Hace algún tiempo que manteniendo una comida de trabajo me pasó una cosa que no para de maravillarme.

Estábamos cuatro personas, sentados en un restaurante de Sevilla, debíamos acordar las condiciones de un contrato muy interesante para la compañía en la que trabajo, habíamos mantenido una reunión durante toda la mañana y como era previsible que nos tocase estar casi toda la tarde, hicimos un pequeño alto para comer en un restaurante cercano a las oficinas de mi empresa.

Allí fuimos mi cliente, su ayudante, nuestro representante en Sevilla y yo, el restaurante era de esos que tienen una serie de mesas a lo largo de la pared, de tal forma que una mesa para cuatro tiene dos sillas en la parte del pasillo y un silloncito en la parte de la pared.

Mi cliente es una persona un tanto obesa, así que no puede ponerse en la zona del silloncito así que nos sentamos su ayudante, a la que llamare Eva (obviamente ese no es su nombre) y yo en el sillón de la pared.

Mi cliente frente a mí y el representante de mi firma frente a Eva.

La comida transcurrió con normalidad, hablamos sobre todo del contrato que teníamos entre manos y de «lo humano y lo divino», ya sabéis cómo son esas cosas.

Hacia el segundo plato, empecé a notar que Eva cada vez estaba más cerca de mí, la verdad es que el espacio no era muy grande, por lo que el rozarnos era casi inevitable, pero empecé a notar que su muslo presionaba más al mío, al poco creí notar que su pierna daba golpecitos rítmicos en la mía, la miré, y me devolvió la más hermosa de las sonrisas.

Entre el segundo plato y el postre Eva salió para ir al baño, al poco regresó y al sentarse recogió su falda de tal forma que desde mi posición tenía una vista maravillosa de casi todo su muslo, además.

Había aprovechado para desabrocharse un botón más de su blusa, casi no podía evitar el mirar furtivamente su escote, donde podía ver el nacimiento de unos pechos que se adivinaban grandes y vigorosos y un atisbo de su sujetador, de encaje negro.

Ella se dio cuenta de dónde iban mis miradas, y volvió a sonreír, y con mucho disimulo, aprovechando la servilleta para que los de enfrente no viesen su movimiento se pellizcó los pechos, que automáticamente se pusieron erectos y parecía que fuesen a salir de su blusa, volvió a mirarme, esta vez no sonreía, pero en sus ojos se adivinaba que quería algo más.

Y en su mano, que distraídamente se había posado en mi muslo, esa mano parecía tener vida propia, primero me acariciaba la parte exterior del muslo, mientras casi no me quitaba los ojos de encima, yo al principio me azoré bastante, no esperaba eso, pero tenía unas ganas enormes de que siguiese explorando, así que la sonreí y la anime con una mirada cargada de deseo.

No hizo falta mucho más, mientras hablábamos de datos y cifras, ella fue llevando su mano hacia el interior de mis muslos, que yo abrí generosamente para que pudiese moverse con libertad, poco a poco, se fue dirigiendo hacia su objetivo.

Empezó a tocarme los huevos con mucha delicadeza, y enseguida recorrió mi polla de abajo a arriba, que ya estaba en posición de firmes, para quedarse pulsando en la punta, pellizcando suavemente, encontró la cremallera de mis pantalones, con mucho cuidado la bajo e introdujo su mano buscando mi polla, pero, ese día yo llevaba uno de esos bóxer de ahora, que no tienen abertura, ajustaditos.

¡Ella dijo oooh! desilusionada, pero no por ello dejó de propiciar caricias a mi ansiosa polla.

Con mucho disimulo se acercó a mi oído y me dijo, parece que no vienes lo suficientemente preparado, ¡aprende! y tomó mi mano y la guio entre sus piernas.

La dejo en sus muslos, y siguió con su postre.

Yo empecé a caminar hacia arriba, buscando sus secretos, y mi sorpresa fue mayúscula cuando me encontré con un coñito jugoso, Eva había aprovechado su visita al lavabo para quitarse las bragas, y ahora se mostraba así, al desnudo.

Su coño estaba mojadísimo, entreabierto y ardiente, primero acaricié los labios de su almeja con mi dedo índice, con mucho cuidado, solo unos roces, ¡¡¡ella abrió más sus piernas para dejarme más hueco para trabajar y vaya si lo hice!!!

