Desalentado, volví a subir a casa pensando que debía sosegarme lo suficiente para poder volver a dormir. Quizá miraría la televisión, quizá jugaría con el ordenador, o me abandonaría a la casi-vida virtual, o quizá escucharía algo de música y, casi con toda seguridad, me masturbaría con desesperación, en fin cualquier cosa que me serenase. Pero, mientras subía sudando los inacabables peldaños de la escalera, tramo tras tramo, la visión del delicioso balanceo del culito de la travestí más pequeña no abandonaba mi sobrecalentado cerebro.
A determinados niveles de poder económico se puede uno permitir disfrutar de un viaje en yate privado. Ese era el caso de Rosa y su esposo Rodrigo. Magistrada ella, Gerente de una gran empresa de asesoría financiera, él. Ambos decidieron relajarse y desconectarse de su estresante vida profesional y fletar, junto a dos matrimonios más, un precioso yate con su correspondiente tripulación, naturalmente.
Me puse a pensar en Emilia. Aunque Kuka encontrara antes las bragas, se las daría a Emilia para que tuviera que comerle el sexo. Mi única alternativa era que no encontraran nada. Emilia era una chica parecida a Kuka de estatura. Su pelo era marrón lacio y era muy morena de piel, de cara redonda y nariz respingona.
Luego compró una paleta de dulce y la lamía con avidez y dijo: "¿no se te antoja que sea tu verga la que yo estuviera chupando?". Total que le dije que si por la tarde podía verla, pero me contesto que ya eran tres visitas a su casa y que hasta su hijo se podría dar cuenta. Además de las vecinas que son tan chismosas, y para mala suerte no podía dejar mucho tiempo a su hijo por la tarde para que fuéramos a un hotel.
La secretaria que tenía unos atributos que no pasaba desapercibidos, era la única mujer que había en la empresa y ningún compañero dejó de proponerle que querían salir con ella.
Yo después de comprobar que la cavidad más deseada de la frutera estaba bien empapada, me cogí de las caderas de la secretaria, oriente con una posición bastante rara, mi gran rabo hacia la cavidad rebosante de flujo de la frutera y de una embestida, entro entera, después de un rato no muy largo me corrí dentro, cuando la saque vi como salían borbotones de mi leche del coño de aquella guarra.
En ese momento me entraron dudas acerca de si debía entrar o no. Se lo comenté a Euge y él me dijo que si no me gustaba lo que estaba por hacer no lo hiciera e incluso que si empezaba y me sentía mal que lo dejara plantado en medio de la cama, que eso estaba hablado ya con Juan y no habría problemas.
En el camino me imaginaba que ella se agachaba y me mamaba la verga pero solo platicamos, al llegar a su casa me pase y ella comenzó a buscar la dichosa medicina, a veces pasaba y me acariciaba en eso entro a su recamara y me llamo, al entrar la vi hincada con el culo al aire, me dijo que si la ayudaba y al pararse choco su trasero con mi verga, a lo que comento que en que estaba pensando
Llegó arreglada, algo maquillada, con un vestido veraniego, corto, suave, blanco, dejando ver sus rodillas. De cintura para arriba, quedaba muy holgado. No era nada para dejar volar mi imaginación, pero con poco me era suficiente. Yo estaba menos arreglado, con unos pantalones cortos de deportes y una camiseta blanca. Ella estaba muy tensa y me lo transmitía.
La di vuelta a Graxiela y le ordené que me limpiara bien mi pija con su boca, al terminar me cambié enseguida y decidí irme, pude ver como la colchoneta donde dormía su esposo está llena de mi leche y de sus jugos, ella enseguida volvo leche de su hijo sobre las manchas y salió a limpiarla como para no levantar sospechas.
Casi todos los varones habían intentando sin éxito algo con ella y de todo el personal de la empresa él fue designado para participar junto a ella y otros dos compañeros mas.
No fue nada fácil pero lo consiguió. Esta estúpida me había logrado calentar de tal manera que me dolían los cojones de la gana que se había apoderado de mí por joderla. Me la volvió a poner a tope y entonces le alcancé el forro para que me lo pusiera. Me lo puso con mucho cuidado y dedicación.
Regresamos después de la una. Tras cenar, habíamos paseado por la playa en penumbra, a la que apenas llegaba la iluminación del paseo marítimo, dejando que el agua tibia del mar acariciara nuestros pies. Habíamos estado hablando de mil cosas toda la noche; verdaderamente, Eva e Liliana estaban muy compenetradas, pero yo no me sentí excluido en ningún momento.
Antes de iniciar este relato quiero aclarar que todos los personajes principales que intervienen en ella pertenecen a la serie Slayers (más conocida aquí como Reena y Gaudi, salvo la sacerdotisa Calis). Mi intención al escribir este relato basado en estos personajes es contar con un contexto ya desarrollado a partir de la serie para desarrollar mis propias historias.
