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Por delante y por detrás

Por delante y por detrás

Lo que os voy a relatar sucedió el pasado fin de semana, puente de Todos los Santos, y al recordarlo, enseguida mi entrepierna da su respuesta de aprobación a lo ocurrido.

Mi nombre es José, tengo 34 años y aunque no hago excesivo deporte sí que os puedo decir, sin falsa modestia, que tengo un buen cuerpo.

Soy del norte de España, pero por motivos laborales llevo 3 años viviendo en Cádiz, donde disfruto de un ambiente más abierto que en mi tierra.

Soy una persona a la que el mar le encanta y siempre que puedo me voy a una de las maravillosas playas que poseen por este fantástico litoral; y fue en una de ellas donde sucedió lo que ahora os cuento.

Me gusta practicar nudismo y, ¿por qué no decirlo?, ver y que me vean; uno de “mis ” paraísos particulares es la playa de Bolonia, para el que no lo conozca decirle que son metros y metros de una arena finísima y blanca y donde casi nunca hay mucha gente, sobre todo en la zona dedicada al nudismo.

Gracias a la bonanza del clima andaluz todavía podemos disfrutar de ella a esta altura del año.

Pues estando yo tranquilamente dando un paseo por la arena (desnudo, por supuesto), me fijo en una pareja que estaba hacia el interior, a unos 50 m. de la orilla; estaban en una zona que no estaba a la vista de todo el mundo pero tampoco estaban escondidos tras los matorrales.

Hacía un día espléndido y pude ver que los dos tenían unos cuerpos de impresión, de esos que los ves y te fijas a la fuerza; antes de continuar os aclararé algo para que luego me entendáis: soy bisexual, nunca digo que no a un plan, sea con un chico o con una chica y hasta el día de hoy puedo deciros que esta dualidad no supone ningún problema para mi; no lo voy pregonando, pero tampoco vivo oculto ni atormentado.

Bueno, continuando con lo que nos ocupaba, los dos llevaban unos tangas blancos lo que hacía que aun resaltasen más sus dos cuerpazos bronceados.

Ella tenía un precioso culo y un par de tetas de las que no te caben en la mano, pero en su sitio, nada de caídas, y unos pezones que daba gusto solo el mirarlos y el imaginar tenerlos en la boca.

Él tenían unos pectorales bien marcados y por el bulto del mini tanga se sabía fijo que en cuanto aquello creciese, la tela no le taparía lo suficiente, su culo era prieto y parecía ser muy duro; todo esto lo observé parando a echar un cigarrillo con disimulo y verles mientras parecían que jugaban a la queda.

Ante este bonito panorama tomé la decisión de volver sobre mis pasos, recoger la toalla de donde la tenía puesta y ponerla cerca de esta pareja para dar rienda suelta a mi vena “voyeur”.

Ellos al principio siguieron con sus juegos pero cada vez se notaba que tenían más contacto físico, daban grititos que reflejaban lo bien que se lo pasaban y se daban de vez en cuando algún morreo; yo tirado en mi toalla notaba como mi pene se despertaba poco a poco y no sabía a quién de los dos envidiar más por poder disfrutar del otro.

Ellos, evidentemente, ya se habían dado cuenta de mi presencia y no pareció importarles lo más mínimo.

