciantes celos la asaltaron ya que nunca se imaginó que su don Pricilo sería capaz de una canallada como esa, después recordó la oportunidad en que este había intimado con una tal chabela en una salida que tuvo, y que a posterior fue ella misma quien había sido la encargada de lavarle la verga con su boquita.

Las imágenes de ver a Miriam Caballero como seguían ensartándola con ferocidad continuaban reproduciéndose en la misma retina de sus ojos, la extraña sensación de como si tuviera unas tremendas ganas de mearse se le acentuaron aún más adentro de su coñito, algo en su estómago se revolvía pero no era asco ni nada parecido, era una sensación rara, la nena no se dio cuenta cuando su respiración se le hiso pesada, y que unas desconocidas ganas de deleitarse con el sabor de lo prohibido se iban instalando en su alterado sistema nervioso, se estaban culiando a su madre y aunque sintió el impulso de salir corriendo hacia la cabaña, algo en su interior la detuvo, en resumidas cuentas la nena se comenzó a calentar como nunca antes lo había hecho.

Lentamente se volvió a apoyar contra el muro, sentía los fuertes latidos de su corazón, los morbosos rechinidos que hacían los resortes de la cama matrimonial ante los firmes movimientos y meneos de sube y baja que hacían sobre ellos la tenían desesperada, los cuales se combinaban con los eróticos gemidos de placer de Miriam Caballero, y que ella pensaba que eran de dolor, sumados a los varoniles gruñidos que emitía don Pricilo por cada apuntalamiento que accionaba con su verga, todo esto fue una bomba de eroticidad que exploto en el acalorado temperamento de la dulce chiquilla, una de sus manos temblorosamente se apodero de una de sus tetas comenzando a apretársela, y la otra bajo con decisión para apoderarse de su pequeña ranurita intima, separo una pierna de la otra y simplemente se comenzó a masturbar en la oscuridad del pasillo escuchando la bestial follada que se estaban pegando solo a unos cuantos metros de donde estaba ella.

Minutos después, en la habitación el vejete se puso en alerta, en el momento justo en que le iba a pedir a Miriam Caballero que se le montara para que lo cabalgara, y mientras ella misma esperaba la orden puesta de rodillas y acariciándose los rubios bellitos de su muy mojada zorrita, don Pricilo escucho unos acuosos sonidos que venían desde el sector de la puerta entre abierta, y que se habían entre mezclados con un leve gemido que el ya muy bien conocía, una calentona sonrisa se reflejó en su odioso rostro, y dejando en espera a una confundida Miriam Caballero se dirigió a ver el mismo que es lo que estaba ocurriendo al otro lado de la puerta, la complaciente y buenota rubia no podía dejar de mirar los bamboleos de verga mientras el viejo se movía.

Miriam Caballero dentro de su propia calentura no supo en que momento vio a aparecer a don Pricilo con Cielo Riveros desnuda y tomada violentamente de sus cabellos, arrastrándola y arrojándola a la cama donde ellos se estaban revolcando, la nena estirada y apoyada solo en sus codos solo se quedó mirando muy asustada a su madre quien también la miraba sin saber muy bien lo que estaba ocurriendo, hasta que fue el propio vejete quien les puso en conocimiento,

–Mira a quien encontré pajeándose la zorra detrás de la puerta, jajajaja!!!!

–Don Priciloooo!! yo solo venía a buscarlo cuando los vi…, el iracundo y odioso viejo no la dejo continuar,

–Así que ahora nos andas espiando pendejaaaa?!!!, le interrumpio para que por nada del mundo dejar pasar esta tremenda oportunidad, –Pues yo con tu mami estábamos muy ocupados dándonos una pequeña fiestecita, y como tu andas por ahí de mirona… estas cordialmente invitada pendeja calienteee…jajajaja!!!!

Miriam Caballero por su parte ya no estaba muy segura de querer proporcionarle al vejete lo que tanto le había rogado, pero el astuto de don Pricilo no iba a dejar que la hembra pensara sobriamente… –Tú!! zorra asquerosaaaa!!!, ve a buscar otra botella nueva que deje en la mesa y trae también un vaso para nuestra invitada y prepárate unos tragos que ahora sí que la fiesta recién comienza, jajajajaja!!!!!

Miriam Caballero nerviosamente y un poco asustada al verle la expresión de salvajismo y los enrojecidos ojos del viejo, se levantó desnuda y casi fue corriendo a buscar el otro vaso con la otra botella de wiski para luego al regresar servir tres vasos en forma temblorosa, el viejo prácticamente las obligo a que se lo bebieran de un solo trago,

Mientras Cielo Riveros permanecía tirada a un lado de la cama, y Miriam Caballero quien ya nuevamente se había subido a esta por una autoritaria orden del vejete, fue don Pricilo quien hablo primero y dio las órdenes,

–Jejejeje, bueno mi amor, hablo dirigiéndose a la rubia, –Dejemos a la nena que se masturbe mientras nos mira como follamos, así se calmara un poco, jejeje, y nosotros continuemos en lo que estábamos antes de ser interrumpidos, Miriam Caballero solo tragaba saliva, estaba muy nerviosa, pero también muy caliente, Cielo Riveros los miraba con sus ojitos incrédulos al estar yaciendo en la cama de sus padres desnuda y con su madre en las mismas condiciones que ella, y con don Pricilo queriéndoselas culiar a las dos juntas.

El viejo hiso que Miriam Caballero se pusiera de espaldas ante el sacudiéndose y mostrándoles a las dos mujeres su verga totalmente tiesa y parada delante de sus ojos,

–Te gusta mi vida!?, le consultaba a la rubia a la misma vez que miraba con su burlona sonrisa a Cielo Riveros,

–Me en…can…taaa…, le dijo Miriam Caballero moviendo su cabeza en forma lujuriosa, mientras con una de sus manos ya comenzaba a refregarse su rubia panocha, sin quitar su verdosa mirada de aquella gruesa y descomunal verga que parecía hincharse cada vez más ante los avances de la caliente situación en que se encontraban los tres participantes de aquella extraña sesión de sexo lujurioso y retorcidamente desenfrenado que ya era un hecho que se llevaría a cabo en pocos minutos, a Miriam Caballero le daba la impresión que aquella verga de unos 25 cmts. Aprox. estallaría en cualquier momento.

–O quieres que me la culie a ella primero mientras tú te refriegas tu cosita?, jejeje, le dijo refiriéndose a una conmocionada Cielo Riveros que aún no entendía lo que estaba sucediendo, Miriam Caballero poso su febril mirada en el portentoso cuerpo desnudo de su hija, quien automáticamente cerro sus piernas ante lo que acababa de escuchar, la ebria rubia la recorrió lentamente y curva por curva, hasta que llego a su pequeño triangulito de sedosos pelitos negros que se escondían tímidamente entre sus muslos, y olvidándose de todo pudor y sentido maternal o filial solo vio un hermoso y delineado cuerpo de una hermosa jovencita de 18 añitos recién cumplidos, estimo que esta ya era una verdadera y autentica hembra, así que le soltó,

–Hágaselo!!…

El viejo aprovechando la autorización que daba Miriam Caballero, para que él se follara a Cielo Riveros en su presencia, se abalanzo como una fiera enardecida sobre el tembloroso cuerpo de la confundida muchachita, si el hubiese querido se las podría violar todas las veces que él lo quisiera, pero le encantaba que Miriam Caballero también participara en sus perversidades, aprovechándose de su lamentable estado erótico-emocional.

Don Pricilo agarro a Cielo Riveros y le abrió las piernas con poderío, y simplemente se lo metió hasta lo más profundo que le permitieron sus fuerzas, la nena al estar en una comprometedora y muy rara situación solo intentaba cerrar sus muslos, a la vez que con sus brazos y manitas pretendía empujar en forma desesperada al obeso cuerpo del vejete para que se le saliera, situación que hiso que el odioso jardinero se enardeciera aún más de lo que ya estaba, y le pusiera tres sendos guantazos en plena cara, levanto su brazo y con fuerzas se los dejo caer,

–Tomaaaaa!!! Pendejaaaa estupidaaaaa!!!!, esto es lo que te mereces por putaaaaa, nadie te mando a andar espiando por detrás de las puertasssss!!!, a la vez que inhalando asquerosamente con una de sus fosas nasales para sacar todo lo que tuviera desde su garganta, le mando un repugnante gargajo que impacto en plena cara del asustado rostro angelical de una aterrorizada Cielo Riveros.

–Plafff!! Plafff!!! Plaffffffff!!!!!, retumbaron en la habitación las feroces bofetadas, Cielo Riveros al recibirlas automáticamente se abrió de patas y se dejó de sus estupideces, muy despavorida y escupida recordó que ahí era don Pricilo el que estaba mandando se dijo al rememorar que ella era su mujer, y que al vejete le encantaba pegarle cuando se la culiaba,

La rubia miraba con sus ojos bien abiertos y deseosos de seguir mirando lo que ahí ocurría, –Válgame Dios!! pero que hombre más macho era don Pricilo para sus cosas!!! pensó la retorcida mente de Miriam Caballero cuando vio como el viejo abusivamente ponía en su lugar a su joven esposa, y como esta en forma sumisa y con su cara enrojecida debido a las cachetadas ahora se dejaba ensartar por él, quien ya había comenzado a meter y sacar su verga con acelerados movimientos culiatorios, la rubia mientras se abría de piernas, y se acomodaba en la cama para comenzar a masturbarse, lentamente llevo su mano a su pequeño triangulo de suaves pelitos dorados y con sus ojos en donde en estos momentos predominaban el verdadero vicio pensó que hubiera dado su vida por haber sido ella quien recibía las fieras bofetadas y los escupos.

Lo que se vivía en la habitación del ya casi ex matrimonio Riveros era el comienzo de un monstruoso bacanal de sexo escandaloso y depravado, era explícitamente la nueva Sodoma y Gomorra, donde un odioso y asqueroso viejo de 62 años estaba montando y poseyendo el juvenil cuerpo de una hembra de 18 años, y donde otra mujer tan bella como la primera y que era su propia madre de la hembra anterior esperaba su turno masturbándose estrepitosamente con sus ojos cerrados y a veces abiertos mirando solo a centímetros de donde se efectuaba la espectacular y escalofriante violación, para no perderse ningún detalle, esto en vez de espantarla la calentaban hasta la locura.

Ya casi amanecía y la orgia recién estaba en su punto de partida.

