Me dejo follar por el amigo de mi padre
Jamás había sospechado que uno de los amigos de mi padre fuese homosexual y que le gustase dar por el culo a jovencitos, que era especialmente lo que le gustaba. Pero terminé por saberlo, no por que nadie me lo contase, o lo hubiese visto rondando aseos públicos que era a donde solía acudir yo a dejar que me dieran por el culo, me enteré un día en el que llevándome él engañado a su casa, empezó a meterme mano hasta que consiguió que le entregara el culo, dejándole que me follara haciéndome suyo.
Se llamaba Antonio, paraba donde paraba mi padre, era un bar donde solían beber los vinos antes de ir a comer y luego a la tarde jugar la partida de tute.
Aquel día yo estaba con mi padre, era un día caluroso, serían alrededor de las 7 u 8 de la tarde, cuando después de terminar una de las partidas de tute, este amigo de mi padre, hablando conmigo que se había enterado por mi padre que yo estaba haciendo un curso de electrónica y que sabía reparar televisiones, radios y todo tipo de dispositivos electrónicos, me comentaba que tenía en su casa un aparato de tv que le estaba empezando a fallar y no sabía si llamar al técnico para que se lo reparase, o sería mejor comprar uno nuevo. Me dijo si le podía dar un vistazo y que le dijese yo que era lo mejor.
La verdad es que no me extrañó nada, ya que al dueño del bar le había dicho un día que el problema que tenía el televisor que tenía en el bar, no era otra cosa que roto el interruptor y este no enganchaba bien, por eso le fallaba muchas veces al querer encenderlo. Me supuse que este amigo de mi padre, al saber que yo estaba estudiando electrónica y había sabido decirle cual era el problema de la tv al dueño del bar, este lo que quería, era que le dijese si le valía la pena reparar su tv, o era mejor que comprase otra. Y así evitar el posible gasto del desplazamiento del técnico hasta su domicilio.
Le dije que no, que no me importaba nada ir a verlo y decir lo que me parecía a mí.
Con esta escusa, lo que estaba intentando era que fuera con él a su casa, claro que las intenciones que tenía eran otras muy distintas, pero eso yo no lo sabía, me iba a enterar cuando llegáramos a su casa.
Bueno pues si te parece bien y tu padre te deja, podemos ir ahora hasta mi casa y echarle un vistazo, ¿Qué te parece?
Bueno le dije encogiéndome de hombros.
¿Le preguntas a tu padre? Me decía terminando de beber para ir a su casa.
No, no hace falta, además todavía está jugando la partida.
Tienes razón, además ya no eres un niño para andar pidiendo permiso.
Vamos a un recado y venimos enseguida, dijo dirigiéndose hacia donde estaba mi padre echando la partida.
Salimos los 2 del bar, yendo para su casa. ¿Sabes dónde vivo? Me preguntó.
No, le contesté, ya que no sabía dónde vivía.
Es aquí cerquita, me decía, ¿conoces el edificio plaza?
Si, le contesté. En esos momentos un escalofrío recorrió mi cuerpo, en ese edificio era a donde me llevaba el viejo de la estación para follarme. Seguimos caminando, pero yo iba con una sensación extraña desde que supe donde vivía.
Pues es ahí donde vivo, me dijo mientras seguíamos caminando.
Cuando llegamos al edificio donde vivía, subimos en el ascensor hasta el noveno piso, ya que era la planta donde vivía. En ese edificio ya había estado yo varias veces en el séptimo. Allí me había llevado el viejo de la estación para darme por el culo. Menos mal que no era la misma planta ni nos habíamos topado con él, si no, seguro que me habría puesto colorado y muerto de vergüenza.
Lo que hasta ahora no sabía yo, ni siquiera sospechaba nada, era que aquel amigo de mi padre sí sabía que yo era maricón y que me dejaba dar por el culo por viejos, ya me había visto en varias ocasiones rondando los aseos de la estación, y como un día iba acompañando al viejo que vivía en el séptimo de su edificio. El muy cabrón sabía que ya había estado allí dejándome dar por el culo.
Pronto iba a saber que el amigo de mi padre sabía de mis andanzas y que el viejo que vivía en la séptima planta, me había llevado a su casa para darme por el culo.
Yo seguía con una extraña sensación en el cuerpo, todo me recordaba cuando el viejo de la estación me llevaba a su casa para darme por el culo, el edificio era el mismo, el piso era en otra planta, pero todo era igual, hasta que abrió la puerta, y aunque la entrada era igual, los muebles y decoración ya no se veían iguales.
