Ya estaba aburrida de que en mi casa me estuvieran diciendo que yo era una mantenida; ellos son los culpables, mis padres y mi hermana.
Yo entiendo que mi ilustre hermana a sus 21 años genera mas ingresos que yo con mis 23; de hecho, yo no genero ingresos y sí gastos ya que no tengo preparación para trabajar en algo grande, así que aun dependo económicamente de mis padres.
Como mi hermana estudió sistemas y consiguió con mucha suerte un cargo de programadora que le pagan muy bien, es la favorita de mis padres y le permiten de todo.
Yo en cambio no me las llevo bien con ella porque es una egoísta, así que nos hacemos la vida imposible mutuamente; aunque casi siempre yo salgo perdiendo.
Un día les dije a mis padres que ella estaba en la sala haciéndole sexo oral al novio (era cierto) y me llevé un tremendo regaño por «estarme metiendo en la vida privada de mi hermana»… que ella «tiene derecho a manejar su vida, porque ya es una mujer económicamente independiente».
Como parecía que en mi casa tener dinero era suficiente motivo como hasta para andar chupando pene en los muebles sin que nadie se molestara, decidí un día que era imprescindible que yo buscara una fuente de ingresos para ya callarles la boca.
Preguntando y preguntando, buscando y buscando; después de un par de semanas estaba en una discoteca con mi novio, cuando él me dijo que un amigo le había dicho que conocía alguien en el mundo del modelaje que pagaba muy bien a chicas de buen cuerpo como yo, por una sesión de «modelaje erótico».
Yo le pregunté qué diablos era modelaje erótico y él me explicó que simplemente debíamos aparecer semi-desnudos en algunas fotos y en situaciones sugestivas; nada pornográfico… solo ligeros de ropa y en poses de pareja provocativas.
Yo no sabía que tanto confiar ya que la verdad solo tenía un par de meses con este chico.
De hecho, nuestra intimidad sexual solo había llegado también al punto del sexo oral, y aunque ya yo había tenido sexo con novios anteriores, a este le estaba dando un poco mas de tiempo.
Me dijo que podía quedarme tranquila, que era algo totalmente artístico y que no me iba a arrepentir. Acepté ir al estudio al día siguiente, pero sin compromiso … solo a ver si me decidía.
A las 4:00 de la tarde del día siguiente pasó a recogerme.
Llegamos a una casa y al tocar el timbre apareció una muchacha de color que aparentaba unos 17 años.
Estaba vestida solo con una camiseta ombliguera ajustada y unos jeans también muy ajustados y descalza; nos invitó a entrar.
Mi novio, que ya había hablado antes con el encargado del estudio, me acompañó a un cuarto donde se saludó con el tipo; este era blanco y alto, pero bastante delgado.
Aparentaba unos 45 años y estaba vestido con un pantalón de dril y una camiseta sin mangas, también descalzo.
El hombre me saludó amablemente y me preguntó si estaba lista … le dije que quería saber bien de que se trataba el negocio.
Pasó a explicarme que deberíamos quedarnos en ropa interior y tomarnos algunas fotografías en posiciones eróticas, que no era necesario el contacto sexual así que podía estar tranquila.
Que estas fotos eran distribuidas para publicidad en Europa así que tampoco tendría que preocuparme de que mis amigos o parientes me vieran en mi país.
Me siguió dando detalles, hasta que llegó a la cifra que me iba a pagar; cuando me dijo el número no quise saber mas nada … era fantástico, mucho mas de lo que yo pensaba.
Me acordé de mi hermana y mis padres y decidí enseguida que haría la sesión de fotos.
Pasamos entonces a llenar unos formularios donde decía que participaríamos voluntariamente de la sesión, sin ningún tipo de presión y mencionaba la suma de dinero que estábamos recibiendo a cambio, aunque no daba detalles del tipo de sesión que realizaríamos. Nos preguntaron algunos datos personales sobre enfermedades: «Ninguna», edad: «23»; estado civil: «Soltera»; hijos: «no»; medidas: «98-62-94»; uso de drogas: «ninguna»… y toda una serie de datos mas.
Cuando pasamos al estudio, ví en el centro una cama grande y un montón de paraguas y reflectores de luz para lograr los contrastes adecuados.
El tipo con mucha naturalidad nos dijo que nos quitáramos la ropa y nos quedáramos en interiores.