Después de un rato de juegos se tiraron en las toallas y ahí fue donde empezó lo bueno: ella se le subió encima y empezó a besarlo al tiempo que su culo describía círculos encima de su paquete, debido a las piernas de él, ella tenía que abrirse mucho para abarcarle y la visión de ese pedazo de culo con la tira blanca del tanga acabó por empalmarme del todo; no era cuestión de ponerme el bañador, así que seguí tumbado boca abajo masturbándome con la toalla. Él le comía la boca y pasaba sus manos por todo su cuerpo y le pellizcaba los pezones por lo que supuse que la juerga iba a aumentar; mi rabo estaba a punto de reventar así que me di la vuelta y sin que ellos me vieran la trempadura me dirigí al agua para que se me bajara; al ver que me bañaba, ellos cogieron una pelota y se dirigieron también al agua, yo nadaba como si nada y ellos empezaron a jugar con la pelota a tirársela uno a otro; aprovecharon este juego para tirarla cerca de mi y al recogerla fue cuando él aprovechó para presentarse con la excusa de pedirme perdón, yo seguía con la polla como una roca y al sentir su cuerpo cerca, mi rabo casi explota en el agua; enseguida se acercó ella y así fue como entablaron conversación conmigo; estuvimos unos 10 minutos en el agua donde yo participé del juego de la pelota, más para que se me bajara el empalme que por ganas y al cabo de ese tiempo salimos y me invitaron a que recogiera mis cosas y me tumbara donde ellos, accedí inmediatamente y así, los tres en las toallas con nuestros cuerpos mojados produjo un efecto inmediato y volví a notar que mi rabo se ponía duro así que con disimulo me volví a dar la vuelta.

Luis enseguida se dio cuenta, y me guiñó un ojo a lo que yo respondí con una leve sonrisa sin saber lo que me esperaba; estuvimos así 5 minutos y Luis empezó a decirle a Paz que lo que realmente era bueno era follar en la playa, yo no daba crédito a lo que oía pero ella pareció tomarlo de buen grado porque enseguida sus pezones se pusieron duros. Le pegó un morreo de impresión y empezó a sobarle el paquete que enseguida me confirmó que debajo había un “señor rabo”.

Luis le sobaba el tanga a la altura del coño y la respiración de ella cada vez se parecía más a un jadeo; yo no sabía que hacer pero evidentemente no quería marchar; continúe así un buen rato mientras Luis le mordía el cuello y separaba con sus piernas las de ella para así tener mejor acceso a un coño ya mojado; Luis comenzó a meterle un dedo por el coño a la vez que Paz le sujetaba la muñeca como intentando pararlo a lo que él respondía con otro morreo de cine; yo estaba tirado en la toalla boca abajo y fue Luis el que me preguntó cuánto tiempo iba a esperar para unirme; al levantarme pude ver como el capullo de él asomaba por el tanga y él no pudo más que reírse al ver que no apartaba la vista de su rabo.

Nos pusimos a ambos lados de Paz y ella empezó a masturbarme al tiempo que Luis le levantaba una pierna y la masturbaba con dos dedos que yo podía ver entrar y salir perfectamente de su coño bien lubricado; Paz quería chuparme el rabo así que me mandó ponerme un condón y al estar yo poniéndomelo se acercó Luis, me lo quitó de las manos, se lo metió en la boca y me lo puso él con su boca; al notar su lengua sobre mi capullo tuve que retirarme porque aquello amenazaba con explotar y quería durar más tiempo; yo iba excitadísimo y Luis se quitó su tanga para que Paz le chupara a placer; ¡qué rabo tenía!, Paz se las veía para meter más allá de su capullo en la boca; al cabo de 3 minutos, Luis tenía su capullo totalmente hinchado, se levantó tiró boca abajo a Paz y muy lentamente empezó a penetrarla, ¡cómo chillaba ella!, ¡qué envidia me estaba dando!; aprovechando esta posición, me puse de rodillas y Paz me hizo una mamada de película mientras su coño era asaltado por la tranca de Luis, éste al verme tan cerca comenzó a comerme los pezones lo que hizo que por cuarta vez tuviera que retirarme para no correrme. Luis se levantó, se puso un condón y guiñándome un ojo, me pidió que se la comiese.

Cuando yo la tuve en la boca; Luis hizo ponerme a cuatro patas y con su mano llena de saliva empezó a meterme primero un dedo, después dos,…..en mi culo, a la vez que Paz se metió por debajo de mi y me estaba haciendo una mamada de campeonato. Yo seguí chupando hasta que oí como Luis bufaba y sentí todo el chorro de su leche a través del condón, en ese momento descargué mi primera corrida también en el condón en la boca de Paz que tuvo que acabar sacando la polla de la boca porque yo no dejaba de echar leche y tenía miedo que el condón se rompiese.

