Dentro del grupo de mis amigos se encuentra Graciela, una de mis mejores amigas, ella es morocha de unos 1,75 m. y con unos labios carnosos y un culo chico y redondito, cuando empezó esta historia con Graciela, ella estaba de novia y no podía salir con nosotros porque el novio no quería, de tanto joderla, una noche se escapó después de que el novio la dejara en su casa y la pasamos a buscar.

Esa noche nos divertimos a lo grande y a la vuelta me encargué de dejar a mis otras amigas primero, dejando a lo último a Graciela por vivir cerca de mi casa.

Paré el coche en la esquina y le pregunté por quería salir sola, lo que me respondió que su novio no iba a entender que ella podía divertirse con sus amigos.

Le pregunté si quería salir una noche solos, aceptó enseguida, pero me advirtió lo de su novio y me pidió que no se tenía que enterar nadie.

Después de despedirme y cuando iba a bajar del coche, le dije que le tenía que decir algo, inocentemente se dio la vuelta y es ahí que le di un beso en sus hermosos labios, esperaba que no reaccionara bien, pero embargo, recibí la hermosa boca de Graciela que se abría para pudiera introducir mi lengua, entonces suavemente con las dos manos le acaricié la cara y nos fundimos en un larguísimo beso de lengua.

Le succionaba su lengua, y Graciela cuando podía me mordía los labios, deslicé despacito una de mis manos hacia sus pechos y se lo empecé a acariciar, le metí una mano dentro de su blusa y le apreté unos de sus pezones que se puso durísimo enseguida.

Le levante hasta arriba de los pechos su blusa y me metí unos de sus senos en mi boca, sacándolo de a rato para morderle el pezón.

Le tomé una de sus manos y se la llevé hacia mi entrepierna, pudo comprobar que estaba recaliente, abrí el cierre y me saqué la pija, la empezó a manosear y hacerme una paja, pero le dije que lo hiciera con la boca, entonces incliné el asiento y Graciela se agachó para empezarme a lamer la punta de mi pija, después la lamió entera para lubricarla con su saliva, hasta que terminó de meter toda la pija en su boca, me hacía una mamada mortal, le avisé que no iba a durar mucho así, lo que me contestó que no me haga problema, que iba a tratar de no manchar los tapizados.

Cuando estaba por acabar le avisé, y Graciela se tragó toda mi leche, sin derramar nada, hasta me limpió la pija con su lengua.

Ahí la hice recostar a Graciela y le empiezo a hacer una paja terrible con mis dedos, acabó tres veces y me agradeció, ya que a su novio sólo le gustaba gozar a él, esto me gustó ya que la comparación era a mi favor.

Cuando nos despedimos me dijo que me iba a llamar para arreglar para otro día o el sábado.

Fue así que el sábado me llamó y me pidió que fuera para su casa para ver cómo hacíamos por la noche.

Cuando llegué pasamos a su cuarto, Graciela me mostraba sus cd´s y otras boludeces, hasta que no aguanté más y la tomé de la cintura y la atraje hacia mí y le metí toda mi lengua en su boca, nos fundimos en hermoso beso y me tiré hacia atrás con ella arriba.

Le puse mis manos en su culo sobre la pollera y se apretaba todo mientras ella me mordía mi cuello, la manoseaba toda y nos pusimos muy calientes y en ese momento sentimos que alguien venía, era su madre que llegaba muchísimo antes de lo previsto.

Graciela me tomó de la mano y me llevó al baño, cerró la puerta con llave y abrió la ducha como para disimular.

Su madre le hablaba y Graciela le contestaba, entonces yo la puse de espalda hacia mí y le subí la pollera, le pasé la lengua por los cachetes de su culo, ella me sacaba la cabeza para que pare, pero yo seguí inclinándola y haciendo que sacara más su culo hacia mi boca, sentí que se empezaba a mojar toda, entonces le bajé su tanga hasta la altura de sus rodillas y le abrí bien los cachetes de su lindo culo, le metí la punta de mi lengua en su pequeño ano, al dar un gritito de placer le alcancé una toalla para que mordiera, me dijo si estaba loco, lo que le contesté que sí loco por su culo.