Me entretuve un rato jugando con sus ingles, con esporádicos toques en su coñito, luego la cogía sus pelillos rizados y los estiraba hasta que casi tiraba de su piel, busqué su agujero, pero antes le dediqué un masaje en toda regla por su clítoris, mientras, de vez en cuando miraba sus pezones, que amenazaban con romper la tela que los cubría.

Luego, tímidamente al principio, empecé a meterle mi dedo índice, lo que me recompenso con una lluvia de sus jugos, y como pensé que no era lo suficientemente gordo, introduje también el corazón., jugué un rato a meter y sacar , pero era muy difícil en la posición en la que estábamos, además no queríamos que se notase, así que decidí meter bien el dedo índice y dejar que su sola presencia hiciese el resto, mientras tanto con los nudillos de los otros dedos presionaba firmemente su clítoris.

No sé si llego a correrse, nunca lo dijo, pero desde luego estuvo cerca., mejor dicho, estuvimos cerca.

En estas ya habíamos tomado café y nos disponíamos a salir.

Toda la tarde fue un continuo ir y venir de cifras, y un continuo calentón, cada vez que sus ojos se encontraban con los míos, o cuando se inclinaba a marcar algún punto importante, frente a mí, abriendo su escote para que admirase la belleza de sus tetas.

Además, yo sabía que, bajo su falda, solo había lujuria, sexo en estado puro, fue muy difícil mantener un mínimo de concentración, al caer la tarde, el contrato estaba casi cerrado, solo quedaban algunos flecos por terminar, así que pedí a una persona de nuestras oficinas que me reservase una habitación de hotel, para esa noche.

Mi cliente nos invitó a cenar, pero Eva, sin apartar su mirada de mí, dijo que le era imposible porque tenía un compromiso, lo dijo y se quedó mirándome, de arriba a abajo, invitándome a rechazar a mi vez la invitación.

Dicho y hecho, con toda la diplomacia de la que soy capaz explique que, dado que me tenía que quedar en Sevilla, si a mi cliente no le parecía mal, me gustaría cenar con mi hermana (inexistente) que estaba estudiando allí.

Mi cliente acepto mi excusa de buen grado y allí mismo nos despedimos, quedando para las 10 de la mañana del día siguiente, Eva y su jefe se marcharon, y yo me quede con nuestro agente en Sevilla.

Repasamos los datos juntos durante una media hora, entonces entró una secretaria y me dijo que tenía una llamada de mi hermana, mi agente debió notar algo raro en mi expresión, pero no dijo nada, solo su mirada me decía que intuía algo raro.

Salí de la sala de reuniones y cogí el teléfono que me ofrecieron, era Eva, me dijo que habían cancelado su cena y que, si tomábamos un café después, dado que yo iba a cenar con mi hermana.

Dije que aún no la había llamado, pero que en todo caso estaría bien tomar algo, y por qué no ahora, en el bar de mi hotel.

Perfecto me dijo, te veo allí, en media hora.

Nada más terminar la conversación, me excusé y me fui a mi hotel, me registré y subí a la habitación.

Me iba a dar una ducha rápida cuando sonó el teléfono, el conserje me decía que una señorita preguntaba por mí, le indique que le dijese que iba a tardar como diez minutos.

Por fin me desnudé y me metí en la ducha, aun con el agua muy caliente tenía una erección de esas que hacen época.

No había hecho más que meterme en la ducha cuando oí que llamaban a la puerta, no puede ser pensé.

Insistieron, di una voz, indicando que ya iba, y cogí una toalla que me medio envolví por la cintura.

Al ir a abrir me di cuenta que se notaba sobremanera que estaba empalmado, y decidí inclinarme un poco para abrir.

Abrí la puerta y allí estaba ella, resplandeciente, con el cabello suelto, una camiseta ajustada que la marcaba perfectamente sus tetas, incluso podía ver el hoyuelo de su ombligo, y sus pezones tiesos, y unos vaqueros de lo más sugerentes.

Hola me dijo, no me apetecía esperar abajo.

La invite a pasar.

Entró y se dio la vuelta, cogió mi toalla por donde la tenía cerrada y me dijo, no llevaras esos calzoncillos aún, ¿verdad?

Al tiempo, la soltó y la toalla se quedó prendida de mi polla, eso la hizo mucha gracia, rio y rio.

Al fin tomó aire y dijo, no si hoy no voy a ver al pajarito.

Jajajajajajaja

Se colocó detrás de mí, mientras yo seguía con la toalla colgando de la cola.

