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Viaje alucinante

No la tenía muy larga pero su grosor compensaba la falta de centímetros, su glande rosado resaltaba sobre el color oscuro del resto de la piel, ya que brillaba debido al líquido que lo empezaba a cubrir, lo cual provocaba aquel sonido tan característicos de polla en movimiento.

Ahora se lo que me gusta

Luis gritaba, jódelo, jódelo, fóllalo, dale por culo, y no tardé en sentir su polla empujando en mi ano, no podía, los nervios hacían que no permitiese abrirme bien, a pesar de que a estas alturas estaba doblado y apoyado en los barrotes para ofrecer mejor mi culo, estuvo dando con la polla hasta meter su enorme glande, aún así no entraba, yo no sabía que hacer, volvió a llenar todo de saliva, y a empujar y empujar, de pronto se abrio y materialmente se colo dentro, sentía más dolor que otra cosa, empezo a follarme, para atrás y para delante, y pasado unos segundos comencé a sentir placer, él más, de pronto note como me llenaba de semen