Me llamo José, tengo 29 años y estoy casado con Fernanda de 28, ella esta se podría decir que bastante buena.
Nuestras relaciones se volvieron monótonas y a mí me había empezado a gustar la idea de verla a ella con otros hombres.
Hace 15 días le dieron una invitación en la facultad para una fiesta en una casa muy grande, con parque y pileta, ella está en el último año de su carrera, y decidimos ir, se puso una blusa traslucida y muy escotada, y una pollera muy corta que casi dejaba ver el comienzo de su cola.
Cuando llegamos a la fiesta no conocíamos a nadie, en tan tremenda fiesta era imposible encontrarse con alguien, así que nos pusimos a bailar, luego de un par de horas ya habíamos tomado unas cuantas copas, y ella estaba bastante mareadita, así que nos sentamos un rato en un lugar oscuro, ahí empezamos a acariciarnos y enseguida nos subió la temperatura, yo le metí la mano por la pollera y empecé a masajear su clítoris, ella empezó a emitir leves gemidos, cuando de pronto note que al lado había un par de hombres mirándola, eso me excito mucho y le levante la pollera hasta la cintura, total ella estaba pasada de copas y ni cuenta se daba de lo que pasaba. Le separe las piernas, le corrí la tanga y le metí los dedos, ella se puso a mil, también le desprendí unos botones de la blusa y deje que sus senos se pudieran ver un poco más.
Luego de un rato de esto, me levante y le propuse a los dos hombres compartir a Fernanda, lo cual los entusiasmo mucho, la pare como pude y la llevamos a un cuarto a unos metros del lugar donde estábamos, enseguida la desvestí y quedo acostada en el piso, yo empecé a chuparle el clítoris mientras uno de ellos le lamia los pezones y el otro le metía la verga en la boca. Luego de un rato la levante y la senté encima mío penetrándola, inmediatamente uno de ellos le comenzó a lamer el culo hasta que la penetro, la empezamos a embestir al mismo tiempo y ella gemía de placer mientras el otro le metía la verga en la boca y le pellizcaba los pezones, así estuvimos un buen rato hasta que los tres acabamos y cambiamos de posición. Esto duro unos minutos y para acabar los tres nos pusimos en fila y ella se tragó el semen de todos.
Al terminar los dos hombres se marcharon cuando salieron del cuarto había cuatro más que estaban esperando su turno pero esta vez fueron más salvajes y a ella le gusto más todavía, todo objeto que daba vueltas por ahí paso por sus dos orificios, y en este caso además la filmaron.
Luego de un par de horas ella agotada se durmió, yo perdí la cuenta de cuantos la habían poseído.
Nos quedamos a dormir ahí, y al despertar a la mañana siguiente, además de nosotros dos había seis hombres en la casa, ella no se acordaba bien lo que había pasado, pero se lo refrescamos con la filmación y enseguida se calentó, empezó a tocarse lo que dio pie para que entre los siete la volviéramos a penetrar por todos sus agujeros, ella disfruto a pleno de esto, y me pidió volver a repetirlo en otra ocasión.