Me acaricio el culo, lo apretó, lo pellizco, después paso una mano entre mis piernas y empezó a cogerme las bolas, las arañaba con sus uñas, al fin descubrió mi polla, que estaba más tiesa que nunca, y empezó a meneármela.

Poco a poco me volví.

Nos dimos un beso profundo, lubrico y jugoso, la cogí del culo, la aprete contra mí, la cogí del pelo, y la empecé a morder en el cuello, al tiempo me iba situando detrás de ella.

Cuando estuve tras ella, la empecé a desabrochar los pantalones, quería ver sus tetas, pero todo en su momento, ya nos conocíamos su coño y yo, y sería mejor dejar que él nos presentase a sus hermanitas.

La baje los pantalones, llevaba una braguita de esas minúsculas, que se meten por la raja del culo.

Cuando conseguí que los pantalones estuviesen a sus pies, metí la mano bajo la minúscula prenda, encontré otra vez a su chochito jugoso…le pegue un par de toques con mis dedos, mientras apretaba mi polla contra su culo.

Subí mis manos hasta coger sus tetas, y poco a poco empecé a enrollarle la camiseta , para sacársela por la cabeza, empecé a morderla los hombros mientras con las manos recorría la piel que había bajo los tirantes del sujetador, quité un corchete, luego otro.

Introduje mis manos bajo las copas del sujetador, sus tetas irradiaban un calor increíble, retiré el sujetador, y empecé a juguetear con sus tetas, pero evitando siempre sus pezones, pasaba muy cerca, pero evitaba tocarlos.

Mientras Eva se acariciaba el coño con una mano, mientras la otra recorría mi polla de arriba a abajo , con parada en las bolas a las que sopesaba.

Poco a poco fue dando la vuelta hasta quedar frente a frente, nos separamos un poco para mirarnos bien, de pronto la cogí por la cintura y la atraje a mí, nos dimos un beso intenso, profundo, increíblemente erótico, Eva empezó a mordisquearme el cuello, los hombros, mi pecho, mis pezones, el ombligo, y al final, de un golpe, se introdujo toda mi polla, hasta su garganta, sacándola despacio, hasta quedarse solo con la punta, jugueteando con ella con su lengua.

La mamada era antológica, y sentí que, si seguía así, no podría resistir mucho, además, como ella estaba en cuclillas yo aprovechaba para darle toques en su coñito con el dedo gordo del pie, y eso aumentaba su dedicación a mi polla, lamia, succionaba.

Mordisqueaba.. introducía la punta de su lengua por el agujero de mi polla, me tenía cogido de las cachas del culo y apretaba y soltaba siguiendo el ritmo, incluso deslizó su mano hasta meterme un dedo por el culo, lo que hizo que yo empujase más, hasta casi ahogarla.

La cogí de la cabeza y empecé a subirla hacia mí, nos dimos otro beso, con sabor a polla, la cogí en brazos y la llevé a la cama.

Acabé de quitarle los pantalones y las minúsculas braguitas que tenía enrolladas en los tobillos, la separe las piernas, y desde sus pies fui ascendiendo con mi lengua, precedida por mis manos, hasta que mis dedos rozaron los pelos de su coño, seguí subiendo sin apenas hacer otra cosa que pulsarle el clítoris unas pocas veces, y justo cuando mi lengua abrió su nidito, mis dedos, por fin, apretaron sus pezones, esto la hizo soltar un gritito.

Empecé a trabajar sus tetas con mis dedos y su coño con la lengua y los dientes, tiré de sus pezones hacia arriba, lo que hizo que se arquease, ofreciéndome un acceso aún mejor a su coñito, abierto y chorreante, busque su clítoris, lo lamí y después lo mordisquee con cuidado.

Poco a poco Eva tiró de mí, hasta quedar tendido sobre ella, pero sin metérsela aún, estuvimos un rato jugando, que te la apunto, que me retiro, que me abro, que ahora cierro las piernas.

Al poco, la cogí los brazos, por las muñecas, metí mi rodilla entre sus piernas, las abrí, le pegue un bocadito en el pezón de su teta derecha, le apunte la polla a la entrada del coño, la mire a los ojos, y la dije que me besara, lo hizo, y al tiempo que ella metía su lengua en mi boca, yo metí mi polla en su coño, de una vez, hasta el fondo, soltó un gritito, apenas un jadeo.

En lugar de moverme, la deje allí, bien clavada, para que su coñito se fuese haciendo con ella, Eva intentó moverse, pero la dije que esperase, que solo la sintiese dentro, estuvimos un rato así, mientras yo jugaba mordisqueando su cuello y sus tetas, y Eva presionaba y soltaba mi instrumento con los músculos de su coño, pero no había mete-saca.

