Capítulo 3

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Continuaba hablando con Carlos de vez en cuando y calentándonos con conversaciones de lo que nos gustaría hacer con Lidia cuando al fin coincidiésemos los tres. El siempre me decía que quería que me follara a Lidia y el solo mirar y pajearse mientras lo hacía, pero por lo que yo había hablado con ella, le gustaban más los tríos, no quería que Carlos quedara al margen.

Una noche que tenía una cena con unos compañeros de universidad y me estaba aburriendo bastante, y sobre las 12 de la noche recibí un mensaje de Carlos diciendo que estaban de vuelta de una boda y que por su hija que aún era pequeña habían vuelto antes y querían saber si estaba disponible para ir un rato

No me lo pensé demasiado, inventé una excusa con mis amigos y me fui para allá bastante nervioso debo reconocer, nunca habíamos estado los tres y no sabía cómo iba a salir.

Carlos abrió la puerta y me dijo que Lidia se estaba cambiando, me ofreció una copa y estuvimos hablando un rato. De repente apareció por el pasillo con un conjunto de cuero negro que me puso cachondísimo. Nos preguntó qué como estaba, y supongo que sabía que no mentíamos cuando le dijimos que estupenda, dado que se nos notaba el bulto en el pantalón a ambos, imaginando lo que teníamos por delante.

Se sentó entre los dos y nos preguntó que cómo nos parecía el conjunto , me acerqué a ella y le dije que estaba preciosa, nuestros labios estaban apenas a unos centímetros y Carlos miraba la escena tocándose la polla por encima del pantalón. Me lancé a los labios de Lidia, no recuerdo cuando estuve comiéndole la boca y acariciándole las tetas por encima del traje, pero cuando nos despegamos, el cornudo ya se había quitado la ropa y estaba pajeándose mirando el espectáculo.

Decidí abrir el vestido de Lidia para degustar esas preciosas tetas que tiene, se las comía por encima del sujetador y noté que unas manos me desabrochaban el pantalón y me bajaban los boxers. Yo seguía a lo mío, acariciando las tetas de Lidia y comiéndonos la boca, mientras mi polla estaba liberada y Carlos me estaba haciendo una deliciosa mamada y pajeándose a la vez. La escena era impresionante, yo comiéndole las tetas a Lidia, mientras mis dedos la masturbaba, Carlos con mi polla en su boca y Lidia viéndolo todo dejándose hacer, ufff se me pone dura solo de recordar esa escena de los tres en el sofá.

Nos detuvimos un momento para recuperar el aliento los tres, Carlos se sentó al lado de Lidia dejándola en medio de ambos y ella llevó una mano a cada polla para pajearnos a los dos a la vez, Mientras nos masturbaba cada uno le comíamos una teta y mis dedos frotaban contra su coño cada vez más y más húmedo.

La única que aún llevaba algo de ropa era Lidia, así que la puse de pie y le fui quitando el vestido mientras el cornudo, arrodillado, disfrutaba con mi polla. La desnudé por completo y nos tumbamos en el sofá, Ahora era ella la que me hacía una mamada de campeonato mientras el cornudo grababa y hacía fotos para pajearse en otro momento.

Lidia ordenó al cornudo que la ayudara, así que dejó la cámara y fue a comerse mi polla de nuevo. Me encontré tumbado en su sofá, y mi polla siendo devorada a dúo, y juntando sus lenguas, lamiéndome el tronco, el capullo y los huevos con una sincronización que me hizo ver el cielo y me costó horrores no correrme allí mismo con semejante visión.

Carlos dijo que quería vernos follar, quería sentirse cornudo con todas las consecuencias, y ver como Lidia y yo follábamos. Así que propuso que podríamos pasar al siguiente nivel, Sé que en ese momento Lidia no estaba convencida del todo, pero por hacer feliz a Carlos aceptó. Carlos fue a por un condón y me lo dió, le dije que no, que lo abriera él y me lo pusiera el mismo como el cornudo en el que iba a convertirse (empezamos así una morbosa tradición que siempre es él quien me pone el condón cuando me voy a follar a su mujer, lo cual me encanta).

Me senté en el sofá, y el cornudo abrió el condón, me chupó uno segundos la polla, me acarició los huevos y Lidia se sentó sobre mí. Era un coño riquísimo, calentito, estrecho, estaba viendo el cielo y comenzó a cabalgarme, yo agarraba su culo, le comía las tetas mientras ella seguía cabalgando al ritmo que a ella le gustaba. Notaba como mientras lo hacía, que una lengua me acariciaba los testículos, el cornudo mamón se había tumbado para chuparme mientras mi polla entraba y salía del coño de su mujer, de las sensaciones mas placenteras que tenido nunca os lo aseguro.

No estaba del todo cómodo sentado, así que decidí tumbarme para que la follada fuera más profunda, agarré con fuerza el culo de Lidia, la besé en la boca y follamos lo más rápido que podíamos. No tardó en correrse, y cuando se corrió, Carlos me insistió en que siguiera follandola. (Era multiorgásmica!) Lo juro que jamás había estado con una mujer que se corriera tantas veces seguidas. Se corrió 3 tres veces y se salió de mí, y le pidió a Carlos que ahora tenía que follársela él.

Ya sabíamos que Lidia prefería los tríos, así que no nos pilló por sorpresa, le cedí mi puesto a Carlos. Ahora la que se tumbó fue Lidia, y Carlos encima haciendo un misionero, Estaban follando a unos centímetros de mi, y yo no quería simplemente pajearme, así que me quité el condón y le acerqué a Carlos mi polla, que sin dudarlo abrió la boca para recibirla mientras seguía follándose a Lidia.

Estuvo unos minutos y consiguió otros tres orgasmos más, estábamos los dos a reventar de cachondos, y Lidia ya no podía más, así que nos ofreció una teta a cada uno para que nos corriésemos. Lidia tumbada en el sofá, y el cornudo y yo masturbándonos mientras nos miraba sugerentemente esperando su ansiado nectar, aprovechaba para acariciarnos los huevos a ambos, y la verdad es que no duramos mucho más ninguno de los dos, y la imagen de las tetas bañadas por leche de ambas pollas fue imborrable.

Acabamos de tomarnos las copas, y dado que ya era tarde decidimos que valía por esa noche, Una de las mejores que yo recuerde, aunque hubo otras memorables desde luego, pero esa primera vez ufffff aún me pajeo recordándola

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