Lala, mi perrita
Soy un chico de Madrid y siempre he sido formalito, estudioso y apartado de los problemas.
Ahora tengo 15 años y soy delgado, alto, moreno y con ojos claros.
Una noche me levanté a las 2 de la madrugada con una pesadilla muy fea, y fui al cuarto de baño a echarme agua.
Más tarde me volví a mi cuarto, cerré la puerta y puse la tele bajita.
Salió un perro muy grande y lo deje creyendo que era un documental, cual fue mi sorpresa cuando descubrí que era una película zoofílica.
Yo sabia perfectamente lo que salía en esas pelis pero la deje un rato por curiosidad.
Me hice dos pajas bien hechas y acabe un poco cansado y apagué la tele y me fui a dormir mas a gusto que unas pascuas.
A la mañana siguiente me levanté a las diez y me fui a la cocina a desayunar y no había nadie en casa, se habían ido a comprar.
Mientras desayunaba entro Lala, mi pastora alemana.
Le miré brevemente y seguí comiendo.
Pasó una hora y yo estaba en el salón viendo la tele cuando me empecé a acordar de la película zoofílica y no tarde mucho en empalmarme.
En eso que entró Lala y se sentó cerca de mí, yo con la calentura y sin echarle cuenta al perro empecé a pajearme.
Estaba con los ojos cerrados pensando en una tía cuando siento algo frío y mojado en mi punta.
Abro los ojos y veo a Lala con el hocico a un centímetro de mi verga.
No tarde en apartarla con la mano pero no pude seguir porque el escalofrío que me hizo esa perrita me puso muy cachondo.
La llame y se puso otra vez hocico contra polla y empezó a olisquearla y yo la dejaba hacer casi babeando del gusto que sentía al rozarse con mi verga.
Poco a poco empecé a pajearme con su hocico en mi polla, y faltaba poco para venirme cuando abrió la boca y empezó a chupármela, yo no me lo podía creer y empecé a pajearme más rápido antes de que se arrepintiera.
Lala me la chupaba con su gran lengua que abarcaba toda mi polla y de mientras yo me pajeaba de lo lindo, cuando me corrí no me dio tiempo de apartarla y se lo eche en la cara.
No fue mayor problema ya que ella con gusto se limpio y tragó todo el semen.
Hay estaba yo tirado en el sofá y con la verga desinflada, Lala echada en el suelo y yo con mi cara de satisfacción.
Ese día no ocurrió nada importante aparte de eso pero al día siguiente llegué del colegio y directamente me encerré en el cuarto con Lala, eche el cerrojo y hice como el que estudiaba para que no me molestasen mis padres.
Me senté en la cama y me baje los pantalones y la llame.
Pronto empezó a comérmela con el mismo entusiasmo que el día anterior, yo estaba que me moría de placer pero quería algo más…
Le di la vuelta para ver su conchita y vi un pequeño agujero y otra un poco más grande debajo de la cola, me lleve una desilusión, porque creía que el agujero de su conchita seria mayor que el de su culito.
Toqué un poco y note que aparte de que se estaba quieta, estaba muy mojadita.
Le introduje un dedo y ella respondió echándose para atrás y sin yo querer ella se introdujo el dedo hasta el fondo. Pego un ligero chillido pero más de placer que de gusto.
Yo estaba super empinado y quería penetrar a mi dulce Lala.
Le di la vuelta y pase mi verga varas veces por la entrada de su vagina, ella impulsaba para atrás pero mi verga era demasiado ancha para su conchita.
En cambio vi que su culito era perfecto y empecé a entrar suavemente por él.
Ella se veía desconcertada y no sabia que hacer por lo tanto la agarre y empecé a penetrarla.
Cada centímetro era un pequeño chillido pero cuando la tubo dentro entera no volvió a chillar.
Me pare un segundo cuando se la metí del todo para sentir su calor interior y su humedad, al momento me empecé a mover de adelante a atrás y ella se dejaba hacer cariñosamente.
No me lo podía creer me estaba tirando a mi perra.
Casi estaba apunto de correrme dentro de ella cuando me entró él más grande y placentero orgasmo de mi vida que duro cerca de 15 segundos en el que agarre a Lala y la penetre rápidamente pero con cuidado.
Me corrí en abundancia dentro de ella y no sabia si sacarla o esperar a que se me pasara el calentón y hacérselo otra vez.
Me decidí y la saque.
Nada mas sacarla tras mi polla salió el semen que chorreo por sus patitas traseras.
Ella como siempre se limpio y no dejo ni rastro.
Desde aquel entonces casi todos los días la cojo y ella me lo agradece dejándose follar y no diciéndoselo a mis padres.