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Comida y sexo

Comida y sexo

Sábado a la tarde mi pareja y yo sin perspectiva y aburrido, con TV de por medio y libros para no hablarnos. Suena el teléfono y era la amiga de ella. Nos invitaba a cenar a su casa. Ella no era de mi simpatía y teníamos mucha dificultad para comunicarnos, era agresiva conmigo y me desautorizaba con sutil posición mis comentarios que con su inteligencia lograba que no podía enojarme con ella porque no daba el motivo justo. En contra mi voluntad y para no discutir con Susana mi mujer aceptamos la invitación.

Llegamos a la casa nos atiende el marido, Juan que simpáticamente nos hizo pasar con los saludos de protocolo.

Juan un langa de esos que se la saben todo y un agrandado pero en la realidad un mediocre mantenido por su mujer ya que hace como que labura en una distribuidora. Yo atendiendo a todas las pelotudeces que decía y riéndome por compromiso. En eso Susy pregunta por Gaby su mujer a lo que contesta que se estaba bañando así que esperamos sentados mientras Juan nos servía un aperitivo.

En eso aparece Gaby, saludo con su sonrisa pícara y sobradora, que para mí hipócrita, a la que respondí en igualdad de actitud dándole un beso cruzado y casi de orejas… A lo que agrego que viejo estas!!!!! jajaja riéndose a lo que respondí si pero tengo mi energía todavía… después se centró la charla con Susy.

En conclusión el hacia un asado en el fondo e iba y venía controlando la carne del asador y yo me puse a ver la tv que estaba encendida en eso Susy le acerca el vaso a Juan en el fondo y Gaby me dice.
-Che chanta venir a la cocina, ayúdame hacer las ensaladas.

Accedí de mala gana así que la acompañe siguiéndola detrás. Nunca me había fijado pero tenía un hermoso trasero que movía con elegancia y seducción imponente. Me agarro una tentación sublimen de tocar esa masa de carne formadas y firmes con redondeces marcada por la tanga que contorneaba las deliciosas ondas. Cuando llegábamos a la cocina se dio vuelta de golpe y vio que yo estaba todavía embobado con su culo. Se rio y comento:

-Te gusta nabo!, lo que darías por el ? No?

Me sonreí y me guarde al maso por que no entendía por dónde venía la mano hasta momento después que se dio el desandar del destino.
Empezó hacer las ensaladas y me encomendó la tarea de cortar un repollo en rebanadas finas mientras ella hacia otras ensaladas. Podíamos sentir la risa de Susy que por su simpleza disfrutaba de los chistes gastados de Juan. En eso que estaba cortando le pregunte si no tenía una cuchilla más grande a lo que me contesto que buscara detrás de la puerta corro la misma y la cierro para buscarla en eso me grita

-NOOOOOO!!! Animal….
No ves que no tiene picaporte y se traba!!!!
-U no me di cuenta no sabía

Pedí las disculpa de mi torpeza. No lo considere importante hasta que vi que realmente estábamos encerrados separado por esa pesada puerta de nuestras respectivas parejas.

Llamo a Juan para que haga algo pero como es re torpe se fue a buscar herramienta al auto del estacionamiento mientras yo buscaba la forma de abrir esa bóveda de banco que parecía la puerta. Mientras Susy protestaba por mi estupidez.

Gaby estaba callada y no decía nada, esperaba que me basureara con su hábil y locuaz forma hiriente que tenia de decir las cosas pero no se inmutaba luego me miró de otra manera. Y en lo bajo me dice:
-Queres tocar lo que tanto miraste?

Quede atónito y pasmado a lo que asenté con solo un gesto lento de mi cabeza y un tímido si adolescente embobado.

Se acercó me dio las espalda y se bajó la calza negra. Y dejo al descubierto un culo mejor del que había visto tras su pantalón de gimnasia, una blancura de delantal de maestra en el que se podía ver una tanga también negra que se perdía en su raja. Lo movía como una perra delante mío a lo que sin dudar baje mis manos con restos de repollo y la acaricie suavemente disfrutando cada milímetro de piel semi fría. Se dio vuelta y me estampo un beso que me dejo volado ya que no me lo esperaba aunque en el fondo pretendía. Me paso la lengua por toda mi boca mis manos apretaba sus nalgas contra mi erección que ya era palpable para ella y frotaba su pelvis contra mi bragueta. Su aliento tenía un perfume erótico mientras con su lengua rodeaba mis labios. Yo desencajado, activo recorría todo su cuerpo con mis manos mientras escuchaba a Susy que protestar por mi torpeza. A lo que Gaby respondía a centímetro de mío boca que no me rete que yo no sabía de la puerta.

Mientras Juan no venía ella me desprendió con maestría mi pantalón y bajo de con sus dos manos todo mi ropa de la cintura para abajo, salto mi pene erecto a lo que apretujo causándome casi dolor y placer al mismo tiempo, era una docente del sexo como me trataba sin dejar de explorarme con su lengua y enredándose con la mía.

Bajo por mi pecho directo como sabiendo el poco tiempo que teníamos a mi verga, la tomo y con sus labios previo a observarla y mirarme en una actitud de dominio, se la metió toda en su boca, sus ojos me miraban mientras se tornaban rojizos por el propio ahogamiento que se causaba presionándose contra mí.

