Me contó que hace algunas semanas no podía tener relaciones con su mujer, ya que no lograba tener una erección, mi jefe era un hombre de 60 años que se mantenía bastante bien físicamente y aun se lo veía atractivo, llevaba 35 años de casado y siempre el sexo con su mujer a pesar de ser clásico había sido muy satisfactorio para ambos. Le pregunte sí había visto un médico y me dijo que sí y que no tenía nada.
Me da muy fuerte, muy rápido, por más que me quito, me encuentra, me saca el aire y casi no puedo concentrarme para atender a mi propia mamada de tanta chupada y lamida que me da, he sabido que las chicas levantan las caderas casi ahogando al incauto romeo, pero yo trato de rehuir el contacto, al tiempo que agradezco no ser tan hábil como para hacerlo.
Nos quedamos un rato descansando, con mi culo un poco adolorido pero contento, cuando de pronto Giovanni se levanta y nos dice aún falto yo que acabe y juntándonos con Miguel en la colchoneta se masturba un rato lanzando sus chorros de leche sobre nuestros cuerpos.
Viene de short ajustado y mojado. Todos pudimos ver como ese short se metía entre sus piernas y como su entrepierna no tenía pelos. La "colorada" tiene dos hijos, está separada, tiene 38 y parece de la edad de la "negra". Solo que es más grande, más robusta, mide 1.70m, tiene grandes pechos, una cola muy firme, es linda de cara, el pelo rojizo, siempre atado con una colita, una boca muy sensual; cuando se enoja, tiene la costumbre de hablarte de cerca y te dan ganas de comerle la boca.
El caso es que una chava de nombre Edith quedaba entre las menos agraciadas, un día nos toca hacer un trabajo juntos con otras tres personas, al terminar me pidió que si no la acompañaba a su casa, ya en el auto nos pusimos a platicar de varias cosas y en eso surgió el tema de cómo en gustaban las chavas, le dije que de senos grandes, el caso es que la plática me fue calentando al grado de comenzar a desear a mi compañera la fea, nos despedimos y en el camino empecé a fantasear con ella.
De pronto note como aceleraba la velocidad y engullía más mi verga. Sus ojos me miraban, podía ver mi verga entrar y salir de su boca, sus mejillas se contarían y dilataban con la entrada de mi verga, me sonreía mientras lo chupaba. Estaba en el quinto cielo, cuando tuve mi aviso de llegada. Le dije que me iba a correr, y ella apretó con más fuerza mi verga con sus labios.
Mi hermana Alicia y su esposo Jorge tienen apenas 4 meses de casados y viven frente a mi casa, él siempre me ha parecido muy guapo y allá en mi interior lo he deseado, he soñado que él me hace suya de una manera bestial, por ello creo que se facilitaron las cosas como les voy a contar: ayer jueves por la mañana, mi esposo ya se había ido a trabajar y como yo estaba de vacaciones, pues estaba ahí preparando la comida del día, en eso toco la puerta mi hermana y me dijo que Jorge había llegado apenas y bien borracho lo más seguro es que al rato se salga a curársela
Cuando se fueron los vecinos, mi madre comento como sin importancia, que si me había dado cuenta lo pesado que se había puesto Juan. Contestándole que sí y que no se preocupara y que solo tuviera cuidado con sus admiradores, ya que era normal que la asediaran porque estaba muy guapa. Entonces no le digas nada a tu padre ya vez que es muy enojón y como no ha pasado nada para que armar un problema donde no lo hay.
Asentí con la cabeza y mi ahijada comenzó a desabotonarme la camisa, cuando llegó al último botón donde precisamente estaba mi verga totalmente rígida y al desabotonarlo necesariamente tocaba el tronco de la picha así que maniobró repetidamente pero con más intención de tocarla que de desabotonarme, me miró y decididamente la tomó tímidamente en su mano, retrajo mi prepucio y le peló la cabeza.
Así, platicando con ella en las tardes en que mi padre se retrasaba en su retorno a casa, le comenté que mi cumpleaños se acercaba y que nunca, en los 17 años que estaba por cumplir me habían hecho un regalo que me dejara satisfecho, pues me obsequiaban lo que yo había anhelado un año atrás.
Ya que mi novia estudia en otro pais, hemos aprendido a mantener viva la llama de nuestra pasion y nuestro amor con novedosas practicas que dan rienda suelta a nuestra capacidad sexual y nos mantienen unidos y muy cachondos.
El agua casi quemaba, tal y como a ti te gusta, la espuma y las sales con aroma a jazmines envolvían toda la bañera. Me coloqué frente a ti y te acercaste a mí, me besaste con pasión, tus carnosos labios devoraban mi boca, tu lengua bailaba con la mía en un abrazo húmedo. Colocaste tus piernas sobre las mías y te aproximaste más a mí, notábamos la cercanía de nuestros sexos.
Me saqué la verga y la puse a mamar a mi mujer, le cogía la cabeza y la hacía subir y bajar su boca por mi tranca, el tipo se masturbaba más, le indiqué que se sentara en la fila nuestra a una butaca de distancia y así lo hizo, mi mujer se trató de incorporar y yo la detuve diciéndole "lo hemos hablado, así que, pase lo que pase no lo arruines " siguió mamando. Alcé su falda y le mostré al tipo sus nalgas separadas por su tanga blanca, se acercó más con su verga parada y le comenzó a acariciar el culo, mi mujer mamaba más excitada entre nervios, ebria seguía chupando, la deslicé más adelante del asiento
Era una sensación única el ver mi pija atrapada firmemente entre esos dos montículos de carne coronados por dos pezones que en ese momento me parecieron más erectos y puntiagudos que nunca; el ver como mi glande aparecía y desaparecía salvajemente de entre esas moles, momentos los primeros donde de tanto en tanto recibía uno que otro lengüetazo por parte de Sandra. Mis manos entre tanto se hallaban o proporcionándole placer a su ya prominente clítoris o, igual que antes, enfrascados en el intento de introducir aunque más no sea un dedo en el único orificio que restaba explorar.
Mientras le regalaba aquellas exquisitas caricias, en el momento en que pensé que se derramaría en mi boca, él se retiró sacando su verga, que quedó abierta y expectante, queriendo ser llenada nuevamente.
Procedió a desnudarme y nos metimos en la cama. Primero me pidió que se la chupara, la tenía enorme, sobretodo gorda. Me la metí toda en la boca, lo que más me gustaba es que era muy suave y cariñoso conmigo. Después me la chupo a mí y me dijo que grande y gorda la tienes, posteriormente hicimos un 69 fabuloso. Le comí la cola mientras él me la chupaba.
Volví a besarle hasta que sus brazos que intentaban rechazarme, se enroscaron en mi cuello y su lengua comenzó a devolver las caricias de la mía, juntó su cuerpo al mío y ahí me di cuenta de que el tamaño de mi verga no sería impedimento para cumplir mi capricho.
Estaba disfrutando la muy puta de mi compañerita. En eso el hombre, que tendría unos 35 años, le toma la bombachita sacándosela por arriba del pantalón, la parte que se veía. Ahí ella di una especie de gemido. Mi verga estaba redura a esa altura con ese panorama.
Una pareja de Argentina, de viaje por Mallorca, goza de la naturaleza, los paisajes, la ciudad y de las ocasiones para echar buenos polvos y probar las incursiones anales.
Pues bien, la maestra Belén, tendría unos 28 o 30 años divorciada, sin hijos y estaba bastante buena, razón que ha había convertido en una mujer creída y a la que muy pocos galanes le habían conocido.