Loretto embarazada
Desde que Loreto se quedó embarazada, el médico les dijo que, debido a la elefantiasis del pene de su marido, tendrían que tener mucho cuidado en las relaciones sexuales para no dañar al feto. Víctor, que no estaba dispuesto a abstenerse durante tanto tiempo, decidió que lo mejor sería utilizar la vía anal. Al principio, la joven esposa se negaba a ello alegando que con el desmesurado tamaño del hombre la iba a destrozar. Pero acabó cediendo a sus deseos.
Con el tiempo, ambos, no sólo se acostumbraron a usar esta ruta, sino que acabaron por cogerle gusto. Víctor deseaba cada vez sondear más y más a fondo en el culo de su mujer, disfrutando al ver como Loretto se iba adaptando a la importante presencia. Luego, ya no tuvo bastante con su voluminosa herramienta y empezó a comprar «gadges» que adaptarle para hacer su porte aún más impresionante.
-¡Hay, cariño, hoy me has destrozado! Tu nueva red con púas elásticas es terrible. Temí que me sacaras fuera el intestino como quien vuelve un guante del revés. Creo que mi culito nunca volverá a cerrarse . Tengo el ano como una fea patata arrugada. Ya eres demasiado grande sin necesidad de ponerte ningún suplemento.
– Calla, putita, no te quejes. Ya sé que te enamoraste de mí sólo por la opulencia de mi miembro. Anda, abre bien la boquita y métete mi polla dentro. Límpiamela bien con la lengua de todas tus caquitas. Después me quitaré la funda y podrás metértela toda en la garganta como a ti te gusta para que te orine dentro. Eres la única chica que ha sido capaz de engullir mi caramelo hasta los huevos.