Mi novio, como si estuviera en su casa, comenzó rápidamente a quitarse todo. Yo un poco temerosa, necesite que ellos me insistieran y me animaran.
Comencé a desabotonarme la camisa y sin levantar la mirada me la saqué, luego me quité los tenis y comencé a bajarme lentamente el jean, con algo de dificultad por lo ajustados.
Ese día tenía un conjunto de encajes negro, con hilo dental.
Pude sentir como los hombres me devoraban con la mirada cuando me saqué toda la ropa y mis grandes pechos y nalgas quedaron al descubierto.
Comenzamos a sacar las fotos siguiendo las indicaciones del fotógrafo que se llamaba Luis.
Nos subimos en la cama y mirándonos siempre a los ojos nos acomodábamos uno sobre el otro, de medio lado, yo de rodillas y el de pie apoyando las manos sobre mis nalgas, luego él a mis espaldas sujetando mis brazos sobre mi espalda, y así seguimos haciendo muchísimas poses sintiendo el click continuo de la cámara por mas de 30 minutos hasta que ya yo me había acostumbrado un poco y Luis informó que iba a cambiar el rollo de la cámara.
Mi novio y yo permanecimos callados sobre la cama mirándonos y sonriéndonos, y el me dijo que yo era preciosa.
Regresó Luis y ahí fue cuando todo en realidad comenzó.
Nos dijo que pasaríamos ahora a otra etapa, que me quitara los sujetadores y lo dejara fotografiarme con los senos desnudos. Inicialmente dije que no, pero me explicaron que podía taparme los pezones con las manos.
Accedí y los ví mirarme fijo cuando me quité el brassier y mis senos saltaron libres. Yo estaba muy avergonzada, pero seguimos con la sesión.
Sin que yo me diera cuenta, la sesión fue cambiando ya que comenzó a indicarme que me dejara ahora tapar los pezones por mi novio.
Yo solo pensaba en el dinero y accedía, así que mi novio detrás mío comenzó a agarrar mis senos desnudos.
Con las instrucciones de Luis, me los apretaba y los movía en círculos, me apretaba los picos con sus dedos y se pegaba firme a mi espalda.
En uno de los cambios de posición, sentí que se demoró un poco y ya había visto una señal que Luis le había hecho con la mirada y yo no la había entendido.
De pronto se pegó de nuevo a mi espalda, con una mano me agarró un seno y la otra la bajó y la posicionó sobre mi vagina.
Traté de reaccionar y al girar me encontré con él de frente y pude ver que él estaba completamente desnudo, me quedé fría !!
Lo que siguió fue medio difícil de recordar con claridad, pero entre ambos trataron de convencerme de que debíamos posar mas desnudos para completar el trabajo. Insistí en que se me había dicho que sería solo con ropa interior, pero ellos me dijeron que «la primera parte del trabajo» era en ropa interior.
Discutimos un poco; yo seguía en hilo dental y con los pechos al aire, mi novio completamente desnudo.
Después de un rato, Luis me informó que si no me desnudaba y «avanzaba», no me pagaría un solo centavo.
Pensé nuevamente en llegar a mi casa sin dinero y caí en cuenta que para mi, esa era la prioridad del momento: conseguir dinero.
Con mucha vergüenza e indignación me quité el hilo dental y me subí de nuevo a la cama.
Mi novio estaba acostado boca arriba y Luis me indicó que me recostara a su lado y apoyara mi mano sobre su barriga.
Lo hice y de nuevo comenzó a disparar al flash; me indicaba que le diera un beso en el pecho, luego en los muslos; luego que me recostara mientras mi novio me besaba el cuello, me agarraba los pechos, también me besaba el cuello, el vientre.
La situación me hacía sentir incómoda, pero no dejaba de pensar en el dinero y seguía adelante.
De pronto Luis me dijo: «agarra su pene»; mi novio se acostó de nuevo boca arriba en la cama y yo me acomodé acostada a su lado. Muy lentamente deslicé la mano, agarré su pene que estaba medio rígido y lo miré a los ojos.
El flash seguía disparando; «mastúrbalo un poco para que tenga mas erección».
Dios mío, ya la situación iba lejos, pero comencé a mover mi mano arriba y abajo lentamente sin dejar de mirarlo a los ojos y sentí como rápidamente el pene creció en mi mano y se puso muy duro.
