De joven pensé que era muy celoso, pero con el tiempo me di cuenta de que en realidad lo que quería era ser cornudo. Acá les cuento como lo entendí y los primeros pasos con mi esposa, animándola a ser exhibicionista.
Cuando estuve a su altura pude ver que lo que estaba haciendo, era lo que yo había pensado; estaba meando; él ni se inmutó, giró la cabeza hacia donde yo pasaba y al verme lo que hizo, fue enseñarme la polla y ponerse a masturbarse, haciéndome señas con la cabeza para que le viera la polla; tenía un buen rabo, se le notaba que estaba empalmado, o al menos eso me parecía, ya que se le notaba algo erecta.