Capítulo 4
- Ringo un perro fuera de lo normal I
- Ringo un perro fuera de lo normal II
- Ringo un perro fuera de lo normal III
- Ringo un perro fuera de lo normal IV – Final
Nicolás, tal como estaba previsto, regresó a su casa al cuarto día de haber partido. Fue recibido por Lucía con un suave beso en los labios y encontró en ella placidez y tranquilidad a difería con la ansiedad que el esperaba encontrar en su esposa debido a los días que había estado ausente.
Durante la noche como es natural hicieron el amor, en realidad él creyó estar haciéndole el amor a Lucía, cuando el hecho era que ella logró solo un poco de excitación pensando en Ringo mientras su esposo se movía sobre ella.
Rato después, en la penumbra del cuarto, Lucía se preguntaba que hacia aquel hombre a su lado y en la cama matrimonial, ya nada sentía por el y le disgustaba su presencia allí, cuando ese lugar debía ser ocupado por su verdadero «esposo», macho y dueño que no era otro que Ringo.
Mientras más pensaba en esto aumentaba la necesidad de estar junto a Ringo, de sentir su cuerpo pegado al suyo y por supuesto de ser poseída por ese ser que era su único y verdadero amor.
Impulsada por el deseo se levanto de la cama, se dirigió hacia la puerta del apartamento la abrió y allí estaba Ringo esperándola. Este la miro y con pasos seguros entro al apartamento, Lucia vio como no se detenía en el medio de la sala, como era ya su costumbre, sino que entro directamente al dormitorio del matrimonio.
La mujer siguió los pasos del can y cuando ingreso al cuarto observo como Ringo miraba fijamente a Nicolás y como la respiración del hombre dormido se hacia mas profunda al igual que su sueño.
La hembra totalmente compenetrada con los deseos del macho se quita el camisón quedando ahora totalmente desnuda, camino hacia Rindo se arrodillo ante el y se fundieron en un apasionado y mojado beso junto a la cama en donde dormía profundamente el esposo, solo ante la ley, de Lucía.
Una vez que saciaron la sed de besos la mujer ofreció sus generosos pechos a su amante y este lamió y mordió suavemente las ubres de su hembra, mientras esta gimiendo acariciaba la cabeza del can.
Ya no soportando mas el ansia de ser poseída, Lucía tomo la sumisa posición de perra ante Ringo y este no haciéndose esperar la monto y la penetro profundamente de un solo envión haciendo que su hembra gimiera profundamente y levantara aun más su grupa hacia su magnifica verga.
Lucía era fornicada sabia y furiosamente provocándole esto sucesivos orgasmos que hacían temblar todo su cuerpo y aun más cuando se percataba, en medio del placer, de la figura plácidamente dormida de Nicolás a escasos centilitros de ella.
Largo rato duró la copula hasta que sintió la gran bola de su macho penetrar en ella y comenzar a descargar semen en su agradecido vientre llevándola a un ultimo y gran orgasmo que solo fue disminuyendo en el momento que Ringo le inyectaba los últimos chorros de leche.
Luego de esperar 20 o 25 minutos para que su macho se despegara de ella fue directo hasta la aun palpitante verga y la limpio con su lengua hasta dejarla limpia y guardada en su peluda funda.
Ya descansando junto al cuerpo de su amante, luego de tan intenso combate amoroso, Lucía se tranquilizo y alegró al percibir, en su mente y corazón, que Ringo se haría cargo de solucionar ese disgusto que le daba compartir la cama con Nicolás, no sabía de que manera lo haría pero ella confiaba ciegamente en su macho.
Así fue a dormir feliz sabiendo que esta era la ultima vez que dormiría junta a ese hombre y al que ya no le unía nada, al ahora ex esposo, mientras Ringo se dispuso a hacer lo mismo pero en la sala, también por última vez.
El siguiente día transcurrió normalmente con Lucía atareada en las labores del hogar y con Ringo siempre rondándola.
Sus suegros ya no visitaban su apartamento manteniéndose dentro de su propio hogar y esto era también era obra del can ahora amo absoluto del aquella propiedad.
Por eso mientras ella trajinada en sus labores fueron varios los besos, arrumacos y tocamientos que se propinaron los amantes «esposos».
Al llegar, por la noche, Nicolás de su trabajo, Lucía no se sorprendió cuando este le comunicó que sería mejor que él regresara a su cuarto de soltero en la casa de sus padres trasladando así todos sus petates.
No hubo ninguna explicación por esta determinación, pues no hacia falta, Lucía regocijada y feliz sabia perfectamente por quien había sido inducido el pobre Nicolás.
Así comenzó una nueva vida para todos los habitantes de aquella propiedad, puertas afuera, para el resto de la gente, todo seguía normal y veían como la convivencia de aquellas 4 personas era cordial y feliz.
