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Primer amor I

Primer amor I

En la actualidad, un chico de 21 años, delgado, de 1.73mt., blanquito, de ojos achinados (sin ser chino) y super lampiño.

Cómo empecé?, pués como la mayoría, en la adolescencia y más específicamente en el colegio.

Mi nombre Andy y hasta 6to grado de primaria estuve en un colegio particular, dirigido por monjas, llevando una niñez llena de principios y valores católicos, y también llena de felicidad; era un chiquillo ingenuo, inocente, de corazón puro.

Conocimientos sobre el sexo?, sí, tenía conocimientos sobre todo lo relacionado con el sexo, pero estos conocimientos se basaban en los libros estudiados con las monjitas y por ende sexo heterosexual.

En esa época pensaba en las chiquillas, sobre todo en una rubiecita de mi cuadra, pero también pensaba en chiquillos, aunque me confundía y no sabía el porque de este pensar en chicos, claro que mis pensamientos no pasaban de caricias, abrazos y besos, y todo esto sin ninguna malicia.

Al terminar el año escolar mi padre quedó en quiebra, tuviendo que vender todo: los autos, los objetos de colección que tenía y finalmente la casa.

De pronto me vi viviendo en un departamento en el centro de la ciudad, en un edificio de clase baja, en un barrio que si bien no era horrible, no tenía punto de comparación con la mansión donde vivía.

Esas vacaciones las pasé horrible, sin amigos, ya que los poco chiquillos que habían en el edificio eran como medio maliados y muy rudos, y eso a mí no me agradaba.

Luego llegó al 1er año de secundaria y como se imaginaran no era mi colegiazo de las monjitas, sino un colegio del estado, sucio y de baños hediondos.

Ahora cómo llegué al 1ro de media?, pues llegué de 12 años, de una estatura media para mi edad, delgadito, sin musculatura aún, pero eso sí bien formado, de bonitas y bien torneadas piernas, el potito paradito y redondito, la piel suavecísima y blanquísima, y ni que decir de lampiño; llevaba el pelo largo de corte hongo, color marrón oscuro, lo que resaltaba mi rostro angelical de facciones finas: ojos grandes y achinados de color caramelo, nariz ñatita, labios delgados y extremadamente rojos y unas cuantas pequitas salpicadas en la puntita de mi nariz.

En fin parecía más una niña que un niño, claro está que no era un muñeco pero tenía un aire gatuno que me hacía pertenecer a esa raza extraña de los nínfulos (lolitos).

Mis compañeros eran….. en fin había de todo; me sentaron en carpetas que eran para dos personas con un chico 3 años mayor que yo, osea de 15 años.

Qué cómo era él??, bueno el era en ese entonces más alto que yo, delgado pero bien marcado, de manos fuertes, rudo, blanco, lampiño, de pelo negro y corto, su nombre Harold, eso sí, no tenía nada de inocente, era recontra pendejo y lisuriento, poseía un rostro traviesamente atractivo, como de gato malo.

La verdad es que al principio me daba miedo su manera de ser para con todos, pero luego fue cambiando con migo, poco a poco me fue tratando diferente, con más dulzura y cariño, me defendía de los demás chicos que eran abusivos con migo, ya que como era el menor de todos y con apariencia de mujercita me fastidiaban mucho, me decían que era la niñita del salón entre otras cosas.

Ya para ese entonces me comencé a sentir atraído hacia él, le quedaba mirando largo rato sin que el se diera cuenta (era lo que yo creía), me gustaba estar siempre con él, me encantaba cuando me revolvía mi pelo y me decía como está mi niña consentida!!!, yo sólo reía y no me molestaba para nada, sentía que no lo decía por fastidiarme sino, que me lo decía de cariño; en fin sentía todo eso pero también aparecieron mis dudas existenciales, no me debían gustar los chicos me decía, pero lo miraba y me olvidaba de todo.

