Miriam Caballero paga la renta con sexo
Era viernes, me disponía a limpiar el apartamento, ese día me había puesto un sostén rojo grande ya que me dolían los pechos debido a la cercanía de la menstruación, me puse unas pantaletas beige tipo tanga con unos hermosos encajes en la frente con un lazo que realmente se veía muy femenina y como iba a limpiar me puse un franelon rosado, puse una agradable música y cuando me disponía a buscar los implementos de limpieza tocan a la puerta, me extraño bastante debido a la hora, mire por el ojo de la puerta y me fije que era el Sr. Pérez, nuestro casero, me extraño que viniera ese día y más tan temprano en la mañana, sabia que venia a cobrar ya que le debíamos tres meses de renta, le abrí la puerta y lo deje entrar:
– Buenos días Sr. Pérez
– Buenos días Sra. Torres… puedo pasar? – me dice muy amablemente
– Como no… pase adelante Sr. Pérez, disculpe el desorden pero me iba a poner a limpiar – le digo mientras veía como entraba
Lo note como nervioso cuando entro y le digo:
– Hay Sr. Pérez que pena con usted pero mi marido no se encuentra, el esta en su trabajo, si quiere se lo llamo o no se si pasa en la noche para que hable con el…
Le digo tomando mi celular que estaba sobre la mesa del comedor:
– No mi bella señora, yo no vine hablar con su marido – me dice sonriendo
– A no? – le pregunto extrañada
– Vine hablar con usted señora – me dice muy decidido
Me voy sentando en el sofá y mientras lo hacía le decía:
– Por favor siéntese Sr. Pérez… en que puedo servirle?
– Bueno mi bella dama, a mi me da mucha pena con usted, pero sabe que ya me deben 3 meses de renta – me dice el viejo
Yo angustiada y alarmada le pregunto:
– !!!Tres!!! y no eran dos Sr. Pérez?
– Si mi bella señora, son ya tres meses de renta que me deben de renta y ya no puedo esperar, si no pagan me van a tener que desalojar la pieza para el lunes ya que tengo otra pareja interesada – me dice este muy decidido
– Hay Sr. Pérez no me diga eso, de seguro mi esposo ya le debe tener algo para pagarle, pase en la noche o mañana y hable con el – le digo muy angustiada
– Ya yo he hablado con su esposo y dice que no tiene dinero, que no sabe cómo pagarme, por eso vine hablar con usted, a ver si usted mi bella señora podía pagarme.
Yo lo mire extrañada, dibujaba una sonrisa medio sádica en su rostro que no me gustaba y que me daba escalofrió por todo el cuerpo, el era un hombre como de 60 años, moreno, delgado, muy feo y ordinario y por lo que me había enterado vivía solo, yo nerviosa a mas no poder le digo:
– Hay Sr. Pérez que pena pero usted sabe que yo no trabajo y no tengo como pagarle
– De eso quería hablarle – me dice el hombre sonriendo
– Dígame – sabiendo por donde venia ese viejo baboso
– Usted y yo podríamos resolver este problemita de otra forma, usted sabe…
– No, no lo se… ¿Que me quiere decir Sr. Pérez? – le pregunto alarmada
– Como se le digo señora, usted es una mujer muy atractiva y hermosa y pienso que yo puedo cancelar la deuda si usted y yo vamos a la cama y resolvemos el asunto – me dice el muy descerebrado y aun con una sonrisa en la boca
Me pare del sofá indignada y roja de la arrechera le digo:
– Con que derecho se atreve viejo asqueroso de pedirme algo así….
– Con el derecho que tengo de venir a reclamar mi dinero – me dice medio molesto
– Voy a llamar a mi marido para que lo ponga en su lugar viejo maldito – le digo muy molesta
Tome el celular y comencé a marcar el numero de mi esposo, me temblaban las manos de la rabia mientras que el viejo me decía:
– Mire señora, su marido no tiene dinero, solo le quedan dos opciones o usted me afloja las nalguitas o el lunes están de patitas en la calle, usted decide?
Mi esposo tenia el celular apagado y caminando a la puerta la abro y le digo al viejo:
– Se me larga de mi casa viejo asqueroso, no sabe con quien se esta metiendo animal…
– Piénselo bella dama, tiene hasta la noche para decidir… es un buen trato, usted afloja esas nalgas y yo doy por saldada la cuenta, piénselo, no lo haga mas difícil, sabes a donde llamarme ricura… – me dice saliendo
– Viejo asqueroso – le digo aventando la puerta
Me puse a llorar, me quede molesta, rabiosa y mas aun al no podermecomunicarme con mi esposo, me hice un te para calmarme y mientras me lo bebía repasaba el episodio con aquel viejo y debo confesar que me dio morbo que me deseara ese viejo tan asqueroso, fue tanto el morbo que pase casi todo el día masturbándome pensando en como ese hombre tan indeseable me poseía y que me obligaba hacer cosas que solo lo haría con mi esposo, pase todo el día perturbada.
En la noche cuando llego mi marido no le quise decir en ese momento ya que aun me encontraba caliente, no podía sacarme de la cabeza la situación de hoy, yo si note a mi esposo algo raro, como nervioso pero no le pare. Nos acostamos a dormir y fui muy mimosa, lo acaricie, nos besamos y mientras lo hacíamos le acariciaba el pene por encima del bóxer, no sentía bien correspondido los besos, sabia que le pasaba algo, lo note extraño pero todo se animo cuando me metí bajo las sabanas y sacando su miembro del bóxer me puse a darle una rica mamada, sentí como aquello se ponía duro en mi boca y vi que salía del stress al sentir su mano meterse entre mis pantaletas para acariciarme mi cuca que ya estaba súper-mojada, estaba excitada y le pedí que me penetrara, se saco el bóxer y me bajo las pantaletas dejándola enrollada en uno de mis tobillos, me abrió las piernas y me lo metió, me estaba cogiendo rico y jadeábamos mucho. Cuando me tenia bien cogida con su grueso pene en lo profundo de mi vagina le dije jadeando:
– Hoy vino el Sr. Pérez papi…
Me lo clavo mas duro cuando se lo dije:
– Vino a cobrar? – me pregunta como si no supiera
– A que mas va a venir ese viejo cabron – le digo mientras disfrutaba de aquella cogida tan rica
– Que te dijo? – me pregunta
– Vino a que yo le pagara, pero algo me dice que tu ya sabias que vendría – le digo algo mosqueada pero sin dejar de disfrutar, estaba rico todo
– No mami, te aseguro que no sabia… pero que te dijo? – me pregunta bajando el ritmo de la cogida
– Me propuso que me acostara con el… viejo asqueroso, uhmmmm – le dije mientras sentía como se le hinchaba la verga mas al oír mis palabras
– Sssss que le dijiste? – me pregunta mientras me culeba mas sabroso
– Uhmmm… lo mande a la mierda – le dije gimiendo por el orgasmo que se me avecinaba
Aquello que le dije como que no le había gustado mucho ya que había bajado un poco el ritmo de la culeada así que abrazándolo le dije que lo quería cabalgar, me lo saco y se acostó a mi lado, yo me puse encima de el en perrito y el mismo fue que me lo metió mientras yo le ponía las tetas en la cara, estaba demasiado excitada y cuando sentí que nuevamente estaba bien penetrada me senté sobre su miembro y comencé a «cabalgarlo», el me agarraba las tetas mientras yo movía mis cadera en busca de otro orgasmo y fue cuando el me dijo:
– No tengo el dinero para pagar la renta mi amor, porque no me das una ayudita mi amor – me dice el muy desgraciado
– Tu lo que quieres es que yo me acueste con ese viejo verdad – le digo sin dejar de pensar en ese escenario
– Me daría bastante morbo mi amor, tu sabe que esa a sido siempre nuestra fantasía, que tu estuvieras con otro hombre, eso me encantaría mi amor – me decía mientras sentía como le latía de excitación su pene dentro de mi vagina
– Pero ese hombre es feo papi… y si hubiese sido mas cariñoso para pedírmelo tal vez, lo pensaría… pero fue un patán mi amor – le digo sintiendo su impresiónate erección
– Sssssss si, como te lo pidió? – me pregunta excitado
– Que les diera las nalgas y saldábamos cuenta… viejo cochino – le dije
– Sssssss que rico, que vulgar – me dice
– En verdad no tienes el dinero? – le pregunto
– No mami..
– Esta bien, lo voy hacer, pero te quiero tranquilito, tranquilito ok – le decía excitada
El conmigo encima alcanza el celular y comienza a marcar el numero telefónico del viejo, yo le pregunte mientras saltaba como una loca:
– Que haces?
– Llamarlo para que hables con el – me dice emocionado
– Sssss si eres cabron papi – le digo mientras me inclinaba y lo besaba al cuello y movía las caderas
EL marco el numero y después me da el teléfono diciéndome que estaba repicando, me incorpore y tome el celular, iba a hablar sentada con el con el pene del cabron de mi marido metido en el fondo de mi vagina, después de repicar varias veces, oigo que contesta:
– Alo
– Sr. Pérez? – le pregunto como si no supiera
– Si encanto… entonces, te decidiste? – me pregunta
– Si, voy aceptar lo que me propone – le digo decidida mientras sentía los latido del miembro de mi marido en mi vagina, sabia que lo disfrutaba
– Sabia que ibas aceptar putica – me dice el muy vulgar
– Nos vemos entonces el lunes en la mañana Sr. Pérez? – le digo rápido para no conversar mucho con ese hombre
– El lunes no… mañana estoy temprano en tu casa puta…
– ¿Mañana? – le pregunto alarmada pelándole los ojos a mi marido que excitado me mantenía ensartada diciéndome que si
– Esta bien Sr. Pérez, será¡ mañana en la mañana – le digo
– Y le contaste a tu marido? – me pregunta
– Si ya hable con el – le digo
– Que cabron, entonces ya sabe que me voy a coger a su mujercita – me dice el muy baboso
– Si
– Pero mañana lo despacha temprano, no quiero espectadores, te quiero sola… ok puta – me dice
– Ok Sr. Pérez… entonces quedamos así – le digo para cortarlo
– Esta bien, será¡ hasta mañana puta, me espera lavadita – me dice el hombre emocionado
– Dale pues, nos vemos mañana, chao – me despido
– Hasta mañana puta
Tranque la llamada y comencé a moverme sobre la verga de mi marido que esta dura, el me seguía agarrando de la cintura disfrutado también y mientras lo hacia me pregunta:
– Que te dijo?
