Cuando mi mujer me dejó no pude afrontar solo el pago del alquiler, así que le propuse a mi hermana Lourdes que se viniera a vivir conmigo.
Yo estaba medio recostado en la pared. Álex alargó su mano y empezó a acariciarme el abdomen. Yo me excité aún más al notar el tacto de su mano acariciando mi camiseta de algodón.
Hace algún tiempo, mi novio y yo estábamos muy presionados en la universidad, él estaba terminando la carrera y yo estudiando y trabajando, por la tanto casi no teníamos tiempo de vernos, como ambos asistimos a la misma universidad, solo nos veíamos en los recesos.
Cuando llegaron las fiestas de mi pueblo, unos amigos por cierto muy envidiosos, me dijeron que me dirigiera a los cochecitos de atracciones.
Durante mucho tiempo me dedique al judo y al football americano, realmente no tenia tan mala figura, pero era en extremo tímido, unos cambios de fortuna obligo a mi familia a cambiar el giro comercial y como intento desesperado abrimos un pequeño gimnasio donde mi madre hermanas y yo trabajábamos
Un rutinario viaje se convierte en un reencuentro con mi pasado no tan lejano.
El negocio anda bien. La mayoría de los clientes son mujeres. Los tipos, casi siempre, vienen con otras intenciones y sólo atiendo a los que me gustan.
Los primos vacacionaban, fue ese año que una comunidad entre ellos fue tomando forma a la sombra de años de existencia.
Un adolescente se ve inmiscuido en la desenfrenada vida sexual de su familia, descubre a su tia con su padre, chantajea a la tia para que tenga relaciones con el y al final descubre que su propia madre tiene mucha cuerda al respecto.
Después paramos en una pornoshop, yo no las conocía y no podía evitar poner los ojos sobre aquellas fotografías y sobre todo en los dildos que exhibían, me enseñaron una sería de pechos artificiales (de silicón) y escogimos uno con el pezón bien definido y bien formados, se sentían muy reales, eran como de 350gr cada uno.