Putita: Lo que soy capaz de hacer por amor

Mi novio me da duro. A él no le gusta, pero yo no puedo resistir la tentación de ser un gato. Me encanta coger y sentirme una putita. Me calienta como a una perra que me la metan y hacerlo por diversión, me excita muchísimo. 

Todo esto me calienta, me vuelve loca, pero lo único que me satisface es cuando él me usa como lo que soy, me coge, me maltrata, y me dice que le encanto, mientras me acaba en mi boca.

A mi novio le exita terriblemente tener fantasías en las que yo sea más que erótica. De muchas maneras me insiste en que sea sexy, que provoque, que excite y hasta en que me deje coger. 

Que disfrute exhibiéndome, y que entienda que el verdadero placer está en dárselo. Algunas veces me imagina gozando mientras cobro por dejarme coger, otras saliendo casi desnuda y dispuesta a regalarme. También me imaginó en escenas perversas, y por ejemplo sucedió que mientras me lo decía me hizo desear apasionadamente a una amiga. 

Me toca y me caliento, me manosea y me encuentro de una manera que no puedo explicar. La forma en que pone sus manos, en su fuerza, en cómo me besa, me lame y me huele, en sus caricias y sus palabras, en cómo me mira, despiertan todos mis instintos. Cuando me la mete exploto, y no hago más que desearlo. Me encanta y no lo puedo evitar, me vuelve loca. No puedo decir que no, no se negarme, me fascina ser suya. 

Apasionadamente adoro las pijas, y me él me enseño el gusto de tragar su semen, lamer, chupar, y que me acaben. Tanto me gusta, que lo hice gozar de todas las maneras que el quiso, y yo también lo disfruté infinitamente. Como la vez de vacaciones que me sentí tan bien trabajando, cobré $70, (le hice un descuento, sino cobro u$s100) porqué me excitó mucho mi cliente y lo hicimos en su oficina. Una noche trabajé duro, cuando llegué mi novio estaba ardiendo y terminé acostándome salvajemente con él y suplicándole que me hiciera el culo. Le encanta esperarme despierto para que le cuente. Una vez, por cómo estaba vestida, tuvo que ir a buscarme a la cama, así me trataron. Cuando me soltaron lo violé en el auto. 

En una sola oportunidad me acosté con cuatro amigos para una despedida de solteros. El novio se puso celoso porque me quería solo para él, pero estábamos todos desenfrenados. Para festejar nos fuimos a Brasil, a un resort en donde pase 5 días increíbles. 

Que sensual que es el mar, la playa y los cuerpos desnudos. Me gusta que me espere a la salida de un telo y volver a entrar con él. La ropa me calienta muchísimo, y me gusta la adrenalina que me provoca saber que me miran porque quieren metérmela. 

No puedo resistir el estado que me genera el deseo ajeno, siento la necesidad de satisfacerlo, todo mi cuerpo late. Los pezones se me ponen duros y me humedezco, me siento una gata en celo y eso me hace más salvaje, estoy perdida. 

El placer que obtuve cuando nos metimos en la cama con dos amigas para dejarnos coger fue indescriptible, o cuando voy a bailar sin ropa interior y controla para ver lo que muestro, me provoca aún más, me ínsita. Mostrarle como me dejo es más que un estímulo, por eso muero de placer ofreciéndole su espectáculo. 

Aguardo impaciente sus órdenes, estoy para complacerlo, lo quiero, lo deseo y soy su esclava. Creo que ahora piensa en organizar una timba y apostarme, me mojo pensando en esperar desnuda ser el premio de la derrota. Porque como digo nada me gusta más que ser su puta y satisfacerlo. Lo amo profundamente.

Que puedo hacer si soy una perra, me gusta obedecer, me encanta lamer y ponerme en cuatro patas. 

Hace tiempo ya en mi vida que el sexo es lo que me lleva a actuar de una forma obsesiva. Permanente estoy caliente y solo pienso en dejarme coger y que me satisfagan. 

Me consideran una puta y yo pido más porque me vuelve loca que así me traten. Mi novio me usa y yo disfruto dejándome coger como él me diga. 

Quiero qué cumpla su fantasía de esperarme con mi amiga Roxy mientras yo salgo putita de levante. 

Cuando regrese bien cogida no se imaginan como los voy a disfrutar.