Capítulo 5

En el norte de Japón, vive la tierna y recientemente iniciada, Shiori, ella estudia en la universidad donde acaba de empezar ciencias políticas, su deseo es poder llegar a ser embajadora de Japón en alguna parte del mundo. Ella es una muchacha de uno sesenta y poco más de cuarenta y cinco kilos de peso. Sus pechos son generosos y hacen volverse a hombres y mujeres. Shiori desde su iniciación a desarrollado una gran afición por el sexo, sexo en grupo y sexo en público. Le gusta que le follen en público y lo busca para satisfacer sus instintos sexuales. Shiori hoy se ha vestido muy, muy putita, una minifalda rosa que apenas cubre su sexo una tanguita rosa también y un top escueto de color blanco. Unas combers rosas terminan la vestimenta. Shiori espera en la parada del metro que en casi media hora, le llevara a la universidad. En la parada esta Kenzo, un muchacho de veinte años que estudia en la misma universidad que Shiori. A Kenzo le gusta Shiori y procura montar con ella en el mismo vagón siempre que puede, sabe de sus gustos y siempre se pone cerca de ella.

Shiori ha visto a Kenzo al llegar, lo ha saludado con una inclinación de cabeza y se ha situado en un lado de la marquesina a esperar el metro. Al lado de Kenzo hay un hombre de unos cuarenta y algo, fuerte y guapo. Shiori lo mira y este la mira a ella, por lo que se ve, hoy el vagón ira bastante cargado de gente, así que tendrá que estar espabilada para situarse bien. A lo lejos ve acercarse el vagón y como este reduce velocidad. El primero en entrar es el fornido hombre, Shiori, se sitúa tras él y el hombre sin darse cuenta, la lleva hasta el final del vagón. El hombre se apoya sobre la pared del fondo del vagón y Shiori queda justo delante de él, no pegada, pero muy cerca. El tren comienza su marcha y el hombre se pone derecho en la pared, es un poco más alto que Shiori y puede ver por encima de ella, como Kenzo se ha situado muy cerca de la chica. La chica recula, juntando su culo a la entrepierna del hombre, se vuelve hacia él.

  • Perdone
  • No te preocupes, es un placer.

Shiori no se mueve y va colocando su culo de tal forma que la polla del hombre quede entre sus nalgas. El traqueteo del tren hace que el roce haga que la polla del hombre adquiera una gran dureza. Shiori gime al notar como sus pezones son apretados por ese hombre, como los acaricia y los vuelve a apretar. Mientras el hombre aprieta sus pezones, Shiori no deja de menear su culo sobre esa polla que cada vez esta mas dura y le da más gusto. Una mano acaricia su entrepierna, Shiori mira y es Kenzo, ella hace un gesto con la cabeza dando su aprobación, a ella también le gusta Kenzo. Las robustas manos del hombre siguen martirizando sus pezones y esto junto con las caricias de Kenzo tienen a la muchacha muy excitada. El hombre baja una de sus manos hasta el sexo de Shiori y lo encuentra ocupado. Con una contundente energía, empuja esa mano a un lado y entra en ese húmedo coño, con dos de sus dedos. Kenzo se lanza a chupar el pezón que queda libre de Shiori. Está, a bajado su mano y recorre con ella la dura polla del hombre, la saca de su escondite y empieza a pajearle con gran suavidad. El hombre le gime en la oreja y menea su pelvis, en busca de un mayor roce.

  • Quítale las bragas- dice el hombre a Kenzo.

Este presto, obedece la orden de él hombre y mete su cabeza entre las piernas de Shiori. Esta gime y menea su cuerpo buscando la boca de Kenzo. El hombre ha conseguido meter la polla entre los cachetes de Shiori y ya roza su sexo. Kenzo a vuelto a sus pechos y los chupa con gran lujuria, mientras el hombre mete y saca la polla, cada vez más mojada entre las piernas de Shiori. Esta gime cada vez más alto y esto atrae la mirada de algunos viajeros que ya portan sus pollas en la mano.

El hombre se ha bajado un poco y ha apuntado la polla al coñito de Shiori. Lentamente ha ido subiendo, ganando centímetros dentro de ese prieto coño que le recibe con gran cantidad de flujo. Shiori nota como su coño se va llenando poco a poco y como un gusto penetrante va surgiendo en su cuerpo, sus pechos lamidos, mordidos y sorbidos y su coño lleno mientras le frotan el clítoris. Shiori ya no puede más y estalla en un orgasmo devastador que recorre su cuerpo, haciéndola temblar sobre esa polla que incansable sigue horadando su coño.

  • Sigue, no pares, sigue, el culo también, el culo también.

