Capítulo 1
El vecino de arriba
Quiero contarles que soy casado hace 2 años con una mujer espectacular, aunque como regalo de primer aniversario le obsequie una hermosas 36c las cuales luce en la piscina de nuestro edificio de apartamentos cada vez que tiene oportunidad, obviamente con su lindisimo biquini también comprado por mi, durante estos dos años no ha existido capricho que yo no le haya cumplido, todo lo que me pide se lo doy, inclusive unas excelentes noches de sexo el cual ella me dice que es fantástico, o bueno, era hasta hace unos pocos meses.
Como les decía yo le complacía cada capricho a esta mujer, y ella, como no, aprovechaba todo lo que yo le daba y a veces, en broma, les decía a sus amigas que yo la quería tanto que el dia que ya no se me parara, le contrataría un macho para que se la cogiera, yo riendo le decía que eso nunca iba a pasar.
Aunque tengo una pija pequeña, 14cm, tenía mucho para darle, o al menos eso creía yo.
Mi historia comienza cuando un nuevo vecino se mudó al edificio, vivía un piso arriba de nosotros y pronto llegamos a conocerlo, ya que acostumbraba a hacer mucho ruido cuando llegaba en la noche, algunas veces con compañía femenina ya que se escuchaban tacones y muchos gemidos durante toda la noche, yo le preguntaba a mi mujer si ella escuchaba, pero no decía nada y simplemente se volteaba en la cama y se dormía, tiempo después vine a saber que se dormía pensando en ese cabron; ella lo conocía más que yo, ya que permanecía en la piscina, todas las mañanas antes de marcharse al gimnasio donde era instructor.
Carolina (mi esposa) comenzo a hablarme mucho de el, que era nuevo en la ciudad, que trabajaba en el gym cercano como instructor de pesas y que vivía solo.
Caro me dijo que entraría a su gym, cosa que no me extraño ya que a ella le encanta mantenerse en forma, con unas nalgas bien redonditas y unas piernotas ya que le encanta montar en bici.
Yo solia acompañarle todas las mañanas, pero por mi trabajo no podía hacerlo, ella tampoco salia ya que le daba miedo la inseguridad.
Un dia me dijo que Héctor (el vecino) se había ofrecido a acompañarle, que si le prestaba mi bici ya que el no tenia, yo gustoso dije que si, de esa manera comenzó a tomar mi bici y otras cositas que eran mías.
Asi paso mas de un mes, hasta que un dia llegue temprano del trabajo y lo encontré viendo televisión en mi cama, y lo peor, junto a mi mujer, el me dijo que lo excusara, pero su tele se había dañado y quería ver un partido, no me enoje, ya que mi mujer sonreía para que yo no fuera descortés con el.
Como yo también quería ver el partido esperaba que el tipo se levantara para poder ver el juego, acostado en mi cama, como dios manda, pero el cabron se quedo ahi muy echadote, con su musculatura esparcida por toda mi cama, solo había un pequeño espacio, donde se acomodo mi mujer,de modo que me senté en una incómoda silla al lado.
A mi esposa no le gusta el futbol, asi que me extrañaba que estuviera ahí acostada viendo.
Mientras veíamos el juego, el tipo me dijo que tenía mucha sed, que si le podía regalar una cerveza, mi mujer me hizo una seña y yo me levante para traersela.
Volví con dos cervezas, ya que mi mujer no toma, y el tipo me dijo con voz fuerte
«Acaso dije que podías traer una para ti!?»
Ambos rieron a carcajadas y despues de un rato, yo tambien lo hice, ya que me pareció gracioso.
Así no la pasamos todo el tiempo que duró el partido, mi mujer muy junto a él y yo mirándolos de reojo, de vez en cuando se lanzaban caricias ahí acostados , pero pensé que era normal porque se habían hecho muy amigos.
Cuando terminó el juego, mi mujer se paró por primera vez, llevaba una pijama muy pequeña y casi transparente, la que la hacía ver muy bien, el se quedo mirándola y cuando salió me dijo,
«Que buena esta, no?», tocandose la verga descaradamente, el levanto los brazos y se desperezó, dejando ver así un bulto impresionante que había crecido de tamaño de un momento a otro.
Yo lo miré aterrado y me dijo, tocándose otra vez el vergajo que se traía
«Que, nunca habías visto algo así?, este es el sueño de todas la hembras… incluida la tuya»
En ese momento mi mujer entraba a la habitación con una sonrisa en sus labios y solo una cerveza en la mano,dijo
«Esta cerveza es para mi macho»
yo estire la mano para recibirla, pero, se la entregó a el, me sorprendí mucho, ante la cara de felicidad de ambos y entonces mi mujer me dijo descaradamente
«Mi amor, nuestro plan de hoy era celebrar después del partido, así que porqué no te sales y nos dejas solos un rato?»
El tipo le respondió riendo
«Un rato!? yo creo que nos vamos a tardar toda la noche, mientras te chupas todo esto, amigo, porque no te vas a mi apartamento para que no escuches como grita de placer tu mujercita»
Yo me negué a irme, entonces, parándose por fin de mi cama el muy cabrón me dijo
«A !! es que además de eso quiere ver el muy cachudo, ves negrita, te dije que este se aguanta todo»
Mi mujer todavía sentada en la cama se sonrió, me miro a mi, luego lo miro a el y le dijo
«Entonces que comience la fiesta»
El tipo sacó casi 21 centímetros de carne de su pantaoneta, su verga era gruesa y muy venosa, mi mujer la agarró y comenzó a masturbarla mientras me miraba. Yo intente pararme y detener esa acción pero de un empujón el tipo me volvió a sentar
«Tu escogiste mirar ahora te estás quieto», mi mujer asentía con la cabeza mientras masturbaba esa presa que pronto se iba a tragar
Yo obedecí, el tipo me doblaba en tamaño y en valor también.
Tomó la cabeza de mi mujer y le introdujo casi la mitad de ese inmenso pedazo de carne, ella intentó tragarselo todo, pero no pudo.
El se movía rítmicamente haciendo que a mi mujer se le saliera leche de las comisuras de sus labios, ella gozaba y gemía como loca.
Saco su verga de la boca de mi mujer y comenzó a pegarle en la cara con el pedazote de carne en sus manos, ella reía y pedía que se la metiera, entonces él comenzó a dar un concierto de polla que yo nunca había visto en mi vida, la volteaba por todos los lado y ella gritaba y gemía como una poseída, tuvo al menos seis orgasmos hasta que el tipo estalló en semen, le salio tanto que tuvo para darle de tomar y hasta tomó un dedo con mucho semen y me lo unto en la cara.
Yo creía que todo había terminado y que el tipo se iría a su apartamento, pero mi mujer le rogó que no lo hiciera y le dijo
«Si quieres que este cabrón se valla, yo lo hago ir, pero quédate conmigo esta noche»
No tuve otra opción que marcharme a su apartamento a hacerme la paja por todo lo que había visto, mientras escuchaba el concierto de gritos que daba mi mujer desde el piso de abajo.
Después les contare mas de mi vida