Hasta que apareció un colega que me ganó con su ternura, creo que me enamoré, ¡Qué boluda! y que a él le pasó igual, andaba muy necesitada del cariño que mi ex marido nunca me dio.
En esa época pensaba en las chiquillas, sobre todo en una rubiecita de mi cuadra, pero también pensaba en chiquillos, aunque me confundía y no sabía el porque de este pensar en chicos, claro que mis pensamientos no pasaban de caricias, abrazos y besos, y todo esto sin ninguna malicia.
Como ya les había contado ella y yo ya habíamos visto fotos sobre zoo filia, cuando de repente sentí como Jonathan se metió entre mis piernas y me empezó a oler y logro lamerme un poquito, entre mis piernas esto me causo en mi un gemidito, Erika se dio cuenta y solo se metió en la casa y no dijo nada, yo me puso muy roja, pero no trate de decir nada a ella por pena y se imaginan, pensaría que estoy loca.
Me acuesta en la cama y se monta encima mio, siento el calor y la humedad de su cuquita, en mi pene, ella me besa con fuerza, y decide bajar a mis tetillas, las muerde, y pellizca, se esta vengando de todo lo que le hice, lo cual me encanta, vuelve a besarme, mientras una de sus manos baja a mi pene, lo acaricia mientras me besa por el cuello y la boca.