La deseaba tanto que al final su deseo se hizo realidad y tuvo una buena oportunidad.
Nuestros penes se fueron poniendo flácidos dentro de los culos y la leche se mezclaba en las piernas de Inés… nos quedamos dormidos sin despegarnos, apena apoyados en la cama… Belén y Mara entraron porque estaban aburridas de darse…
Cuando volví a la habitación, vi que Mara estaba acurrucada en un almohadón a unos metros de la cama y Luciano se desparramaba boca arriba en el gigante colchón. La luz del baño me dejó verlo desnudo, sin miedo.