Anita es mi hermanita menor de 18 años, es de tamaño mediano, es de tez blanca y ojos como su cabello, café claro.
Figura esbelta, pechos medianos, cintura de diosa y un traserito proporcionado y paradito. (es así como 88-59-88).
Este año Anita termina el colegio, y al siguiente ingresa a la Universidad.
Yo soy de 23 años, delgado, mas moreno que blanco, cabello color negro, ojos café, 1.70 de estatura, así como cinco centímetros más que Anita.
Bueno aquí les va el cuento espero les guste:
Era por la noche y no había quedado nadie en casa, solo mi hermana menor y yo.
Ella porque había peleado con su enamorado, y yo porque no tenia otros planes mejores.
Mientras Anita hacia sus tareas, leyendo no se que cosa, yo miraba en la televisión una película. Después de un rato me acerque a ella a ver que leía con tanta atención, ella cerro su libro súbitamente.
Yo me extrañe y pensé mal, debo reconocer que ella me atraía mucho, pero como soy su hermano no puedo expresarlo muy efusivamente y mas bien trato de esconder o disimular mis tendencias incestuosas.
No escondí mi mala intención y le dije que seguramente miraba cosas de mujeres o talvez de hombres o quizás de ambos, a lo que ella molesta me recrimino diciendo que era solo su tarea, a lo que respondí que si era así me mostrara.
Ella me dio su libro sonrojándose, yo entendí todo al verlo, era uno de anatomía sexual, donde se mostraban los órganos sexuales masculinos y femeninos.
Yo le pregunte si estaba estudiando eso, me dijo que en su clase de Biología le estaban exigiendo hacer un tema sobre educación sexual, y les obligaban a estudiar todo lo referente al asunto.
Comente que era aburrido, y ella replico que le causaba curiosidad, pero que era tan pesado aprender todos esos nombres extraños, y que a veces tenia ganas de olvidar todo y mandar al diablo la materia (la verdad es que a ella le atraen mas las ciencias exactas).
Yo intente aprovecharme de esta situación para ver si me era posible tener alguna experiencia como las contadas en los relatos de incesto que me gustaban leer.
Comencé diciendo que en la practica la sexualidad era mucho mas divertido y placentero, ella con una sonrisa picarona dijo que como yo sabia eso, le respondí que a mi edad uno ya ha vivido algunas cosas y tiene cierta experiencia.
La verdad es que mi experiencia se limitaba a un par de relaciones con mi enamorada y así como cientos de películas X……..XX, es decir mas había mirado que haberlo hecho, aunque el par de veces que lo hice con mi chavita esta quedo supersatisfecha, esto me lo dijo ella.
Ella siguió insistiendo que le contara que no se lo diría a nadie. Yo me hice a los difíciles replicando que como se le ocurría, que lo primero que haría era decírselo a sus amigas.
Y volvía a insistir prometiendo que no lo haría, además así aprendería mas que leyendo ese librote. Entonces aprovechando la situación le dije que aprendería mas practicando.
Añadí que me extrañaba que aun no lo había hecho con Juan (su enamorado), ella dijo que como se me ocurría, que había veces en que Juan intentaba meterle mano, pero que no dejaba por debajo la ropa, y que solo se lo permitía por encima de la ropa. Y con una cara de calentura, que nunca antes le había visto insistió que le contase mis experiencias.
Pensé rápidamente y le dije que mejor le mostraría una película donde vera todo lo que debía que saber acerca del sexo. Cambiaron un poco las cosas cuando dijo que no se atrevía a ver algo como eso, pero con un poco de persuasión le convencí acordando en que mientras mirábamos yo le iría explicando lo que iba sucediendo.
Además que le gustaría pues seria una película suave y nada grotesco.
Entonces subiendo a mi habitación prepare la video y escogí una película hardcore, una en la cual había de todo, oral, anal, y hasta algo de zoofilia. Nos acomodamos, ella en una silla y yo en mi cama recostado.
Al principio la película pasaba las previas a las grandes fiestas, como se encontraban los amigos y como iban a la casa de uno de ellos donde esperaban las nenas.
Parecía que iniciaría con una gran orgía, pero cada pareja se dirigían a unas habitaciones, donde comenzaban con el calentamiento mutuo, besos de lengua, manoseos sobre la ropa, etc.
Hasta ahí Anita miraba atenta y sin preguntar, me imagino que algo así había pasado con su enamorado. Hasta que la primer pareja empezó a quitarse la ropa, Anita se acomodo en la silla como no queriendo perderse nada. Entonces la nena de la película empezaba a acariciar el pene de su pareja, primero sobre la ropa y luego sacándosela lo masturbaba, fue cuando empecé a narrar a Anita lo que sucedía, mientras Anita empezaba a ruborizarse quizás por la vergüenza de ver aquello.