Yo lo conocía solo a través del zipper de su pantalón y nunca lo había visto completamente desnudo; «mírale el pene mientras lo masturbas», indicó Luis. Bajé la mirada y ví el pene rígido y mi mano abrazándolo con los cinco dedos y moviéndose arriba y abajo.
A una orden de Luis, mi novio estiró la cabeza y comenzó a lamer mis pezones mientras yo seguía masturbándolo.
Yo no estaba excitada, pero seguía pensando solo en el dinero y cerre los ojos para imaginar que estaba en otro sitio.
Luego vino otra orden: «A ver Heidy, quiero que te sientes a su lado y cruces las piernas».
Yo obedecí sentándome en posición de chinitos y seguía masturbándolo; luego la nueva orden «ahora inclínate y pásale la lengua».
No obedecí. Comencé a discutir y a decirle que ese no era el trato. Mi novio me decía que siguiera, que ya yo se la había chupado antes; yo le respondía que no era lo mismo estando solos que ante otras personas.
Al final Luis dijo: «De acuerdo Heidi, no puedo obligarte. Por favor vístete y vete a tu casa». Me aseguró que no vería un centavo si no terminaba el trabajo. Recapacité; de nuevo tomé el pene y lo masturbé unos segundos mas, y luego me incliné y comencé a pasarle la lengua por un costado de arriba a abajo. El flash comenzó de nuevo a destellar.
«Eso linda… así…. pásale la lengua por la cabeza». Yo obedecía todas las instrucciones y seguía lamiendo. «Ahora métetelo en la boca». En ese momento ni intenté discutir, sabía cuales serían las respuestas y sabía que en este momento no tenía nada a ganar a menos que obedeciera.
Comencé a chuparle el pene lentamente, sentada a su lado y subiendo la cabeza arriba y abajo mientras seguía masturbándolo. El flash disparaba sin cesar y yo seguía manteniendo parejo el ritmo de mi felación.
Después me obligaron a que me sentara sobre el pene… que me penetrara.
La historia fue la misma: discusiones, amenazas… y finalmente me acomodé en cuclillas con una pierna a cada lado del cuerpo de mi novio, agarré el pene con la mano, acomodé la cabeza en la entrada de mi vagina y lentamente comencé a bajar mientras sentía que el pene se deslizaba suave en mi interior.
Yo tenía 8 meses de no tener relaciones, así que mi cuerpo reaccionó y comenzamos a tener sexo.
Comencé a cabalgarlo un rato y ya sin mayores instrucciones de Luis, mi novio me agarraba y me estrujaba los senos que me brincaban al ritmo de mi cabalgata. Luego nos ordenó cambiar de posición asegurándome que ahora ya tenía casi asegurado mi pago.
Me pudieron en cuatro patas sobre mis codos y rodillas y mi novio se ubicó detrás de mi y me penetró.
Comenzó a entrar y salir rápidamente, haciéndome brincar las nalgas y los senos en cada nueva arremetida.
Yo tenía los ojos cerrados y los puños cerrados sobre las sábanas. De pronto caí en cuenta que ya el flash no disparaba mas; abrí los ojos y para mi sorpresa ví a la chica morena que me había recibido al llegar, ubicada al lado de la cama con una máquina filmadora grabando la escena mientras Luis terminaba de quitarse las ropas y quedaba completamente desnudo.
Le pregunté que era eso y me dijo que era el bono final para mi pago.
Entendí lo que iba a suceder y le pedí que ya no mas, pero me dijo que solo faltaba eso, que si ya había llegado tan lejos para que detenerme ahora y perderlo todo. Mientras discutíamos, mi novio seguía concentrado follándome agarrado a mis caderas y la chica filmando.
Luis se montó a la cama y arrodillado se dirigió a nosotros, se acercó a mi y me puso el pene en los labios; yo ladeé la cabeza y dije que no, pero mi novio me haló la cabeza hacia atras por los cabellos y me penetró fuertemente haciéndome gemir mientras me decía «hazlo, cariño».
Ya no pudiendo mas, abrí la boca y comencé a chuparlo también. Este pene era mas grande que el de mi novio y también creció rápidamente.