Cuando abrió la puerta, me dijo que pasara. Ven pasa, dijo poniendo una mano sobre mi espalda.
Entré quedándome parado mientras él cerraba la puerta.
Con su mano sobre mi espalda, me fue guiando hasta la sala donde tenía el televisor que supuestamente íbamos a mirar si le valía la pena llevarlo al técnico.
Yo seguía con aquella extraña sensación en el cuerpo, además el amigo de mi padre, no dejaba de tocarme con su mano. Hasta ahora solo me había tocado la espalda, pero, aunque no me incomodaba, veía que estaba resultando excesivos sus toques.
Cuando nos quedamos delante de la televisión, bajando su mano por mi espalda, noté como pasaba la misma por mi culo, diciendo él, tienes un buen culo.
En esos momentos yo apartándome hacia delante, traté de girarme a pesar de que me encontraba delante de la tv, impidiendo que siguiera tocándome. Se me había puesto la cara enrojecida, no esperaba aquello de aquel amigo de mi padre.
Tranquilo, me dijo, no te asustes, solo trato de ser cariñoso.
Ufff, en esos momentos mi cara estaba tan roja, que en cualquier momento empezaría a echar humo.
Sin cortarse un pelo, y acorralándome contra el televisor, llevó su mano a mi entrepierna, mientras me iba diciendo:
Anda, no seas tonto yo sé que te gusta, ya te he visto por los aseos de la estación. También te vi venir al séptimo de este edificio con Antonio, y no me vas a decir que también le fuiste a reparar el televisor, ¿eh?
En esos momentos estaba que me moría de vergüenza, me había quedado paralizado, no sabía que contestar, solo sabía que estaba delante del amigo de mi padre, el cual me estaba metiendo mano en su casa. El muy cabrón me había traído engañado, me había dicho que quería que le viera el televisor, y lo que estaba haciendo era meterme mano con la intención de que le dejara follar. Lo que el cabrón quería era darme por el culo y por eso había inventado lo de la tv.
Seguía metiéndome mano mientras me hablaba, viendo como yo no decía nada y no oponía resistencia.
Te gusta que te den por el culo, ¿verdad?
Hace tiempo que te tengo ganas, desde que te vi rondando por los aseos de la estación y venir un día con Antonio, supe que te gustaba poner el culito y dejar que te follen los viejos.
Yo cada vez estaba más excitado y caliente, mi polla ya estaba dura a reventar y el cabrón no dejaba de meterme mano.
Anda, sácame la polla ya verás cómo me tienes, me decía empezando a aflojarme el cinturón.
Yo todavía estaba en shock, no me había recuperado de la sorpresa que me dio el verme descubierto por el amigo de mi padre, seguía conmocionado viendo como me aflojaba el cinturón y ahora ya empezaba a desabrocharme el pantalón.
Una vez aflojado el cinturón y desabrochado el botón del pantalón, empezó a bajarme la cremallera del pantalón, dejando que estos cayesen a mis tobillos, para seguidamente empezar a bajarme el slip, quedándome desnudo de cintura para abajo delante del amigo de mi padre.
Tan pronto me tuvo desnudo con el pantalón y slip sobre los tobillos, llevó su mano a mi culo y genitales, empezando a acariciarme mientras me iba hablando.
Tranquilo que yo no voy a decir nada, esto solo lo sabremos los 2.
¡Ufff! Que culito. Joder como lo vamos a pasar. Tu tranquilo que ya verás cómo te va a gustar y lo vas a disfrutar, me decía acariciándome el culo y genitales.
Quiero follarte y correrme dentro tuya, ya verás cómo te va a gustar tener mi lechita dentro de ti, verás que rico se siente.
Yo ya estaba totalmente empalmado, pero seguía sin reaccionar, solo me dejaba hacer, pero no me movía. Sin embargo, él no se paró ahí, siguió desnudándome, hasta que me tuvo desnudo por completo delante de él. Como vio que yo no me movía, lo que hizo fue empezar a desnudarse él. Se quitó los pantalones y calzoncillo, haciendo lo mismo luego con su camisa.
Ahora estábamos los 2 desnudos uno frente al otro. Miré la polla que tenía, viendo que ya estaba empalmado, el cabronazo tenía una buena polla, era bastante más grande que la mía, aquello se le veía hinchada y tiesa, la verdad era que se veía muy apetecible, así que perdiendo la vergüenza que me quedaba, llevé mi mano a su polla, empezando a acariciarla mientras se la iba descapullando.
