Capítulo 3
- Los mejores polvos de Soledad y sus amigas I
- Los mejores polvos de Soledad y sus amigas II
- Los mejores polvos de Soledad y sus amigas III
Los mejores polvos de Soledad y sus amigas III
Esa tarde ya todas sabían que había empezado una nueva serie de relatos, «los mejores polvos…» vi la cara de ansiedad para contar sus vivencias, siempre dicen que es sano sacar los traumas afuera, Clara estaba distendida y yo escuchaba a Amorina, sobre el mejor polvo de una conocida, como ese es un viejo truco para esconder (ya utilizado por las presente) casi al unísono le dijimos que solo se aceptan las experiencias propias, Amorina no se animó (todas sabemos que disfruta a su padre) , fue Annabella quien comentó su mejor momento sexual (polvo).
» En las vacaciones de invierno, mientras mi familia emprendió viaje al norte argentino, me tuve que quedar a estudiar una materia previa del secundario, necesitaba el título para seguir los estudios universitarios esa madrugada me recosté después de estudiar toda la noche, mis 18 años, me encontraba físicamente perfecta mi experiencia sexual que desde hacía dos años empezó como una cosa natural daban esas formas de mujer latina, que me encantaba ver en el espejo, contemplándome desnuda.
Profundamente dormida no escuchaba nada, el día anterior mis tíos me invitaron a almorzar, había llegado de Europa donde terminó una beca de Administración en Barcelona mi primo Esteban (23) .
Me sobresaltaron sus dedos fríos en mi frente, desperezándome, fue como si lo hubiese visto por primera vez, hacía cuatro años que no lo veía, el era todo un hombre y yo toda una mujer, su cara reflejaba asombro , llamó enseguida a su casa, diciendo que estaba todo bien, que estaba dormida, tome el teléfono y me disculpe, no se porque, pero les pedí que trasladáramos nuestro ágape a la noche, que con Esteban comeríamos algo después de ducharme, me fui al baño y empecé a hablarle a los gritos, le pedí que abriera la puerta para que me escuchara, cuando salí de la ducha desnuda, estaba apoyado en el dintel de la puerta, tome la toalla y me empecé a secar, no puse cara de asombro ni de otra cosa, solo lo mire y fue el momento que pactamos el acto sin decir palabras .
Mientras me secaba , el se desnudaba, puse la toalla en el piso y lo mame, lamiendo su barra que se puso erecta casi al instante, le besaba la punta enroscando mi lengua en su glande , succionando la piel cubriendo el prepucio , cuando largo su leche sobre mi lengua, me levanté y lo bese, pasándole parte de su propio semen, pensé que le daría asco, pero nuestras lenguas se entremezclaron en «una guerra» , me llevó a la cama mientras lo abrazaba con pies y manos , se recostó y lo monte, su falo penetro, hasta el fondo y otra vez acabo ahora en mi vagina, perdí la noción del tiempo, estaba fundida en el , todos los juegos que el me pidió lo hice, menos entregarle mi culo (no lo considero natural) .
Fue hasta ahora mi mejor polvo, no pensado, no programado, verdaderamente gozado , en ese momento fue extraordinario, cuando a la noche me presentó a su novia (que estaba en su casa) no sentí celos y fue tan maravilloso que no pienso en repetirlo con el , porque se que es irrepetible.
Espero algún día gozar, como ese día , espero ser mujer como ese día lo sentí»
Nota de Soledad: No hay dudas que Gloria recuerda ese polvo, como su mejor polvo, su cara refleja ese algo de satisfacción, de goce, de mujer satisfecha y en esa búsqueda continua de disfrutar la vida y como Clara está distendida, verdaderamente parece que era un secreto, ninguna de nosotras lo sabía y estos relatos, nos dan sorpresas.