Infidelidad en fin de año
Esto sucedió hace exactamente dos años, entre mi ex y yo, y que la tenía guardada solamente en el recuerdo.
Nos conocimos en la facultad y estuvimos enamorando durante tres años.
Cabe recalcar que en una dulce noche de agosto, y con unos tragos encima, nos entregamos el uno al otro por primera vez.
Fue algo inolvidable… a tal punto que todavía le dedico algunas pajas cuando el recuerdo de esa y de muchas otras noches de amor vienen a mi mente….
Cosas del destino hicieron que nos separáramos y actualmente tanto ella como yo estamos con distintas parejas, pero sin dejar de ser buenos amigos, pues en ocasiones nos reunimos los cuatro para echarle una chelas y recordar los momento vividos en la Universidad.
Quiero aclarar que con mi actual novia ya estamos casi tres años.
Llevamos una vida sexual intensa, pero a pesar de todo me excita mucho la idea de poder tirar con otras mujeres y tener nuevas experiencias…
De ahí el título de esta historia…
Todo sucedió cuando volví a La Paz para pasar las fiestas de fin de año con mi enamorada y el grupo de amigos, donde estás incluidos mi ex y su pareja…
Los recuerdos de ella me volvían loco antes del viaje y sin poder aguantarme lo primero que hice al llegar fue llamarla para invitarla a salir; ella supuso al principio que se trataba de otra salida en grupo con nuestras respectivas parejas, pero mi idea era otra: la quería tener a solas conmigo para ver si la llama aún seguía encendida.
Luego de un buen charle aceptó y quedamos en que iría a recogerla a su casa a las 15:30…
La trampa estaba tendida…
El problema sería como decirle a mi novia que no nos veríamos esa tarde pues yo recién llegaba; luego de cranear un cacho se me ocurrió decirle que iría a la casa de uno tíos y que me quedaría hasta la cena, así que nos veríamos al día siguiente.
Ella sin sospechar nada aceptó…
Sería el crimen perfecto.
Llegué a su casa a la hora indicada.
Su madre me hizo pasar a esperarla en el living mientras terminaba de arreglarse.
Ya mi mente empezaba a maquinar las estrategias a seguir durante nuestra cita, debería ser lo más astuto posible para ganarme nuevamente su confianza y así poner en práctica todo lo planeado.
La pregunta era: Ella estaría dispuesta?. Y si todo se iba al tacho?.
Mientras estas preguntas me martirizaban apareció en el umbral de la puerta….
Mi corazón empezó a latir a mil por hora al ver nuevamente a Ivana con esos cabellos negros y con su carita angelical.
Ese tremendo cuerpazo que fue mío tantas veces estaba mejor que nunca ……
Nos vamos ? pregunto inocentemente.
Claro, respondí.
Y donde iremos a esta hora?
A un boliche acá en Miraflores a tomar una cervezas
Se quedó unos segundos pensativa pero al final accedió gustosa.
Al llegar al escenario de la travesura nos sentamos en una mesa cerca de la ventana. Pedimos un par de paceñas y nos pusimos a conversar sobre temas triviales.
Luego del primer par de chelas vino el segundo acompañado de un cubilete con el que empezamos a jugar el «alalay».
Para mi buena surte ella no le hacía muy bien al juego así que muchas partidas le tocó perder y pagar penitencia, que fueron en un principio vasos seco de cerveza y posteriormente el famoso «seco mojado».
Poco a poco los tragos surtieron su efecto y pude notar por su forma de hablar y de mirara que se iba excitando poco a poco, el alcohol estaba cumpliendo su cometido.
Con los tragos haciendo su efecto dejamos el juego a un lado y nos pusimos a charlar.
El tema cambió de rumbo drásticamente pues ya veía que la situación se tornaba favorable.
Llegaba el momento de dejar el temor atrás y de poner en práctica lo planeado.
