Buenas aquí va mí primer relato, de tantas anécdotas en la zoofilia desde los trece años (hoy tengo 31 años ya)…
Últimamente no tengo acceso a un Perro macho, desde que Bob fue mí último gran servidor a domicilio.
Bob el capo de los perros capos que abotona a la perra en celo del momento. Por el día venía a casa en busca de comida, y por las noches me tenía que detonar, devolviéndome el favor.
Nuestro encuentro siempre era a altas horas de la madrugada al costado de la casa abandonada de mis abuelos que presentaba demasiada oscuridad y mucha vegetación verde para llevar a cabo una dosis de apareamiento con el gran Bob.
Una noche de las tantas, decidí aparearme de lleno ya que se la sacaba cuando empezaba a hincharse su enorme pene en mi ano, necesitaba sentir ese desgarro profundo y lleno de semen con sangre una vez consumado el acto de bombear su líquido canino dentro mío.
Quedamos pegados culo con culo varios minutos, hasta que un dolor placentero y satisfactorio recorrió mí cuerpo en ese momento al terminar, el calor apasionado que manejaba que para culminar la tremenda abertura que hizo en mí ano, se la termine chupando como desquiciada a garganta profunda, tragandome sus líquidos restantes hasta deshincharse por completo.
Y bueno, así culminó esa noche de pasión con el gen Bob, espero que les haya gustado y haganmelo saber en los comentarios queridos/así colegas del zoo.
Perdón, pero un relato tiene que tener un contenido erotico, desplayar en letras las sensaciones del mismo describiendo el momento, el lugar, los sentimientos, etc.