A estas alturas era Miriam Caballero quien pensaba que en cualquier momento sufría un severo ataque cardiaco, al ser ella la única espectadora de la brutal follada que don Pricilo le estaba pegando a su hija solo a centímetros de donde estaba ella masturbándose como desaforada, esta caliente situación hacían que los latidos de su corazón a cada momento fuesen en franco aceleramiento, le veía su monstruosa y enrojecida verga dura como el acero totalmente reluciente como entraba y salía aceitosamente rápida de la apretada rajadura de carne que poseía su hija en la parte media de su antojable cuerpazo.

Don Pricilo a estas alturas del partido ya sentía los deleitosos meneos con que Cielo Riveros se había comenzado a refregar en su verga, por lo que estimo que ya era hora de ponerle un poco más de acción a la situación. Como pudo se fue enderezando sin dejar de meter y sacar, a la vez que acomodo una almohada debajo de las caderas de Cielo Riveros para dejar a plena vista de la rubia las firmes clavadas que él le estaba dando a la joven. Miriam Caballero veía todo muy clara y nítidamente, mientas sentía la áspera manaza del vejete que comenzaba a masajearle uno de sus muslos abiertos, sin que ella parara de mirar y seguir masturbándose.

–Quieres mirar más de cerca putita!!? Jajajaja!!!… las venas de sus sienes y cuello parecían que en cualquier momento se le reventarían por los gruesas y pulsantes como las tenía en esos momentos, el viejo sudaba como toro embravecido.

La rubia solo asintió sin decir nada, para luego mover su cuerpo felinamente y a cuatro patas para ir avanzando en dirección de donde se llevaban a cabo las feroces estocadas. Hasta que por fin su mirada estuvo a escasos centímetros de donde accionaba la verga del viejo introduciéndose en el hermoso coñito de Cielo Riveros, vio como por los sonrosados pliegues femeninos de la fresca zorrita chorreaban los íntimos jugos naturales que expelía la joven panocha en señal de que su dueña ya disfrutaba de lo que le hacían, de pronto la aguardentosa voz del viejo la sacaron de sus eróticas apreciaciones,

–Chupame la vergaaaaa zorraaaaaaaaaaa!!!

Miriam Caballero vio la tranca del vejete salir chorreando líquidos vaginales, estos bañaban por completo el tronco venoso y pulsante del inflamado instrumento carnoso que le estaban solicitando que mamara, y con solo mirar la mojada y jugosa núbil vagina que estaba a centímetros más debajo de la verga, así mismo como estaba puesta en cuatro, cerro sus ojos para ir lentamente acercando su boca a la vez que la iba abriendo con decisión, hasta que su bien dibujados labios por fin ya se estaban rosando y recibiendo el glande para luego seguir avanzando por el tronco, y cuando sintió su boquita llena de carne vergal instintivamente comenzó a circundar el troco con su lengua, por primera vez en su vida sintió en su paladar el verdadero sabor a zorra, lo sintió sabrosamente ácido y salado, sumado a la atrayente y aromática fragancia a coño caliente que se le había impregnado en sus fosas nasales.

En pocas palabras ese místico sabor de jugos de hembra en estado de calentura, y que ella estaba catando… le fascinaron.

Cielo Riveros desde su posición veía como su madre puesta en cuatro patas le chupaba la verga a don Pricilo, y como este de vez en cuando se la volvía a ensartar tres o cuatro veces, para volverla a sacar y darle a probar de sus jugos íntimos a Miriam Caballero quien se la mamaba como si tuviera hambre de coño, esto la confundían.

Miriam Caballero miraba encantada como el viejo metía a fondo su herramienta en la ranura de su hija para luego sacarla y darle de probar a ella, no supo en que momento su cara yacía de lado sobre el bajo vientre de Cielo Riveros en donde solo a centímetros de su boca se encontraba el pequeño bosque de escasos pelitos negros y brillosos que poseía su hija, los veía nítidamente negritos y sedosos, como también veía el tajito vaginal abriéndose y cerrándose por cada adentramiento de la poderosa verga nervuda del viejo burlón, quien mientras se encontraba en tan deliciosa faena también se entretenía masajeándolas por las tetas, y sobándolas por el culo hasta donde le alcanzaran sus manos de pulpo.

Una vez que el vejete estimo que Miriam Caballero ya se había acostumbrado al sabor y olor a concha, tomo a Cielo Riveros desde su cintura y la elevo hacia donde estaba el, siempre manteniéndola ensartada y con ella moviéndose rítmicamente atenazándose con sus piernas por detrás dela gruesa cintura de su macho, ambos se besaban salvajemente, ella lo correspondía y a estas alturas ya casi veía normal que su madre los estuviera acompañando, la nena vio como don Pricilo se fue poniendo de espaldas, para luego ordenarle,

–Ahora quiero que me cabalgues pendeja, jejeje y quiero que lo hagas bien rico, como tú ya sabes hacerlo. Luego de esto se dirigió a Miriam Caballero que por un momento pensó en que la estaban dejando de lado, –Y tu yegua de mierda!!…, quiero que te montes en mi cara y me refriegues tu coño en la boca, me encanta el sabor de tus pendejos dorados, y cuidadito con mearte en mi rostro, porque si es así voy a patearte la zorra hasta dejarte inconsciente, ahora mueve ese culo y montate perraaa!!!

Mientras Cielo Riveros ondulaba su cintura con los 23 centímetros de verga bien enterrados dentro de su cuerpo, vio como una hermosa hembra de cabello rubio y liso también se montaba frente a ella ubicando su dorada vagina en la bocota del vejete y que este prácticamente se la succiono cuando el tajito de Miriam Caballero entro en contacto con sus fauces hambrientas, la nena ya no veía a su joven madre como tal, ahora esta solo era otra curvilínea mujer echa para darle placer al semental que ella tenía por esposo, Cielo Riveros ya estaba clara y convencida que don Pricilo perfectamente se la podía con las dos.

Ambas mujeres gemían y se masajeaban cada una sus par de tetazas meneando sus cuerpos en busca de su propio placer, la excitación en que se encontraban al estar ambas frente a frente y gozando con el vejete era tal, que a cada minuto que pasaba sus acalorados temperamentos se volvían aún más desvergonzados, a la vez que ellas mismas le otorgaban delicias aún mayores al asqueroso viejo que se las estaba beneficiando.

Miriam Caballero con sus semi cerrados ojos en los cuales predominaban una desequilibrada calentura miraban y casi se comían el portentoso cuerpo de Cielo Riveros, quien se estaba comiendo ondulatoriamente la gruesa y tiesa vergota de don Pricilo, se dio cuenta que la atrayente vagina de la nena ya se había orgasmeado unas cuantas veces, ya que en la cama y a la altura en donde se efectuaban las estremecedoras clavadas de verga había un tremendo circulo de humedad, como si ambos se hubieran orinado, mientras que ella sentía que este mismo viejo caliente le devoraba la zorra con su ardiente y chapoteante lengua, se electrizaba sintiendo como su vagina también arrojaba cuantiosos chorros de líquidos vaginales con los cuales tenia al vejete con toda su cara bañada con estos mismos, sin contar las cantidades que este ya se había bebido, ni se acordaba lo de las patadas en la zorra que le habían ofrecido si es que hacia algo similar.

Don Pricilo una vez que se cansó de que lo cabalgaran y de chupar y lamer panocha, como pudo se hiso a un lado para dictar una nueva orden, un brillo de auténtica maldad se reflejaban en sus enrojecidos y resquebrajados ojos.

–Ahora las quiero a las dos puestas en cuatro patas, jejeje…, Miriam Caballero y Cielo Riveros por unos momentos se quedaron sin saber qué hacer, ya que ambas nadaban en los mares del placer y el morbo cuando el vejete les salió con otra de sus insólitas ocurrencias, –En cuatro patas les dije mierda!!!!!, o acaso están sordas??!!!!!!!

Ambas hembras se pusieron rápidamente como se les estaba demandando, quedando una al lado de la otra mirando preocupadas al vetusto hombre como este había ido a buscar sus pantalones, con sus caras asustadas y con sus cuerpos desnudos y temblorosos vieron como este comenzaba a retirar su grueso cinturón de cuero, para luego notificarles,

–Escúchenme bien par de putas, en vista de lo muy rico que lo estamos pasando entre los tres, desde hoy día… tuuu!!, le dijo apuntando a Miriam Caballero, –Vas a pasar a ser oficialmente la “yegua caliente”, jejeje, reía mientras se paseaba desnudo y con su verga ya más relajada en un estado de semi erección, para luego continuar, –Y tú!… pendejita rica, le dijo refiriéndose a Cielo Riveros,–Pasas a ser la “potranca pervertida”, y en todos los momentos en que nos encerremos para follar, así se llamarán entre ustedes, jajajajaja!!!!!, y para que no se les olvide quien es el que manda en esta casa desde hoy día…

El vejete puso una verdadera cara de demonio cuando empuño el cinto de cuero para luego de concentrarse con bestial determinación descargar un fuerte y lacerante correazo en el suave, brilloso y estilizado culazo de Miriam Caballero, quien lo recibió en forma despiadada,

–Plaffffff!!!!!,

Miriam Caballero al sentir la dolorosa flagelación hacia las carnes de su cuerpo, solo lanzo un sonoro y fuerte alarido de auténtico pavor con su cara totalmente desencajada…

–Ahhhhhhhhhhhhhhhhyyyyyyyyyyyyyyyy!!!!!!!!!!!!!!! No! Noo!! Nooo!!! Noooo!!!! Don Pricilooooo por favorrrrrrr, –Plaffffffffffffffff!!!!!!!!!!!!!!!!!! Retumbo otro más fuerte, –Ooooooaaaahhhhhhhh!!!! Buaaaaaaaaaahh!! Buuuuaaaaaaa!!! Sinfffffssss!! Snifssssss!!! Snifsssssss!!!!! Ya no lo haga por favorrrrr Snifffsssssss!!!!

–Jajajajaja!!!! Esto es lo que te hacía falta yeguaaaaaaa de mierdaaaaaa!!!!