Entonces se pasaron a otra escena en que otra mujer le estaba dando una tremenda mamada a su pareja, fue allí donde empezó todo a cobrar fuerza, pues Anita pego una expresión de sorpresa, yo la tranquilice y le conté que eso era el famoso sexo oral, y la escena se completo cuando el tipo le chupaba la conchita de la nena.
Así fueron pasando los minutos y yo sin disimular mi erección de Anita, hasta que llego la penetración primero vaginal y luego anal, esta ultima mas sufrida, pues creo que era la primera vez de la actriz, además del penecito que se gastaba el suertudo de la película.
Fue cuando Anita dijo que eso parecía ser doloroso, a lo cual respondí que solo al principio pero que después se gozaba hasta mas que del convencional. Y como dándome la razón los gemidos fueron creciendo en la televisión, hasta el punto en que Anita se tuvo que poner de pie para terminar de ver la escena. Y me comento se sentía extraña, y que sentía como si deseara ser la actriz para poder sentir esos placeres. Inmediatamente aproveche su comentario para decirle que siempre era mejor practicarlo que verlo.
Añadí que si ella gustaba podríamos ayudarnos con nuestras sensaciones, pues yo estaba para coger con cualquier cosa delante mío, y mas aun con mi hermanita menor, que me traía a mil desde hace tiempo.
Ella se ruborizo nuevamente, y como diciendo que PORFAVOR SI, dijo que no se sentía muy bien con aquello, además que estaba mal. Insistí al ver su indecisión prometiéndole que nadie se debía enterar y que yo seria muy cariñoso, entonces ella lanzo una serie de advertencias, en que si no le iba gustar dejaría de hacerlo, y cosas por el estilo.
Para empezar a hacer realidad mi mas escondida fantasía, hacerlo con mi hermanita, me acerque a esta y la tome en mis brazos, (soy bastante fuerte debido a que hago gimnasio), y la sentí estremecerse, le dio un beso francés al cual ella respondió con fervor, y esto me animo a ponerle mis manos en sus nalgas y empezar a acariciarlas como quería.
Fui recorriendo su cuerpo y ella trataba de tomar mi miembro sobre mis pantalones, lo que me excitaba sobre manera.
Entonces la recosté en la cama mientras le quitaba la blusa que ya estaba mas como solera.
Deje libre su pecho, y lo único que me estorbaba para apreciar sus bellos senos era su brasier blanco, no tarde mas de diez segundos en quitárselo y poder besar usas montañas de placer, se los lamí, chupe hasta cansarme, mientras ella me quitaba la camisa, aunque con dificultad pues perdía el control de sus manos debido a la profunda excitación que sentía, note que hasta le temblaban las manos.
Así se toparon nuestro pechos, los de ella suaves, blancos delicados, y el mío velludo, moreno y firme debido a los ejercicios. La bese hasta confundir nuestras salivas.
El siguiente paso fue mas complicado, yo no quería dejar de besarla, mientras mis manos intentaban quitarle los ajustados jeans, y ella intentaba lo mismo con los míos.
Y no se como pero en un momento me encontraba en boxers, y ella con sus piernas libres a mi vista, y unas braguitas blancas al igual que su brasier.
La gire encima mio para poder explorar con libertad sus nalgas, ustedes dirán que tenia yo con sus nalguitas, pero son tan bien formaditas que da ganas de besarlas eternamente. Fui bajando poco a poco sus bragas, y ella se encargaba de mis boxers, lo que escuche fue una exclamación de ¡DIOS MIO! cuando libero mi pene, que le pareció grande, y la verdad es que es respetable, pero tampoco como de burro. Yo no dejaba de suspirar por aquel escultural cuerpo de mi hermanita: «¡Ohhhhhhh Ana!, que cuerpazo que tienes».
Ella sonreía al ver mi expresión, y tomaba en su mano derecha mi pene y lo masturbaba como había visto en la película, era todo un sueño hecho realidad.
Entonces fue bajando los besos poco a poco por mi pecho a mi ombligo y termino en mi miembro, fue besándolo despacito como tratando de descubrir su sabor, hasta que finalmente le dije que me la chupara, y tímidamente fue introduciendo mi pene en su virginal boca, sentía como cada centímetro de mi pene era recorrido por esos labios y yo ya estaba en la gloria.
Después de un rato de chupar mi pene me coloque sobre ella en la postura de 69, pero yo encima.
