Mis aventuras con Balma y Luis I
Como sabrán soy bisexual declarado (habrán leído otras historias mías)
Pues resulta que en el instituto soy y fui el encargado de dar las charlas de educación sexual (el zorro cuidando del gallinero).
Es así que soy frecuente blanco de las dudas de los chavales y chavalas que estudian (bueno, que asisten) allí.
En uno de esos días se me acercó una parejita de chavales (los llamaremos Balma y Luis), muy amigos entre sí, pero no pareja, de unos 17 tiernos añitos, y (luego comprobaría) deliciosos añitos.
Pues resulta que estos chicos se conocían desde muy peques, y existía entre ellos la confianza e intimidad que da la amistad profunda y sincera.
Los describo: Balma es una preciosura de mujercita, morocha, de ojos color caramelo, cabello largo hasta media espalda, que enmarca una carita de ángel.
Labios muy sensuales, carnosos, de esos que dan ganas de morder suavemente, un par de pechos bien formados y paraditos, abdomen plano aunque con esa redondez suave que da la curvatura de la columna en las chicas delgadas, cinturita fina y unas caderas fabulosas, que rematan en un culo respingón, redondo y bien firme, aparentemente (luego comprobaría que de verdad es firme, duro y terso).
Y desde allí descienden dos piernas dignas de una modelo, con unos muslos y pantorrillas excelentemente torneados, fruto de practicar la natación de competición. En fin, un poema hecho mujer.
Luis es un chico guapo, rubio y de ojos claros, también deportista (atletismo), con dos buenos brazos, espalda ancha, abdomen plano y firme, unas buenas caderas y un culo redondo y paradito que invita al pecado. Marca un buen paquete que más adelante descubrí y describiré con detalle en su momento.
El tema que los traía era el siguiente. Ninguno de los dos tenía experiencia sexual.
Querían aprender más de lo que se puede enseñar en una charla de e.s., pero además y dada la relación existente entre ellos querían probar y desvirgarse mutuamente, para no ser dañados ni desilusionados por extraños, concientes de que no existía entre ellos atracción sexual, lo cual era una ventaja para llevar a cabo su idea.
Pero había dos problemas que los llevaron a tomar esa decisión y además a consultarme. Primero su total inexperiencia y miedos a contagios y embarazos no deseados y a sufrir dolor, sobre todo por parte de ella.
Y el segundo era que Luis no estaba seguro de sus inclinaciones sexuales.
Criado entre tres hermanas y la madre!! Y Balmita quería ayudarlo a salir de sus dudas, pero no sabían muy bien como.
Cuando me plantearon todo esto, me pusieron en un verdadero aprieto y les dije que me dejaran pensar un poco en sus problemas y buscar una solución que les permitiera llevar a cabo su idea.
Luego de unos días de maquinarlo comiéndome el coco con su problema y mis inconfesables deseos, llegué a la siguiente conclusión: era una excelente oportunidad de comerme un chochito virgen que además, dado el aspecto externo de la chavala, se me antojaba que sería un «bocato di cardenale» y volver a probar una relación homo con un chaval fabuloso, y para más inri, también virgen, y porque no hasta podría intentar un trío!!.
Total que se los plantee de la siguiente forma: yo: hola chicos estuve pensando en vuestros dilemas y creo que he hallado la solución, pero este no es el sitio para hablarlo (estábamos en el insti) así que porque no nos encontramos después de clases y nos vamos a tomar un café por ahí y lo hablamos. Ellos: vale profe.
Total que a la salida nos fuimos en mi auto a un pub, (alejado del insti. Por razones obvias) y allí se los comenté.
Yo: me parece muy bien y digno de respeto vuestra idea original y muy loable de tu parte Balma que quiera ayudar a tu amigo.
Pero me parece que erráis en el enfoque. ???? (caras de no entender)- Pues no es buena idea que dos personas sin ninguna experiencia lo hagan por primera vez, ya que sería doloroso físicamente para ambos y peligroso por la posibilidad de quedarte embarazada, o lo que es peor que sea una experiencia nada placentera y que luego tuvierais una vida sexual incompleta y mala para siempre.