– Que era una puta – le digo excitada mientras me movía
– Ssssss en serio, que te dijo? – me vuelve a preguntar
– Uhmmmn ya te dije, me dijo puta, que tu mujer es una puta… – le decía excita meneando mi cadera encima de el
– Sssss cuando viene puta? – me dice agarrándome las tetas y clavándomelo hasta el fondo
Sentí que al muy cabron se le ponía mas duro el guevo dentro de mi a medida que le contaba, ya había tenido 2 orgasmos y la verdad que el ya tampoco aguantaba mucho y los dos no vinimos casi al mismo tiempo, sentí su torrente de leche caliente que inundaba mi no menor caliente vagina, yo me vine gracias a mis dedos que no cesaban de mover mi clítoris mientras el cabron eyaculaba, me levante y me fui al baño donde me di una buena ducha, mi marido se quedo dormido hasta que lo desperté para que cenara, no hablamos mas del tema esa noche, estuvo muy mimoso, esa noche por mas que busco no me encontró, no quise tener sexo a pesar de que aun estaba caliente.
Era sábado y habitualmente me despertaba tarde ya que no tenia la obligación de preparar tan temprano el desayuno para mi esposo, estaba nerviosa por la visita que íbamos a tener ese día, tenia ganas hasta de llamar al Sr. Pérez y decirle que estaba indispuesta pero el morbo y las fantasías que teníamos mi marido y yo pudo mas. Después de haberme tomado un café me metí a bañar para preparme para mi encuentro, cuando salí mi marido ya estaba levantado, nos saludamos y el estaba mimoso, buscándome como con remordimiento pero no me encontró, nos dijimos muy pocas palabras y la verdad que yo estaba muy nerviosa y sabíamos que ese viejo vendría temprano a «cobrar» la renta, desayunamos y después de hacerlo lave los trastos y me fui a mi habitación a vestirme ya que solo andaba con una bata de baño y la toalla en la cabeza, me puse unos cacheteros de encajes negro transparente, no me había depilado y tenia ciertos pelos en la cuca, pensaba que así decepcionaría al hombre y desistía del «pago», me puse un short de nylon azul hiper-corto y arriba solo una franela sin sostén, se veía claramente como se me bamboleaban las tetas debajo de la fina tela, me medio seque el cabello con la toalla y cuando lo hacia oigo que suena el timbre de la puerta, salí de la habitación y veo que mi marido se dirige a la puerta y al verme me pregunta sorprendido:
– No te vas a vestir?
– Ya estoy vestida cabron – le digo medio molesta
– Pero mírate… estas casi desnuda…
– Y… acaso no me van a desnudar? – le digo
– Bueno si… pero al menos ponte un sostén – me dice sonriendo
– No, termina de abrir la puerta de una vez cabron? – le digo de mala gana
En eso suena nuevamente el timbre y mi esposo me pregunta:
– Será el?
– Quien? – grito molesta
– Soy yo señora Torres, Pérez – dice del otro lado de la puerta
Le hago un gesto con la cara a mi esposo como de «es obvio que es el» y le volteo los ojos diciéndole:
– Abre la puerta cabron….
Yo estaba hecha un manojo de nervios, no había en mi cuerpo un nervio que no estuviera nervioso jajaja, mi esposo abrió dejando entrar aquel indeseado hombre y la verdad que ese día lo indeseaba mas, vestía unos jeans y una camisa a cuadro que ni tuvo la delicadeza de meterse por dentro, al entrar nos saludo:
– Buenos días señora Torres…
– Buenos días Sr. Torres – le digo sonriendo tapando la terrible repugnancia que sentí en ese momento
– Como esta Sr. Pérez – le saluda mi esposo
– Epale Carlos – lo saluda como ignorándolo
El mirándome de arriba abajo, sorprendido me dice con una sádica sonrisa:
– Uhnnnn esta muy bonita Sra. Torres… muy sexy – agrega
– Gracias Sr. Pérez- le digo sonriendo hipócritamente
– Dígame Ramón, para usted Ramón… – me dice
– Jajaja… esta bien Ramón – le digo extrañada
– La puedo llamar Miriam Caballero? – me pregunta el hombre
– Por supuesto señ… disculpe Ramón – le contesto confundida
– Estas de salida Carlos? – le pregunta el viejo a mi esposo
– Si, si… ya me voy para que vayan a lo suyo – dice mi marido con una sonrisa irónica en el rostro
Pero antes de salir mi esposo le pregunta al hombre muy discretamente y preocupado:
– Usted trajoooo….. preservativos?
– No – le contesta el hombre
Yo alarmada le digo a los dos medio molesta:
– Entonces no, olvídelo sr. Pérez, así no, así no vamos hacer nada…
– Ustedes no tienen? – nos pregunta el hombre
– No – decimos al unísono mi esposo y yo
El hombre sonriendo ve a mi esposo y me dice:
– Por que no mandas a tu esposo a que compre uno en la farmacia…
– Quieres papi? – le digo sonriendo para humillarlo
– Bueno – contesta muy sumiso
– Dale dinero – le digo al Sr. Pérez
Veo que el Sr. Pérez saca su billetera y dándole el dinero a mi esposo le dice:
– Toma, compra unos buenos…
– Compra de esos de sabores, tengo curiosidad – le digo a mi esposo sonriéndole a mi esposo con cara de rabia y para humillarlo
– ¿Quiere probarlo? – me pregunta sonriendo el Sr. Pérez
– Si, a ver que sabe jijiji – le digo con una picara sonrisa
– Bueno, tráigale de esos a su mujer… no se tarde… – dice el viejo a mi esposo
– Ya vengo – le contesta este
Mi esposo salio a hacer el mandado dejándome con ese viejo morboso que apenas vio que se cerro la puerta me agarro por las nalgas diciéndome mientras me besuqueándome el cuello:
– Vamos a lo nuestro ricura…
Yo muy nerviosa me aparto y con una sonrisa fingida le digo:
– Podemos esperar a mi esposo a que traiga los preservativos…
– Si, pero podemos ir conociéndonos, tu sabes… ir calentándonos un poco ricura – me dice mientras traba de agarrarme nuevamente las nalgas
– Ok, pero espera a que me seque el pelo – le digo nerviosa alargando lo inevitable
– Esta bien ricura pero no se tarde – me dice el hombre un poco resignado dándome una buena nalgada
Me metí en mi habitación a secarme el cabello, estaba muy nerviosa, pensaba que como pude llegar tan bajo, no podía creer que me iba a acostar con aquel hombre tan indeseable, estaba ya casi terminando de secarme el pelo cuando siento que me agarran de las caderas y se recuestan, era el cobrador que ansioso me decía mientras me maraqueba y me besuqueaba el cuello:
– Estas lista ricura, no aguanto mas, vamos hacer lo que vamos hacer de una vez..
– Esta bien Sr. Pérez, vamos a la sala… – le digo resignada
– No, no, no a la sala no, vamos hacerlo aquí mismo, me da mas morbo hacerlo aquí…en su propio lecho matrimonial – me dice casi al oído mientras sentía que me bajaba el short hasta las rodillas
Me llevo a la cama caminando dificultosamente por la prenda que tenia enrollada en las rodillas, me robo un beso que fue imposible negar, por lo menos el hombre sabia besar muy bien, me dejo de besar y me sentó en la cama preguntándome:
– Tu se lo mamas a tu marido…
– Por supuesto Sr. Pérez – le digo mientras me terminaba de quitar el short
– Dígame Ramón… estamos en confianza ricura – me reclama de nuevo el hombre
– Esta bien Ramón – le digo con un poco de vergüenza por tutearlo
– Me lo vas a mamar como se lo mamas a tu marido… mira que ahora yo soy tu marido – me dice el muy desalmado
– Ok – le contesto resignada
En eso se termina de abrir el pantalón y mete la mano entre su interior y se saca la verga… mi madre, aquello no era una verga, era una manguera de bomberos… guaooo, la tenia inmensa y gruesa, era marrón y se notaba que lo tenia durísimo, se la sacudió frente a mi cara diciéndome:
– Abre la boca ricura…
Se lo agarre y confirme lo que les dije… la tenia durísima, era pesada y caliente, sorprendida le digo sin salir del asombro:
– Guaooooo…
– Que paso? – me pregunta sonriendo
– Usted tiene eso grande – le digo viéndoselo
Mi comentario parece que le dio gracia ya que rió carcajada para preguntarme:
– ¿Lo tengo mas grande que tu marido?
– Uhiiiii si, que pena pero si… lo tiene mas grande que mi marido – le digo mientras se lo manipulaba para limpiarlo un poco
– ¿Te gusta? – me pregunta mientras me acariciaba la cabeza
– Si – le digo sorprendiéndome yo misma por la respuesta
– Métetelo en la boca, anda dale… mamamelo – me ordena el muy morboso mientras me empujaba la cabeza para que lo hiciera
– Ya va… vamos a ver si esto me cabe en la boca – le digo limpiándolo un poco con la mano
– Claro que te cabe, anda… abre la boquita…
Le hice señas de «ya va» y poniéndomelo en la puertita de la boca, me humedezco los labios con la lengua, trago saliva y abro la boca, apenas lo hice me mete el pene… guao semejante pedazo de carne tenia en la boca, no estaba muy aseado, tenia un olor fuerte a orine y lo tenia salado, el chirreo los dientes al sentir la calidez y la humedad de mi boca y como me lo había metido en la boca sin descapullarlo se lo agarra con la mano libre y me dice mientras me lo sacaba un poco de la boca:
– Déjame pelarme la cabeza para que te lo tragues mejor ricura…
Lo hizo y comprobé los que le dije cuando le pase la lengua por todo el glande, tenia la cabeza grande y sucio, el sabor amargo me lo confirmaba, el hombre me agarro por la cabeza y me uso para hacerse la paja, literalmente me estaba cogiendo por la boca, movía su pelvis y chirreaba los diente de excitación mientras me decía:
– Ssssss coño que bien lo mamas, tan recatadita que te veo cada vez que vengo y mira como lo mamas… eres la propia puta…
No dije nada, no podía con aquel bicho en la boca y la verdad es que el morbo me venció y comencé a disfrutar, me calenté y se lo comencé a mamar con mas vigor, el lo sintió y me decía:
– Sssssss que ricos lo chupas puta, mamamelo bien…
Aquel hombre me estaba ahogando con aquella tranca que me llegaba mas allá de la garganta, es eso que estoy en plena felación el hombre baja una de sus mano y comienza a manosearme los pechos y al notar que no tenia corpiño me dice sin sacarme su aparato de la boca y mucho menos dejar de tocar mis tetas:
– Ssssss andas sin sostén… que ricas las tienes…
Yo no decía nada, no podía, el hombre me levanto la franela y me levanto los brazos para quitármela y espero hasta el ultimo momento para sacarme el guevo de la boca y así poderme quitar la prenda, ahora si quede en pantaletas, el hombre recostándome el pene a la cara me agarra las tetas diciéndome:
– Hazme la paja con esos pecho puta…
Saque los pechos hacia delante y me los agarre, este metió su miembro en el canalillo de mis tetas y yo se lo apreté con su ayuda, comenzó a maraquaerme como cogiendome por las tetas mientras excitado me ordenaba:
– Anda… lame la puntita…
Yo le lamía la cabeza apenas salía de mis voluminosos pechos, el excitado berreaba como un toro mientras me decía:
– Sssss cabrón con suerte tu marido, yo me la pasaría todo el día haciéndome la paja en este par de tetas, uffffffff que envidia….
