Mi esposo lo permitió

Este es un relato realmente verídico y primero voy a empezar por darle ciertos datos que sirvan como referencia.

Me llamo Adriana, tengo 34 años de edad, llevo casada 6 años, mi esposo es un ejecutivo de éxito y nuestro matrimonio ha ido relativamente bien hasta que encontramos una persona que nos cambió y lo convirtió en algo muy feliz.

Físicamente soy muy guapa, lo digo con toda la sinceridad, de clase medio alta, estudié fuera de mi país por algunos años hasta obtener un título que me permite vivir muy bien.

Realmente soy nueva en esto de envío de relatos pero una gran amiga me invitó a que cuente esta historia que espero les guste y me lo hagan saber todas las personas que lo lean.

En nuestra intimidad siempre fuimos muy buenos amantes, desde mucho antes que nos casáramos nos entendimos sexualmente muy bien, haciendo todo tipo de posturas, sexo anal, sexo oral, hasta acabar extenuados por lo general.

Un día mi esposo alquiló unas películas para verlas en la intimidad, siempre nos excitaba mucho el verlas, no teníamos algo fijo, pero por lo general eran orgias, tríos y lesbianas, les digo que con todas me excitaba y mi esposo igual.

Ese día mi esposo llegó con dos películas, la una decia Sexo en Trío y la otra Orgias.

Le dije pongamos primero la de tríos, pues empieza la película y muy buenas escenas, se trataba de una pareja que contrataba los servicios de un masajista para excitarse y tener sexo entre tres, pues me sentí muy interesada en verla y comenzamos los dos a mirarla muy interesados y excitados.

Cuando se veían escenas de que el hombre invitado le hacia sexo oral a la pareja del protagonista, sentí mucha excitación, mi esposo quien tiene un pene de unos 17 cm, realmente estaba muy pero muy excitado, lo notaba sobre su pantalón, no perdí mas tiempo y empezamos a tocarnos, yo le estaba masturbando a el y viceversa.

El muy excitado me preguntó si alguna vez yo lo haría con el y con otro y le dije que si eso no mataba nuestra relación lo complacería en todo.

Inmediatamente el me dijo que contratáramos a alguien que sea de mi agrado y llamamos por teléfono a una agencia de striptease a preguntar si había alguien que sea muy guapo y que quisiera tener sexo con nosotros…

Al día siguiente llamó un tipo quien se identifico como Roberto, me dijo que sabia de la llamada y que quería conocernos, le dije que esa misma noche podríamos vernos en un hotel a tomarnos unos tragos y conversar, me pidió que le diga que como era físicamente, me describí igual lo hizo el y creo que sin verlo yo estuve de acuerdo que el sea la persona con quien tengamos nuestra primera aventura.

Llegamos al Hotel en nuestra ciudad Guayaquil, y después de unos minutos llegó el, miraba a las mesas hasta que mi esposo le dijo en tono de amigo, Roberto, te estábamos esperando, me pareció un hombre muy guapo de unos 40 años de edad, de bigotes, moreno, con un cuerpo muy bien formado y con una manera de presentarse que denotaba mucha educación, nos contó que era un ejecutivo, que trabajaba en eso desde hace algún tiempo por hobbie y que le gustaba mucho viajar y conocer mujeres casadas, yo enseguida me sentí excitada.

Pedimos unos whiskies a la mesa, nos habremos tomado unos cuatro cada uno y bastante desinhibidos le dije a mi esposo, que subiéramos al Hotel, que quería esa noche mismo hacerlo…

Mi esposo me dijo que si realmente estaba dispuesto a complacerlo y le dije que si, a lo que pidió la cuenta y fuimos a registrarnos primero nosotros y Roberto esperaba en unos asientos cerca de la recepción.

Cuando tuvimos la llave, le hicimos una seña a Roberto para que suba después de unos minutos , mi esposo pidió una botella de Whisky, hielo y soda, me sentí excitada viendo esa habitación tan hermosa, donde íbamos a dar rienda suelta a toda lujuria.

Subió Roberto en unos diez minutos y empezamos a servirnos los tragos y conversar poco a poco de nosotros, jamás le dimos nombres verdaderos, esa fue la condición que pusimos con mi esposo.

Lo primero que comentó Roberto fue que tenia mis pies hermosos, realmente dio en el clavo, mi esposo es amante de los pies míos, le encanta vérmelos y que los mantenga muy arreglados para el y otra de las cosas es que mientras hacemos el amor mi esposo le gusta ver mis pies apretar mis deditos cuando el me penetra.

Roberto me pidió que me sacara las sandalias y que mueva los deditos de los pies, empezó exactamente como mi esposo quería que sea, los tragos iban haciendo efecto en los tres, nos fuimos besando con Roberto y nos fuimos desvistiendo los tres, para sorpresa la mía, Roberto no tenia un pene normal, realmente era algo que nunca antes lo había visto ante mis ojos, debe medirle unos 25 cm, realmente mi esposo tiene que haberse sentido mal pues el tamaño hizo que yo haga un comentario suelto, como fue que grande la tienes.

Nos metimos los tres en la cama completamente desnudos, empezó mi esposo a besar mis senos, Roberto a besarme mis pies, me sentía en el aire, en un sueño que no quería despertar, mi esposo me penetró primero después de haberme hecho dar un par de orgasmos con su lengua en mi vagina, Roberto pacientemente esperaba su turno, se lo pedí, mi esposo había eyaculado y se sentó a un lado de la cama a verme, fue algo que narrarlo no es como una lo siente en el momento, me pidió que ponga mis pies desnudos en sus hombros, me beso dedo por dedo, le encantaban mis pies, y poco a poco se fue acercando con su enorme pene a mi vagina, lo pasó por un largo tiempo por los labios vaginales, provocandome que le ruegue que me lo meta, por favor métemelo, en ese momento sentí como la vida volvía a mi, sentí que algo caliente y muy duro entraba dentro mío, jamás había tenido un pene de aquel tamaño dentro mío, no había necesidad de que me pida mi esposo que apriete mis deditos de los pies, lo hacia por que sentía la necesidad de hacerlo, gemía, me apretaba toda, creo que ha sido el placer mas bello del mundo que he vivido intensamente.