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La Abuela II

La Abuela II

Después de tan caliente encuentro con Doña Cándida, la abuela de mis amigos, en el cuarto de baño, yo termine de bañarme, quitándome de encima los líquidos derramados por los dos, termine de bañarme y salí en toalla a la habitación de mis amigos, que es donde pasaría la noche, al poco rato de estar ahí poniéndome la ropa se aparecieron los dos después de haber estado jugando fútbol y procedieron a darse un baño, llego la noche y después de cenar nos dispusimos a dormir, como la casa solo contaba con tres habitaciones y una era la del matrimonio de la Sra. culona y tetona que ya les habia mencionado anteriormente Magda y su marido, la segunda era la de la escultural hija, además de que era un cuarto demasiado pequeño y la tercera era la de mis dos amigos, una habitación demasiado amplia y hasta con camas de mas, pues yo me quede con ellos, y no solo yo, también la caliente abuelita.

la habitación tenia tres camas, pero como yo era el invitado principal, pues me toco cama para mi solo, mientras que la abuela se quedo con uno de sus nietos, yo me recosté usando solo unos boxers y la abuela pues llevaba ropa de abuela, para que hablar mas, una vez que note que todos estaban dormidos me di una masturbada tremenda pensando en la señora Magda, yo metiéndole la polla por el culo y dándole todo mi semen en la boca, pero me tenia que conformar con eso.

A media noche decidí pararme pues mi cuerpo me lo pedía así, pues tenia la necesidad de orinar, como andaba medio dormido entre al cuarto de baño sin tocar pues además vi la luz apagada, cual fue mi sorpresa cuando me encontre a Yani la hija de la señora Magda orinando completamente abierta de piernas en el retrete, parecía que lo disfrutaba, mi polla estaba dura por la necesidad tan imperiosa que tenia de mear y ella luego luego lo detecto, penso que era por ella, y, claro en otra situación si hubiera sido por ella.

con algo de pena termino de orinar y levantándose se seco los labios de la vagina, traía puesta una batita transparente y no llevaba puestas ni bragas ni sostén, “Discúlpame Leo, pense que todos estarían dormidos, por eso no puse el pasador”, “no te preocupes Yani”, le dije sin poder quitar mi mirada de su húmeda y hermosa vagina rasurada, “me das permiso”, y sin aguantar mas saque mi palo erecto para orinar pues ya no aguantaba mas, con sorpresa vi como ella no se retiro, es mas se quedo ahí contemplando el espectáculo que yo le ofrecía, tarde como dos minutos en descargar mi vejiga, pues fue mucho aguantar, note que una vez liberada la presión mi pene seguía erecto, me disponía a guardar a mi amiguito cuando “¿que no te vas a limpiar el glande?, por eso es que ustedes los hombres siempre tienen manchada la parte de adelante de sus pantalones”, y diciendo esto agarro un pedazo de papel higiénico y tomo mi pene, dejo libre la cabeza y se puso a secarlo dedicadamente, yo no cabia en mi gozo, ya que al hacer esto se inclino y al ser tan pequeña su bata dejo sus morenas nalgas a la vista, yo me quede absorto en tan bellas posaderas, “no seas mirón”, ella empezó entonces un vaivén en mi polla que hizo que se me erizara al máximo, yo le dije “Yani, por favor, no me hagas eso, no querrás sufrir las consecuencias”, “ay tu pues que me vas a hacer” y diciendo esto se sentó en el retrete y comenzó mas rápidamente la batalla con mi pene, al hacer esto, el listón que sujetaba sus dos tetazas dentro de la bata se soltó dejándome ver esos portentosos senos, morenos como toda ella, grandes y duros, yo ya no me aguante mas y me derrame sobre ellos, “eres malo muchachito, no me dejaste hacer nada”, yo en un movimiento atrevido le agarre las tetas y comencé a proporcionarle un exquisito masaje, para ella y para mi, después me pidió que le pasara la polla por entre las tetas, cosa que hice y me volví a venir esta vez en su cara, ella también lo hizo dejando sus jugos en el retrete, “será mejor que regresemos a nuestras habitaciones, pero quiero que me la metas para que me hagas gozar mas que ahora, pero eso ya será otro dia.

Nos despedimos y cada quien se dirigió a su habitación.

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