Cielo Riveros quien es esos momentos miraba con sus ojos vidriosos la dantesca y flagelante humillación a otra hembra desnuda y sometida tal como lo estaba ella, tenía su propia vagina exudando y hasta goteando cuantiosas cantidades de líquidos que febrilmente manufacturaban las entrañas de su propio coño, hasta que fue sacada de ese enloquecedor estado calenturiento por la grave voz del enloquecido y caliente viejo de don Pricilo,

–Y tu hija de putaaaaa!!!, que me miras con cara de perra calienteeee!!!, le dijo refiriéndose a Cielo Riveros, –Toma tu tambiennnnn!,

–Plaffffffffffffffff!!!!!!!!!!!!!!! Recibió la encarnizada laceración en una de sus nalgas, para seguir recibiendo otras cuantas no menores a la primera,

–Plaffff!!, plafffffff!!!, plafffffffff!!!!, plafffffff!!!!!, fueron interminables las cantidades de feroces guascazos que recibieron en el culo la dos bellas mujeres. Lloriqueos, gritos, bufidos que se entre mezclaban por otros claros y bien definidos gemidos de placer, por lo que les hacían…

El viejo una vez que determino que con eso ya era suficiente, se arrodillo detrás del cuerpo de la rubia acomodo la verga en la entrada de la muy jugosa vagina y simplemente se lo metió firme y en forma vigorosa, para comenzar a culearla con furia, metía y sacaba la humeante y espumosa verga casi con rabia, Cielo Riveros esperaba su turno en la misma posición en que la habían dejado con anterioridad, el viejo seguía arremetiendo con sádicas energías, las tetazas de Miriam Caballero se movían rápido y rítmicamente al mismo compas de la follada, Cielo Riveros solo miraba con sus ojos llenos de lágrimas que ya se le habían secado, y poco apoco el brillo de la morbosidad se comenzaban a reflejar nuevamente en aquellos hermosos ojos azules,

–Quien eres tuuuuu zorraaaa!!!!, gritaba el vejete a la rubia sin dejar de apuntalarla,

–Ehhhhhh!… Ehhhhhhhh!!, Miriam Caballero no sabía que contestar, el viejo quien ya se estaba comenzando a exaltar la tomo bruscamente de sus dorados cabellos y la mechoneo hacia atrás, –Acaso ya se te olvido babosa de mierdaaaa!!!!, –Tu pendejaaa!!!, grito dirigiéndose a Cielo Riveros, –Dile a esta perra quien es ella en esta casa cuando estamos follandooo!!!!

Cielo Riveros que ya llevaba algunos cursos más adelantados que Miriam Caballero, contesto en el acto,

–Ella es la yeguaaaa calienteeeee don Pricilooooooo!!!!,

–Jajajaja!!! Por eso eres mi puta favorita pendeja, y dile quien eres tuuu, jajajaja!!!!

–Yo soy la potrancaaaaaa pervertidaaaaa!!!!

–Escuchaste maraca reculiaaaaa!!???, gruño nuevamente refiriéndose a Miriam Caballero, –Ahora dime quien eres tuuuu!!??,

La rubia quien recordó casi el acto quien era ella según don Pricilo, comenzó a exclamar…

–Siiiiiiiii!!! Yo soy la yeguaaaaaa calienteeee!!!… Don Priciloooooo!!!!

–Jajajajaja!! asi me gustaaaa!!! Y quien es la pendejaaaa que está al lado tuyooo!!!!

–Ellaaaa es la po… tran…caaaaaa pervertidaaaa!!!! Ohhhhh Diosssssssss!!!!!!!!!!, el vejete la apuntalaba más fuerte,

–Jajajaja! hasta que aprendiste rubia mal parida, jjajajaja…dile a la potranca pervertida que vaya por los pepinossss, jajajaja!!!

Miriam Caballero dentro de su profunda calentura quedo desconcertada, no tenía idea de lo que le estaba diciendo el vejete, por lo que se volteo para mirarlo sí que este no se había equivocado…

–Don Pricilo…no se a que se ref…

–Solo díselo putaaaaaa!!!!, Miriam Caballero no entendiendo nada, pero aún muy excitada miro a Cielo Riveros quien tenía el brillo de la perversidad en sus ojos, el viejo no paraba de follarla bestialmente, así que al mismo ritmo en que la empujaban solicito…

–Po…tran…caaaa… per…ver…ti…daaaa!… ve… a… buscar… los pe…pi…nossss!!, le solicito muy extrañada de lo que ella misma estaba haciendo…

En el momento en que Cielo Riveros se estaba poniendo de pie para ir por los pepinos, fue detenida por el vejete,

–Noooo pendejaaaa!, desde hoy en todas las oportunidades en que se quiten la ropa para que follemos deberán andar en cuatro patas!!… ustedes dos son mis yeguasssss!!!!!, les grito, –O acaso aun no lo entiendennn?!!!!!!

La joven automáticamente se puso en 4 patas, para luego muy femeninamente salir gateando de la habitación tal como se lo había pedido su macho.

Los ojos de Miriam Caballero se abrieron como platos en el momento de continuar estar recibiendo verga, al ver como Cielo Riveros hacia su ingreso a la habitación lentamente y a cuatro patas con dos sendos pepinos verdes, uno en cada una de sus manitas, pensó que estos debían medir por lo menos unos 40 centímetros cada uno, automáticamente supuso que la idea del vejete era de que ellas se los metieran por cualquier parte de sus cuerpos, y con solo imaginarse a ella o a Cielo Riveros ensartadas con aquellas gruesas y largas monstruosidades frutales, comenzó a moverse como despavorida, accionaba el culo contra la verga del viejo en forma aceleradamente desesperada mientras unas largas y espesas gotas de babas le caían desde su barbilla formando un gran charco en las sabanas de la cama, ella estaba ajena a esto.

Don Pricilo cuando se dio cuenta que Cielo Riveros ya venía llegando con el inusual encargo que le habían solicitado, continuo con sus salidas,

–Jajaja! ya estás aquí mi potranca pervertida!, tiéndete en la cama y demuéstrale a la yegua caliente lo hembra que eres cuando te culias tu solita un pepino, tal como me lo enseñaste a mí solo hace unos días, jejeje…

Cielo Riveros totalmente perdida en las oscuridades de la lascivia, se fue subiendo lentamente a la cama, antes los incrédulos y tiritones ojos de Miriam Caballero quien no podía creer que aquello estuviera sucediendo, la joven sin un mínimo de vergüenza se acomodó delante de su madre, poso su cintura y pelvis justo debajo de la verdosa mirada de una trastornada y perturbada Miriam Caballero para luego abrirse de muslos y mostrarle a ella lo que a continuación haría con uno de los pepinos.

La nena se ensalivo una de sus manitas y la llevo a su coñito para lubricárselo aún más de la que ya lo tenía, la rubia no perdía detalles de lo que hacia la hermosa joven, don Pricilo no dejaba de espolonearla con la única idea de que no se le fuera a enfriar la hembra y la fiestecita que se estaba pegando con ellas se le fuera a acabar.

Los sorprendidos ojos verdes de Miriam Caballero fueron testigos de cómo Cielo Riveros se comía por su vagina por lo menos unos 25 o 30 cts. del grueso pepino solo a escasos centímetros de su propia mirada, vio como la muchachita una vez que ubico la gruesa y redondeada punta verde del poderoso instrumento natural justo a la entrada de su conchita, para luego comenzar a metérselo lentamente hacia el interior de su cuerpo, las rugosidades de este y su textura se perdían por las rosadas carnes intimas de la nena, a la rubia le daba la impresión de que aquel apetitoso consolador no terminaría jamás de introducirse por completo, hasta que vio que este al parecer ya había llegado hasta el final del reducto íntimo de la nena quedando afuera una cuarta parte de este, estuvo segura que Cielo Riveros no se lo siguió metiendo por no tener ya más espacio donde meter, calculaba que fácilmente este le podía haber llegado hasta la misma altura de su ombligo, luego de unos deliciosos minutos de lentos mete y saca, veía como la nena lo retiraba solo hasta la mitad para volver a enchufárselo a la vez que a cada metida del fruto dentro de su tajito la joven iba aumentando la velocidad en que se lo introducía, esto ya fue mucho para la enloquecida rubia, que nunca en su vida se había imaginado a ella misma participando en una orgia de sexo de aquella categoría, hasta que su cuerpo sin darle previo aviso, solo la hicieron explotar,

–Ohhhhh!!!! Diosssss Ohhhhhh!!! Diosssssssssssss…, que pepino más ricoooooo!!!!!! Mmmmmmmmm… Ahhhhhhhhh!!! Me estoy corriendooooo muy ricoooooooooo….!!!!!!

El vejete al darse cuenta de la exquisita forma en que Miriam Caballero se retorcía y le movía el culo en enloquecedores círculos y echándose para atrás cuando el accionaba hacia adelante sintió que su verga era bañada en una manantial de fluidos calientitos, que casi lo hacen acabar, por lo que retiro su verga totalmente bañada en las exudaciones femeninas de Miriam Caballero y tal como estaba se fue en dirección de los purpuraceos labios de Cielo Riveros que en esos momentos estaban entre abiertos y gimiendo con el pepino perdido en lo más profundo de su zorra, ella al sentir el húmedo y caliente glande posarse sobre sus labios abrió su boquita y simplemente se la engullo para ponerse a chupar la verga si como esta fuera un biberón, a la vez que sorbió y se bebió todos los jugos vaginales de Miriam Caballero los cuales habían sido impregnados en aquella monstruosa masa de carne.

La rubia aun seguía retorciéndose a un extremo de la cama gozando a plenitud de las delicias del desquiciante orgasmo que le habían regalado a sus curvas, el ver la imagen de la dulce muchachita chupando la verga que goteaba sus propios flujos vaginales casi la noquearon.

El viejo ya no daba más de gozo, sentía que en cualquier momento descargaba sendas cantidades de semen en la boca de la dulce hembrita que en aquellos momentos mamaba verga como condenada, tuvo que sacar todas sus fuerzas de contención y concentración para no desparramarse, ya que él sabía que aún faltaba lo mejor, quería ser testigo principal de como ese par de mujeres, madre e hija, le brindarían la mejor función lésbica que jamás haya presenciado en su perra vida, pero sabía que tener que ir lento, aunque también advertía que ya estaba a solo un paso de hacerlas entrar al mundo de la perversión total. (Jejeje)

Don Pricilo vio como la rubia estando estirada al lado de donde estaban ellos respiraba aceleradamente y con sus ojos cerrados, señal que ya se estaba recuperando de los violentos escalofríos que había sentido su cuerpo al haberse ido cortada, el depravado vejete estimo que ya era hora de ponerse manos a la obra.

Una vez que el viejo logro que Cielo Riveros de una buena vez se sacara el pepino de entre sus muslos por un rato, hiso que ella se pusiera de rodillas en la cama, para luego tomar el aun tembloroso cuerpo de Miriam Caballero y hacer lo mismo, así las tubo a ambas, una arrodillada junto a la otra, para el posar su obesa humanidad justo al frente de ellas, las hembras aun en estado de éxtasis y con sus mentes alteradas y asaltadas por un sin número de morbosidades solo esperaban a que les dijeran que les tocaba hacer a continuación.

