Para iniciar les contaré que los protagonistas de esta historia somos muy reales como el relato en si mismo. Me atreví a escribir mi historia porque encontré un relato de una mexicana muy parecido al mío pero a la inversa y decidí soltar mi secreto por este medio.

La experiencia vivida y relatada aquí, es en Colombia. Soy hombre profesional de 47 años y mi ex esposa tiene 10 años menos que yo, ella ya había tenido un compañero antes de conocerme, cuando eso ella tenía 20 años y yo 30, nos conocimos cuando ella llegó a trabajar en la empresa donde yo era contador y ella secretaria o asistente del departamento de facturación, yo estaba comprometido con otra mujer y ella tenía su compañero, al principio todos la veíamos como el goce de los hombres, era muy atractiva y coqueta, conseguía lo que se proponía, coqueteaba para ahorrarse pasajes, almuerzos etc. era joven y divertida y eso la hacía más atractiva aún.

Un día la sorprendimos (la cajera y yo) en el archivo con uno de los compañeros mientras él le manoseaba sus senos, nos vieron y se les dañó la escena, ella salió avergonzada y casi no daba la cara, entre bromas dejamos el tema a un lado y las labores siguieron sin juzgar a nadie. Ese compañero de trabajo quedó perdido o atrapado en su encanto, se notaba su desespero por estar con ella, pero ella trataba de alejarlo y no dejarse ver mucho a su lado.

Pasaron los meses y Le asignaron labores para trabajar conmigo, nos quedábamos hasta tarde para entregar informes junto con otros compañeros, nos fuimos acercando por esas situaciones laborales y salíamos de vez en cuando a compartir una hamburguesa o un helado.

Un día se nos ocurrió pedir cervezas porque estaba haciendo calor y ya eran más de las siete de la noche, lo que llevó a volvernos amantes y dejamos las parejas que cada uno teníamos, pasábamos muy bueno, nos divertíamos, gozábamos, paseamos, en fin. Formamos un hogar bonito y tuvimos dos hijos, nos mudamos de ciudad por cuestiones de mi trabajo, se dedicó al hogar y yo dedicado al trabajo, ella me dijo que quería trabajar, le ayudé a buscar trabajo, pero en la ciudad eran pocas las oportunidades.

Los dos teníamos mucha confianza, compenetramos siempre, mientras hacíamos el amor dejábamos volar la imaginación, ella me contaba sus aventuras cuando era estudiante y pues eso me calentaba y fui descubriendo en mi cosas que no había sentido, me excitaba escuchar sus aventuras y a ella le gustaba.

Ella, aunque era joven y con buen recorrido en lo sexual no había experimentado la masturbación, esa parte la vino a descubrir o a explorar cuando nos hicimos amantes, muy al principio, ella decía que me lo agradecía porque era una parte que se había perdido por años.

Nos abrimos a un mundo divertido de secretos, ella me contó que en el colegio para pasar una materia tuvo que acostarse con el profesor de química, que era un viejo gordo con esposa, que dos veces lo hizo y pudo pasar la materia, me contaba con detalles de lo pequeño que lo tenía y que no había gozado nada, pero no se sentía sucia ni nada de eso.

Al portero del colegio le sacó unos tenis costosos de marca todo por una noche de sexo, dice que el tipo se quedó dormido con el primer polvo de la noche y ahí mismo le dio sus tenis, era una chica loca decía, cuando me contaba sus aventuras se me ponía dura la verga y ella se daba cuenta que me gustaba y no la juzgaba, era libre para contarme lo que a nadie le había podido contar, yo sentía que ella me amaba y yo la amaba cada vez más.

Una noche me contó que la vez que la sorprendimos en el archivo con el compañero de trabajo, (recuerdan?) ella tenía muchas ganas de tener sexo con el riesgo de ser descubierta pero que él no se animó, que esa vez se dejó meter los dedos varias veces para que él pudiera oler su vagina pero que no se animó a más, fue a él quien le dio susto, ella dice que se excitó mucho cuando mi compañera y yo los descubrimos que tuvo el pensamiento por un momento estar desnuda para los tres en ese rincón del archivo, pero las cosas no se podían dar, entonces mejor salió de ahí con la vergüenza a flor de piel.