Se estuvo «haciendo la paja» literalmente en mis pechos un buen rato hasta que nuevamente me lo metió en la boca para que se lo mamara y estando yo mamando sentimos que llega mi marido gritando para llamarnos ya que estábamos cerrados en mi habitación:
– !!! Llegue, aquí están los preservativos, voy a entrar !!!
– Que no entre, dile que no entre – me dice sacándome el guevo de la boca
– Glup – ¿Porque?… es mi marido – le pregunto extrañada mientras su glande me rozaba los labios desafiante
– Toc, toc, toc – !!! Ábreme mujer !!! – me grita mi esposito tocando la puerta
– ¿Que le digo? – le pregunto alarmada mientras veo que comienza a quitarse la ropa
– No se, dile que estas desnuda, que estamos desnudos – me dice el hombre
– !!! Aquí están los preservativos, abre !!! – toc, toc, toc – me vuelve a gritar mi esposo
– !!! Ya va que estoy en pantaletas y el Sr. Pérez esta desnudo, ya va !!! – se ocurrió decirle
El hombre sonriendo mientras se desnudaba me dice mientras que yo me levantaba a recibir el mandado:
– Si eres puta mujer…
No dije nada, solo le voltie los ojos, abrí la puerta y ocultándome detrás de la misma le digo a mi marido que esperaba impaciente:
– Dame los preservativo…. – le digo sacando la mano
– ¿Puedo pasar? – me pregunta emocionado
– !!! Que te deje los condones y que se vaya !!! – me dice el Sr. Pérez
– Dame los condones para salir de esto de una vez – le digo medio molesta
– Déjame entrar – me dice mi marido empujando la puerta
– Que parte no entiendes que no… el Sr. Pérez esta desnudo – le digo mientras recibía los preservativos
– ¿Y estas desnuda? – me pregunta agarrándose el bulto
– No cabrón, estoy en pantaletas – le digo
– Espera para que le des el vuelto – me dice mi marido buscando en sus bolsillos
– !!! Que se quede con el cambio y dile que se vaya a tomar un café mientras estamosen lo nuestro puta!!! – dice el hombre mientras que oigo el rechinar de la cama, me imagino que se acostaba a disfrutar de mi trasero
– Ya oiste no!!! – le digo a mi marido
– ¿Ya te dice puta? – me pregunta sonriendo
– Y que esperabas cabrón… anda vete… – le digo cerrando la puerta
– !!! Vengo dentro de media hora !!!- oímos que dice del otro lado de la puerta
Cuando me volteo hacia la cama casi me da un infarto… si aquel hombre era feo vestido, desnudo era horrible, era muy velludo y tenia la piel curtida por los años, estaba cómodamente acostado en mi cama con las piernas abierta enseñándoles sus enormes bolas mientras se pajeaba, no dejaba de mirarme mientras me decía:
Eres un mujerón, que buenas estas hija’e puta… ven acuéstate a mi lado que te quiero comer todita…
El se hizo a un lado, puse los condones en la mesa de noche del lado del cabron de mi marido y me acose a su lado, apenas lo hice me abrazo y comenzó a besuquearme el cuello mientras me agarraba salvajemente las tetas, busco mi boca para besar y yo lo deje y como lo dije antes… por lo menos sabia besar, sentía un morbo terrible pero no dejaba de estar nerviosa, pensaba como iba a ver a ese hombre después cuando viniera a cobrar la renta, me sentía puta por estar haciendo aquello, el hombre me deja de besar para decirme mientas me lamerme el cuello y me mordisqueaba el oído:
– Como me gusta una mujer ajena y como me gusta usted señora, siempre la e deseado…
No dije nada, el morbo era muy grande, el hombre comenzó a lamer mis hombros y fue bajando por mi pecho rumbo a mis tetas que las tenia en sus manos, como un niño hambriento se puso a mamarme las tetas divinamente, por lo menos me había resultado buen amante aquel hombre, me sentía extraña, siempre he tenido relaciones tiernas y algo eróticas con mis novios y actualmente con mi esposo, pero aquello era diferente, era desconocido, vulgar, grosero y a pesar que lo había fantaseado con mi esposo no dejaba de ser extraño para mi, me estuvo mamando las tetas un buen rato (cosa que agradecía ya que a mi me encantan que me las mamen) hasta que me volvió a besar en la boca para decirme:
– Ponme el condón putica…
– ¿Ya, me vas a coger? – le pregunto alarmada
– Sssss si puta, te lo voy a meter, no aguanto mas, quiero hacerte mía – me dice jadeando
El hombre levantándose un poco sobre mi, toma los condones y mirándolos me pregunta:
– Cual quieres probar ricura, el de fresas o el de frambuesas?
– Fresas – le digo decidida
Me lo da y se acuesta cómodamente con aquel bicho paradísimo, me quedo mirándoselo lo grande que lo tenia y me dice sacándome del asombro:
– Que esperas… pónmelo puta…
– ¿Yo? – le pregunto nuevamente alarmada
– !Quien mas pendeja! – me dice mosqueado
No le dije nada, abrí el paquete para sacar el preservativo que era rosado y que impregno el ambiente a olor a fresa, me senté cómodamente en la cama agarrándole el miembro que lo tenia mas duro mientras el me observaba apoyando su cabeza con las manos muy cómodamente, puse la gomita encima del cipoton de aquel hombre, no sabia como hacerlo (con mis novios siempre lo hice al pelo al igual que con mi amado esposo) y me daba nervios lastimarlo, por mas que trataba de ponérselo no pasaba de la cabeza, el disfrutaba de mi inexperiencia en colocar preservativos y fue que entre risa me dice el muy sinvergüenza en forma «didáctica»:
– Jajajaja no puedes… jajajaja, usa la boca… métete la puntita del guevo en la boca y lo desenrolla hacia abajo con ambas mano…
Me parecía una cochinada de parte del aquella explicación, era mas fácil que el se lo pusiera pero en fin… me arrodille y se lo coloque de nuevo en la punta como pude y me lo metí en la boca como me dijo (en ese momento supe que en verdad sabia a fresas jajajaja) y con ambas manos lo desenrolle hacia abajo, la verdad que fue mas fácil aunque el se lo termino de acomodar porque le jale un poco de sus pelos, me dijo mientras se lo sacudía:
– Mamalo un poquito, no querías probar el condón sabor a fresas… dale pues, pruébalo…
No quise decirle que ya lo había probado, solo me incline de nuevo y comencé a mamarlo, el jadeaba y berreaba mientras me agarraba por los cabellos para mover mi cabeza y masturbarse con mi boca a su antojo, me estuvo mamando un buen rato hasta que jalándome por los cabellos me lo saca de la boca diciéndome:
– Acomódate puta que te lo voy a meter…
Me acosté y agarrando mis pantaletas de ambos lados me ordena:
– Levanta el culo para bajarte las pantaletas ricura…
Lo «levante» y el me las bajo para yo terminar de quitármelas ya que con su desespero quedaron enrolladas en mis tobillos, me abrió las pierna, se ensalivo la punta del pene para pasármelos por los labios de la cuca buscando la entrada de mi vagina, sabia que me iba a doler ya que no estaba completamente mojada y así fue, me metió la puntita de un solo golpe y me dolió:
– Ahiiiii, pasito que me duele… – le digo con dolor
– Que estrechas eres coño’e tu madre – me dice mientras el se acomodaba y comenzaba a besuquearme el cuello nuevamente
Cuando ya estaba acomodado sobre mi, me lo metió de un solo arrancándome un gemido de dolor al sentirme completamente penetrada, comenzó a cogerme rápidamente, yo lo abrase con los brazos y piernas y el dolor paso a placer, me comencé a excitar al sentirme cogida por aquel hombre, me dio duro y la verdad que la cosa no duro mucho ya que gritando me dice:
– Coño e’tu madre me vengooooo…
Y siento que se viene, sentí como su miembro palpitaba dentro de mi, dejo de cogerme y descanso unos segundos dentro de mi, me lo saco y se acostó al lado sudado y con la respiración fuerte del cansancio, me asuste al verle la punta del pene, el condón había represado una buena cantidad de semen, estaba blanco en la punta, mientras se recuperaba me decía:
– Uffffff que buen polvo eres, tienes ese coño estrecho…
Yo me había excitado pero no llegue al orgasmo, me dejo caliente el viejo ese… se levanto y se saco el condón para tirarlo en la cama y dirigirse al baño, yo me quede acostada mirando aquel condón sucio lleno de leche mientras oía el chorro fuerte en la poceta, parece que se estaba orinando, espere un rato a que terminara y cuando lo hizo me senté en la cama para acomodar mis pantaletas y ponérmela, el salio del baño y me pregunta:
– ¿Que haces puta?
