Miriam, una mujer poderosa y seductora, me abro al juego del deseo, y cómo un encuentro fortuito en una noche cualquiera se convierte en el inicio de una aventura llena de fuego y promesas prohibidas.
Sentí un ataque de celos de los dos lados!, por un lado, morí de envidia al imaginar la verga de Israel penetrar a otra mujer y por otro lado, me dolió el estómago de celos de imaginar a Cecilia gozando con otra persona que no fuera yo!
Me deshice a besos y caricias con ambos, era una sensación muy cachonda estar con dos hombres a la vez, creo honestamente, que toda mujer debería hacerlo al menos una vez en la vida
Llegué al trabajo y al entrar con esa blusita semitransparente y la minifalda la gente que estaba en la recepción, empleados y visitantes se quedaron mudos dejándome pasar, admirando a esa chaparrita piernuda que dejaba ver descaradamente sus pezones erectos a través de la blusa...