Un día, como el se sentaba al lado de la pared se para y me pide permiso para salir, yo justo estaba copiando la tarea atrasada que tenía en la pizarra, y me paré en mi sitio sin salir de la carpeta, arrecostándome sobre la mesa de ésta para que el pasara, pero al momento de pasar se le enganchó la chompa y que da pegado a mí y empuja hacia delante tratando de salir entre risas diciéndome que era muy potoncito y fue ahí donde siento que se le fue parando el pene por la presión que hacía contra mis nalgas y dejamos de reírnos, yo salí de la carpeta de un salto y me puse rojísimo, el salió y se fue al otro extremo del salón.

Yo estaba avergonzadísimo con el y con migo mismo porque me había gustado.

Pasó cerca de una semana y noté como el me empezaba a mirar de otra manera, ponía su cara de pendejo y me miraba las piernas y mi potito, yo me turbaba cuando me quedaba viendo de esa manera; pasó otra semana más y yo comenzaba a querer que sucediera lo de la otra vez pero nada, hasta que un día que nos tocó clase de gimnasia se la pasó todo el tiempo viendo mi potito ya que estaba con short y me quedaba cortito, por lo que se me pegaba y me hacía resaltar mis nalguitas paraditas; al finalizar la clase estuvimos copiando la tarea de la pizarra, éramos los últimos del salón y estábamos solos, el estaba que se manoseaba y se le había formado un enorme bulto en su short, yo le miraba de reojo y no podía creer que eso fuera tan grande, el terminó de copiar y acercando sus labios a mi oreja y rosándola me pide permiso, yo sentí un escalofrío por mi espalda al sentir sus labios, me levanté sin mirarlo y sin decirle nada me recosté con mis brazos cruzados sobre la mesa, quebrando mi cintura y levantando ligeramente mi culito hacia arriba, estaba temblando, el pasó despacio y colocándose tras de mí pone sus brazos fuertes alrededor de los míos sobre la mesa de la carpeta y pega su vientre a mis nalgas.

-Aahh- suelto un gemido

-Qué pasa Andy?- me pregunta sin dejar de sacar sus labios de mi oreja

-Esteeee… lo que pasa es queee… estás muy pegado… a mí

-Y no te gusta acaso…….siento riquísimo- y comenzó moverse detrás de mí

-espeeera Harold….. no teee muevas así…..

-quédate tranquilito que no pasa nada bonito

Entonces posa sus manos sobre mis caderas y me atrae hacia el, al mismo tiempo que empuja hacia adelante una y otra vez, yo sentía clarito su pene caliente y duro sobre mis nalgas queriendo romper los shorts y los calzoncillos, mientras su lengua comenzaba a lamer mi oreja y mi cuello y yo estaba con una erección de los mil demonios.

-Andy quieres ser mi niñita consentida

-Queeee……no te entiendo-yo estaba en las nubes

-Vamos es solo un juego bonito

-Yaaa pero solo un juego ah-sabía que estaba mal este juego, pero sentía rico

-Quiébrate un poquito maaaaaasss……tienes un potito de nena

De pronto escuchamos pasos que se acercaban al salón, nos sentámos rapídisimo y nos pusimos a escribir, era el auxiliar que nos decía que salgamos ya, que iban a cerrar el colegio. Salimos y en la puerta del colegio me dijo:

-Andy te espero a las 6pm en mi jato, pide permiso para quedarte el fin de semana con migo

-Pero que le digo a mi papi?

-Dile que tenemos que hacer un trabajo en grupo

-Ok…ojalá que me deje….pero qué trabajo vamos hacer?

-Ya verás el trabajito que vas hacer, eso sí me vienes bien bañada y tal queda chao

Me fui caminando hacia mi casa pensando en todo lo que había pasado, y que querría decir con lo del trabajito que quería que le haga, me empezó a dar miedo el, había cambiado, se había puesto rudo y pendejo con migo.

No entendía.

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