¿Te gusta? Me preguntaba sujetándome por los brazos.
Sí, contesté moviendo en señal afirmativa la cabeza, mientras seguía descapullando y acariciando aquella polla. El cabrón tenía una buena verga, se notaba una piel suave y unos enormes huevos. Cuando me metiera aquello por el culo, me iba hacer gritar y chillar como una puta en celo. Aquella polla me iba abrir y dejar bien abierto el ojete.
Llevó sus manos a mis hombros, empezando a empujarme haciendo que me fuese inclinando, hasta que llevé mi boca a aquella polla que se mostraba delante mía, empezando a chuparla.
¡Ohhh! Suspiró el amigo de mi padre cuando mis labios se abrieron dejando pasar la cabeza del glande, ¡ooohhh! volvió a gemir cuando empecé a pasar mi lengua por el contorno de este.
Así, ¡ohhh ooohhh! Así maricón así, gritaba empujando mi cabeza para que tragara más su polla.
No pudiendo aguantar sus embestidas, yo abría todo lo que podía la boca, dejando que metiese todo el rabo en mi boca.
Dios, varias veces me había traspasado la campanilla haciéndome abrir en vómitos, pero el cabrón no paraba de embestirme haciéndome tragar toda la polla. Los ojos me lloraban cayéndome la baba por la comisura de los labios, mientras tragaba una y otra vez aquella polla.
Cuando se cansó de follarme la boca, dejando que la sacara, me levantó sujetándome por los brazos, mientras me decía que no quería terminar en mi boca, que ahora quería darme por el culo.
Vamos putita, no quiero terminar tan pronto, quiero que me des tu culito, quiero follarte y preñarte con mi leche. Otro día ya te dejaré que te bebas mi corrida, pero hoy quiero darte por el culo, quiero romperte este culito y hacerte mío, me decía levantándome a la vez que me llevaba hacia la pared donde tenía decorando la misma un espejo a todo lo alto de la pared.
Quiero follarte aquí y que veas como te doy por el culo, me decía apoyando mis manos sobre aquella pared recubierta por un espejo.
Puso mis manos sobre el espejo que decoraba la pared, mientras me abrazaba por la espalda, a la vez que iba mordisqueando mi oreja y susurrándome lo bueno que estaba y las ganas que tenía de follarme.
Ufff que calentito estás. Anda, apoya las manos así, e inclínate un poco, me decía poniendo mis manos sobre el espejo, a la vez que tiraba de mi cintura hacia él. Así, así, me decía.
Ahora abre un poco las piernas y relájate, me iba diciendo mientras pasaba su mano por la raja del culo.
Asiiií, decía buscando la entrada de mi ano. Escupió en su mano, volviendo a pasarla por la entrada de mi hoyito, presionando con el dedo para que se abriera mi culo.
Así, así, déjame ver tu agujerito.
¡Ohhh maricón que culito más rico tienes! Decía introduciendo su dedo en mí.
Así, así, ábrete y deja que tu culito se abra para mí, me iba diciendo mientras metía y sacaba su dedo, haciendo que mi esfínter se fuese dilatando.
Después de tenerme un buen rato dedeándome el culo, cuando ya creyó tenerme preparado y suficientemente dilatado, pasó de nuevo su mano por todo el canal de mi culo a la vez que me acariciaba los huevos y polla, mientras me decía que me relajara.
Así, así, abre bien las piernas ya verás como te va a gustar, mira que calentitos tienes los huevos y que durita tienes la polla.
La verdad es que yo ya estaba que me derretía de lo excitado y caliente que estaba. Deseaba sentir su polla entrando en mí.
Noté como colocaba la punta de su polla sobre la entrada a mi ano, me sujetaba por las caderas empezando a tirar por ellas, a la vez que su polla se iba introduciendo en mí.
¡Ohhh! Gemí notando como su polla me abría el culo introduciéndose en mí, ¡ooohhh ohhh! Volví a exclamar cuando noté como daba una embestida metiéndome el resto de polla que faltaba por meter.
Ya, ya está, ya pasó, ya la tienes toda dentro, me decía pegándose todo lo que podía a mí.
¡Ohhh que culito! Susurraba pegando su boca a mi oreja a la vez que la lamía, manteniéndome pegado a él, sujetándome con sus manos por las caderas.
Lamía mi oreja y mordía mi cuello y nuca, sin despegarse mía, manteniendo su polla en lo más hondo de mi culo sin moverse hasta el momento.
Así mi amor, así, tranquilo que ya verás como tu culito se acostumbra a mi polla, me susurraba sin dejar de morder el cuello y nuca.