Cada vez, cada noche nos compenetrábamos más, nos sentíamos muy unidos. Yo le contaba de mis fantasías y ella decía que sería bueno poder hacerlas entre los dos. Un día le conté que en mi juventud un par de vendedoras puerta a puerta pasaron por mi casa (la casa de mis padres) a ofrecer electrodomésticos a crédito y esas cosas y que yo aproveché que la casa estaba sola y quise cumplir una de mis fantasías que era estar desnudo ante varias mujeres desconocidas sin llegar a hacer nada, solo exhibirme y ya, y así lo hice, (me hice el dormido desnudo en la cama de la habitación que tenía ventana a la calle y mientras las observaba por el espejo del tocador que estaba de frente a mi, ellas miraban y volvían a mirar, y regresaron a tocar la puerta más duro para que les abriera y poder ofrecer su venta pero en realidad era para verme la cara, así lo hice me envolví en la toalla y les abrí, pero me hice el dormido trasnochado y se fueron sin insistir mucho) mientras le contaba eso ella estaba metiendo sus dedos en su vagina masturbándose de una manera tan sensual que aun tengo ese recuerdo de su cara de excitación.

Nos contábamos nuestros deseos, ella decía que quería que la acompañara a un bar donde hacen striptease y que yo le dijera al dueño al dueño del lugar que le permitiera a ella, mi esposa, hacer una baile en esas barras para otros hombres, desnudarse y ver como causaba excitación, ella tiene un cuerpo fenomenal. Le dije que teníamos que hacer eso un día. También me dijo que uno de sus deseos era poder ir a un lugar de dos habitaciones y ella tener sexo con otro hombre y yo con la esposa de ese otro hombre en habitaciones separadas con las puertas abiertas.

A ella le encantaba que le vendara los ojos y así imaginarse otros cuerpos, ella le ponía mucha chispa a la relación. Un día salió con una de mis hermana a una finca, los niños estaban pequeños y la tía los sacaba a pasear y ella dijo que quería ir al rio que quedaba cerca a la casa, nadie la quiso acompañar entonces se fue sola, que estando bañándose vio a lo lejos un muchacho cortando leña y se acordó de mi locura de estar desnudo frente a esas vendedoras y ella quiso hacer lo mismo, se desnudó completamente para que le muchacho aquel la viera desde el otro lado, dice que fue tanta la calentura que le dio ver a ese chico tratar de disimular y no poder alargar sus ojos para disfrutar del momento, que empezó a masturbarse sentada sobre una piedra grande, teniendo cuidado que por el camino que lleva a la finca no llegara nadie, ella dice que deseaba tanto que ese muchacho atravesara el rio y la penetrara como puta, pero el chico tal vez inmaduro se asustó y solo acertaba agacharse disimulando recoger leña mientras observaba aquella escena, ella tuvo su orgasmo, se vistió y regresó a la finca, al otro día en la mañana hicimos el amor tan delicioso mientras le escuchaba su historia sexi de la finca y el rio.

Todo marchaba bien, dijo que conmigo descubrió la libertad de pensamiento y decía que le encantaba como le acariciaba los senos, que nadie antes la había hecho sentir tan plena y le creía. nos compenetrábamos mucho incluso con solo mirarnos ya sabíamos lo que el otro pensaba, no solo en el sexo también en la educación de los muchachos.

Un día muy temprano yo iba para el trabajo y ella estaba en pijama (dormía en pijama de bata sin calzones) justo llegó un muchacho a revisar de rutina la conexión del gas domiciliario que ya estaba programada; nos miramos y de una el morbo nos invadió a los dos, yo me despedí de beso y ella se quedó atendiendo al técnico, pero los niños no iban al colegio ese día.

Toda la mañana estuve super excitado en el trabajo pensando qué habría pasado, ni ella me escribió ni yo tampoco, para ponerle más morbo a la mañana.

Tuve que esperar hasta la noche para hablar del tema, fue genial escuchar de su boca la manera como sedujo al muchacho, no pasó nada más allá de tal vez causarle una erección dijo.