En realidad era un pene grande y grueso que no parecía hacer parte de ese cuerpo delgado. Ahí estaba yo en cuatro, penetrada y chupando pene mientras una chica me filmaba.
Me siguieron follando luego intercambiando de posiciones. Ahora me acostaron boca arriba y mi novio se acercó y me metió el pene en la boca.
Comencé de nuevo a chupárselo sintiendo el sabor de mis propios jugos vaginales, mientras ahora Luis arrodillado frente a mi, subió cada una de mis piernas en sus hombros y penetrándome comenzó a follarme.
La chica en tanto, se movía por el cuarto buscando siempre los mejores ángulos.
Luego volvieron a intercambiar y mi novio se acostó obligándome a sentar sobre él de nuevo, pero esta vez de espaldas a él.
Me ensarté en el pene y comencé de nuevo a cabalgar mientras Luis se puso de pié en la cama frente a mi y de nuevo me clavó el pene en la boca.
Ahora yo estaba cabalgando sobre mi novio y él estiraba las manos para masajearme los pechos mientras Luis me seguía follando por la boca, ya que era él quien ponía el ritmo de la mamada agarrándome por el cabello y moviendo las caderas adelante y atras.
Un nuevo intercambio y Luis se acostó, mientras yo simplemente me bajé de un pene y en la misma posición en que estaba me subí sobre en el otro; yo podía sentir el cambio de tamaño cada vez que Luis me penetraba.
Ahora Luis le indicó a mi novio que se pusiera de pie frente a mi, y luego le dijo a la chica que le entregara la cámara a él (a Luis). La chica le entregó la cámara; Luis le dijo entonces «hazlo acabar».
La chica con una tranquilidad como si se tratara de una actividad cotidiana, se montó en la cama y se arrodilló frente a mi novio.
Mientras Luis de su posición me filmaba a mi cabalgando de espaldas a él, la chica tranquilamente tomó el pene con una mano y se lo metió a la boca de un solo golpe; enseguida comenzó a chupar a gran velocidad girando la cabeza como un tornillo y la mano igual pero en sentido contrario, desde una posición en que Luis podía tomar tanto mi penetración como a la chica chupando a mi novio.
La chica no se detuvo ni un solo instante ya que su misión era clara: hacerlo acabar; y chupaba con los ojos abiertos, como si se tratara de una tarea a la que obviamente estaba muy acostumbrada.
Lo hizo acabar bastante rápido con su estilo de zorra, así que cuando mi novio iba a descargar Luis le indicó que lo hiciera en mi cara.
Mi novio me agarró de nuevo por los cabellos y masturbándose frente a mi, comenzó a descargarme sendos chorros de semen por toda la cara; Luis desde atras me había agarrado las manos para que yo no intentara taparme, así que los chorros caían libres y resbalaban por mi cuello y pechos.
Cuando hubo descargado completamente le indicó que se sentara en el borde de la cama, la chica se acercó y volvió a chuparlo un poquito mas pero solo para retirarle los restos de semen y dejarle el pene bien limpio, mientras yo seguía cabalgando sobre Luis.
Luego se retiró y con los dedos se limpió la comisura de los labios, sentándose en una silla como si acabara de hablar por teléfono o hacer algo completamente normal.
Cuando Luis se lo indicó, se levantó y vino a tomar nuevamente la cámara; Luis me hizo levantar y acostándome boca arriba, se sentó sobre mis pechos dejando mis brazos bajo su cuerpo sin posibilidad de defenderme; también se masturbó y se derramó generosamente sobre mi cara con un semen mas blanco y espeso que el de mi novio.
Cuando terminó me pasó la mano por la cara y me restregó todo el semen dejándome completamente untada. La chica no había perdido detalle de la escena.
Así acabó mi primera y única sesión de modelaje.
Me pagaron la mitad de lo que me habían asegurado, prometiéndome que el resto me lo darían después de revelar las fotos para asegurar que todo había salido bien.
Como a la semana no me había llamado, fuí a la casa y la encontré desocupada; nadie supo darme razón por los anteriores inquilinos.
Con el dinero solo alcancé a comprar una parte de las cosas que necesitaba y el resto me tocó pedírselo a mi hermana, aguantándome la correspondiente humillación.
Con mi novio ya terminé.
Mis fotos y segmentos de mi video están circulando en la internet y aun sigo buscando empleo.