Pero puertas adentro el verdadero dueño era Ringo, mas que nada de Lucía, y las otras 3 personas que allí habitaban veían la relación de Lucía y Ringo con total normalidad y hasta con indiferencia, claro que como ya les dije esto ocurría solo en la intimidad de aquella propiedad.
Así las cosas Ringo tenia a disposición, y sin traba alguna, a su hembra la cual era fornicada de todas maneras y formas en cualquier lugar de la casa y a cualquier hora.
Cierto día, al cumplirse ya un mes del comienzo de esta particular situación, Lucía se sintió particularmente excitada, y esta excitación era particular porque nacía en el centro de sus mismas entrañas y se difundía con un intenso hormigueo en su pelvis, vagina y pechos.
También Ringo parecía inquieto, raro en el ya que siempre mantenía un control
Absoluto en todo su proceder. El macho comenzó el día asediando y rondando a la hembra en forma más insistente y con mas urgencia que las veces anteriores.
Lucía comprendió de pronto tanto el proceder de su macho como la extraña excitación de ella, estaba de pleno en sus idas fértiles o sea había entra en… celo!!! Y Ringo sabia perfectamente esto.
Dada esta situación la hembra corrió hacia su dormitorio, mejor dicho el dormitorio de ambos a estas alturas, se desnudo y al instante apareció Ringo en la habitación con sus fauces abiertas, lengua colgando y jadeando de forma intensa.
No hubo preámbulos de inmediato la hembra tomo posición, de un salto el macho se subió a la cama, dio 2 o 3 lametones a la vulva que despedía un fuerte olor, más intenso que el de costumbre, la monto y entro en ella con desesperada urgencia e ímpetu.
Lucia sintió intensamente la penetración y como comenzaba a ser furiosamente bombeada, tanto es así que la cama de la pareja se movía ruidosamente.
El acto en si fue mas corto que los tantos anteriores, pero mucho más intenso y sentido. Lucia luego de tener los orgasmos intensos a la que la tenia acostumbrada su macho, fue ensartada por la bola de este y se dio cuenta que el semen que ahora la llenaba en este momento tenia el verdadero y único fin por el cual le era inyectado, y este era fecundarla, preñarla y se sintió la hembra mas feliz del mundo porque su macho la eligió para ello y ella sabia, no supo explicárselo como, que en ese preciso momento estaba ocurriendo eso, era preñada por los fuertes y potentes espermatozoides de su macho.
Esta sensación la tuvo durante las 5 veces restantes que fue montada y fornicada por su macho durante aquel día, la ultima en medio del patio a la tenue luz del atardecer. Los días que duro el celo de la hembra no fueron menos intensos aquellos encuentros sexuales, Ringo era incansable y su hembra lo sabia de sobra.
Al tiempo Lucía confirmo su certeza de preñez al no llegarle la regla y luego por los correspondientes exámenes médicos, así la gente de fuera de la casa se alegro y felicito a Lucía y al supuesto padre como también a los supuestas abuelos.
La familia de ella, que residía en otra ciudad, llegó de visita para festejar el acontecimiento y la madre de Lucia le dijo, a esta, que el embarazo le sentaba muy bien, que ahora tenia un aspecto de mujer plena en todo sentido, Lucía se dijo para si «una hembra plena mas que mujer madre».
En las ecografías Lucia observó, con algo de alivio, que el hijo de Ringo que llevaba en sus entrañas, tenia la forma y contextura normal de un bebe humano.
Durante su preñez Ringo la follaba de manera suave y más cuidadosa, esto ocurrió hasta el mes anterior a que pariera, pues por recomendación del medico, a estas alturas de la preñez no era recomendable tener relaciones.
Apenas ingresada en el noveno mes, Lucía parió un hermoso niño de grandes ojos negros que fue llamado Ramiro y que tenia la misma actitud tranquila y segura que su padre, casi nunca lloraba y su mirada se posaba fijamente en los ojos de quien le miraba.
La hembra parió 5 veces más en los próximos años, en total 4 niños y 2 niñas.
Ella se veía radiante de felicidad y con el aspecto de bien cogida permanentemente en su rostro, Ringo no mermaba su ímpetu sexual con el paso del tiempo y la vagina, boca y culo de su hembra jamás tuvieron que quejarse por falta de atención, todo lo contrario a veces Lucia quedaba realmente agotada por su macho, pero ella nada decía, siempre estaba dispuesta para su macho, dueño y señor.
Un ultimo detalle: la gente de fuera de la casa, parientes o amigos, felicitaban a Nicolás por se fertilidad y aspecto de su (para ellos) esposa, y Lucía sonriendo complaciente se decía para si «si ustedes lo supieran».
Bueno amigos ustedes conocen la frase que dice «la realidad supera a la ficción» y que en este mundo todo puede suceder… ¿No creen?
Fin