El no demoró mucho en su revisión, pero mientras hacía su trabajo ella le preguntaba alguna cosa con el pretexto de agacharse en posición de cuclillas y abrir las piernas «accidentalmente» para que viera su vulva de manera rápida, que lo hizo tres veces y las tres veces él cómo podía bajaba la mirada o hacia que no veía, los muchachos (mis hijos) jugaban en el corredor de la casa mientras todo eso pasaba, no pudo ir más allá.

Le dije mientras me contaba que si le hubiese gustado tener sexo con él, me dijo que si, pero no por lo atractivo sino por la picardía que causaba. No pasó nada me dijo que si la amaba y le dije que claro que nada de esas cosas podía hacer que la dejara de amar porque la confianza era tan grande que nada podía separarnos.

Después de un tiempo encontró trabajo, después de varios años de actividad en casa, ingresó como empleada en una casa para jóvenes estudiantes de secundaria la cual era dirigida por dos curas de la parroquia. Ella estaba muy entusiasmada por su nuevo trabajo, le tocaba duro, pero valía la pena pues ya tenía sus propios ingresos.

Uno de los curas, el más joven, peruano, por cierto, que manejaba el presupuesto y dirigía la casa para los jóvenes estudiantes, se hizo nuestro amigo cercano, él fue muy amable con mis hijos, estaba atento a la familia y se ganó el cariño de todos en casa, ella un día lo invitó a almorzar y de repente noté que ella le miró el paquete al cura y se sonrió (estaba en un pantalón ajustado). Desde ahí todo empezó a cambiar, ella más desinteresada en la casa y conmigo, ya no hacíamos el amor seguido, ya no tenía tiempo para la familia.

Un día salimos de paseo en familia junto con los estudiantes de ese lugar y los curas, era como a una hora de la ciudad en una casa campestre, el cura peruano era un buen fotógrafo y a todo lado con su cámara y capturas de paisajes encantaba a la gente, observé que le tomaba muchas fotos a mi esposa de manera casual, o mientras caminábamos o sentada o corriendo, también al paisaje y a sus muchachos del hogar.

De repente mientras caminábamos ella se clavó una espina en un pie, que le hizo sangrar bastante y le había atravesado la gema del segundo dedo del pie; como sangraba por el pinchazo, inmediatamente tomó la camioneta, ella se subió y la llevó al hospital del pueblo (una hora de camino) eso fue en la mañana, llegaron cuatro horas después con el pie vendado y con la curación que le hicieron, la llevó al hospital.

Yo me quedé preocupado no por la herida de su pie, sino por la herida que ahora estaba empezando a abrirse en mi corazón, cuando llegaron todo fue normal para los demás menos para mi. Poco a poco me fue apartando de su vida.

De repente un día apareció con una bicicleta todo terreno, nunca le quise preguntar cómo la había comprado, pero ya lo intuía. Así podía salir a hacer deporte en su bici nueva todas las tardes después de las seis. Al mes siguiente ya había cambiado la lavadora por una nueva de más capacidad, tampoco le pregunté por su origen.

Yo tomé la decisión de irme a dormir al cuarto de enseguida, mis dos hijos siempre dormían en la última habitación. Yo no aguanté y le reclamé varías veces, pero ella siempre callaba, no me decía nada, le dije que tratáramos de hablar, que todo tenía solución en la vida, que no echáramos a la basura tanto amor que había, que yo sabía que estaba enamorada del cura pero que nos fuéramos, que buscáramos ayuda, pero ella solo decía que yo estaba loco y me esquivaba.

Una noche desde mi cuarto, escuché susurros en su habitación (no tenía puesta sino una cortina) me levanté suavemente y corrí la cortina para observar lo que pasaba, la luz de su móvil iluminaba parte de su cuerpo en medio de la oscuridad, estaba desnuda totalmente, tenía los audífonos en sus oídos, hablaba con alguien, la luz del móvil no la dejaba ver el resto de la habitación, era casi media noche, todo estaba en silencio, todos dormían menos ella.

Se acariciaba los senos con una mano mientras con la otra sostenía el móvil, estaba acostada boca arriba con la piernas encogidas y medio abiertas, las cerraba y abría con un movimientos lentos y turnaba su mano libre para acariciar su vagina y sus senos, la escuché decir: quiero que me las chupes, que me beses toda… y otras que no entendía bien por lo bajito que murmuraba.

