Estando solo en mi oficina, llego la señora de la limpieza. Al cabo de unas cervezas me llevaron a meterme con esa mujer que con sus 50 años y sus kilos de más, lograron hacerme pasar un momento inolvidable.
Sin querer, un hijo tiene sexo con su madre decepcionada por la infidelidad de su marido, a su vez que ella se va preparando para tener una aventura con un profesor de su hijo.
Esto me paso, cuando vivia en un pequeño pueblo, donde cada mes de julio hacen fiestas costumbristas, que al final solo es una excusa para el desenfreno...
Daniel es guapo es más chato pero es agarrado, tiene buenas piernas y es culoncito, tal vez en ese momento me di cuenta de cómo era físicamente, y ella me dice al oído espero afuera, apenas cerró la puerta, Daniel empezó a chuparme las tetas.
En la cocina, la familia Huntington comparte un desayuno tenso. James, serio, y Sophia, distante, evitan mirarse. Eleanor, elegante y maternal, intenta mantener la calma mientras aborda temas de la empresa, buscando unidad en medio de emociones contenidas.
Mi padre, tiene una hermana por parte de padre, en un valle que dista unas ocho horas de viaje por carretera, hacían muchísimos años que no se veían, razón demás y aprovechando mis vacaciones, emprendimos la travesía al encuentro
Nos levantamos y para evitar la aglomeración salimos antes de que encendieran la luz, saliendo del cine me percaté que me estaba escurriendo fluido entre las piernas, la tanga estaba mojada de lo que había absorbido; llegamos al auto y me limpié las piernas.
Soy adicto a la lencería erótica, llámese corseletes, portaligas, hilos dentales, brasieres, medias de seda, baby dolls, etc., adicción que desde el inicio de mi matrimonio encontró eco en mi esposa, ella es una hermosa mujer de 1,68 metros, 49 kilos de peso y con unos espectaculares 90-60-95, que resultan casi perfectos para cualquier clase de lencería.
No me detengo durante cada una de mis descargas de placer, al hacerse más espaciadas y suaves, me dejo caer, agotada, manteniendo su verga bien dentro de mi, sintiendo como su semen inunda todos los rincones de mi adolorido recto.