Ellos: sí eso es cierto, ya hemos escuchado historias de los chicos mayores del instituto al respecto, y muchas son frustrantes. Pero y entonces? Yo: A mi se me ocurrió que yo podría explicarles muchas cosas, trucos, juegos previos, etc, pero pienso, si vosotros estáis de acuerdo, y sin compromiso de aceptación, ni necesidad de que lo decidáis ahora, que lo mejor sería que yo los ayudara físicamente.
Es decir que además de explicarles y guiarlos teóricamente, estuviéramos los tres juntos para hacerlo la primera vez. Incluso, yendo más allá todavía, podríamos hacerlo de la siguiente manera: yo sé que entre Uds. hay confianza mutua, pero también noté cierto pudor al hablar de estos temas y sonrojos por parte tuya Balmita y también tuyo Luis.
Ellos: bueno, sí, es que nos da algo de vergüenza, y nunca nos hemos visto sin ropa. Yo: por eso, una buena forma de rebajar la tensión al respecto es que estando los tres juntos, nos desvistiéramos al mismo tiempo, como jugando a las prendas.
Y luego yo les enseñara a tocarse, excitarse mutuamente vuestras partes más sensibles, etc.
Ella: hay profe, eso sería magnífico, no te parece Luis? Él: bueno, creo que sí, pero donde y cuando; no tiene que enterarse nadie, no? Yo: por supuesto sería una cosa íntima y secreta entre nosotros tres y para mí una experiencia muy enriquecedora, ya que nunca se me hubiera ocurrido llegar tan lejos en mis clases de e.s.
Ellos: pues guay, pero donde? Bueno yo tengo una casita pequeña en las afueras de la ciudad, muy bonita, con piscina, etc, y ahora que estamos en verano podríamos salir de picnic (excusa para vuestros padres y mi familia) e irnos un domingo a pasar allí el día y además de disfrutar del sol y la piscina, intentar llevar a cabo este plan.
Ellos: hay profe, eres un amor, serías capaz de eso por nosotros.
Pues claro que sí. No se hable más. Este finde no puedo, pero el otro lo hacemos.
Nos encontraremos a las 9 acá mismo. Vale? Ellos: hecho, y gracias profe.
Y así fue que ese domingo nos encontramos y fuimos para mi casita de campo.
Esta tiene un muro que rodea todo el jardín y como no hay casas altas cerca, la piscina está totalmente resguardada de las miradas ajenas.
Llegamos y luego de mostrarles la casa en su totalidad, como hacía bastante calor los invité a bañarnos en la piscina.
Fuimos todos a cambiarnos, y nos encontramos de vuelta en el salón.
Balmita estaba despampanante, con un bikini mínimo blanco que resaltaba el dorado de su piel. Sus senos escapaban del sujetador y sus nalgas resplandecían al sol, llevada por sus monumentales piernas, cuyos muslos pude apreciar en toda su kilométrica magnitud.
Casi se me van las manos a tocar ese culo hermosos, pero sabiamente aunque no con poco esfuerzo me contuve.
Y Luis se puso un short de baño de una tela tipo lycra que realzaba su culo y marcaba un paquetón de novela. También estaba bien bronceado, y también me dieron ganas de manosearlo.
Nos metimos en la piscina todos, y luego de nadar y juguetear un rato decidí salir y observar desde afuera sus evoluciones.
La verdad es que la muchacha era una sirena, no solo por su cuerpo sino fundamentalmente por como se deslizaba sobre el agua casi etéreamente.
Cuando salieron, entre el bañador blanco mojado que se transparentaba y el roce con el agua fría que había endurecido sus pezones, era un paisaje descomunal. Les dije que porque no íbamos a lo nuestro y comenzábamos tomando el sol, que a esa hora todavía no quemaba demasiado (eran las diez y media), sin los bañadores.
Me miraron, se miraron entre ellos y sin decir palabra, Balma se quito rápidamente el sujetador, de espalda a nosotros, yo la imité y me quité mi bañador, antes de tener una erección que ya notaba iba a empezar.
Entonces Luis me imitó y nos sentamos en nuestras reposeras a mirarla.
Balma metió sus pulgares en los elásticos laterales del bikini y, siempre de espalda a nosotros, inició un delicioso contoneo deslizando sus braguitas a lo largo de sus muslos.
Y cuando llegó a las rodillas lo dejó caer y se agachó a por él, poniendo su culo en pompa.