Cuando mi amiga Patricia cumplió su mayoría de edad, la invite a almorzar y pasamos un buen rato hablando de todo tipo de cosas, obviamente el tema llego a hombres y sexo.
A la vez me pidió que la acompañara a la tienda para darle opinión y luego aprovechaba de irse a su casa en mi auto. Yo ni tonto que fuera le dije que con gusto la acompañaba y así fue, allí estaba yo entrando a la tienda con ella y saludando a una amiga suya que resulto ser la dueña del local.
Se la empezó a meter despacio y cuando el negro sitió que entró la cabeza le dio un empujón que le metió casi la mitad. Mónica gritó en señal de dolor y yo le dije al negro que no la lastimara. Después ella sola se empezó a mover poco a poco. Cuando le entró más o menos la mitad, llamó al otro, para que la penetrara por la vagina. En ese momento empezó a gritar como nunca.
Salí del baño y fui a la recamara a esconderme, entré a al closet y esperaba que siguieran ahí. Ella entró sola a la recamara y estuve tentado a salir pero mi excitación era más fuerte que mi orgullo y dejé que siguiera el momento.
Creo que bajo desde mi cabeza. A la misma vez, recibí una descarga múltiple de semen en mis entrañas, en mi cara y todo se me nublo, hasta que me vi de nuevo montado y montando. Yo era montado por Arturo (por delante, en mi boca) y por Raúl (por detrás en mi culito) Yo montaba a Odaysi por detrás mientras Maggy mamada debajo de nosotros, tanto mis huevos como la almeja de Odaysi y esta lamía su clítoris con éxtasis.
Mientras pasaba la hora, no me pude contener me acosté en la cama, me desnudé, me puse la tanga de Bety que ya tenía seleccionada, roja y negra. Me mire en el espejo y me hacía una cola hermosa, redonda y firme. La tirita de atrás me apretaba y desaparecía entre mis nalgas y un triangulito flotaba por encima de mi cola eso me lo hacía mucho más sugerente.
Como podéis imaginar no pudimos decir que no, y entre los dos volvimos a follarnosla una y otra vez, por delante, por detrás, por la boca, incluso llego a hacerle a Juan una paja con sus pies, pues al parecer mi amigo es muy fetichista y le rogó que le permitiese correrse en los preciosos deditos de sus pies.
Después le saque las bragas y tras colocar un trapo la senté sobre la mesa de la cocina y empecé a comerme su clítoris, mientras recorría con mi lengua su clítoris introduje un dedo dentro de su deliciosa vagina tras lo cual, entre gemidos y gritos de placer se corrió inundando mi boca con el dulce sabor de sus fluidos vaginales, sin detenerme seguí con mi tarea bucal y caricias, tras lo cual comencé a meter un segundo dedo, luego otro y en eso sonó su celular.
Después de saludarme, Anne me explicó que había tenido que inventar esa excusa para poder verme en su casa ya que su marido nunca salía de casa si no era con ella para cenar a algún restaurante de noche. Mientras me explicaba todo esto cerró la puerta de la caseta y hecho el cerrojo, a continuación empezó quitarme la camisa, arrancando los botones con los dientes mientras que con las manos me acariciaba el torso, su lengua fue bajando por todo el tronco hasta llegar a la zona inferior.
Seguimos charlando, Clara llamo , me dio con ella, insinuando una disculpa, me dijo que no iba a ir, que fuera mañana, le pase el teléfono a Esteban, al cortar, me invito con un café, soy relativamente flaco mi cuerpo no posee músculos , como no tenía que hacer, eso hicimos, en el living, prendió el televisor y puso una película, porno gay, cuando fui a la puerta me di cuenta que estaba encerrado, fui a la cocina, se había sacado la camisa, mostrando lo que imaginaba
Siempre mis compañeras y yo, jugamos a excitarlo. Por qué a su edad, pero se le puede observar el semejante tamaño del bulto que se le marca en el pantalón, hay veces de que tan incómodo se pone que no sabe cómo acomodarse el paquete que tiene.
No terminaba de venirse el primero cuando el que me la metía por el culo me hizo a un lado para poder pararse y me ofreció también su rica lechada. Y como si los 6 estuvieran conectados físicamente, todos se pararon al frente de mi esperando su turno. Ni bien acabé de tragarme el semen del segundo, un tercero me agarró la cabeza por la nuca y como si mi boca fuera una vagina empezó a eyacular directamente en mi garganta.
El pene de Pablo se le ofrecía a Vilma como un chorizo de cantimpalo que tenía que comerse. Así que se agachó y se metió en la boca aquello, soltando el conejo de Betty para agarrar los testículos de Pablo, Pedro al ver a su mujer echada, con el culo en pompa, reaccionó como un macho prehistórico y se colocó detrás y tras subirle el vestido y subirse él el suyo, la penetró agarrándola de la cintura, y embistiéndola una y otra vez.
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