El viejo pillo de don Pricilo volvió al ataque sirviéndoles otra ronda de wiskis con los vasos llenos y sin nada de hielo, Cielo Riveros y Miriam Caballero que prácticamente aún se mantenían calientes no estaba para negarle nada al macho dominante del trio, por lo que se mandaron los brebajes de una y al seco, el viejo vivo solo se sirvió una bebida energética.

Ya estando los tres de rodillas en la cama el viejo abrazo a ambas mujeres por sus respectivas cinturas, para comenzar a besarlas y masturbarlas con sus gruesos dedos alternadamente, se abrazaba al desnudo cuerpo de Cielo Riveros para besuquearla asquerosamente en su boca y con su mano perdida en el coño de la hembra, haciendo ambos morbosos sonidos con sus lenguas y salivas, para luego soltarla y abrazarse de la misma forma a Miriam Caballero, en donde se besaban de la misma forma acalorada que la anterior, por cada cambio de pareja que hacia el vejete la hembra desocupada debía esperar sumisamente su turno, lo estaban pasando muy rico pensaban ambas féminas cuando esperaban que les tocara y a la misma vez que ahora eran ellas las que en la ansiada espera se comenzaban a masturbar solitas.

El vejete cuando estaba en un acalorado sobajeo y besuqueo con Miriam Caballero estiro su brazo para atraer a ellos a Cielo Riveros, la tomo por su cintura e hiso que ella quedara muy apegada al cuerpo de Miriam Caballero, en donde por primera vez ambas sintieron como se adosaban las suavidades de sus sudorosas pieles, como así mismo sus tetas se empezaron a comprimir entre ellas, a las hembras no les importaba nada estaban entregadas y dispuestas a todo.

Aunque la más nerviosa era Miriam Caballero quien sabia y estaba clara para donde pretendía llevar el asunto el vejete.

En un minuto dado don Pricilo les dijo como serían las cosas de aquí en adelante, mientras se las apretujaba con un ardiente abrazo, con su cara fea muy cerca a las de ellas,

–Escúchenme bien zorras asquerosas, en vista de lo mucho que me gusta culiarmelas, y en que los tres nos entretengamos con nuestros jueguitos, desde hoy día nosotros tres pasamos a ser “una sola pareja”…

Lo que decía el vejete era totalmente absurdo, así lo pensaron ambas mujeres, ¿Cómo era eso de que ellos tres eran una pareja?…

–Don Pricilo creo que Ud. se ha equivocado…nosotras…, Cielo Riveros quería explicarle que 2 + 2 son 4, pero el vejete la interrumpió en el acto,

–Los tres somos una pareja y se acaboooo!!!!!!, gruño el vejete, a la misma vez que se las comenzó nuevamente a devorar alternando sus besuqueos una con la otra.

A las hembras no les quedo más opción que acatar, los tres eran una pareja y así se zanjaba el asunto, según el viejo jardinero.

El triángulo amoroso era de por si endemoniado, el viejo Pricilo sacaba su asquerosa lengua para que ambas mujeres así lo hicieran y el resultado fue más que satisfactorio, llevaban varios minutos en que las tres chapoteantes lenguas se batian ferozmente entre ellas, mientras que cuatro femeninas manos masajeaban la verga y los testículos del feliz jardinero, este disimuladamente se fue retirando hacia atrás quitando el mismo las femeninas manos de su verga, hasta que una vez ya separado de ellas, Cielo Riveros y Miriam Caballero quedaron solas y aun con sus lenguas haciendo círculos entre sí, hasta que lentamente y ambas envalentonadas por lo erótico de la situación fueron acercando sus bocas, para que sus labios hicieran contacto entre ellos… y lo hicieron.

Miriam Caballero y Cielo Riveros se estaban besando efusivamente con sus bocas bien pegadas y con sus leguas enfrascadas en una ardiente lucha que ninguna de los dos deseaba que se terminara.

El viejo viendo lo concentradas que estaban las mujeres en el lujurioso atracón que se estaban dando, acomodo unos almohadones y encendió un cigarrillo para disfrutar del espectáculo, vio cuando fueron en primera instancia las temblorosas manos de Miriam Caballero las que tímidamente y con delicadeza comenzó a tocar el suave y curvilíneo cuerpo de Cielo Riveros, palpando y sintiendo cada pronunciada curva que ella poseía. La nena por su parte aunque confundida sabía que esto le debía encantar a su macho por lo que no lo dudo para ella comenzar a hacer lo mismo, el vejete estaba en el cielo viendo como esas dos hermosas mujeres se estaban comenzando a dar de a poco.

No era que Cielo Riveros o Miriam Caballero se sintieran enamoradas una de la otra, o que tal vez ambas se desearan, ni ninguna mamada parecida, era la misma situación la que las arrastraba a lo que estaban a punto de realizar, ambas se sabían atractivas, pero lo que ellas sentían en aquellos momentos era solamente autentica y genuina calentura, una excitación sin precedentes por hacer lo que el viejo les ordenara o lo que él quisiera de ellas. Los efectos del alcohol habían hecho muy bien su trabajo en los acalorados temperamentos de las espectaculares ninfas.

Una vez que se separaron del ardiente besuqueo en el cual se habían encontrado enfrascadas, fue la rubia quien le hablo primero al vejete,

–Le gusto lo que le hicimos don Prici…?

El viejo quien estaba todo tembloroso encendiendo otro cigarrillo, la vio con la sensualidad con que le consultaba, como a su vez vio a Cielo Riveros mirándolo con carita de niña buena y con uno de sus deditos puesto en su labio inferior, por lo que solo contesto…

–Siiiiii mami…como me calientan el par de putas de mierdaaaa!!! Continúennnn!!!!!…les vocifero,

Ambas mujeres se miraron nuevamente sonrientes, hasta que Cielo Riveros al sentir sus tetas aplastadas con la de Miriam Caballero, y al tener posadas sus manitas en las suaves y pronunciadas caderas de la rubia, instintivamente su cara se le transformo por el del deseo carnal haciendo que exquisitamente se mordiera su labio inferior, Miriam Caballero con solo ver aquella femenina y sexy expresión, casi actuó por reflejo le bajaron unas instintivas ansias de querer comérsela, sus manos que se mantenían en la cintura de la joven bajaron hasta llegar a sus firmes caderas siguió un poco más hacia abajo hasta alcanzar al nacimiento de sus duras y sedosas nalgas pero aun así algo hiso que se detuviera, hasta que se sintió asaltada por los frescos labios de Cielo Riveros que no se aguantó de volver a probar la boquita de aquella hermosa mujer rubia con la cual se encontraban manoseándose en forma mutua.

Las hembras se besaban en forma exquisita sus manitas de ambas solo se mantenían a la altura de sus caderas, ninguna de las dos se atrevía a llegar más lejos, don Pricilo con su cara de degenerado se masturbaba con sus dos manos y con el cigarro en la boca, echando humo como una verdadera locomotora a carbón, hasta que decidió que iba a ser el quien les echara una manito para que las evas hicieran cositas más ricas y apetitosas para su verga, como pudo apago el cigarro casi con sus dedos para acercarse a ellas y darle sus instrucciones,

–Es muy rico ver como se besuquean, pero ahora quiero que se toquen la zorraaaaa!!!! Las mujeres continuaban con su enardecido beso, parecían no escucharlo, el viejo caliente hasta la muerte, les volvió a gritar, –Vamos quiero que se zorreen!!!!

Para el pobre viejo fue como un milagro cuando vio que la fina manita de Cielo Riveros se despegaba de la curva cadera de la rubia para comenzar a bajar en forma temblorosa por las suavidades de su vientre, como a su vez la piel de todo el cuerpazo de Miriam Caballero se erizo por completo al sentir aquella suave y femenina mano que iba bajando por su estómago en franca decisión de tomar posesión de su vagina, sin separarse de los labios de Cielo Riveros cerro sus ojos para esperar a que esto sucediera.

Cielo Riveros quien no era consciente de la barbaridad que estaba a punto de cometer, fue bajando su mano, a la vez que experimentaba lo rico que era tocar a Miriam Caballero en esa parte de su cuerpo, hasta que sintió en su propia manita nerviosa una rica curvatura pélvica con unos sedosos pelitos, los toco y los froto por un rato hasta que ya sin pensarlo más comenzó a tantear ya explorar aquella rica y jugosa vagina que le pareció estar esperándola.

La rubia al sentir la mano de Cielo Riveros que ya la masturbaba tímidamente se separó de los labios de ella y con una viciosa sonrisa de degenerada miro al techo de la habitación sintiendo y gozando de lo que le estaban haciendo ahí abajo.

El viejo babeaba de lujuria, aun así él quería más,

–Vamos rubita tocale la zorra tu tambiennnnn…, don Pricilo rogaba tal cual como le ruega un niño a su madre por un caramelo, –Vamos se buenitaaaa conmigoooo y dame lo que quieroooo… el vejete se apretaba la verga para no mandar los lecherazos de semen en cualquier dirección…

Miriam Caballero viendo que ya casi no había nada más que hacer, y aceptando en darle en el gusto al feroz jardinero llevo su trémula y nerviosa mano a la vagina de Cielo Riveros en donde experimento las mismas ricas suavidades con los pendejitos negros de la nena, comenzando a acariciarla y a masturbarla tal como a ella también se lo estaban haciendo.

La escena era enloquecedoramente obscena y morbosa, las hembras se besaban y poco a poco se fueron soltando en sus prohibidas caricias intimas, ambas se introducían tímidamente el dedo medio sintiendo y explorándose las acuosas tibiezas de sus vaginas, luego de unos cuantos enloquecedores minutos de perversa masturbación ya se sobajeaban la zorra sin ningún tipo de recato, ambas estaban mojadas, notorias cantidades de líquidos escurrían por los muslos de cada una, en estos momentos cada una de ellas probaban en forma hambrienta los líquidos íntimos de la otra, hasta que sin que el vejete les dijera nada lentamente se fueron recostando para así poder jugar más cómodas, o sea… madre e hija prácticamente se estaban… acostando!!!!

Era Cielo Riveros la que en esos momentos estaba más efusiva que Miriam Caballero siendo que había sido la rubia la que primero había visto con ojos de mujer a su propia hija, pero eso a estas alturas daba lo mismo, el caso es que las dos se encontraban siendo atacadas por un severo ataque de calentura, que las estaba haciendo hacer atrocidades innombrables.

La nena de 18 años quedo recostada de lado en el portentoso cuerpo de Miriam Caballero quien se encontraba puesta de espaldas, Cielo Riveros le lamia el cuello como si tuviera hambre, ese rico olor a jabón perfumado y a shampoo le atraían tanto como las fuertes hediondeces de don Pricilo, fue bajando y lamiendo hasta que nerviosamente se encontró con una fenomenal montaña de carne, puso especial atención el rosado y pequeño pezón similar al de una quinceañera, señal inequívoca que daban a demostrar la verdadera y real fineza de aquella tremenda rubia de 35 años.