– Me voy a vestir, ya cumplí con el trato, por favor haga el recibo, ya mi marido debe estar por llegar – le digo
– Noooo de eso nada monada – me dice mientras me arranca las pantaletas y las tiraba a un rincón del cuarto – aun queda tiempo para echar otro puta – agrega mientras me empuja para acostarme
Le vi el pene y lo tenia morcillón, no estaba en reposo pero tampoco erecto, se le veía un pedazo de carne grande y grueso colgando, el se acostó a mi lado y comenzó a darme pellizquitos por mis costillas y vientres y como soy muy cosquillua comencé a retorcerme y a tratar de evitar las cosquilla, el sonriendo al ver que era cosquillua me dice:
– Jajaja me vas a decir que no te gusto la cogida que te acaba de dar…
– Jajaja si, si… pero no me hagas cosquillas, nooooo quédese quietoooooo…
– Jajaja me resultó cosquillua la señora jajajaja – me decía mientras yo trataba de negarme y tratando de taparme las tetas
– Deje las manos quieta Ramón…. – me atreví a tutearlo
El hombre siguió haciéndome cosquillas y de vez en cuando me pellizcaba las tetas sobre todo los pezones que son mi punto débil, le gritaba que me dejará tranquila pero el parecía un pulpo, no solo trataba de manosearme las tetas sino que trataba de agarrarme la cuca y yo no lo dejaba cerrando y cruzando las piernas, aquel juego me excitaba y mas sabiendo que lo hacia con un casi desconocido, me di por vencida y como no me había venido le tome una de sus manos y colocándola sobre uno de mis senos le dije ya sin importarme nada:
– Me calentaste….
Lo atraje salvajemente hacia mi y lo bese apasionadamente, ya no era un beso como los otros, ahora era yo la que buscaba su pegajosa lengua, se la chupe, se la comí mientras el me agarraba y me apretaba las tetas, lo deje de besar para dejarlo que me besuqueara el cuello y mientras lo hacia me decía:
– Ya se cual es tu secreto puta…
– ¿Cual? – le pregunte con mi mejor voz de puta que tenía mienta le acariciaba el cabello y sentía como me lamía el cuello:
– Te calientas cuando te tocan las tetas…
– Hay siiiiii, mamame las tetas cabron que estoy excitada – le dije de lo mas vulgar
El hombre no se hizo rogar y bajo para darme una de las mejores mamada de tetas que jamás me habían dado, sentía como su lengua jugaba con mis erectos pezones, como me los chupabas y como me lo jalaba con los dientes cuando me los mordía, lo hizo tan duro que me estuvieron doliendo durante un tiempo, el hombre mientras me mamaba las tetas comenzó a agarrarme la cuca, sentía sus dedos meterse entre mis húmedos labios y acariciarme el clítoris… que delicia, era como si yo misma me estuviera masturbando ya que me gusta hacerlo así, masturbarme mienta me pellizco los pezones, estaba a punto de corredme cuando el me dejo de mamar las tetas para arrodillarse frente a mi abriéndome las piernas diciéndome mientras veía morbosamente mi entrepiernas:
– Te voy a mamar esa cuca…
Igualmente no dije nada, estaba terriblemente excitada aunque no dejaba de sentir algo de pudor y un poquito de vergüenza porque no tenia muy afeitada la cuca, el hombre bajándose de la cama para arrodillarse acomoda su cara entre mis piernas y babosamente comienza a mamarme la cuca… como ya lo he dicho, aquel hombre resulto ser un buen amantes, mi madre… que rico me mamaba la cuca, sentía que me lamía y me chupaba el clítoris, hubo momentos en que sentía sus diente clavarse en mi clítoris haciéndome gozar como una puta… bueno, realmente estaba como una puta, con las piernas abiertas y con aquel hombre que no era mi marido mamándome la cuca, lo hacia tan bien que le acariciaba la cabeza y lo apretaba contra mi sexo para que me masturbara mientras yo me pellizcaba los pezones, no pude evitar que me viniera un escandaloso orgasmo que lo disfrute muchísimo, se acostó a mi lado sonriendo para decirme de lo mas vulgar:
– Mamame el guevo puta…
Yo me puse boca abajo entre sus pierna y el agarrándome con una mano por los cabellos y con la otra su morcillon miembro me lo restregó por toda la cara mientras movía su pelvis y me decía:
– Abre perra, parame el guevo con esa boca… anda puta traga…
El hombre se estaba pasando, me estaba tratando muy vulgar y lejos de molestarme me estaba gustando muchísimo, jamás me había sentido tan humillada y tan usada como aquel día, comencé s mamar esa tranca mientras el me movía la cabeza y chirreando los dientes me dice:
– Sssssss que sabroso lo mamas, siéntelo hija’e puta, siente como se me para sucia….
Y la verdad que sentía como aquel bicho se paraba en mi paladar, lo tenia caliente y rico, el hombre empujando mi cabeza para que me lo metiera en la boca, terminar ahogándome con el glande que cuando se le termino quedando atorado en mi garganta, me lo saco al verme ahogada quedando hilos de saliva que conectaba mis mamones labios con la cabeza del guevo que salio grande y palpitante de mi boca, le dije con los ojos lloroso y tosiendo:
– Tos – Me estaba ahogando…
– Uhmmmm rico… ¿Sentiste como se me paro en tu boca? – me pregunta el muy baboso
– Tos – Si, se te puso duro – le digo mientras se lo agarro y lo veía
– Sigue mamando puta que lo haces rico – me dice empujando para que me lo metiera de nuevo en la boca
Pasando mi lengua por mis labios y tomando aire abro mi boquita y me meto aquel hermoso glande que me parecía que había crecido mas, en ese momento me sentí mas puta que antes ya que aquello me estaba gustando, el pensar que me había acostado con el casero para pagar la renta me hacia sentir a la mas vil de las ramera y mas por el trato de puta barata que tenia este señor conmigo y peor aun que mi marido haya aceptado, le mame el pene mejor que a mi marido e inclusive que a los novios que he tenido, estaba terriblemente excitada y el muy cabron jadeaba como un cerdo al sentir dicha mamada, estuve un buen rato mamando cuando me lo saco de la boca y excitada le digo con mi mejor voz de puta:
– Cojéeme…
– Ahora si me pides que te coja, tan sifrina y recatada que te la das y mira lo zorra que resultaste ser jajajaja… todas las mujeres son una puta, pídeme que te lo meta perra, pídeme que te reviente ese coño – me decía mienta me agarraba por los cabellos y me restregaba el guevo por toda la cara morbosamente
– Cojéeme por favor, métemelo – le digo mientras disfrutaba como me pasaba el pene por toda la cara
– Tu marido lo tiene grande, quien de los dos lo tiene mas grande? – me pregunta pegándome con su miembro en la cara
– Tu, tu lo tienes grandísimo, lo tienes mas grande y grueso que mi marido – le digo desesperada mientras me pegaban
– Jajajajaja ¿Cual de los dos te gusta mas? – me pregunta riendo
– El tuyo me gusta mas, tu lo tienes mas grande, mas grueso, el tuyo me vuelve loca – le digo metiéndolo y sacándolo de la boca
– Jajajaja que zorra eres, eres una maldita puta… pídeme que te coja, que te reviente esa cuca – me dice el muy vulgar
– Cojéeme, cojéeme… tu tienes eso grande y rico, anda, cojéeme rico, reviéntame la cuca – le digo desesperada
El tipo se levanto de la cama y agarrándome por un brazo me ayuda a levantarme diciéndome:
– Ponte como lo que eres, como una perra…
– Me vas a coger?
– Si, te voy a dar tu merecido por puta – me dice de lo mas vulgar
Yo terriblemente excitada como estaba, me puse como el quería masturbándome, le vi su cosa que se bamboleaba desafiante y duro, le dije:
– Ponte el condón…
– Por que no me lo hacemos así – me decía refiriéndose a hacerlo sin condón
– No, no Ramón… no me estoy cuidando y estoy en los días de mas fértil – le dije alarmada
El resignado toma el paquete y lo abre para terminar poniéndose el mismo la gomita, me apoye de mis codo y baje la cabeza para esperar la penetración, sentí que comenzó a pasar su hinchado glande por toda mi cuquita al ano y viceversa cuando de repente siento que hace presión en este ultimo, en mi entrada trasera, yo secule y apartándole el culo alarmada le digo:
– !!! Epa, por ahi no!!!
– ¿Tu marido no te da por el culito? – me pregunta mientras me agarraba por las caderas para ponerme en posición nuevamente
– Si me da, solo se lo doy a el, además usted tiene eso muy grande – le contesto
– Lo debes de tener apretadito, anda ricura… déjame metértelo por el culo, anda y no se lo decimos a tu marido – me dice el muy baboso
– No, no, no quédese quieto, eso es de el, respete – le digo medio mosqueada
– Ok, esta bien pero no te molestes ricura – me dice mienta frotaba el glande en mis labios vaginales
– Tranquilo no estoy molesta solo que…
En eso me mete el guevo de un solo coñazo haciendo que me doliera:
– !Ay pasito hijo e’puta, no tan duro! – le digo al sentirme tan violentamente penetrada
– Ssssss te lo metí completo puta – me dice
– Uffff si lo sentí, me dolió, que duro lo tienes…
Yo con los codos apoyados baje la cabeza para morder la almohada de mi esposo esperando el «bombeo» de aquel hombre que me agarraba por las caderas pero no fue así, sentí más bien que me jalaba y manipulaba, me agarró por los cabellos para decirme:
– A ver hija’e puta ponte en cuatro que voy hacer el recibo de pago….
El muy cabrón iba a usar mi espalda para escribir y me parecía de lo más vulgar que lo hiciera así pero me daba un morbo terrible, me sentía como un objeto, como su objeto, pero lejos de molestarme me gustaba, quedando con una mano apoyada con la otra comencé a frotarme el clítoris mientras le pregunto:
– ¿No puedes esperar a que terminemos?
– ¿Estas tan desesperada en llevar machete puta? – me contesta con una pregunta
– Si, si… cojéeme primero papi, cogéeme que estoy caliente, cogéeme ya!!!! – le suplico mientras me masturbaba
– Jajajaja que puta eres mujer, que puta eres… primero las obligaciones y luego te doy lo tuyo – me dice
– Sssss esta bien papito pero apúrate – le dije resignada
Se puso a escribir en mi espalda mientras que yo sentía como me maraqueaba lentamente y sentía como palpitaba aquel trozo de carne dura en mi vagina, yo no paraba de masturbarme hasta que siento que arranca el recibo del talonario y me lo pone frente a la cara, no lo leí, lo tire a un lado mientras el poniendo sus cosas también a un lado me dice agarrándome de las caderas:
– Ahora si perra, ponte que te toca, te voy a dar tu merecido por puta…
– Ahiiiii si papi, dame duro, cógeme duro, dame, dame, dame… – le dije desesperada
Como yo estaba en el borde de la cama y el parado penetrándome, me volvió a jalar por lo cabello para evitar que yo me apoyara de los codos, monto su pies izquierdo sobre la cama y comenzó a culearme duro y salvaje, que rico me estaba cogiendo ese hombre, parecía una maquina a toda marcha, sentía como entraba y salía aquella verga en mi coño chorreante, comenzó a jadear duro diciendo:
– !!! TOMA PUTA TOMA!!!