Así me animé a hablarle:
Y como está su relación con F….?
Pues va más o menos.
Lo que pasa es que peleamos muy seguido por celos tontos, tanto de parte de él como de parte mía.
Las cosas no van tan bien como yo quisiera.
Pero se ve que son buena pareja.
Se quedó callada uno segundos.
Seguramente recordaba los momentos que vivimos juntos y que ahora le causaban nostalgia.
Luego prosiguió:
Sabes, me gusta hablar contigo pues podemos charlar de cualquier tema sin ningún problema. Con F…. no pasa lo mismo.
Pues si, realmente nos conocemos tanto que podemos hablar de lo que sea. Y como van en su vida sexual?.
La pregunta le sorprendió pero respondió con toda naturalidad
Más o menos. Lo malo es que cuando queremos hacer el amor no encontramos un buen lugar , pues tanto en su casa como en la mía siempre hay alguien.
Pero nos damos modos para escaparnos a algún lugarcito para poder hacerlo.
Lo que no me gusta es que yo quisiera hacer algunas cosas o que me haga algunas cosas que a él no le agradan …
No es lo mismo…
Quería decir que no era lo mismo que conmigo pero se detuvo.
Como el tema ya estaba caliente aproveché para picarle un poco más.
Te acuerdas de nuestra primera vez?
Claro que me acuerdo. Fue algo increíble e inolvidable. Y aunque haga el amor con otra persona siempre esa será la mejor de mis experiencias.
Súbitamente se levantó para ir al baño.
Yo aproveché para cambiarme de silla y me senté en la que estaba al lado de la suya.
Cuando volvió se sentó junto a mí.
En ese momento sentía que mi verga ya empezaba a crecer y que me ponía cada vez más arrecho.
Sentado junto a ella le tome de una mano y puse mi otro brazo sobre su hombro. Me sorprendió cuando de repente se puso a llorar apoyada en mi hombro.
Al preguntarle porque lloraba me respondió:
No sabes las ganas que tengo de ser mamá y no puedo. Las últimas veces que hicimos el amor con F…. lo hicimos los días peligrosos terminando dentro, y no pasó nada….
Le apreté fuerte le mano y pude levantarle cara hasta que quedó justo delante de mí.
Sin decir nada le di un beso y mientras lo hacía sentía que mi corazón se me salía del pecho.
Ella no dijo nada y cuando terminamos de besarnos nos quedamos mirándonos fijamente. Sentía como me apretaba fuertemente la mano.
Era el momento preciso.
Acaricié su rostro suavemente y pude juntar fuerza para decirle:
Ivana, quiero hacerte el amor.
Me miró sin mucha sorpresa y respondió:
Por que?
Porque deseo sentirte nuevamente como cuando estábamos juntos.
Deseo poder tocar tu piel, tocar tus tetas y besar esa tu vagina que tanto anhelo.
Quiero hacerte el amor como nunca antes te lo han hecho.
Creo que este no es el momento ……
Ese momento un frío intenso recorrió mi cuerpo.
Mis planes se estaban yendo al bombo y no podía echarme atrás habiendo llegado tan lejos.
Por otra parte, sentía que ella estaba deseosa de hacerlo pero que sentía cierto temor por ponerle cuernos a su ñato.
No podía dejar pasar la oportunidad.
Así que cambié de táctica:
Entonces pidamos dos cervezas más y seguiremos con el juego que no terminamos.
Se tranquilizó un poco y aceptó con la condición que serían las dos últimas (siempre se dice lo mismo).
Estuvimos tan concentrados en ese momento que no nos dimos cuenta que éramos los únicos en el local.
Cuando le pedimos dos cervezas al mozo nos dijo que ya estaba cerrando el lugar y que le pagáramos la cuenta.
Nuevamente mis planes se desbarataban…
No podía dejar pasar el momento, así que tuve que improvisar y se me ocurrió preguntarle que si realmente quería seguir tomando.
