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Vecina Yola III

Vecina Yola III

Mi vecina y yo nos quedamos totalmente destrozados sobre el sofá al rato sonó el timbre de la puerta, me levanté y abrí, ahí estaba Alex en todo su esplendor con un abrigo de visón hasta los pies, zapatos de tacón su preciosa melena rubia recogida. Bueno, me dijo: ¿me vas a invitar a entrar o no? Perdona, conteste: pasa, pasa, es que estas tan guapa que me he quedado colgado.

Entró riéndose y se dirigió a Yola , ésta a duras penas le había dado tiempo de ponerse el vestido. Hola mi amor me parece que me he perdido algo. Yola respondió: ya le he dicho a éste que esperásemos a estar todos pero no respeta nada. Alex frunciendo el ceño dijo: ¿nada de nada? Y Yola bajando la vista asintió: nada de nada. Vaya felicidades, me dijo Alex has conseguido en dos días lo que yo no, en meses. Yola disculpándose se acercó a Alex y se abrazó a ella, y le explicó que yo poco menos que la había forzado, Alex sin decir nada acariciando a su amiga y dejando ir miradas de reojo hacia mí, se quitó el abrigo y tanto Yola como yo nos quedamos inmóviles y callados ante la visión que se nos mostraba delante nuestro.

Un vestido negro ajustado, corto, medias negras y la espalda totalmente desnuda dejando ver hasta el principio de su culo, por delante la fina tela ajustada dejaba apreciar con total detalle aquel par de espléndidas tetas que ignorando la gravedad se erguían desafiantes y coronadas por unos pezones que parecía que querían salir a través del tejido. Alex mirándonos esbozó una sonrisa y dijo: me alegro que os guste, la noche es larga. Se acercó a Yola la tomó en sus brazos y la besó mientras metía su mano por debajo de la falda y subió hasta tocar su sexo y sacando los dedos mojados metérselos en la boca diciendo: ummmm, esto pide a gritos un arreglo.

Mientras Alex colocó a Yola como yo lo hiciera, de espaldas sobre la parte trasera del sofá, la desnudó y empezó a lamer todo su cuerpo, yo me coloqué detrás de ella y empecé a besar su desnuda espalda, mientras lo hacía no podía dejar de pensar que era la mujer más perfecta con la que había estado, y no me podía creer en realidad fuese un hombre, y sin embargo el hecho de saber que en pocos minutos al desnudarla volvería a aparecer aquella verga enorme, lejos de producirme corte aumentaba mi grado de excitación.

Seguí besando su espalda al tiempo que introducía mis manos por debajo del vestido hasta tocar sus preciosas tetas y juguetear pellizcando suavemente sus pezones, ella se dejaba hacer y su impresionante culo apretaba con fuerza mi paquete, bajé mis manos y pasándolas lentamente por sus piernas desde las rodillas hasta encontrar el final de sus medias (cortas) y seguir hacia arriba para introducir mis dedos entre las braguitas hasta notar como aquel bulto se ponía duro, bajé lentamente sus bragas mientras ella se quitaba el vestido quedando sólo con zapatos y medias, desnuda era tan guapa como vestida, su piel suave y blanca sólo cambiaba de color en sus rosados pezones y en el rubio y arreglado vello que rodeaba su sexo, sexo que por cierto estaba completamente erecto apuntando hacia el techo, me tomó la cara con sus manos y me besó dulcemente introduciéndome su lengua hasta las amígdalas y acto seguido me bajó la cabeza hasta encontrarme con su espléndida polla delante de mi cara y con un movimiento certero empujó su pelvis hacia delante y con sus manos mi cabeza, tragándome sin remedio todo aquel cipote, con sus dos manos en mi nuca empujaba adentro y afuera, sacando casi totalmente los 18 cm. Para moverlos a clavar, mientras Yola chupaba y mordisqueaba los tremendos pezones y Alex gemía como una zorra, de golpe apartó mi boca, con fuerza tomó a Yola la volteó y le clavó la polla en su vagina al tiempo mi vecina pegaba un grito.

Empezó a martillear dentro y fuera con mucha fuerza, aquella chica-o suave y delicada se había transformado y follaba de una forma salvaje, yo no sabía muy bien qué hacer así que di la vuelta me puse delante de Yola que al instante y sin pensárselo me cogió la polla y empezó a chuparla la ritmo de las embestidas de Alex, cerré los ojos y me dejé llevar por el placer hasta que de golpe paró y dijo: ¿qué haces? No, ni se te ocurra, pero bueno… ¿qué os habéis pensado?, no no, no y no,… ahhhh… cabrona… me duele… no, no la saques,… sigue, diossss…, qué pasada, muévete joder métemela hasta el fondo, así, así, ahhh…me… me corrooo… Y Alex cabalgando sobre el sufrido culo de Yola mientras ésta se corría a gritos y succionando mi polla con una fuerza que pensaba que me la arrancaba, yo estaba a punto, y ver las tetas de Alex como saltaban a cada embestida y Yola delante de mí con mi polla dentro de su boca y su culo totalmente abierto no me lo ponían fácil para aguantar mucho más.

De repente Yola se la saca de la boca me mira me dice casi gritando : dame tu leche ya , córrete en mi boca cacho cabrón. Joder pensé si insistes, entonces a punto de correrme, Alex la sacó del preciado culo y subió ágilmente por la parte de atrás del sofá y de pie encima de Yola me metió su pollon en mi boca mientras gritaba: me corrooooooo… y aquella espléndida polla empezó a escupir su leche en mi boca y yo a tragar aquel liquido denso y delicioso al tiempo que mi pene explotaba en la boca de Yola, los gritos de los tres se entremezclaban con los gemidos y mientras Alex decía: sois perfectos, os quiero. Yola y yo relamíamos las pollas que teníamos en nuestras bocas hasta no dejar ni gota de semen.

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