Me advirtió que era virgen y le iba doler seguramente, que no lo iba a soportar y no sé qué otras boludeces.

Le dije que iba a salir del baño, cuando se distrajo le puse la toalla en la boca y sin pensar en lo que iba a pasar, le metí la pija en su virgen culo, pude ver por el espejo cómo mordía la toalla y cómo algunas lágrimas salían de sus ojos, bombeaba con toda mi fuerza y Graciela me pellizcaba con toda su fuerza la espalda al sentir tanto dolor por su ya roto culo. Le susurraba en sus oídos si le gustaba que le rompan el culo, si con su novio disfrutaba tanto de una cogida.

Le acabé adentro del culo de Graciela, después saqué mi pija y pude ver que tenía sangre mezclada con mi semen, lo que me hizo calentar aún más y la hice dar vuelta y que se agachara a chupar mi pija.

Graciela antes de empezar con la mamada lavó mi pija y ahí me hizo como siempre una de sus grandes chupadas, terminando en su cara.

Al sentir que su madre iba hacia el patio, me escapé de la casa.

Graciela se quedó bajo la ducha durante un largo tiempo, fue lo que más tarde supe por ella.

A la noche me llamó para decirme que no iba a salir, porque le dolía mucho su culo, pero me aseguró que con la práctica se iba a pasar.

Yo, contento pues había encontrado una amiga para hacerle el culo cuando quería.

Después de tres años de seguir cogiendo cuando queríamos, Graciela se casó con su novio, pues había quedado embarazada de su novio (es lo que propusimos entre Graciela y yo).

Pero nuestros encuentros no cesaron, al principio me la cogí hasta los seis meses del embarazo, después no quiso hacerlo más y yo la respeté, tuvimos una abstinencia de seis meses, con su marido llegó hasta los ocho meses.

Su primer polvo como madre me lo iba a dedicar a mí, es lo que me decía.

Un día Graciela estaba en casa y veía cómo había quedado, tenía un lomazo y su culo era ya perfecto, tenía puesto una camperita larga, que se la sacó cuando iba a amamantar al bebe, quedando con una calza azul que le ajustaba bien su culito y mostrando una concha espectacular.

Para colmo después levantó su blusa y vi que no llevaba corpiño para poder amamantar bien al bebe, un seno apareció y floreció un pecho divino, con una aureola grande y pezón más grande de lo que estaba antes, amamantó al bebe y dejó su pecho al desnudo, su pezón se había hinchado de una forma impresionante por la mamada.

Todo esto me había calentado mucho y sentía que mi pija iba a estallar.

Después de hacerlo dormir, regresó a mi habitación, le dije que estaba recaliente y quería ser su bebe por un ratito, a Graciela esto la entusiasmó un poco y se sentó sobre mi rodilla, la besé y le mordí la pulpa de su oreja diciéndole que estaba mejor que antes (y lo estaba), le subí la blusa y me puse en la boca su pezón, le chupé el pezón y enseguida me largó su tibia y hermosa leche de madre.

Graciela me acariciaba la cabeza como lo hace una madre.

Después de un rato de amamantarme como a un bebe, decidí darle placer a Graciela y me arrodillé y le lamí su concha a través de su tanga, que ya estaba húmeda por sus jugos, seguía muy caliente y era nuestro primer encuentro desde que Graciela era madre.

Le bajé la tanguita y me puse a chupar su clítoris, acabó dos veces y ya no aguanté más y la puse en el suelo en cuatro patas, le metí la punta de mi lengua en su mejorado culo y se lo mojé todo, lo lubriqué hasta que Graciela tuvo otro orgasmo por lo que estaba haciendo, le puse un dedo en su ano y gimió de placer, le saqué de su bolso el aceite para bebe y se unté por todo su culo y lubricando su ano, le dije a Graciela que con sus manos abriera bien los cachetes así veía bien el ano.