Ella dijo que sí así que le propuse comprar un tella de ron en la licorería de en frente y que no fuéramos a mi depa. No si conciente de lo que decía o por efecto de los tragos, me dijo que si.
Ya en la calle le agarré de la mano y luego de la compra prevista tomamos un taxi que nos llevó a mi depa que no quedaba muy lejos.
Durante el viaje quería probar si estaba caliente así que le di otro beso y suavemente le toque una de sus tetas.
Ella correspondió al beso pero apartó mi mano de su pecho, aunque con delicadeza.
Las cosas iban por buen camino pero habría que trabajar un poco más.
Una vez que llegamos la llevé a mi dormitorio.
Puse una música suave y nos sentamos en la cama mientras yo servía las primeras copas. Le propuse un brindis por nuestros viejos tiempos.
Ese primer vaso entró raspando pero ella se lo terminó completo sin decir nada y pidiendo uno más.
Luego del segundo vaso me dijo que quería bailar un tema especial.
Era un tema de salsa que nos traía muchos recuerdos y no podía dejar de complacerla. La música empezó suavemente como incitándonos al relajo.
Le saqué la chamarra y la acerqué a mi con fuerza.
Puse mi mano alrededor de su cintura apretando fuertemente de tal manera que su vientre chocaba contra mi erección que ya estaba a punto de estallar.
Poco a poco la música subía de tono…
Me moví lentamente para restregar mi verga contra su vientre pero ella se apartó un poco. Nuevamente la acerqué contra mi y ahora mis manos bajaron de su cintura a sus nalgas las cuales agarré con fuerza mientras las acariciaba.
Se dejó llevar un momento pero nuevamente se separó y se dio la vuelta dándome la espalda, mientras bailaba al ritmo de la música.
Me acerqué por detrás y la tomé nuevamente de la cintura con las dos manos.
Ahora sus nalgas chocaban fuertemente contra mi erección.
Subió sus manos y las puso a ambos lados de mi cuello mientras reclinaba su cabeza en mi hombro.
Tenía su tetas a la vista emergiendo por debajo de su chompa y con los pezones marcados como dos pequeñas colinas….
Era un espectáculo increíble. Ante semejante vista mis manos automáticamente subieron y las agarraron con fuerza.
Las empecé a acariciar lentamente pero poco a poco el ritmo fue subiendo en intensidad.
Finalmente el movimiento era tal que todo su cuerpo se movía al ritmo de mis manos, con la consiguiente fricción entre sus nalgas y mi verga.
Cerró los ojos y abrió la boca levemente.
Ambos lo estábamos disfrutando realmente……
De repente abrió los ojos como despertando de un sueño y se dio cuenta de la situación. Se alejó de mí y se sentó en la cama mientras tomaba un cigarrillo y lo prendía.
Me senté junto a ella con unas ganas locas de saltar junto a ella, pero no quise arruinarlo todo.
Me acerqué un poco a ella y le empecé a acariciar la espalda por encima de la delgada chompa, que era la única prenda que tenía sobre su tórax.
Luego puse mi mano directamente en su espalda que estaba caliente y traspirando por la sensación de ese momento.
La subí lentamente hasta llegar al broche de su sostén el cual desabroché sin ningún problema.
De repente me preguntó:
Y que es de tu chica?
Me quedé helado por la pregunta y tartamudeé al responder:
Supongo que está en su casa.
Y sabe que estamos acá?
No sabe nada.
Y que piensas de lo que estamos haciendo?
Solamente pienso en ti en este momento. Deseo nuevamente sentir tu cuerpo y tu piel en mi piel
Creo que mejor lo dejamos aquí
Y diciendo esto intentó pararse.
Yo la agarré de un brazo y con fuerte movimiento la tumbé sobre la cama.
No iba a dejar que se escapara de las manos así que hice lo que a ella más le gusta: le empecé a sobar una de sus tetas sobre la chompa.