Poco a poco fue moviendo sus caderas, haciendo que su verga empezase a deslizarse por dentro mía, haciendo que yo empezara a gimotear a la vez que pegaba mi culito todo lo que podía a su pelvis.
¡Ohhh! ¡ohhh! ¡ooohhh ohhh! Gimoteaba mientras el empezaba a culearme.
¡Ohhh que gusto! ¡ohhh que gusto! ¡ooohhh mi amor que gusto! Gritaba él embistiéndome una y otra vez.
Yo miraba a través del espejo como allí estaba yo desnudo por completo, siendo enculado por el amigo de mi padre, que no paraba de gemir y decir el gusto que le daba diciendo que era su amor.
Ya las embestidas que me daba eran sin ninguna contemplación, su polla se ensartaba una y otra vez en mí, haciéndome suyo, y así me lo recordaba constantemente.
Así mi amor, así, ya eres mío, ya eres mi hembrita, me decía mientras me follaba dándome por el culo.
Yo miraba por el espejo como me daba por el culo, viendo como ambos sudábamos y gemíamos sin parar. Solo se escuchaban nuestros jadeos y gemidos, y el sonido de su pelvis golpeando mi culo, plof, plof plof plof, plof, plof plof plof, cada vez que su polla se introducía en mí.
Era tanto el placer que estaba sintiendo, que mi polla ya empezaba a soltar gotas de semen. Con cada embestida que me daba, la polla y huevos se bamboleaban salpicando pequeñas gotas de semen por todo el suelo y espejo que decoraba la pared donde me estaba culeando.
Yo ya estaba que no aguantaba más, las piernas se me doblaban y no tardaría en correrme, sabía que mi orgasmo estaba muy próximo.
Pero el que empezó a eyacular, fue el amigo de mi padre, que, clavando fuertemente sus dedos en mis caderas, empezó a gritar que se corría dándome unas profundas y rápidas embestidas
Me corro, me corro, ¡ooohhh mi amor me corro! Gritaba empezando a descargar su semen dentro de mi culo.
¡Ohhh que gusto! ¡ohhh que gusto! ¡ooohhh que gusto! Gritaba llenándome el culo de leche.
¡ohhh mi amor, ya te hice mío! Ya te he dejado preñado, ya tienes mi semilla en tu barriguita, decía sin sacarme la polla del culo mientras mordía mi nuca y llevaba sus manos a mis genitales y polla, empezando a acariciarme.
Oh, mi amor, estás todo mojadito, decía viendo como mi polla estaba toda pringada.
Empezó a menear mi pobre polla, la cual no tardó ni un minuto en empezar a eyacular.
¡Ohhh! ¡ooohhh! ¡ooohhh ohhh! Me corro, me corro, gritaba yo soltando varios trallazos de leche sobre el espejo y la mano del amigo de mi padre que me estaba dando por el culo.
Así mi amor, así, suelta tu lechita, me decía mientras yo gritaba que me corría.
Mis piernas ya no le daban aguantado, se doblaban sin poder mantenerme de pie. Gracias que el amigo de mi padre me mantenía abrazado a él, si no, me hubiera caído al suelo.
¿Te ha gustado mi amor, te a gustado como te he hecho mi hembrita?
Yo movía afirmativamente la cabeza, mientras él me mantenía abrazado a él.
Cuando nos recuperamos un poco, llevándome abrazado a él, nos sentamos en el sofá, y mientras me iba metiendo mano, me iba besando y comiendo la boca.
Quiero follarte más veces, no quiero que sea esta vez solamente, quiero que quedemos y volvamos a follar, quiero darte placer y hacerte disfrutar, me decía comiendo y besando la boca, mientras no dejaba de menearme la polla hasta que me hizo volver a correr.
Para, para que vas a hacerme correr otra vez, le decía mientras me mantenía abrazado a él y no dejaba de menearme la polla, mientras me besaba y comía la boca.
Pues córrete, mi amor, córrete y suelta toda la lechita.
Y eso fue lo que sucedió, empecé a abrazarme a él, mientras volvía a soltar varios trallazos de leche, derramándose estos por mi pecho y abdomen.
¡Ohhh! ¡ooohhh ohhh! Me corro, me corro, gritaba mientras volvía eyacular.
Ahora si que ya no podía más, me llevó hasta el baño donde nos limpiamos y aseamos un poco, luego nos vestimos, y volvimos a salir yendo para el bar donde estaba mi padre. Eso sí, quedando en repetir lo que acabábamos de hacer.