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Una chica ardiente se vuelve loca por otra de grandes tetas y dan rienda suelta a su pasión en los vestuarios de la piscina

Una chica ardiente se vuelve loca por otra de grandes tetas y dan rienda suelta a su pasión en los vestuarios de la piscina

Mi nombre es Joanna y vivo en un pequeño pueblo cerca de Tarragona, la historia que os voy a contar fue muy importante para mi, me ha costado un gran trabajo plasmar con palabras todo lo que sucedió hace dos años en las vacaciones de verano.

Priscila, la hija de los dueños de la piscina fue mi gran amor, mi gran pasión, nunca me había fijado en ella.

Me gustaban las chicas como Elena o María, incluso había tenido algún que otro rollito con Pablo un chico muy simpático, con el que conservo una muy buena amistad. Pero sin duda con Priscila fue especial.

Yo iba a la piscina por las tardes cuando terminaba mi telenovela favorita y me ponía mi bikini provocativo para llamar su atención.

Ella se paseaba arriba y abajo con sus grandes tetas y sus despampantes trajes, era sin duda exótica me volvía loca.

Cada día me encerraba en los vestuarios donde tenia los mayores y excitantes orgasmos de mi vida, imaginándome entre sus brazos y chupando su coño y sus grandes tetas.

Pero mantenía mi amor en secreta porque por el pueblo las chismosas de Carmen y Ali despotricaban de mi diciéndome lesbiana por todas las esquinas.

Cada día mi excitación aumentaba, cuando veía a Priscila agacharse me fijaba en su rajita y en el contorno de su exótica figura.

Se me empapaban las bragas, era sin duda la mujer de mi vida, pero sabia que nunca podría tocarla ni besarla ni hacerle el amor.

Pero un buen día que nos fuimos a bañar todos a la piscina por la noche, me fui hacia los vestuarios para continuar con mi rutina diaria de masturbación.

Pero la sorpresa fue mía cuando al entrar escuché una voz que venia de las duchas que decía mi nombre entre gemido y gemido, Joanna, Joanna, me fui acercando y me encontré a Priscila.

Nos miramos y empecé a sacarme el bikini cuando vi sus grandes tetas me descontrole me abalancé sobre ella y le chupé todo el cuerpo.

Mientras ella me introducía 4 dedos en mi coñito, fue mi primera experiencia sexual, se puede decir que con ella perdí mi virginidad, de una manera súper excitante y apasionada.

Supongo que se preguntaran como continuo la historia ¿no?.

Pues bien tuvimos un par de relaciones esporádicamente pero ella se enamoro perdidamente del secretario del ayuntamiento José y ahí terminó todo.

Ahora yo estoy viviendo con una chica de mi escuela de hípica y somos muy felices aunque no sobra decir que sexualmente no me satisface tanto como Priscila.

Quizá en un futuro podamos hacer renacer la pasión y establecer una relación seria.

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