– Ssssss si papi, cojéeme, cojéeme rico – le decía yo jadeando
– Que rico se te mueven esas tetas puta – me dice mientras me seguía jalando los cabellos y mientras me soltaba las cadera para agarrarse de una de mis tetas
Ahora era yo la que estaba disfrutando de aquella penetración, como lo dije antes… el hombre aquel resulto ser un buen amante y fue cuando en el medio de aquella excitación le dije en voz baja:
– Ssssss papi dame leche…
– ¿Que dices? – me pregunta jalándome mas lo cabellos para que me acercara a el
– Quiero leche, dame tu leche… – le digo excitada
– Donde quieres la leche ahhhh, dime… donde quieres mi leche – me dice mientras me seguía dando
– En la boca, échame la leche en la boca…
Este empujando mi cabeza para soltarla me agarra con ambas manos por las caderas y comienza a culearme salvajemente haciendo que aquellas nalgadas sonaran escandalosamente sintiendo sus pesadas bolas golpeaban mis atormentados labios intimo:
– Ssssss eres mas puta de lo que pensaba, tu quieres leche… ahi te va tu leche…
Estaba yo apunto de venirme cuando de repente me saco el guevo y agarrándolo con su puño me agarra por los cabellos y con la otra mano me jala para sentarme de culo en el piso, de un solo tirón se quitó el condón y se comenzó hacer la paja frente a mi cara, estaba en plena puñeta cuando casi gritando me dice agarrándome nuevamente por los cabellos:
– !!! COÑO’E TU MADRE QUE SUCIA ERES, ABRE LA BOCA PEAZO PUTA QUE ME VENGO !!!
No había terminado de abrir la boca cuando este lanza un trallazo de semen que me atraviesa la cara mojándome hasta el cabello, desesperado me mete la cabeza del guevo en la boca sin dejar de hacerse la paja diciéndome mientras seguía agarrándome por los pelos con la otra mano:
– !!! COñO’E LA MADRE QUE PUTA ERES, TRAGA PENDEJA, QUERIAS LECHE… TRAGATE TODA MI LECHE PUTA !!!
Y me tuve que tragar toda la corrida de aquel hombre, tenia la leche caliente, espesa y abundante, un poco salada para mi gusto, pero me la trague toda, yo no podía creer que el casero acababa de eyacular su semen en mi boca y yo me la tragaba como una puta, el se calmo un poco aunque aun sentía su respiración agitada y el muy cochino se la sacudía y se exprimía el glande para darme hasta la ultima gota de leche mientras me decía acariciándome la cabeza como si fuera un animal:
– Eso es perrita, límpiame bien el guevo… que rico me vine, eres buena coño’e tu madre…
Se lo estuve mamando un rato hasta que me lo saque de la boca y mirándolo de mala gana le digo:
– Listo, espero que ya este saldada la cuenta…
– Completamente, ahí esta el recibo – me dice sonriendo con una cara de satisfacción
– Vístase que mi marido debe estar por llegar – le digo mientras me levanto del piso
Tome rápidamente la bata de baño y me la puse para tapar mi desnude y espere a que aquel viejo asqueroso se vistiera, cuando se puso el interior vi que aun tenia el miembro medio morcillon, cuando termino de vestirse, tomo mis pantaletas y oliéndolas me dice:
– ¿Me puedo llevar tus pantaletas como recuerdo?
– Llévatelas – le dije de mala gana mientas esperaba en la puerta del cuarto con los brazos cruzados
El hombre recogió sus cosas y salimos del cuarto, abrí la puerta y casualmente venia llegando mi esposo que al vernos no dice sorprendido:
– Ahhhh ya terminaron…
– Si, si… listo – le dice el hombre sonriendo y satisfecho
Mi esposo lejos de sentirse humillado dibujada una cara de alegría de curiosidad, viéndome me trata de dar un beso que yo esquive volteándole los ojos diciéndome
– ¿Como te sientes mi amor?
No le conteste nada, el sin importarle mi mal humor le pregunta al hombre:
– ¿Como la paso Sr. Pérez, quedo satisfecho?
– !Demás… su mujer tiene el recibo de pago, espero que se repita esta experiencia – le dice el hombre viéndome
– Lo dudo mucho, para la próxima yo misma le tengo el pago, se lo aseguro – le digo molesta
– Jajaja eso espero ricura, por mi… me encantaría que me pagaras así de nuevo – me dice tratándome de abrazar
– Ni lo sueñe – le digo
– Amigo, lo envidio – le dice el hombre sonriendo a mi esposo
– Gracias Sr. Pérez – le contesta el muy cabron
– ¿Tremenda hembra su mujer amigo, tremendo mujeron y si me lo permite? – le dice caballerosamente a mi esposo haciendo que se acercara a el
– Adelante Sr. Pérez, dígame – le dice mi marido poniendo atención
– Nunca me había cogido una puta tan buena como su mujer- le dice casi al oído y viéndome
– Que le pasa Sr. Pérez, respete que es mi señora – le dice mi marido viéndolo
– No se moleste hombre pero es verdad, su mujer es putisima… yo siendo usted la vigilo mas, si hoy acepto hacerlo conmigo mañana tiene a medio barrio entre las pierna, avíspese – le dice el muy morboso
– Por favor Sr. Pérez, le pedimos que sea discreto, lo que paso aquí que quede aquí ok – le pide mi esposo mientras yo lo veía incrédula
– Jajajaja tranquilo cabron, de esos cachos solo sabemos los tres jajajaja – le contesta este riendo
Yo molesta y excitada por el morbo de la conversación le abrí la puerta y le dije:
– Si es tan amable señor Pérez, que pase buen día…
– Hasta luego ricura, llámeme si necesita compañía… chao cabron – le dice a mi esposo saliendo
Avente la puerta y molesta agarre por una mano a mi marido y caminando al cuarto le dije:
– Vamos al cuarto cabron que tu y yo tenemos que hablar…
Apenas entre al cuarto me quite la bata y me tire en la cama con las piernas abiertas y masturbándome le digo:
– Desnúdate cabrón y ven a cogerme que no quede satisfecha…
– ¿Que paso amor, te hizo daño el Sr. Pérez? – me pregunta alarmado mientras se desnudaba
– Hay cállate y apúrate…
Me seguí masturbando mientras veía como se desnudaba y el muy cabron tenia el guevo parado, se acostó al lado mió y me agarro las tetas para mamármelas, el sabe que me gusta que lo haga mientras me masturbo pero molesta le dije:
– Métemelo cabrón que estoy caliente…
El se monto sobre mi y poniendo la cabeza del pene en la entrada de mi vagina me penetra de un solo golpe, cuando me sentí bien penetrada busque su boca para jamonearlo salvajemente a sabiendas que la tenia pegajosa por el semen que había tragado, me dejo de besar para decirme:
– Esa boca te hiede a verga…
– Que esperabas cabrón, que me oliera a rosas… me a acaban de llenar la boca de leche – le digo mimosamente mordisqueándole el oído
– ¿Te la tragaste? – me pregunta excitado mientras me cogia
– Por supuesto cabron, no me trago la tuya – le digo jadeando
El estaba excitado, me estaba cogiendo delicioso (aunque no me sentía tan «llena» con su pene como me sentía con el del Sr. Pérez) me pregunto mientras me cogia:
– ¿Me vas a contar como te fue con el?
– Que quieres saber cabron? – le contesto con una pregunta excitada al oído
– ¿Como lo tiene?
– Sssss lo tiene grande – le contesto jadeando
– ¿Mas grande que el mió? – me pregunta dándome
– Si cabron, el Sr. Pérez tiene ese guevo grandísimo – le digo sin dejar de imaginármelo
– ¿Pero como lo tiene? ¿Como es? – me pregunta como desesperado
– Ya te dije, lo tiene grande, grueso, caliente… uhmmm lo tiene rico…
– ¿Te gusto estar con el? – me pregunta
– Ese viejo es un asqueroso pero me cogio divino – le digo mientras me daba y yo lo abrasaba de piernas y brazos
– ¿Cuántas veces se vino? – me pregunta el muy cabrón
– Sssssss dos veces cabron, se corrió dos veces, en mi vagina y mi boca – le digo excitada
– ¿Uso condón? – pregunta entupida
– Por supuesto, por ahí están los dos usados, uno lleno de leche…
– ¿Y tu te corriste? – otra pregunta entupida
– Una sola vez, después que me hecho el primero yo estaba mas excitada… me vine cuando me estaba mamando la cuca – le dije sin pudor ya al punto del clímax
– ¿Y te mamo las tetas? – pregunta ridícula
– Uhmmm si, me mamo las tetas rico, me mordió los pezones y creo que me rompió el derecho – le digo mientras me daba rico
– ¿Te excitaste verdad? – me pregunta como si no supiera que me gusta
– Ssssss tu sabes muy bien que a mi me encanta que me mamen las tetas, tu sabes que esa es una manera fácil que yo de la cuca…
– Ssssss que puta eres mami, que puta eres – me dice dándome mas duro
Ahora si estaba a punto de corredme, estaba demasiado excitada, mientras me cogia revivía en mi mente los momento que había vivido con el Sr. Pérez y excitada le decía al oído:
– Y tu eres un cabron, te jodiste… me gusto que otro macho me cogiera, prepárate porque te voy a montar los cachos que jode cabron, porque eso es lo que eres, un cabron y te la vas a calar entendiste cabron?
– Si mami, si mami – me dijo el muy sumiso
– Ahora muévete cabron, dame duro que me estoy imaginando el guevote de Sr. Pérez uhmmm, dame, dame que me voy a venir ahhgggg…
Me dio duro como se lo pedí y me vine deliciosamente, tuve un prolongado orgasmo que disfrute y mientras lo hacia el muy cabron también se corría dejándome repleta de leche, descanso sobre mi para luego desmontarse y descansar al lado mió, me levante y le dije:
– Me voy a duchar….
