Tus labios sobre los míos, mi lengua en tu boca, tu mano en mi pelo, para bajar por mi hombro y apretar mis pechos. Tus dedos provocando mis pezones hacen que te abra las piernas sin siquiera pensarlo, sin importar que estemos donde estemos, sin importar que el taxista estuviera allí conduciendo mie
De joven pensé que era muy celoso, pero con el tiempo me di cuenta de que en realidad lo que quería era ser cornudo. Acá les cuento como lo entendí y los primeros pasos con mi esposa, animándola a ser exhibicionista.
Cuando estuve a su altura pude ver que lo que estaba haciendo, era lo que yo había pensado; estaba meando; él ni se inmutó, giró la cabeza hacia donde yo pasaba y al verme lo que hizo, fue enseñarme la polla y ponerse a masturbarse, haciéndome señas con la cabeza para que le viera la polla; tenía un buen rabo, se le notaba que estaba empalmado, o al menos eso me parecía, ya que se le notaba algo erecta.