Yo tenía muchas ganas de ir ya que Fernando me simpatiza mucho y siento cierta atracción hacia él, que se ha ido acentuando a tal grado que en la fiesta al estar bailando con él, deje que pegara su cuerpo al mío y al sentir su verga dura como por reflejo le acariciaba desde el hombro hasta el cuello y en respuesta Fernando me apretaba un poco más.
Después de varios minutos se detienen, se abrazan con fuerza nuevamente, besándose con intensidad, están tan sudados que mi esposa tiene el cabello pegado en la frente, se miran a los ojos, poniéndose de acuerdo sin mediar palabra y giran en la cama, quedando mi primo de espaldas y mi mujer sobre de él.
Ella es dentista y en verano pasa algunos días con su familia en una finca colindante a la nuestra, es unos cuantos años mayor que yo, pero siempre hubo afinidad y amistad.
Me dio mucha rabia escuchar eso, sobre todo porque no se preocupaba que yo pudiera llegar, trate de acomodarme un poco dentro del closet, pero tropecé y salí disparado hacia afuera, caí en el piso mientras mi novia de pie me miraba con cara de aterrada.
Como todas las noches el lugar estaba lleno de coches de parejas por lo que cuando una furgoneta se nos puso al lado tampoco la dimos importancia, el terminó dentro mío llenándome por completo de su leche caliente y aunque me yo no me había corrido la fiesta había terminado pues teníamos entradas para el cine y no debíamos llegar tarde.
Al pasar cerca de un polígono industrial donde las calles son bastante oscuras y tranquilas, ya antes habíamos estado en ese polígono y ya teníamos un sitio preferido, le pregunte si tenia ganas de jugar un poquito y ella me asintió con una mirada muy morbosa que hizo que me pusiera mas caliente todavía, en ese momento alzo las piernas apoyándolas en el salpicadero y comenzó a quitarse las braguitas tocándose y diciéndome:
Estaba sentado en el sofá de la casa del quiosquero, desnudo por completo, chupándole la polla, y ahora el cabrón del quiosquero, de pie delante mía metiéndome el rabo en la boca y en pelotas al igual que estaba yo, me pedía que le comiera los huevos.
Una tarde de mucho calor en que mi tío Juan tuvo que salir de la ciudad para visitar un cliente y que yo sabía que demoraría hasta la noche decidí unilateralmente tomarme el resto del día y zambullirme en la piscina en casa de mis tíos.
Me levante y camine con el mientras notaba que sus nalgas estaban redondas y duras. Llegamos hasta la mesa y el orgulloso abrió la libreta. Mi expresión, seguramente fue de sorpresa al ver que lo que Frank había dibujado era unos desnudos varoniles en posiciones insinuantes.
Que le dió frio, dijo, que si le hacía huequito en mi cama...