Y así lo hice, me encerré en el baño y me di una reparadora ducha, mientras lo hacia pensé en lo que había hecho, me había prostituido y me sentía humillada, sucia pero me gustaba, me había gustado hacerlo con aquel hombre casi desconocido y horrible, me había gustado el tamaño de esa verga y lo que mas me había gustado era el sentirme tan puta. El cabron de mi marido había estado tocando la puerta para ducharse conmigo pero no lo deje, salí y ni le hable, el se metió en el baño a ducharse, lo vi con cara de arrepentido pero ni le hable. Me seque el cabello y busque ropa para salir, pensaba irme a casa de mi mama y estaba poniéndome las pantaletas cuando vi el monedero de mi marido, estaba como que muy gruesa, la abrí y me lleve la mayor de las sorpresa, el muy coño e’madre tenia dinero como para pagar 6 meses de renta, en ese momento me hirvió la sangre, el desgraciado me prostituyo por placer, quería matarlo, me vestí rápido y tomando el dinero salí de la casa, me lo había ganado, lo gaste haciéndome los pies, las manos, me mande a poner extensiones en el cabello y me compre una ropita, lo gaste todo, me lo merecía y el se lo merecía por cabron… y ese solo fue el comienzo, esperen que les cuente lo que hice después.
Habían pasado ya 15 días desde el encuentro que tuve con nuestro casero, encuentro que aparte de vulgar y asqueroso me gusto, ya que aquel hombre me había tratado como jamás me habían tratado. En esos días me la pasaba masturbándome día y noche, hacia el amor con mi marido contándole detalles de aquel encuentro ya que le encantaba… fueron pasando los días y yo no podía sacar de mi mente pene del Sr. Pérez, tenia que hacer algo para volver a disfrutarlo y no podía esperar el próximo pago la renta y muchos menos sin saber si mi marido le tendría el dinero.
Lo que les cuento paso un día lunes, cuando mi esposo se había ido a trabajar y yo me encontraba demasiado caliente, eran como a las 7 de la mañana y apenas se fue puse en marcha un plan para traer a el Sr. Pérez a la cama. Me fui al baño y tome la manguera de la ducha de mano que tenemos al lado de la poceta (la que uso solo yo para lavarme mis partes intimas) y la jale para romperla pero como no podía romperla busque en la cocina un cuchillo y el mazo de la carne y con eso lo rompí, estaba terriblemente excitada, regrese al cuarto y sacándome las pantaletas me acosté en la cama no sin antes buscar mi consolador que guardaba en la mesa de noche, me masturbe pensando en mi única fantasía, el tener el pene del casero de nuevo, me metí el consolador mientras me frotaba el clítoris desesperadamente, me daba rabia que mi consolador estaba dañado y sin baterias. En eso detuve la masturbación y sin sacarme el consolador de la vagina tome el teléfono y llame al Sr. Pérez, cuando estaba repicando vacile en trancar y olvidarme de todo, pero mas pudo el morbo y la puta que llevo dentro, me contesto:
– Alo
– Alo… Sr. Pérez? – pregunto nerviosa
– Si, quien habla? – me pregunta sin reconocerme la vos
– Hola como esta, le habla Miriam Caballero, la esposa de Carlos, sus inquilinos, me recuerda? – le digo
– Como no recordarla ricura – me molesta cuando me dice así pero me excita – si no dejamos de pensar en usted – agrega
– ¿Quienes Sr. Pérez? – le pregunto extrañada
– Mi guevo y yo ricura, a ninguna hora dejamos de pensar en ti, nos divertimos mucho con la prenda intima que nos dejaste, por cierto ya la tenemos mas sucia de lo que estaba…
Aquel comentario por mas que vulgar que fue me excito muchísimo e hizo que me empezara a masturbar mientras hablaba con aquel hombre:
– Hay Sr. Pérez usted y sus cosas…
– Pero bueno, a que se debe tan sorpresiva llamada, aun falta para pago de la renta jajajaja – se ríe irónicamente el hombre aquel
– Lo llamaba para saber si podía hacerme un favor Sr. Pérez… – le digo decidida
– Dígame para que soy bueno bella dama, pida por esa deliciosa boquita – me dice incomodándome pero sin no dejarme de gustar
– Tengo un problema en el baño y me preguntaba si usted podría venir a ver si me lo puede solucionar – le suelto avergonzada
– Jajaja tiene problema con su cañería jajaja – me dice mientras reía
– En serio, puede venir a revisar, por favor – le digo con la mejor voz de putilla
– ¿Y tu marido? – me pregunta
– No esta, esta en su trabajo – le contesto
– ¿Esta sola?
– Si, solita… ¿Va a venir? – le pregunto
– Con gusto ricura, ya estoy saliendo para allá – me dice emocionado
– Dale, te espero
Mientras estuve hablando con el me masturbaba silenciosamente, me imaginaba el miembro de aquel hombre entre mis piernas, me metía el consolador y me corrí como una puta, el corazón se me salía, estaba loca por hacer aquello y mas aun a escondida de mi esposo, pero quería ver, tocar, mamar el guevo del Sr. Pérez, estaba nerviosa así que me metí al baño y me bañe concienzudamente sobre todo en mis partes intima y cuando lo hacía me di cuenta que tenía la cuca súper peluda, como a mi esposo le gusta así no me había dado la tarea de rasurarme, es más las piernas y las axilas ya necesitaba mantenimiento pero la verdad ya no había tiempo de hacerlo, salí del baño y me puse unas pantaletas blancas tangas, de esas que tapan media nalgas y que se me metían entre las, me puse un sostén de una talla menos que tenia guardado desde hace tiempo y que no lo había botado, como era viejito las elásticas estaban vencida y la verdad no iba a «sostener» mucho, sabia que con el mas mínimo movimiento se me iba a salir una teta jajajaja… y para tapar aquellas «para nada» íntimas prenda me puse una camisa blanca de mi marido que medio transparentaba y marcaba generosamente mi humanidad. Estaba muy nerviosa pero ansiosa de que llegara aquel hombre. Sonó el timbre y suspirando le abrí la puerta, al entrar me ve sorprendido y me dice sonriendo:
– Buenos días ricura
– Buenos días Sr. Pérez, pase adelante – le contesto abriéndole paso
Yo definitivamente estaba loca, como era posible que una chica como yo se ligara con un tipo como ese, vestía mal, olía mal, y me veía con una cara de morboso, era baboso pero solo pensar en lo que tenia entre las piernas hacia que mojara las pantaletas, apenas entro le dije nerviosa:
– Como esta Sr. Pérez, como le va, gracias por venir…
– Dime ricura, para que le soy útil? – me dice sonriendo mientras me desnudaba con la mirada
– Tengo un problema en el baño y me gustaría que lo viera y si es posible me lo arreglara – le digo
– Vamos a ver ricura – me dice
– ¿Quiere un cafecito? – le ofrezco
– Por favor…
– Ya se lo traigo – le digo caminando a la cocina
Sentí que se vino detrás de mi a la cocina, abrí la despensa en donde están las taza y como estaban muy alta me puse de puntilla haciendo que se me subiera la camisa y dejara a su vista el comienzo de mis nalgas y por supuesto mi pantaletica metida entre las misma, el hombre tosió y me pregunta:
– ¿Estas sola?
– Si Sr. Pérez, estoy solita, mi esposo esta en su trabajo? – le digo con picardía
– Ya le dije que me llamara Ramón…
Yo siento que se pone detrás abrazándome maraqueandome y besándome el cuello, yo lo empuje con mi trasero y sirviendo el café le digo haciéndome la estrecha:
– Quédese quieto y vamos a lo que vino… a qui esta su café…
– Gracias ricura – me dice apartándose mientras agarraba la tasita
Salí de la cocina hacia mi cuarto mientras le decía nerviosa:
– Venga por aquí Sr. Pérez para enseñarle el problema…
– Y dale… dígame Ramón, me llamo Ramón – me dice el hombre
– Disculpe, pero me es difícil tutearlo – le digo mientras caminaba
– Estamos en confianza Miriam Caballero, dígame como usted quiera – me dice el muy baboso
– Esta bien Ramón jeje – le contesto con una picara sonrisa
Cuando pasábamos frente a mi cama el hombre me dice sorprendido:
– Uhiiiii pero miren los juguetes de la señora!!!!
Me volteo y se me caía la cara de vergüenza, había dejado el consolador en la cama y este lo había agarrado y lo examinaba:
– Golosa la niña, le gustan grandes no joda – lo huele y agrega – y lo estaba usando, huele rico, huele a hembra caliente jajajaja – agrega riendo
– Que pena, déme aca, devuélvamelo – le decía tratándoselo de quitar
El hombre me empujaba con un brazo y lo alejaba de mi mientras reía y lo lamía, yo saltando trataba de agarrarlo sin lograrlo, aquel forcejeo hizo que se me saliera una teta, mientras seguía saltando y forcejeando me la metía en la copa del sostén para que la muy traviesa se volviera a salir del sostén, todo esto para que el viera y se excitara mas, la deje afuera y deje de brincar cuando me decía:
– Esta dañado, le falta la tapita y las pilas, esto no sirve…
– Si lo acabe, por ahí esta la tapa, se desarmo todo – le digo sin vergüenza alguna
– Debería de botarlo y usar este – me dice mientras se lo pasa por el bulto
– Ahhhh déme aca viejo baboso… – le digo arrancándoselo de la mano
– Jajajaja y tu, eres la propia puta… pero mira, yo te lo puedo arreglar – me dice sonriendo
– ¡En serio! – le digo sorprendida
– En serio, déjelo por ahí y lo acomodamos después – me dice
– Ok, se lo agradezco, pero vamos a lo que vino
Entramos en el baño y le muestro la manguera y riendo me dice otra vez sorprendido:
– Jajajaja es el «lava-cuca» lo que se le daño, jajajaja… ¿Y como lo rompiste mujer? – me dice
– No se como se rompió, esta mañana lo encontré así – le digo sonriendo – ¿Tiene arreglo? – le pregunto como si no supiera que tiene arreglo
– Claro que tiene arreglo mujer, se le compra una manguera nueva y resuelto el problema – me dice
– ¿Me lo puede arreglar? – pregunta tonta, ya lo tenia donde quería
– Claro putica, claro que se lo puedo arreglar… me dice sonriendo
– ¿Cuanto me va a cobrar? – le pregunto poniendo mi mejor cara de puta
– Usted sabe como me va a pagar – me dice el muy morboso
– ¿Como? – le digo recostándome de la puerta y con una voz sensual
Se me acerca y plantándome un beso en la boca me dice:
– Me afloja las nalgas y le reparo eso y su «cosita» que tiene en el cuarto y probamos todo junto… ¿le parece? – me dice
– Dale – le digo empujándolo para que no me volviera a besar – pero primero trabaje – agrego apartándome
– Ok, déjeme comprar los materiales y vuelvo ricura – me dice el nombre
– Ok lo espero
Salio a comprar dejándome mas excitada de lo que estaba, me sentía como una fulana, una mujerzuela, una puta barata por hacer aquello pero me gustaba, nunca me había sentido así, tan deseada y de que forma, me iba masturbar pero pensé mejor en llamar a mi esposo para asegurarme que estaba en su trabajo y así lo hice, estaba hablando con el, diciéndole lo mucho que lo amaba y extrañaba, que era mi amor y todas esas cosas cursis cuando suena el timbre, le dije apurada que estaban tocando a la puerta y que lo llamaba después y nos despedimos con un beso, tranque el teléfono y corrí a abrirle al Sr. Pérez, que entro diciéndome:
– Aquí traigo todo ricura…
Pone las bolsas sobre la mesa y saca la manguera para la duchita y unas baterías y le pregunto curiosa?
