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La música de los trabajadores que frota el deseo

La música de los trabajadores que frota el deseo

Me levante temprano esa mañana.

Cuando me incorpore me sentí húmeda. Pase mi mano entre las sabanas enredadas y toque mi bombacha.

Estaba mojada. Me saque lentamente la bombacha y me toque la vagina.

Ni bien llegué a mi clítoris recordé lo que había soñado. Recordé que te chupaba la pija una y otra ves mientras vos me acariciabas todo el cuerpo.

Cuando termine de recordar estaba caliente.

Me senté en el piso y me puse a pensar en que me lamias la concha(si vos), y que con tu lengua recorrías mi culo.

Mi cuerpo se empezó a agitar.

De pronto note que no había nadie en casa era el momento para masturbarme.

Me chupe los dedos un minuto y los introduje.

Comete a frotar mi clítoris.

Lentamente mis pezones se endurecieron.

Aceleré el paso, comencé a frotar con rapidez, gemí como nunca, no entendía porque estaba tan excitada.

Mire a mi alrededor. Sobre la repisa yacía la flauta de orquesta.

Miré su espesos, y su longitud.

Luego mire mis dedos, yo prefería la flauta.

Me aproxime a ella y me la introduje, estaba parada pero me deslice hacía el piso.

La flauta me penetro hasta el fondo, yo grite estaba tan excitada de pronto note que la ventana estaba abierta y luego vi que los obreros estaban cerca.

Me aproxime y bajé las persianas, pero uno se aproximo.

-Hola bombón—Me dijo—te vi masturbándote-.

Yo me sonrojé pero no me importo.

-Si todavía no acabo—Le dije pícaramente

-Queres que te ayude?…

Por un momento pensé que sería hermoso, como en mi sueño ero por otro… Lo deje pasar.

Me acostó en la cama y se puso arriba, no lo podía creer.

Se bajo los pantalones su pene era grande y estaba casi parado.

Lo toque el obrero me miro con excitación.

Me incorpore y lo lamí sabia riquísimo, el obrero apretaba mi cabeza con fuerza, luego me detuvo.

-Queres que te lama tu conchita-.

-si dale-.

Comenzó suavemente.

Su boca estaba manchada por el trabajo pero no me importaba, sus manos temblaban de pasión como las mías.

Se incorporó y agarro la flauta.

Me la introdujo y comenzó a moverla yo gemía, cada ves mas rápido y mas rápido.

Un obrero miro por la ventana y le hice señas para que pase.

Se arrodillo en el piso y comenzó a tocarme los pezones duros como piedra.

Llegué al clímax, gritaba, los hombros me agitaban, el orgasmo se aproximaba tocaron el siembre.

El primer obrero me apuñalo con su flauta y despego el orgasmo grita, era hermosa, volvieron a tocar el timbre los obreros desaparecieron.

Bajé y abrí la puerta era mi novio.

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