Conseguí que, a base de trabajarle las tetas y el cuello, llegase a punto de un orgasmo, empezó a jadear más fuerte y se arqueo un poco, entonces empecé a bombear primero lentamente, para ir acelerando poco a poco, de pronto Eva se puso rígida, soltó un chillido y se dejó ir en un explosivo orgasmo, seguí haciéndole que lo mantuviese lo máximo.

Tras esto se la saque, le di la vuelta y la puse a cuatro patas, ella separó las piernas un poco para darme mejor acceso, ser la clave por el coñito, y al momento, pase mis piernas por las de ella, y se las le cerré para que el contacto con mi polla fuese mayor, empecé a meter y sacar a un ritmo endiablado, me chupe el dedo gordo, y poco a poco se lo deslice por el agujero del culo, lo que hizo , que, igual que yo cuando ella lo hizo, se pusiese rígida.

Así estuvimos un buen rato, yo empalando sus agujeros, y ella apretándose las tetas, se corrió dos veces en ese rato, sus flujos caían por mis huevos, la polla entraba y salía suavemente, entonces ella me dijo, déjame follarte, la saque y la deje hacer, me tumbo encima de la cama, se vino encima, al pasar cerca de mi polla me la dio un beso en la punta.

Se sentó a horcajadas sobre mí, elevo un poco su cuerpo, cogió mi polla por su base, dejando el capullo apuntando hacia arriba, fue bajando su coñito poco a poco, cubriendo mi polla hasta que la tuvo clavada hasta las pelotas, y empezó a cabalgar, mientras yo le pellizcaba los pezones, noté como sus líquidos resbalaban sobre mis huevos, y ella subía y bajaba, una y otra vez, me dijo que le avisase cuando notase que me iba a correr, y así lo hice, empecé a notar ese cosquilleo que anuncia la llegada de la corrida, la avise.

Entonces ralentizo sus movimientos, y dejó que los músculos de su coño entrasen en acción, a la vez que subía o bajaba, su coño aprisionaba y masajeaba mi polla, como nunca ninguna mujer lo había hecho, note que no podía aguantar más, me puse rígido, eleve mi culo, de tal forma que se la clave más intensamente, y tuve la corrida más salvaje que recuerdo.

Poco a poco deshicimos el abrazo, nos tendimos en la cama, yo temblaba y Eva estaba exhausta, nos quedamos un poquito como dormidos, sin llegar a dormirnos del todo, se dio la vuelta, y yo la cogí por las tetas, y así estuvimos un rato, descansando , dormitando, mientras mis dedos trasteaban con sus tetas, en especial con sus pezones.

En algún momento se dio la vuelta, me tumbo boca arriba, cogió mi polla, ahora pequeñita y empezó a acariciarla, bajó hasta ella, y mientras me arañaba y me acariciaba los huevos, empezó a lamer la punta del capullo y poco a poco se la metió en la boca, empecé a empalmarme en su boca, ambos notábamos cómo crecía el aparato, y cuando la tuvo a punto, empezó la mamada más intensa que jamás he sentido.

Mientras se la comía, no dejaba de atender los huevos con una mano, mientras con la otra me la meneaba por el tronco, la cogí la cabeza y la marque el ritmo que mejor me iba, lo capto al instante y se aplicó a hacer que me corriese otra vez, y vaya si lo consiguió, tuve una corrida espectacular, aun cuando hacía muy poco que había tenido otra, chorros de semen llenaron su boca, y no desperdició ni una sola gota, acogió todo lo que le daba sin dejar que se derramase, entonces la cogí la cabeza y la llevé hasta tenerla frente a la mía, y nos dimos un beso profundo y, muy sabroso, sabía a mí, a ella, era riquísimo.

Al poco se puso de pie, y me dijo que iba a la ducha, la vi así, espectacular, una hembra de cuidado, la boca entreabierta, el cuerpo perfecto, las tetas rotundas y enhiestas, con los pezones aún de punta, el vientre dorado y plano, sus caderas voluptuosas, su coñito aun un poco hinchado y con chorrillos de semen desbordándolo, sus piernas maravillosas, se volvió y me ofreció una panorámica del culo más perfecto que conozco, se fue a la ducha.

Me llamó y me dijo que necesitaba una pequeña ayuda, pero, eso ya es otra historia.