Le puse dos dedos en el culo y comencé a bombear fuertemente.- Jadeaba y me pedía que no parara, entonces me puse aceite sobre mi pija y jugué con la punta con su culo. Hasta que no aguanté más y se lo metí de una, pegó un fuerte grito y gritaba que le acabara adentro. Le decía que no, que le iba acabar adentro de su boca ya que no lo había hecho por un largo tiempo.

Cuando iba a llegar, le avisé, Graciela se arrodilló y se puso mi pija en su boca hasta que llené de leche toda su garganta, se la tragó toda, después me dijo que se tragaba la leche porque ella le daba mucho a su hijo.

No suficiente con hecho, se fue a fijar si dormía él bebe, y volvió a mi habitación, yo seguía al palo. Graciela se dio cuenta y empezó a mamarme la pija, la puso bien húmeda y se subió, su concha se comió mi pija y comenzó a cogerme con una voraz pasión, bombeaba como loca acabó dos o tres veces hasta que no aguanté más y le llené su concha de leche, me dijo que no me haga problema ya que no estaba en su tiempo fértil. Nos quedamos acostados en mi cama, abrazados y feliz por la vuelta de los encuentros amorosos.

Ahora su hijo tiene tres años y los encuentros son mucho más difíciles, ya que puede hablar y mandarnos en cana.

Pero encontré un método que dio resultado, para poder coger tranquilo. Graciela cuando tiene que ir al supermercado, primero me llama haciéndome el pedido, voy enseguida al súper y compro todo.

Deja al chico con su madre, diciendo que hace lío y no la deja comprar tranquila, entonces sale sola y yo la espero a la vuelta de su casa ya con las compras hechas, depende si hay alguien en mi casa vamos para allá sino al hotel del barrio y nos pegamos flor de cogida.

Siempre le hago el culo, primero o a lo último pero siempre se lo rompo, ya no es un pequeño culo, cada vez entra más fácil y cada nos gusta más.

Otras de las trampas es cuando el chico se duerme me llama para ver si puedo ir a su casa, si puedo voy, Graciela me está esperando cerca de la puerta, cuando me ve llegar abre la puerta y nos mandamos primero a su cuarto y esperamos, hasta que podamos ir al baño, donde nos encerramos.

Abre la ducha y tira una frazada en el piso.

Ahí suelto todo mi morbo. La pongo a que me dé la espalda, le abro bien las piernas y le ato las manos por su espalda.

Le bajo bien la cintura y le comienzo abrir sus nalgas hasta que ver su rojo ano ya dilatado, le pego unas cachetas en sus muslos hasta dejarlo bien rojos.

Graciela se lleva a un peluche al baño para morderlo, pues sabe que va gritar por mis actuaciones.

Esa ves después de lamerle el ano se lo sequé con una toalla, hasta dejarlo bien seco.

Entonces con mi pija bien dura se la metí de un golpe sin que ella lo esperara, estalló de dolor pero al tocar su tanga, vi que estaba toda húmeda, es decir que Graciela también estaba gozando. Bombeé con toda mi fuerza, y le decía si esto se lo hacía su marido (sé que ni siquiera le puede tocar el culo porque ella le dice que no le gusta).

Si su marido se daba cuenta que cada vez tenía el culo más grande de tanto cogérmela por el culo, hasta que le acabé adentro de su culo, se la saqué y Graciela me la puso a limpiar con su lengua, otra vez estaba al palo, entonces la levanté y ella me enredó con sus piernas y la llevé contra una pared y me la cogí con todo y antes de acabar se la saqué y terminé otra vez en su cara.

Después esperé que su madre fuera al patio y ahí me pude escapar.

Siempre en esos encuentros me llevo un trofeo de guerra, es decir me llevo su tanga, tiene como veinte corpiños y ninguna tanga, ya está empezando a tirar a la mierda los corpiños que le sobran para que su marido no sospeche, lo cómico que se lo compra él, y ni siquiera se da cuenta que a su mujer le faltan prendas íntimas.

Estos son algunos de los encuentros con Graciela, después le mando más y espero que le guste.