– ¿Y estas baterías?
– Para tu juguete mujer, quiero ver como lo usas – me dice el muy baboso
– Chévere, pero primero lo tiene que reparar – le digo
– Tranquila que eso lo arreglo, si no… usas el mió – me dice agarrándose el bulto
No le dije nada, me hice la loca, saque de otra bolsa que trajo una caja de condones, de la misma marcas que los anteriores y de sabores, no dije nada, solo sonreí al verlos y hasta se me aguaron mas las pantaletas, el me miro y me dice:
– Voy cambiar esto, me compañas? – me dice mostrándome la manguera
– Si ya voy…
Caminamos al baño y el se puso a reparar la duchita, me pidió varias herramientas que las tome de la caja de mi marido. Me recosté en la puerta a esperar, el me veía y yo lo veía, no nos decíamos nada hasta que decidí avanzar un poco mas y le dije cruzando las piernas mientras me retorcía:
– Tengo ganas de hacer pipi
– Venga señora, haga pipi, si quiere la ayudo? – me dice levantándose dejando las herramientas en el piso
– Jajajaja y como me va ayudar.., ¿Va hacer pipi por mi ?- le digo graciosamente
– No, pero si quieres la ayudo a bajarle las pantaleticas – me dice
– Noooo, que es, no sea tan loco, siga trabajando y no mire – le digo ingenuamente
Me puse de espalda a la poseta, me baje las pantaletas y me subí la camisa para sentarme a orinar, el hombre no aparto un segundo su vista de mi trasero, yo estaba definitivamente loca al estar haciendo aquello, el hombre sin levantarse se pone frente a mi abriéndome las piernas para ver como orinaba, yo dándole un manotazo a su mano que la tenia en mi rodilla le decía:
– Quédese quieto, déjeme hacer pipi, trabaje es lo que tiene que hacer…
– Uhmmm ricura abra las piernas, déjeme ver, no me quite ese privilegio – me dice el hombre metiéndome mano
Hice pipi bajo la mirada del hombre que seguía tratando de meterme mano y yo negándome, entre aquel forcejeo me dice:
– Tiene la cuca peluda, si quiere se la rasuro también, soy muy bueno afeitando – me dice el muy baboso
– ¿En serio? – le pregunto haciéndome la pendeja
– En serio ricura, te dejo esa cuquita peloncita y te rasuro las piernas, las axilas, me convierto en tu peluquero intimo – me dice con las manos entre mis piernas
El hombre me veía esperando mi decisión, jugaba enredando mis pelitos de la cuca excitándome mas de lo que estaba, me levante de la poseta para tratar de controlarme y tomando papel higiénico le digo:
– Esta bien, pero trabaje, termine con eso y vemos…
– ¿Te seco? – me dice mientras se levanta viendo como agarraba papel
– No, yo puedo sola, gracias – le digo de mala manera
Me seque y me subí las pantaletas para salir del baño, estaba muy excitada y desesperadita, quería tener sexo con ese hombre pero debía aguantarme, aunque no podía creer lo que estaba haciendo me tenia que controlar, tenia que hacerme un poco la estrecha, me estaba volviendo loca ese hombre, fui a la cocina a tomar agua a ver si me tranquilizaba, regrese al baño y el ya terminaba de cambiar la manguera, sonriendo me dice:
– Ya estamos listo por aquí bella señora…
– Que bien, que rápido… ¿para todo es así de rápido? – le digo picadamente
– No, para otras cosas no soy tan rápido ricura – me dice sonriendo
– ¿Quedo bien?
– Porque no se la lava, échese una lavadita y lo prueba – me propone el muy morboso sonriendo
Ya era demasiado, el morbo era terrible pero debía probar si quedo bien así que pasando por al lado de el me coloco a espalda de la poseta otra vez y por segunda vez me bajaba las pantaletas delante de aquel hombre, me senté para tomar la duchita y me lave la cuca delante del mientras le decía:
– Uhmmm quedo bien…
El hombre tomando el jabón me lo da diciéndome con una sonrisa:
– Tome, jabónesela
– Gracias – le digo coquetamente agarrando el jabón
Mientras me la jabonaba veo que se le marcaba tremendo bulto y se lo agarraba descaradamente mientras me veía:
– ¿Estas excitado?
– Coño, tengo el guevo paradísimo – me contesta chirreando los dientes
– Sácatelo para ver – le digo
Me termine de jabonar y veía como se bajaba el cierre y sacaba por aquella bragueta su inmenso miembro erecto, no se si eran vainas mías o el deseo de ver aquello pero se le veía mas grande que la ultima vez, se pajeaba mientras veía como yo me terminaba de lavar. Puse en su lugar la ducha y sin pararme de la poceta le dije:
– Pásame la toalla…
El hombre dejándose de masturbar me alcanza la toalla y secándome las manos le digo mientras le veía el objeto de mis deseos:
– Acércate…
No lo había terminado de decir cuando ya lo tenia parado frente a mi, con su verga frente a mi cara, se lo agarre y comprobé que lo tenia duro como una roca y calientísimo, le desabroche el cinturón y los pantalones para bajárselos con todo y el interior, le agarre las bolas y se las acaricie hasta que comencé a pajearlo y mientras lo hacia le miraba a la cara y me dice:
– Bésamelo
Me lo acerque a la cara y antes de «besárselo» me lo pase por la nariz para aspirar ese olor a macho que tanto me encanta, que me vuelve loca… me encantaba ese miembro viril, su dureza, lo caliente, lo largo, lo grande, me tenia loca ese aparato. Me lo quito de la mano y agarrándome por la cabeza con su mano izquierda comienza a pasármelo por lo labios diciéndome:
– Mamame el guevo puta que no aguanto….
Lo obedecí y abrí la boca para que ese hombre me lo metiera hasta la garganta, que rico lo tenia, en su recorrido hacia mi garganta mi lengua lo saboreo y lo ensalivo dejando ese agradable sabor salado que tanto me gusto de la ultima vez que se lo mame, comencé a mamarlo de una manera salvaje, desesperada mientras que con una mano me masturbaba, no podía creer lo que estaba haciendo, el berreaba como un toro y movía mi cabeza con ambas mano para que le hiciera la paja a su antojo, prácticamente me estaba cogiendo por la boca y la verdad que no aguante mucho, me vine mientras se lo estaba mamando y fue cuando entre en razón y antes que eyaculara me lo saque de la boca y le dije:
– Ya no mas… aun queda trabajo…
– Noooo mujer, no me dejes así – me dice agarrándose el miembro mientras lo sacudía
Aun sentada en la poceta me quite las pantaletas y levantándome le pregunto muy cerquita:
– ¿No me vas rasurar la cuca?
– Uhiiiii por supuesto ricura – me dice sonriendo
– Vamos pues…
Salimos del baño y apenas lo hicimos yo me quite la franela quedando en sostén, tenia una teta fuera de la copa, trate de arreglarlo pero desistí poniéndome de espalda a el y diciéndole:
– Desabróchame el sostén…
El hombre lo hizo y deje caer los mismo al piso, me voltie y a el se le salieron los ojos al verme las tetas, le dije:
– Ponte cómodo, quítate la camisa y los pantalones mientras yo busco la afeitadora…
Abrí una gaveta de la peinadora y saque una afeitadora de esas doble hojilla para mujer pero al hacerlo el miro que había una navaja de peluquero y me dice:
– Con esa es mejor…
– ¿La sabes usar? – le pregunto
– Por supuesto ricura – me dice muy seguro
– Eso espero, no me vayas a destrozar la cuca jajajaja – le dije riendo
Le di la navaja y busque una toalla para ponerla en la cama y no llenarla de pelos, la puse y me acosté cómodamente abriendo las piernas, me comencé a tocar de nuevo mientras el me preguntaba en donde tenía espuma de afeitar y le dije donde estaba la de mi marido, se acercó a mi y puso manos a la obra jajaja… era un trabajo sucio pero alguien tiene que hacerlo o no jajaja, me abrí más de pierna y no podía creer que estaba patas abierta delante de aquel hombre ofreciéndole el «tesorito» de mi esposo, con cuidado se puso a rasurarme y la verdad sabia usar aquella navaja, fue muy delicado y aquella manipulación me volvió al excitar, el hombre aparte de resurarme muy bien aprovechaba de tocarme descaradamente la cuca, había momentos en que sentía que me metía el dedo en la cuca, cuando terminó de rasurar me abrió un poco las nalga y viendo el otro «tesorito» de mi marido me dice sonriente mientras lo tocaba con su dedo:
– Tienes el culto paludito … ¿Te lo afeito también?
Y poniendo mi mejor cara de puta afirmó con mi cabeza, este sonriendo y haciendo espacio me dice:
– Ponte en 4 para afeitarte esos odiosos pelitos …
Me volteo para ponerme en cuatro patas cómo me pidió dejando a su vista y ahora que a su merced mi agujero intimo, yo estaba terriblemente excitada, quería que ese hombre me penetrará de una buena vez, me comencé a dar dedito mientras el me rasuraba los supuestos pelos del culo, como me estaba masturbando me movía mucho así que el hombre dándome una buena nalgada me dice:
– Quédate quieta puta que te voy al cortar…
– !Cuidado con mi culito ! -le exclamó mientras me dejo de masturbar
– Entonces quédate quieta, no te desesperes, ya te voy al dar lo tuyo… no lo muevas que ya termino – me dice el muy baboso
Me quede quieta y siento como el me rasura el ojetes, al rato tomando una toalla pequeña que había sacado para el trabajo íntimo me limpia mis parte diciéndome desesperadamente:
– Coño mira como me tienes – mostrándome la tremenda erección – si no te cojo te mato – agrega mientras se ponía detrás de mi pegándome en las nalgas con el guevo
– No,prefiero que me cojas… pero primero mamame la cuca papito… – le digo al hombre que no dejaba de darme nalga das con el guevo
– Con gusto ricura…
Me acosté rápidamente y le volví abrir las piernas al Sr. Pérez que tomando nuevamente la toalla me limpia muy bien la cuca para «comérsela», yo le veía el tremendo «cipoton» que tenia entre las piernas, después que terminó de limpiarme se acuesta boca abajo metiendo su cara entre mis piernas mientras me agarraba las piernas…guaooo que buena mamada me daba aquel hombre, sentía su áspera y pegajosa lengua lamer mi clítoris mientras me lo chupaba y lo mordía. En eso que estoy inmersa en un profundo placer suena mi celular, le agarre la cabeza al Sr. Pérez para que no dejará de mamame la cuca mientras alcanzaba mi teléfono que estaba en la mesa de noche, vi quien llamaba y le digo al hombre que me comía la cuca antes de contestar la llamada:
– Coño, es mi marido… no hables – le digo al hombre
Me medio senté para contestar y al hacerlo el hombre dejo de mamar:
– Alo – le contesto
– Hola mi amor – me contesta
– Hola cariño
– ¿Que haces mi amor? – me pregunta
– Acostadita papi, ando con ganitas – le digo mimosa
– ¿Estas caliente? ¿Te estas masturbando?
