Su buen corazón para conmigo VI

*Ahora viene lo mejor, Isaac, que ansiabas en Madrid, en el hotel?, que es lo que me pedías insistentemente?

+Metértela por el culo,

*pues aquí lo tienes, verdad cornudo?

+te parece bien?
-claro mi amor

+Entonces el cornudo ya te ha desvirgado?
*jajajajja, el cornudo…………….. y una mierda el cornudo, el cornudo no podría, mi culo no le daría ese gusto

+Entonces?
*no preguntes y clávamela

*Cornudo dile a mi jefe lo mucho que lo deseas
-claro cielo, Isaac métesela y hazle disfrutar por el culo lo que nunca podré hacerle yo disfrutar

*Suplícale que te ponga los cuernos una vez más
-ponme los cuernos, ella es tuya, pónmelos cuantas veces desees, me gusta verla disfrutar

*Bien cornudo, cada día me sorprendes más, el casco te va como anillo al dedo

Se ve que el bueno de su jefe tenía ganas del asunto en cuestión porque yo que estaba ojo avizor en todo momento observé como su flácida polla se erguía de nuevo pidiendo batalla.

Y dicho y echo, ella se colocó a 4 patas ofreciéndole su agujero ya no virgen a aquel macho

Al principio le costó, la erección no era suficiente y la polla se le curvaba, ella se mojaba los dedos y se los introducía para facilitarle la labor.

Entre varios forcejeos se la consiguió meter, había que ver la escena, una chica de 25 años abierta y detrás de ella un maromo de cincuenta y pico años con la barriga apoyada sobre su culo enculándola una y otra vez, era digno de verlo y yo lo vi…..; había que joderse, pero amigos era su jefe y yo el cornudo.

Los jadeos eran al unísono, yo me volvía loco, mi polla pedía ser la que estuviera en aquel preciado agujero, en ese agujero que de seguro hubiera refrescado aquel calor insoportable por el que hubiera mandado a tomar por culo el puto casco que en aquellos momentos luchaba por mantenerlo encima de mi cabeza, las rodillas me quebraban los pensamientos.

Cambiaron de posición, el se tumbó en la cama y ella encima de él pero enculada, otra vez quería darme la visión de aquello que ella prometió que no vería ni por el forro, ahora si que veía bien como entraba y salía aquella verga, y como sus manos ayudaban a subir a la buena de mi novia, el coño lo tenía completamente abierto, su vulva apuntaba a mi, como diciéndome «comeme», sus labios vaginales parecían hablarme, ven, ven, ven, chúpame pero que coño no podía…………. de hecho no podía ni pajearme, eran paranoias mentales y eso no estaba bien , tenia que estar centrado en todo momento en mi novia, por si me necesitaba…………….

Ay……. cuan lista era mi amada………. (penés)

Los jadeos seguían, ellos lo pasaban bien, y yo…. mal, pero es que esa era la cuestión y yo lo sabia y disfrutaba con ello, que coño.

Me cansé de ver su polla y no la mía entrando y subiendo, a ella la volvía loco aquello, no sabia que hacer con las piernas, se las subía encima de las de él, las bajaba, se sobaba los pezones, se acariciaba el clítoris……

Hasta que no pasó mucho tiempo y claro, a él como yo y tantos otros le llegó el tan ansiado momento de correrse.

*sigue, sigue, lléname de leche.

Él como yo, a obedecer, estaba claro y ella en ese momento notó la prisión de aquella gordota polla y se corrió también entre aullidos, jadeos, gruñidos, palabrotas………. y yo seguro que también lo hubiera hecho de no estar como estaba…………

Al fin la polla salió de su cueva, y se desplomó cuan guerrero vencido en combate, ella rápidamente saltó de la cama mientras que con una mano se tapaba su entrada para que no se perdiera nada y vino donde estaba su cornudo, me puso una pierna sobre mis hombros, y dejó que el esperma cayera en mi cara.

Hasta que no me dijo *adelante cornudo, ya sabes lo que tienes que hacer, no empecé a lamerle los restos de la corrida del otro, ni que decir tiene que yo lo hacía con esmero y gratitud aunque la primera vez que me lo propuso me eché atrás, no soy homosexual, eso está claro, pero el sabor de aquel esperma caliente, salado y ajeno sobre el agujero de mi novia hacía que me olvidase de sabores, gustos y normas de moralidad, y que coño, era el único momento en que su cornudo podía disfrutar plenamente de aquello que en otra época le había pertenecido y que ahora era de otros y les pertenecía, tan claramente como que la noche precede al día.

En ese mágico momento en que yo relamía sus jugos y los de él con cariño sonó el móvil, era el de su jefe, por lo visto tenía que marcharse y así fue.

A mi se me jodió el chollo que tenía entre manos, corrijo, entre mi boca, porque mis manos seguían atadas y bien atadas.

+Bueno Ana, siento irme tan rápido, ha sido excepcional, me alegro mucho de todo, nuestra relación va a ser todavía aun mejor si cabe, ya lo verás.

-Tan rápido?, menudo cabrón había pasado hora y media según podía ver en el reloj de la pared, y yo con un dolor de 3 pares esperando a que mi hembra se saciara para que me pudiera al menos dedicar unas palabras o alentarme.

Así que pensé, que te den por culo, pírate de una vez, pero eso no fue lo que le contesté cuando me dijo «adiós cornudo», es una suerte que seas el novio de Ana, seguro que nos vemos más veces
+Seguro, contesté yo

*No te preocupes Isaac, ya habrá más días, el cornudo seguro que te echa de menos, llegará un momento en que no soporte que no le ponga los cuernos a diario.