Yo, antes de desmayarme por la visión de ese culo hermoso, me paré y di unos pasos hacia ella, cuando se volteó para vernos.
Estaba muy colorada, o ruborizada, si lo preferís. Giró su cuerpo y se enfrentó a nosotros.
Era increíble.
Sus pechos desafiantes mirando al cielo, con esas areolas rosaditas coronadas por dos fresoncitos maravillosos, sus caderas perfectas, un ombliguito de lo más tentador, su mata de vello púbico goteando agua de la piscina entre esos muslos generosos.
La primera idea que me vino a la cabeza fue coger a Luis y ahogarlo en la piscina, para tenerla para mí solo.
Me giré para ver la expresión de Luis, y no hizo falta mirarle la cara, porque tenía una impresionante erección que no sabía como disimular (en bolas es imposible, obviamente) y el panorama que brindaba no era menos tentador: su cuerpo fibroso y musculado, dorado por el sol, con los reflejos del sol en sus vellos y el tremendo aparato que salía de entre sus piernas, rosado, grueso, largo (yo calculé rápidamente unos 20 por 6 cm) con un glande (está operado) descubierto, rojo y me pareció incluso palpitante (aunque esto probablemente fue mi imaginación calenturienta).
Un ruido me hizo girar en dirección a la casa, y era Balma que había corrido un sillón en su camino a la mesa para poner la ropa sobre ella.
Era el broche de oro: verla alejarse con ese bamboleo de sus melocotoncitos maduros que tenía por nalgas cubiertas de gotitas de agua destelleantes por el sol. Infartante.
Finalmente nos sentamos, cuando ya mi erección tampoco se hizo esperar más y se mostró orgullosa a los ojos de mis jóvenes y sensuales invitados.
Balma toda sonrojada dijo: chicos!! que os pasa?, mirad como os habéis puesto, y también se sentó intentando disimuladamente ocultar sus atributos, aunque ya era tarde para ello.
Bueno relajaos, y disfrutar del sol y las vistas (ja,ja) que yo voy por unas bebidas.
Cuando volví con coca para ellos y cerveza para mí estaban conversando muy animadamente.
Como que se había relajado el ambiente. Ya Luis no mostraba su erección ni Balma su turbación ante la vista hasta ahora desconocida de dos buenas vergas, y yo por mi parte había enfriado mis instintos pasando el bote frío de cerveza por mis partes.
Luego de un ratito de relax, los invité a pasar al interior de la casa, al salón ya que afuera estaba haciendo bastante calor y ya el sol comenzaba a picar, y no era cuestión de abrasarnos con el sol.
Una vez adentro nos sentamos en círculo en el suelo sobre una colchoneta muy grande (parece casi una moqueta)suave al tacto y fresca que tengo y había colocado allí cuando entré por las bebidas, enfrentados los tres contra los tres, pero muy cerca todos.
Coloqué mi mano sobre un muslo de Balmita haciéndole unas suaves caricias por adelante y por la parte interior del mismo, notando una imperceptible reacción por parte de ella y un cosquilleo en mi entrepierna mientras decía: es importante el jugueteo previo, para lograr la mayor excitación posible de nuestra pareja.
Y con la otra mano le hacía lo mismo a Luis.
Mientras seguía hablando continuaba con mis caricias a ambos, notando como se iban excitando, ella con una marcada erección de sus pezones y suaves jadeos, y él con otra erección en marcha.
Yo por supuesto también había empezado a sentirla.
Dije: ves Luis como reaccionan sus pezones?,es que son una parte muy sensible de las chicas. Y dicho esto se los pellizqué suavemente sacándole varios suspiros de placer a Balma y acelerando la erección de Luis.
Me acerqué más a ella y comencé a lamérselos, mordisquearlos y chuparlos, lo que la puso a mil. Hay Benito que me haces?.
Te gusta? Muchísimo, sigue por favor, no pensé que esto sería así.
Entonces cogí su mano y la llevé a mi polla que ya estaba alcanzando un tamaño considerable.
Que caliente!!, y que suave, y diciendo esto llevó su otra mano también hacia mi verga, e instintivamente comenzó a subir y bajar iniciando una delicada pajeada que hizo que mi erección fuera total, y con cada movimiento suyo, mi glande se hinchaba cada vez más, y estaba casi morado y con sus venas casi a reventar.