Así comencé a besar y lamer su coñito, tenia un sabor salado pero delicioso.
Ella recibía mi pene mientras regulaba la penetración con sus manos en mis caderas. Hasta que me anime y empecé a mover mis caderas como penetrándola, a lo que ella respondió con un gemido pues yo iba introduciendo mi lengua en su vaginita. Pasado un momento la estaba penetrando por la boca a un ritmo acelerado, ella ya tenia sus manos en su boca evitando que yo introdujera todo mi miembro en su garganta.
La coloque boca arriba dispuesto a desvirgarla, y ella lo comprendió y me dijo que se lo hiciese despacio, que sino se vería obligada a dejar todo. Yo asentí con una sonrisa diciendo que lo haría tan fuerte como ella lo pidiera y no mas. Me acomode entre sus piernas, ella las abría al máximo y me acomodaba sus pies cruzándolos en mi espalda, tal como había pasado en la película. Comencé a besarla candorosamente en los labios y fui bajando a sus senos, mientras tocaba su coñito con mi pene, ella gemía por las intensas sensaciones y comencé a penetrarla.
Ella dio un quejido, pare y le pregunte si estaba bien y dijo convencida: «¡Hey!, no pares sigue, sigue empujando que esta entrado suavito».
Termine de escuchar eso cuando continué empujando un poco mas fuerte, entonces ella exclamaba que siguiera que estaba entrando bien.
Cuando me tope con su virginidad la abrace fuerte y le dije que le dolería un poco, pero que era solo esa vez, y respondió: «las veces que sean necesarias». Eso me armo de valor y de un empujón le rompí para siempre su himen, ella dio un grito de dolor y se aferró fuertemente a mi espalda, espere un momento y después empecé a bombear despacio, pasado un par de minutos ella empezó a jalarme hacia ella cada vez que embestía, y empecé a metersela con mayor vigor, ella gemía: «si, siii, amor dale mas fuerte, damelo todo». Yo me sentía en otro mundo.
No se cuanto estuvimos en esa posición, lo que si se es que era toda una eternidad. Entonces sin retirar mi miembro de ella, lleve sus piernas a mis hombros dejándola justo debajo mio, y se la clave con toda la energía que tenia, me suspendía y me dejaba caer con todo el peso de mi cuerpo y mi miembro entraba por entero en su coñito, haciéndola temblar a ella y a la cama entera. Pasado un momento empezó a gritar por las fuertes penetraciones y continuaba pidiéndome mas y mas.
De esta manera Anita alcanzo por primera vez un orgasmo, tan intenso que lloro del goce que sentía.
Yo no tardaría en acabar, pero aguantaba estoicamente. Seguidamente ella se coloco encima mio por su iniciativa, la película le había dado una serie de ideas que las quería aplicar, y comenzó a cabalgar mi miembro pausadamente al principio luego mas velozmente, y cuando yo ya no podía mas, ella se detuvo y pregunto que me pasaba, le respondí que ya iba terminar, y ella se levanto rápidamente y empezó a chupar ardorosamente mi miembro, hasta que solté todo lo que tenia con una fuerza que nunca antes había sentido, creí que había perdido hasta mis testículos con aquella eyaculación.
Anita sorprendida por la fuerza con que salía mi leche reía y decía que realmente era sorprendente lo que ocurría cuando los hombres terminábamos, y probo así su primer ración de esperma, de su hermano. Yo como buen maestro le advertí que si eso terminaba dentro de ella podría dejarla embarazada, a lo que ella dijo que estuve cerca de embarazarla.
Como una hora después de lo sucedido, ella tomaba un baño para sacarse los residuos, de esperma que tenia en el cabello y cara. Entonces tuve ganas de hacer realidad otra de mis fantasías, quería metersela por el ano a Anita.
No sabia como poner en practica mi idea hasta que ella al salir de la ducha me pregunto que maneras había para evitar quedar embarazada, a lo que respondí inmediatamente, que utilizando un preservativo, condón o pastillas anticonceptivas y explique un poco en que consistía cada una. Y dije que finalmente había una y que la habíamos visto en la película, y era el sexo anal.
Ella respondió inmediatamente que eso no lo habíamos probado y que deseaba hacerlo alguna vez, yo inmediatamente y sin perder oportunidad dije que en ese preciso momento podríamos hacerlo. Ella sorprendida me dijo que si yo podía tener una vez mas una erección, respondí que por ella tendría todas las que quisiera y empecé a besarla nuevamente.
Ella respondía tomándome de la cintura y masturbando nuevamente mi pene.