–Vamos potranca pervertida…jajaja!!! Chupale las tetas a la yegua calienteee!!!, le ordenaba el viejo ahora parado al lado de la cama y con un vaso de wiski con hielo en su mano derecha, y con la otra puesta en su cintura, la verga le pulsaba rápidamente de arriba para abajo, había querido dejarle la cama para ellas solas.

Las dos mujeres escuchaban la voz del vejete como si este estuviera en otra dimensión, pero asumían que era cierto, ambas eran calientes y degeneradas cuando un macho sabia transportarlas a ese rico estado en el cual se encontraban, como así también ya veían a don Pricilo como un verdadero macho caliente y único dueño de ellas.

Cielo Riveros comenzó a dar pequeños besos alrededor del reluciente pezoncito, hasta que no aguantando más abrió su boquita y se lo comió entero empezando a chuparle las tetas con ahínco, se las lamia y se las succionaba como una verdadera bebita, tal como lo había hecho ya hace 17 años y 6 meses para ser más exactos. Su lujurioso temperamento la invitaban que siguiera lamiendo en dirección hacia abajo y así lo hiso, cuando Miriam Caballero se percató de esto abrió sus ojos y vio el portentoso cuerpo de Cielo Riveros puesto en 4 patas y que ya iba haciendo con su fresca lengüita desquiciantes círculos a la altura de su ombligo, una viciosa y nerviosa sonrisa se apodero de su rictus, su cuerpo temblaba de deleitosa perversidad.

La rubia sin saber que hacer pero muy segura de querer sentir miro al vejete como para consultar instrucciones, y cuando se cruzó con su burlona sonrisa este solamente le asintió como dando su autorización para que ella abriera sus brillosos y torneados muslos, lentamente se fue abriendo de piernas hasta quedar totalmente abierta y ofrecida, Cielo Riveros ya estaba una cuarta de llegar a su ranura intima.

La nena sentía en su lengua la extrema suavidad de la piel de Miriam Caballero, paso por su ombligo y siguió cuesta abajo, hasta que por fin supo que estaba solo a milímetros de encontrase con esos hermosos áureos pelitos que había visto cuando don Pricilo la había estado culeando, una vez que llego a ellos se sintió invadida por una extraña sensación de eroticidad, los vio doradamente brillosos y no dudo para olerlos, para frotar su cara en ellos combinándolo con tímidas pasadas de lengua que poco a poco se fueron acentuando, el aromático olor a hembra que expelía de una rosada entrada vaginal la invitaron a acomodarse entre los abiertos muslo de aquella hembra de ensueño, así es como la veía por lo menos en esos momentos, ordeno femeninamente su alisado pelo negro hacia un lado de su cara y siempre puesta en 4 patas bajo su cabeza lentamente como a su vez fue abriendo su boca buscando el Angulo perfecto para que de un puro y voraz bocado zamparse en su totalidad aquella enloquecedora abertura intima jaspeada con escasos bellitos crespos y dorados, para quedarse pegada a ella y solo moviendo su legua en círculos por espacio de unos buenos minutos.

Miriam Caballero cuando sintió los labios y lengua de Cielo Riveros pasearse por su vagina instintivamente empuño las sabanas de la cama como a su vez inclino sus caderas hacia arriba, para hacer la comunión de boca y vagina aún más completa de lo que ya era. Su cuerpo vibró ante las oleadas de intensos escalofríos que la invadieron, sus piernas se abrieron aún más de lo que ya las tenía, entregándole a Cielo Riveros una buena cantidad de líquidos que le soltó por su vagina, sus delicadas manos se desentendieron de las sabanas y buscaron su cabeza para comenzar a apretarla con fuerzas contra su chorreante coñito y toda ella estalló en un orgasmo intenso y enorme…

–Ahh!!… ahhh!!!… ahhhhhhh!!!!… me voooyyy!!!… me voyyyyyyy!!!!!! Uuuhhh!!!!!…Ohhhhhhhh!!!!!! si…gue chu…pan…dooooo!!!!, –Exclamaba respirando agitada y convulsionadamente, –Es tan ricooooooooo!!!!!!!!!!, Mmmmmm!!! Me vieneeee… me corrooo en tu bo…caaaaaa… pen…de…jaaa per…ver…ti…daaaaaaaaaaa!!!!!!!, gritaba sin dejar de hacer círculos con sus caderas, y con Cielo Riveros que aún no despegaba su chorreante boca de la orgasmeada vagina bebiéndose todo lo que le salía de ella como si fuera el más rico almíbar de caramelo.

Miriam Caballero se sentía culpable ante lo ocurrido y no sabía qué hacer, pero de lo que si estaba clara era que aún seguía sintiendo muy rico, el vejete por su parte se daba cuenta que la nena nuevamente estaba iniciando otra chupada más profunda y golosa que la anterior, la rubia continuaba gimiendo…

–Ohhh!… ahhh!! Siiiiiiiiii!!!!!… uhhh!!!… Mmmmmm!!!!! Ayyyy que ri…cooooooo!!!!!…

Su cuerpo se desmadejaba antes las exquisitas succiones de Cielo Riveros quien en esos mismos momentos estiro una de sus manitas agarrando un sendo pepino, largo y grueso como a ella le gustaban, este debía tener un grosor de 7 ctm. por lo menos, y viendo en las lamentosas condiciones de excitación en que se encontraba su compañera de depravaciones, se aprovechó de la situación.

Miriam Caballero estaba con los ojos cerrados y respirando agitadamente, un rictus de verdadera fascinación sexual se enmarcaba en su bello rostro, con sus doradas cejas fruncidas hacia arriba, y con su exquisita lengua relamiéndose los delineados labios, expresaba lo bien que se lo estaba pasando en aquellas condiciones, Cielo Riveros sin dejar de lamer no le dio tiempo de reacción, apoyo la punta del enorme y voluminoso pepino en la entrada de su vagina y de un solo empujón se lo enterró en su cuerpo hasta más de la mitad.

Los ojos de la rubia se abrieron como platos al sentir la violenta irrupción, sus labios temblorosos dibujaron una O de sorpresa y excitante conmoción, y mirando en dirección hacia sus muslos abiertos de su garganta broto un largo y angustioso gemido…

–Ahhhhhhhhhrrrrrrrrrrjjjjjjjjjjj!!… Esoooo… nooooooo!!!… nooooo… esss… muuuyyy grandeee y gruesooooooo!!!!

El viejo que ya estaba que se desmayaba de tanta perversión, apoyo la cruzada de Cielo Riveros aportando sus impresiones,

–Si yeguitaaaa!!!… es tan enorme y gordo como el mío, jejejeje pero ya verás que te va a gustar un montón!!!! Cielo Riveros sin esperar nada más le mando otro empujón del pepino hacia adentro, enterrándoselo casi el total de su longitud.

El poderoso y estremecido cuerpo de la dorada hembra ensartada lo aguanto todo, al mismo vaivén en que la nena movía el pepino, ella comenzó a bailar con su cintura y caderas al mismo ritmo cadencioso en que selo metían y sacaban, ya no pudo hacer nada más… solo gozar!!… gozar!!! y gozar!!!!, y para luego volver a gozarrrrrr!!!!!!…

La rubia, abierta de piernas al máximo se dejaba arrastrar por los vibrantes apuntalamientos que Cielo Riveros le propinaba con el grueso pepino vergal, se sabía empapada y ansiosa de que siguieran haciéndole cosas, a la vez que se sentía desbordar de tantos deseos, mientras seguía moviendo su cintura como una culebra,

–Ohhhh!… otraaaa vezzzzzz noooooo!!, exclamó cuando empezó a sentir las contracciones involuntarias de su vagina, esas que le anunciaban la llegada de otro potente y escalofriante orgasmo, siendo que verdaderamente eso mismo era lo que más quería en esos momentos, gimiendo de placer se apretaba con fuerza sus tetas, estaba tan mojada, que ahora el pepino que le metían rápidamente se le deslizaba profundamente en su interior con una facilidad increíble.

Veía como don Pricilo se masturbaba con una cara de auténtico degenerado, y así lo era. Miriam Caballero tan caliente como el vejete pensó que este ya estaba a punto de eyacular, lo observaba como este se apretaba la verga y se la pajeaba efusivamente, a estas alturas deseaba que el pepino que le encajaban en el coño fuera la potente verga de don Pricilo la que la estaba poseyendo, su zorra en estos momentos era un verdadero volcán apunto de hacer erupción, se mordía los labios mientras sentía las deliciosas contracciones que hacia su coño al cual no paraban de ensartar.

Por su parte Cielo Riveros quien disfrutaba brutalmente con lo que estaba haciendo, se decía que para ella era delicioso ver aquella rubia vagina contraerse así y que con cada contracción brotara aquella humedad de líquidos que tanto le gustaban, ella los iba recogiendo con su lengua.

La bella rubia ya tenía el rostro enrojecido, su respiración era espasmódica y sus hermosos ojos verdes habían adquirido un extraño brillo, a causa de tanta morbosidad y excitación sufrida desde la noche anterior, ya eran casi las 11 de la mañana y el trio no tenía ninguna intención de parar aquel indecente bacanal de sexo desenfrenado que se estaban mandando.

En un momento dado en que la nena dejo ensartado el pepino en el coño de Miriam Caballero para descansar un ratito, la rubia rápidamente se enderezo en la cama arrodillándose en esta, Cielo Riveros quedo sorprendida cuando la vio meter su mano por su coño y retirárselo empapado de exudaciones zorreales, y más consternada quedo cuando Miriam Caballero en forma sensual le pidió ,

–Abre tus piernas…, Cielo Riveros veía el brillo de viciosilla que tenía la mujer en sus ojos, en esos momentos la nena se había tendido de espaldas, y tenía las piernas cerradas, la pendeja la miraba con una mezcla de calentura y fascinación a sus ojos, pero aún se mantenía con las piernas cerradas,

–Te he dicho que me abras tus piernas, le repitió usando un tono de voz más exasperado, producto de lo desesperada y caliente que estaba por consumar lo que se le había ocurrido.

Cielo Riveros obedeció, lentamente fue subiendo sus muslos y abriéndolos hasta quedar en la misma posición en que las mujeres se ponen cuando están por parir un hijo, con la diferencia de que ahora era al revés, a la nena le iban a meter algo por la zorra, Cielo Riveros ya estaba muy excitada, por lo que se quedó quietecita y mirándola con las piernas bien abiertas y expuesta.

