Después de todo ese ajetreo sexual yo estaba a tope, me dolían los huevos por la erección tan tremenda que no tuvo satisfacción alguna y el corazón se agitaba cuando la veía pasar frente a mí.
Si veo una muchacha que se inclina me acerco a ver si puedo ver parte de sus senos, y ni que hablar si va una mujer en bicicleta o moto, que me pongo delante de ella para tratar de ver su ropa interior.
Soy una chica de muy buen ver, delgada pero mis piernas son un poco gorditas mis nalgas las tengo duritas y paraditas, mis pechos no son muy grandes pero tampoco son muy pequeños, soy blanca de ojos un poco chicos color miel, mi boca es un poco grande y de labios gruesos, mido 1.68 m. y peso 61 kilos
Me había levantado de la cama a medianoche con ganas de ir al lavabo, mientras me incorporaba intentaba no despertar a María, que permanecía en un sueño profundo, con su cuerpo esbelto palidecido por los rallos de la luna, semidesnuda.
Ha ido por su ropa interior y su toalla, al final como siempre saldrá con ese camisón de gasa transparente color crema que enloquece mis ya difíciles doce años, ella de solo diez ya comienza a verse mujer y en particular sus nalgas me ponen en erección permanente.
Un joven mantiene una relación con una bella joven empleada de limpieza en los vestuarios de un polideportivo.
El metro de México D.F. no iba tan lleno cuando nos subimos pero en la siguiente estación subió demasiada gente que quedamos todos muy juntos.
La excusa que me dio cuando lo vi entrar a mi departamento, fue de que no había podido sacar su coche del estacionamiento porque le habían tapado el paso algún vecino despistado, así es que tuvimos que irnos en un microbús.
En esa ocasión me dijo mi novio, que te parece si vamos al cine a ver una película porno, al principio me dio un poco de temor por que si alguien nos viera, se me caería la cara de vergüenza, pero después de todo, como ya me había tomado unas cervezas en la comida, me relajé y le dije que aceptaba.
Las dos chicas no cesaban de acariciarse, besarse y rozar sus jóvenes cuerpos, cuando las caricias debido a la excitación tomaron un aire más brusco, una de ellas fue la primera en romper el hielo y dejó deslizarse una de sus manos entre las piernas de la otra, cuando pude observar como esta se estremecía en sus brazos.
Mientras me la follaba le decía que imaginara que lo hacíamos en la playa delante de todo el mundo, esto hacia que se excitara bastante y se corriera, y de que manera, cuando esta disfrutando de verdad suele tener orgasmos múltiples.
Fui a la nevera y cogí unos fresones que guardaba para la noche y empecé a mojarlos en mi leche y ha comérmelos sensualmente, sus dedos entraban y salían de su coño ha una velocidad increíble cuando de pronto se detuvieron y su cuerpo cayó encima de la mesa.
La carnicería esta regentada por dos primas de unos 45 años, una es muy fea y muy habladora, Loli, pero Carmen es guapísima, de esas mujeres que te hacen girar en cuanto las ves, y también es muy extrovertida.
Este es un relato sobre la primera vez en que un hombre ve a su mujer en la propia sala de su casa, siendo gozada por otro hombre y las cosas que después le comenta sobre la persona a la que él mas ama y como podrán ser sus vidas después de haberlo visto todo.
Me quite la ropa que llevaba, una camiseta con escote de pico hasta el ombligo que me sentaba genial y que había causado sensación esa noche y una minifalda blanca, observe mi cuerpo ante el espejo.
Eran más grandes y gordos de lo que parecía, pero sus pezones eran muy pequeños y marrones. Pesadas y algo caídas, pero no demasiado. Tan apetecibles que me metí su teta izquierda en la boca y luego la derecha, ensalivándola y casi mordiéndosela.
A los pocos minutos empecé a mover la cabeza y a succionarle la verga de manera mas confiada, me decía lo rico que sentía mi boca, mis dientes rozando sin lastimar, mi lengua, las paredes de mi boca, como chupaba queriendo mamar como un bebé, seguí hasta que saco su verga de mi boca y entonces me hizo levantar y me llevó al lavamanos...
El siguiente viernes que también me dejaron encargado con mi niñera del sexo, ella me dijo que le había gustado mucho lo que yo le había hecho el viernes pasado y quería que se lo volviera a hacer, así que nos pusimos en la misma posición ella sentada sin su ropa interior, con la falda arriba y yo arrodillado frente a ella, esta vez me enseño lo que más le gustaba y en dónde lamer exactamente.
Quería verme masturbarme con cubitos de hielo. Tengo que confesar que la idea me fascinó inmediatamente y de no haber sido por que nos faltaban tres clases, lo habría llevado a mi casa en ese mismo momento.
La semana transcurrió normal, hasta que llegó el Lunes a lo cual yo estaba ansioso de poder ver a la sirvienta otra vez.. yo en cierta forma creo que era exhibicionista no se si sea una enfermedad o algo grave (espero que no), pero me gustaba que me viera desnudo o semi desnudo la sirvienta.. quizás mostrarle mi cuerpo a ella le gustaba en cierta forma a ella y no sabía si ella y había estado con un hombre antes desnudo, lo cual pienso que no.