Yo, que lo esperaba hacía tiempo, no puse objeciones, por lo que se puso un preservativo y me hizo acostar boca arriba. Levantó mis piernas y comenzó a meter su puntita.
Después de limpiarme, me los empezó a chupar sin tocarme otra parte de mi cuerpo. La sensación era excitante y cuando con su lengua toco mi botoncito me vine casi inmediatamente. El se separó de mi, me dio un beso, procedió a vestirse para ir a la alberca, dejándome toda caliente.
Los dos tíos se guardaron sus pollas y se fueron y yo me quede un par de segundos sin reaccionar, de rodillas en el suelo de los lavabos con los pantalones bajados y el culo súper abierto por la follada y la cara llena de semen de dos tíos, y otro tío que me estaba mirando con la polla en la mano y que se había corrido mirando como me follaban.
Tan pronto como mi novia desapareció en la lancha que la llevaba hasta el barco, me acerque a Julio. Sabia que existía la posibilidad que me estuviera equivocando, pero a juzgar por su mirada al ver que Karla se marchaba la esperanza de tener algún ligue con el, creció (así como mi pene que casi se salía de la tanga azul que yo llevaba puesta).
Lo consideraba mi amor platónico hasta que tuve la suerte de quedar junto a el en un grupo de trabajo, eso implicaba verlo casi a diario durante tres meses para nuestro trabajo de curso, el era un chico fascinante, tenía una novia típico de los galanes.
Dios, el cabrón estaba empalmado, se le notaba un rabo duro y muy abultado, debía de ser una polla de grandes dimensiones, y efectivamente tenía una polla bien grande. Noté como la punta de aquel rabo rozaba mi culito, sintiendo como una corriente me recorría desde mi ano subiendo por toda mi columna vertebral. Sin poder evitarlo, solté un gemido a causa de aquella corriente que me había recorrido desde el ano por toda la columna, haciendo que me empalmara al momento.
Me tomó de la mano y me hizo seguirla. No creí lo que escuchaba, quería que la acompañara al baño donde iba a orinar ¿Me dejaría verla? El solo pensarlo hizo que se empezara a recuperar mi excitación. Efectivamente nos metimos al baño de ellos, de los patrones, al cual solo tenía permiso para entrar a limpiarlo, pero como empleado debía usar el de la clientela.
Ana, se percató de ello y con disimulo puso su mano en mi rodilla apretándola. Nos miramos y su cara me dijo que se ofrecía sin condiciones. Incómodo por la situación miré hacia el sofá y vi que Virginia y Jorge conversaban animadamente ajenos a lo nuestro.
Yo no dejaba de jadear y gemir desde hacía eones, y cuando la boca mamaba entusiasmada, sentí un estremecimiento fantástico que mi mente ausente pudo interpretar como un enorme orgasmo, orgasmo que se acompañó de la expulsión de líquidos abundantes desde mi virginal vagina.
Vivo con mi madre de 70 años que además esta un poco imposibilitada, por esto todos los sábados recibimos la visita de una limpiadora que nos arregla la casa, ella tendrá unos cuarenta años como yo pero he de admitir que es un poco gordita pero también es verdad que esas son las mujeres que me ponen a cien y siempre que tengo dinero fresco busco en el periódico algún contacto sexual con este tipo de mujeres.