El hombre mira a Kenzo y este asiente con la cabeza. Ve como el hombre abre el culo de Shiori, escupe en su mano y unta la saliva por el esfínter de ese prieto culo. Apunta su polla al agujero y penetra en el, con decisión. Shiori gime y se agarra con fuerza a los hombros de Kenzo, que de momento es un espectador más. El hombre consigue meter toda su polla dentro del culo de Shiori y esta grita al sentirse empalada y casi partida en dos. Se sigue sujetando con fuerza a los hombros de Kenzo. Cuando el hombre va levantando a Shiori ensartada en su polla, Kenzo saca su polla y metiendo junto al hombre las manos bajo las nalgas de Shiori le mete su polla en el coño. Shiori se vuelve loca al sentir las dos pollas en su interior, para ella es la primera vez y se vuelve loca. Los dos hombres se mueven, más el hombre, ya que Kenzo, tiene una postura más difícil. Pero los movimientos del hombre hacen que su polla entre y salga sin dificultad del coño de Shiori. Esta empieza a encadenar orgasmos que le hacen temblar sobre las pollas a la vez que grita sin parar.

  • Síí, síí, asíí, no paréis, no paréis.

Kenzo ya no aguanta más y se corre dentro de Shiori que se agarra con fuerza a su cuello y lo besa con pasión. El hombre mientras tanto sigue con la follada del culo de Shiori. La baja y la apoya contra la pared del vagón para darla con todas sus ganas y todas sus fuerzas. Shiori grita y pide clemencia, pero no la hay, hasta que el hombre con un gran puntazo en el culo de Shiori, riega este con gran cantidad de su esperma.

  • Cabrón, me has roto el culo hijo de puta.

El hombre sujetó la cara de Shiori y la besó con pasión.

  • Ha sido un placer romperte ese prieto culito.

Shiori y Kenzo, salieron juntos camino de la universidad.

  • Joder que rico, menuda follada me habéis pegado, pero ese cabrón me ha dejado el culo que hoy no podré sentarme.

Kenzo sonreía camino de la facultad, se separaron para ir cada uno a su respectiva aula.

Kenzo llegó justo cuando sonaba el timbre del comienzo de la clase. Él estudiaba medicina y en su clase había más mujeres que hombres, por lo que él era feliz. Kanako estaba sentada al final de la fila donde él se había sentado. Al verle sonrió, para ella Kenzo era un hombre muy guapo y le atraía mucho, en el descanso le pediría follar. Para Kanako era la primera vez que se atrevería a hacer eso, pero ese día se había armado de valor y se lo pediría. Cuando llegó la hora de salir, Kanako se acercó a Kenzo.

  • Buenos días, ¿te apetecería follar en este rato?

Kenzo la miró alucinado esa chica tan guapa le estaba pidiendo sexo. Tardó unos segundos en responder.

  • Claro, como no me iba apetecer.

Kanako es una jovencita de veinte años, con un rostro de muñeca de porcelana y unas líneas muy sutiles en sus ademanes. Su estatura rondará el metro sesenta y cinco y no pesará más de cuarenta y cinco kilogramos. Los vaqueros que hoy portaba le hacían un redondito y muy apetecible culito. Kanako tiene unos pechitos menudos y como luego veremos, tersos y duros.

Kanako asió fuerte de la mano a Kenzo y lo arrastró por los pasillos de la facultad hasta un cuarto que se usaba de trastero y también de picadero. Nada más entrar Kanako pegó la boca a la de Kenzo y bajó su mano en busca de su polla. La apretó con fuerza y metió su mano por la cintura de su pantalón, buscando el calor de ese miembro. Lo asió con ganas y tras el beso, se dejó caer. Desabrochó con rapidez su pantalón y lo bajó junto con su ropa interior. Nada más que vio la polla se la llevó a la boca, le encantaba chupar pollas. La cabeza de Kanako mantenía un ritmo firme, más lento que rápido, para poder disfrutar de esa polla. Tras unos minutos, notó como se hinchaba y la sacó rápido de su boca. Subió, lo besó, no quería que se corriera tan pronto. Se dio la vuelta, se apoyó en una mesa que ahí había. Se quitó las braguitas y le ofreció a Kenzo su sexo, ya húmedo.

  • No seas bruto.

Kenzo entro en ella despacio, sintiendo como su coño se iba abriendo al paso de su polla, como le oprimía y como latía contra ella. Kanako, al sentirse llena, gimió, se agarró con fuerza a la mesa y empezó a mover su culo.

Sentía esa polla llenar su coño y le producía un gran placer. Kenzo le daba con suavidad y ella sabía que él, así, duraría más. Kanako se relamía por el gusto que Kenzo le estaba proporcionando, notó como su cuerpo empezaba a hervir y como el orgasmo estaba cercano.

  • Azótame, dame fuerte, muy fuerte.

Kenzo la azotó, una, dos, tres veces y cogido a sus caderas le dio con todas sus fuerzas hasta terminar vaciándose en ella.

Kanako esperó que el hombre saliera de ella y notando como el líquido de su cuerpo y el de Kenzo resbalaban por su cuerpo, se volvió y lo besó tiernamente.

Los dos muchachos se vistieron y volvieron a su aula.

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