Disfrutaba con éxtasis la chupada de verga que me pegaba y yo disfrutaba y hacia comentario con Susy, para distraerla, que seguía protestando del otro lado de la puerta. Gaby se tocaba entre las piernas pero no podía ver que hacía, supongo que buscaba su clímax tocándose, mientras deslizaba su boca de punta a fondo por todo mi tronco eréctil.

En eso ciento que entra Juan se pone a trabajar en la puerta. Me moví incomodo por miedo a que nos descubra pero ella se para y me dice al oído.

-Dejalo es Juan es un inservible, le va llevar tiempo abrirla… me cojes?

Mi audacia se reforzó con su comentario y mi calentura no tenía límite. Se dio vuelta apoyo las manos en la mesada frente al repollo y abrió las piernas. Me puse detrás, baje para lamer su concha que ante todo lo ya vivido estaba mojada y dispuesta, eso me cachondeo más y lamí como un infante a un helado pasando mi lengua por todo los pliegues de su papo mojado, gemía en silencio y temblaban sus piernas. A tal punto que se puso un repasador de cocina en su boca para no ser escuchada estimo que estaba en pleno mini orgasmo y yo sumergido entre esas curvas peligrosas y resbaladizas. Me pare detrás con mi pija parada y desesperado por entra en ella mientras a cincuenta centímetro mi mujer y su marido hacían chiste y ruidos en la puerta. No podía creer el riesgo que corría de ser descubierto pero creo que eso fue el condimento que enarbolaba el manjar que disfrutábamos. Emboque con la torpeza del nerviosismo en su concha y me mande de una con un golpe maestro. Permanecí dentro de ella sintiendo el calor de vagina y ella movilizo con contorneo su culo como masticando mi pene a lo que me empecé a mover en un vaivén con ritmo lento disfrutando cada centímetro que entraba y salía, mis mano abría sus nalgas y las levantaba para entrar lo más que podía luego me tire sobre ella y mis manos se deslizaron entre su piel y su buzo suelto, buscando acariciar sus discreta pero hermosas tetas a lo que ella se movía a contra ritmo mío buscando nuestra música sexual. Juan empezaba a putear al carpintero que no termino su trabajo en esa puerta de museo y gritaba viva vos que tengamos paciencia a lo que respondíamos con no hay problema, con el único sentido cuerdo que podíamos tener en tremenda calentura con el fin de disimular. Susy se reía detrás de la puerta y hacia comentarios insinuatorios de que no me propasara con Gaby a lo que respondía con temblada vos

– sabes que no es mi gusto che-

Mientras en mi tarea del macho, que Gaby había despertado, seguía bombeando buscando mi orgasmo en eso zafó se dio vuelta y se subió a la mesada, abrió sus piernas se sacó el buzo y frote con la ayuda de mi mano agarrando el tronco de mi pene su concha abierta y plenamente mojada juguete en un histérico roce y frote, generando el deseo de ser penetrada. Abrí con mi glande sus labios carnosos y metí a fondo mi pene a punto de estallar mientras su boca me comía la mía, solo se separaba para decir algunas cosas con el fin de disimular y engañar a nuestros cónyuges y volvía a morderme los labios y besar desde mi frente los ojos y toda mi cara y yo moviéndome más, en un momento me rodeo con sus piernas y con una presión suave me marcaba su ritmo para la culminación, a la que obedecía como un soldado a su teniente en plena guerra en un momento respira hondo y contiene su respiración sus ojos se desorbitaron y su cabeza se desplomo para atrás mientras con mis brazos sostenía ese cuerpo casi muerto desfallecido por el orgasmo. No detuve mis movimiento quería largar todo mi sí. Frenético y moviente mi cuerpo en lo que siento el pasmo de mi inminente acabada y brotaron de mi todo un caudal de un rio de esperma que dejaba de salir a cada contracción y desfallecí sobre ella y ahora éramos dos muertos en vidas arriba de la mesada fría, después de tremenda fenecida. Estuvimos unos segundos y recuperamos la coherencia de la situación ya que sentíamos golpes en la benévola puerta que me dio esa oportunidad. A lo que ya podíamos decir algún comentario más coherente con Juan y Susy. Nos ordenamos la ropa de prisa, ella volvió a su tarea acelerada de terminar las otras ensaladas y yo abocado a terminar de cortar el bendito repollo cuando estábamos terminando la puerta se abrió y los dos por separado y como si nada cruzamos la mirada con juan y con Susy a un solo:

– por fin que manifestó con protesto ella sin dejar de hacer lo que estaba haciendo.

Salió de la cocina como si nada de reojo vi como bamboleaba y se alejaba con rumbo a llevar las ensaladas mientras Susy se acerca y me da un beso al que respondí con nerviosismo que se diera cuenta de mi travesía. Pero por suerte no se percató de nada. Me fui a la mesa y comimos como si nada hubiera pasado. Ya los chistes de Juan tenían más calidad para mí, aunque fueran re boludos, ya que me había prestado a su esposa y en gratitud casi perversa debía festejárselos.
Se hizo tarde entre charlas más relajada y Gaby ya no me agredía como antes, tal vez porque corte el repollo como ella quería bien finito como ella quería para acompañar el asado que Juan cocino.
Eros44

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