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Los extremos del placer

Los extremos del placer

Era un día muy caluroso y por lo que parecía, la noche iba a ser igual de calurosa, mis padres habían sido invitados a casa de unos amigos para cenar, por lo que tuve que ir como ellos, ya que no querían que estuviese solo en casa.

Llegamos a la casa era grande y mis padres me presentaron y a su vez ellos me presentaron a su hija, un linda chica de unos 18 años.

Estuvimos cenando tranquilamente, por alguna razón no podía dejar de mirar a tan bella jovencita, quizás sentía una cierta

atracción que desconocía hacia ella. Nada mas cenar ella (su nombre es Dalia y el mío Edu) le pidió permiso a sus padres para irse a su habitación.

No creía lo que me pasaba, la mirada de esa chica me tenia hipnotizado, cuando ella subió, yo le pregunte que donde había un baño y me dijo que en el piso de arriba, por lo que me acompañó hasta él, ya que su habitación estaba en ese piso, mientras yo la veía subir por las escaleras mi cuerpo empezó a acalorarse y le pregunté, que como era que

se iba tan pronto a la habitación y de dijo que estaba cansada. Me abrió la puerta del baño y pase, no podía quitarme de la cabeza esa mirada.

Por lo que decidí sacarme la verga ahí mismo y jugar un poco con ella.

Unos minutos después, tocó la puerta preguntándome si me pasaba algo, justo tenia que llamar en el momento, en el que estaba a punto de venirme, pensaba yo, hice lo que pude para guardarla, pero estaba seguro de que si le abría la puerta se iba a dar cuenta de mi situación, aun así tenia que abrir y así lo hice.

Como vio que no me pasaba nada se fue y me dijo que me relajara con una sonrisa picarona.

Era evidente que se había dado cuenta de mi estado, así que entre y terminé lo que había empezado.

Cuando me dirigía hacia las escaleras vi que salía luz de una habitación, no sabia que hacer así que decidir echar una miradita, mi sorpresa fue grande cuando me encontré a ella dentro, entre en su habitación lentamente sin que me viera, estaba recostada sobre la silla, por lo que parecía estaba viendo unas fotos que tenia en el ordenador, supongo que le producían un cierto calor, ya que tenia el franelón por encima de la cintura y aparentemente estaba jugando con los pelitos de su concha, ante esa situación mi verga se puso muy dura y sentía que iba a reventar el pantalón.

No podía seguir mirándola, por lo que salí de la oscuridad y me dirigí hacia su acelerado cuerpo, ella se quedo asombrada ante mi presencia y cuando reacciono se coloco rápidamente sus braguitas.

Me dijo que se sentía muy avergonzada por haberla visto en esa situación, aunque su cuerpo no pensaba lo mismo, por que veía como sus pezones querían destrozaban su franelón, la levante de la silla y la lleve a su cama diciéndole que no

se lo iba a decir a nadie, pero a cambio me tenia que dejar darle un masaje en su espalda, ella no tenía elección así que se tumbó y se subió el franelón, pero me pidió que no la mirara mientras se lo quitaba, así que me di la vuelta hasta que se tumbó boca abajo en la cama, su cuerpo estaba muy nervioso, así que le estuve diciendo que se relajase y que estuviese tranquila que no iba hacer nada malo, ni me propasaría con ella, solo quería darle lo que le había prometido. Yo me puse a su lado y le dije si prefería que cerrásemos la puerta con la cerradura y me dijo que si, que no quería que sus padres la pudieran ver en esa situación.

Me levante y cerré la puerta, me quedé unos segundos contemplando tal belleza, puse lentamente mis manos en su espalda, su piel era suave y tersa. Yo movía mis manos del centro de a espalda hacia arriba poco a poco para luego bajar, notaba como su cuerpo se relajaba, mis dedos presionaban levemente en su espalda, llegué al cuello, que preciosidad, pensé, me acerqué y pasé levemente mis labios, nada mas contactar con su piel, noté como todo tu cuerpo se electriza y su respiración era algo mas acelerada.

No me creía lo que estaba sucediendo, se estaba excitando en cada uno de mis movimientos, viendo lo que ocurría tome valor y di un paso mas, subí a su cuello y le pase muy dulcemente la puntita de mi lengua por su cuello, en ese instante salió un pequeño gemido de su boca, no aguantaba mas tenia que besar esos labios carnosos que me volvían loco, le gire levemente la cabeza y empecé a darle besitos por su cuello, por su oreja, en su

pómulo, y finalmente llegué a sus lindos e inocentes labios, que tanto deseaba, nuestros labios se fundieron en un apasionado beso, en donde nuestras lenguas el papel principal, entrelazándose, recorriendo cada centímetro de nuestras húmedas cuevas, mientras mis manos recorrían su cuerpo. Las bocas se separaron unos segundos y ella le agarró suavemente del cuello acercando de nuevo sus labios a los de él, degustando el sabor de quien le estaba excitando.