Después de un rato tenia nuevamente una erección poderosa, entonces Anita dijo que le parecía como imposible que semejante cosa le entrara en el culo. Ya veremos respondí. Comencé a besar su clítoris así parados como estábamos, ella respondía con gemidos, le di vuelta y empecé a besar sus glúteos, QUE SENSACIÓN. Empecé a introducir mi lengua a su anito virgen, ella reía y gemía experimentando nuevas sensaciones. Inclinó su cuerpo hacia delante dejándome a disposición todo su culo.
Entonces le dije que quería que lubricara mi miembro, ella sin mas preámbulo empezó a chupar y ensalivar mi pene, hasta mis testículos. Mientras yo ensalivaba su culito, tratando de dilatarlo introduciendo primero un dedo y luego dos, ella gemía de dolor y placer y decía entre succiones que le dolería.
Para confortarla le dije que sentiría mas placer que antes, y ella mordisqueaba mi pene. En seguida coloque su cuerpo hacia delante apoyándose en la mesa mientras su colita se entregaba a mi disposición, con maestría se acomodo de manera que me dejo ver por completo ese culito apretado. Me dispuse a penetrarla, sabia que faltaba mas lubricación y ensalive mas mi pene, y lo coloque a la entrada de su ultimo agujerito virgen.
Empecé a empujar despacio mientras besaba su espalda y cuello para relajarla, ella se sujetaba con fuerza a la mesa e inclinaba su cabeza para resistir el desvirgamiento anal. Empezó a introducirse la cabeza de mi pene y ella gritaba de dolor, yo la sujete del cuello y le decía que ya iba estar todo dentro que se relajara.
A cada milímetro que metía mi pene ella se quejaba: «Ohhhhhhh, uhh , ohhhhhhh, ayy, despacio, ahhh despacito porfa….». La verdad es que también a mi me estaba lastimando, tenia su culito tan estrecho, y además era la primera vez que daba anal. Así estuvo hasta que logre introducir todo mi miembro en su culito, mientras pensaba en esta primera enculada que daba en mi vida, y lo mejor es que a quien se la estaba dando.
Eso Anita, le decía, y ella lloraba de dolor, besaba su espalda con mayor intensidad y empezaba a juguetear con su clítoris lo que empezó a excitarla. De esta manera empecé a sodomizarla, primero suavemente hasta que su culo y mi pene se acostumbraran a su estado de presión.
Después de unos minutos yo ya podía encularla con mas fuerza pues ella se quejaba menos, y empujaba hacia atrás cada vez que se la metía. Que sensación la que tenia, y termine tomándola de sus hombros y clavándosela con todas mis fuerzas, ella respondía con mas quejas y gemidos entrecortados.
La lleve a la cama y la coloque boca abajo y me coloque detrás de ella y la penetre sin contemplaciones, ella abría las piernas y levantaba la cola para sentir de mejor manera mi pene. La sodomicé sin piedad, ella ya no solo gritaba de dolor sino que también de placer y entre las pocas palabras que podía pronunciar le entendí: «mas fuerte», «rómpemelo», «Ohhhhhhh! dios».
Como ya me había corrido hace rato, esta vez aguantaría el doble de tiempo, y pensaba aprovecharlo para tenerla en todas las posiciones posibles, ella encima, de cuatro (a lo perrito), ella de frente con sus piernas en mis hombros, esta última la que mas me gusto pues podía verle la cara mientras la enculaba, y me encantaban sus expresiones, mezcla de dolor y placer, fue en ese momento que me entere que ella era algo masoquista y yo un poco sádico.
Ella de pie un poco inclinada hacia delante y yo dándole por detrás; así estuvimos como una hora.
La verdad es que para la segunda ronda yo tardo demasiado en acabar, eso para fortuna de ella y para la mía.
Finalmente la tome en mis brazos de frente, ella se monto en mi y le ensarte mi pene en su culito, sus brazos alrededor de mi cuello y sus piernas enredadas en mi cintura, empezó a prácticamente saltar sobre mi pene, clavándoselo con fuerza, y yo alucinado le ayude con todas mis ganas, así no dure ni un minuto mas, pues había un espejo delante mio que me permitía ver como mi miembro le entraba y salía, ambos tuvimos el primer orgasmo anal, me temblaron las piernas y tuvimos que caer en la cama.
Lo único que recuerdo después es haberla visto salir con un paso dificultoso después de la tremenda sesión de sexo que nos dimos.
Así inicie a mi hermanita menor en el sexo, fui su profesor, ahora el aprendizaje es mutuo, pues Anita tiene una imaginación mas grande que la de cualquier director de películas XXX, y ni que decir de su apetito sexual.