Guadalupe era una chica muy atractiva, como de un metro sesenta, ojos negros, pelo negro, y un cuerpo impresionante, las tetas eran enormes y bien paradas, el culo tenía el tamaño justo, ni grande ni chico.
Ser mas fuerte que las barreras sociales, que el tiempo imperdonable, que el rencor dentro de uno mismo, ser hombre.
Como un viaje de trabajo termina en algo más divertido.
La historia que quiero contarles sucedió el año pasado, en mi primer año de preparatoria, cuando tenia 15 años recién cumplidos.nunca he sido una estudiante intelectual, pues por andar siempre en el desmadre con los chicos, nunca estudió como deberia.asi pues, estaba a punto de reprobar matemáticas y con ello perdería el derecho a que me compraran mi primer auto.no estaba dispuesta a eso, asi es que empecé a buscar solución a mi problema.
Nunca me he considerado guapa ni soy muy abierta. Pero el idiota de Juan me hizo creer lo contrario. No le importaba que mi cara fuera redonda y más bien regordeta, con una nariz de punta redondeada, prominente, labios finos, pálida, pelo castaño y recogido en una coleta, ojos marrones y vulgares.
Una de las amigas de Cristina traía consigo un periódico y se dedicó a hojearlo mientras platicaban de sus cosas, en un momento dado la chica del periódico apenas seguía la conversación de las mujeres, éstas le preguntaron acerca de su distracción, a lo que contestó la aludida que en el diario venían anuncios muy curiosos, "algunos muy atrevidos", dijo, pero ante las bromas de Cristina y de la otra chica, la interesada en los anuncios dejó por la paz las hojas impresas y se metió de lleno a la plática de las mujeres.
Cuando iba a mi casa siempre se tomaba una Coca-Cola light y evitaba comer los bombones y chucherías que mi madre le dejaba en una bandeja cuando venía a dar sus clases. Mercedes parecía tener un poco complejo de estar algo llenita (Pero qué va! El pandero de Mercedes era un auténtico monumento a la belleza femenina, con una forma de pera alucinante, resaltada por su estrecha cintura.
Debo decir que en lo que se refiere a mi vida sexual yo creo que podría entenderse como normalita con una salvedad: mi promiscuidad. ¿El por qué?. No se. Quizá al hecho de que mi padre fuese escultor (aunque luego lo dejó) y era una persona muy liberal.
Luis seguía bailando conmigo acercándose a mi, arrimando su paquete a mi culo mientras bailaba, de hecho algunas compañeras me dijeron si me iba a volver a liar con él, les dije que no que ya no me interesaba, pero que tenía una buena polla y era divertido.
A veces hacer cosas que no te gustan pueden ser divertidas.
Bueno repetí el curso y para no repetir otra vez mis padres me llevaron a un centro de repaso para mejorar mis notas, al principio me queje mucho pero no había nada que hacer tenía que ir, me resigne y mirándolo por la parte buena de que al menos tendré hechos los deberes me dirigir al centro.
Ya estaba dentro de ella, su verga entraba y salía de su mojadísimo sexo, la argentina tenía las piernas muy abiertas apuntando hacia el techo de aquel cuarto de hotel, mientras él a la vez que arremetía con su miembro una y otra vez en aquel sexo abierto y peludito, besaba y acariciaba ese par de senos, grandes, duros, de pezones ahora duros y paraditos, Azul se quejaba, gemía, se acercaba al orgasmo...
Hace algunos días Roberto -mi amorcito- y yo habíamos tenido una fuerte discusión, les pondré en antecedentes que Roberto es un hombre casado y pues a mi me toca el papel más divertido: el de la otra, pero cuando se está enamorada como es mi caso no es tan divertido saber que lo compartes todas las noches con la esposa, en fin, en esa ocasión le reclamaba que no pasaba noches enteras conmigo y que era algo que ya me estaba cansando.
Era una chica sencilla, yo tenía una jefatura de laboratorios en una escuela pública, ella era del personal de limpieza, Carolina era su nombre, y su afán era ascender al puesto administrativo siguiente.
Nos besamos de forma libidinosa, frotando nuestras lenguas, haciendo que salgan al aire, y se toquen sólo en la punta, y luego nos volvemos a inundar el uno por el otro, compartimos saliva y la suave textura carnal de una lengua que te lame toda la boca. Nos besamos como en las películas antiguas, como en los anuncios, y como en las películas porno, todo mezclado.
La historia de una mujer en un día perdido en el Palacio de Versalles en la Francia del Absolutismo. Perdida en sus grandes y verdes bosques y su encuentro con un guardia del rey.
Entre a trabajar en un despacho de abogados, una firma reconocida en México, como pasante y asistente personal del dueño de la firma, un hombre de 32 años, alto, blanco, con unas nalgas super paraditas y un bultazo que le le marca sobre los pantalones que hacen humedecerse cualquiera
Mis relaciones eran todas normales por así llamarle, nada del otro mundo, muy ricas y las disfrutaba mucho pero la que viví ayer fue de otras dimensiones, no solo por las circunstancias en que se dieron sino el lugar y lo que ahí se vivía.
Resulta que un día Elena, la mujer de José (nuestro amigo de "El lado positivo") buscando algo que se le había perdido, dió "vuelta la casa" y se topó con el vibrador que su marido guardaba celosamente.
Era la tarde más calurosa del verano. Ese día estaba ansioso por verla. Sólo por verla y hablar con ella, pero ella parecía que no.