Al cabo de unos minutos de fusión descontrolada, él volvió hacia su espalda fue bajando lentamente deteniéndose en su cuello, sus omoplatos, el medio de la espalda hasta llegar a su parte mas baja, pero no se detuvo siguió bajando besando ese bello culito que tanto le había gustado cuando se levantó a cerrar la puerta, beso a beso fue cruzando ese maravilloso monte, continuo por sus piernas hasta llegara sus tobillos, la vuelta se veía deliciosa, pero esta vez ascendió por la cara interna de sus piernas, según dejaba atrás los tobillos y las rodillas notaba como sus piernas estaban cada vez mas y mas cálidas, justo antes de ponerse en

contacto con su sexo, salió de entre sus piernas para darle un inocente beso en sus labios, mientras las giraba para estar ambos cara a cara, Edu no podía quitar la mirada de sus ojos, que le pedían permiso para continuar recorriendo su cuerpo, sus pómulos se enrojecían dulcemente en señal de aceptación, por lo que continuo con tan bella anatomía, Edu le obsequio con un sincero y tierno beso en sus labios.

Continuo descendiendo por su cuerpo, se detuvo unos minutos en su cuello, prosiguió con su viaje hacia sus pechos podía oír como su corazón latía con mayor velocidad, según se iba acercando mis labios no querían despegarse de ella, empezó a besarla dando círculos cada vez más pequeños alrededor de su pezón, viendo como este modificaba su tamaño en cada milímetro recorrido, cuando estaba a punto de llegar a la cima, paro en seco y coloco su boca encima del

pezón a una pequeña distancia, lentamente se acercaba mas y mas hasta rozar muy levemente tan bello pezón, en ese instante su cuerpo dio un golpe como si una descarga eléctrica le recorriera su cuerpo, su respiración se acelero aun mas, en ese momento Edu abrió los labios para que entrase el pezón dentro de su húmeda boca, mientras sus labios chupaban y succionaban la lengua jugaba con su cima, notando como este aumenta cada vez que pasaba su lengua por él. Se separo y empezó a jugar su lengua con el pezón mientras ella no para de gozar cada una de sus pasadas con la lengua, y viendo que el otro pezón no había recibido

ningún masaje, fue lentamente con sus labios desde un monte al otro, que recibió el mismo “castigo” que con su otro pecho además de algún que otro mordisquito en la puntita, después de estar jugando con él, alternándolo con intensas succiones, que hacían enrojecer sus pechos y que a su vez le producía un enorme placer, MMMMMMMMMMMMMM.

Antes de seguir bajando le dio un beso en los labios y otro en cada pezón. Se colocó entre sus pechos y fue descendiendo hacia su tripita rozando su lengua por su suave piel, se paró en su ombliguito con el que estuvo jugando durante unos minutos con la lengua y dándole un recital de

besos y caricias. Edu tenia serios problemas para aguantar su excitación, continuo su camino hacia ese deseado monte que tanto quería devorar. Ufff (yo también).

Sus labios empezaron a tocar tu panti blanco se veía muy bien, beso a beso iba cruzando el monte, notando esos pelitos escondidos bajo su panti y sus labios mayores, la humedad era evidente en su sexo y desprendía un olor maravilloso.

Nada mas terminas de cruzar su sexo, sacó la lengua al máximo y la pasó por todo su sexo

de una pasada en hacia arriba, saboreando ese jugo que mojaba su panti.

Volvió a subir a su ombligo, cogió su panti de los lados y empezó a bajárselo lentamente, yo no podía aguantar mas por lo que me desnude y me puse encima de ti, pero apenas te tocaba, notaba todo tu calor corporal, puse mi lengua pegadita al inicio de tu panti y de este modo disfrutar de cada milímetro tu sexo según iba apareciendo, no podía disimular mi excitación, ya que mi verga estaba en mi máxima expresión, era muy placentero ver tu cara enrojecida de excitación mientras saboreaba el cuerpo que poco a poco iba dejando paso su panti, mi lengua estaba en contacto directo con tus pelitos y se puso a jugar con ellos mirándote directamente a la cara, su panti seguía descendiendo y mi lengua la seguía de cerca pasando por tus labios hinchados, rojos, calientes muy humedecidos, que provocaron que de mi verga saliera mi liquido pre-seminal.

