Era abril y había quedado con Cris y Alba, dos amigas de mi estancia en Inglaterra, para tomar un café, ya que hacia tiempo que no nos veíamos.

Pasaron los minutos y las horas mientras recordábamos nuestras ultimas aventurillas, en un momento de la conversación surgió el tema que tenia que hacer un viaje juntos (yo quería viajar con ellas dos, pero que conste que la propuesta no la hice yo), tras unos segundo de exaltación de la idea, nos pusimos a mirar cuando teníamos vacaciones, y justo, en mayo teníamos los tres una semana de vacaciones, casualidades de la vida. pues bien, dicho y hecho, nos íbamos de viaje los tres por el norte de España, y lo mejor, íbamos a convivir durante siete días , yo, Quino, perdón por no presentarme antes) y dos chicas, las vería dormir, cambiarse, ducharse, y lo que es mejor que al estar los tres solteros y con mucha confianza la cosa podía tener muchas sorpresas.

Fue un domingo que empezó nuestro viaje en coche, yo conducía, tenia de copiloto a Alba y Cris, como casi todo el viaje durmiendo en la parte de atrás del coche.

Los temas de conversación del viaje fueron diversos, pero el más recurrente y morboso era el sexo y nuestras experiencias.

A mi me gustaba provocar la conversación y como sabia que a Cris le encantaba explicar sus experiencias pues ya estaba todo hecho.

Alba era más tranquila pero aun así como nosotros dos también decia la suya, no se quedaba corta, ya tenia una buena carrera en esto del sexo, a más aunque ella no nos lo contaba sabíamos que en Inglaterra había tenido una experiencia con una chica portuguesa.

Este detalle animaba más el viaje.

Al llegar a la pensión en San Sebastián, lo primero que hicimos fue ducharnos, así que sorteamos los turnos, por suerte me había tocado ser el ultimo y así tendría oportunidad de estar mas rato en la ducha para liberar las tensiones del viaje.

La primera en entrar fue Alba, se desnudo dentro del baño, peor no atiné a verla desnuda en ningún momento, la puerta estaba cerrada.

Mientras Cris, sin ningún pudor ante mi se iba preparando y desnudando de espaldas a mi, nunca la había visto desnuda , pero lo que veía me gustaba.

Cris es bajita,1.50, pero con todo bien firme, unos buenos pechos y un culito redondo.

Cuando termino de desnudarse, se puso una toalla alrededor del cuerpo y se tumbó en la cama a esperar que saliese Alba del baño.

A todas estas, yo tenia una erección más que notable bajo mi pantalón y como estaba estirado hacia arriba, era difícil de disimular.

Alba salió del baño también con su toalla enrollada, pero como Alba es más bien alta, 1.75, dejaba ver sus piernas finas y blanquitas. Ahora le tocaba ducharse a Cris, y mientras se dirigía al baño y mirándome a mi, dijo:

-Joder Quino, tanto te gusta ver a dos mujeres semidesnudas recién salidas de la ducha??

Que mala leche, se había dado cuenta de mi erección, yo no sabía que responder, así que le dije lo primero que pensé:

-tranquila que esto se baja en cuanto entre al baño.

Cris cerró la puerta del baño, Alba estaba buscando el pijama en su maleta que estaba a los pies de mi cama, seguía con la toalla enrollada, cuando lo encontró se puso de espaldas a mi y de manera increíble y con una velocidad insospechada se lo puso, solo me dio tiempo a ver su culo, que por cierto, madre mía que culito más respingón, un vicio.

Y se estiró en su cama. Yo me incorporé y me empecé a preparar las cosas para ducharme, pero había un pequeño problema, aun seguía aquella erección tremenda y no podía quitarme los pantalones delante de Alba.

Al final me preparé todo el kit de baño, y me quedé con los pantalones puestos solamente. Alba habla poco pero en aquel momento me sorprendió.

-no te vas a quitar los pantalones? Y se rió.

No sabia que contestarle, y suerte que en aquel momento salía Cris del baño y pude entrar en él, a lo cual le dije:

-Ahora me lo quito, si quieres verlo, ven. Y nos reímos los tres.

Aquella ducha fue y ha sido una de las más morbosas y relajantes de mi vida. La erección bajo gracias a una paja histórica.

Salí de la ducha super relajado, se me veía en la cara y ellas lo notaron al verme, claro que no falto el comentario de Cris respecto a mi apariencia.

Yo para no ser menos me puse de espaldas a ellas y sin más dilación me coloqué un pantalón corto de pijama.

Aquel día había sido muy largo y solo teníamos ganas de dormir así que cada uno se puso a dormir como pudo, ya que en la habitación hacia mucho calor.

Ellas llevaban pijama de invierno así que tras varios intentos de dormir pero sin mucha suerte a causa del calor decidieron quitárselo ante mi sorpresa.

Solo llevaban en ese preciso instante unas bragas y nada mas, mi cuerpo reaccionó ante semejante acción.

Ambas tenían unos pechos preciosos y deliciosos.