Ese movimiento le provocó un escalofrío de placer y cerró los ojos nuevamente……
Finalmente, puso sus manos sobre su cabeza. Era mía otra vez……
Sin perder tiempo subí su chompa hasta donde pude y sus dos tetas aparecieron ante mi con sus pezones duros y apuntando al cielo, deseosos de ser devorados.
Sus tetas no eran muy grandes pero estaban bien formadas, con la aureola oscura, tal como las recordaba.
Empecé a comerme una de ellas mientras agarraba las dos con ambas manos, intercalando la chupada a cada lado.
Quiero comerte tus tetas, le susurré al oído
Aquí las tienes, respondió, y se las agarró con ambas manos como queriendo exprimirlas.
Ese movimiento suyo me excitó aún más y me di a la tarea de chuparlas con más fuerza hasta llegar a provocarle un pequeño gemido de dolor.
Mi mano derecha sin perder tiempo bajo lentamente por su vientre que se contraía de placer al paso de mi dedos.
Llegué hasta su entrepierna la cual empecé a acariciar por encima del pantalón sin dejar en ningún momento de saborear ese par de exquisitas tetas que pedían cada vez más.
Desaflojé el botón con delicadeza y pude meter mi mano por debajo de su ropa interior.
El vello púbico se presentaba como barrera que impedía mi paso pero que pudo ser franqueado sin dificultad.
Al llegar a la altura de la entrada a su concha, abrió las piernas lo que permitió sin problemas poder introducir un dedo.
Sentía como su vagina estaba húmeda y caliente.
Al meter el segundo dedo arqueó el cuerpo hacia atrás y abrió su piernas hasta el límite. Mis dedos empezaron un movimiento afuera y adentro deteniéndome en algunos instantes para tocar sus clítoris para que su excitación fuera cada vez más en aumento.
Luego de un par de minutos de esa rutina me levanté de la cama mientras ella continuaba con el movimiento rítmico de sus caderas.
En un abrir y cerrar de ojos me desvestí completamente y empecé a realizar esa misma tarea con ella. Su pantalón y su calzón salieron lentamente y sin dificultad, luego la chompa siguió el mismo camino…
La tenía ahí desnuda ante mi y me pareció más bella que nunca.
Su piel de color canela con un poco de vello que asomaba por el monte de Venus dejaban ver que a sus 23 años era una mujer que cualquier hombre desearía observar en esa posición.
En ese momento agarré mi cámara fotográfica y le saqué un par de fotos que espero poder compartir con ustedes en algún momento.
Lentamente me eché sobre ella con verga apuntando directamente a su concha.
Pero yo no quería hacerlo todavía sin antes disfrutar de ese bello cuerpo.
Nuevamente le chupe las tetas mordiendo sus pezones con delicadeza.
Mi lengua fue descendiendo por su vientre sin dejar de recorrer ningún lugar de su piel. Al llegar a su concha automáticamente dobló las rodillas y abrió las piernas al máximo dejándome ver ese paraíso que tantas veces había disfrutado.
Acerqué mi boca a esa fuente de placer y el aroma de su interior me dejó hipnotizado por breves segundos, trayéndome a la memoria otras tantas noches de lujuria y de pasión.
Mi lengua se posó en su clítoris el cual empecé a chupar con desenfreno, logrando que su cuerpo se retorciera de placer una y otra vez, para luego introducirse directamente en su vagina saboreando sus jugos como el elixir más afrodisíaco.
Sus dos labios menores sobresalían como dos pequeñas hojas y no tardaron en aparecer dentro de mi boca, siendo devorados con placer y con un gusto que no se imaginan.
Posteriormente me diría que tuvo dos orgasmos en esa posición.
Perdí la noción del tiempo…
No se cuanto tiempo estuve en esa posición.
Me incorporé y acerqué mi verga a su boca colocando la cabeza directamente en sus labios.
