Hola, me llamo… , vivo en una ciudad del centro del país (México), tengo 27 años y últimamente me he vuelto consumidor y aficionado del exhibicionismo, contaré algunas anécdotas a lo largo de los relatos y quiero empezar con este.

Al finales del año pasado (2024) me encontraba en casa a eso de las 11 am, es una casa de interés social, en una colonia de interés social donde la mayoría de los vecinos son obreros y en las mañanas las calles suelen estar solas, a excepción de algunas señoras que trabajan en quehaceres del hogar. Estaba viendo algunos videos en x mientras me masturbaba, me encontraba desnudo de la cintura para abajo, en la parte de arriba portaba una hoodie de color negro, estaba acostado en la cama y acariciando mi pene, sentía la caricia de mis manos por mi glande y el tronco, cuando me vino una imagen a la cabeza: yo asomándome a la ventana que da a la calle y una mujer pasando, viendo como me masturbo y me vengo.

Esa imagen me excitó y me provocó hacer movimientos más rápidos e intensos… hasta que el sistema de recolección de basura me quitó la inspiración, me puse un pants y corriendo saqué la bolsa de basura, justo a tiempo para el camión recolector se la llevara, en eso me percato que mi erección estaba a todo lo que daba, no pude evitar sentir pena, pues el empleado del sistema de recolección me vio y no es de mi interés exhibirme ante hombres. Estaba en esa sorpresa mía cuando vi pasar a una señora de unos 50 años, blanca, con figura delgada, un poco descuidada, pero apetecible, ella pasó frente a mí y noté cómo su mirada se dirigía a mi entrepierna, cosa que no pasé por alto y terminó por excitarme más.

Me dirigí a la casa y pensé en una travesura: dejar la puerta media abierta para que, desde la calle se pudiera ver la sala-comedor y yo, desde adentro y con el pene erecto pasar disimuladamente para que alguna curiosa se asomara y me vea, me prendí como no se imaginan cuando, tal y como lo había pensado, me metí a la casa dejando la puerta media abierta, me quité el pants y comencé a masturbarme en la sala, como la puerta no estaba totalmente abierta me podía ocultar y sólo asomarme cuando fuera óptimo, en esas estaba, pero nadie pasaba, procedí a ver videos de exhibicionismo en x para evitar que la erección desapareciera cuando de pronto, vi pasar a la señora de antes, justo frente de la casa, en ese momento me aventuré a pasear disimuladamente por la sala con una erección tan dura que dolía.

«Buenos días!» Escuché al mismo tiempo que volteaba hacia la puerta tratando de mostrarme sereno.

«Buen día!» Contesté gritando desde la sala; «Disculpa, cuando vuelve a pasar la basura?, no alcancé a tirarla y vamos de salida», yo empecé a hablar fuerte, o mejor dicho, gritando «vuelve a pasar en dos días», la señora ponía atención a mi explicación mientras mi pene estaba que estallaba, cuando de pronto, ella me dijo «no te escucho», lo que me generó la necesidad de acercarme, no para que me escuchara, sino para que me viera en aquella situación: con una hoodie negra y desnudo de la cintura para abajo con tremenda erección.

Me acerqué hasta el marco de la puerta, seguí explicándole los días que pasaba el camión recolector y el porqué no era buena idea dejar la bolsa de basura en la calle (es una colonia en la que hay muchos perros en situación de calle que destrozan las bolsas de basura en busca de comida y dejan basura por todos lados), cuando la señora sorprendida notó mi erección y poco a poco dejó de verme de frente para ponerse totalmente de perfil, evitando mirarme, cuando terminé de explicar ella agradeció y se fue, en ese momento me sentí que iba a explotar, corrí al baño a masturbarme frenéticamente y exploté en una eyaculación que casi me deja sin fuerzas.

Me quedé disfrutando el momento y unos minutos después me metí a mi cuarto, me vestí y estaba tomando mis llaves para salir a mis actividades cuando, se escucha la voz de la misma señora gritando «y no te puedo dejar aquí afuera la basura?», me resultó sospechoso que regresara, salí de la casa, esta vez vestido con tenis, pantalón y la misma hoodie negra y, para mi sorpresa, la señora iba acompañada de un señor que aparentaba la misma edad que ella (su esposo, supongo), él traía un celular en la mano (supongo que su esposa le contó lo sucedido y fue acompañado de él, para que en el caso de encontrarme en la misma situación confrontarme, o bien, exhibirme en video), le contesté con total tranquilidad que no era posible, pues no habría forma de hacerme cargo y por ende, del desastre que seguramente los perros harían.

Ella sólo me vió con un gesto de desaprobación y el señor con una cara más bien de «qué hago aquí?», procedieron a marcharse y yo a caminar para tomar un colectivo que me llevara a mis ocupaciones.

Es una anécdota que recreo de vez en cuando y que me sigue excitando como aquella vez, desde ese día la señora pasa de vez en cuando, pero ahora sin voltear a la casa y sin voltearme a ver. Espero sus comentarios y tips para nuevos momentos de exhibición.