Vacaciones con mis amigas I
Hola me llamo Pedro y soy un chico de 24 años que vive en León en España, mido un metro ochenta y la verdad es que las mujeres me suelen encontrar bastante atractivo por lo que tengo bastantes relaciones sexuales con mujeres diferentes.
Hace dos años me fui de vacaciones con dos de mis mejores amigas Carla y Carmen, fuimos sólo durante 4 días a Almería porque Carmen tenía novio y este era muy celoso.
Para que entendáis mejor mi historia primero os tengo que describir a mis amigas, Carla es la típica rubia con muy buen cuerpo, incluye un culo y unas curvas muy apetecibles no muy guapa de cara pero con mucho morbo, mientras Carmen es la clásica chica gordita de la clase cuya mayor virtud es tener un par de tetas tremendas, yo hacía unos 10 años me liè con ella pero no fue nada serio dos besitos de adolescentes.
El primer diá que llegamos a la playa, ambas se pusieron muy serias y me preguntaron si me importaba que se pusieran en Top-less a lo que yo naturalmente conteste que no, nunca había visto sus pechos y por supuesto quería verlos.
Aunque yo no quería fijarme, me era imposible no mirar de reojo los pechos de mis amigas, Carla tenía dos pechos firmes como rocas, mientras que Carmen tenía dos tetas caídas de pezones grandes.
A media mañana fuimos a dar un paseo por la playa y me di cuenta del efecto que hacían en los hombres que paseaban por la playa las tetas de Carla, era entretenido ver los reojillos que le echaban, aunque estuviesen acompañados de su pareja, yo creo que ella no se daba cuenta de esto, pero si es verdad que sabía que estaba buena y la gustaba exhibirse.
Llegó la hora de comer y Carmen tenía que ir con un familiar a pasar la tarde por lo que Carla y yo nos fuimos a comer a un chiringuito de la playa, Carla se puso una camiseta escotada y unas bermudas pero no la parte de arriba del bikini.
Una vez en el chiringuito, como se acababa de bañar se la transparentaban todos sus pezones duros como rocas, yo me puse malísimo y el camarero de poco nos tira la comida encima, la comida fue muy animada con vino y recordando anécdotas de la adolescencia.
Al terminar de comer decidimos ir al apartamento a dormir la siesta.
En el ascensor creo que ella se percató de que me estaba excitando con su camiseta mojada, miró mi entrepierna y vió un bulto, pero para mi sorpresa en vez de ruborizarse esbozó una sonrisa picarona.
Una vez dentro de la casa nos apeteció postre, y nos dispusimos a comer una tarrina de helado que teníamos en la nevera, como solo había una cucharilla limpia decidimos compartirla.
Con el frío del helado a Carla se la ponían aún más duros y lo mismo pasaba con mi polla.
A mi se me cayó un poco de helado en la barbilla y entonces ella sonrió como una niña mala sacó la lengua y lamió mi barbilla.
¿te ha gustado? Me preguntó, yo respondí que mucho, entonces ella dijo: » no se lo que me pasa pero estoy supertorpe con el helado» , y se dejó caer un poco sobre el cuello, yo lo lamí con pasión.
Entonces se quitó la camiseta y empezó a ponerse helado en las tetas, yo se las comí enteritas mientras ella gemía de placer y con pasión me quitaba la camiseta y la parte de abajo del bañador, yo le arranque su minúsculo bikini, la tiré sobre el sofá abalanzando mi boca sobre su peludo coño, introduje mi lengua bien adentro de su sexo alentado por sus gemidos y lamiendo cada pequeña partícula de su coño estuve 5 minutos.
Después me levanté, ella cogió mi mano y me llevó a la mesa diciéndome: ¿hace calor quiero helado? Mientras cogía mi polla y la metía en la tarrina para luego metersela en la boca.
Me encanto la forma en la que me comió mi verga, lamiéndola al principio y luego metiéndose la hasta dentro de su garganta, sin dejar de mover la mano, soló paró para decirme: » Joder que rica está esta polla».
Yo me agaché y empezé a meterla los dedos por detrás en su húmedo sexo.
La levanté y subiéndola encima de la mesa empecé a penetrarla de manera salvaje, descargando en su húmedo sexo toda mi pasión y fuerza, ella gritaba como una loca lo cual me excitaba aún más.
Mientras la follaba cogí el bote de helado ye derrame su contenido sobre su cuerpo, empezando a lamerlo rítmicamente en coordinación con mis embestidas.
La di la vuelta y ella se puso a 4 patas, me dijo: venga, quiero sentirla hasta dentro, se la empecé a meter, pero esta vez despacio y en círculos recreándome en la humedad de su coño, vi como se la ponía la piel de gallina, se acercaba al orgasmo, entonces la agarré los pechos sobándolos con fuerza y empecé a penetrarla a gran velocidad, ella gritó: Me corro, me corro, aaahhh.
Una vez se hubo corrido, se dio la vuelta y empezó a cascarme una paja mientras pasaba su lengua por todo mi aparato, yo gemí de placer antes de correrme y ella dándose cuenta acercó su cara a mi polla de llenándose de semen toda su cara, me encantó correrme de esta manera y la empecé a besar, lo cual me permitió probar mi propio semen, después de esto nos fuimos a dormir extenuados.
Las vacaciones dieron más de si, pero eso es otra historia.