Don Pricilo rodeaba la cama de un lado a otro buscando el mejor Angulo, para poder observarlo todo, sentía las tremendas ganas de volver a cogérselas, pero aquella ardiente función que le estaban brindando esas dos mujeres desnudas era para los Dioses, y él no estaba dispuesto a perderse ningún detalle de la que ahí estaba ocurriendo, el olor a sexo y a coño, alcohol y tabaco estaban impregnados en aquella lujuriosa habitación de la casa de los Riveros, y ninguno de sus participantes sentía cansancio ni sueño, todo esto era muy extraño, pero también muy rico.

Miriam Caballero observaba a la joven hembrita con sus portentosos muslos bien abiertos y alzados, sus brillosos pelitos negros de su íntima rajadura rosadita la invitaban a devorárselos, la rubia quien mantenía el chorreante pepino en una de sus manitas, se acomodó de rodillas al medio del cuerpo de la tierna joven de ojos azules, temblorosamente lo apunto al medio del tajito de Cielo Riveros y cerrando sus ojos simplemente se lo metió,

–Auuuuuuuuuuggggggg!….Mmmmmmffsssss!!, gimió la nena al sentir el ensartamiento de verga verdosa y natural, Miriam Caballero lo vio entrar hasta más de la mitad, para luego lentamente ir sacándolo de aquel hermoso coño que se encontraba solo a centímetros de sus ojos, se asombró mucho al verlo salir más mojado y brilloso debido a los exquisitos jugos de su hija, miro como los labios de su zorrita apretaban aquella monstruosidad vergal como si ella no quisiera que se lo sacaran, y se calentó aún más de lo que ya estaba al ver a Cielo Riveros como se mordía el labio inferior, y al tenerla con sus ojos centelleantes y sus mejillas encendidas, aun así se lo retiro por completo.

Miriam Caballero quedo impactada al ver la panochita de Cielo Riveros totalmente abierta para ella, y con una cuantiosa cantidad de líquidos que escurrían desde su interior, noto nuevamente aquel exquisito olor a coño en estado de calentura que hicieron que instintivamente lo volviera a meter en la jugosa vagina de su hija.

–Agggggggggg!! Ohhhhhhhh!! Ujjjjjjjssssssssss!!!, gemía y se convulsionaba la nena enarcando su espalda y con las facciones de su carita contraídas por una ardorosa y nueva excitación, cerraba y abría sus ojos sintiendo y gozando al máximo de lo que le estaban haciendo.

La joven sentía como su conchita se la vaciaban y se la volvían a llenar, ella sabía que era su propia madre quien se lo metía cada vez más y más adentro, hasta que lo sintió llegar al fondo de su vagina, hasta la misma entrada de su útero.

-Mmmmm…Ohhhhhh… mami siiiiiii…hacemelooooooo!!!

Miriam Caballero quedo impactada por algunos segundos, era la primera vez de aquella convulsionada mañana que caia en cuenta de las perversidades que estaban haciendo ella y su hija, pero debido a la inmensa calentura que la invadia solo se atrevio a decirle,

–Cielo Riveros…por favor… solo llamame Miriam Caballeroaaa…le dijo con su voz temblorosa a la vez que miraba al viejo Pricilo, en donde recordó el papel que ella ocupaba cuando estaba con el vejete, así que ahora termino diciéndole, –O solo dime Yegua calienteeeee…, a la vez que comenzaba a meterle y sacarle el pepino en forma más acelerada.

La nena notaba como se lo metían hasta la mitad, para en otras ocasiones comérselo hasta el fondo, su cuerpo se movía febrilmente, lo sentía entrar una y otra vez, Miriam Caballero por su parte se dio cuenta de lo que estaba haciendo, estaba follando a su propia hija con un enorme pepino, y el solo hecho de saber que ella había hecho lo mismo con su cuerpo le hicieron ir calentándose aún más, por lo que se dio a follarla ahora más rápidamente, la oía gemir, la veía retorcerse de placer, hasta que su desequilibrada mente la animo a ponerle más condimento a la caliente situación,

–Te gusta que te lo metaaaa… potranca pervertidaaaaa!!??, le soltó sin dejar de meter y sacar,

–Siiiiiiiii!…massss…masssss rapidooooo!!…muévelo mas rapidoooo!!!… ye…gua… calienteeeeeee!!!!!…

Lo que escuchaba el ardiente vejete era la mejor música jamás escuchada por sus oídos, no sabía qué hacer con tanto semen acumulado en sus testículos, pero las blasfemias de ambas mujeres tenían para rato…

–Asiiii?…te gusta asiiiiii!?, le preguntaba follandosela con más rapidez que antes,

–Siiiiiiiiiiiiiiiiiii…yeguitaaaaa ricaaaaaaaaa!!! Cogemeeeeee!!! Culiameeeee mas rapidoooooooo… mas profundoooooo!!!!!

El tremendo cuerpazo de Cielo Riveros se templo, su espalda se arqueó sobre la cama y sus ojos se cerraron con fuerza, a la vez que estiraba y encogía sus muslos como si verdaderamente estuviera culiando con un hombre, Miriam Caballero miraba extasiada como su hija se corría en un fuerte orgasmo justo al frente de ella, le veía la zorra empapada producto de las soberbias eyecciones de jugos que Cielo Riveros le soltaba y que a la misma ves le salpicaban la cara, su excitación fue a tal grado que ni se dio cuenta que ella misma se estaba meando producto de una inmensa calentura jamás sentida por su cuerpo, sentía en sus muslos como corría aquel amarillo liquido el cual formo un inmenso charco en la cama, pero a ella no le importaba, sus fosas nasales se le habían tapado y debía respirar por la boca para no ahogarse, mientras la hermosa Cielo Riveros seguía contorsionándose debido a las fenomenales y eléctricas convulsiones que habían atacado todo su sistema neurálgico, fue un orgasmo espectacular.

Cuando Cielo Riveros por fin dejó de correrse quedó con todo su cuerpo tembloroso y encabritado sobre la cama, sus esplendorosos muslos aún continuaban abiertos, Miriam Caballero tan temblorosa como su hija le fue sacando lentamente el pepino desde el fondo de su zorra, se lo retiro despacito, y lo vio salir brillante y reluciente producto de lo muy mojado en que lo había dejado la nena. Cielo Riveros con sus ojos cerrados siguió permaneciendo con sus bellas piernas bien abiertas, y con una viciosa sonrisa de placer recién saciado en los labios.

La rubia protagonista que no podía salir de aquel delicioso estado de morbosidad, observó ahora con más detenimiento la atrayente zorra que se gastaba Cielo Riveros, que a pesar de haber tenido incrustado un inmenso pepino esta se le había cerrado y vuelto a su estado natural, se la veía chiquitita y apretada, con un pequeño chorrito de flujos que salían lentamente de su vagina.

Las dos soberbias hembrotas se miraron a los ojos fijamente, estaban con sus cuerpos sudados y mojados de sus propios líquidos vaginales y de otros no tanto, que ya se habían entremezclado y que morbosamente bañaban y aceitaban sus tremendos cuerpazos que aún se mantenían deseosos de seguir probándose una a la otra.

A todo esto don Pricilo estaba encantado pero decidió cambiar el escenario para que ese par de yeguas siguieran haciendo sus ricas cochinadas,

–Jejejeje! Pero quien iba a pensar lo degeneradas que me iban a salir el par de zorras pervertidas!!… bájense de la cama y vamos moviendo esos culos que nos vamos a la sala…jajajaja!! Allá podrán seguir jugando entre ustedes…. jajajaja!!!!

Cielo Riveros y Miriam Caballero gateaban en forma acompasada en dirección a la sala de estar, sus hermosos muslos se movían femeninamente por cada paso de avance que ellas hacían, sus voluminosas tetas se mecían en forma pausada y sincrónica al femenino compas en que sus cuerpos se movían, el viejo las seguía como si ellas fueran unas perras y el fuese su dueño.

El fuerte sol del mediodía iluminaba todo el living de la casa, y las hembras ya estaban arrodilladas en la alfombra esperando instrucciones de lo que don Pricilo les ordenara de lo que ellas hicieran. El viejo estirado y bien acomodado en el sofá como si él fuese el Cesar de Roma, se masajeaba la verga admirándolas, las veía en el calamitoso estado en que se encontraban, con sus muslos cerrados y casi escondiendo sus tímidos pelitos negros de una y dorados de la otra, sus cuerpos eran de infarto meditaba el vejete recorriéndolas por cada una de sus curvas, les vio sus finos y delicados rostros, cada una con sendas ojeras debido al trasnoche y también del cansancio, aun así ambas dos se veían desquiciantemente hermosas, ninguna de las dos ponía ningún tipo de objeción para que todo lo que estaba allí ocurriendo se acabara.

La ronca voz del vejete las saco de su letargo…

–Continúen par de putas!!… me encanta verlas como hacen cochinadas, jajajajaaaaa!!!

Ambas se quedaron mirando serias, era obvio que ellas también no se cansaban de darle morbo al viejo que les había cambiado sus vidas en tan corto tiempo, sus respiraciones gradualmente se empezaron a agitar, simplemente se voltearon para quedar nuevamente una frente a la otra en donde no dudaron en comenzar a sobajearse para de vez en cuando mirar al vejete como consultándole si lo estaban haciendo bien, el viejo solo les dejaba ver su ennegrecida y diabólica sonrisa.

A los pocos minutos de prohibidas y desvergonzadas tocaciones en sus partes íntimas pasaron a los besos con lengua, estos eran interminables, Cielo Riveros y Miriam Caballero recorrían sus cuellos besando y lamiendo cada centímetro de sus caras y labios, sus tetas estaban aplastadas y contraídas entre ellas, e inconscientemente por cada segundo que transcurría sus cuerpos se iban apegando cada vez más, sus estómagos ya estaban adosados uno junto al otro, ambos ombligos estaban exactamente a una misma altura y muy apegados, y siguiendo más abajo, los escasos bellitos íntimos y dorados de Miriam Caballero ya casi se rosaban con los pelitos negros y brillosos de Cielo Riveros.

El viejo estaba babeando al darse cuenta que sus dos mujeres ya estaban a punto de realizarle lo que su insana sexualidad quería presenciar y casi se infarto cuando vio nítidamente que ambas caderas, muy despacito hacían movimientos como de querer refregarse con sus pelvis.

Las lujuriosas hembras se encontraban sumidas en el placer de sus propios aromas, y atraídas por unos extraños deseos de quererse mover como si estuviesen culiando con un hombre, lentamente se empeñaron en juntar sus coñitos, lo que estaban sintiendo era muy rico para ellas solo lo harían por un ratito, solo para probar que se sentía.