Eso se pude arreglar, fijo (añadió Isaac riéndose)

+claro amor, cuando quieras (comenté yo).

Se empezó a vestir mientras ella se limpiaba los restos de su corrida, yo seguía inmóvil en mi posición y con un dolor que me partía en dos el pijo, pero no por el cordel sino porque mi glande estaba a punto de explotar, apenas cabía en el puto receptáculo, me abrasaba vivo, entre eso y el cello me quería mear.

Ella me miró y yo asentí con la expresión en mi rostro de cornudo agradecido y feliz por ella y en ese momento supo que su cornudo había aguantado todo aquello por ella, que era feliz de verla disfrutar, pero que aquella posición y el mencionado artilugio estaba haciéndome mella, por las expresiones de mi cara.

*No te preocupes mi amor, no me he olvidado de ti.

Isaac se marchó, y ella lo acompaño desnuda hasta la entrada

*No te vayas a ir cornudito mío……..(me dijo sarcásticamente),

Se despidió de él no sin antes recordarle que no olvidara los diskettes zip que era a por lo que había venido.

Volvió y allí estaba yo, esperándola como me había dicho (a donde se pensaría que podría ir su cornudo consentido y humillado sin ella…….??).

*Levántate me dijo, hoy te has portado muy bien, ves como no has tenido intención de tocarte tu cosita?????
Ves……? ( me decía como cuando una madre habla a un hijo)

Y es que era imposible de cualquier manera poderse hacer algo en la posición en la que estaba y con aquello en mis pelotas.

Me desató y me fue quitando las vueltas del cordel, cuando llegó a la polla, quitó sin ninguna contemplación el cello que unía mi polla al receptáculo de plástico, me aguanté las ganas de chillar, quería demostrarle que su cornudo también era un hombre y que podía aguantar aquello y mucho más.

Cuando llegó a la punta de mi polla, dispuesta a quitarme la cápsula del huevo Kinder, se me quedó mirando y me dijo

*No, todavía no

La verdad es que mi pene estaba dolorido y deformado, puesto que se ensanchaba abajo y en la punta se estrechaba para dar cabida al puto receptáculo de plástico.

*Quieres que te la chupe cornudo?, me decía

-Si mi amor, por favor, te lo suplico, lo deseo con toda mi alma, necesito terminar.

*Pero cornudo, no puedo, tu polla está cubierta por algo de plástico que me impide introducirla en mi boquita.

Y era verdad, como tan verdad era que no tenía intención de quitármelo

*Es una pena tendrás que conformarte con que te la pele.

+claro amor, lo que tu digas.

*Así me gusta cornudo, obediente y disciplinado para conmigo.

La verdad amigos es que mi visión en ese momento era del todo ridícula, yo allí de pie, con un casco de vikingo por mi condición de cornudo y con una cápsula de plástico amarillo en mi polla…….; pero aun así no había perdido la erección, la cápsula no me la había permitido y tampoco el hecho de que mi novia estuviera allí conmigo queriéndome de la manera que me quería.

Me empezó a masturbar agarrándome fuertemente la punta de la polla y envolviendo en su puño el trozo de plástico me daba golpecitos en la punta , de vez en cuando hacía menos presión, si apretaba fuerte la presión me volvía loco, tiraba de mi polla hacia arriba y hacia abajo, ese inofensivo invento hacia el vacío en mi pene y me provocaba a la par distintas y extrañas sensaciones, pero eso si……….. todas placenteras, y es que amigos mi novia además de tener un buen corazón también tenía una prodigiosa cabeza para experimentar nuevas y formidables experiencias conmigo.

Yo permanecía inmóvil, la presión me volvía loco, mi respiración aumentaba y ella lo sabía…….. así estuvo un rato matándome de gusto, alternaba 10 movimientos suaves con otros 10 frenéticos, quería de nuevo amigos comprobar el aguante de su cornudo, pero como siempre ella me hizo fallar de nuevo, yo no llevaba el ritmo de mi masturbación sino ella y esto era condición ecuánime para controlarme en todo momento y acabar cuando ella quisiera.

Viendo que su cornudo no podía aguantar más y que el orgasmo me sobrevenía se puso detrás de mi de rodillas dándome un beso en cada glúteo y agarrándome esta vez vez como una posesa con las 2 manos, sobre el juguetito de plástico, comenzó un ritmo infernal………..

El pene parecía que se me iba a salir de la base de los testículos, era increíble, yo solo veía desde arriba sus 2 manos bajar y subir, eso si como una locomotora, mi respiración se descontrolaba, me hiperventilaba………. y el momento llegó.

Hubo unos 2 segundos muertos en los que inspiré como hasta el momento no lo había hecho, me faltaba oxígeno en mis pulmones, y con un grito indescriptible comencé a correrme motivado por la presión en mi glande, el tapón de plástico salió despedido hacia delante, como a unos 2 metros y mientras, chorros de esperma salpicaban en todas las direcciones, el orgasmo fue intenso, quizás el más fuerte que había tenido hasta la fecha, las piernas me fallaron y el casco se me cayó de la cabeza, pero no me importó estaba disfrutando de mi orgasmo.

Mi polla flácida anunció el termino de la sesión por ese día, y tras limpiar mis restos de la habitación, nos besamos apasionadamente y nos despedimos, había sido un día maravilloso para los dos.

Yo solo recordaba de camino a casa sus palabras «Muy bien cornudo, el día en que puedas volverme a follar está cerca, quizás eso te motive aun más para seguir siendo mi cornudo consentido y humillado», pero eso amigos, es otra historia…