Mi historia II: De viaje por Andalucía
Cada habitación disponía de un amplio portón-ventanal, cerrado por unas puertas de madera, que daba a un pequeño balcón, desde el cuál casi se podía, observar todo lo que ocurría en la vivienda situada en frente, ya que tan sólo la separaban unos escasos 10 metros.