Don Pricilo nerviosamente encendió un cigarrillo cuando se dio cuenta que ambas pelvis se habían juntado y se buscaban enloquecedoramente entre así, en el silencio de la sala solo se escuchaban las salivas de sus delicados besos, como también se oía claramente el sonido de sus encrespados pelitos como se raspaban entre ellos refregándose en forma calientemente desvergonzada.

Cielo Riveros y Miriam Caballero atraídas por sus propias esencias de mujer y por un deseo irrefrenable por sentir nuevos placeres, lentamente se fueron separando y recostando en la almidonada alfombra que adornaba lo que había sido una elegante sala, quedando semi recostadas una frente a la otra, no hacían falta instrucciones de nadie, gradualmente se fueron acomodando a la vez que se entre cruzaron de piernas, ambas vaginas mojadas y pulsantes se encontraban solo a centímetros una de la otra, la situación era evidente ellas estaban a segundos de hacer la tijera.

Ya no había nada más que esperar, las hembras estaban en la posición perfecta para hacer lo que sus vibrantes cuerpos ansiaban desde hace minutos, ambas respiraciones eran espasmódicamente agitadas, sus temblorosas piernas se habían entrecruzado por cada una de sus monumentales anatomías, pero aun así no se atrevían a consumarlo, ambas se miraban sin saber cómo empezar, hasta que Cielo Riveros con una anhelante mirada de calentura, le solicito a Miriam Caballero lo que ella quería que ambas hicieran…

–Ha…ga…mos…looooo!!, le dijo con su vocecita entrecortada.

Miriam Caballero quien hervía en un mar de ardientes deseos levanto una de sus piernas para acomodarse mejor, y fue ella quien avanzo su vagina hacia adelante para que de una buena vez por todas juntarla con la de la nena.

El primer suave impacto de ambas panochas fue diabólicamente placentero para ambas mujeres, Cielo Riveros cuando sintió el contacto cerro sus ojos y paseo su lengua por todo el contorno de sus labios en señal de placentero disfrute, la rubia por su parte y tan excitada como Cielo Riveros solo la miraba dándose placer hasta con sus ojos por todo lo que estaba viendo y sintiendo.

El vejete no quería creerla, por fin estaba presenciando el mismo lo que tanto había deseado, como desesperado se acercó a ellas para mirar bien de cerca aquella hermosa unión de zorras, solamente dejo que ellas hicieran lo que quisieran con sus portentosos cuerpos.

Ambas panochas en forma eróticamente pausada comenzaron a sobarse y moverse, las cuales se acondicionaron y aceptaron rápidamente y en forma satisfactoria.

Don Pricilo veía como las hermosas vaginas se pegaban entre ellas y se absorbían mutuamente y en forma intensa.

Miriam Caballero sostenía una hermosa rodilla doblada de Cielo Riveros por casi sobre de una de sus tetas, ambas movían sus caderas haciendo eróticos escarceos circulares con sus pelvis, sus labios vaginales daban la impresión que se estuvieran besando, sus enloquecedores círculos que hacían con sus panochas los combinaban con eróticas fricciones que parecían querer sacarse chipas de sus zorras, y lo que realmente salían de ellas en esos deliciosos momentos era calientes cantidades de jugos y líquidos íntimos que daban a demostrar lo bien que se la estaban pasando esas dos zorras pervertidas, sus femeninos y ardorosos meneos gradualmente se comenzaron a hacer más rápidos y desesperados, las mujeres cerraban sus ojos para así sentir más rico y profundo lo que estaban experimentando, y cuando los habrían se miraban con cara de perras en leva.

Por cada segundo que transcurría sus casi depiladas zorritas se pegaban y refregaban con más fuerzas chupándose y succionándose entre ellas, la cantidad de jugos y exudaciones femeninas y vaginales que corrían por sus vientres y piernas era tal que no se sabía cuál de las dos era la que más eyectaba estas eróticas acuosidades, la alfombra ya estaba toda empapada cuando sus cuerpos sintieron que las oleadas de placer se venían en forma rápida e inminente, mientras las hembras seguían contoneándose excitadamente.

Aquello que estaban haciendo Cielo Riveros y Miriam Caballero era una hermosa y perfecta tijera femenina.

La primera en alcanzar un severo y estremecido orgasmo fue Miriam Caballero, quien comenzó a mover su zorra como una real enajenada, se la movía rápidamente haciendo desquiciantes círculos contra la de Cielo Riveros, para luego pegársela y refregársela en forma de avance, para después comenzar nuevamente con los enloquecedores meneos circularmente pélvicos, hasta que las ricas punzadas que le invadían su panocha se desparramaron por todo su cuerpo, llegando hasta su mismo sistema neuronal en donde la hicieron explotar…

–Ya! Ya!! Yaaaa!! Me voyyyyy a correrrrrrrrr!!! Con tu zorraaaaaaaa pen…de…ja… ca…lien…teeeeeee…!!!!, rugía Miriam Caballero con sus ojos cerrados y como una verdadera leona enardecida.

Cielo Riveros quien no se le quedaba atrás a la rubia la recibía con los mismos movimientos circulares de vagina, moviendo su cintura y caderas en forma diabólica y lujuriosa…

–Daleeee!!!… daleeeeeeee!!!!! Correteeeeee todo lo que quieras yeguaaaaa calienteeeee!!!…que yo también me voy cortadaaaaaa!!!!! Asi!…asi!! asi!!! Asi!!!! Asi!!!!…, exclamaba la dulce Cielo Riveros meneando y friccionando su zorra con la de Miriam Caballero, su carita estaba totalmente distorsionada por la excitación que sentía en esos momentos y porque ella también estaba al borde de un rico y excepcional orgasmo.

Hasta que la mente de Miriam Caballero ya no resistió más, en forma convulsiva se entregó a las delicias de ase orgasmo ricamente prohibido y vedado para la sociedad, su cuerpo se electrifico, y su cara se transformó en la de una verdadera perra caliente y en estado de celo, por lo que grito y gimió con profundos quejidos que brotaban de lo más profundo de su excitado y convulsivo cuerpo…

–Ahhhhhhggggghhhh!!… me… vie…ne!!!… me… vie…neeeeeee!!!! Ya!…yaa!!… pendejaa ricaaaaa!!!! me…es…toy…co…rrien…dooo…ricooooo… hi…ja… de… pu…taaaaaaaaa!!!…, la rubia sumida en una calentura totalmente oscura y desequilibrada no era consciente de lo que le decía a su propia hija, y que más encima ella misma se estaba tratando de puta.

Cielo Riveros quien se encontraba aferrada a uno de los suaves y poderosos muslos de Miriam Caballero, seguía con sus desquiciantes movimientos pélvicos, moviéndose rápidamente de atrás y hacia adelante, gozando a plenitud las gratas sensaciones que le provocaban a su cuerpo tener su dulce vagina pegada con la de su compañera de anti natural coito, hasta que siendo protagonista principal de la gran cantidad de insultos que Miriam Caballero le estaba propinando, también se rindió a las delicias de aquella incestuosa pero muy rica sesión de sexo lésbico. (aunque ellas no eran lesbianas, ni tampoco lo iban a ser, solo habían aprendido y les gustaba hacer cositas ricas entre ellas, jijiji)

–Yo… tam…bien…ya… me… voyyyyyyyyyyyyyyyyyy!!!! Ohhhhhhhhh que ricoooooo!!!!! Yeguitaaaaaa…ri..caaaaaa!!!!, mmmmmmmmmfssss!!!, Ujssssss!!!!!, Cielo Riveros en esos momentos también estaba en la cima de éxtasis, –Ohhhhh…que ricooooo!!!! Que ricoooo se siente juntar mi zorrita con la tuyaaaaaaa!!, Ohhhhhhh me corrooooo!!!, me voy cortadaaaaaa!!!! Uffssssssssss…!!!! me es…toy co…rrien…do en… tu… mis…ma zorraaaa… puta… de mier….daaaa!!!!!, muéveteee!! Mueveteeee!!! Asi!, asi!! Asi!!!, Ahhhhhhh ricooooo…muy ricoooooo..muy ricoooo…, termino diciendo Cielo Riveros cuando las oleadas de placer ya empezaban a menguar.

Ambas se quedaron tiradas en la húmeda alfombra. Entrelazadas con sus muslos, lentamente fueron aflojando sus piernas y brazos, todas sudadas y con olor a sexo y coño mezclados. Miriam Caballero quien gozo a cabalidad lo que había hecho con Cielo Riveros y en evocación a la noche en que la había visto bailando desnuda, quiso hacer un último juego, sacando fuerzas levanto sus caderas y apoyándose con sus piernas fue corriendo su cuerpo para que su cara quedara al frente de la mojada vagina de su hija, la tomo por sus caderas y le invito para que ella también se girara, Cielo Riveros entendió en el acto, ella también quería seguir jugando otro ratito por lo que no lo pensó para alzar uno de sus blancos muslos y montarse en forma inversa sobre el cuerpo de aquella Diosa que la invitaba a que hicieran el 69.

Una vez puestas en la endiablada posición antes señalada, y seducidas por sus propios aromas vaginales ambas buscaron sus empapados sexos para comenzar a lamerse y devorarse sus coños como dos fieras enardecidas, el vejete aún no se lo podía creer, ellas ni lo tomaban en cuenta con tal de estar calentándose entre ellas, pero al pobre viejo esto le encantaba, su verga ya le dolía de tanto semen acumulado, solo se dio a sobarlas mientras ellas estaban en lo suyo, el viejo les apretaba las tetas, les sobaba el culo, sus muslos, no hubo ninguna parte de sus cuerpos que don Pricilo no manoseara mientras ellas muy concentradas solo se daban a chuparse y comerse la zorra, en un salvaje combate de lenguas y vaginas que se movían como si buscaran el placer más carnal que pudiera existir en esta vida.

En aquel desbordante estado de lujuria y presas por el deseo de la carne, con todo sus cuerpos sudados, sus bocas y lenguas devoraban cada pliegue y cada rincón de sus coños impregnándolas de su aromático y acido sabor, ambas nuevamente estaban siendo atacadas por una lluvia de eléctricas y placenteras sensaciones, los chapoteos de lengua se entre mezclaban ahogadamente con diversos gemidos y quejidos de disfrute que inconscientemente hacían, producto de los pequeños y continuos orgasmos que estaban sintiendo, sus cuerpos se estremecían de placer y una corriente eléctrica parecía recorrerlas de pies a cabeza con innumerables descargas escalofriantes que salían de lo más profundo de sus vaginas, el viejo degenerado de don Pricilo sentía en sus propias manos como sus cuerpos se erizaban, sobre todo el de Cielo Riveros quien era la que estaba montada sobre Miriam Caballero.