Yo entré en un transe raro, mi corazón latía a mil, mis piernas temblaban, mi pene estaba erecto como nunca, tan duro que sentía palpitar mi corazón en él. era la rabia, la desilusión y el morbo haciendo fiestas en mi mente.

Pensé en entrar y encararla, pero quería seguir escuchando más y más, su respiración era fuerte, duró más de quince minutos hablando y pidiendo más, mientras se tocaba, pude sentir su gemido de orgasmo cuando logró culminar. Descansó un rato y yo me retiré a la cama porque creí que me había visto, pero al rato escuché risas tenidas para no hacer ruido.

Yo tenía una erección que no había sentido en mi vida, de repente sentí una sensación de orgasmo que no había sentido jamás, como eyacular en seco o no se, me toqué y estaba tan mojado que de mi bóxer estaba empapado, me lo quité y quise tocarme mientras ella hablaba.

Ella desconectó sus auriculares y siguió viendo imágenes en el móvil, alcancé a ver el cuerpo del cura desnudo, con su pene grande y duro, le había enviado fotos y me imagino que ella a él también, la cama estaba muy cerca a la puerta, solo era correr la cortina y ahí estaba todas esa imagen.

Ella continuó tocándose mientras miraba esas imágenes yo estaba tan caliente que podía sentir que mi sangre hervía en mi cuerpo, juro que no toqué mi pene mientras la veía, solo mi corazón latía a mil y tuve un orgasmos muy extraño, eyaculé en la cortina, no hice ningún ruido, ella jamás se enteró de ese hecho.

Regresé a mi cama y me masturbé para lograr otro orgasmo ya acariciándome desnudo una y otra vez hasta que me dormí. me despertó un dolor en la base del pene, después lloré de sentimiento, pero entré en un mundo extraño de sensaciones inexplicables, quería verla penetrada por ese cura desgraciado, quería ver todo lo que eran capaces de hacer, quería verla como toda una perra en celo, verla gemir en brazos de ese hombre que rompió años de confianza y amor, pero me ganó el miedo y no le dije nada, ella ya no me amaba y quería liberarse de mí, se había enamorado de otro, después de tantos años.

Un día dejó abierto el correo electrónico en al computador de la casa que usaban mis hijos para estudiar, sin querer mi hijo el mayor me dijo que estaba muy lento, lo revisé y ohh sorpresa al ver ese correo abierto, no pude con la tentación y lo revisé de arriba abajo pero no encontré nada raro, pero por ser cuenta asociada as u móvil, pude ver la actividad de asociada a maps, las visitas que ha realizado durante todo el tiempo mientras llevaba el celular consigo y casi me desmayo cuando en esos meses de crisis había visitado la ciudad cercana (a 3 horas de distancia) durante 5 ocasiones de las cuales tres tenían visitas a un hotel en particular llamado Abadía.

Para esa ocasión ella decía que iba a capacitaciones o compras salía en la madrugada y regresaba de noche a casa, con el permiso que le daba su jefe (el cura) en el trabajo. Sentí morir porque nadie gasta en un buen hotel solo para unas horas a menos que sea algo muy especial y sexual, de ese tema nunca le hice reclamo, siempre me quede callado.

Mi mente no descansó, un fin de semana ella dijo que llegaría tarde porque estaban en inventario, yo sabia que eran excusas. por fortuna la casa o el hogar de paso donde ella trabajaba daba junto a una construcción abandonada y la cancha justo daba a la cerca de esa casa abandonada, y un árbol grande hacia sombra y era buen escondite para ver desde ese punto hacia el interior del hogar de paso y no ser descubierto.

De entrada vi que el cura estaba haciendo deporte con tres de los chicos del hogar que se habían quedado aún los demás habían salido a sus casas por vacaciones.

Al llegar ella, el cura paró el juego y dijo hasta aquí podemos jugar muchachos, ellos se quedaron un rato en las gradas de la cancha hablando bobadas mientras el cura tomó agua y entró al interior de la casa, solo observaba a mi mujer que movía cosas de u lugar a otro, pasaba por el balcón del segundo al primer piso.