Para quitarle bien el panti le levante de la cadera y se lo quite, me gustaba mucho como tenia su sexo levantado por lo que le coloque un cojín debajo de su culito. La visión era maravillosa todo ese sexo a mi merced, me lancé a por él, quería devorarlo recorrer cada rincón de su concha, y mi lengua empezó a jugar con sus labios mayores su cuerpo se convulsionaba con cada lengüetazo, y de repente sus manos agarraron mi cabeza apretándolo contra su concha, gritándome que no parase y así lo hice, besaba tus labios mayores y menores, los lamía, los succionaba con deseo saboreando todos tus jugos que se esparcían por mi cara y me dirigí a tu clítoris para darle un verdadero castigo abrí y separe bien los labios con dos dedos y mi lengua jugueteo en un principio suavecito, luego apretó un poco mas fuerte y por ultimo le dio unos mordisquitios que llenaron su cuerpo de descargas eléctricas a su vez mi cabeza se movía al mismo ritmo que sus caderas, ya que me seguía presionando con las manos hacia su concha, como su cuerpo estaba inundado de placer, con dos de mis dedos se lo pasé por sus labios impregnándolo de su sabor y se lo hice chupar, mientras ella con su mano libre se frotaba sus pezones, con esos dedos chupaditos los puse entre sus labios carnosos dirigiéndome a la entrada de su vagina lo puse enfrente y empece a introducírselo entraba fácilmente por la excitación que tenia su cuerpo mientras seguía jugando con su clítoris movía mi dedo dentro de su concha dando círculos, moviéndolo solo a la izquierda o la derecha o hacia los lados, en un instante llego un chorro de jugos contra mi cara mi entras de que de su boca salían estas palabras ME VENGOOOOOOOOOOOOO que manjar eran sus jugos que delicia.

Sin darme tiempo a reaccionar se coloco encima de mí, quedando yo tumbado, no podía creer lo que me estaba sucediendo, esa inocente jovencita se estaba acercando lentamente hacia mí, con movimientos sensuales, esto estaba produciendo en mi una acelerada excitación y mientras ella me tocaba dulcemente los huevos y mi erecta verga, yo volvía castigar su concha con mis dedos.

Me estaba poniendo calentísimo en cada movimiento, ver como su suave mano cubría y descubría mi glande me estaba haciendo tocar el cielo, MMMMMMMMMMMMMMM.

Coloco su boca encima de la punta de mi glande y le dio un tierno beso, en ese instante mi cuerpo recibió una descarga de placer bestial, que hizo que mi cuerpo temblase, continuo dando besos alrededor de mi verga y en un momento saco la lengua y empezó a lamer de arriba a hacia abajo y viceversa, de mi boca salían gemidos producidos por sus perversas caricias igual que de su boca salían fuertes suspiros por el castigo que estaba recibiendo en el clítoris, nuestros cuerpos gozaban a la vez, si pensar en lo que nos rodeaba.

Me miro a los ojos y empezó a meterse mi verga en su boca, notaba la humedad de su boca recubierta de esa saliva que antes había degustado tan placenteramente, subía y bajaba rítmicamente, me tenia totalmente a su merced por el grandísimo placer que me generaba. MMMMMMMMMM. Mi cuerpo empezaba a temblar, y eso significaba que estaba cerca de venirme.

Le dije lo que me ocurría y ella en vez de apartarse, aumento el ritmo, yo me quería morir de placer, ya que estaba cerca de venirme, la acerque y puse su concha en mi cara, quería lamerle ese maravilloso clítoris y meterle mi dedo por su concha para en el momento de venirme transmitirle todo el placer que me estaba causando.

Si aumentaba el ritmo en mi verga yo lo aumentaba en su concha, ay no podía aguantar mas, se sintió explotar y su verga empezó a expulsar varios chorros espesos de semen, dos de ellos entraron directamente a su boca, el resto se esparció por su cara, sus pechos y por mi torso en cada uno de esos chorros mi cuerpo sé convulsionó por lo que mi cara y mis dedos entraban de golpe en su concha.

Produciendo en ella un brutal orgasmo que lleno mi rostro de tan sabroso jugo y para que no perdiese nada de tal manjar pase mi lengua por toda su concha recogiendo todos sus jugos pasando de los pelitos de su monte hasta el final de su concha, una vez ahí me fije en ese lindo culito que le brillaba pro los jugos que lo quedaron del primer orgasmo, así que le separe lentamente su nalgas y pase mi lengua por todo su ano, mientras ella devoraba los restos de semen que había en mis huevos en mi torso y en mi verga dejándome totalmente limpio.

La volví a tumbar y mi lengua recogió los restos de semen de sus pechos y lo puso en la punta de cada pezón. Los dos se miraron a los ojos y sin decir palabra se dieron un apasionado beso, donde se juntaron todos los jugos segregados de ambos cuerpos.

Después de unos minutos de fusión de labios el se despidió de ella dándole un beso en su concha, en su ombligo, en cada pezón, en su cuelo y por ultimo en esos labios que tanto placer le habían dado y ella beso levemente su verga y varios puntos de su torso y en los labios.

Ese ultimo beso tan sensible y sencillo dijo mas cosas que las que habían ocurrido hacia unos minutos.

Ambos se fueron al baño para ducharse juntos, volvieron a aparecer las mismas caricias que tanto placer le habían producido en su habitación.

Ambos bajaron por las escaleras hacia el salón donde se encontraban sus padres, que les preguntaron dónde habían estado y les contestaron que hablando en su habitación de poesía, ambos cruzaron una mirada juguetona.

Ambos se quedaron con un recuerdo de cada uno, su ropa interior impregnada de sus jugos.

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