La detuve, ya que no debía correrme todavía.
Hice que Luis se acercara y ella le tomó su verga e inició el mismo vaivén de sube y baja. La cara de Luis era un poema. Les dije: dense un morreo, y tu Luis acaríciale los pechos como hice yo.
Dicho y hecho. Juntaron sus labios y sus lenguas exploraron ávidamente sus bocas, mientras Balma seguía pajeandolo y él acariciando y pellizcando sus pezones. En eso que Balma pegó un respingo y separó su cara de Luis mirando hacia la polla de este con asombro.
Cuando miré entendí el porqué.
Acababa de correrse en manos de ella. Luis profirió un suspiro y luego rojo de vergüenza no sabía como disculparse.
Ella entre avergonzada y sorprendida lo miró y me miró sin saber que decir, pero mecánicamente o por nervios continuaba su movimiento sobre esa hermosa verga, que continuaba llenando sus manos de semen.
Para cortar la tensión dije: ven a lo que me refería cuando hable de los peligros. Imagínense que esto hubiera ocurrido mientras Luis te penetraba, y él no hubiera, como ahora alcanzado a avisarte.
Sí, es cierto dijo Balma mientras experimentaba la textura del semen, con su mano izquierda sin dejar de mover la derecha sobre la polla de Luis, que seguía dura como si nada hubiera pasado.
Pruébalo, le dije. El qué, dijo Balmita.
El sabor de su semen; y le llevé su mano a su boca.
Ella lamió primero y luego introdujo un dedo bañado en semen en esa boquita deliciosa succionándolo profundamente, lo cual me puso a mil.
Era una visión increíble.
En segundos dejó su mano limpia.
No me refería a eso, dije sino a esto, y agachándome cogí la polla de Luis entre mis labios y apretándola exprimí los últimos restos de semen, esa gota espesa que sale al final, que cogí con mi lengua y saboreé contra mi paladar para luego seguir chupando esa verga deliciosamente gruesa y caliente hasta dejarla limpia y brillante.
Ambos se quedaron pasmados al verme hacerlo.
Cuando terminé volví a tragarme la verga de Luis (quería que se le bajara para `poder seguir con lo que quería) y comencé a pajearlo con mis labios y con mi mano acariciaba sus cojones duros y llenos, mientras escuchaba sus gemidos y de reojo veía como Balma se tocaba el coño, hasta que le saqué un nuevo orgasmo, esta vez dentro de mi boca.
(Fue maravilloso sentir su verga explotar y llenarme la boca de esa deliciosa leche) MMMMMMMMMMMMMhhh, que delicia, dije, con mi boca llena de su leche, y acercándome a Balma la cogí por el mentón y uní mis labios a los suyos, que se abrieron como por reflejo permitiendo que trasvasara el néctar de Luis a su boca, que ella tragó primero con miedo y luego con placer.
Para ese entonces mi verga estaba que no cabía dentro de su piel.
Como al mismo tiempo la verga de Luis había perdido su erección al mismo tiempo que puse mi mano izquierda sobre los labios vaginales, hirvientes y mojados de excitación de Balma, con mi derecha apoyada sobre su nuca la hice bajar hasta mi verga. Ella me miró interrogadora, y le dije haz lo mismo que yo.
Entonces abrió su boca y con la lengua caliente y húmeda empezó a darme una lamida sensacional que yo guiaba desde la base del glande hasta la punta, agujerito incluido, y luego hacia los huevos.
Dios, que placer el que me estaba dando esa boquita virgen, sensual y caliente.
Entonces le dije, ahora métetela adentro de la boca. Así lo hizo y comenzó una mamada sensacional, aunque casi se desencaja la mandíbula para lograr que entre en su boca, siguió chupando como si le fuera la vida en ello.
Que sensación maravillosa la que me estaba prodigando esa boquita caliente y el jugueteo de su lengua con la punta.
Por Dios me recorría todo el cuerpo una corriente increíble.
En un momento la tomó con sus manos y retiró su boca para darse un respiro.
Le dio un morreo a Luis como disculpándose, y volvió a mi polla.