Al rato salió el cura y les paso dinero a los muchachos para que saliera a tomar algo a la tienda, con su plan perfecto para hacer lo que me imagino ya tenían planeado.

Ellos salieron a tomar su gaseosa y el cura y mi mujer subieron cada uno al segundo piso en minutos diferentes, mi corazón latía como locomotora y mis piernas temblaban, sabía que lo que vendría sería terrible, pero aguanté.

A los cinco minutos pude ver que estaban juntos porque el balcón en la parte del piso tiene un espacio estaban retirados y solo se les veían los pies, dolor y calentura me llegaron al ver cómo sus pies de frente y entrecruzados y ella levemente empinada frente a él, sus pies hacían movimientos lentos hacia adelante y hacia atrás, de repente sus licras caen hasta la altura donde me permitía ver el balcón y el pie del cura pisaba la licra para poder ayudar a que sacara sus piernas de ella, ya la tenía para él.

En poco los dos se acercan al balcón (era el balcón de atrás del hogar de paso que daba ala cancha y pero los vecinos de algunas casas podían verlos si estaban en sus patios) la escena fue terrible para mi, ella puso sus codos en el balcón mientras él la cogía por detrás, era ese movimiento repetitivo que hace que el morbo estalle, yo tenía nuevamente ese sentimiento de dolor y placer desesperado, nuevamente me vi envuelto en una erección extraña de esas que se viven pocas veces, que se pone tan duro el pene que se siente reventar, mientras ellos tenían sexo en ese balcón yo me masturbaba para no morir.

En cuestión de dos minutos mas o menos ella se da vuelta y se pone frente a él, lo besa y levanta una de sus piernas para que la penetrara de pie y de frente, ahí vi como él hizo un movimiento final de eyaculación y casi desmayo, ella se río en casi burla, él se subió la pantaloneta que llevaba y bajó al primer piso de una sola vez (estaban tocando la puerta los muchachos), ella con paciencia subió su licra y entró a la casa.

Yo después de dos masturbadas en menos de cinco minutos me regresé a casa porque era día laboral y no podía perder tiempo. Me fui desconsolado, decepcionado, pero con esa sensación que es inexplicable de sentir placer al ver a la mujer que se ama en otros brazos y teniendo sexo como animal con otro hombre.

El tiempo paso y un día ella se me acercó para buscar sexo, tal vez por lástima, yo caí de la emoción, todo fue bonito ese día, sexi, sexual y tierno, caricias y besos, sin reproches, hasta que se puso en cuatro como siempre le gustaba y ahí acabó todo, sentí un olor que no era el de ella, que no era el mío y que no era normal, ya no olía a sexo rico (pudo haber olido a semen y me hubiera excitado tal vez) pero no olía a algo dañado, no se si fue sugestión pero creo que al tener sexo anal y vaginal sin cuidado con el cura le produjo infección o le daño lo rico que siempre olía, ya no era mi mujer, ya no olía rico, ya no sentí emoción. La dejé ahí en su posición favorita y le dije NO, ya NO, acá terminó todo, los años bonitos ya ahora solo serán recuerdos.

Me fui de la casa con el dolor y el trauma que eso conlleva, mis hijos viven con ella aunque ya están grandes uno terminando bachiller y el otro en la Universidad.

Con el tiempo supe que él le prometió llevarla a su país y allí serían felices sin prejuicios, pero no fue capaz de dejar el sacerdocio por ella, la dejó plantada y sin amor. Ahora ella ha tenido varios maridos y yo me fui de la ciudad ha rehacer mi vida.

Esa situación despertó en mí el deseo de ser cornudo, de ver a mi actual pareja teniendo sexo loco con otros hombres, eso me excita a tal manera que mientras escribo estas letras estoy muy mojado.

Cuiden sus parejas y no sean infieles, compartan hasta los más sucios deseos, las más bajas pasiones, las fantasías más locas y no serán infelices.

Posdata: mi actual pareja es multiorgásmica y tenemos sexo muy delicioso pero no puedo contarle mis deseos aunque quisiera hacer lo que de joven no hice.