Era un chico que practicaba mucho el travestismo, el cuerpo me favorecía mucho, con mi rostro afilado, piernas gruesas, baja estatura, piel clara, nalgas muy redondas h caderas como chica, siempre me gustaba hacerlo a escondidas en mi cuarto, tomarme fotos y tenía una cuenta en Facebook donde subía mis fotos y vídeos sin mostrar mi rostro, ya que nunca quise ir lejos ni me considero gay, solo me gustaba experimentar la excitación extrema que sentía al vestir de chica y tener un orgasmo en cada sesión muy intenso.
Nunca tuve novia hasta mi segundo año de carrera en la secundaria a mis 18 años, ya que la timidez no me permitió acercarme a las jóvenes que me gustaban, mientras que en mi intimidad me imaginaba ser una chica y me veía realmente bella cuando me vestía totalmente, algunos compañeros me molestaban tratándome como débil, pero nada fuera de lo normal.
Vivía con mis padres que pasaban mayormente trabajando y pasaba bastante tiempo sola ya que no tenía hermanos, era una poblado con pocas personas rodeado de campos de cultivo se palma y una planta de producción donde casi todo mundo se conocía, siempre tuve la fuerte curiosidad de salir vestida afuera de mi casa pero la vergüenza de que me reconozcan me mantenía escondida, hasta un día que se me ocurrió ir a un área pública fuera del caserío, había un gran árbol en medio de los cultivos de palma y muchas personas iban a pasar ahí por las tardes, ya que había bancas donde sentarse y escapar del calor.
Fui una mañana que no había nadie en casa al parquecito cuando no suele haber nadie, lleve en una mochila varios conjuntos de ropa femenina y tacones para probar andar ahí, nadie me vería pero sentía adrenalina de hacerlo fuera de casa y así fue disfrute de ponerme mi ropa favorita un vestido negro corto, con la falda floja y mangas hasta codo y ligero escote, así como botines de tacón alto y mi pelo que ya era hasta el hombro, por dentro un body negro también y me puse un sobrero negro muy femenino estilo cabaret, modele y camine entre las plantaciones sintiendo la libertad de que nadie estaba ahí y así pase aquella mañana de felicidad.
Después se volvió un lugar acostumbrado ir cuando estaba solo por las mañanas, pero algo me faltaba, es como la necesidad que va en aumento quería ser vista de algún modo, pero sin comprometer mi reputación, ya empezaba a meterme el dedo entre las nalgas y algunas cosas más grandes, siempre me masturbaba imaginando que un hombre fuerte me tomaba con determinación y me hacía su mujer.
Aquella mañana me encontré en un receso del centro universitario donde estudiaba a Sergio un amigo de la secundaria que era muy solitario, de cuerpo robusto y no muy agraciado de rostro, pero buena gente, estaba allí sentado triste, cuando lo vi él también me vio y le pregunté que le pasaba.
Es que me le declare a Sofía y me rechazo, nunca ninguna me hace caso.