Presas por una desenfrenada calentura no podían parar de lamerse, de chupar y comerse sus zorras, eran un par de mujeres calientes e insaciables.

El viejo Pricilo ya no aguantando mas tanto degenaramiento por parte de esas dos zorras lujuriosas tomo ubicación detrás del portentoso culazo de Cielo Riveros y sin darles tiempo de reacción a ninguna de las dos apunto su vergota que ya estaba a punto de largar su abundante cantidad de semen acumulado, en la entrada anal de la caliente y ahora bisexual chiquilla, para decirle,

–Ahora sabrás lo que es una buena follada por el culo pendeja caliente, jejeje, que perra más degenerada es la que me resultaste, ahora vas a disfrutar como nunca antes, jajaja!!!

Don Pricilo como un verdadero endemoniado, empujo se verga para adentrase en el apretado culo de la jovencita, quien se lo recibió en su totalidad y hasta el fondo.

Cielo Riveros quien al sentir el enculamiento solo alzo desesperadamente su cara desfigurada por el dolor ante la bestial arremetida, el viejo ni siquiera la había lubricado antes de metérsela por el culo, con sus ojos fuertemente cerrados por el dolor se despegó de la dorada vagina de Miriam Caballero, de su boca chorreaban y goteaban todos los jugos que había succionado de ella.

El vejete cuando sintió su verga alojada en el reducto posterior de la nena y como este se la apretaba por una serie de contracciones anales, bufo de placer,

–Argggggggggg…como deseaba metérselo a cualquiera de las dos, putas de mierdaaaaaaa!!!!, le decía mientras que se aferraba a sus suaves caderas tal como lo hace un perro con una perra cuando se están apareando, para luego comenzar a darle unas salvajes embestidas de adentramiento.

Mientras tanto Miriam Caballero que sorpresivamente vio desde abajo que los pesados testículos del viejo se posaban sobre su cara no le quedo más opción que empezar a lengüeteárselos, el jardinero se sentía en el cielo al estar enculando a una pendeja tan buenota como lo era su Cielo Riveros, y que otra tan divina y antojable le estuviera lamiendo las bolas con su fresca lengua, las sensaciones eran indescriptibles para el feliz vejete.

Don Pricilo introducía salvajemente su fabuloso miembro dentro del ano de la tierna jovencita consiguiendo arrancarle auténticos alaridos de su boca toda mojada y goteante de líquidos vaginales, Miriam Caballero desde abajo no perdía detalles observaba atentamente como se la metían y sacaban acelerada y despiadadamente en el interior del glorioso culo de Cielo Riveros, veía como de a ratos se lo dejaba puesto hasta la mitad de su miembro, como se quedaba parado como si estuviese descansando, situación que ella aprovechaba para darle lamidas en el tronco y en las bolas para de repente ver como este volvía a empujar con fuerzas para volver a atravesarla por completo hasta golpear las nalgas de su hija con sus pesados y peludos testículos rebosantes de semen.

El vejete en esos momentos inició la mejor cabalgada anal que haya dado en su vida, y asi quedaba demostrado ante los inquietantes bramidos de dolorosa desesperación con los que gritaba la ardorosa hembrita enculada.

Los alaridos iniciales de la Cielo Riveros a los pocos minutos se fueron convirtiendo en gemidos de lujuria. La jovencita empezó a menear ondulatoriamente su cintura y sus caderas sobre aquella bestial verga que la apuntalaba firmemente por el culo, su carita denotaba en esos momentos una calentura inigualable, hasta que ya no aguantando más comenzó a animar al vejete para que le despedazara el culo a vergazo limpio.

–Mas fuerteeee don Priciloooo…Ohhhhh que ricooooo!!!, me arde el culoooo pero me encantaaaaa!!!!, le dijo a su macho para luego combinar el placer anal con otras degustaciones de vagina, el viejo vio como la nena bajaba su negra cabellera y se posaba justo al medio de los dos poderosos muslos abiertos de Miriam Caballero que en esos momentos él los veía como en V desde la posición en la que estaba ubicado, la cabeza de Cielo Riveros hacia círculos entre medio de ellos, o sea nuevamente se la estaba chupando a Miriam Caballero.

Miriam Caballero se mojaba como condenada al estar viendo aquel endiablado enculamiento, y sintiendo como Cielo Riveros se la chupaba sabrosamente, el viejo metía profundo para luego sacarlo y apuntar con su verga a los rosados labios de la rubia quien en ningún momento puso objeción o remilgo para darse a chuparle la tranca cuando de a ratos se la ofrecían, asi estuvieron entretenidos por espacio de algunos minutos, hasta que Miriam Caballero viendo que Cielo Riveros estaba más preocupada por su enculamiento que comerle su vagina, como pudo se salió de debajo de su cuerpo y se tendió a un lado de ellos abriéndose de piernas delante de los enrojecidos ojos del vejete en señal de que ella también quería probar verga una vez más.

Don Pricilo ni tonto ni perezoso hiso que Cielo Riveros se pusiera en la misma posición en que se encontraba su madre, para luego prácticamente abalanzarse sobre el curvilíneo cuerpo que le ofrecía la rubia, una vez montado sobre los complacientes muslos de Miriam Caballero apunto hacia su vagina y se lo metió tan bestialmente como lo había hecho con la jovencita, la mujer de 35 años lo sintió en lo más profundo de sus entrañas, notando como esa endemoniada verga palpitaba al interior de su estómago y como esta comenzaba a moverse.

El viejo se culiaba a Miriam Caballero como un poseído y ella lo disfrutaba más que él, asi lo demostraban su cintura y caderas que se meneaban como culebra al mismo compas en que la ensartaban, mientras al lado de ellos Cielo Riveros se masturbaba convulsivamente, mirándolos y sin querer perderse ningún detalle de la potente cacha de antología que le estaban pegando a la rubia, hasta que el viejo ya no pudo más con aquellos tremendos cuerpos de sus Diosas, vio a Cielo Riveros como se pajeaba la zorra mirándolos y poniendo sus ojos en blanco de tanta calentura, y cuando quiso salirse de Miriam Caballero para pegarle una buena follada a Cielo Riveros, se sintió en el mismísimo infierno del placer,

–Arrrrrrgggggggggggggg!!!!! Te la voy a dar yegua calienteeeeeeeeeee!!!!, le puso en conocimiento a la vez que comenzaba a darle una serie de profundos apuntalamientos de carne caliente y vergal, los cuales también hicieron mella en el acalorado cuerpo de Miriam Caballero…

–Demelaaaaaaaa…!!! La quiero todaaaaa adentroooooo!!!!! Ohhhhhh me va a matar con tanta vergaaaa don Priciloooooo!!!, gritaba la rubia como una auténtica desesperada. Aquella tranca de carne le llegaba hasta el fondo de su zorra produciéndole un exquisito placer inaguantable para su cuerpo.

–Mueveteeee yeguaaaaa!!! culea como la puta que eresssssss!!!! El viejo aunque hubiese querido no podría haberse salido de ese cuerpo que en esos momentos se movía en forma desquiciante para su verga, la vagina de Miriam Caballero en esos momentos era una maquina succionadora de verga, y asi lo demostraban los deditos de sus pies, que ante la espectacular culiada que le estaban pegando a su dueña estos se abrían y se cerraban para luego contraerse y montarse uno arriba del otro, el viejo ya estaba en su último momento y Cielo Riveros ya se había puesto en 4 patas para mirar de cerca la fertilización que le iban a hacer a la rubia.

Miriam Caballero y el vejete a estas alturas y viendo que en cualquier segundo era el último momento respiraban con dificultad y fornicaban como verdaderos animales. Aquella cacha de campeonato estaba acabando con las fuerzas de ambos, Miriam Caballero ya estaba gritando como una posesa ante las fieras ensartadas que le daba su jardinero,

–Asi!!..asi!!! métamelaaaaaa!!!… Metamelaaaaa… mas… para… adentrooooooo!!!!…enchufemelaaaaaaa entera!!!! mas a…den…tro!!!, mas adentroooo por favor don Priciloooooo!!!

El viejo tras una bestial envestida hacia el transpirado cuerpo de Miriam Caballero se la encajo por completo, quedándose estático y con todos sus músculos contrayéndose, la miro y vio lo hermosa que era su nueva mujer, aun no creyendo todo lo sucedido en las últimas 24 horas se la dio.

–MMMMMffffffffsssssssssssss…Arrrrrrrrrrggggggggffffsssss…Toma yegua mal nacida…tomaaaaaaaaaa!!!!, le decía a cada empuje que hacia sin ni siquiera sacarle un mínimo de tranca desde adentro de su vagina.

Los mocos del vejete salían a raudales desde sus testículos, y Miriam Caballero los sentía como estos le eran depositados en su estómago, la matriz de la rubia en esos momentos era un mar de semen espeso y caliente que iba inundándolo todo, desde sus labios vaginales que en esos momentos apretaban y contraían la nerviuda verga que se mantenía ensartada entre ellos, se comenzó a filtrar en espesas cantidades de espermios, que ya no encontrando más lugar en donde quedar alojados simplemente escurrieron hacia afuera de la vagina de la mujer.

El viejo lo fue sacando lentamente para desplomarse y quedarse semi dormido y aturdido en la misma alfombra en donde se había llevado la mitad de la orgia, Miriam Caballero toda traspirada y agotada, se quedó con sus bellos muslos abiertos y por donde aún escurrían vistosas cantidades de semen, que para rematarla Cielo Riveros no aguantando tanto desperdicio de tan preciada esencia masculina no encontró nada mejor que comenzar a lamerle la zorra y sorberse todos los últimos restos de líquidos que se salieron de su interior, no paro de chuparle el coño hasta que se lo dejo relucientemente limpio, como si por esa vagina no hubiese ocurrido nada, Miriam Caballero solo se dejó aunque en un momento sintió las imperiosas necesidades de comenzar a moverse, pero su cuerpo estaba muy agotado.

Las dos hembras se movieron femeninamente para acostarse una a cada lado de don Pricilo apretando sus tetas contra el ancho y obeso cuerpo del macho que estaba en estado de exquisito letargo y quien se encontraba con una marcada sonrisa de satisfacción, y al sentir como se acomodaban los dos encomiables cuerpazos de sus dos mujeres junto a él solamente las abrazó depositando sus peludas manazas una en cada nalga de ellas, y asi como ellos tres lo eran, como una verdadera pareja se durmieron desnudos y abrazados en la alfombra de la sala de estar de la casa de los Riveros.