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Paola y Elvi

Paola y Elvi

Nos encontramos a una joven pareja en un un lugar de intercambio de parejas, mi esposa iba radiante, con un vestido muy sensual cortísimo, y escotado, con zapatillas de tacon de plataforma; ellos no eran mal parecidas, y ella era una chica muy joven de senos muy prominentes, blanca, hermosa, sensual como mi mujer; estuvimos platicando un rato, sobre cosas superficiales, y luego sobre nuestros gustos sexuales, las cosas se calentaban pronto al descubrir afinidades…

Así, él sacó a bailar a Elvi, vi de reojo a mi esposa y sabía que estaba caliente, mojada; así es que sólo esperé unos minutos a que se dieran las cosas en el cuatro de baile, y entonces invité a bailar a la hermosa chica. Cuando entramos al pequeño salón, había luces apagadas, se escuchaba la música, junto con gemidos, lentamente mis ojos se acostumbraron a la penumbra, resaltando algunas parejas en el fondo que se entregaban ya al sexo…y Elvi?

Bueno, comenzamos a bailar Paola (asi se llamaba) en el centro y en un lado descubrí a una pareja: a nuestros cónyuges, ella estaba frente a frente con él, tenía mi esposa la microfaldita levantada, y él la poseía tomándola de las nalgas; era una escena prendidisima, pues mi mujer gemía y él ponía sus ojos en blanco, tratando ambos de disfrutar cada vaivén de las caderas, cada penetración; paola y yo nos quedamos un tanto pasmados por el espectáculo, casi no bailabamos sino que veíamos a la pareja, capté su excitación de la chica y le dije al oído “quieres acercarte a ellos”…ella contestó de inmediato que sí.

Casi nos quedamos pegados, a ellos, entonces ella me sorprendió un tanto y me dijo:

“pudo tocar a tu mujer, esa es mi fantasia mas ardiente, sentir a otra chica en mi piel”

Me sorprendió, y me prendió aun más la propuesta, “claro”,  le dije, al tiempo que la acercaba, ella de frente, levantándole el vestido de Elvi; Paola deslizó sus blancas manos por las caderas y nalgas de Elvi, no tardaron las dos (cada marido se ocupó de ello, al ver lo que se avecinaba) en quitarles el vestido… las dos hembras traían ligueros; inicialmente Elvi siguió dándole la espalda a ella, y quizá entendiendo el juego, se bajó a mamarle el pene a su marido, sentada en cuclillas, Paola se acariciaba a sí misma, viendo es escena, enseguida Elvia se enderezó, pero ahora dándole el frente a Paola, y jalándola hacia ella, los dos hermosisimo cuerpos se untaron, los pechos de las dos chicas se restregaba uno contra el otro, sus pubis se buscaron, sentía como ardía, tanto Paola como mi Elvi, y de pronto, las lenguas de las dos super.hembras se trenzaron en un mágico beso y reto de espadachines

Los dos hombres nos hicimos a un lado, dejando que ellas gozaran aquellos momentos, la verdad, no quise interrumpir esa escena, esa visión tan soñada por todo swinger- Lo curioso es que mientras los dos cuerpos  se comian a caricias, “tenían ya público”, que eran dos hombres y otra chica, juntos y en fila viendo al espectáculo, uno de ellos me dijo “puedo?” y, les soy franco, me negué, diciéndole “déjalas que disfruten por favor”

Momentos después, Paola me musitó, ya no puedo mas, ayúdame a venirme, quiero estallar toda; y me le pegue atrás, restregando mi pene contra sus nalgas, y mi esposa, por enfrente, tallándose toda, lo que motivó un estallido de pronóstico reservado, de los tres.

Al terminar voltee y vi a su marido en el suelo, sentado, con otra chica montada sobre él, al pie  de nosotros; que espectáculo tenia¡

La segunda aventura ocurrió un par de semanas después, Elvi se puso un vestido color gris claro, “hamponcito”, parecía una colegiala, con cabello suelto y ondulado, negro, hermoso, y esa mirada que conozco… se puso su liguero nuevo, muy coqueto. Y zapatillas de plataforma. Se veia super.

Estuvimos platicando con una pareja nueva, en eso mi Elvi dijo “voy al baño” y se paró, pero los minutos transcurrieron y nada que venía, y entonces mi pene empezó a pararse… seguramente estaba ya haciendo de las suyas por ahí… y de veras que sí, al entrara a saloncito de baile, había “espectáculo” pues dos varones estaban haciendo “sandwich” a una mujer, mientras la esposa de uno de ellos, Silvi, se las ingeniaba para tomar el pene de su marido (frente a la chica envidiada) y restregarlo contra el pubis de ella, mientras alcanzaba a acariciar los pechos de la chica “semi-violada”, que era…lo adivinaron, Elvi

Luego me confesaría Elvi que vivió uno de los momento mas eróticos, pues “me hacia para adelante y me metian la verga, retrocedía ante aquella enormidad de carne queriéndome traspasar, y entonces  otro falo taladraba mis nalgas…”

Pude participar el la parte final, cuando “el de atrás” se retiró jadeante aún; y seguimos el juego por unos minutos… él la volteó, reclinandola hacia mi, y poseyendola por el ano (posicion favorita de ella, por cierto), eran implacables sus entradas, mi Elvi exclamaba con cada embestida, pero ponía todo de su parte en las caderas para que la penetraran mas y mas..pronto estallaron ellos.

A mí me sentia que me saltaba la cabeza de ver todo eso.

Sin embargo, no nos retiramos, Ella, mi Elvi, se sentía cachonda, deseosa, estuvimos platicando mas de media horas con otras parejas, y con Silvi y su marido también; ya casi para retirarnos una chica dijo a Elvi si “podía sacarme a bailar” (?)  ella se rió, y así lo hicimos, pronto ella, una hermosa mujer, empezó a darme un agasaje de pronóstico, y cuando menos lo pensé estaba restregándole el falo en su pubis, ya no traía pantaletas; fueron momentos delicIosos

En el momento que ella se inclinó para mamarme el falo, entonces me di cuenta que su marido, ya recuperado, estaba masturbándose, con el pene afuera, frente a él, su mujer y yo; sentí algo raro, pero excitante.

Fue entonces cuando Elvi se apareció, no se como, y tomó al hombre, inclinándose para mamarlo.

No tardaron las dos hembras en estar agachadas, con las manos contra la pared, siendo poseídas por nosotros, cada uno con la esposa del otro; fueron momentos increíbles, hasta que en un  instante, ella se movió un poco hacia Elvi y quedaron casi juntas, comenzando la hermosa chica a mamarle los pechos y besarle el cuello a Elvi, quien respondía gozosa y exitada las caricias, mientras el marido seguía su labor de penetración.

Es así como estallamos los dos maridos en nuestras hembras ardientes, quienes no obstante aún prolongaron por unos minutos, ya “zafadas” de los penes, un beso ardiente y un abrazo de amigas… de amigas en todo.

 

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