Antes de que se la metiera le dije, ojo que en cualquier momento me corro, y ella jadeante me dijo es igual de sabrosa que la de él?, si es así no importa, y siguió mamando, hasta que no aguanté más y me corrí llenándole la boquita de semen, que ella saboreó como el manjar más exquisito, y pese a que se tragó todo lo que pudo no logró evitar que por su mentón cayeran dos pequeños ríos de semen que fue a parar ente sus pechos.
Era una imagen de lo más morbosa. Le dije a Luis es tu turno de probar, lámele los pechos, y este ni corto ni perezoso comenzó a limpiar de los pechos de Balma las gotas de mi semen.
Esto volvió a excitar a Balma, que bajó sus manos de nuevo a su pubis. Y que tal Luis, te gusta el sabor?. Pues la verdad es que sí, sonriendo y dándome un morreo a mí. Me separé de él y dije ahora lo que sigue es otro manjar.
Y dicho esto hice recostar a Balma y separando sus piernas comencé a besar la cara interna de sus muslos hasta llegar al borde de la vagina. lamí primero sus pelitos y luego los labios externos, para finalmente separarlos con los dedos y pasar al interior de su vulva, rosada, virginal, húmeda y caliente.
Que olor a hembra caliente, que sabrosos jugos que escurrían por esa puerta celestial.
Luego de lamer un rato sus labios menores, introduje la lengua en la profundidad del coño como si la estuviera follando con la lengua.
Dios que maravilla, el sabor de esa vagina virgen. Sentía como sus paredes apretaban mi lengua en forma espasmódica al tiempo que ella experimentaba una serie de gemidos y suspiros.
Se estaba corriendo!!, por primera vez en su vida en boca de un hombre. Para, para por favor, que me muero, me MUERO!!!!!!!!!!!SSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII!!!!!!!!!!!!1 OOHHHHHHH!!, profe, digo Benito……!!!
Sin salir del todo de mi posición, encontré su clítoris que estaba hinchado y caliente y comencé a succionarlo provocando nuevos espasmos de placer y finalmente un orgasmo prolongado que casi la deja inconsciente.
Quedó recostada sobre su espalda, despatarrada sobre la colchoneta, recuperando el aliento.
Miré a Luis y lo ví con los ojos desorbitados por el espectáculo que acababa de presenciar, con su verga enorme nuevamente erecta y mirándome como diciendo eso ocurre siempre? Y le dije adivinando su pregunta, eso ocurre cuando se hacen las cosas bien.
Ven dije y tomando sus manos las llevé a mi verga que estaba también erecta esperando un mimo.
Qué queréis que haga?
Pues comienza a menearla como hizo Balma contigo, y luego ya sabes como seguir.
Tendrás que saber si esto te gusta no? Pues sí, dijo y comenzó a pajearme.
Cuando noté que me faltaba poco para el final, mirándolo a los ojos le dije ponte de costado y chúpala, mientras yo lo comenzaba a pajear a él.
Empezó a chupármela delicadamente como había visto que lo hacía Balmi por indicación mía.
Recorrió mi tronco, lamió mis huevos, y hasta se los introdujo en la boca (yo pensé: sí que te gusta cabrón, si eres más puto que ella)
Luego volvió sobre mi pene y se lo metió de una hasta el fondo de su garganta mientras me acariciaba con fruición los cojones.
Sorbía profundamente y me masajeaba con los labios.
Aquello era delicioso.
Yo aproveché para chuparsela a él mientras llevaba mi mano entre su entrepierna y le introducía mi dedo medio en el culo, cosa que aceptó aunque se notó que le dolió un poco, pero sin embargo empujaba para meterlo más adentro de si mismo.
Su polla era una delicia de fuego y carne que ocupaba toda mi boca.
La sentía deslizarse por mis carrillos y empujarme el paladar.
Que maravilla, que cantidad de sensaciones estaba experimentando, mientras lo seguía follando con el dedo, ahora con dos.
Hasta que no aguanté más y me corrí en su boca y el en la mía. Balma se levantó y nos morreó a los dos por turnos comiéndose el semen de cada uno desde la boca del otro.
Nos fundimos en un abrazo triple y nos fuimos a la piscina a relajarnos un poco, bañándonos desnudos y luego tomando un poco de aire fresco a la sombra de los árboles.
Todavía quedaba mucho por hacer y disfrutar. Pero eso irá en el próximo relato.