Ahora mismo hay 394 series de relatos eróticos.
Las series o sagas eróticas, son un conjunto de relatos eróticos que tienen un argumento central y que son publicadas por entregas por sus autores.
Luego de sacar la tapa de adelante volví a pasar al otro lado con el pretexto de revisar los enchufes, advirtiéndole que no soltara el cable ya que iba a revisar las conexiones, esta vez al pasar hice una mayor presión en su trasero, sintiendo en mi pico la partidura de sus nalgas, deduciendo que si venía saliendo de la ducha y estaba sin sostén también estaría sin calzones.
Oh! Sabes que placer sentía, cuando tu lengua jugaba con mis pezones, haciendo circulitos... cuando jugabas a tragarte mis senos... como me excitabas.... y cuando mientras tenias mis senos en tu boca y acariciabas mi rajita, húmeda, hirviendo de placer... que grande sentía mis labios mayores a través de tus dedos... estaba completamente depilada para ti... y tus dedos se deslizaban por mi rajita arriba a bajo y luego penetrando un poco para acariciar mi clítoris que estaba duro y pulsante...
Hacía poco Gerardo había decidido abandonar el ejercicio de la abogacía para aventurarse en el alquiler de equipos y prestación de servicios computacionales, y ella había ayudado a conseguir un local conveniente en el centro del distrito comercial donde la tienda abriría sus puertas dentro de pocos días.
De un tirón me acostó y se puso entre mis piernas que abrió con sus manos. Besó mis piernas hasta llegar a mi clítoris que lamió de forma maravillosa. Me preguntó si era virgen y le dije que si, entonces metió primero un dedo y luego dos sin dejar de chuparla. Ese fue mi primer orgasmo, me retorcí de placer.
Me calenté tanto que tuve que sacarme la polla del pantalón y me masturbé con furia y desesperación y cuando entró mi secretaria me notaba encendido y mi polla me pedía a gritos que no parara, aunque al mismo tiempo me sentía apurado porque mi aroma era muy fuerte y mi agitación parecería sospechosa.
Cuando le comencé a abrasar toque nuevamente sus tetitas con mi antebrazo y diciéndole que estaba muy linda y que me hubiera gustado haber tenido una novia tan linda como ella en la secundaria, ella respondió que también le gustaría tener un novio como yo, que le pudiera enseñar muchas cosas de la vida sin lastimarla.
Contraje todos los músculos por que mi virilidad me impedía dar paso a su dedo... pero fue su lengua la que comenzó a chuparme. Notaba en contradicción permanente que aquello era placentero y que mi virilidad era cuestionada.
Grigio me tenía ensartada con su lanza de carne y me volvía loca, me tenía caliente, me hacía sentir putita lujuriosa, me había convertido en su perra salvaje, mi chocho le pertenecía totalmente, nada al mundo me podía desistir de ser poseída una y otra vez por mí dueño, por mí macho, Grigio lengüeteaba mis cabellos y mis brazos, me daba amor, me tironeaba para meterme su pene más adentro, me hacía gozar a cada instante, mi cuerpo le respondía con espasmos y convulsiones, mi chocho se contraía en torno a su verga esplendorosa y caliente, mi chocho húmedo y estrecho le pertenecía ...
La carnicería esta regentada por dos primas de unos 45 años, una es muy fea y muy habladora, Loli, pero Carmen es guapísima, de esas mujeres que te hacen girar en cuanto las ves, y también es muy extrovertida.
En el transcurso de la semana se volvía el ambiente más picante, tanto en su vestir como en su vocabulario, me decía cosas que nunca me había dicho, como que era virgen, que nunca había visto una polla y que estaba algo cachonda pero luego solo se quedaba ahí.
Me fui a bañar y ella sentada en la tasa del inodoro me charlaba continuamente de lo hija de puta que había sido su compañera, de que dormiría y mañana temprano se iría a estudiar a la biblioteca para dejarme el departamento sola y en la suerte que tenia de tener semejante físico, de lo romántico que seria para mi todo ese fin de semana etc.
A la mañana siguiente, yo desayunaba tranquilo cuando apareció ella en la cocina, vistiendo una ligera pijama de dos piezas, que aunque de mangas y pantalón largo, por lo delgado de la tela, dejaba adivinar que no tenía absolutamente nada debajo de la ropa.
Me había calentado muchas veces con esa conchita cubierta por todo ese vello que la naturaleza le dio. Había soñado con esas tetas que sin ser demasiado grandes, como me gustan a mí, eran tan perfectas, tan bien diseñadas y con unos pezones rozados que me provocaban erección de solo pensar en ellos. Y ahora la tenía a mi alcance. Parecía un sueño pero era la realidad.
Tengo que admitir que me tenia atrapado, yo ahí desnudo, con mi palo erecto y chorreante y ella completamente vestida excepto por sus zapatos. Si alguien entraba saldría muy mal de todo el asunto, me había tendido una trampa así que no me quedaba más remedio que aceptar mi derrota e intentar zafarme de esa humillación. Derrumbado caí en el sillón, ya estaba perdido.
Mis ojos se llenan de lágrimas mientras un liquido caliente, muy caliente, se desparrama dentro de mis intestinos. Rápidamente se retira, justo antes que se abran las puertas. Me hace un lado. Sin mirarlo, no quiero que me vea llorar, siento como su cuerpo pasa bruscamente por mi lado, me empuja. No sé más de él.
José Luis sólo cargaba un short que logró quitarse para quedar desnudo. Encima de ella y con su miembro erecto le coloco su miembro en la entrada de vagina, la cual estaba húmeda por la paja que Jessica se había hecho anteriormente en el baño.
Me encantó cuando la música cambió a una más suave. No nos mirábamos pero nos sentíamos en cada poro. El estaba bien excitado y eso que no me apretaba, pero lo sentía. Mi vestido era de lycra suave y además llevaba unas panty medias sin bombacha debajo, así que mi vagina dejaba fluir sus jugos directamente sobre el nylon de las medias.
Debo empezar diciendo que desde los 16 años fantaseo con mi Madre, ahora una mujer de 42 años divorciada y que siempre se ha preocupado por su físico, así que asiste a un gimnasio de la ciudad regularmente, como consecuencia un cuerpo que ya quisiera una de 20, alta de piel canela, unos senos grandes y firmes, piernas largas de muslos torneados y un sabroso trasero que me pone bien duro cada que lo veo.
La mamaba como diosa, se trabaja mis jugos y la ponía resbalosa. Luego se paro en la cama y me puso su coño en la cara, era peludo, estaba mojado y le olía a pasión, empecé a chupárselo, a comérmelo como un helado, era la primera vez que me comía un coñito tan apetitoso.
Segundos después mueve a la chica mas arriba del cofre y levantándole la falda le hace a un lado la tanga y empieza a jugar con sus dedos justo sobre su chochito... a estas alturas yo no pude resistir excitarme y cruzando las piernas, trataba de evitar la humedad que sentía que escurría de mi cosita... mi pecho estaba agitado y me sentía muy sensible...