Si te entiendo a mi también me va mal en esas cosas, cuanta conmigo como amigo, si quieres vamos al parque público mañana temprano y platicamos le dije sin pensar claramente en lo que quería solo me salió de la boca automáticamente, el acepto y después en la noche no pude dormir de pensar en porque lo había invitado, solo para platicar o dejaría qué me viera, al amanecer tenía la mochila lista como un autómata no pude evitarlo lleve mi mejor ropa y antes que Sergio llegara ya estaba vestida de chica, con mi minivestido favorito negro, mis botines se tacón alto, mi pelo muy femenino y pintados los labios cuando llego no me reconoció de inmediato hasta que escucho mi voz, solo le dije aquí vengo cuando quiero estar sola y escapar de la realidad, pero pareces una hembra de verdad de verdad te ves bien y me sentó hervir la sangre de excitación él se sentó y platicamos buen rato le conté como me sentí al vestir de chica y que igual nunca me iba bien con la compañeras y así platicamos durante horas, ya antes de irnos me dijo se me ocurrió una idea, quiero que me vea Sofia contigo que piense que eres mi novia y sienta celos, me ayudarías me pregunto, y yo quede sin saber que decir, era muy vergonzoso que más gente me viera así pero me insistió que ella saldría de la iglesia en una media hora y podía vernos al otro lado de la calle ir de la mano para que sintiera celos, solo usa una mascarilla para el COVID nadie te reconocerá además iremos en el auto viejo de mi padre tengo que transportar unas cosas hoy y me dejo la llave, lo deje en el acceso del campamento y me tomo con la mano derecha de la cintura y me llevó con él, sentí una sensación muy femenina al caminar con mi amigo tomándome la cintura, el robusto y grande y yo pequeña y frágil con mi minivestido, el me abrió la puerta del viejo Ford 100 y comenzó a manejar, llegamos a una calle de distancia de la iglesia donde empezaban a salir los feligreses principalmente mujeres, me puse la mascarilla pero sentí terror que tanta gente me viera, el me ayudo a bajar y yo no quería pero el me jalo a la fuerza y terminamos abrazados, me agarraba de la cintura y abrazaba, en el forcejeo me agarro fuerte de las nalgas para intentar levantar pero me agarre fuerte del auto, por patear termine con mis piernas abiertas alrededor de su cintura, y paso un grupo de muchachas y nos vieron, seguro pensaron que nos besábamos y sentí más vergüenza, le pedí me llevara y nos fuimos de regreso, y se disculpó cuando llegamos de nuevo al lugar solitario y me dijo que le había excitado el forcejeo, el sentir mi cuerpo, mi perfume de mujer, la tela de mi ropa interior todo eso lo había dejado super excitado, apenas llegamos al campo solitario y se lanzó sobre mí, me beso a la fuerza, metió sus manos dentro del vestido y manoseo mis nalgas, era muy grande y pesado, no podía pararlo me tenía contra la puerta, no había salida, me besaba el cuello y la boca con fuerza, me canse, me rendí, deje de pelear y me deje hacer, la cabina del auto es grande y se sentó en mi lado poniéndome sentada en sus piernas, así me besaba con más facilidad y metía su mano bajo la falda tocando mis nalgas en carne viva, sentí como en mis ilusiones, cuando me daba placer solo, un macho estaba forzando y llego a mover a un lado el calzón que estaba entre mis nalgas y comenzó a meter un dedo, sentí su dedo medio entrar con fuerza y torpeza, no por favor le dije, me arde, pero ya estaba completo adentro hurgando mi interior, entraba y salía y se movía adentro como mi dueño y de repente me lo saco e inmediatamente sentí entrar de nuevo dos dedos, el sudor creo que ayudo a que resbalara mejor y me abrió con sus dos dedos y para adentro, los movía con mucha gracia y picardía mientras me besaba el cuello y me sostenía con fuerza con la otra mano como a su mujer, era mi dueño me tenía sometida, sentía unas cosquillas de tener su dedo y no poder zafarme cuando de repente sentí mi cuerpo explotar en espasmos, mis nalgas apretaron sus dedos con fuerza, un orgasmo muy intenso diferente al que sentía en mi pene al mastúrbame, explote de placer, mi trasero deseaba tragarse la mano completa de mi amigo completa, quede cansada y todavía más vulnerable, él se sonrió y me dijo, te gusto, verdad mamacita, si ahora serás mi novia, eres mía, ahora te voy a clavar, y se desabrocho el pantalón sacando su grueso pene, ya me había soltado pero no tenía voluntad de escapar solo esperaba sin ninguna voluntad propia que el dispusiera de mí, y terminara el trabajo que empezó y me dejara su semilla adentro como recuerdo de nuestra primera vez ya que ambos éramos vírgenes.
Desde entonces fuimos pareja, el mi novio y yo su chica de fin de semana, aquel parque fue testigo de muchos encuentros donde solo fui la chica sumisa, que siempre regresaba a casa satisfecha sintiendo la semilla de mi macho en mi interior, era un gran amante que sabía satisfacerme, sabia tocarme donde me llevaría al cielo, era suya, podía poseerme cuando quisiera, Sergio termino siendo pareja de Sofía pero siempre que necesitaba desahogar sus energías me buscaba, me usaba a su gusto, pero eso es otra historia.