Después del primer asalto, Paz se puso a cuatro patas y empezó a masturbarse con una botella de agua, nosotros estábamos tirados en la toalla y enseguida la visión de aquel numerito hizo que nuestras vergas se levantaran de nuevo.

Luis sacó de su mochila crema lubricante y enseguida empezó a trabajar el ojete de Paz, ésta se reía como loca y enseguida Luis tuvo 3 dedos dentro de su culo; Paz mientras tanto ya me estaba comiendo mi rabo de nuevo, esta vez sin condón, pasándoselo también por los pezones que eran como garbanzos de lo grandes y duros que estaban; Luis se puso de rodillas y de un solo empujón le metió todo el rabo en el culo hasta los huevos; Paz se quedó unos segundos sin respiración y cuando reaccionó pegó un grito que le tuvimos que tapar la boca; tenía los ojos en blanco, balbuceaba frases inconexas, mientras Luis bombeaba y jadeaba como un toro.

Al salirse Luis, Paz se cayó de espaldas por que le temblaban las piernas, momento que aproveché yo para meterle mi polla en aquel húmedo chocho; di 10 ó 12 empujones y noté el orgasmo de Paz en mi rabo por lo que no pude aguantar más y me salí de ella, momento que aprovechó Luis para meterse mi polla en la boca y recibir toda mi leche, ¡qué corrida tuve, amigos!; Luis con toda mi leche en su boca pegó un beso a Paz y los dos compartieron mi corrida; Luis, aun no se había corrido y había que ver cómo tenía el rabo de hinchado; riéndose se acercó a mi y empezó a sobarme el ojete, yo tenía unas ganas locas de ser follado pero era tan grande que tenía miedo; me dio bastante crema y él también se aplicó en el capullo; se tiró en la arena y yo poco a poco empecé a meterme su polla en el culo; yo me abría las nalgas a la vez que Paz se la cogía a él y la aguantaba mientras iba entrando en mi culo; aquello costaba, así que ni corto ni perezoso de repente me dejé caer… casi muero, noté como en mi interior se rompía algo y supe que algún día mi esfínter me recordaría que cierto día lo forcé demasiado, pero en aquel momento nada me importó, ni que él no tuviera condón, ni nada, empecé a subir y bajar y noté que Luis hacía esfuerzos por no correrse, quería tenerlo dentro de mi un buen rato pero Paz pedía su ración.

Me levanté y Luis fue al agua a lavarse, cuando vino se volvió a tirar, Paz lo folló y yo follé el culo de Paz; era mi primer trío y estaba disfrutando como un dios; nos corrimos dentro de Paz casi a la vez y ella tuvo un orgasmo bestial.

Con dos corridas ya, descansamos un ratito mientras recordábamos lo que más nos había excitado; la conversación hizo que tremparamos de nuevo aunque no con la fuerza de las dos primeras veces; Paz me pidió que la follara el coño y me corriera dentro de ella y Luis me dijo que si había probado el sándwich; al decirle que no, él se ofreció: Yo penetré a Paz y él con mucho trabajo me penetró a mi; teníamos que tener cuidado de no aplastar a Paz, pero os juro que el esfuerzo mereció la pena; cuando yo me corrí dentro de Paz, Luis me inundó el culo de semen caliente lo que hizo que casi perdiera el conocimiento; os prometo que nunca tuve una corrida como esa, ¡qué placer!.

Después ya casi eran las 7 de la tarde y yo tenía que trabajar de noche así que nos despedimos y como pude, llegué al coche, estaba muerto, pero feliz, el sexo es lo mejor de la vida.

Quedamos en vernos algún día así que espero poder contaros alguna experiencia más.

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