– Si papi, que bueno que me llamas… ¿Me vas a decir cosas ricas? – le digo excitada picándole el ojo al Sr. Pérez que se masturbaba mientras me veía la cuca
– ¿Que quieres que te diga? ¿Como quieres que te trate? – me pregunta
– Se groserito con tu mujer, trátame como una puta papi…
– Dime algo putita… ¿Te gustaría que estuviera contigo el Sr. Pérez? – me pregunta el muy cabroncito
– Hay si papi, me encantaría – le digo mientras me ponía de nuevo cómoda abriendo las piernas
Le hice seña al Sr. Pérez para que saliera del letargo que se encontraba para que me mamara la cuca mientras tenia sexo telefónico con mi marido, aquel hombre se volvió a meter entre mis piernas y comenzó a mamarme la cuca deliciosamente mientras mi esposo me preguntaba:
– ¿Tanto te gusto ese guevo?
– Me encanto papi, tu sabes que si – le digo excitada
– ¿Te gusta mas que el mió putita? – me pregunta
– Si… bueno, el tuyo me gusta, pero el guevo del Sr. Pérez me encanta…
– ¿Lo tiene mas grande que el mió? – me pregunta el muy cabroncito
– Si papi, tu tiene que verlo, ese hombre tiene el guevo grandísimo, grueso y se le pone durísimo – le digo mientras le pico el ojo mientras seguía mamándome la cuca
– Tu si eres puta mami – me dice
Mientras mi marido me hablaba el Sr. Pérez me deja de mamar la cuca y toma mi dañado consolador para metérmelo, no pude dejar de emitir un quejido al sentirme penetrada bruscamente por mi consolador, mi marido me pregunta:
– ¿Que paso mami?
– Que rico papi, me metí el consolador…
El Sr. Pérez se dedico a reparar mi consolador adentro de mi, me parecía excitante y muy morboso, le coloco las pilas y ajusto la tapa que era la que estaba dañada y cuando la puso hizo que se encendiera violentamente, casi grite al sentir la vibración en mi atormentada vagina, estaba al borde del orgasmos, le dije a mi marido que fuera grosero para masturbarme a gusto:
– Que rico papi
– ¿Te gustaría revolcarte con el Sr. Pérez otra vez? – me pregunta en el medio de la cantidad de obscenidades que me decía
– Si papi, quiero, quiero, quiero…
– Pero ese hombre es muy feo mami – me dice el miy cabron
– Jajaja feo pero bello por donde mea – le digo riendo mientras le picaba el ojo al protagonista de la fantasía
– Jajaja puta mami, eres una puta – me dice
– ¿Pero me vas a dejar que lo meta en nuestra cama otra vez? – le pregunto excitada
– No se mami, fue excitante que lo hiciera mi amor y me gusto pero no se si dejarte que lo hagas de nuevo, eres mi mujer – me dice
– ¿Ya tienes el dinero de la renta? – le pregunto mientras le sonreía al Sr. Pérez que no dejaba de hacerse la paja mientras me veía
– Olvídalo puta, olvídalo… ya tengo el dinero – me dice
Empezó de nuevo aa excitarme diciéndome groserías mientras el Sr. Pérez se divertía viendo como me masturbaba cuando mi esposo apurado me dice:
– Mami te dejo, me están llamando, yo te llamo ahora…
– Nooo papi, no me dejes así, ya casi me vengo – le digo haciéndome la urgida
– No puedo mami, te doy permiso para que tengas sexo telefónico, búscate un hombre por el Chat y lo haces rico – me dice apurado
– Será, voy a ver si me tomo un vaso de leche – picándole el ojo al Sr. Pérez – y me quedo tranquila – agrego sonriendo
– Como quieras mi amor, si lo haces por teléfono me cuentas, déjame como un cabron – me dice el muy cabron
– Ok mi amor, si lo hago ten por seguro que te voy a dejar como el propio cabron, eso te lo aseguro mi amor – le digo aun sonriendo
– Rico, ahora si te dejo…
– Chao cabroncito, te quiero mucho -le digo
– Yo también he quiero mucho
Tranque la llamada y digo mirando el celular:
– Pobre… si supiera el tipo de leche que voy a tomar…
– ¿Vas a beber mi leche? – me pregunta el hombre como si no supiera
– Por supuesto… ¿Me la vas a dar?
– Claro puta – me dice emocionado
Sacándome el consolador de la cuca le digo excitada:
– Cojeme por favor, quiero sentir eso dentro de mi – le digo agarrándole el guevo
– Ponte que te lo voy a meter – me dice excitado haciéndose la paja
Cuando se estaba poniendo encima de mi para metérmelo le pregunto alarmada:
– ¿No te vas a poner un condón?
– No ricura… tranquila que te la voy a dar en la boquita – me dice el muy sádico
Yo pongo cara de incrédula mirándolo mientras se lo agarraba para que no me lo metiera, lo tenia grandísimo y durísimo y la verdad que lo quería sentir así dentro de mi, que me cojiera «al pelo» así que le pregunto:
– ¿Seguro que no vas acabar dentro de mi?
– Seguro puta… si no cual es el peo?… te pongo un muchacho y el cabron de tu marido lo cría jajajaja – me dice el muy baboso
– Estupido – le digo haciéndome la molesta – métemelo, pero ten cuidado – le digo soltando su pene
El Sr. Pérez riendo sentado en sus talones frente a mi me atrae hacia el agarrándome por las piernas y poniéndolas sobre sus hombros (me iba a coger como me gusta) y ensalivándose la cabeza del guevo lo frota en mi atormentada cuca y de un solo golpe de cadera me lo mete hasta el fondo haciéndome que me doliera y se lo reclamara:
– Uffffff hijo’e puta no tan duro…
– Jajajaja eso me dijiste la ultima vez y veo que te gusta – me dice riendo mientras me daba
– Cállate y cojéeme rico – le digo jadeando
El Sr. Pérez agarrándome por los tobillos me abre la pierna subiéndolas y comienza a embestirme brutalmente, me encantaba como me cojia ese hombre y se veía que lo disfrutaba ya que sudaba, me besaba y lamía las piernas y hasta me chupo los dedos de los pies mientras me daba duro, soy una mujer multiorgasmica (eso si es real jajaja) y no se cuantas veces me vine, era delicioso, me gustaba el morbo de aquella mañana y con aquel hombre, en esos me dice jadeando con los ojos cerrados y sin soltar mis pies:
– Me vengo puta, me vengo…
– ¡Cuidado!… afuera, échamelo afuera – le digo angustiada empujándolo
– Tranquila que voy eyacular en tu boca puta… prepárate que me vengo – agrega
Me dio enérgicamente un rato mas hasta que me lo saco y se levanto parándose en la cama sobre mi, arqueo las piernas para apuntar a mi cara con su verga y meneándosela me dice jadeando:
– Abre la boca puta que voy a eyacular…. toma lo tuyo… ahggggg….
Arqueo mas sus piernas para apuntar bien hacia mi boca pero fue inútil, vi como salio el enorme chorro de semen que fue a parar de lleno a mi ojo derecho dejándome ciega de ese ojo, rectifico el curso de la rociada y los otros 5 lechazos fueron a parar directamente en mi boca, la cerré y me la trague, fue abundante y caliente y con ese sabor fuerte que me raspaba al bajar por mi garganta, el restregó su glande por mis labios mientras me decía:
– Que rico puta, anda… límpiame el guevo..
Me metió la cabeza de su guevo en la boca y yo me encargue de chupar para extraer las ultimas gotas de leche que le salía para después lamerle el guevo para dejárselo como el quería… bien limpio, cuando estaba en pleno proceso de higiene bucal suena de nuevo mi celular, me lo saque de la boca y vi (con un ojo ya que el otro estaba apagado por la leche) que era mi marido, empuje al hombre para sacármelo de encima y conteste:
– Alo
– Hola mi vida, que hacías? – me pregunta el pobre
– Hola mi amor, me acaba de terminar la leche – le digo mimosa mientras el Sr. Pérez se acuesta a mi lado y comienza a limpiarme el ojo
– ¿Te masturbaste? – me pregunta
– No amor, ya se me fueron las ganas – le digo mientras recibía la leche que me arrimaba el Sr. Pérez a la boca con su dedo
– Lastima mi amor, ya me desocupe – me dice mi maridito
– Te llamo mas tarde mi amor, voy a ver si me pongo a limpiar – le digo
– Dale pues, me llamas, te quiero mucho…
– Yo también te amo, chao
Tranque la llamada y riéndome le digo al Sr. Pérez que me veía sonriendo mientras seguía tocándome la cara:
– Pobre…
– Jajaja si eres puta mujer – me dice riendo
– Es hora que se vaya – le digo decidida levantándome
– Espera mujer, espera… vamos a echar otro… mira, se me está parando el guevo otra vez – me dice el muy vulgar
– No, ya esta bueno, tengo que limpiar, mejor se va – le digo ya un poco mas seria
El hombre resignado se viste mientras yo me ponía las pantaletas y una bata de baño, lo acompañe a la puerta y lo despedí, cerré la puerta para regresar a la cama y como no había acabado me masturbe pensando en el recién encuentro y en lo asqueroso de aquel hombre, me estaba pasando de puta pero necesitaba de aquello y me estaba preocupando.