Automáticamente abrió la boca y se la metió hasta el fondo dando la chupada más excitante de mi vida.
Agarró mi miembro con una mano y empezó a moverlo al ritmo de su chupada, sacando mi verga completamente para nuevamente introducirla hasta el fondo.
La excitación era tal que empecé a seguir el movimiento con mis caderas y no tardó en salir un chorro de leche que no dejó escapar hasta la última gota.
Era la primera vez que terminaba en su boca pues nunca antes ella lo había aceptado.
Con la erección todavía viva agarré sus dos piernas y la coloqué sobre mis hombros son su concha abierta ante mi y lista para ser penetrada.
Mi verga se acercó lentamente y no hubo problema en introducirse hasta el fondo debido a la gran lubricación que se había formado.
Los movimientos rítmicos fueron lento al principio para luego aumentar en intensidad y fuerza.
Los leves gemidos del principio se convirtieron en verdaderos gritos de dolor y de placer que me excitaban aún más.
Con las dos manos empecé a apretar sus tetas con fuerza y a pellizcar sus pezones que le provocaron mayor dolor y placer.
Luego introduje dos dedos en su vagina junto con mi verga y me sorprendió la facilidad con que los tres elementos entraban y salían rítmicamente.
Pasaron como quince a veinte minutos de tirármela en distintas posiciones hasta que se me ocurrió algo diferente.
Agarré la botella de ron que tenía a la mano y le metí el cuello por la vagina hasta donde pudo entrar.
El movimiento de entrada y salida la pusieron nuevamente a mil por hora y no tardó en contraerse con la llegada de un nuevo orgasmo.
Abrí la botella y vacié un poco del contenido en la piel de su tetas y de su vientre.
Ella parecía no enterase de lo que estaba haciendo pues los tragos y la tirada a la cual estaba siendo sometida hicieron su efecto y de repente quedó dormida.
Me tomé un buen sorbo de la botella y luego empecé a chupar lo que quedaba en su pecho y su vientre.
Repetí el mismo movimiento vaciando un poco de trago en vagina para luego saborearlo mezclado con sus jugos vaginales que le dieron al trago un sabor que nunca antes había sentido.
Como ya me encontraba en otra plan, agarré un pucho y se lo introduje casi por completo en su vagina dejándolo por unos momentos.
Al sacarlo sentía un aroma más exquisito que el mejor de los habanos.
Lo prendí y lo saboreé hasta la última billada.
Cuando despertó luego de un rato la vi ebria y con ganas de más.
Sin decir nada se pudo de cuatro patas mostrándome su culo redondo abierto pidiendo ser sometido.
Guié mi verga hasta la entrada de su ano y sin dificultad se lo introduje de un golpe, lo cual le provocó un grito de dolor.
No movimos rítmicamente sin control hasta el punto de casi caernos de la cama.
El placer que sentí me hacen afirmar nuevamente que el sexo anal es exquisito y te hace subir hasta el cielo…
Finalmente los dos nos corrimos juntos con un grito a la par que creo se escuchó hasta la esquina.
Quedamos desfallecidos y dormimos un par de horas par repetir nuestro juego nuevamente una vez más.
Nos despertó el canto de las aves a las 6:00 de la mañana.
Nos miramos sin decir nada y nos vestimos en silencio.
Al acompañarla para que tomará un taxi nos tomamos de la mano y nos despedimos con un beso en la mejilla.
Esa noche no encontramos en la fiesta de año nuevo, cada cual acompañado de su respectiva pareja.
En algunos momentos nos dirigimos algunas miradas indiscretas pero no hablamos del tema hasta varios días después.
Ella se casa dentro de pocos días con su ñato, justamente en la fecha donde nos dejamos llevar por un momento de pasión y de infidelidad de fin de año…
Pero no pierdo las esperanzas de nuevamente tirármela en otra oportunidad, ya estando casada…